HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy
se da la muy placentera ocasión de presentar el tercer disco del grupo italiano
AKT, el cual se titula “II”: este detalle del título tan peculiar para un
tercer álbum se aclara inmediatamente cuando decimos que se trata de un disco
conceptual en torno a la lógica de lo binario, y así, resulta que el número 3
se traduce en el dibujo de unidades
(11=3). Este grupo formado a fines del milenio pasado en la localidad de Boloña
históricamente había operado como trío conformado por Marco Brucale, Simone
Negrini y Alessandro Malandra, pero ahora aumenta al doble su membrecía con los
respectivos ingresos de Elianto Puro [piano, melódica, sintetizador Moog y
mellotrón], Achille Ottani [guitarra eléctrica y banjo] y Paolo Fiandra
[vibráfono, xilófono, flautas dulces y traversa]. Brucale se centra en el canto y las guitarras
acústica y clásica, mientras que Malandra hace lo propio con los bajos
eléctrico y acústico, y Negrini sigue focalizado en sus funciones de cantante,
baterista y percusionista. El esquema de trabajo del ensamble resulta,
obviamente, beneficiado con un aumento en las dosis de dinamismo interior y
expansiones sónicas. De hecho, si anteriormente la gente de AKT practicaba
estándares del art-rock en el jardín de las vibraciones reflexivas sobre un
pasto de serenidad contemplativa, ahora usa sus incrementados recursos
musicales para aventurarse hacia un eclecticismo patentemente vitalista que, a
fin de cuentas, redunda en una especie de refrescante renacimiento para la
visión estética de la banda.
‘Coincidenze’
es la canción que abre el disco: su espacio de 5 minutos y pico. Su carácter
diversos se muestra frontalmente con su introducción de claro tenor
avant-progresivo, el cual ulteriormente se enriquece con recursos de un
sinfonismo cálido y apasionado que entran a tallar mientras emergen las
primeras secciones cantadas. Para la segunda mitad de la canción, el grupo
gesta dócilmente un clímax rockero encuadrado en una ingeniería robusta; es una
pena que tal clímax sea tan breve, pero también se agradece que el aterrizaje
final llegue en base a la triangulación de bajo, percusiones tonales y flauta.
La segunda pieza se titula ‘Stazione’ y su misión inicialmente consiste en
suceder a la impactante canción de entrada con una extensa ambientación de
estaciones ferroviarios y gente paseando, algo muy acorde con su título. Pasa
un rato antes de que se abra campo a la misma actuación del ensamble, el cual
elabora un desarrollo temático instrumental que empieza de forma exultante y
termina con un talante introspectivo. Durando 9 ½ minutos, la canción homónima
se centra en una perfecta combinación de sinfonismo de vieja escuela y
jazz-prog, abriendo caminos a sonoridades modernas que guardan cierta empatía
con lo que hacen sus compatriotas de GRAN TURISMO VELOCE. El grupo engarza con
suprema fineza recursos que proceden de diversas fuentes como las escalas de
guitarra acústica, las vibraciones tribales de las percusiones y las texturas
de sintetizador, antes de que se termine de instaurar un hermoso cuerpo central
que se siente tan envolvente como enérgico. Para dar forma completa al
desarrollo de este cuerpo, el grupo crea un intermedio de tenor expectante
(aunque se pueda sospechar en un inicio que sea sombrío, pero no resulta así):
de este modo, se refuerza el esquema instrumental con miras a una fastuosa
clausura. El momento de ‘Frenetica Dialettica Dell’Etica’ es uno de calidez
sinfónica al modo de un CAMEL contaminado por aires de FINISTERRE sobre la base
de un esquema rítmico complejo: durando 2 ¾ minutos, su misión principal es la
de anunciar el próximo arribo de ‘Convoglio’, canción que se caracteriza por
una placentera aureola reflexiva que es patentemente típica del paradigma
prog-sinfónico italiano en las últimas tres décadas. La inserción de un
excéntrico interludio instrumental entre los dos últimos estribillos establece
un oportuno aire de sorpresa al más puro estilo progresivo.
‘Scambio’
es una delicada balada de corte acústico cuya serena emotividad aparece
debidamente envuelta por retazos de guitarra eléctrica y capas de sintetizador,
mientras la sección percusiva se reparte entre cristalinas notas de
glockenspiel y medidos golpes de percusión electrónica. ¿Podría tal vez
definirse esta canción como una remodelación del paradigma de RADIOHEAD bajo
una iluminación neo-progresiva? ‘Binario Morto’, por su parte, refleja un
dinamismo contenido que en parte está signado por las vibraciones reflexivas ya
expuestas en ‘Scambio’: evocando por igual a estándares de CAMEL, NODO GORDIANO
y LABIRINTO DI SPECCHI, el grupo desarrolla un sólido híbrido de sinfonismo,
avant-prog y psicodelia modernista en la cual se exhibe una musculatura
cautivadora. No falta espacio para algún breve pasaje pastoral, pero éste sirve
eficazmente como preámbulo al clímax conclusivo. Cierra el repertorio del álbum
‘Passaggero’, canción que también es la más larga del disco con sus 12 ½
minutos de duración. Centrándose cabalmente en recursos propios del prog
sinfónico, su primera sección consiste en una bella sonata basada en escalas de
guitarras acústicas sobre las cuales se extienden capas y orquestaciones de
teclados (al modo de una cruza entre la faceta pastoral de PREMIATA FORNERIA
MARCONI y el modelo esencial de GENESIS), siendo así que el cuerpo central
despliega un esquema sonoro más fastuoso, aunque sin romper en lo absoluto con
el aura contemplativa que se impuso desde el prólogo. El paso sosegado del
compás en 6/8 realza la vibración melancólica reinante. Poco antes de pasar la
barrera del quinto minuto, el grupo elabora un breve momentum cibernético desde
el cual se anuncia la próxima emergencia de la segunda sección, en la cual la
guitarra eléctrica adopta una dimensionalidad Gilmouriana y asume un
posicionamiento protagónico. El cuerpo central regresa en todo su esplendor
mientras añade ocasionalmente algunos ornamentos jazzeros a su desarrollo
temático. Nos toma por sorpresa la vitalidad neurótica que adquiere la
instrumentación en sus instancias finales, pero un segundo repaso de la misma
nos hace advertir que esta irrupción se dio de forma muy calculada. El epílogo
está marcado por efectos de bajada del tren y apertura de las puertas de la
estación, cerrándose todo con etéreos ornamentos de sintetizador.
Con
este disco que más que obra sonora parece una labor de orfebrería, AKT
demuestra que no solo se expande cuantitativamente sino también
cualitativamente: el grupo ha logrado plasmar en “II” el cénit creativo que
surge desde el centro de su mente colectiva y la pasión de sus almas asociadas
en una comunión progresiva de gran envergadura. En este trayecto musical por el
que nos ha guiado la gente de AKT, realmente nos hemos sentido como pasajeros
privilegiados.
Muestras
de “II”.-
Coincidenze: https://www.youtube.com/watch?v=Yw0BUnHGXcs
Binario
Morto: https://www.youtube.com/watch?v=vdlZ4hSgLBA
No comments:
Post a Comment