Monday, July 15, 2024

El retorno coral de los australianos MILDLIFE



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la muy agradable ocasión de presentar el nuevo disco del cuarteto australiano MILDLIFE, el cual cultiva un elegante híbrido de jazz-fusion, space-rock y prog con una generosa presencia de ingredientes y atmósferas electrónicas que se sienten muy contemporáneas. El nombre de este disco es “Chorus” y fue publicado en el primer día de marzo último, tanto en CD como en vinilo.El cuarteto conformado por Tom Shanahan [bajo y canto], Jim Rindfleish [batería, percusión y canto], Adam Halliwell [guitarras, sintetizador, percusión adicional y canto] y Kevin McDowell [sintetizadores, vocoder y canto] se encargó no sólo de componer todo el material contenido en “Chorus” íntegramente, sino que también produjo el disco. La ingeniería de sonido estuvo parametrada por Rindfleish, mientras que los ulteriores procesos de mezcla y remasterización estuvieron a cargo de Tim Buchen y Dave Cooley, respectivamente. El bajista Shanahan hizo parte del arte gráfica. Craig Shanahan aportó labores a las congas y otras percusiones en varios temas de este disco.

 
‘Forever’ ocupa los primeros 5 ½ minutos del repertorio y lo hace plasmando un intenso fraternizado de batería, percusión y bajo. Los gentiles cantos se van asentando mientras se prepara el terreno para los prontos arribo de los teclados y la guitarra. Una vez dispuesto el entramado sonoro íntegro, el cuerpo central completa su vitalismo fusionesco con raigambre funky. ‘Yourself’ sigue a continuación cumpliendo con la misión de llevar la vivacidad fundamental del grupo hacia una senda más señorial que se enlaza con los patrones del HERBIE HANCOCK de fines de los 70 y el JAN HAMMER de los 80 con algunos factores añadidos de parte del jazz-prog melódico que se ha venido desarrollando en el nuevo milenio (como sucede con bandas como LA BATTERIA y TAUK). Los enclaves sedosos de la guitarra y el sintetizador están suficientemente perfilados como para permitir que la estructura melódica creada para la ocasión se luzca fluidamente. ‘Sunrise’ baja la intensidad para elaborar un groove un poco más ceremonioso, aunque el colorido sereno y plácido sigue afianzándose dentro del modus operandi del disco. Las elegantes florituras del bajo y los estilizados solo de sintetizador son los principales recursos de preciosismo jazzero que permiten al cuerpo central explayarse en su encanto inherente. ‘Musica’ es el sugerente título del tema que introduce elementos frontalmente space-rockeros en una línea de trabajo eminentemente jazz-funky; es como si la faceta más ligera de HIDRIA SPACEFOLK hubiese contaminado traviesamente el estándar de los PASSPORT de inicios de los 80 con algunos toques extra de los TANGERINE DREAM de 1983-86. La pieza homónima abre la segunda mitad del álbum y es la segunda más extensa del mismo con sus 9 minutos y pico de duración. ‘Chorus’ recoge generosamente los ecos del tema precedente y se sumerge en la psicodelia con base en los paradigmas de SNARKY PUPPY y de los OZRIC TENTACLES del nuevo millenio. En una mezcla de grácil solemnidad y sutiles vibraciones crepusculares, el grupo elabora una remodelación prog-ambient de un subterfugio de modalidad nu-jazz. La percusión programada marca la pauta semi-tribal para la ingeniería grupal a fin de que ésta brinde un firme punto de referencia para las continuas irrupciones de retazos y señales melódicas destinadas a enriquecer el jam central. A poco de pasado el ecuador, el jam asume un cierto incremento del vigor expresivo, pero pronto vuelven las aguas a su cauce inicial con la mira puesta en generar un epílogo ensoñador. Un cénit del álbum. 

  
 
‘Future Life’ establece un híbrido entre la elegancia ceremoniosa del tema #3 y la calidez lírica del tema #2, pero también se nota aquí algún eco de las vibraciones mágicas que habían atravesado a la pieza titular de cabo a rabo. ‘Return To Centaurus’ no solo es el tema más extenso del disco con su espacio de más de 9 ½ minutos, sino que también se encarga de darle cierre, erigiéndose como su cénit conclusivo. Su esquema de trabajo se centra en la misión de sintetizar lo más estilizado que se ha venido haciendo a lo largo de la secuencia de los 6 temas precedentes: estilizada ingeniería melódica, grooves jazz-fusionescos elegantes con altas cuotas de funk, ornamentos de teclado que oscilan entre el prog y el space-rock, fluidos e impolutos enmarañamientos entre los instrumentos partícipes. El canto con vocoder es usado con sedosa frescura, en oposición a su usual opción de apelar a sonoridades robóticas, lo cual le permite funcionar como un  recurso más de cristalino lirismo junto a la guitarra y los teclados. Esto nos lleva a evocar nuevamente el referente de SNARKY PUPPY. Como balance general, se destaca en “Chorus” los derroches de elegancia y preciosismo que hay en las composiciones y los arreglos de los temas en él contenidos, por lo que sólo nos queda, a fin de cuentas, elogiar al grupo MILDLIFE por haber concretado este muy buen disco. Ojalá no pase mucho tiempo en el futuro próximo para su siguiente obra fonográfica.
 
 
Muestras de “Chorus”.-
Yourself: https://mildlife.bandcamp.com/track/yourself-2
Chorus: https://mildlife.bandcamp.com/track/chorus-2
Return To Centaurus: https://mildlife.bandcamp.com/track/return-to-centaurus-3


[Dedicamos esta reseña a Paquito, Humberto y Gustavo por haber difundido alguna vez la música de MILDLIFE en su excelente programa radial Expansiones (una extensión de Progresiva 70s). Un brindis melómano y fraterno hacia La Plata, Argentina.]

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