HOLA, AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Nos complace mucho que, por
fin, en el pasado mes de junio, haya tenido lugar lo que debía tener lugar:
la publicación de “Tranceportation (Volume 2)”, el disco que contiene los ítems
faltantes de las sesiones de grabación que realizó el colectivo suizo SONAR
junto al estadounidense DAVID TORN entre el 29 de mayo y el 3 de abril del año
2019 en el Mazzivesound Studio de Bellmund, Suiza. El primer volumen de este
concepto de “Tranceportation” fue publicado en noviembre del año pasado*, y
ahora, con este segundo volumen, publicado por RareNoise Records tanto en CD como en vinilo púrpura transparente, podemos completar adecuadamente nuestra
apreciación de la magia pentagonal que esta asociación fue capaz de crear durante
esas sesiones. Junto al maestro TORN, quien se hacía cargo de la guitarra eléctrica y
los loops, tenemos al dúo de Stephan Thelen y Bernhard Wagner al mando de las
guitarras trítonas junto a la dupla rítmica de Christian [bajo trítono] y Manuel
Pasquinelli [batería y percusión]. He aquí la cosecha completa de la labor de la
alquimia progresiva que tuvo su inauguración con el disco “Vortex” (marzo de 2018)
y que había dejado a los cinco músicos con ganas de más... y de paso, también a
los oyentes. Con su mezcla de math-rock, post-rock, psicodelia Crimsoniana de la época de los 80s y jazz-rock experimental, la
gente de SONAR ya tiene un estándar musical bien delineado a través de un
razonablemente amplio currículo cuyo primer paso se dio en el año 2012, y el ensamblaje de solos y matices que añade
TORN al asunto aporta un aire de densa distinción al esquema de trabajo
colectivo. De paso, la publicación de este ítem sirve para celebrar el décimo aniversario de sonar. Bueno, pasemos ahora a los detalles de “Tranceportation (Volume 2)”.
Da inicio al álbum la pieza ‘Triskaidekaphilia’, el cual muestra un filo extrovertido desde el punto de partida, aunque éste se va refinando a medida que algunos elementos del esquema rítmico asumen un sobrio incremento de la musculatura y los ornamentos de la guitarra solista se van sumando a lo largo de ciertos pasajes estratégicos. También hay flotantes ornamentos cósmicos que añaden una misteriosa densidad al asunto, los cuales resultan bastante útiles a la hora de aportar un colorido extra a los magníficos juegos de tensiones que van variando con impoluta fluidez. El solo de guitarra que emerge a poco de pasada la frontera del quinto minuto y medio es simplemente espectacular, haciendo gala de una garra incendiaria que sabe revestirse de elegancia. La sencillez absorbente y envolvente con la que la pieza traza su sección final tiene un encanto muy particular. ‘Tranceportation’, el segundo tema del repertorio, es también el más extenso del mismo con sus casi 12 ¾ minutos de duración. Siguiendo en buena medida las pautas de tensión y sombría sutileza de la pieza precedente, aprovecha su espacio para llevarlas hacia una escalinata más elevada de renovadora magnificencia. Los precisos juegos de síncopas asentados por la dupla rítmica se dejan ornamentar por algunas florituras de la batería mientras el centro temático abre espacios definitorios para ir creando, de a pocos, un armazón sonoro signado por una robustez que se sitúa a medio camino entre lo enigmático y lo circunspecto. Para el último tercio, la guía de la dupla rítmica y algunos guitarreos básicos incursiona en una experimentación jazzera antes de detenerse para que los últimos efectos cósmicos se adueñen del centro temático concluyente. ‘Slowburn’ es el tema más sereno del disco, siendo su función principal la de explorar terrenos de expresividad nostálgica a partir de una retoma de las cadencias más comedidas que formaron parte de las dos piezas precedentes. Eso no quiere decir que no haya pasajes afilados, que también los hay: como pauta general del concepto de “Tranceportation”, la llegada de los recursos de tensión se da de la mano de algún solo de guitarra, el cual fuerza a la batería o a una de las otras guitarras a agitar su nervio del momento. En el caso de ‘Slowburn’, estos momentos de tensión son vehículos para exhibir algunos misterios de la emotividad sombría que atraviesa a la estructura global de la pieza.
Durando poco más de 9 ½ minutos, ‘Cloud Chamber’ pone el broche final a las cosas asumiendo la estrategia de remodelar la arquitectura sonora antes empleada en la pieza inicial del álbum. En esta ocasión, las atmósferas y grooves son más cáusticos, siendo así que la amalgama sonora elaborada por el ensamble se focalice sistemáticamente en el realce de su propia ingeniería; su operabilidad es el núcleo inspirador del desarrollo temático. Los tramos donde se intensifican las cosas pasajeramente se almacenan en montículos dentro del mapa musical que se está desarrollando. Así ha
funcionado todo con esta nueva oferta de la maquinaria sonora de los excelentes
SONAR y el maestro DAVID TORN: “Tranceportation (Volume 2)” es un gozada
acogedora e inquietante a la vez. Tal como confiesa Thelen, uno de los
integrantes de SONAR: “a lo largo de mi vida, la música me ha servido como
un medio de transporte para mí – algo que puede llevar a la mente de uno por un
viaje allende los límites del espacio y el tiempo hacia mundos hermosos, extraños
y desconocidos”. Creo que con la transcripción de estas palabras nos
apoyamos en una buena manera de explicar de qué van estos discos de “Tranceportation”:
nos alegra sobremanera que este proyecto haya sido tan exitoso a la hora de
crear nueva música progresiva repleta de ambientes sugerentes y magia
inescrutable, y nos queda muy claro que ninguno de estos dos volúmenes se aprecia
correctamente sin el otro. SONAR y TORN ocupan un lugar muy alto en nuestras
preferencias de rock artístico en lo que va del año 2020.
Muestras de “Tranceportation
(Volume 2)”.-
Triskaidekaphilia: https://sonar-band.bandcamp.com/track/triskaidekaphilia
* Disco que
hemos reseñado en este mismo blog en el enlace
https://autopoietican.blogspot.com/2020/02/la-nueva-transportacion-de-sonar-y.html
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