HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN,
LES SALUDA CÉSAR INCA.
En esta ocasión tenemos un disco
publicado en poco antes del ecuador de diciembre del pasado año 2019: se titula
“Sum Of Erda” y pertenece al cuarteto instrumental británico GURANFOE, el cual cultiva una agradable y envolvente modalidad de rock retro-progresiva con un delineamiento ecléctico, siendo así que hay un cierto predominio de lo sinfónico dentro de la variopinta fórmula de la banda. Haciendo un poco de historia, GURANFOE se fundó en la bella localidad de Norwich en el año 2012, llamándose primero GUMBO VARIATION hasta el año 2016. El grupo ha publicado, tanto en su blog de Bandcamp como en ediciones físicas independientes y limitadas, varios discos en vivo, y ahora “Sum Of Erda” es su debut fonográfico de estudio. Este ensamble está conformado por James Burns [guitarras
eléctricas y acústicas], Ollie Snell [guitarras acústicas, eléctricas y slap
steel], Robin G. Breeze [bajo, piano, órgano Hammond T-202 y sintetizador Gem
Sprinter 49 B] y Joe Burns [batería, percusión, piano y sintetizador Gem
Sprinter 49 B]. Muchos ítems vintage aquí, ¿verdad que sí? A lo largo del disco, el cuarteto cuenta con las colaboraciones
ocasionales de Rob Milne a la flauta y el clarinete; David Boyce, a la flauta
dulce, Calum McKemmie, al violín, y; Dan Ball, al vibráfono. El material
recogido en “Sum Of Erda”, que dura poco más de 35 minutos, fue grabado en los
meses de agosto y setiembre de 2018, siendo mezclado a lo largo de los tres
últimos meses de ese año, y finalmente, terminándose de masterizar en enero del
año siguiente. Al menos, pudo publicarse 18 días antes de que terminara el año
2019. El estilo de GURANFOE expone un cálido y colorido híbrido de sinfonismo, jazz-prog y psicodelia estilizada que se enriquece con algunos toques añadidos de folk-rock, dando como resultado un muy sólidamente amalgamado encuadre musical que se siente bastante convincente y que exuda un encanto melódico bastante meticuloso. Los aires de familia con bandas como WOBBLER, FARMHOUSE ODYSSEY, BRIGHTEYE BRISON y THE FLOWER KINGS (pre-2003) son muy fáciles de advertir; ocasionalmente, ambién hay conexiones con LOST CROWNS y THIEVES’ KITCHEN. Son cinco las piezas que conforman el repertorio de
‘Eventide’ abre el disco con un
esplendor sonoro que saca muy buen provecho del espacio de poco más de 7 ¾ minutos
del que dispone. Tras una emergencia en crescendo de capas de teclado, al modo de un veloz amanecer, el grupo establece un cuerpo central eficaz en su magia melódica, desarrollando un grácil manejo de atmósferas luminosas y grooves razonablemente complejos. En lo específicamente referente a lo luminoso, los aportes de la flauta y de las percusiones tonales son vitales a la hora de realzar el fulgor melódico en curso. Todo es muy vitalista, incluso con un talante celebratorio en varios pasajes, pero sin llegar a sobresaltos exageradamente suntuosos. Bueno, de todas maneras, algo de fastuosidad hay cuando la guitarra eléctrica elabora un hermoso solo de guitarra a lo largo del paraje más propiamente aguerrido de la pieza. Tras este clímax sigue la breve sección parsimoniosa desde la cual se proyecta el epílogo, a modo del inicio del descanso que sucede al momento de mayor exaltación. Tras este excelente inicio del álbum llega el turno de ‘Night’s First Light’, tema que se explaya por 9 minutos y pico para seguir adelante con las expansiones sonoras de la banda. Esta vez hay un equilibrio más cerrado entre lo sinfónico y lo jazz-prog, y también hay una presencia más protagónica de las guitarras eléctricas para el delineamiento de los motivos centrales y sus sucesivas variantes. Dada la situación, la dupla rítmica tiene que estructurar su propia arquitectura con una musculatura más recia a fin de que la ingeniería melódica grupal pueda gozar de un sustento eficaz. ‘Karu Vatsarin’ sigue en buena medida el curso de acción iniciado en la pieza precedente pero con unas vibraciones más filudas, las cuales incluyen coqueteos abiertos con el space-rock y un generoso empleo de marañas disonantes que nos remiten a un campo intermedio entre el paradigma de GENTLE GIANT y la faceta más inquietante de unos NATIONAL HEALTH. El dinamismo que se da al desarrollo temático ostenta una densidad mayor que la que tuvo lugar en cualquiera de las dos piezas precedentes; a su vez, los aportes del violín y el clarinete a las enérgicas amalgamas de las guitarras y los teclados se encargan principalmente de que no se pierda la intuición lírica durante el proceso.
La relativamente breve pieza ‘Etsinta
Visions’ – dura casi 3 minutos – permite al grupo explorar una ambientación relajada, a medio camino entre un ensueño primaveral y una neblina vespertina otoñal. Los sutiles grooves de las percusiones y las persistentes escalas de las guitarras operan conjuntamente como un exorcismo de la dimensión más nostálgica del espíritu humano. A partir de aquí se abren
las puertas la última y más larga pieza del álbum, ‘Etsinta Harvest In The Thar
Sands’, la misma que dura poco más de 9 ½ minutos. La primera parte de esta pieza se arma en torno a una jovial atmósfera pastoril, trabajando con un simpático motif en 3/4 de tenor folclórico que comienza jugando con matices circenses y termina absorbido por galantes vibraciones célticas (un poco a lo JETHRO TULL). Tras un interludio sobriamente misterioso, la segunda parte vira hacia una dimensión más aguerrida, usando complejos dinamismos rítmicos (con predominio del compás de 5/4). En este sentido, nos recuerdan a la faceta más extrovertida de unos JORDSJØ. Bueno, todo esto fue lo que se nos
brindó en “Sum Of Erda”, un disco que nos ha tomado por sorpresa en el sentido
más agradable de la expresión. Sin tener que llegar siquiera a ocupar un espacio de 40 minutos, nos ha brindado un ejemplo muy vitalista de prog sinfónico en base a la actitud muy fresca que emplean los miembros de GURANFOE a la hora de gestar y arreglar sus composiciones.
Muestras de “Sum Of Erda”.-
Etsinta Harvest In The Thar Sands: https://guranfoe.bandcamp.com/track/etsinta-harvest-in-the-thar-sands
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