HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIEITCAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy
saldamos una gran deuda melómana pendiente que teníamos desde fines de julio
del pasado año 2016: nos referimos a esta reseña sobre el disco del grupo
francés ANAÏD que se titula “Libertad” y que en su momento fue publicado por el
sello Musea Records. Pero antes de seguir adelante con esta novedad, hagamos un
poco de historia. ANAÏD surgió en la segunda mitad de los 80s bajo la
iniciativa conjunta de la cantante-teclista Emmanuelle Lionet y el
vibrafonista-percusionista Jean-Max Delva con el norte estético de cultivar una
enérgica y colorida mezcla de Zeuhl y jazz-rock dentro de un encuadre
progresivo fusionesco. Así, el grupo gestó dos estupendo álbumes – “Vêtue De
Noir” y “Belladonna” – donde los legados de COS, ZAO, POTEMKINE, SOFT MACHINE,
RETURN TO FOREVER y el GONG de la época liderada por el inmortal Pierre Moerlen
se combinaban en una ingeniería musical sólida y atrapante. En los primeros
tiempos de ANAÏD, el encargado de las funciones de bajista era nada más ni nada
menos que Hugh Hopper (el mismo pionero que pasó por las filas de SOFT MACHINE,
ISOTOPE, GILGAMESH y SOFT HEAP, entre otros), mientras que el guitarrista era
Patrice Meyer (colaborador del propio Hopper y de Pip Pyle, otra figura
legendaria del Canterbury). A inicios de los 90s, el grupo se disolvió, pero
justamente en este segundo decenio del nuevo milenio, Lionet y Delva volvieron
a unir fuerzas, contando con dos nuevas presencias para completar el cuarteto:
el joven talento de la guitarra Alexis Delva y el bajista Ludovic Métayer.
Jean-Max ahora se concentra más en la batería sin abandonar el vibráfono,
además de que él y Métayer aportan labores adicionales a los teclados junto a
la labor permanente de Lionet en dicho rubro. Fue así que “Libertad” se hizo
realidad y se erigió en uno de los ítems más importantes de la producción
avant-progresiva del año 2016. Veamos ahora los detalles de su repertorio paso
a paso.
‘Barcelona’
ocupa un espacio un poco mayor de 5 ¾ minutos y está a cargo de poner las cosas
en marcha con una disposición ritualística cuya cadencia lánguida está diseñada
para dejar que el motif central imponga y reitere consistentemente su señorial
tenebrismo. El canto también muestra consistencia en su enérgica contundencia,
siendo así que cerca del final apela a sus niveles más pronunciados de mágica
intensidad. Luego sigue ‘La Louve’, pieza que se sitúa en una dimensión más
etérea del espectro sonoro creado por el grupo aunque preservando la aureola de
tenebrismo metafísico. El hecho de que no se emplee la batería en este bloque
instrumental ayuda a concretar solventemente este factor. En todo caso, la
estructura musical creada para esta ocasión pasa a niveles acrecentados de
majestuosidad mientras el canto impone su nerviosa prestancia y el bloque
instrumental trabaja un elegante juego de matices en su inquietante núcleo
temático. ‘Kate’ abre más caminos claros y senderos definidos a la elaboración
de tonalidades jazzeras, lo cual se hace notar especialmente en los fraseos de
la guitarra y el meticulosamente sobrio groove de la batería. El piano ostenta
un minimalismo flotante donde las parcas notas perecen emular el aleteo de
campanas funerarias más que el empleo habitual del piano. La cuarta pieza de
“Libertad” se titula ‘La Libanaise’ y también es la más extensa con sus 10 ½
minutos de duración. Con una actitud de convincente ahondamiento en la faceta
reflexiva del grupo, en cierto modo la banda refuerza la espiritualidad mística
de ‘Kate’, pero esta vez emplea un ropaje psicodélico para dar forma al centro
temático. También notamos un lirismo luminoso acorde con los estándares más
habituales de la escuela originaria del movimiento progresivo aunque sin
renunciar del todo al vitalismo tortuoso tan propio del Zeuhl como del RIO. En la
frontera de los seis minutos y cuarto suena un golpe de gong que anuncia el
inminente arribo de una sección potente en la que el grupo elabora una
estupenda cruza de COS, WEIDORJE y el GONG de la etapa 76-78. El canto de
Lionet pasa de lo extrovertido a lo airado con toda la soltura del mundo.
El
penúltimo tema del disco es el que justamente le da título, y su largo pasaje
prologar reitera el aura majestuosa que ya disfrutamos antes en ‘La Louve’,
pero sabemos que esta actitud sigilosa es algo que no habrá de durar mucho… o
al menos, eso sospechamos. Nuestras sospechas se confirman a poco de pasada la
frontera del tercer minuto y medio, pues es entonces que el canto se torna más
agresivo en un anuncio del vigor gozoso que ha de instaurarse poco después. Realmente
estamos asistiendo al momento auténticamente celebratorio del disco: la
colorida musculatura del canto, la vivaz explosividad de la guitarra y el swing
alegremente machacante provisto por la dupla rítmica gestan una sonoridad
imperiosamente exuberante. Durando poco menos de 5 ¼ minutos, ‘Mister Hopper’
se encarga de cerrar el repertorio: por el título se puede adivinar fácilmente
que se trata de una elegía en memoria del ya fallecido maestro histórico de la
escena Canterbury Hugh Hopper (ya tiene casi 7 años de muerto, ¡cómo pasa el
tiempo!). En todo caso, el tenor de esta pieza no es elegíaco sino melancólico
con un talante relajado. Percibimos aquí algunas señas del clásico “Six” de SOFT
MACHINE aunque también son inocultables las referencias a los paradigmas de
POTEMKINE y ZAO. La expresividad del canto de Lionet llega en varios momentos a
manifestar una agitación conmovedora en lo que más parece una exhortación a una
visita fantasmal en vez de un lamento. Un
comedido fade-out pone fin al asunto mientras el canto se va serenando en los
instantes conclusivos: el
disco conquista un estupendo broche de oro.
Llega un poco tarde esta reseña pero es mejor tarde que nunca para ensalzar la intensa belleza que se genera desde el posicionamiento musical de ANAÏD, una de las bandas más importantes de las vertientes más osadas del ideal progresivo en Francia. Celebramos que su disco de retorno “Libertad” conjugue tan bien la liberalidad inherente a la ardiente acción inspirada por el corazón con la luminosa disciplina focalizada en la inspiración intelectual. ¡Un disco imperdible de verdad!
Llega un poco tarde esta reseña pero es mejor tarde que nunca para ensalzar la intensa belleza que se genera desde el posicionamiento musical de ANAÏD, una de las bandas más importantes de las vertientes más osadas del ideal progresivo en Francia. Celebramos que su disco de retorno “Libertad” conjugue tan bien la liberalidad inherente a la ardiente acción inspirada por el corazón con la luminosa disciplina focalizada en la inspiración intelectual. ¡Un disco imperdible de verdad!
Muestras
de “Libertad”.-
Barcelona
+ la Libanaise: https://www.youtube.com/watch?v=H1hnoKgw3Zk
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