Saturday, October 12, 2024

DJAM KARET en 1991: el año de los incendios y las suspensiones



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy tenemos en nuestras manos esta retrospectiva sobre un año muy especial en la extensa trayectoria de la veterana banda estadounidense DJAM KARET, un ensamble crucial para la preservación del escenario progresivo de su país desde su reducto californiano. El año de nuestras actuales remembranzas es 1991, siendo en el año indicado que el grupo publicó dos discos muy diferentes entre sí: “Burning The Hard City” y “Suspension & Displacement”, siendo el primero agresivo, suntuoso y ostensiblemente sofisticado, mientras que el segundo es más sosegado y portador de esquemas sónicos orientados al ambient y lo espacial. En el primero de estos discos mencionados. La alineación de DJAM KARET constaba de Gayle Ellett [guitarras eléctricas de 6 y 7 cuerdas, teclados, efectos y percusión], Mike Henderson [guitarras eléctricas de 6 y 12 cuerdas, efectos y teclados], Henry Osborne [bajos de 5 y 4 cuerdas, teclados y percusión] y Chuck Oken, Jr. [baterías acústica y electrónica, sintetizador, programaciones y secuencias rítmicas], En cuanto a “Suspension & Displacement”, la logística instrumental estaba distribuida así: Ellett [guitarras de 6 y 7 cuerdas, guitarra-sintetizador, teclados, efectos y percusión], Henderson [guitarras acústicas y eléctricas de 6 y 12 cuerdas, teclados, efectos y percusión], Osborne [bajo de 5 cuerdas, teclados, efectos y percusión] y Oken, Jr. [baterías acústica y electrónica, teclados, programaciones y secuencias rítmicas]. Ambos fueron publicados por el sello HC Productions en aquel año 1991 (siendo el sello del grupo y otros proyectos colaterales de sus integrantes), para ser más adelante reeditados en el año 2000 por Cuneiform Records. De hecho, en ese año 1991, “Suspension & Displacement” fue publicado unos meses antes que su disco mellizo. Se trataba de las obras cuarta y quinta dentro de la todavía joven discografía de DJAM KARET, la cual había debutado oficialmente en el año 1985 con “No Commercial Potential” (exclusivamente en casete, que era el formato más barato). Las raíces originarias de este grupo se pueden rastrear hasta la existencia de HAPPY CANCER, cuyos integrantes eran el bajista Henry Osbourne, los guitarristas Mike Henderson y John Glass, y los bateristas-percusionistas Chuck Oken, Jr. y Andy Frankel. El grupo llegó a registrar el disco “McMucic For The McMasses” en el 1982 antes de que se disolviera para que de sus cenizas surgiera DJAM KARET. Con cierta veteranía sobre sus espaldas y con el optimismo generado por la buena recepción crítica que obtuvo su álbum de 1989 “Reflections From The Firepool”, el cuarteto sintió una expansiva inyección de creatividad entre julio del 1990 y abril del 1991. Fueron tan masivas las nuevas composiciones, que muy pronto advirtieron estos cuatro señores que daban para más de un disco. La casual situación de que una mitad de ellas se centrara en un rock sofisticado con mucha musculatura y la otra mitad se enfocara en lo atmosférica les llevó a tomar la inteligente decisión de publicar dos discos diferentes, a la par que reconocían su mutua complementariedad. En palabras de los mismos creadores, estos dos discos son “gemelos esquizofrénicos en la sopa musical del tiempo elástico, pero separados al nacer” y que “uno no existe sin el otro”.


Violamos el orden cronológico que dicta la historia y comenzamos esta retrospectiva con el más explosivo de estos dos álbumes, publicado unos días más tarde que el otro. Con ‘At The Mountains of Madness’, el repertorio de “Burning The Hard City” tiene un punto de entrada con altos niveles de ingenio musical, siendo así que el grupo se explaya en una secuencia bien armada de motivos que se desarrollan de manera mágicamente exultante, merced a la fluidez con la que se desarrollan las expansiones temáticas. Tras un relativamente lánguido prólogo, las siguientes secciones se alzan sobre diversos grooves que el dúo de Osborne y Oken Jr. erige en la base del entramado rockero; siendo estos dos señores unos auténticos héroes del ritmo, como es natural, son los riffs, punteos y contrapuntos de las duales guitarras de Ellett y Henderson quienes ocupan el lugar protagónico de la escena. Algunos de estos punteos resultan excitantemente escalofriantes, casi sonando a una especie de lamento de ultratumba. Con ‘Province 19: The Visage of War’ se nos abre un mundo renovado de fiereza casi animal, dosificada a través de un empleo inteligente de riffs bien definidos y una delirante reiteración en aras de crear tensión y oscuridad de una manera efectiva. Siendo un cénit del álbum en sí mismo, parece casi una “contrafáctica” anticipación de la faceta más aguerrida de los KING CRIMSON de 1994-95 con añadidas acentuaciones de prog-metal y stoner a lo BLACK SABBATH. El interludio permite al grupo explorar un ágil swing jazz-progresivo, algo que aprovecha el bajo para hacer unas estupendas virguerías bajo la nueva modalidad, siendo así que todo vuelve al motivo inicial para la última sección: los efectos persistentes de guitarra de la coda erizan la piel con sus absorbentemente tanáticas vibraciones. Todo resultó muy oscurantista y sexy a la vez. A contrapelo con la garra opresiva y despiadada de este segundo tema del disco, ‘Feast Of Ashes’ ofrece una navegación sonora más lánguida y reflexiva, aunque no exenta de tensión, manejando la intensidad expresiva bajo un formato más sutil. La cosa se enfila hacia una cruza entre los AGITATION FREE del segundo álbum, los PINK FLOYD de 1975 y la faceta más onírica del estándar space-rockero del legendario Hillage. Su espacio de más de 10 ¾ minutos está muy bien aprovechado a la hora de persistir en la ambientación grisácea, casi crepuscular, sobre la cual se asienta el cuerpo central.

 

Tras un prólogo signado por una fulgurosamente neurótica secuencia sintetizada, ‘Grooming The Psychosis’ (la segunda pieza más extensa del disco con sus 12 minutos de duración) se explaya en una cadencia jazz-rock-progresiva suntuosamente festiva en un tempo de 7/8 hasta que, a poco de pasada la frontera del cuarto minuto y medio, se desvía por una tangente hard-progresiva para elevar a la persistente festividad a la asunción de un aura más inquietante sobre un nuevo swing. el cual sigue siendo sofisticado. Cuando arriba el tercer momento, el factor jazz-rockero se cruza con el psicodélico a fin de qua la musculatura celebratoria del ensamble no se ahogue en su propia garra inherente, sino que se enfile a paso firme por un luminoso túnel de arrebatado vigor mientras se reviste de aristocrática elegancia. ‘Topanga Safari’, tal como su exótico título parece aludir, remite al estándar del rock-fusion con orientación modernista y celebratoria, algo así como si unos OZRIC TENTACLES se pusieran a experimentar con un jazz-funk robusto mientras invitan a los maestros Jeff Beck y Tony Levin a unirse a la celebración. El lucimiento del bajo es simplemente monumental, prácticamente aflorando continuamente como el instrumento director del motif central. ‘Ten Days To The Sand’ nos remite a una cruza entre las señoriales vibraciones progresivas de ‘At The Mountains Of Madness’ y la trama introspectiva de ‘Feast Of Ashes’, añadiéndosele algo del fragor señorialmente estilizado que signó a ‘Grooming The Psychosis’. El cuarteto se nota totalmente cómodo ampliando su viaje por poco más de 11 minutos. El tema homónimo cierra el disco y dura cerca de 12 ¼ minutos, erigiéndose como el ítem más extenso del Mismo. La estrategia principal consiste en gestar un nuevo incremento de la descarga rockera, pero el esquema de trabajo se inicia con un extenso prólogo marcado por un tenor expectante y ceremonioso de aires cósmicos, algo que permite a la banda explorar, una vez más, sus influencias Floydiana y space-rockera. Una vez instalado un motif preciso, los DK se dejan llevar por un clima flotante de carácter abundantemente ceremonioso. Alrededor de la frontera del séptimo minuto, las cosas se tornan imparablemente incendiarias para ‘Burning The Hard City’, en semejanza con las partes más aguerridas de varias de las piezas anteriores: a veces, da la sensación de que el cuarteto está coqueteando con el legado de los RUSH de la etapa 76-81 con algunos retazos propios del Crimsonismo de los 80 y los 90 (y recordemos que los KC del doble trío aún no existían). Hay algo explosivo y fúnebre a la vez en esta pieza que, por el derecho propio que le da su versatilidad alternada de lobreguez y vitalismo, se sitúa como el broche idóneo para este excelso disco.

 

Como dijimos más arriba, la gente de DJAM KARET no quería limitarse a mostrar al mundo lo que había gestado para “Burning The Hard City”, y, de hecho, tomó la muy inteligente decisión colectiva de separar en dos bloques, uno de complejo y macizo rock progresivo, otro de líneas ambient, la gran cantidad nuevas composiciones que había brotado de sus mentes a inicios de los 90. Una vez decidido que el primer bloque iría al disco que acabamos de revisar, el otro tenía que ir a “Suspension & Displacement”. Tal como dijimos en el primer párrafo del presente texto, el enfoque musical plasmado aquí fue totalmente opuesto al del otro disco: era centrado en climas cinematográficos y texturas cósmicas, dando amplísima prioridad a lo atmosférico sobre lo compositivo. Ocupando un generoso espacio de poco más de 10 ¾ minutos, ‘Dark Clouds, No Rain’ abre el repertorio de “Suspension & Displacement” con una actitud de dejar que algunas capas minimalistas de sintetizador con efectos flotantes basados en notas sostenidas de las guitarras se apoderen de a pocos de los espacios que van creando, esperando a llegar cerca de la frontera del cuarto minuto para que unas percusiones étnicas entren a tallar. Dado este contexto, ya se nota un esquema más definido para el cuerpo central de la pieza, el mismo que se enriquece con la adición de sobrias cortinas de sintetizador y sampleos de flautas indias. ‘8:15 – No Safe Place’ sigue a continuación para elaborar un ejercicio de languidez psicodélica con cualidad ensoñadora que comienza de manera tenue y más adelante se torna moderadamente siniestra. La dupla de ‘Angels Without Wings’ y ‘Consider Figure Three’ permite al grupo continuar sus bien delineadas exploraciones sónicas con soltura. El primero de estos temas mencionados exhibe evocaciones modernistas signadas por una calidez envolvente que tiene mucho que ver con los TANGERINE DREAM de la fase 1975-77 en conjunción con la faceta onírica del paradigma de STEVE HILLAGE. Bajo las densas capas minimalistas de los sintetizadores, los aleteos de las guitarras se sienten a sus anchas. En cuando al segundo, se centra inicialmente en una solemne narración que parece guiarnos en nuestro tránsito por una serie de cavernas; a través de las capas sonoras armadas para la ocasión, la narración recoge sus propios ecos y se torna arcana con matices un tanto inquietantes. En su segunda sección, las escalas de guitarras acústicas aportan un efectivo matiz bucólico a una atmósfera que ha borrado cualquier trazo inquietante de su trayecto anterior.


‘Erosion’ es una extensa aventura de casi 13 minutos que comienza con un drone impulsado por una serie mecanizada de escalas mínimas de guitarra. Poco a poco, ornamentos percusivos y sintetizados se van sumando a la ya bien instalada atmósfera para brindar una persistente aureola de prestancia al asunto. Eso sí, dicha prestancia adquiere aires señoriales cuando emerge un fulgor terso y sedoso que abre campo a unas hermosas florituras de guitarra acústica; ellas logran que sus sedosas emanaciones sustenten el surgimiento de un paisaje de gentil introspección. Los segundos finales sirven para que el breve regreso del motif inicial se haga con una calculada delicadeza que, a fin de cuentas, no borra del todo la calidez inmediatamente anterior. ‘Severed Moon’ comienza con unas escalas serenas de dos guitarras antes de que emerja una invitación percusiva para armar una solitaria danza celebratoria. Una vez detenidos los tambores, unas armonías sencillas de guitarra acústica invitan a la mente a centrarse en una actividad contemplativa bajo un manto nocturno cabalmente ornamentado con luces estelares y proyecciones lunares. ‘The Naked & The Dead’ toma su título de una novela de NORMAN MAILER y comienza con un nuevo drone alimentado por efectos tenebrosos, pero pronto surge una secuencia de guitarras acústicas sobre la cual se poya el entramado sonoro en un viraje sólidamente enfilado hacia un cordial paisaje flotante. Justo cuando vuelven al ruedo esos efectos tenebrosos antes mencionados, la confluencia de percusiones electrónicas y étnicas hace que la pieza termine con una congregación celebratoria que había sido solamente aludida en la pieza precedente. ‘Gordon’s Basement’ tiene un talante muy semejante al aura ceremoniosa del tema #4, pero esta vez hay una suntuosidad más surrealista en el armazón sonoro de los sintetizadores, las guitarras, el bajo y los efectos de consola. Todo culmina con el arribo de ‘A City With Two Tales: Part One Revisited’, que es el tema más largo del disco con su duración de poco menos de 13 ½ minutos. Dicho sea de paso, se trata de una reelaboración de una sección de un tema incluido originalmente en el segundo álbum de estudio de la banda “The Ritual Continues” (del año 1987). Tras una sección prologar tentativa y un tanto grisácea, un efecto de explosión abre camino a un exploración en el área del space-rock cibernético al modo de unos OZRIC TENTACLES severamente trastocados por una coalición de HELDON y ASH RA TEMPEL. El compás hace buen uso de un compás inusual. Las incendiarias exaltaciones de la guitarra-sintetizador resuenan cuales gritos tortuosos, estando los ornamentos percusivos dispuestos a canalizar la energía global del bloque instrumental. La otra guitarra se mueve en áreas Frippianas para remodelar ese fuego expresivo de una manera más etérea hasta el instante final.
 
 

“Burning The Hard City” y “Suspension & Displacement” fueron acabildados en una edición triple del año 2020 bajo la producción y la labor de remezcla de la gente de DJAM KARET por vía de su propio sello HC Productions: un volumen para cada disco y un tercero con bonus tracks en vivo y de estudio (grabaciones hasta ahora inéditas) que datan de aquella época. Se trata de una edición limitada de 450 ejemplares. ‘Gerbal Jammin’’ es lo primero que aparece en este volumen y se trata de una serie aleatoria de inspecciones psicodélicas que, en último término, llevan a una cierta definición. ‘Gong & Sun’ y ‘The Guitar That Stretches’ siguen a continuación para expandir los testimonios de la inspirada creatividad de la que gozaba el colectivo de DJAM KARET en ese tiempo. El primero de estos temas mencionados es un jam animado que se revela como un anticipo de ‘Topanga Safari’, mientras que ‘The Guitar That Stretches’ plantea un esbozo bastante evolucionado de ‘Feast Of Ashes’. Hay tres miniaturas respectivamente tituladas ‘Train Tracks & Citrus Groves’, ‘Elastic Times’ y ‘TAO or DAO?’... que son anuncios radiales y pruebas de sonido. También nos topamos con versiones en vivo de ‘The Red Monk’, ‘Improv / Cities’ y ‘Swamp Of Dreams’, así como maquetas de ‘Province 19: The Visage Of War’ y ‘At The Mountains Of Madness’. En estas últimas, el cuarteto trabaja de manera muy compacta en torno a ideas musicales ya claramente delineadas. En cuanto a los registros en vivo, ‘Improv / Cities’ comienza con capas flotantes de sintetizador para luego explayarse en un enérgico jam en clave space-rockera, mientras que ‘Swamp Of Dreams’ se sustenta sobre una luminosa dinámica jazz-progresiva‘The Red Monk’, pieza procedente del álbum “Reflections From The Firepool”, recibe un tratamiento bastante muscular con su estructura psicodélica. Con esto culmina la documentación musical del momentum que conquistó DJAM KARET en el año 1991: la banda estaba dispuesta a establecer un grandilocuente muestrario de recursos renovadores del ideal del rock progresivo con ambiciosas dosis de majestuosidad, versatilidad y eclecticismo. Con la distancia del tiempo (más de 3 décadas), el legado simultáneo de “Suspension & Displacement” y “Burning The Hard City” debe ser apreciado como una instancia crucial para el desarrollo del rock artístico estadounidense allende las fronteras de las décadas de los 70 y los 80. ¡Qué trabajo tan bordado de Gayle, Mike, Henry y Chuck!


Severed Moon: https://djamkaret.bandcamp.com/track/severed-moon-2
 
Algunos bonus tracks de la edición especial de 2020.-
Swamp Of Dreams (live): https://djamkaret.bandcamp.com/track/improv-cities-live
Improv / Cities (live): https://djamkaret.bandcamp.com/track/improv-cities-live  

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