Sunday, January 29, 2023

Tercera misión progresiva de los estadounidense ISOBAR... ¡¡Cumplida!!

 

HOLA, AMIGOS DE ATOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos el tercer disco del grupo estadounidense ISOBAR, el cual está conformado por Jim Anderson [bajo], Malcolm Smith [guitarras] y Marc Spooner [teclados]. El disco en cuestión recibe el simple título de “Isobar III”, pero, como ya intuimos a partir de lo que hemos escuchado y disfrutado de los dos discos anteriores de la banda, no hay nada de simple ni inane en su propuesta musical. Como siempre, el trío recibe la asistencia permanente del maestro sueco Mattias Olsson a la batería y las percusiones (además de algo de Onde Magnétique*). Como también es habitual, el grupo también recibe la ocasional asistencia de dos vientistas: en esta ocasión, el trompetista Evan Weiss y el saxofonista Ben Bohorquez. Joanne Wu también aporta algo de violín en un par de temas. El disco se publicó hace muy poco, el 20 de enero pasado, y desde ya amenaza con erigirse como una de las más notables producciones progresivas estadounidense del recién nacido año 2023. La estrategia general de la gente de ISOBAR a la hora de componer y arreglar el material integrado en “Isobar III” consistió en dar más espacio a atmósferas y ambientes con diferentes niveles de sosiego expresivo en medio de un realce del factor jazz-progresivo, en comparación con la imponencia caleidoscópica que se exhibió en la magnífica sucesión de los dos discos precedentes. De todas maneras, la destacada presencia de varios aportes de teclados y la musculatura inteligente que es marca personal de Olsson sigue garantizando fehacientemente que en este nuevo disco de ISOBAR todavía habrá una solvente presencia de energía rockera, claro está, bajo obedientes pautas de preciosismo progresivo. El disco que ahora reseñamos fue grabado en los Dolores Gulch Studios y los Einsteinium Studios; los ulteriores procesos de mezcla y masterización estuvieron respectivamente a cargo de Robert Berry (en los Soundtek Studios) y Reiner Gembalcik (en el estudio Sienna Digital). Bueno, vayamos ahora a los detalles específicos del repertorio.


El repertorio se inicia con ‘Are You Now Or Have You Ever Been?’, tema que empieza con unas escalas de piano diseñadas para asentar la atmósfera y el groove principales de la pieza. La ambientación tiene algo de ceremonioso y el esquema temático da amplio espacio a lo disonante, asentándose en una turbia neblina que, a rasgos generales, se siente un tanto tenebrosa. Ya más adelante, las cosas se agilizan un poco para adquirir un renovado fulgor. Es como si una partitura perdida de los franceses SCHERZOO hubiese sido descubierta y remodelada por los legendarios GENTLE GIANT para que, finalmente, cruzando el charco, un combo de HAPPY THE MAN y BUBBLEMATH le diese forma definitiva a la idea mientras exploran su faceta más suntuosa. Peculiar manera de comenzar el repertorio del álbum... Y muy efectiva, también. ‘Parts Of Harvey’ es el segundo tema del disco y su actitud es la de exponer una focalización ceremoniosa sobre un mayormente reposado groove de tintes jazzeros. La coalición de los sutiles fraseos del piano eléctrico y el firme pulso de la batería elabora el paisaje idóneo para que la guitarra y el sintetizador ornamenten grácilmente el trayecto del desarrollo temático. En algunos pasajes estratégicos, la amalgama instrumental se torna más vigorosa, pero la coda pone muy en claro cuál era la esencia saltante de esta pieza en cuestión. Con la dupla de ‘Face In The Blues’ y ‘Shadow Green’, el grupo se muestra totalmente dispuesto a seguir desplegando su versátil colorido musical y su energía. El primero de estos temas mencionados tiene un punto de partida muy cercanamente hermanado con el del ítem precedente, pero ostenta una dosis un poco mayor de fastuosidad progresiva merced a las orquestaciones de teclado que acompañan a las bases armónicas planteadas en tándem por el piano eléctrico y la guitarra. El grupo se ubica cómodamente en territorio de los inolvidables HAPPY THE MAN (etapa de 1978) hasta que vira hacia un dinamismo jazz-rockero situado a medio camino entre el hard rock clásico y el prog de línea Canterbury. Tenemos aquí el primer testimonio de abierta vivacidad según el canon de ISOBAR antes de que se dé un regreso al ambiente inicial para el epílogo. Es todo un cénit del álbum. ‘Shadow Green’, por su parte, realiza un similar juego de alternancias entre momentos introvertidos y otros juguetonamente vivaces, esta vez, con un enfoque más directamente sinfónico. El señorial motivo final añade un efectivo matiz grisáceo al caleidoscopio sónico. 

‘The Trouble With Buttons’ hace gala de las insinuaciones humorísticas de su título y desarrolla un cálido y ameno ejercicio de jazz-prog que nos remite a una cruza entre los DIXIE DREGS y THE TANGENT. El carácter pesado de algunos riffs y armonías de guitarra se encuadra muy bien junto a los diversos colores de los teclados, siendo así que el dúo rítmico maneja con impoluta prestancia la fluida ilación entre los diversos tempos. ‘4th Leg’ establece una inspirada síntesis entre el señorío imponente del primer tema y el preciosismo versátil de los dos que le siguieron. De esta manera, el ensamble logra robustecer aún más los pilares y recovecos de su lúcida visión ecléctica dentro del universo progresivo. ‘Objet’ se siente claramente asentado en una cruza entre CAMEL y HAPPY THE MAN mientras hace serpentear las bases armónicas desde las que brota su cuerpo central. El íntimo enmarañamiento entre los aportes respectivos de las guitarras y los teclados opera a paso firme desde principio a fin mientras la batería realiza una labor grandilocuente a través de su impoluta precisión. El penúltimo tema del disco se titula ‘The Mimos Polyglottos Alarm Clock’ y es el más extenso del mismo con su espacio de casi 10 ¼ minutos. Tras un preludio marcado por una atmósfera expectante donde las capas de teclado y los toques de la percusión tonal se unen en un paisaje ensoñador, el grupo saca de sí sus vibraciones más extrovertidas con el fin de realizar un ejercicio de vivaz altivez. Es en este punto que se revelan influencias de YES y GENESIS, aunque nos queda claro que éstas son replanteadas con un esplendor muy peculiar. A mitad de camino, se da un dramático viraje hacia una atmósfera misteriosa cuya calmada apariencia parece esconder algo inquietante tras su inescrutable manto, algo que no tardará en confirmarse cuando entran a tallar algunos riffs de guitarra un tanto cortantes. Poco antes de llegar a la frontera del octavo minuto y medio, surge una figura de agudos de teclado que anuncia el arribo de otra sección vivaz de la pieza. En esta sección se tienden inauditos puentes entre los universos de GENTLE GIANT y CAMEL, lo cual se traduce en un gran final mayormente luminoso pero con algunas inflexiones grisáceas que aportan unos sutiles aires extravagantes a la ingeniería sónica. Todo culmina con ‘Full Nelson’, pieza que dura 5 minutos y pico y cuya función es la de recabar elementos variados de los aspectos más joviales y suntuosos de los temas sexto y penúltimo. Es un cierre muy coherente para el álbum.


La misión de la gente de ISOBAR para “Isobar III” fue impulsar creativamente las cosechas respectivas de sus dos discos anteriores y podemos asegurar que la misión fue cumplida con gloriosas creces. No hay desperdicio en ninguna de las partículas sonoras que forman parte de este disco, al cual, desde ya, auguramos una muy buena recepción de parte de todos los amantes de la buena música progresiva en este año 2023. Aunque, en conjunto, este nuevo disco no nos impresiona tanto como “Isobar II”, nos muestra a una banda que todavía está en muy buena forma ; es por eso que lo recomendamos al 400% (un ciento por cada uno de los músicos permanentes... aunque técnicamente el grupo sea un trío). 




* El Onde Magnétique es un sintetizador análogo que opera con el playback, ya sea acelerado o ralentizado, de una nota o tono registrado en un casete para generar diversos registros. Olsson es muy célebre por usar artilugios sintetizados y teclados diversos, vintage o de última generación. 

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