Tuesday, August 01, 2023

SOLSTEIN: una excelente aventura noruego-estadounidense

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy nos complace presentar al proyecto jazz-progresivo noruego-estadounidense SOLSTEIN, el cual surgió por las iniciativas conjuntas del multiinstrumentista noruego Jacob Holm-Lupo (el mismo de WHITE WILLOW y THE OPIUM CARTEL) y el baterista estadounidense Keith Carlock (cuyo currículum incluye sesiones con bandas tan legendarias como STEELY DAN y TOTO, así como con la estrella británica STING). Más específicamente, Holm-Lupo se hace cargo de las guitarras eléctrica, acústica y lap steel, varios sintetizadores, el piano eléctrico, el bajo y alguna percusión extra. El disco debut de este proyecto también se llama “Solstein” y se publicó el pasado 7 de julio (hace muy poco) por vía del sello noruego Is It Jazz? Records; está también asequible en el blog de Bandcamp del grupo. Colaboran con estos dos forjadores del proyecto, la mayor parte de las veces, el guitarrista Stian Larsen, los teclistas Brynjar Dambo y Bill Bressler (el primero de ellos, también integrante de WHITE WILLOW), y el percusionista Martin Windstad (Bressler también aporta algo de percusión). Inclusive, los tres primeros colaboran en varias de las siete composiciones contenidas aquí. El enfoque musical de SOLSTEIN va por una línea jazz-rockera de base progresiva y con diversos ornamentos procedentes del space-rock, la electrónica (en su faceta más atmosférica), la faz más relajada del Canterbury y el así llamado nu-jazz: hay confluencias con bandas como MILDLIFE, FONDERIA, TAUK y PERIDONI, así como algunos acentos en climas relajados que también nos remiten a los antes mencionados THE OPIUM CARTEL. También se percibe afinidades con varios nombres del prog de los cuatro últimos decenios como  FARMAOUSE ODYSSEY, ECLAT y OBLIVION SUN. Se trata de un enfoque ecléctico, pero para nada aparatoso: el realce de las armonías básicas de las composiciones siempre se hacen notar a través de los ornamentos, solos y grooves armados para cada uno de los ocho temas que ocupan el repertorio de “Solstein”. The Dude Ranch Studio, ubicado a las afueras de Oslo, es el lugar donde se realizaron los procesos de mezcla y masterización del presente disco, ambos en manos de Lupo. Las grabaciones se dieron en Noruega y los EE.UU. de forma diferida. El diseño artístico estuvo a cargo de Martina WilekBueno.

Yendo ahora a los detalles estrictamente musicales del ítem que ahora nos ocupa, nos topamos primeramente con la ágil y llamativa pieza llamada ‘Intersection’, cuya extroversión fulgurosa se impone en un santiamén tras un breve prólogo cósmico. Bien es verdad que dicho prólogo sirve para instalar ciertas cadencias vivazmente psicodélicas en el trasfondo de la jovialidad reinante dentro del entramado de los múltiples teclados y los guitarreos. ‘Oriental Folk Song’ sigue a continuación para proyectar una espiritualidad más solemne, la cual se alimenta en no poca medida de los recursos space-rockeros que vierten las secuencias armónicas sintetizadas que subyacen a las bases armónicas de los teclados. Con una guitarra que plácidamente obedece los trazos generales del desarrollo melódico, el asunto parece operar dentro de una cruza entre NATIONAL HEALTH y el JEFF BECK de la fase 1975-80. En el turno del solo de sintetizador, la batería decide intensificar el foco del swing, lo cual impulsa un interesante recursos de diversidad. ‘Southwester’ es el tema más largo del repertorio con sus poco más de 6 ¼ minutos de duración y, de hecho, es un cénit muy importante del mismo. Aquí se desarrolla un grácil ejercicio de vibraciones jazz-progresivas cuyo absorbentemente amable talante asume una relevante sofisticación merced a los ingeniosos quiebres rítmicos que tienen lugar en la ingeniería sónica. Un hermoso solo de sintetizador a lo HAPPY THE MAN impone una luminosidad especial en un paraje intermedio del bloque sonoro; acto seguido, llega el turno de un mágico solo de guitarra que se sitúa a medio camino entre los paradigmas de Hillage y Vai. Tal como dijimos antes, se trata de un momento culminante del álbum. Inmediatamente después, con ‘The Night Owl’, el ensamble se dispone a perpetrar una atractiva mezcla de nu-jazz y space-rock donde el imperio de lo electrónico, tanto en la estructuración del ambiente general como en los ornamentos predominantes del motif central, es manejado con suma delicadeza. Si bien el tema dura casi 4 minutos, su intrínseco atractivo le hace parecer que dura menos, todo pasa muy rápido... Pero es que llega ahora el turno de ‘Siriusly’, una pieza diseñada al modo de una síntesis entre la sedosa delicadeza del tema #2 y el centelleante vitalismo del tema #1, añadiéndose algunas bisagras de frontal suntuosidad prestadas del tema #3 para enlazar algunos pasajes. Otra vez tenemos el caso de una pieza que termina antes de que el oyente empático se sienta preparado para decirle adiós. 
 
‘February 9th’ ostenta un aura meditabunda que suena a un Hackett jugando con esbozos Floydianos sobre un socavón de capas etéreas de teclado. En el último tercio, entra a tallar la percusión con el fin de realzar el talante ensoñadoramente misterioso de la pieza con sus sutiles adornos. ‘The Creeper’ cumple con la misión de adentrarse en aires cósmicos en base a un groove a medio tiempo, ligeramente constreñido en su intensidad, pero con suficientes espacios en sus cadencias como para dejar que los instrumentos dialoguen entre sí dentro de una perfectamente armonizada gracilidad. Aires de los OZRIC TENTACLES filtrados a través de un colador elaborado en un telar híbrido de ECLAT y los SOFT MACHINE actuales. ‘Hamada’ ocupa los últimos 5 ¼ minutos del disco y, en buena parte, se centra en perpetuar los aires cósmicos de la pieza precedente, aunque cabe notar que hay un groove un poco más animado, principalmente estimulado por las vibraciones fusionescas empleadas para la ingeniería rítmica. También hay que celebrar la presencia de excelsos solos de guitarra y de sintetizador en el transcurso del jam central, los cuales concretan una muy oportuna acentuación del sobrio esplendor sónico en curso. De hecho, el maestro Holdsworth hubiese estado orgulloso de ser el autor del principal solo de guitarra de esta pieza. Un cénit culminante para concluir las cosas. Todo esto fue lo que se nos brindó en “Solstein”; poco más de 36 minutos es lo que necesitó el ensamble de SOLSTEIN para crear y grabar este disco que resulta ser uno de los más refinados dentro de la producción progresiva del presente año 2023. Ha sido muy agradable la escucha de este álbum y esperamos que no sea lo único que proceda de esa unión noruego-estadounidense de fuerzas musicales. 
 
 
Muestras de “Solstein”.-
Southwester: https://solstein.bandcamp.com/track/southwester
The Night Owl: https://solstein.bandcamp.com/track/the-night-owl
Hamada: https://solstein.bandcamp.com/track/hamada-2

No comments:

Post a Comment