Sunday, September 09, 2018

Los AFTER NATIONS hacen su tercera travesía por constelaciones progresivas



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de presentar a “Consteleid”, el más reciente disco de AFTER NATIONS, trío conformado por Andrew Elliott [guitarras], Travis Baker [batería] y Zack Krishtalka [bajo]. En tiempos pasados, el bajista había sido Tyler Mehaffey y el baterista, Alexander Thomas. El grupo en cuestión tuvo sus orígenes en un proyecto solista de Elliott en el año 2012 en Kansas City (Misuri), pero muy pronto el trío conformado bajo esta premisa pasó a convertirse en un grupo propiamente dicho con nombre propio. Así las cosas, los AFTER NATIONS empezaron a componer, almacenar y grabar discos, comenzando con “Wake Of The Mendacon” del año 2014 y continuando con “The Bearing Point”, del año 2016, para ahora mostrarnos su tercer disco “Consteleid”, el cual fue publicado en el primer día del pasado mes de agosto. 


Los primeros 4 ¼ minutos del disco están ocupados por ‘Holon Patterns’, pieza que instala el ideario estético de la banda con su ágil y electrizante mezcla de metal experimental, math-rock y una modalidad particularmente pesada de psicodelia. A través de los complejos flujos y desvíos por los que se orientan los pulidamente calculados cambios de ritmo y motivo, el grupo elabora un desafiante juego de contrastes entre los pasajes más fieros y los más sutiles. Sigue a continuación ‘Manifold Of Aeons’, ítem que recoge y capitaliza la siembra de sofisticado vigor instaurada por el tema de entrada para darle un dinamismo progresivo más filudo al asunto. Así, los pasajes fieros adquieren una dosis mayor de furia y los contrastes con los pasajes constreñidos son más agudos; de rebote, como no puede ser de otra manera, se exige una ingeniería rítmica aún más sesuda que también incluye algunos factores jazz-rockeros en ciertos pasajes. ‘Hierophant Tongues’, el tercer tema del álbum, se caracteriza por una musculatura rotunda donde se sintetizan los legados de los dos temas precedentes y se añade un toque de juguetona majestuosidad al esquema de trabajo recurrente del trío. La miniatura ‘Aurora’ – dura poco más de medio minuto – exhibe unas lánguidas escalas de guitarra; a partir de allí, se abre la puerta para el arribo de ‘Eos’, un número bastante especial dentro del repertorio del disco pues consta de dos secciones claramente diferenciadas entre sí. La primera de ellas se inserta en un estándar post-rockero que asume influencias confluyentes entre el filo visceral del space-rock y el delirio sublime de unos KING CRIMSON de la fase 73-74. La segunda sección se estructura bajo una compleja ingeniería math-rockera donde se fusionan los horizontes paradigmáticos de DON CABALLERO (etapa 1995-8) y GIRAFFES? GIRAFFES!, añadiéndose algunos modismos metaleros en el camino cimentado con asfalto fulguroso. ‘The Janus Head’ vuelve de lleno a la dinámica de musculaturas rotundas que iba en crescendo en la ilación de los tres primeros temas: en esta ocasión específica, los aires de familia más fuertes son con ‘Manifold Of Aeons’.

  

La secuencia de las piezas #7 y #8 repite el proceso de miniatura y pieza plenamente desarrollada: ‘Atora’ es un breve despliegue de centellas neuróticas mientras que ‘Psychlotome’ enarbola un contundente ejercicio de ingeniería rotunda, esta vez un poco menos complejo que el que se exhibe en cualquiera de los temas largos precedentes. De todas maneras, ‘Psychlotome’ luce con robusta gallardía la sucesión de diversos motivos y esquemas rítmicos que fluye por sus conductos sonoros; de hecho, apreciamos muy positivamente el realce del rol del bajo y el empleo de muchos trucos jazz-rockeros de parte de la batería. La dupla de ‘Juggernaut Pendulum’ e ‘Infora’ se encarga de cerrar el repertorio del disco con un pletórico sentido de la compleción coherente de un sistema estético bien perfilado. ‘Juggernaut Pendulum’ elabora un recurso más mesurado para el despliegue de la garra rockera esencial del trío... la cual sigue exhibiendo su furor inmanente con la misma dosis de siempre. La misma dosis, un enfoque menos furioso donde hay cabida para algunos dejos blues-rockeros y jazzeros en medio de la perpetua mezcla de math-rock y post-metal. Por su parte, ‘Infora’ redondea la faena global del disco volviendo con todo a los modismos preeestablecidos en los dos primeros temas, logrando con ello dar una nueva vuelta de tuerca a la incendiaria vitalidad que antes marcó a la pieza #3 en conjunción con el señorío propio de la pieza #8. ¡Gran final de disco! Todo esto fue lo que el trípode musical de AFTER NATIONS nos ha brindado a lo largo del repertorio de “Consteleid”. Este disco encarna una muy estimulante y demasiado vibrante travesía por constelaciones progresivas cuya dinámica ecléctica se pasea solventemente por muchas de las áreas más agresivas del género: más de 42 minutos de música guerrera y sofisticada. Para quienes recién estén descubriendo a los AFTER NATIONS, que sepan que este disco es una estupenda y atractiva vía de entrada a su cosmovisión musical particular.


Muestras de “Consteleid”.-

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