HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy se nos antoja repasar los primeros pasos de la fastuosa y gigantesca carrera musical de EMERSON, LAKE & PALMER, usualmente considerado como el trío de oro de la escena progresiva británica de los 70s. En efecto, hoy que solo sigue viva una tercera parte de este titán tripartito que tantas obras paradigmáticas ha gestado para el ideal del rock progresivo resulta especialmente significativo que nos tomemos un tiempo para revisar sus tres primeros discos: “Emerson, Lake &
Palmer”, “Tarkus” y “Pictures At An Exhibition”, basándonos en las reediciones deluxe de los dos primeros que realizó Steven Wilson en el año 2012 y en la del tercero que realizaron Andy Pearce y Matt Wortham cuatro años después. La producción del último de estos ítems mencionados – un disco en vivo – precede a la del segundo pero como consecuencia
de los criterios de la alta gerencia del sello fonográfico de ELP fue publicado
un poco extemporáneamente. En fin, volveremos sobre este punto con muchos más
detalles en un momento ulterior de la presente retrospectiva. La gestación de EMERSON, LAKE & PALMER surgió, tal como se sabe, tras bambalinas cuando Keith Emerson y Greg Lake se conocieron y de inmediato formaron una fuerte camaradería musical mientras compartían sus respectivas inquietudes musicales del momento y hacían algunos jams: era diciembre de 1969, durante las últimas fechas en las que THE NICE y KING CRIMSON compartían cartel en escenarios estadounidenses. Ambos se conocían desde meses atrás en su tierra natal pero ahora la situación era muy distinta: Lake creía presentir en aquel entonces que los días de KING CRIMSON estaban contados, mientras que por su parte, Emerson estaba cada vez más inquieto con la idea de disolver a THE NICE. Ambos grupos gozaban ya de enorme credibilidad en el underground británico y tenían una celebridad que ya impactaba en el propio mainstream del rock, pero uno de ellos acababa de sufrir las partidas de dos de sus integrantes mientras que el otro parecía estar agotando sus recursos creativos. Enterado de que Robert Fripp quería seguir adelante con KING CRIMSON mientras se preparaba para reformarlo en su regreso a Gran Bretaña, Lake acordó con Fripp que colaboraría como cantante en el segundo disco de la banda pero informó que ya no era integrante oficial de la misma. Mientras tanto, Emerson anunciaba a sus compañeros de THE NICE Brian Davison y Lee Jackson que el grupo tenía que disolverse pues ya no tenía muchas cosas nuevas que decir.
Si la magia interpersonal y artística de Emerson y Lake fue instantánea, encontrar al tercer elemento (un baterista-percusionista con grandes metas atísticas y enorme vigor rockero) fue algo más arduo y lento. La primera opción del todavía dúo era el gran Mitch Mitchell, proveniente de la recién disuelta THE JIMI HENDRIX EXPERIENCE, pero la cosa no prosperó a despecho de la calidad del potencial integrantes. Emerson y Lake alquilaron un estudio cercano a la Soho Square y organizaron mil y una audiciones sin hallar al cómplice perfecto. Fue por sugerencia del mánager Tony Stratton-Smith que Emerson y Lake convocaron a Carl Palmer (nombre completo Carl Fredrick Kendall Palmer), exintegrante de THE CRAZY WORLD OF ARTHUR BROWN y todavía vigente miembro del off-shoot ATOMIC ROOSTER (bajo el liderazgo de Vincent Crane), grupo que ya tenía grabado un disco y que recibía buena atención de la prensa musical y de un eferveswciente público de culto. La audición resultó genial, constructiva y reveladora para todos los implicados. Inicialmente, Palmer mostró su interés por convertirse en el tercer elemento del nuevo trío pero también mostró sus reservas pues quería estar dedicado todavía a ATOMIC ROOSTER durante su etapa inicial: tras otras sesiones de ensayos y un par de llamadas telefónicas en las que Lake le pedía insistentemente que reconsiderara su decisión, Palmer decidió dejar a la banda del Sr. Crane para convertirse de una vez por todas en la P de ELP. TRITON fue el primer nombre para el grupo que propuso Emerson y que, de hecho, asumió la banda por unas semanas, aunque también flotaban en el aire otros nombres como TRIUMVIRATE y SEAHORSE, pero finalmente se instaló el nombre que articulaba la asociación de los apellidos de los tres integrantes, un antídoto retórico para evitar el realce prioritario del más famoso de los tres (Keith) y así, también asegurarse de que el nuevo grupo no fuese percibido como una mera continuación de THE NICE. Eso sí, algunos estándares de THE NICE fueron tocados durante los primeros años del grupo y casi entra también el emblemático rocker de KING CRIMSON ‘21st Century Schizoid Man’. Además, de todas maneras Emerson se erigiría en todo un monarca del escenario al llevar sus bravuconadas fetichistas y lacerantes con el órgano Hammond que ya había utilizado en su grupo anterior a este nuevo grupo. Como si todo esto fuera poco, el fantasma de THE NICE habrá de seguir presente en el mercado fonográfico con la publicación del póstumo disco en vivo “Elegy” en abril de 1971, meses antes del que sería el segundo disco de ELP “Tarkus”.
Tras un par de meses de intensivas sesiones de ensayo y la instauración de un primer repertorio que ya incluía buena parte de su adaptación rockera de la obra de MODEST MUSSORGSKY Cuadros De Una Exposición, el triunvirato de Keith, Greg y Carl dio su primer concierto en el 23 de agosto de 1970 en un pequeño local de Plymouth, contando con la banda local EARTH como telonera. El grupo hizo esto con la lógica sigilosa en caso de que la nueva propuesta musical fracasara en sus pininos, pero ya desde este punto de inicio la recepción fue buena para con el novel trío. El segundo concierto tuvo lugar en el 29 de agosto en el contexto del legendario Isle of Wight Festival, al cual acudieron 600,000 personas. La presentación de ELP llamó poderosamente la atención tanto del público como de la prensa musical, incluyendo el extravagante acto de terminar el concierto con la explosión de dos cañones al final. Esta masiva e instantánea popularidad permitió al grupo obtener rápidamente un contrato de grabación con el sello inglés Island Records, cuya distribuidora estadounidense Cotillion Records era, a su vez, subsidiaria de la poderosa compañía Atlantic Recording Corporation. Menos mal que la opinión del promotor John Peel, quien consideró al show de ELP como un desperdicio de talento y de tecnología, estaba en la insignificante minoría: lo que pasa es que su volátil corazón estaba herido porque este temprano triunfo de ELP significaba el sello de muerte para THE NICE, uno de sus grupos favoritos y a los cuales había promocionado mucho en el pasado. Su tortuosa bonhomía le jugó una muy mala pasada aquí. Volviendo al grupo, resulta que había iniciado las sesiones de grabación de su primer álbum (que habría de titularse directamente “Emerson, Lake & Palmer”) en el mes de julio, cuando aún no había hecho su debut sobre los escenarios, pero al terminar el trabajo tres meses después, el grupo era un ente mimado por el sello fonográfico con el cual habían formalizado su contrato de grabación a inicios del mes de setiembre. Los Advision Studios fueron los cuarteles del grupo y allí contaron con amplio espacio para desarrollar y plasmar su creatividad en los registros de grabación bajo las labores de producción del propio Greg Lake y con la plena complicidad del ingeniero de sonido principal Eddy Offord. La misma portada del disco, que muestra a una cabeza de la cual emerge una paloma que está empezando a alzar vuelo, es el símbolo perfecto del estado de gracia del que gozaba el trío: el autor de tan elocuente imagen es Nic Dartnell. “Emerson, Lake & Palmer” salió al mercado británico en el 10 de noviembre de 1970, reservándose el primer día del año siguiente para el correlativo lanzamiento en el mercado estadounidense. Bien sabida es la anécdota de que el grupo YES, con un recién incorporado Steve Howe, pidió prestado el sintetizador Moog Emerson para que el renuente (y cada vez más apagado) Tony Kaye lo incorporara en un par de canciones de “The Yes Album”. También es conocida la anécdota de que la canción ‘Lucky Man’ (inesperado primer hit de ELP) fue un añadido de último minuto, pero ahondaremos en este peculiar dato un poco más adelante.
“Tarkus”, el segundo álbum de estudio de ELP, contenía material más complejo y más diverso pero demoró menos tiempo en grabarse: dos semanas de enero de 1971 en los Advision Studios, eso fue todo, dos semanas. El grupo estaba entusiasmado y con infinitas ganas de crear nuevas cosas apenas concluida su intensa y amena gira de 1970, y fue justamente la suite que habría de dar título al disco el punto de arranque para este nuevo capítulo de la agenda musical de ELP: más particularmente, la escala circular en 5/4 que Emerson creó al piano, una idea que le dio la sensación a su autor de que se estaba moviendo en territorio nuevo como compositor. Al principio, Lake no se mostró muy entusiasmado con esa idea pero sí lo estuvo Palmer, quien por su cuenta ensayaba sistemáticamente diferentes grooves en compases inusuales.**** Cuando Lake terminó por convencerse de que había algo grandioso en ciernes, surgió la noción de utilizar el espíritu frenético de esta pequeña idea como inicio de una composición de largo aliento... y ya no hubo marcha atrás. ¿Pero qué concepto podía inspirar y cohesionar esa composición de largo aliento? Era un hecho que el nuevo disco de estudio sería más pomposo que el primero pero hacía falta darle una extensión visual al arte del sonido propuesto por el trío. Es así como entra en escena el joven William Neal, egresado de la Guilford School of Art que entonces trabajaba en CCS Advertising Associates, una agencia de diseño gráfico por vía de la cual Neal había hecho varios diseños de portadas de discos. Cuando conoció a Lake y a Emerson (en este orden), los tres quedaron en tener una reunión para ver propuestas gráficas. La reunión terminó de un modo poco promisorio cuando el trío rechazó todas las propuestas expuestas por Neal en ese momento, pero a última hora, Emerson se fijó en el dibujo de un armadillo titánico con brazos en forma de tanque, un dibujo que Neal había hecho en un rato de despistado ocio. Así comenzó la historia de una de las portadas más célebres del rock de los 70s: el grupo y Neal intercambiaban ideas (pistas musicales y bocetos) sobre cómo el armadillo original podía verse más malvado (de ahí surgió la imagen de sus patas de tractor) y qué otras criaturas podrían formar parte del concepto antibélico que estaba formándose en la cabeza de Lake. El hecho de que en la portada se ponga el nombre de Tarkus con huesos y se omita el nombre del trío permite realzar en exclusiva al monstruo protagonista; solo en la historieta impresa en la cubierta abierta inferior aparecen los datos del grupo (junto a otros datos técnicos del disco como tal). Mientras tanto, el proyecto de publicar “Pictures At An Exhibition” a partir de una actuación que tuvo lugar el 26 de marzo de 1971 en la Newcastle City Hall fue puesto en la congeladora pues la alta gerencia de Atlantic pensaba que era muy arriesgado comercialmente hablando sacar a la venta un disco donde se plasmaba una iconoclasta versión rockera de una de las piezas más populares del mundo académico. Ante la propuesta que la misma gerencia hizo de publicar el disco en su división de música de cámara, el management de ELP se negó rotundamente pues era obvio que eso iba a confundir a los cada vez más numerosos seguidores de la banda y que iba a espantar al público usuario de música clásica. Como sea, algo nuevo tenía que publicarse de parte del trío y ya estaba completo “Tarkus” antes de que el año 1971 completara su primer cuarto: a fin de cuentas, este segundo disco de estudio salió al mercado nacional el 14 de junio de ese mismo año 1971 mientras la edición estadounidense se concretó un par de meses después.
La tercera y última sección cantada es ‘Battlefield’, una balada sinfónica donde Lake lamenta la futilidad de la guerra: el atroz espectáculo de montones de cadáveres amontonados en un campo de batalla nos hace olvidar quiénes son los buenos y quiénes los malos en una campaña militar. “Were you there to watch the earth be scorched? / Did you stand beside the spectral torch? / Know the leaves of sorrow turned their face, / Scattered on the ashes of disgrace.” Esta vez es la guitarra eléctrica de Lake quien guía los solos reforzadores de la base melódica. Si el aura contemplativa de ‘Stones Of Years’ había portado un tenor reflexivo, la de ‘Battlefield’ increpa dramáticamente al lado más oscuro y destructivo de la humanidad con su talante elegíaco. ‘Aquatarkus’ cierra los últimos 3 ¾ minutos de la suite con un motif marcial que sirve para que Emerson dé rienda suelta a los recovecos de su sintetizador Moog; en este momento del desarrollo conceptual de la suite, estos vuelos del Moog reflejan simultáneamente el esplendor de algo nuevo que acaba de nacer y el potencial ímpetu destructivo que siempre habrá de permanecer impasible en el orden del mundo. Todo se redondea con un reprise del primer motif de ‘Eruption’ en dirección hacia un cierre magnéticamente poderoso... y también oscuro, pues confirma que la guerra ha de ser siempre un elemento constante en la vida del hombre. ‘Jeremy Bender’ es la
canción que inicia el lado B del álbum y también es la que inicia el hábito de
poner al menos una canción “trivial” en cada disco a fin de mitigar un poco el
imperioso predominio de sonoridades magníficas y esplendores espectaculares que
plasman la mayor parte de las fuerzas creativas del trío. Se trata de una breve
sátira social a ritmo de salón de película de vaqueros; mientras Lake canta sus
líneas con un tono muy afectado, las palmas y arengas vertidas por sus compañeros
enfatizan aún más el aire de farsa. Una canción simpática que cumple cabalmente
con su función antes de que esa gloriosa y furiosa exhibición de jazz-rock
progresivo titulada ‘Bitches Crystal’ entre en acción.
Bueno, repasemos el disco de una buena vez. Tal como dijimos en uno de los párrafos anteriores, lo que se recoge en “Pictures
At An Exhibition” es la actuación del trío que tuvo lugar en la Newcastle City
Hall el 26 de marzo de 1971, 6 días después del 21er cumpleaños de
Palmer. El primer ‘Promenade’ se instala solo con el órgano de fuelles de la
sala, un sonido mayestático que llena todo el aire y lo calienta con una llama
cósmica. El largo redoble de Palmer antes de pasar a la segunda sección posee
un serio efecto dramático pero, en realidad, su utilización se debió a una
razón mucho más pedestre: la distancia entre el órgano de fuelles de la NCH impedía
que Emerson pudiese acercarse con la deseada premura a su propio arsenal de
teclados para dar inicio a las primeras vibraciones de ‘The Gnome’, por lo que
el susodicho redoble permitía mantener el momentum iniciado por la primera
sección. Bueno, una vez instalados los primeros quiebres temáticos de ‘The
Gnome’ con un intercambio entre la dupla Emerson-Palmer y el bajo distorsionado
de Lake, entra en acción el motif central con sus ribetes tétricos y retazos saltarines: lo que comenzó en clave un tanto misteriosa muestra ahora una aureola de entrañable extravagancia.
El segundo ‘Promenade’ instaura un solemne dúo de órgano y canto, cerrándose
todo con un impresionista interludio de Moog y Hammond a cargo de Emerson. De todas
formas, no es tanto cerrar el segundo ‘Promenade’ como abrir la puerta a la emergencia
de la bella balada pastoral de Lake ‘The Sage’ el propósito principal de este
pasaje. Una vez que Lake impone con su canto y su guitarra acústica la etérea y
cautivadora belleza de sus reflexiones existencialistas (“I carry the dust of a journey / That cannot be shaken away. / It lives
deep within me / For I breathe it every day.” – “You and I are yesterday’s
answers, / The earth of the past come to flesh, / Eroded by time’s rivers / To
the shapes we now possess.”), se nota que el público está hipnotizado: no
se escucha siquiera el roce de un zapato sobre el suelo, las respiraciones de
los asistentes se conservan en su mínimo volumen durante los casi 4 minutos que
dura esta espeluznantemente hermosa canción. Desde ya la declaramos como la composición más sublime que haya hecho jamás Don Gregory Lake en toda su vida.
Una vez desaparecido el eco de la última nota de la guitarra acústica de Lake y en medio de una relativamente tímida ovación del público (muy merecida ovación), Emerson y Palmer se centran en un despliegue de psicodelia free form para introducir a la siguiente sección, ‘The Old Castle / Blues Variation’. Al comienzo, Emerson juega aleatoriamente con el ribbon controller del Moog mientras Palmer utiliza recursos del free jazz para hacer sus propios contrapuntos ante el circo dadaístamente obsceno que monta su colega. Una vez que el bajo punzante de Lake incorpora un groove blue-rockero, el trío entra en acción con una monumental exhibición de rock pesado: el sintetizador, durante su relativamente extenso solo, toca solo algunas líneas de piano compuestas por Mussorgsky para ‘The Old Castle’ antes de volar hacia improvisaciones estratosféricas de tenor arábigo, pero el título prevaleció tal cual. En todo caso, el clímax de esta pieza se arma cuando Emerson trueca el Moog por el Hammond y la banda da rienda suelta a su propia variación blues-rockera. Lo que tenemos aquí es una variante más frenética del estándar que el trío creó para la última sección de ‘Tank’. Con esto la banda completa la primera mitad del disco y abre camino al inicio de la segunda mitad con el tercer ‘Promenade’ esta vez ejecutado por el trío para engarzarlo con el eminente y elocuente ‘The Hut Of Baba Yaga’, una sección que combina delirio báquico y arquitectura solipsista, siendo todo ello traducido al nervio inteligente del trío sobre el escenario. De inmediato se engarza ese surrealista y enardecido retrato musical de estragos apocalípticos y embrujos guerreros que se titula ‘The Curse Of Baba Yaga’: “Talk to creatures, raise the dead. / Fate, you know, sure got fed. / Trained apart from houses of stone. / Hour of horses, pick the bone.” Esta composición del trío toca los territorios sónicos de DEEP PURPLE y KING CRIMSON y prácticamente los “derrota en su propio terreno” con su despliegue de incendiario denuedo manejado con un controlado sentido de lo melódico mientras abre espacios para las más pomposas improvisaciones dentro del riguroso sostén rítmico. Lo pomposo se torna aún más frenético con el breve y más veloz reprise del motif central de ‘The Hut Of Baba Yaga’, pero esta vez la intención es la de preparar el terreno para el solemne vitalismo de ‘The Great Gates Of Kiev’. La instancia final de este delirio Mussorgsky-Ravel-Emersoniano impone una atmósfera señorial y una cadencia solemne de acuerdo a la casi estricta fidelidad al espíritu original de esta sección culminante.
Una vez desaparecido el eco de la última nota de la guitarra acústica de Lake y en medio de una relativamente tímida ovación del público (muy merecida ovación), Emerson y Palmer se centran en un despliegue de psicodelia free form para introducir a la siguiente sección, ‘The Old Castle / Blues Variation’. Al comienzo, Emerson juega aleatoriamente con el ribbon controller del Moog mientras Palmer utiliza recursos del free jazz para hacer sus propios contrapuntos ante el circo dadaístamente obsceno que monta su colega. Una vez que el bajo punzante de Lake incorpora un groove blue-rockero, el trío entra en acción con una monumental exhibición de rock pesado: el sintetizador, durante su relativamente extenso solo, toca solo algunas líneas de piano compuestas por Mussorgsky para ‘The Old Castle’ antes de volar hacia improvisaciones estratosféricas de tenor arábigo, pero el título prevaleció tal cual. En todo caso, el clímax de esta pieza se arma cuando Emerson trueca el Moog por el Hammond y la banda da rienda suelta a su propia variación blues-rockera. Lo que tenemos aquí es una variante más frenética del estándar que el trío creó para la última sección de ‘Tank’. Con esto la banda completa la primera mitad del disco y abre camino al inicio de la segunda mitad con el tercer ‘Promenade’ esta vez ejecutado por el trío para engarzarlo con el eminente y elocuente ‘The Hut Of Baba Yaga’, una sección que combina delirio báquico y arquitectura solipsista, siendo todo ello traducido al nervio inteligente del trío sobre el escenario. De inmediato se engarza ese surrealista y enardecido retrato musical de estragos apocalípticos y embrujos guerreros que se titula ‘The Curse Of Baba Yaga’: “Talk to creatures, raise the dead. / Fate, you know, sure got fed. / Trained apart from houses of stone. / Hour of horses, pick the bone.” Esta composición del trío toca los territorios sónicos de DEEP PURPLE y KING CRIMSON y prácticamente los “derrota en su propio terreno” con su despliegue de incendiario denuedo manejado con un controlado sentido de lo melódico mientras abre espacios para las más pomposas improvisaciones dentro del riguroso sostén rítmico. Lo pomposo se torna aún más frenético con el breve y más veloz reprise del motif central de ‘The Hut Of Baba Yaga’, pero esta vez la intención es la de preparar el terreno para el solemne vitalismo de ‘The Great Gates Of Kiev’. La instancia final de este delirio Mussorgsky-Ravel-Emersoniano impone una atmósfera señorial y una cadencia solemne de acuerdo a la casi estricta fidelidad al espíritu original de esta sección culminante.
Tras la suntuosidad refulgente del tercer ‘Promenade’ y la garra aparatosa de las dos piezas de ‘Baba Yaga’, es misión de ‘The Great Gates Of Kiev’ sustentar una instanciación de hidalguía melódica y distinción armónica, especialmente cuando las citas de ‘Promenade’ irrumpen con una gracilidad tan delicada. Eso sí, como Emerson no puede con su genio – y hasta se lo exigimos –, él juega con los giros de uno de sus órganos Hammond para extraer trucos aleatorios e informes antes de la llegada de la coda. El cántico final de ‘The End’ es conmovedor mientras el esquema instrumental crea el último súmmum de grandilocuencia y amotividad: “There’s no end to my life, / No beginning to my death. / Death is life!” ¡Bravo!... ¡Bravo! Las intensas ovaciones del público no son signo de agradecimiento sino reclamos exasperados y entusiastas que exigen más música, una adrenalina que reclama más petróleo para sus llamas... y el trío se siente a gusto atendiendo a este reclamo. Así, el final del disco viene con una pieza que era una de las primeras que había practicado y asimilado el trío desde sus inicios: una versión del hit de B. BUMBLE AND THE STINGERS ‘Nut Rocker’, un rocanrol instrumental de
1962 cuyo núcleo melódico fue tomado de la sección ‘Marcha Minuatura’ de la
suite de ballet Cascanueces de PYOTR
ILLICH TCHAIKOVSKY. Bajo la pauta del pianet Hohner de Emerson, el trío lo traduce a un jam en clave de jazz de salón con su infaltable toque agitadamente rockero: esto, a su vez, preservaba la conexión con la música de cámara rusa del siglo XIX hasta el final. Fijándonos ahora en la reedición deluxe del 2016, éste trae unos bonus muy pero que muy interesantes. Por lo pronto, el primero de sus dos volúmenes concluye con un resumen del concepto de “Pictures At An Exhibition” tal como fue ejecutado en un concierto que tuvo lugar en el Mar y Sol Festival de San Juan de Puerto Rico, el 4 de diciembre de 1972. El grupo muestra un gran vigor, especialmente en lo relativo a la velocidad que adquiere la sección de ‘The Hut Of Baba Yaga’.
El segundo volumen se centra exclusivamente en el concierto del Lyceum Theatre de aquel 8 de diciembre de 1970, el cual comenzó con el concepto íntegro de “Pictures At An Exhibition”, y, tras un momento de descanso, continuó con ‘The Barbarian’, ‘Knife-Edge’, ‘Rondo’ (con un extenso y pirotécnico solo de Palmer) y ‘Nutrocker’. Suena muy conmovedora la dedicatoria a la memoria de JIMI HENDRIX antes de tocar ‘The Barbarian’: Emerson toma el micrófono para reconocer que su obra fue una influencia en ELP y dice que el grupo se lo dedica a su memoria (había partido al más allá tres meses antes). Este concierto estaba publicado en formato de vídeo en el año 1990 (en aquellos tiempos el VHS y el Laserdisc) aunque sin incluirse ‘Nut Rocker’ mientras que se incorporaba una majestuosa ejecución de ‘Take A Pebble’ y se ponía a ‘The Barbarian’ en el comienzo. Es una pena que la versión en vivo de ‘Take A Pebble’ esté ausente en el segundo CD pero es que no cabía... así quedaron las cosas y ya tenemos bastante con todos estos bonus. Pero sí hay varios puntos a favor como es la resolución de los problemas de audio del concierto real, amplificando y reconstruyendo líneas de sintetizador y de órgano que habían quedado opacados en su momento, o la correcta resolución de los momentos más agresivos del bajo de Lake para que complementen en vez de ocultar algún otro pasaje de Hammond de su colega Emerson. Una deuda audiófila dignamente saldada aquí. También es agradable recordar cómo era el interludio barroco de la balada ‘The Sage’ en su primera versión antes de que se llegara a la del mes de marzo que quedó inmortalizada en el álbum original. Y cómo no, también lo es escuchar los explayamientos jocosamente obscenos de Emerson en el preludio de ‘The Old Castle’ (¿cómo olvidar sus emulaciones de maniobras masturbatorias tanto fálicas como anales con el ribbon controller?) y sus improvisaciones campeadoras para el explosivo intermedio de ‘The Curse Of Baba Yaga’ desarrollándose por más tiempo que en el disco oficial. También eran un poco más extensas las irrupciones saltarinas del preludio de ‘The Gnome’. En lo que concierne al sobrehumano solo de batería que inserta un salvaje y divino Palmer en ‘Rondo’, pues es un universo sonoro en sí mismo: con solo oírlo ya se puede visualizar también. Por lo pronto, desde antes de cumplir dos años de edad, este herético trío ya dejó constancia de cómo suenan en el ambiente controlado del estudio y en el fragor de un concierto: un recordatorio de lo último para quienes ya los habían visto en acción y un estímulo irresistible para quienes engrosaban la lista de nuevos fans. Ya era un hecho oficial que EMERSON, LAKE & PALMER pertenecían al panteón de las celebridades del rock.
Muestras de EMERSON, LAKE & PALMER (1970-1).-
The Barbarian [Lyceum Theatre, 1970]: https://www.youtube.com/watch?v=ykikJnYjbxQ
Take A Pebble: https://www.youtube.com/watch?v=tVz35uXqFYw
Lucky Man: https://www.youtube.com/watch?v=89g1P_J40JA
Bitches Crystal: https://www.youtube.com/watch?v=yrfBR1Rh5Ps
A Time And A Place: https://www.youtube.com/watch?v=S6kGXYEkE84
A Time And A Place: https://www.youtube.com/watch?v=S6kGXYEkE84
Oh, My Father: https://www.youtube.com/watch?v=1PSCdlSi2Uk
The Gnome: https://www.youtube.com/watch?v=-mTR8Z8aR2Y
The Gnome: https://www.youtube.com/watch?v=-mTR8Z8aR2Y
The Sage [Lyceum Theatre, 9 de diciembre de 1970]:
The Hut Of Baba Yaga /
The Curse Of Baba Yaga / The Hut Of Baba Yaga / The Great Gates Of Kiev: https://www.youtube.com/watch?v=KKTHZ-6AF8U
* De hecho, la viuda del mentado maestro húngaro se comunicó con el management de ELP cuando advirtió que en los créditos del tema en la contraportada del disco no se mencionaba al compositor sino que simplemente se lo asignó a los Sres. Emerson, Lake y Palmer. En fin, algo ciertamente poco defendible... de hecho, ¡totalmente objetable!
** En varias entrevistas dejó constado el buen Keith los sentimientos encontrados que a lo largo de su vida tuvo respecto a ese solo de Moog en ‘Lucky Man’: le parecía incluso poco menos que vergonzoso que se le considerara un solo de sintetizador emblemático en la historia del rock.
*** Buena parte de las ideas melódicas y grooves de esta pieza emergieron en la primera audición de Palmer para el naciente trío.
**** De hecho, la primera reacción que tuvo Lake cuando Emerson le mostró el primer boceto – ya casi entero – de la que luego sería la sección ‘Eruption’ al piano, dijo algo así como: “Si quieres tocar cosas en ese estilo, sugiero que lo hagas en algún disco solista”. Aquí surgió la primera discusión fuerte entre Keith y Greg, casi amenazando la continuidad del todavía joven grupo. Keith exclamó un par de veces “¡Tómalo o déjalo, Greg!” Si bien en su momento hizo falta una segunda conversación con gente del management de por medio para convencer a Lake a seguir adelante con la nueva idea musical, con el paso del tiempo, Don Greg manifestó su gran aprecio por la suite ‘Tarkus’ en varias entrevistas posteriores. Analizó la suite como un retrato de la futilidad de la guerra tal como se manifiesta en los soldados que son arrojados a los campos de batalla. Él añadió: “Pero es algo más amplio que eso. Las letras son sobre la revolución que fue, que ya sucedió... ¿Y a dónde nos llevó esa revolución? A ninguna parte.” Además, queda constado que él considera a ‘Stones Of Years’ como su sección favorita de la suite.
***** A ver, a ver... ¿ahora resulta que Keith Emerson era, Dios le bendiga, el equivalente de los bucaneros Jimmy Page y Robert Plant en el universo de los teclistas de rock? Bueno, así lo dicta la historia y ya es un dato innegable.
* De hecho, la viuda del mentado maestro húngaro se comunicó con el management de ELP cuando advirtió que en los créditos del tema en la contraportada del disco no se mencionaba al compositor sino que simplemente se lo asignó a los Sres. Emerson, Lake y Palmer. En fin, algo ciertamente poco defendible... de hecho, ¡totalmente objetable!
** En varias entrevistas dejó constado el buen Keith los sentimientos encontrados que a lo largo de su vida tuvo respecto a ese solo de Moog en ‘Lucky Man’: le parecía incluso poco menos que vergonzoso que se le considerara un solo de sintetizador emblemático en la historia del rock.
*** Buena parte de las ideas melódicas y grooves de esta pieza emergieron en la primera audición de Palmer para el naciente trío.
**** De hecho, la primera reacción que tuvo Lake cuando Emerson le mostró el primer boceto – ya casi entero – de la que luego sería la sección ‘Eruption’ al piano, dijo algo así como: “Si quieres tocar cosas en ese estilo, sugiero que lo hagas en algún disco solista”. Aquí surgió la primera discusión fuerte entre Keith y Greg, casi amenazando la continuidad del todavía joven grupo. Keith exclamó un par de veces “¡Tómalo o déjalo, Greg!” Si bien en su momento hizo falta una segunda conversación con gente del management de por medio para convencer a Lake a seguir adelante con la nueva idea musical, con el paso del tiempo, Don Greg manifestó su gran aprecio por la suite ‘Tarkus’ en varias entrevistas posteriores. Analizó la suite como un retrato de la futilidad de la guerra tal como se manifiesta en los soldados que son arrojados a los campos de batalla. Él añadió: “Pero es algo más amplio que eso. Las letras son sobre la revolución que fue, que ya sucedió... ¿Y a dónde nos llevó esa revolución? A ninguna parte.” Además, queda constado que él considera a ‘Stones Of Years’ como su sección favorita de la suite.
***** A ver, a ver... ¿ahora resulta que Keith Emerson era, Dios le bendiga, el equivalente de los bucaneros Jimmy Page y Robert Plant en el universo de los teclistas de rock? Bueno, así lo dicta la historia y ya es un dato innegable.
Excelente reseña Cerebrito!!!
ReplyDeleteA la espera de los 3 álbumes siguientes...ya se lo compartí a R. D' Carlly, incondicional fan del trio.
Gracias, amigo. La próxima será sobre "Works, Vol. I", cuya reedición de 40mo aniversariofue preparada cuando ya estaba muerto Emerson. Además, tengo en mente otra retrospectiva sobre "Triilogy" y "Karn Evil 9".
ReplyDeleteUna vez más, gracias por la atención.
O tal vez sobre los dos siguientes (1972 y 1973)... ya veré.
ReplyDeleteGracias.Muy buen articulo
ReplyDeleteMuchas gracias.
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