HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Seis años después de demostrar por tercera vez lo
grandes que son con su disco “Proof Of Concept”, el cual se mostraba como justo
heredero de la gloriosa secuencia inicial de “Lost And Found” y “Four Corners
Sky”, el cuarteto japonés KBB vuelve a concretizar su genial magia
jazz-progresiva con su reciente cuatro trabajo de estudio: “Age Of Pain”. Es
una alegría infinita la producida en nosotros cuando nos permitimos un momento
para degustar y comentar esta nueva gesta del violinista Akihisa Tsuboy, el
teclista Toshimitsu Takahashi, el
baterista Shiro Sugano y el bajista Dani. En comparación con otros discos de
KBB, “Age Of Pain” nos brinda una aureola general de mayor sosiego en la
mayoría de los desarrollos temáticos y arreglos que tienen lugar del inicio al
fin del repertorio: la vitalidad de siempre está ahí, podemos reconocer esa
especial sofisticación que hace de la musicalidad orgánica de KBB una de las
más excelsas manifestaciones emergidas de Japón en los últimos 20 años, pero
también se deja resaltar un manejo más sobrio de los recursos de fastuosidad
que en discos como “Lost And Found” o “Four Corner’s Sky” generaban una
magnificencia absolutamente arrolladora. Dentro del arsenal de teclados es el
piano que, con mucho, destaca en presencia; además, ya se da un abandono de
cualesquiera elementos avant-progresivos que entraron a tallar tímida y
calculadamente en los dos discos previos. Bueno, vayamos a los detalles del
repertorio de “Age Of Pain”, ¿vale?
El álbum se inicia con ‘Larks In The Air’, una pieza
iniciada brevemente por el solitario violín de Tsubay antes de que el ensamble completo
desarrolle un alegre y vivaz colorido musical folk-progresivo donde el lirismo esencial de la
banda se explaya con sigilosa pulcritud. Vamos, no hay noticias al respecto,
pero esto de por sí es una gran noticia en cuanto a deleites progresivos se
refiere: y para deleites, pues vaya esa coda cuasi-Emersoniana con que culmina
este primer tema. Luego sigue ‘Suspicious Forest’, tema que abandona el
sinfonismo cálido del primer tema en beneficio de un rescate de la tradición
jazz-fusionesca al estilo de WEATHER REPORT y JEAN-LUC PONTY. El groove es
imponente, los diálogos entre los instrumentos están hilados con pulida
sensibilidad, y cómo no, el solo de piano eléctrico en el intermedio es un
bellísimo homenaje al estándar del inmortal JOE ZAWINUL. Siendo el tema más extenso
del disco con sus 8 minutos y pico de duración, su expansión temporal pasa sin
que el oyente atento se dé cuenta. La tercera pieza del álbum es la que
justamente le da título. Hay un talante etéreo que permanece de forma coherente
y consistente a lo largo de la pieza desde el primer instante de su tenue
pasaje inicial, pero dicho talante porta una musicalidad muy rica que se
inspira en no poca medida en los conjugados legados de PONTY y HAPPY THE MAN en
sus respectivas facetas reflexivas. Esta vez tenemos un grandioso solo de piano
acústico que ofrece un retrato de elegante apasionamiento en medio de las
exploraciones centrales del violín. Siendo la pieza más agresiva del álbum,
‘Vertical Divided Alone Man’ cumple con la misión de elaborar recursos de extravagancia
en aras de enriquecer la propuesta sónica del grupo: sobre un compás
cadenciosamente solemne, la banda hace una sólida versión de cruza entre NIACIN
y DEEP PURPLE con una graciosa mezcla de vigor y desparpajo. Suena a herejía
esto, lo sabemos, pero lo decimos igual: ¡no hace falta la guitarra de
Blackmore cuando tenemos a la mano el violín de Tsuboy!
La segunda mitad de “Age Of Pain” empieza con
‘Termites Daydream’, pieza que vuelve a las dimensiones más estrictamente
jazzeras de la banda, haciéndolo con una actitud de juguetona extroversión que
se hace evidente incluso en los momentos más relajados y románticos que abren y
cierran su estructura multi-temática. El principal referente añejo aquí es
RETURN TO FOREVER, además del infaltable factor PONTY, claro está. Luego sigue
ese bellísimo despliegue de envolvente luminosidad introspectiva que es
‘Lythrum’: a través de un constante empleo del 6/8 en clave lenta, el cuarteto
elabora un hermoso retrato sónico de los recovecos más íntimos de los sueños
interiores del ego, asumiendo una actitud contemplativa donde la mirada se deja
embelesar por la calmada disposición de la luz que está observando,
reconciliándose así con algunos demonios del id. ‘Kernel’ sigue a continuación
para explayarse en un abierto contraste con ‘Lythrum’ e instalar un ejercicio
de elegante frenesí: parece que retoma la senda de ‘Suspicious Forest’ y le
añade un matiz ampliado de vigor al groove básico. El resultado es exitoso
porque, sin duda, se trata de un tema bastante llamativo: Tsuboy le saca el
jugo a las potencialidades psicodélicas de su violín eléctrico en los parajes
más intensos de uno de sus solos. ‘My Restless Heart’ da término al disco con
un aura de esplendoroso optimismo en el que el ágil compás en 5/4 que se extiende
a lo largo de toda la pieza es manejado con exultante gracilidad. Muy bien se
puede interpretar como un conclusivo retorno al punto de partida que instauró
‘Larks In The Air’.
“Age Of Pain” es, a fin de cuentas, un disco destinado
a reforzar por enésima vez el estatuto que tiene KBB como leyenda poderosa de
la escena progresiva japonesa de los tiempos actuales. Sigue bien instalado en la cima de la actual escena progresiva japonesa. Queda claro, a fin de cuentas, que este nuevo álbum no
iguala en grandeza épica al fabuloso disco debut “Lost And Found” ni tampoco se
equipara a los despliegues vitamínicos de versatilidad estilística
sucesivamente plasmados en “Four Corner’s Sky” y “Proof Of Concept”, pero para
nada se trata de un testimonio de decadencia creativa ni de una obra menor: es
un disco buenísimo, así de simple… ¡y
así de recomendable!
Muestras
de “Age Of Pain”.-
Age
Of Pain: http://www.youtube.com/watch?v=F19Vu8zWU_8
My Restess Heart: http://www.youtube.com/watch?v=jzSEejIVTbI
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