Saturday, October 08, 2022

La hora mágica del excelente ensamble jazz-progresivo japonés HENRYTENNIS

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
En esta ocasión nos complace sobremanera presentar el nuevo disco del grupo jazz-progresivo japonés HENRYTENNIS, el cual se titula “Bay Leaf And Singers” y fue publicado el pasado 27 de setiembre (hace muy poco) en formato digital a través de su blog de Bandcamp. El ensamble conformado por Yoshihito Okumura [guitarras], Syun Saitou [bajo], Syunsuke Tomioka [saxofones alto y soprano], Takuya Irie [saxofones alto y tenor, y glockenspiel], Kazuma Sakamoto [batería] y MinMin [teclados] nos brinda en éste, su cuarto trabajo fonográfico, una ágil y llamativa mezcla de Canterbury melódico, estándares de WEATHER REPORT y HAPPY THE MAN, además de algunos matices de la faceta más señorial del peculiar cosmos musical del inmortal FRANK ZAPPA. Los orígenes de HENRYTENNIS se remontan al año 2003 cuando el guitarrista Okumura y la teclista-vocalista Chie Takizawa (actualmente, una de las colideresas de MOLESLOPE) unieron fuerzas para hacer música experimental, y ya con un formato ampliado a quinteto, el grupo debutó con el disco de 2006 “Eight Rare Cases”. Ya con el disco de 2017 “Freaking Happy”, el colectivo de HENRYTENNIS – que ya había experimentado algunas importantes variantes en su alineación – se asentó dentro del área del jazz-prog con ornamentos y tintes vanguardistas, y esta línea de trabajo se fortalece sólidamente en “Bay Leaf And Singers”, el disco que ahora reseñamos. Bueno, veamos los detalles de su contenido.


La pieza titulada ‘Magic Hour’ abre el repertorio con un carácter asertivo y convincente. Poniendo todas las cartas extrovertidas de la baraja sonora de la banda sobre la mesa, activa imparables recursos de agilidad a través de un desarrollo temático bastante atractivo y magnético. El esquema rítmico está muy bien perfilado, abriendo espacios para un groove lleno de distinción. Acto seguido, la dupla de ‘Weather’ y ‘Bay Leaf’ se encarga de ampliar espacios sonoros para el ensamble. El primero de estos temas mencionados instaura un nuevo despliegue de vivacidad dentro de un encuadre bien equilibrado entre el colorido del Canterbury y la faceta más grácil del magnífico señorío de los legendarios HAPPY THE MAN. Definitivamente, el grupo tiene muy en mente focalizar su creatividad bajo un manto de exquisita jovialidad. En cuanto a ‘Bay Leaf’, tiene un enfoque más centrado en la faceta extrovertida de los últimos discos de WEATHER REPORT, añadiéndole algunos matices apropiados del paradigma de los YELLOW JACKETS. Jazz-rock gentil que resulta encantador de una manera totalmente natural por causa de sus esenciales aires festivos. ‘My Essential xx’ básicamente prosigue por la senda de la pieza precedente, capitalizando su luminoso vigor con un tratamiento más sofisticado del groove general y una labor más exuberante dentro de la triangulación entre los dos saxos y la guitarra. ‘Dusk Coast’ se caracteriza por una serenidad un poco mayor que cualquiera de los precedentes, aunque todavía califica como un ejercicio musical extrovertido. En todo caso, los arreglos instrumentales se enfilan más hacia una espiritualidad cálida, haciendo buen uso de un compás inusual para desplegar la atmósfera general. Hay un hermoso solo de guitarra, uno de los mejores del álbum. Se notan aires de familia con las bandas compatriotas JIZUE y MOLESPOLE. Ya en su último tercio, la pieza adquiere una garra extra que se traduce en una mezcla de agilidad y densidad, manteniendo el gancho de manera convincente.
 
‘Automatic Sky Line’ se centra en establecer una síntesis entre los enfoques estilísticos de las piezas segunda y tercera, lo cual implica un nuevo ejercicio de inteligencia ingenieril donde el entramado de todos los aportes instrumentales funciona con compacta organicidad. Ciertos mecanismos atonales manejados con ensamblada meticulosidad parecen acoger algunas herencias Zappianas. Para cuando llega el turno de la pieza llamada ‘Special One’, ya están perfectamente delineados los patrones estéticos de la banda, pero nos llega una especia de sorpresa con el impacto inicial que generan las vibraciones rockeras del hermanamiento de batería y guitarra, las cuales asientan instantáneamente los cimientos para el impetuoso y jubiloso swing general de la pieza. Es como un esbozo de nu-jazz que ha sido remodelado drásticamente para gestar un sólidamente vivaz ejercicio de jazz-rock con connotaciones funky, el mismo que incluye algunas virtuosas intervenciones de los teclados. Jazz-prog bailable, así como suena. ‘Really Very Hard Bird Sings’ es el simpático título del octavo tema del álbum. En realidad, se trata de un tema explícitamente lírico, bien enfocado en los delicados efluvios melódicos que se van desarrollando a lo largo del camino. Las calculadas intervenciones de los dos vientistas (en conjunto o individualmente) llenan solventemente los espacios organizados por el bloque de los demás instrumentistas. También hay un breve espacio para un hermoso solo de guitarra en alguna parte de la segunda mitad, un solo que opera como catalizador de incrementada sofisticación para el enmarañamiento sónico. El final es tremendamente climático, algo muy oportuno para cerrar el clima de fulgurosa majestuosidad que ha predominado decisivamente a lo largo del tema. ‘For Tomorrow’ da un paso adelante dentro de la senda de evocador lirismo asentada por la pieza anterior y le añade un aura contemplativa a partir de la ambientación otoñal que arropa al desarrollo temático. ‘Don’t Touch My Soul’ regresa prestamente a la senda del jazz-fusion melódico y grácil que tan buenos resultados dio en los temas tercero y cuarto del álbum, añadiéndole algo de la sofisticación crucial del segundo tema. La vitalidad, como siempre, es contagiosa, y las interacciones entre los músicos van fluyendo con total garbo a través del razonablemente complejo esquema rítmico creado para la ocasión.
 
Durando poco más de 9 ½ minutos, ‘Daylight Fire Section’ es el tema más extenso del repertorio y también es el encargado de cerrarlo. Comienza con un foco temático persistente y bien dibujado cuyos referentes jazz-progresivos no son muy ajenos a los de bandas como COEVALITY, PYMLICO y los ya mencionados MOLESLOPE. Pero, de repente, a mitad de camino, todo vira drásticamente hacia un ejercicio de ágiles tensiones sobre un frenético compás inusual donde se fusionan RIO y jazz-rock. No es un pasaje muy extenso, pero sí tiene suficiente fuerza de carácter como para reorganizar el desarrollo de la pieza como un todo. De hecho, deja sentir el efectista contraste que este pasaje tiene frente al que le sigue, el cual es mayormente reposado y ostenta unas vibraciones etéreas de cierto tenor crepuscular. Cerca del final, un solo de saxo tenor muy al estilo del inmortal Coltrane crea, desde su emporedada soledad, una aureola de expectativa antes de que el bloque grupal entero entre a tallar para la efímera instancia final. En fin, t
odo esto fue lo que la gente de HENRYTENNIS nos brindó con “Bay Leaf And Singers”, un disco colorido y hermoso con su generosa cuota de surrealismo y espiritualidad traviesa. Queda bastante claro que este grupo es de los más notables dentro de la actual escena progresiva de Japón, lo cual, a su vez, conlleva un aporte excelente para la avanzada progresiva a escala mundial. Totalmente recomendable, sin eufemismos ni exageraciones, totalmente recomendable; es que escuchar este disco implica disfrutar de un momento hermoso y mágico... y no nos queda nada más que decir sobre él de nuestra parte.

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