Saturday, August 06, 2016

LA SOCIÉTÉ DES TIMIDES À LA PARADE DES OISEAUX, en el año 2006


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy presentamos a una banda francesa llamada LA SOCIÉTÉ DES TIMIDES À LA PARADE DES OISEAUX, que también responde al nombre resumido de LA STPO: el nombre de este grupo se traduce como “sociedad de los tímidos en el desfile de aves”. Esta banda tiene sus orígenes en el ecuador de los 80s, en la localidad de Rennes (región de Bretaña) creada desde las cenizas de otra que se llamaba SARAJEVO. Siendo así que esta banda hacía una mezcla de rock expresionista, post-punk y psicodelia dentro de una armazón surrealista, no es de extrañas que LA STPO continuara por esta línea de trabajo para solidificarla y darle una dimensionalidad sonora más rica y más ambiciosa que nunca. El guitarrista-percusionista Jim B y el cantante Pascal Godjikian fueron los impulsores iniciales del tránsito desde aquella banda difunta y esta otra nueva, evolucionando ésta muy pronto hacia una modalidad dadaísta de eclecticismo progresivo donde conviven los legados de KING CRIMSON, FRANK ZAPPA, el chamber-rock francófono y anglófilo, el jazz vanguardista, y cómo no, las teorías contemporáneas de la musique concrete y el serialismo. El disco que nos sirve de entrada al alucinado cosmos musical de LA STPO es “Tranches De Temps Jeté”, publicado en el año 2006, siendo el cuarto de su discografía (los antecesores se titulan “La STPO”, “Les Explositionnistes” y “Experiénces De Survie”, respectivamente). En este disco que presentamos ahora, nos hemos complacido en hallar un ensamble sumamente talentoso y enérgico que encarna una de las instancias más vigorosas del rock-in-opposition actual: la alineación que lo grabó consistía de los antes mencionados Jim B y Godjikian (quien también toca algo de didgeridoo), además de Benoit Delaune [bajo, cello y voz],  Patrice Babin [batería, pecusión y voz] y Christophe Gautheur [saxofón, sintetizador y voz]. Hay algunos invitados ocasionales que aportan cosas interesantes al gran conglomerado sonoro, y ellos son el saxofonista Franck Laurent, el trompetista Jean-Paul Lambert, el bajista François Morel y un tal J a los soundscapes.



Veamos ahora los detalles del repertorio de “Tranches De Temps Jeté”. ‘I Cuento Blumen’ abre el disco con un primer bloque focalizado en una grácilmente esquizofrénica alternancia de momentos sigilosos con otros tremendamente explosivos, siendo estos últimos los predominantes. Con una letra que contiene estrofas en inglés, en alemán y en español, la instrumentación subyacente se mueve fluidamente por lo sórdido y por lo sutil. El clímax final se arma a través de un crescendo dramático que destila una furia tan refinada como inquietante tras un preámbulo meticulosamente minimalista. Tras este revelador inicio de álbum sigue a continuación ‘Cet À-Mort Vibre L’Air’, canción que comienza con un despliegue de vibraciones frontalmente siniestras, aunque los primeros retazos de color sónico provienen de una sosegada amalgama de cello, percusión tonal, bajo y sintetizador, además de una narración ceremoniosa. El aura de inescrutable peligro se hace patente incluso en los virajes más amables del desarrollo melódico, y las cosas solo llegan a hacerse más urgentes a partir de la frontera del tercer minuto y medio, cuando la tensión interna se incrementa con impoluta gradualidad. Finalmente, la atmósfera reinante termina derivando en un alucinado ritual en el que las trepidaciones tribales de la batería se empalman con las aventuras ruidistas perpetradas por el sintetizador y la guitarra. Sea cual fuere el peligro misterioso en ciernes, al final éste terminó revelando su rostro más genuino con una vitalidad posmodernista. ‘Jeune Fille Devant Le Moroir’ instaura un registro totalmente distinto al ofrecer una cálida y angustiosa mezcla de rebelde absurdidad dadaísta y desosegada desconexión deconstructiva. En su espacio de 5 ¾ minutos se nos muestra una estupenda mezcla de ETRON FOU LELOUBLAN, ART ZOYD (primera etapa) y MASSACRE; la adición de la trompeta ayuda a darle un matiz señorial a este despliegue de extremo racionalismo rayano con la demencia más metafísica... y una vez más, se nos brinda un cierre posmodernista de base ruidista.

El tema más breve del álbum se titula ‘L’Institulé Crème’: durando 4 ¾ minutos, nos ofrece una versión retorcida de la ya de por sí retorcida farsa sistemática Zappiana, ampliamente sazonada con herramientas habituales en el paradigma de ETRON FOU LELOUBLAN. Las secciones más movidas ostentan alguna familiaridad con el rock de garaje, mas están muy lejos de asentar un asidero consistente para la canción, la cual está diseñada como una maniobra de teatro satírico. Los últimos 22 ½ minutos del disco están ocupados por la ilación de ‘The Sound Of The City Seems Not To Disappear’ y ‘Lorsque’, instaurando estos dos temas las muestras más inmensas de los versátiles expresionismos de la banda. O sea, tenemos todo este espectro temporal para disfrutar de un clímax perpetuo. ‘The Sound Of The City Seems Not To Disappear’ empieza con unos retazos instrumentales abstractos cuyo enfoque es claramente el de retratar la mecanicista sordidez de las urbes contemporáneas, haciéndose eco del carácter destructivo que tiene el estrés generado por dicha sordidez. Alrededor de la frontera del cuarto minuto, comienza a gestarse una armazón rítmica cuya principal función es la de sustentar un pequeño clímax intermedio que es el fiel reflejo de la neurosis. Y vuelta a empezar… volvemos a una atmósfera de sonidos efímeros y vacíos aleatorios desde el cual se proyecta otro momento de explosividad rockera: este último se centra en una vitalista combinación de los paradigmas de PRESENT y KING CRIMSON. ‘Lorsque’, que contiene letras en inglés y francés, comienza con un ágil ensamble de percusiones tonales movilizado por vigorosas puntualizaciones de bajo y sintetizador mientras un soliloquio desdoblado saca a la luz su desquicio interior. Una vez asentado el núcleo temático de la pieza, nos topamos con un ejercicio de fluctuantes dosificaciones del fragor rockero en curso: la dupla de batería y bajo, metida en un groove de talante jazz-rockero, sobresale en el bloque instrumental bajo los continuados soliloquios torturados, mientras los guitarreos emergen y se esconden sucesivamente. Una vez más tenemos a la trompeta como un eficaz ítem adicional para el colorido sónico, acompañando muy bien a los guitarreos serpenteantes. El epílogo está marcado por aleatorios efluvios de sintetizador, trompeta, cello y guitarra, bajo un ropaje de tensa calma que coquetea con el minimalismo pero si dejar atrás el expresionismo combativo.

Todo esto fue “Tranches De Temps Jeté”, una estupenda carta de presentación de LA SOCIÉTÉ DES TIMIDES À LA PARADE DES OISEAUX. Este disco es un prodigio de geniales extravagancias articuladas en una ingeniería tan rotunda como desafiante. Aparte de los discos precedentes a “Tranches De Temps Jeté” que mencionamos en el primer párrafo de la presente reseña, el grupo tiene dos discos más recientes, los cuales se titulan “L’Imparfait Multiple De Dieu” y “Les Liquidateurs”. En nuestra opinión, vale la pena investigar en la obra de esta banda campeona del rock-in-opposition francés contemporáneo… y es por eso que lamentamos haberla conocido tan tarde, pero bueno, más vale tarde que nunca.


Muestra de “Tranches De Temps Jeté”.-
I Cuento Blumen: https://www.youtube.com/watch?v=5WvXR49eY3Y  

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