Wednesday, August 03, 2016

La erótica progresiva de SYNDONE


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el enorme agrado de presentar el nuevo disco de la banda italiana SYNDONE, el mismo que se titula “Eros & Thanatos”. Tras el enorme impacto que nos causó su disco anterior de hace dos años “Odysseas”, la gente de SYNDONE vuelve a hacer gala de su ágil y versátil propuesta progresiva, repleta de expresionismos y policromías bajo un manto de meticulosos desarrollos melódicos. “Eros & Thanatos” salió al mercado por vía del sello Fading Records en la segunda mitad del pasado mes de marzo. El grupo ahora está asociado como un sexteto conformado por los dos teclistas Nick Comoglio y Gigi Rivetti, Riccardo Ruggeri [voz, guitarra acústica de 12 cuerdas y vocoder], Marta Caldara [vibráfono y teclados adicionales], Maurino Dellacqua [bajo y pedales bajos] y Martino Malacrida [batería y percusión]. Colaboran Tony De Gruttola [guitarras acústicas] y Pino Russo [guitarra clásica], así como la Puntorec String Orchestra bajo la dirección de Fabio Gurian. Hay otros invitados muy especiales a los cuales mencionaremos posteriormente, pero adelantamos que son grandes veteranos del rock progresivo británico. Aunque tenemos que admitir que este nuevo disco no llega a igualar la grandeza de “Odysseas”, es innegable que su repertorio se muestra como un sólido catálogo de magnificencias musicales: veamos ahora sus detalles.


El disco comienza con el doble preludio de ‘Frammento’ y ‘Area 51’, siendo la primera una miniatura coral remodelada por etéreos efectos de consola, mientras que la segunda es una pieza instrumental que exhibe una magnífica musicalidad: en esta última tenemos que el encuadre de los teclados y la batería asientan el fundamento para el vigor expresivo en curso, mientras que el bajo elabora líneas oportunamente sofisticadas. La primera canción en pleno del álbum es ‘Terra Che Brucia’, la cual empieza con un dueto de sobria guitarra clásica y apasionado canto; la segunda mitad vira dramáticamente a un medio tiempo donde se exhibe la robustez de los teclados mientras los arreglos orquestales completan cabalmente la fastuosidad inherente a este clímax inesperado. A continuación sigue ‘Gli Spiriti Dei Campi’, canción que elabora una fluida mezcla de jazz-prog y chamber-rock que se caracteriza por una prístina garra, tanto en los pasajes abiertamente extrovertidos como en los contenidos. El piano impone su carácter a la hora de desarrollar las secciones respectivas de apertura y cierre, mientras que en el interludio tenemos una vez más el deleite del matrimonio de grupo y orquesta; respecto a esto último, es una pena que no se expanda por un poco más de tiempo, pues el solo de sintetizador que entra a tallar en algún momento es simplemente fabuloso. También cabe hacer una mención especial para los ornamentos de vibráfono que entran en acción durante el cierre. Cuando llega el turno de ‘Qinah’, el grupo pone toda la carne en el asador con su electrizante mezcla de sinfonismo (EMERSON, LAKE & PALMER, BANCO DEL MUTUO SOCCORSO) y jazz-rock (RETURN TO FOREVER). La soltura tan sólida con la que el ensamble instrumental maneja las complejas estructuras rítmicas y la ilación de diversos ambientes mientras da rienda suelta a todo su potencialidad de colorido y reviste de majestuoso refinamiento a su explosividad estructural. El canto de Ruggeri exhibe uno de sus picos máximos dentro del álbum. 


Ubicado en el ecuador del disco, ‘Duro Come La Morte’ es un tema que explora las aristas más filudas del matiz rockero de SYNDONE. Comenzando con un pasaje de piano y voz que nos remite al legado de BANCO DEL MUTUO SOCCORSO, prosigue con una bombástica exhibición de elocuencia pomposa al modo de una cruza entre los universos Emersoniano y Wakemaniano. El arreglo orquestal del epílogo impone una emotividad tan tensa como sugerente. Con la dupla de ‘Alla Sinistra Del Mio Petto’ y ‘Fahra’, el grupo se dispone a seguir explorando en el cosmos de diversas sonoridades y atmósferas que conforma su esencia estilística. En el caso de ‘Alla Sinistra Del Mio Petto’ tenemos una hermosa balada en clave evidentemente manierista, muy a tono con los paradigmas de METAMRFOSI y BIGLIETTO PER L’INFERNO, lo cual sirve para establecer vasos comunicantes con las entidades contemporáneas de NOT A GOOD SIGN y UNREAL CITY. Por su parte, ‘Fahra’ se enfila hacia un ejercicio de rock-fusión con raigambre mediterránea; la presencia del oud se siente natural en medio de la armazón percusiva y las capas de sintetizador. Una de las canciones más largas del disco es ‘L’Urlo Nelle Ossa’, durando 7 ¼ minutos. Comenzando con una sección acústica, luego se abre campo a un breve pasaje orquestal (al modo de THE ENID) cuya función principal es la de fungir de puente a un nuevo pasaje protagonizado por el piano, un pasaje ciertamente extenso que marca el centro neurálgico de la secuencia multi-temática que ha conformado esta canción. La conclusión emerge con un brío neurótico, algo de siniestro, radiante en su gótica magnificencia. Tenemos en esta canción la que tal vez sea la instancia más romántica del álbum. Cabe mencionar la entrañable anécdota de que el británico Ray Thomas es un invitado especial a la flauta en esta canción, una breve intervención a la flauta en el pasaje de piano: nos estamos refiriendo, claro está, al legendario flautista-vocalista de THE MOODY BLUES, hoy por hoy retirado de la carrea musical.


‘Bambole Rmk’ es la canción más marchosa del álbum, muy en línea con los modelos de PÄR LINDH PROJECT y el estándar de la actual generación retro-progresiva italiana. Cierra el álbum la pieza más larga del mismo, titulada ‘Cielo Di Fuoco’ y con una duración de poco más de 7 ½ minutos. Su tenor constante es romántico e introspectivo, pero no por ello carente de recursos de luminosa expresividad. Aquí hay otro ilustre invitado de la vieja escuela del rock progresivo británico, esta vez una figura aún activa en la escena contemporánea: se trata de Steve Hackett, el más emblemático guitarrista de GENESIS y creador de una amplia trayectoria solista. Sus aportes realzan la intensidad emocional en torno a la cual giran los ceremoniosos pasajes melódicos creados para la ocasión, aunque también vale decir lo mismo sobre los arreglos de cuerda que también salen a relucir en anticipación del epílogo gestado por el solitario piano. Tras unos segundos de silencio surge un segundo epílogo, esta vez de violonchelo. Todo esto fue “Eros & Thanatos”, un catálogo de más de 52 minutos de belleza prog-sinfónica en estado químicamente puro. La gente de SYNDONE se mantiene firme en la primera línea de la escena progresiva de Italia del nuevo milenio: su erótica musical sigue operando imparable como una luz mágica en el firmamento del rock de nuestros tiempos. 


Muestras de “Eros & Thanatos”.-


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