Wednesday, September 12, 2018

STOP MOTION ORCHESTRA y su retorno a la palestra avant-progresiva




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos complacemos enormemente en presentar el nuevo disco del ensamble estadounidense STOP MOTION ORCHESTRA, el cual se titula “Lightworks” y fue publicado durante el último tercio del pasado mes de agosto. Para ser más exactos, se trata del segundo álbum de este grupo dedicado a cultivar una modalidad fresca y ecléctica de rock-in-opposition para el nuevo milenio, aunque no es lo que llamaríamos un disco d larga duración sino un EP, pues el repertorio ocupa un total de solamente 29 minutos y medio... ni siquiera media hora completa. Eso sí, la música vertida aquí es estupenda, lo decimos de entrada. El personal está actualmente conformado por Alden Doyle [violín], Leila Henley [saxofones, flauta y voz], Sam Arnold [bajo, guitarra acústica y banjitar], Charlie Duncan [batería y percusión], Henna Chou [cello y teclados] y Mohadev [guitarras, sintetizadores y piano]. Como vemos, este sexteto cuenta con una logística instrumental abismalmente copioso, pero, aun así, recurrió al apoyo ocasional de Phil Davidson al sintetizador bajo en el segundo tema de este nuevo álbum. Hacía mucho tiempo que no oíamos hablar sobre este talentoso y creativo grupo formado en Austin, Texas, en el año 2013: su disco de debut “Instant Everything!” data del año 2014 y de su alineación de entonces sobreviven Mohadev, Doyle y Chou. El disco nuevo es más breve que ese primer disco que nos dejó tan gratamente impresionados pero es un muy digno sucesor: de hecho, podemos decir desde ya que “Lightworks” es un trabajo sumamente estilizado que destila por doquier belleza y magia desde el enclave avant-progresivo en el cual se sitúa el grupo. Veamos ahora los detalles del disco en cuestión, ¿vale?

  

Pasemos ahora a los detalles del repertorio de “Lightworks”. Durando poco menos de 6 ¼ minutos, ‘Serafini’s Cat’ establece recursos de alegre expresividad en un clima de juguetón jolgorio. Si bien hallamos aquí los típicos juegos de disonancias que el chamber-rock convirtió en punta de lanza (UNIVERS ZÉRO, ART ZOYD), aquí el talante es de galante y colorida extroversión. El esquema rítmico es moderadamente vivaz y las triangulaciones de guitarra, saxofón y violín son tremendamente animadas, por lo que aquí se hace patente el imperio de lo celebratorio. Los aires de hermandad con bandas pioneras del RIO estadounidense como CARTOON y POCKET ORCHESTRA son fáciles de detectar: la tensión posmodernista está al servicio de una festividad melódica. A continuación sigue ‘Way To Sarov’, una pieza fundamental para instaurar un primer cénit definitorio para el álbum. Su sólido lirismo se delinea sobre un sobrio y delicado manejo de las evoluciones disonantes que sustentan el esquema musical de la esencia nuclear de la pieza. Una vez que la batería impone desde el punto de arranque el sereno groove que ha de definir a la pieza en su bloque general, la guitarra acústica tiene mucho peso en el entramado melódico y las desafiantes expansiones armónicas que tienen lugar. Eso sí, dichas expansiones armónicas mayormente reposan sobre los hombros dialogantes de las cuerdas y el saxofón. Cuando entra a tallar e lcanto femenino, el candor musical aumenta un poco más. Es un tema muy poético y muy sutilmente inquietante el que eligió la gente de STOP MOTION ORCHESTRA para crear este punto culminante del álbum. ‘Nerve Hurdle’ cumple con la función de hacer un viraje hacia un renovador esquema de trabajo basado en el paradigma jazz-progresivo con potentes referencias psicodélicas. Es ahora la guitarra eléctrica quien lleva la pauta de la instrumentación global en la mayor parte del tiempo, gestando desde sus fraseos y solos un empuje muy filudo... ¡y hasta torturado! El ensamble no se pone precisamente en plan chillón pero sí se nota un incremento de musculatura epxresiva aquí. De manera muy creativa, el momento final aporta un convincente aire pastoral que aporta un aura calmada al asunto. El segundo cénit del repertorio, no nos cabe duda al respecto. 



La pieza más breve del disco es ‘Metal Pants’, que no llega a ocupar dos minutos y medio completos de espacio. Llena de vitalidad, esta pieza recibe en cierta medida la herencia jovial del tema que abrió el álbum, pero el talante de su foco melódico está más cercano a la densidad aguerrida que inundó a la pieza precedente. Notamos ciertos aires de familia con el patrón avant-progresivo de la banda compatriota UT GRET. Tras la pieza más breve sigue ‘Océano De Leche’ – sí, así en español –, tema diseñado para instaurar el definitivo cénit del álbum.  se debe en buena medida a que el grupo decide en su primera mitad explorar con calma ciertos motivos bien integrados entre sí para crear una atmósfera de orquestaciones serenas e introspectivas, pero carentes de cualquier indicio de languidez. Más bien, se trata de una retoma del espíritu general de ‘Way To Sarov’ con el propósito de llevar al lirismo reinante hacia dimensiones de envolvente misticismo. A través de la vitalidad constreñida que se hace, de todas maneras, manifiesta en el desarrollo melódico y en la energía performativa de los músicos, esta pieza de cierre opera como puerta abierta hacia un ensueño progresivo diagramado con excelsa pulcritud y sublime elegancia. La pieza en sí misma ha aprovechado al máximo su espacio de poco más de 7 minutos. En lo referente al balance general y final de este hermoso EP que es “Lightworks”, pues no tenemos más remedio que admitir que nos ha encantado un montón. Aunque no llega a la altura de “Instant Everything!” con toda su soltura ecléctica exhibida en un repertorio más extenso, lo justo es concluir que esta alineación renovada de la STOP MOTION ORCHESTRA ha gestado en este nuevo disco una gema progresiva muy relevante para la preservación de la provincia más sistemáticamente vanguardista del género. Se trata, a fin de cuentas, de un estupendo retorno a la palestra musical.


Muestras de “Lightworks”.-

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