Saturday, August 18, 2018

TROOT y la constancia del ideal progresivo en la vía del chamber-rock


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos complace enormemente presentar al ensamble estadounidense TROOT, el cual opera bajo la batuta del teclista y exclusivo compositor Tim Root. El disco que ahora reseñamos se titula “Constance And The Waiting” y salió al mercado el pasado 19 de junio: nos ha sorprendido muy gratamente este trabajo, permítasenos adelantar esto, se trata de una gran obra que aporta no un grano de arena sino una montaña entera para la preservación del ideal avant-progresivo. El esquema de trabajo de TROOT está bien insertado en el paradigma del rock-in-opposition, tanto desde el legado del chamber-rock francófono de primera generación (UNIVERS ZERO, PRESENT) como desde propuestas más recientes (FAR CORNER, RHÙN, CAMEMBERT, FORGAS BAND PHENOMENA). También es notable la incorporación de llamativos recursos jazz-rockeros dentro de varios grooves empleados a lo largo del susodicho disco, así como algunos otros momentos particularmente conmovedores donde predomina el paradigma del rock sinfónico. La conformación de TROOT es muy nutrida pues congrega a 10 integrantes, nada menos: los guitarristas Steve Ball, Alex Anthony Faide y Bill Horist, los bajistas Julie Slick y Marco Machera, la violinista Nora Germain, el baterista Alessandro Inolti, además de la clarinetista y vocalista Beth Fleenor, y la saxofonista y acordeonista Amy Denio, y cómo no, el propio Root al piano. Conocemos a la bajista Slick por su obra solista así como por su paso por el ADRIAN BELEW POWER TRIO y por ECHOTEST, donde también participan Machera e Inolti. Con más de 30 años de experiencia artística sobre sus espaldas, Tim Root es un músico, compositor y director graduado que está especializado en la cámara del siglo XX, lo cual se traduce, a su vez, en una preocupación constante por explorar nuevas dimensiones para la música tanto en lo que se refiere a la música misma como a la composición para obras de teatro y de ballet contemporáneo. También se traduce todo este bagaje erudito, a la hora de insertarse en el área del rock, en una exploración de chamber-rock que le hace hermanarse con las pautas estilísticas que mencionamos anteriormente. Nada más ni nada menos que esto es lo que se nos brinda en este hermoso y exigente disco que es “Constance And The Waiting”: pasamos a explorar sus detalles a continuación.


Los dos primeros temas del álbum nos brindan 11 minutos de grandeza sonora desde la cual el ensamble pone buena parte de las cartas de su baraja sonora sobre la mesa. Todo comienza con el grácil y travieso tema ‘Axe For The Forzen Sea Within’, pieza que tras un breve prólogo de tenor parsimonioso se despliega en un acto perpetuo de tétricas jovialidades y misteriosas animaciones sobre la compleja sustentación provista por la batería. Mientras el piano (y a veces, la dupla rítmica también) se encarga mayormente de enfatizar los elementos ceremoniosos del desarrollo temático en curso, los vientos y el violín suelen más bien elaborar audaces coloridos que se complementan muy bien con el masivo nervio plasmado por las múltiples guitarras. Acto seguido llega el turno de ‘Dance Elena’, pieza cuya principal misión consiste en enfatizar el factor de extravagante algarabía que había sido tan relevante para la instauración del primer tema, siendo así que este factor mencionado recibe un tratamiento más tenso en ciertos pasajes estratégicos donde el grupo decide ponerse un poco Crimsoniano. En el centro neurálgico de esta pieza, los colores instrumentales se ponen festivos a medio camino entre lo dadaísta y lo carnavalesco (al modo de las composiciones más solemnes de FRANK ZAPPA), siendo así que el cuerpo central se siente motivado a explotar aún más su esencial extroversión. Los rotundos aleteos finales de piano aportan la única modalidad de conclusión lógicamente posible para este festival musical: ¡qué gran momento culminante del álbum es este que acabamos de disfrutar! Si ‘Axe For The Forzen Sea Within’ cumplía con el relevante y acuciante rol de instaurar un lenguaje, ‘Dance Elena’ se eleva grandilocuentemente para instalar el primer cénit decisivo del álbum. El tercer tema del álbum se titula ‘Palasidai’ y su talante es, en abierto contraste con lo exhibido en la pieza precedente, un viaje introspectivo marcado por un lirismo conmovedor, poético, envolvente: eso sí, para nada exento de la robustez que el ensamble ostenta orgulloso como pauta de trabajo. Cuando estamos a punto de llegar a la frontera del cuarto minuto y medio, todo transita a una dimensión minimalista bajo la guía de muy tenues fraseos de piano, lo cual en realidad es el inicio de los cimientos para un delirante y furioso clímax donde las proclamas neuróticas declamadas por Fleenor signan el airado camino hacia la retoma final del motivo central, esta vez con una acrecentada fastuosidad. Otro cénit... ¡y es que esto no para!

Durando casi lo mismo que la pieza precedente (o sea, poco más de ocho minutos y cuarto), ‘Venice Of The Sky’ se hace cargo de presentarnos una especie de híbrido entre UNIVERS ZERO y los WEATHER REPORT de fines de los 70s, con algunos matices propios del paradigma prog-sinfónico. Es en momentos así que notamos la afinidad que la gente de TROOT mantiene con otras voces vanguardistas del momento como SKE, YUGEN y CAMEMBERT. También notamos algunos Casi justo en la barrera del tercer minuto emerge un muy Frippiano solo de guitarra que funge como proveedor de etéreas densidades en medio de la muy inspirada arquitectura musical del ensamble. Hay también un momento donde el violín nos regala el más hermoso de sus solos en medio de sendas reinserciones del cuerpo central; el gran finale está  dirigido por el solo de saxofón mientras que en los subterfugios van fluyendo capas neuróticas de guitarra. Nos vamos acercando al final de este no muy largo repertorio cuando llega el turno de ‘Hollow By Footsteps’, pieza diseñada para volver a utilizar la estrategia de brindar un sólido contrapeso a la algarabía dominante de la pieza precedente por vía del uso insistente de recursos introspectivos. De hecho, en los primeros minutos de esta pieza, dirigidos por el dueto de piano y violín, tenemos los parajes más melancólicos del disco, exhibiendo un aura contemplativa reservada en los rincones más callados del yo. Aunque evidentemente tiene personalidad, propia, también tiene una función de preparar el terreno para el arribo de la pieza que ha de cerrar el disco. Los últimos 8 3/4 minutos de “Constance And The Waiting” están ocupados por la pieza que responde al sencillo título de ‘Joey’ pero que no tiene nada de sencillo y mucho menos de complaciente en su estructura global ni en la ilación compositiva desde la cual se organiza su punzantemente compleja arquitectura. Este tema de cierre se puede muy bien describir como una síntesis de las labores hechas en los dos primeros temas del álbum con dosis aumentadas de neurosis y tensión. Los fantasmas de ZAPPA y los UNIVERS ZERO de los primeros años se despiertan y organizan un carnaval que toma algo de la esencia de lo lúgubre y otro poco de la esencia de lo surrealista: también tenemos otra proclama furiosa de Fleenor en las instancias finales, la cual exorciza y refuerza (como si no estuviera ya suficientemente robustecida) la predominante diadema de rabia y vehemencia.



Lo que hemos gozado en “Constance And The Waiting” es una de las creaciones progresivas más notables del año, un catálogo de genialidades valientes y extravagantes en un contexto de gloriosa osadía musical. TROOT es un ensamble que ya deja una huella imposible de borrar dentro del actual escenario progresivo y esperamos que este disco no resulte ser su única creación. ¡Recomendado al 200%! 


Muestras de “Constance And The Waiting”.-

Dance Elena: https://troot.bandcamp.com/track/dance-elena

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