HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy contamos con el privilegio de estar frente a lo más reciente de una de las leyendas vivientes y aún vigentes del progresivo italiano LE ORME, un indiscutible miembro de la tríada máxima del progresivo italiano originario (trilogía completada por PREMIATA FORNERIA MARCONI y BANCO DEL MUTUO SOCCORSO). También se trata del componente de dicha tríada que peor ha experimentado las turbulencias de la vida en las últimas décadas. Con la pérdida del teclista Toni Pagliuca en medio de la momentánea decadencia creativa que el grupo padeció durante la primera mitad de los 80s, el grupo pudo reconstruirse progresivamente de manera esplendorosa con el concepto triádico de “Il Fiume”, “Elementi” y “L’Infinito” bajo la batuta de Aldo Tagliapietra y dos nuevos socios compartiendo el rol de teclistas y el constante Michi Dei Rossi a la batería/percusión. Hasta aquí tenemos una historia con final feliz, pero los avatares del destino se volvieron a cebar sobre LE ORME cuando Aldo Tagliapietra abandonó la banda, una acción que iba acompañada de un cuestionamiento sobre el sentido que tendría la supervivencia de LE ORME como núcleo musical. Y fue aquí donde Michi Dei Rossi se erigió (insospechadamente) como el nuevo líder musical del combo, lo cual implicaba que el grupo se sentía capaz de no solo avizorar sino ante todo concretizar una nueva fase de su trayectoria musical sin Tagliapietra. Mientras que este último se concentraba en una sobria carrera solista y se asociaba ocasionalmente con Pagliuca para rememorar clásicos del LE ORME 70ero, Dei Rossi & co. gestaban un nuevo disco conceptual, esta vez sobre la figura histórica de Marco Polo en tanto simbólica del encuentro entre culturas diversas. Con la permanente asistencia de Michele Bon (órgano Hammond, piano, sintetizadores), el ingreso de Fabio Trentini (bajo, guitarras acústicas, dulcémele, sitar eléctrico) y la colaboración de algunos otros fabulosos artistas (entre ellos, el vocalista de METAMORFOSI Jimmy Spitaleri), “La Via Della Seta” iba ganando cuerpo y consistencia, hasta por fin convertirse en un ítem discográfico en la primera mitad de abril de este año. El resultado es, para decirlo en una sola palabra, magnífico: el disco sigue fiel al esquema sinfónico revitalizado y re-estilizado que Le Orme gestó y maduró en sus tres discos anteriores, manteniéndose a tono con el sinfonismo de colores mediterráneos tan propios de la tradición progresiva italiana, a la vez que tiende ciertos puentes ocasionales con lo que muchas buenas bandas italianas progresivas de la actualidad han venido haciendo desde el revival 90ero. Otro invitad oque vale la pena mencionar es el guitarrista William Dotto, quien hace sentir las cuerdas eléctricas varias veces a lo largo del disco con una presencia importante: lo más cercano a ello estuvo en el sintetizador que emulaba punteos de guitarar eléctrica en los tres discos precedentes que antes se mencionaron. Ya varios comentaristas internautas le auguran un futuro asegurado en cualquier lista Top 10 progresiva del año 2011... ¡y a lo mejor no están exagerando!
‘L'Alba Di Eurasia’ abre el disco con un esplendor sinfónico propio del LE ORME clásico aunque alimentado de matices a lo METAMORFOSI-ALPHATAURUS... pero básicamente esto sucede solamente en los primeros segundos, pues el cuerpo central consiste en una manifestación lánguida y reflexiva de fraseos de guitarra acústica, culminados con un solo de guitarra eléctrica un poco a lo OLDFIELD, mientras las capas de teclado se explayan en la base. ‘Il Romanzo Di Alessandro’ sí desarrolla un pleno ejercicio de rock sinfónico, muy en línea con la sonoridad que LE ORME exploró concienzuda y consistentemente en la última trilogía dirigida por Aldo Tagliapietra. ‘Verso Sud’ (y su siguiente Ripresa) conforman la primera pieza cantada del álbum, con el invitado de lujo Jimmy Spitaleri: se trata de una balada con base de piano que pronto adquiere orquestaciones de teclado muy a lo GENESIS, amén de un solo de guitarra a lo CAMEL. El esquema melódico de esta canción se redondea consistentemente con la inserción de ‘Mondi Che Si Cercano’, cuyo fastuoso viaje sinfónico se instala cálidamente sobre el persistente compás lento. La dupla de ‘Una Donna’ y ‘29457, L'Asteroide Di Marco Polo’ se desarrolla en un medio tiempo en 6/8 que incluye un estupendo solo de órgano: su candidez melódica puede muy bien remitirnos aun encuentro entre la esencia ormiana de los tiempos de “Uomo Di Pezza” y uno de sus clásicos contemporáneos, ‘Elementi’. Si bien se trata de una dupla donde ambas canciones individuales se engarzan mutuamente de manera compacta, algunos oyentes (como quien esto escribe) pueden tener la sensación de que el atractivo de su base melódica y de su atmósfera general ameritaba un mayor espacio de tiempo para que tuvieran lugar arreglos propios de la ambición estética progresiva. Pero en fin, así son las cosas y el álbum continúa con ‘Serinde’, instrumental que sí explora fehacientemente un par definido de ideas musicales para sacarles el jugo y armar una armazón melódica que incluye cadencias mediterráneas y capas cósmicas de mellotron sintetizado, los mismos que enriquecen el viaje melódico en curso. ‘Incontro Dei Popoli’ es algo muy diferente pero igualmente recurrente en la leyenda de LE ORME: un viaje eminentemente pastoral protagonizado por múltiples guitarras acústicas, teclados que imitan flautas y toques de glockenspiel, para que cuando entre la batería en acción se torne en una suave experiencia de sencillas atmósferas envolventes. Spilateri, quien tiene una voz con fuerte personalidad, matiza su estilo para sujetarse prudentemente al ambiente contemplativo inherente a la canción. Es en este momento que el oyente puede percatarse de que el concepto del disco ha estado elaborando un clímax decisivo, y esta es una idea que se confirma con el arribo de ‘La Prima Melodia’, una canción que oscila entre el estándar de la balada sinfónica y la candidez alegre que previamente habíamos hallado en ‘Una Donna’ y ‘29457, L'Asteroide Di Marco Polo’. ‘Xi'an - Venezia – Roma’ vuelve por el sendero de la pura energía, instituyendo un esplendoro paisaje sonoro donde la esencia sinfónica de la banda deja ciertos espacios para unos pautados matices jazzeros en algunas intervenciones del piano y la batería. el acorde sostenido final de órgano tiende el puente hacia la canción homónima con la cual concluye el disco. ‘La Via Della Seta’ es una pieza solemne, moderadamente bombástica, sostenida sobre un motivo recurrente que tiene algo de céltico: se me vienen a la mente afinidades con IL CASTELLO DI ATLANTE y CAP al escuchar este bonito epílogo que conjura sensaciones de dulce conmoción revestidas con un elegante colorido.
Así fue la experiencia de “La Via Della Seta”, un disco que muy gratamente confirma que la grandeza de un grupo importante dentro del desarrollo y afianzamiento del género progresivo sinfónico en los 70s no tiene por qué decaer por necesidad de alguna “ley natural”. Pero, sobre todo, confirma que LE ORME es realmente una entidad “casi autónoma” cuyo esplendor se eleva enormemente sobre la luz individual de cada componente: así pues, el grupo renovado bajo el liderazgo de Michi dei Rossi y alimentado de los aportes de los demás músicos ha logrado confirmar su vitalidad, la cual ya parece eterna tras el renacimiento que supuso “Il Fuome” hace ya muchos años.
Muestras de “La Via Della Seta”.-
Il Romanzo Di Alessandro: http://www.youtube.com/watch?v=fjAFZguWs6Y
tienen voces realmente muy fuertes y con mucha personalidad, descubrí el disco cuando hice uno de los vuelos a Sydney por trabajo. conocí cientos de bandas en un local, fue un lindo sentimiento encontrado.
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