HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
En
esta ocasión presentamos al cuarteto instrumental noruego TENDERTON, el cual
está conformado por Arild Hammerø [guitarras], Morten Kvam [bajo], Marius
Simonsen [batería] y Haakon-Marius Pettersen [teclados]. El grupo en cuestión,
fundado hace unos pocos años en la localidad de Storås, Sør-Trøndelag, publicó
su homónimo disco de debut a mediados del mes de octubre del año pasado 2016,
dando así testimonio de su aporte personal a la avanzada rockera de nuestros
tiempos: con cimientos precisamente instalados en los paradigmas del post-rock
y la psicodelia progresiva, el estilo musical de TENDERTON es vibrante y
etéreo, presto a jugara con ideas melódicas sencillas que, al traducirse en
acción por vía de los diálogos entre los músicos, adquieren un cierto aire
rimbombante y sofisticado. Publicado por el sello Little Birdie y distribuido
por Musikkoperatørene, “Tenderton” es, ante todo, un disco que combina vigor y
elegancia dentro de uns parámetros musicales razonablemente sofisticados,
siendo así que los recursos de fastuosidad están convenientemente comedidos a
fin de realzar atmósferas por encima de los despliegues de estilización
erudita. Es un disco que puede complacer por igual a los amantes del rock
progresivo como del psicodélico, las sendas del post-metal y el post-rock, y también a quienes
simplemente quieren disfrutar de un sano espíritu experimental en el sonido
rockero contemporáneo. Veamos ahora los detalles de este disco, ¿de acuerdo?
Durando
poco menos de 13 minutos, ‘Bolero’ abre el repertorio con una cadencia de
bolero sinfónico manejada sobre la base de atmósferas post-rockeras a lo
MOGWAI, con toques añadidos de la espiritualidad flotante que era tan propia de
los PORCUPIONE TREE de los primeros años. Tras una instancia climática marcada
por unas punzadas caóticas y anárquicas de todos los instrumentos partícipes, la
pieza deriva hacia una segunda sección donde el esquema de trabajo se enfila
más bien hacia un híbrido de RIVERSIDE y RADIOHEAD. Aquí hay ya una claridad
lírica que permite a los sobrios fraseos de la guitarra expresar recursos de
prístina belleza mientras la dupla rítmica gesta un swing llamativo y los
teclados se reparten en varias capas y ornamentos. La tercera sección aumenta
aún más el dinamismo, con lo cual se abre espacios notorios para la elaboración
de climas progresivos de claro tenor Floydiano, añadiéndose a la ecuación
guiños a los PORCUPINE TREE de los últimos discos. El segundo tema sí llega a
tocar la barrera de los 13 minutos y se titula ‘Skokk’. Su estructura es más
constante y monolítica que la que se instaló en la pieza de apertura: aquí el
tempo es permanente aunque los grooves y las atmósferas se van haciendo más
intensas a medida que la pieza va avanzando. De hecho, todo comienza con una
serenidad cósmica para luego terminar con una aureola razonablemente aguerrida.
Aquí opera un sano hibridismo entre MY BROTHER THE WIND, RUSSIAN CIRCLES y
PORCUPINE TREE. El cuarteto saca buen provecho del foco central de la pieza
jugando con la autoconstricción del punche, soltándolo de a pocos hasta llegar
a un punto culminante. Para la coda de los dos últimos minutos, el grupo
regresa a la misteriosa languidez inicial. ‘Humle’ es el tema más breve del
álbum con sus 4 minutos y segundos de duración: su modalidad es contenida y
serena, siendo así que se da un cierto contraste entre los encuadres oníricos
de la guitarra y el teclado, por un lado, y los ornamentos gestados por la
dupla rítmica, por el otro. Algo de jazz-rock se mete en aquí, en efecto.
El
fin del repertorio llega de la mano de ‘Journey One’. Este tema repite en buena
medida los coqueteos con el jazz-rock que se habían introducido en ‘Humle’ y
les da ahora una orientación extrovertida, pletórica en luminosidad y llena de
arrebatos afirmativos. Los guitarreos ya no son Gilmourianos sino que se
hermanan con los ciclos de peripecias y policromías que gente como JEFF BECK y
STEVE HOWE han convertido en sellos propios. Por lo menos, así comienza, pero
es que al pasar la frontera de cuarto minuto y medio, la instrumentación se
mete en un breve tropel tras el cual el esquema sonoro vira hacia algo
totalmente diferente: tenemos ahora un interludio marcado por una dimensión
flotante y minimalista que parece emular al paradigma de FRIPP & ENO. Una vez
terminada esta sección pasamos a otra caracterizada por un groove sencillo, a
medio camino entre el no-wave y el krautrock con enclave motorik, arropado por
unas sólidas vibraciones space-rockeras. Si esto puede sonar chocante en la
descripción, añadimos que los riffs de guitarra y los ornamentos de los teclados
permiten por un buen rato que se despliegue un lirismo convincente, aunque más
adelante se plantea un recurso de densidad épica mientras la pieza se va
aproximando a su clímax concluyente. Todo
esto fue “Tenderton”, un estupendo disco de debut que nos obliga a prestar
seria atención a este cuarteto noruego. Anotemos el nombre de TENDERTON en
nuestras agendas melómanas del futuro próximo y esperemos que lleguen pronto
nuevos trabajos fonográficos de su parte.
Muestra
de “Tenderton”.-
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