Wednesday, March 16, 2016

La segunda conexión de PARALLEL MIND


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

PARALLEL MIND, la banda jazz-progresiva estadounidense  formada en la ciudad de Chicago a fines del pasado milenio por el baterista Joe Babiak y el teclista Nibandh Nadkarni volvió al ruedo fonográfico con el disco “Connections” a inicios de agosto del año pasado. A pesar de su larga existencia (y persistencia), el grupo solo tiene un disco anterior a éste, “Colossus ADEA”, el cual fue grabado bajo el formato de trío y ha recibido merecidos elogios en varias redes progresivas por causa de su sabia mezcla de jazz-rock, sinfonismo y jazz-fusion, con algunos trucos avant-progresivos utilizados en ocasiones precisas. PARALLEL MIND aumentó su formato a cuarteto incluyendo en sus filas al guitarrista Aaron Harris y al bajista Tim Seisser para la grabación de este nuevo álbum, y con este factor, el sonido grupal de PARALLEL MIND se focaliza voluntariamente en lo jazz-rockero dentro de su convincentemente ecléctica apuesta musical. Dicho de forma más concisa, tenemos en “Connections” un disco más filudo que su predecesor. Cabe anotar que recientemente, Seisser ha sido reemplazado por Phil Reiner. En cuanto a los méritos individualmente específicos de “Connections”, se trata de un disco muy ameno e intenso: veamos los detalles del mismo ahora mismo.  

El repertorio del disco comienza con las cuatro partes del concepto de ‘Colossus 2’, ocupando todas juntas un espacio de casi 15 minutos. La primera parte está asentada sobre un groove llevadero, ostentando un motif de matices arábigos en clave hard-rockera donde confluyen fluidamente el legado de LED ZEPPELIN y el paradigma de LIQUID TENSION EXPERIMENT; la segunda parte se encarga de explorar tales matices arábigos armando un esquema sereno donde la banda se centra en lo etéreo, al modo de un puente de acceso hacia ese castillo de dinamismos fieros y robustos que es la tercera parte. En efecto, la tercera escala del viaje musical que nos brinda ‘Colossus 2’ nos lleva por senderos sonoros donde se alternan exaltaciones propias del prog-metal y estilizaciones melódicas de raíz prog-sinfónica. Estas dinámicas que sucesivamente se han armado en las partes segunda y tercera son básicamente estrategias preparatorias para la ulterior instauración de la última parte, la cual se regocija en su propia fastuosidad sobre un esquema rítmico bastante marchoso. Lo que tenemos en este gran final es algo emparentado con AYREON y KARMACANIC, elaborando una atmósfera épica con una luminosidad entrañablemente pomposa. Tras esta suite llega la pieza homónima, la cual dura poco más de 7 ½ minutos… ¡y es una joya absoluta! La belleza de las ilaciones armónicas y desarrollos melódicos que se arman al alimón por Harris y Nadkarni es simplemente abrumadora, pero además, hay que resaltar la vitalidad así como la precisión con la que la dupla rítmica elabora el swing apropiado para la ocasión. El desarrollo temático central en 7/8 agiliza las cosas para darle matices renovadores a la sobriedad reinante, algo así como un fulgor primaveral que se complace en contemplarse a sí mismo como motivador de vida nueva. Tenemos aquí una de las cúspides definitivas del disco. ‘Confession Of Faust’ es una composición en la que el grupo explora su rincón prog-metalero, y de paso, tiene la peculiaridad de contar con presencia de canto, específicamente a cargo de Erik Martinez. La canción es amena y ostenta una robusta arquitectura sónica, pero tal vez se siente como un injerto dentro del flujo del repertorio del álbum: suena más a una versión de una canción de DREAM THEATER o de SHADOW GALLERY y no a una pieza gestada desde las entrañas creativas de PARALLEL MIND. Pero bueno, apreciémosla como una canción buena que nos permite tomarnos unas momentáneas vacaciones del cosmos musical del cuarteto.

Y en eso estamos cuando nos ponemos a escuchar ‘Resyduel’, tema que  vuelve un poco al talante de ‘Connections’ pero con una extroversión más pronunciada, la cual nos remite a un pasaje intermedio entre los paradigmas de TRIBAL TECH y HAPPY THE MAN, con algunos matices emparentados con la faceta más robusta del inolvidable power-trío BOZZIO LEVIN STEVENS. En todo caso, queda claro que es en estos valles jazz-progresivos donde la maquinaria de PARALLEL MIND transita con mayor comodidad, aunque siempre hay un espacio reservado para la edificación de momentos rockeramente robustos. Algunos de ellos están focalizados en algunos breves interludios, mientras que otros se centran en la elaboración de grooves notoriamente filudos que sustentan las bases para el poderoso clímax conclusivo. Nos vamos acercando al final del álbum cuando emerge ‘Monochrome Carousel’, una pieza que en buena medida capitaliza el dinamismo ostentoso de la pieza anterior y trabaja más a fondo el factor prog-metalero en los arreglos globales. Es en la labor de los teclados que se asegura una relevancia genuina para el factor sinfónico. Sobre todo, ‘Monochrome Carousel’ se encarga de edificar la conclusión climática del álbum junto a ‘The Great Divide’, pieza que ocupa los últimos 9 ½ minutos del disco. En ‘The Great Divide’, el cuarteto realmente sabe sacar provecho del poderío musical que se está imponiendo: en muchas maneras, esta pieza final recoge el legado de majestuosa vitalidad de la suite cuatripartita que abrió el álbum, añadiendo a la receta sónica algo de la electricidad épica que marcó a ‘Monochrome Carousel’. Así de esplendorosa es la finalización de nuestra experiencia con “Connections”, un muy buen disco que nos hace recordar lo importante que es el rol que cumplen PARALLEL MIND dentro de la actual escena progresiva estadounidense.


Muestras de “Connections”.-
Monochrome Carousel [vídeo-clip]: https://www.youtube.com/watch?v=f3R-eWdqY1g
Resyduel [en vivo en Reggie’s Rock Club, en Chicago]: https://www.youtube.com/watch?v=LHdywR8zLQk


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