Saturday, January 01, 2022

El segundo acto de ISOBAR


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy se da la ocasión de presentar el segundo disco del excelente grupo estadounidense ISOBAR, el cual fue publicado el 10 de diciembre del pasado año 2021 y porta el sencillo título de “Isobar II”. Trope Audio es el sello encargado de publicar el disco que ahora reseñamos. Este trío conformado por Jim Anderson [bajo], Malcolm Smith [guitarras] y Marc Spooner [teclados] vuelve a gozar de la íntegra colaboración del trabajólico músico sueco Mattias Olsson a la batería y las percusiones, al igual que sucedió en el homónimo disco de debut del pasado año 2020. Colaboran ocasionalmente Evan Weiss a la trompeta y Ben Bohorquez al saxofón en este disco que fue grabado en los Dolores Gulch Studios, mezclado por Robert Berry en los Soundtek Studios y masterizado por Rainer Gembalcyk en el estudio Sienna Digital. Bueno, repasemos ahora los detalles de este nuevo repertorio de ISOBAR.

Durando poco menos de 9 minutos y medio, ‘Short Story Long’ abre el repertorio con una declaración de principios sobre la revitalizadora fastuosidad que el grupo está dispuesto a desarrollar a lo largo del álbum; de hecho, es la pieza más extensa del álbum. Tras un solemne preludio cósmico, una compleja línea de bajo abre campo a la instauración del cuerpo central, el cual se ubica en una encrucijada entre el estilizado esplendor de YES y el complejo señorío de GENTLE GIANT a través del filtro de ECHOLYN. La ilación de los diversos motivos corre fluidamente a través de las estepas melódicas que se van articulando en una ingeniería sónica tan robusta como refinada, ingeniería que siempre se apoya en un esquema rítmico sofisticado, independientemente de la dosis de ímpetu utilizada en cada ocasión particular. Gran inicio de álbum. ‘Obstination’ sigue a continuación para imponer un clima de plenitud jovial muy especial sobre la base de una intensidad rítmica muy inclinada hacia el jazz-prog y las travesuras Zappianas (casi como un híbrido de BUBBLEMATH y HOOFFOOT) y un generoso uso de recursos disonantes en el desarrollo temático. El epílogo solitario de la batería es simplemente espectacular. Con la dupla de ‘Social Meteor’ y ‘Eigengrau’, el grupo prosigue con la exploración de su paleta sonora. El primero de estos temas prosigue por la senda de fulgurosa jovialidad de la anterior y le añade un mayor punche rockero, además de incluir algunos de los mejores solos de guitarra de todo el álbum. En cuanto al segundo de estos temas mencionados, éste da un viraje hacia un lirismo mesuradamente etéreo cuyos trazos sonoros son dibujados con meticulosa delicadeza. Un oportuno cambio de ambiente para este momento del álbum. Cuando llega el turno de ‘Zed The Exhaler’, la banda regresa a la fastuosidad sinfónica que signó a la pieza de apertura, esta vez centrándose sistemáticamente en los aspectos más ceremoniosos de dicha solemnidad para exhibir un aura de exquisita densidad, al modo de un híbrido entre los GENESIS de la fase 76-78 y los KING CRIMSON de inicios del milenio. En verdad que los matices oscurantistas son los que más se hacen notar dentro del sofisticado bloque musical que los músicos arman con una perfecta interconexión de sus fortalezas vecinas. 

Los temas 6-10 conforman la suite ‘The Jury Of Ten Men’, siendo así que los títulos de sus secciones son, respectivamente, ‘The Suppressor Of The Archives’, ‘The Impaler Of Distortions’, ‘The Impersonator Of Sorrows’, ‘The Image Motivator’ y ‘The Squire Of Reason’. La primera sección establece una ingeniosa y ágil combinación de sinfonismo de vieja escuela, espectros de GENTLE GIANT y sinfonismo moderno afiatándose mutuamente con una muy despierta vivacidad, la misma que permite al grupo impulsar solventemente el colorido inherente al laberíntico desarrollo compositivo en curso. La segunda sección se instala bajo una atmósfera cálida y reposada, creando un ambiente de ensueño señorial y preciosista, mientras que la tercera se explaya en un lirismo que oscila entre lo romántico y lo impresionista (un poco al estilo de THE ENID). De todas formas, en esta cuarta sección hay también algunos espacios estratégicos para dejar que el vigor rockero se manifieste con total naturalidad. La cuarta sección es una miniatura vivaz que coquetea con el patrón de GENTLE GIANT a través del filtro de A TRIGGERING MYTH, siendo su principal función la de preparar el camino para el arribo de la quinta y última sección. Ésta se focaliza en un ágil y robusto ejercicio de sinfonismo que recoge y remodela los aspectos más fastuosos de las secciones precedentes. ‘Flannel’ se encarga de cerrar el álbum y lo hace con un vitalismo llamativo y magnético, apelando inicialmente a una combinación compacta entre la fineza melódica del prog sinfónico y el groove señorial del jazz-rock. Más adelante emerge un interludio donde el asunto vira drásticamente hacia una ambientación parsimoniosa y noctámbula, no exenta de ciertos matices inquietantes que rayan con el avant-prog y con el paradigma Crimsoniano en simultáneo. De todas maneras, mientras se va prolongando este momentum, la espiritualidad se torna más versátil y suntuosa, creando un aura densamente palaciega en torno a sí. De esta manera, el grupo prepara la vía hacia un epílogo genuinamente majestuoso (a su vez, seguido por una coda cibernética).

Esto fue lo que nos ofrecieron los ISOBAR con “Isobar II”, un disco fabuloso que confirma a la banda en cuestión como una fuerza importante dentro de la producción progresiva estadounidense de estos últimos años. De hecho, nos parece uno de los aportes más notables al rock artístico mundial desde los EE.UU. en el pasado año 2021. Un gran segundo acto de ISOBAR.



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