Wednesday, July 31, 2024

FATES WARNING: meditaciones sobre un largo día que se prolongó hasta el año 2020

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Con varios años de demora terminamos y publicamos la presente reseña sobre el que hasta ahora es el último trabajo de estudio de FATES WARNING, “Long Day Good Night”, el decimotercero de su larga carrera iniciada a inicios de los 80 y que, mediante una pequeña revolución estilística interna desde su segundo disco “Awaken The Guardian” (1986), se erigió como una fuerza pionera de eso que ahora conocemos como el paradigma del metal progresivo. Publicado el 6 de noviembre del año 2020 por vía del sello Metal Blade Records, al cual perteneció FATES WARNING desde los tiempos de “Parallels” (1991) antes de su momentánea instancia en Inside Out Music (entre 2013 y 2018), dura más de 72 minutos. La publicación se hizo en CD y en vinilo (rojo anaranjado, dorado, esparcido rojo y blanco, amarillo y anaranjado, y dorado y negro). El colectivo permanente que gestó “Long Day Good Night” estaba conformado por Jim Matheos [guitarras], Ray Alder [primera voz], Joey Vera [bajo y coros] y Bobby Jarzombek [batería]. Como asociado principal estuvo Mike Abdow, quien se encargó de los solos de guitarra en tres de los trece temas del álbum; él había estado fungiendo como guitarrista en las giras desde el año 2013. También colaboraron en este disco el ilustre Gavin Harrison (batería en un tema), George Hideous (bajo en dos temas), Mika Posen (violín) y Michael Weinroth-Browne (cello). Ante todas las cosas, “Long Day Good Night” es el testimonio decisivo de la banda al poner sobre el tapete sus reflexiones sobre el largo camino andado y su deseo de cancelar su trayecto musical con un punche verídico, el cual mantiene contactos estilísticos con lo plasmado en los dos discos de estudio precedentes, “Darkness In A Different Light (2013) y “Theories Of Flight” (2016), en varios pasajes, aunque también hace algunas alusiones pasajeras a otros discos de de su larga trayectoria. El proceso de grabación y producción de “Long Day Good Night” fue un poco arduo, siendo así que las partes vocales fueron grabadas en el Little Big Studio de Madrid, España, con Mike Sanz fungiendo de ingeniero de sonido. La mezcla estuvo a cargo de Evil Joe Barresi en el estudio JHOC, mientras que la masterización fue realizada por Alan Douches en el estudio West West Side Music. Matheos fue el productor. El arte y dieseño gráficos son de la autoría de Patrick Atkins. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales de este disco. 


Durando casi 8 ¼ minutos, ‘The Destination Onward’ abre el repertorio y lo hace con estupenda magnificencia mientras va evitando que ésta se desate hasta llegar a suntosidades fatuas; todo es paulatino en la sección prologar hasta que se decide que ya es hora de desplegar el cuerpo central. El esquema general del fulgor rockero en curso se configura con un vigor genuino mientras el entramado de riffs y la dupla rítmica va abriendo caminos para la claridad melódica. ‘Shuttered World’ sigue a continuación para continuar por la senda de explosiones rockeras conservando bastantes similitudes en cuanto a la aguerrida sofisticación de los riffs y el swing primordial, aunque con una menor duración. La vitalidad bien focalizada de estas dos canciones hacen que su ilación instaura un poderoso inicio para el álbum que hoy recordamos. ‘Alone We Walk’ tiene un espíritu un poco más trágico mientras persevera en la posesión de un razonablemente sofisticado fuego rockero, lo cual hace que los ecos de la mayúscula musculatura de las dos canciones precedentes asuma un señorío renovador. Los juegos de síncopas armados desde la base rítmica realzan los preferentemente comedidos aires majestuoso que se insertan en el groove central. ‘Now Comes The Rain’ se mete un poco en el terreno de eso que se dio por llamarse rock alternativo, aunque más podemos aseverar que tiene aires de familia con los QUEENSRŸCHE de la fase 1994-2003: el punche es directo en base al modo en que las armonías de la guitarra ocupan el centro neurálgico del desarrollo temático. Cuando llega el turno de ‘The Way Home’, la banda activa una senda desde un lirismo introspectivo incial a unos ulteriores destellos de estilizada soltura, algo que nos remite a los discos de 1997 y 2000. A propósito, e
stas líneas nos impresionan bastante: “Stepping into the unknown, / Hoping that you won’t feel alone anymore, / So you put your faith blindly / In someone else’s hands to take control. / But how were you to know / That something in the night was wrong? / So you take your final step through the door.” ‘Under The Sun’ sintetiza las espiritualidades expresivas de las dos canciones precedentes para darle un enfoque más romántico al asunto, algo que es potenciado por los arreglos de cuerdas que marcan la sección prologar y reaparecen más adelante. A decir verdad, esta canción suena más neo-progresiva que prog-metalera, lo cual se asocia estilísticamente con los momentos más suaves de los discos de FW de fines de los 90.

  

‘Scars’ empieza con efectos vocales en reversa para, al poco rato, dar rienda suelta a un llamativo vendaval rockero que se emparenta con los tres primeros álbumes de la banda, aquellos que soirvieron para cimentar el proceso de maduración de su primer decenio de existencia. El talante grisácio del esquema temático refuerza eficazmente el nervio ínsito a la canción y no faltan quiebres rítmicos estratégicamente ubicados en ciertos interludios instrumentales. Las canciones #8 y #11, respectivamente tituladas ‘Begin Again’ y ‘Glass Houses’, tienen en común que la música fue compuesta en tándem por Jarzombek y Matheos. La primera de ellas es ostensiblemente ceremoniosa y hace gala de su elegante pesadez sobre un groove genuinamente señorial; un fabuloso solo de guitarra completa el cuadro con potente nervio. En cuanto a la segunda, se inserta cómodamente en una electrizante contundencia metalera que recibe ecos tanto de “FWX” como de “Theories Of Flight”. En medio de ellos se sitúa la secuencia de ‘When Snow Falls’ y ‘Liar’. Aquélla exuda un aura introvertida afín a la de algunas canciones precedentes. ‘Liar’, por su parte, camina sobre una senda de agitaciones rockeras manejadas con un imperioso gancho. ‘The Longest Shadow Of The Day’ tiene dos peculiaridades: es la pieza más extensa del álbum con su espacio de casi 11 ½ minutos y es la única compuesta íntegramente por Matheos (y pensar que más de un disco de FW le tiene como compositor exclusivo). Además, tomando en cuenta su duración, tiene muy poca letra (incluyendo estas lúcidas imágenes poéticas: “The longest shadow of the day / Reaches out along the way, / Shrouds our sight in failing light, / Turns our gaze to the night.”). Todo empieza con un sutil armazón de índices melódicos de las guitarras que, en algún momento, abre paso a la imposición del bajo en el rol protagónico, el mismo que marca la senda para el swing inicial mientras las guitarras van ocupando sus lugares en medio de la creciente expresividad. El esquema está bien definido para cuando el ensamble se sitúa alrededor de la frontera del segundo minuto y medio, no tardando las cosas en tornarse frontalmente furiosas con un talante épico. Estamos en un terreno híbrido entre “Awaken The Guardian” y “No Exit”. Una vez que se instaura una sección lenta, entra por fin el canto en acción, añadiendo dramatismo al asunto. La sección final eleva un poco la intensidad y el groove hasta concretar una cúspide excelsa de furia rockera. ¿Está en los últimos instantes el mejor solo de guitarra de todo el disco? Lo dejamos al criterio de cada oyente, pero que es brutal, lo es, sin duda.
 

 
Portando el idóneo título de ‘The Last Song’, éste cierra el repertorio al modo de una balada acústica basada en la voz y la guitarra, siendo así que suena bastante elegíaca. De hecho, son bastante elocuentes las frases contenidas en el puente y la última mudanza: “It’s hard to understand where the time went. / Looking back upon the years, I never dreamt / That fate would show its hand and a life spent / Walking down the only road I've ever known. / The curtain falls / Upon a darkened stage. / Voices fade like words across / Some worn out ending page. / The writer writes his final wrong: / This is the last song.” No es la primera vez que un disco de FATES WARNING se cierra con una relativamente breve balada acústica, pero tal vez sea la última vez en que algo así tiene lugar. En fin, todo esto fue “Long Day Good Night”, un disco muy singular dentro del canon de FATES WARNING sin desmedro de que tenga algunas conexiones estilísticas con obras anteriores de su amplio catálogo (que ya se mencionaron en su momento). También parece que es la carta de despedida de esta excelsa banda al público, lo cual indica el paso final de un trayecto iniciado a principios de los 80 con unas intenciones de hacer heavy metal fastuoso que muy pronto derivaron hacia un paradigma pionero del prog-metal. La existencia de un nuevo proyecto coliderado por Matheos y Alder, añadiéndose el hecho de que este último hizo declaraciones a la prensa sobre la nula intención de Matheos de seguir componiendo material para FW, deja el trámite de disolución bastante obvio ante los ojos de la opinión pública.* Muchas gracias al maestro Jim Matheos y a toda la gente que pasó por las filas de este peculiar y exquisito grupo cuya trayectoria da buena cuenta de su compromiso con el arte dentro de la fuerza del rock.** ¡¡FATES WARNING habita ya en la eternidad!!


[Reseña dedicada a toda la gente que asistió al Lima Fest 2018, 13 de octubre de 2018, donde FATES WARNING fue la banda protagonista y se lució como siempre.]


* Ray Alder y Jim Matheos cofundaron hace un poco el proyecto NORTH SEA ECHOES, el mismo que ha publicado su trabajo de debut “Really Good Terrible Things” en febrero pasado. Alder señaló explícitamente que Matheos no tiene intención de componer más canciones para FATES WARNING, aunque no está cerrado a la idea de hacer giras con sus excolegas de banda (enlace de la entrevista: https://www.loudersound.com/news/fates-warning-to-stop-releasing-new-albums). El propio guitarrista está concentrado también en este otro proyecto llamado KINGS OF MERCIA (véase las entrevistas publicadas en los enlaces https://jimmatheos.com/2022/09/23/interview-with-the-prog-report/ y https://www.invisibleoranges.com/kings-of-mercia-interview/). Además, con la gira de aniversario de “Awaken The Guardian” del año 2017 y los dos discos de ARCH / MATHEOS, hechos con el primer cantante de la banda, se nota que el buen Jim estaba con la mente dispuesta a cerrar etapas de a pocos.

** Frank Aresti, Mark Zonder, Ray Alder, John Arch, Joe DiBiase, Joey Vera, Steve Zimmerman, Victor Arduini, Bobby Jarzombek y Mike Abdow... sin olvidar a todos los músicos invitados de turno. 

Monday, July 29, 2024

La nueva selección de horas doradas del maestro ANTHONY PHILLIPS



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Estamos de plácemes en este segundo tercio del año 2024 porque a fines de mayo pasado se publicó “Private Parts & Pieces XII: The Golden Hour”, el nuevo trabajo fonográfico del maestro ANTHONY PHILLIPS, por vía del sello Esoteric Antenna (bajo licencia de Cherry Red Records), a fines del último mes de mayo. PHILLIPS se hace cargo de la mayoría de las guitarras y los teclados, y también algo de canto, a lo largo de esta colección de composiciones que datan de diversos lugares y tiempos y que sirven a diversos propósitos. Cediendo la palabra al propio ANT, se trata de “una publicación de AP&P a la vieja y tradicional usanza, una colección de piezas de dispares orígenes que se espera que conformen una totalidad coherente.” En los últimos años se ha estado movilizando mucho el catálogo de ANTHONY PHILLIPS en el mercado fonográfico con reediciones de viejos discos (“Slow Dance”, “Gypsy Suite”) y recopilaciones de múltiples volúmenes con material extra (cajas de cuatro y tres discos de la serie “Private Parts & Pieces”, así como “Missing Links”), lo cual ha estado ralentizando un poco el desarrollo de un próximo disco centrado en el piano, pero, mientras tanto, aquí está “The Golden Hour” para revelar una nueva selección de viejas composiciones ante nuestros oídos. PHILLIPS contó con la valiosa ayuda de su amigo de años Jonathan Dunn para concretar esta nueva recopilación de piezas que, en palabras del propio PHILLIPS, habían quedado totalmente olvidadas en lso archivos de su mente. Aquí están incluidas algunas piezas grabadas junto al argentino Quique Berro García a la guitarra clásica; también aparece en un par de temas el teclista James Collins tocando sintetizadores. Allí donde ellos aparecen también fueron los coautores. Por lo demás, como dijimos más arriba, PHILLIPS tocase hace cargo de casi todas las guitarras, el piano y casi todos los sintetizadores. 


Los primeros 19 minutos y pico del álbum están ocupados por la ‘Wychmore Hill Suite’ cuyas cuatro secciones portan los títulos autónomos ‘Country Mile’, ‘Ring Of Steel’, ‘Peaceful Land’ y ‘Jack The Lad’. Curiosamente, esto ha sido algo que también ocurrió en los Volúmenes II, IV y VII de la serie “Private Parts & Pieces”, pero bueno, concentrémonos hoy en esta ‘Wychmore Hill Suite’. La primera sección se basa en ágiles cadencias pastorales dirigidas por guitarras de 12 cuerdas que portan una aureola alegre. El fulgor va creciendo de a pocos dentro de confines bien delineados. La segunda sección se enfila hacia un exotismo aflamencado donde las guitarras actuantes se amalgaman en un encuadre sofisticado, el cual se abre cómodamente a majestuosas variantes de swing. La tercera sección, que dura cerca de 6 minutos (siendo el ítem más extenso del disco), se centra en una atmósfera serena con talante reflexivo. Los aires impresionistas de la composición se dejan llevar por las vibraciones renacentistas del arreglo final. Algún breve momento de exaltación se entromete con gracia durante el último tercio. En fin, la cuarta sección retoma el fulgor de la primera mientras añade ciertos matices señoriales de la segunda. Cuando llega el turno de ‘Twilight Of A Diva’, PHILLIPS se sitúa junto al piano y elabora una melodía hermosa plagada de una serena melancolía, haciendo que una serie armónica típica del jazz clásico se reformule bajo pautas impresionistas, casi como si SATIE hiciera una modificación de un borrador de una sonata inconclusa de GERSHWIN. ‘High Flight’ despliega un ahondamiento en los ribetes impresionistas para trasladarlos a una flotante atmósfera de tipo new age en base al empleo de ensoñadoras capas de múltiples sintetizadores. Las orquestaciones minimalistas aluden a algo celestial mientras algunas lacónicas notas de cuerdas emergen esporádicamente para aportar algunos ornamentos cristalinos. ‘Sarabande Noir’ es belleza pura exorcizada por un dúo de guitarras clásicas presto a trazar el perfecto paisaje interior que late bajo la mirada melancólica a un mundo quieto.

Cuando llega el turno de ‘Kathryn Downes Trad.’, el piano vuelve a apoderarse del escenario para plasmar otro momento de amable introspección; los breves espacios vacíos entre las notas acentúan ese aire de interioridad ínsito en el solemne desarrollo temático. La pieza que sigue a continuación es la que justamente se titula ‘The Golden Hour’ y su talante es de sobria y coqueta galantería que esconde a medias una espiritualidad juguetona. En cierta medida, se conecta estilísticamente con la tercera sección de la ‘Wychmore Hill Suite’, pero con un toque añadido de gracilidad. ‘Hour Glass’ vuelve al paradigma de SATIE en una inspirada ilación de pulsaciones constreñidas del piano que se armonizan como un suave oleaje bajo el cielo de un calmo atardecer. Cuando llega el turno de la versión cantada de ‘Roads In Between’ (la versión instrumental aparece en la caja “Private Parts & Pieces IX-XI”, en el CD de extras), se nos revela una evocadora balada progresiva que ostenta bastantes remembranzas del ideario de PHILLIPS durante la etapa 1978-79 y algunas coincidencias con el paradigma Cameliano. A partir de aquí, todas las piezas tienen breves duraciones entre 43 segundos y 2 ¾ minutos, y la primera de ellas es ‘Benediction’. Esta pieza se orienta claramente hacia el barroco en base a la guitarra clásica mientras que la siguiente, titulada ‘Soliloquy For Sylvie’, se enfila hacia una atmósfera introspectiva donde la guitarra clásica crea sus cristalinas florituras sobre un trasfondo orquestal de sintetizadores. La miniatura ‘Rushlight’ desarrolla un motif de cascadas de un acorde minimalista con la guitarra acústica de 12 cuerdas; por su parte, ‘New World’ establece un ejercicio de new age sobre una base rítmica fusionesca programada, siendo así que el entramado sonoro es sumamente delicado. ‘Cirrus’ recibe los ecos de vibraciones meditabundas de la pieza precedente y ahonda en ellas mientras les da una elevación celestial con ribetes minimalistas abstractos. ‘Under The Southern Stars’ tiene un motif de piano cuyas cadencias expresivas se enraízan notoriamente en el estándar romántico, muy en la línea de LISZT, realmente. Una composición realmentye entrañable. ‘Sea Drift’ es otra miniatura que se inserta bajo una ambientación introspectiva signada por una serenidad envolvente. El minimalismo crepuscular de ‘Night Spectre’ y la cristalina calidez de ‘Mean Streets’ añaden más eclecticismo al repertorio. 

  

Los últimos 5 ¾ minutos del repertorio están ocupados por la secuencia de ‘Sky Diving’, ‘Summer’s Lease’ y ‘His Final Bow’. El primero de estos temas mencionados establece un parámetro orquestal para un motif de inspiración oriental (casualmente afín a JADE WARRIOR), mientras que el segundo se explaya de nuevo en matices impresionistas al piano. En fin, ‘His Final Bow’ retoma esa faceta de new age minimalista con mesuradas inclinaciones orquestales para rendir homenaje a Ralph Bernascone, viejo colega de PHILLIPS que recientemente se ha retirado del negocio musical. Toda esta fue la gozada de “Private Parts & Pieces XII: The Golden Hour”, una obra que dignifica grandemente el vigente legado del maestro ANTHONY PHILLIPS, quien parece estar situado siempre en una cadena de horas doradas para la música contemporánea británica.


Muestras de “Private Parts & Pieces XII: The Golden Hour”.-


[Reseña dedicada a dos grandes personas: Jorge Pérez Perri, quien nos advirtió sobre la existencia de este bello disco apenas salió al mercado, y; la dulce y hermosa Rosa Elvira Vargas, quien concretó el obsequio de cumpleaños.]

Friday, July 26, 2024

La legendaria banda FOCUS y el número de los meses del año



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

En esta ocasión se presenta el vínculo entre la legendaria banda neerlandesa FOCUS y el número de los meses del año. O sea, tenemos aquí lo nuevo del legendario grupo neerlandés FOCUS, “Focus 12”, el mismo que fue publicado el pasado 5 de julio. La publicación se hizo por vía de la triple asociación de In And Out Of Focus Records, Cherry Red y Spirit Of Unicorn Music. Al igual que en los últimos lanzamientos fonográficos, la alineación vigente de FOCUS está conformada por Thijs Van Leer [órgano, piano, flauta y sintetizadores], Pierre Van Der Linden [batería], Menno Gootjes [guitarras, piano y sintetizadores] y Udo Pannekeet [bajos, sintetizadores y programaciónes]. Estos dos últimos, los más jóvenes de la banda, realizaron la producción de este nuevo disco. También es de destacar que el maestro Roger Dean vuelve a hacerse cargo de la portada. Como se ve en la instrumentación, hay una ampliación logística en el potencial de exuberancia melódica y armónica en el rol de los teclados, pero, por otra parte, lo que elabora aquí la gente de FOCUS es una nueva órbita alrededor de su sol musical que ya tiene más de medio siglo de vigencia. Cabe señalar que, aunque el disco nuevo de FOCUS se llama 
“Focus 12”, no existe en su repertorio un tema llamado ‘Focus 12’, sino ‘Focus 13’. Eso sí, existe ‘Focus 12’: se trata de una pieza difundida por el grupo en las redes sociales y en el CD+DVD “Focus 50: Live In Rio – Completely Focussed”, y se trata de una composición sobriamente melancólica donde el piano guía los sutiles efluvios que se arman en complicidad con la guitarra acústica en ciertos momentos. Una muy hermosa composición en un ítem fonográfico infaltable en cualquier buena fonoteca progresiva, pero bueno, ya es hora de concentrarnos en los detalles del repertorio contenido en el álbum “Focus 12”.

 
Durando poco menos de 4 ½ minutos, ‘Fjord Focus’ abre el disco con un despliegue de extroversión muy típico del paradigma histórico de la banda. El asunto se mueve con convincente vivacidad dentro del paradigma de unos PAT METHENY GROUP a través del filtro histórico de los propios FOCUS en su particular manera de orientarse po la senda jazz-progresiva. El groove es llamativo de por sí y la robusta precisión del veterano Van der Linden lo hace aún más llamativo, y todo el fulgor se acrecienta con la emergencia de un fabuloso solo de guitarra a mitad de camino. Con una sección final dirigida por un hermoso solo de flauta, el vigor se calma un poco para cerrar el asunto con cristalina elegancia. Estupendo inicio del álbum Sigue a continuación ‘Focus 13’ (que ya sabemos que no se puede llamar ‘Focus 12’), como es de esperar, una composición introvertida con raíces románticas y ciertos matices impresionistas añadidos en el realce de la base armónica. La pieza saca buen provecho a su espacio de 5 minutos y pico (es, de hecho, la más larga del álbum). 
El hermanamiento de órgano y guitarra discurre naturalmente a través de la espiritualidad serena de la primera parte de la composición mientras el bajo hace algunos prudentes ornamentos. A mitad de camino, las cosas se agilizan con un rotundo dinamismo que se remonta a la vertiente más extrovertida de esa inolvidable fase de 1971-73, algo que permite a la guitarra lucirse en un solo electrizante y contundente. El clímax colectivo es realmente impactante. algo que encuentra su oportuno contrapeso en los evocadores fraseos del piano que dan inicio a ‘Béla’, el siguiente tema de álbum. Se trata de una estupenda balada progresiva cuyos ribetes expresivos que se sitúan a medio camino entre el blues tradicional y el jazz-fusion de los 70 le dan una riqueza especial cuando entra en acción el ensamble entero. La composición colectiva ‘Meta Indefinita’ se mete de lleno en el área del jazz-rock con su dosis oportuna de refinamiento estructural. Los retazos de la guitarra, alternando momentos de sutileza con otros de expansión frontal, dialogan fluidamente con los bien perfilados vuelos de la flauta mientras la dupla rítmica gesta una ingeniería señorial que vemos muy recurrentemente en obras clásicas de LARRY CORYELL y TERJE RYPDAL. Es como si el carácter contemplativo de ‘Béla’ se hubiera dejado arropar por mantos majestuosos que, simultáneamente, aluden al esplendor y al misterio.

‘All Aboard’ (compuesto por Pannekeet) se centra en un excelso groove fusionesco cuya gracilidad impulsa al magnetismo intrínseco a la composición; el hecho de que la flauta sea el primer instrumento protagónico ayuda bastante a reforzar lo que habrá de ser la atmósfera central de la pieza. A instantes de atravesar la frontera del tercer minuto, el grupo se eleva hacia un ejercicio de agilidades y vivacidades en base a un jam estructurado sobre un tempo inusual. ¡Hay que ver cómo se luce una vez más el maestro Van der Linden! Se concreta aquí una de las más coloridas y sofisticadas labores de composición que se haya gestado en el taller de FOCUS desde su vuelta al ruedo en el 2002. Definitivamente, en su espacio de 4 ½ minutos dice mucho este tema que se erige como el cénit de este disco... aunque todavía hay más por disfrutar. ‘Born To Be You’ es una miniatura centrada en el dueto de piano y guitarra cuyas tonalidades impresionistas nos hacen regresar a los parajes introspectivos y misteriosos de la visión musical del maestro Van Leer; los ornamentos de sintetizador que emergen en la segunda mitad brindan un instante de intrigante luminosidad. A partir de aquí emerge ‘Nura’, una pieza de casi 4 minutos de duración cuyo prólogo está marcado por un nuevo ejercicio de de lirismo cristalino y reposado, derivándose pronto hacia una alternancia con pasajes signados por una jovialidad mesurada en clave jazz-progresiva. Cuando llega el turno del tema curiosamente titulado ‘Bowie’, el piano elabora una sonata bastante elocuente donde convergen romanticismo y barroco, algo muy idóneo para un homenaje póstumo al versátil Camaleón del Rock. ‘Positano’, llamado así por una comuna italiana que cuenta con un hermoso balneario, comienza con un sereno prólogo de piano antes de que se instale un groove extrovertido cuyas atmósferas y retazos centrales se asemejan a los del tema #4. ‘Gaia’ trae consigo el cierre del repertorio, plasmando en un inicio una firme continuidad con los aspectos más introvertidos del repertorio precedente, incorporando una suntuosidad peculiar a dicha labor. Ésta aflora más intensamente cuando el desarrollo temático vira a un agradable viaje fusionesco donde el trípode de guitarra, flauta y bajo exhibe un coqueto esquema melódico cuyo impulso adicional está movilizado por el sofisticado swing de la batería. El fade-out nos deja con ganas de más, pero ya es hora de decir adiós al disco.

Como balance final, “Focus 12” puede ser el más notable de todos los discos gestados por la alineación de los Sres. Van Leer,  Gootjes, Pannekeet y Van der Linden, la misma que ha estado llevando la legendaria antorcha olímpica de FOCUS con vigor, dignidad y creatividad auténticas. Nos parece optimista y entrañable que esta banda se mantenga en pie de esta forma tan convincente: definitivamente, este disco apunta a ser uno de los más notables de la cosecha del rock artístico a lo largo de los 12 meses del presente año 2024. Por lo pronto, nos parece la obra más notable del catálogo de FOCUS en esta etapa de resurrección que se inició a principios del nuevo milenio. 


Muestras de “Focus 12”.-

Además...

Tuesday, July 23, 2024

GRECO BASTIÁN y las amistades continuadas en el paraíso progresivo mexicano



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Tenemos buenas noticias desde el paraíso avant-progresivo mexicano: hace poco se ha publicado en el blog de Bandcamp del compositor GRECO BASTIÁN la nueva obra fonográfica producida por el susodicho artista. Ya se está  preparando la edición física correspondiente por vía del sello Azafrán Media. Al igual que su disco precedente 
“With A Little Hell From My Friends”, publicado en octubre de 2022, su realización se hizo posible gracias a la incorporación de aportes de diversos colegas igualmente comprometidos con el ideal de la experimentación más radical de la música progresiva. Es por eso que este nuevo disco porta el título de “With A Little Hell From MORE Friends”Hay una pléyade de excelentes músicos colaborando a lo largo y ancho de este disco: Matt Hollenberg (guitarra), Markus Reuter (Warr Guitar), Ben Spees (guitarra), Oliver Campbell (bajo), Connor Reilly (batería), Marc Ducret (guitarra), Patrick Gauthier (teclados), Paolo Botta (teclados y efectos), Bernard Falaise (guitarras), Alan Benjamin (guitarra), Anthony Beard (guitarra), Rémi Leclerc (batería y percusión), Sterbus (bajo), Craig Walkner (batería), Ed Rosenberg III (saxofón), Håkan Almkvist (guitarra), Ivan Rozmainsky (teclados y efectos), Shawn Pessinger (guitarra), Vincent Sicot-Vantalon (teclados y efectos), Salvador Govea (teclados), Jonathan Piña-Duluc (saxofón), Armando Lagarda (guitarra), Antonio Garcidueñas (batería), Juan Belda, Joe Lester (bajo), Steve Marek (bajo), Samo Šalamon (guitarra), Gerardo Ramlop (xilofón), Alonzo Arjona (batería), Hey Figueroa (batería) y Miguel Saenger (batería). En esta larga lista hay gente que conocemos por sus ilustres trayectorias solistas y/o por sus membrecías en STICK MEN, MAGMA, WEIDORJE, YUGEN, MIRIODOR, ADVENT, NI, SCHERZOO, ENSEMBLE NIMBUS, ROZ VITALIS, FAR CORNER, BOUD DEUN, GOVEA, THE MERCURY TREE, etc. 

Todos estos nuevos amigos de BASTIÁN aportaron sus grabaciones en sus respectivos estudios a partir de las partituras que les enviaba el susodicho GRECO en formato de mp3 o midi. Las ulteriores labores de mezcla y masterización se realizaron en México. En líneas generales, se puede advertir que hay mayores dosis de garra y de tensión en el repertorio contenido en “With A Little Hell From MORE Friends” que en el del disco precedente, por lo que podemos aseverar que aquí se produjo una especie de ascensión estética. Vayamos a los detalles para concretar este diagnóstico previo. Como dijimos más arriba, el sello Azafrán Media se está haciendo cargo del proceso de edición física del disco que ahora reseñamos. El repertorio de “With A Little Hell From MORE Friends” se inicia con la dupla de ‘Kobaïan Call To War (Part 1)’ y ‘4009, The Mezking’. El primero de estos temas dura poco más de 2 ½ minutos y sirve para establecer un clima siniestro y denso sobre un esquema rítmico parsimoniosamente machacón. Es como una ósmosis de los legendarios PRESENT junto a los ART ZOYD de los 80. Su fijación en un motif repetitivo realza su carácter de introducción. Acto seguido, ‘4009, The Mezking’ se dispone a establecer recursos de tensa vitalidad y surrealista jovialidad a través de la guía dual de dos columnas: una, armada por la confluencia de los desarrollos temáticos de los teclados y la guitarra; la otra, conformada por la ágil dupla rítmica. Lo que antes fue siniestro ahora es convulso bajo un encantamiento extraño que no se oculta bajo la manifestación de exaltado frenesí que provoca. A mitad de camino, el groove se intensifica con su consecuente incremento de agitación avant-progresiva que, hasta cierto punto, asume una aureola Magmiana. ‘Extitled’ es la segunda pieza más extensa del disco con su espacio un poco mayor de 7 ¼ minutos, siendo su estrategia la de insuflar aires jazz-progresivos al ideario posmoderno predominante en el álbum. Con un esquema sonoro que traza vasos comunicantes entre los UNIVERS ZERO de 1987, el paradigma de SIMON STEENSLAND y el de AMYGDALA, los músicos actuantes edifican una arquitectura señorialmente lóbrega con una pomposidad surrealista totalmente idónea para la activación orquestal del ensamble. La sucesión de los diversos swings es manejada con impoluta soltura. Todo un cénit del álbum. 

‘Retitled’ emerge con la misión de instaurar una vertiente más jovial de las tensiones musicales heredadas de las dos piezas precedentes, siendo así que la extravagante jovialidad deja atrás al oscurantismo metódico de ‘Extitled’ para focalizarse en la intensidad de un fulgor sónico bastante saltarín... Un poco a lo RUINS en lo que concierne a las agitaciones definitorias del núcleo central. A propósito, el solo de saxofón que se destaca a mitad de camino es simplemente fabuloso. ‘Blacamán, The Bad One’ es otro momento culminante del disco. Sus frenéticos tornados festivos se ubican en un enclave de tormentosos desarrollos disonantes que van surcando y transformando sus caminos al andar. Es como una mezcla de esteroides Zappianos y delirios Crimsonianos informados por la mirada tortuosa de DR. NERVE. Durando más de 7 ½ minutos, ‘Cosmetology’ se erige como el tema más extenso del repertorio. El solemne preludio anuncia lo que será un despliegue de parsimonias oscurantistas, aunque algunas de ellas se dejarán llevar por un swing grácil en algunos pasajes estratégicos. Esto se transformará más adelante en una pequeña danza espectral antes de que la coda retome el cuerpo central. Lo que básicamente sucede en ‘Clownnecticut’ es un refuerzo de los dinamismos peculiares de los temas #2 y #3 a través de una señorial síntesis que exuda tensión por todos sus poros sónicos. El cierre del disco llega de la mano de ‘Kobaïan Call To War (Part 2)’, epílogo y culminación de la pieza de apertura, elevándola a una fastuosidad absorbente y arrolladora. Todo esto fue lo que surgió de la mente de GRECO BASTIÁN para el material contenido en “With A Little Hell From MORE Friends” y es así de grandiosa la concreción de estas ideas en manos de los nuevos camaradas del compositor mexicano. Es bueno saber que el ideal de la vanguardia progresiva radical sigue siendo capaz de inspirar obras tan llenas de músculo y esplendor como ésta, la cual es totalmente recomendable para cualquier buena fonoteca dedicada al género. Un gran punto a favor también de la escena hispanoamericana ante el mundo entero. Concluimos la presente reseña con el manifiesto de BASTIÁN: Gracias a cada uno (de mis colaboradores) por creer en esta locura, porque no sé nada, pero sé que no sé, y eso es más hermoso y, a veces, más poderoso que realmente saber...

Saturday, July 20, 2024

Tercera travesía del ensamble peruano ACTITUD MODULADA

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el inmenso agrado de presentar la tercera travesía fonográfica de estudio del excelente ensamble peruano ACTITUD MODULADA. El disco en cuestión se titula “Uno Con El Mar” y fue publicado a inicios de la segunda mitad de junio de este año 2024 en las redes virtuales. La edición física de parte del sello mexicano Azafrán Media siguió poco después. Se trata de un disco muy especial pues la banda estrena alguna novedad en su alineación: Daniel López Gutiérrez [sintetizadores digitales y Minimoog, y percusión menor], Jorge Durand [batería y percusión menor], Diego Sue [bajos con y sin trastes, y coros], Alejandro Susti [voz, guitarras eléctrica, electroacústica de 6 y 12 cuerdas, y pedal steel], Guillermo Saldaña [guitarras eléctrica y electroacústica, y mandolina eléctrica] y David Cabrejos [saxofones tenor y soprano]. Este último también es experto en otros instrumentos de viento, pero en esta alineación se limita a los saxos. Tras la salida del veterano multiinstrumentista Octavio Castillo, la flauta ausente deja paso a un nuevo tipo de texturas para las intervenciones de los vientos que se ubican estratégicamente en cada una de estas nuevas canciones que están ahora a cargo de los saxos, mientras que Susti se hace cargo de las parte de guitarra pedal steel. La exuberancia esencial del colectivo se adueña de nuevos y más refinados colores para su paisaje sonoro. El año 2024 es muy especial para ACTITUD MODULADA como entidad musical pues cumple su emblemático décimo aniversario, además de que presenta este nuevo disco con una vorágine de actuaciones en escenarios nacionales y extranjeros (incluyendo su participación en en la edición de agosto de 2024 del FestivAlterNativo de Querétaro, México). El disco se grabó en el Estudio La Guarida Records y el Estudio de A.M. en TRANSMISOR, estando Lalo Williams a cargo de la mezcla y la producción musical, además varios arreglos vocales e instrumentales. La labor de masterización etuvo en manos de Juan carlos Estremadoyro, mientras que la hermosa portada es de la autoría de Clara Alejandra Susti. Bueno, veamos ahora los detalles de las canciones contenidas en “Uno Con El Mar”. 

‘Lima Siempre’ da el puntapié inicial a las cosas con una vivacidad impregnada de un muy bien perfilado lirismo, siendo así que la agilidad estructural de la canción se enriquece con los ornamentos que emanan del intensivo swing de la batería. El gancho inherente al núcleo temático adquiere una oportuna dosis de sofisticación con la inserción de un interludio en 7/8 y, en su instancia final, por un sublime solo de guitarra. Algo que sobre el papel se contrasta con la actitud pesimista de la letra, inspirada en el soliloquio con que el personaje Zavalita da inicio a la genial novela de MARIO VARGAS LLOSA Conversación en La Catedral y proyectada hacia los perpetuamente convulsos tiempos de Lima en las últimas décadas. En segundo lugar, llega el turno de ‘Mi País’, una canción cuya letra está inspirada en un poema de SEBASTIÁN SALAZAR BONDY y se articula en torno a una elegante mezcla de jazz-rock y delicadas texturas prog-sinfónicas sobre una base de fusión contemporánea con raigambre afroperuana. Hay una majestuosidad especial en el modo en que se desarrollan los motivos, aterrizando todo en un epílogo signado por una cautivadora delicadeza con la que se manifiesta su cadencioso fulgor. Un decisivo cénit del álbum. La dupla de ‘Muelles’ y ‘Angelina / Uno Con El Mar’ permite a la banda seguir explorando a paso firme las versátiles estratagemas de su visión musical. El primero de estos temas mencionados se enfila por un vitalismo lírico cuya claridad melódica se deja llevar por una mezcla de exaltación y melancolía. El fluido manejo de los complejos esquemas rítmicas y la impoluta ilación de los diversos motivos que se van sucediendo se enmarcan ingeniosamente dentro de una estructura prog-sinfónica que recoge lo más estilizado del estándar Genesiano y lo más evocador del Yessiano, planteando algunas confluencias con la faceta más sofisticada de los PFM del segundo álbum. Definitivamente, se trata de otro momento climático de este nuevo repertorio. En cuanto a ‘Angelina / Uno Con El Mar’ (la pieza más extensa del disco con sus cerca de 7 ¾ minutos de duración), empieza con una atmósfera cinematográfica marcada por una placidez ensoñadora y nostálgica, hasta un poco triste, donde los oleajes del mar y la corriente de libres evocaciones se hermanan en una única pulsión. El cuerpo central abre paso a una balada bucólica que refuerza el aura nostálgica del preludio con un esquema melódico sencillo y bien definido.  

‘Arenas Del Tiempo’ carga con parte de las vibraciones nostálgicas de la canción precedente, pero asume una luminosidad un poco más pronunciada tanto en el groove general como en los arreglos del mismo que se van desplegando mientras va avanzando la canción. A mitad del camino, un hermoso interludio en clave de vals circense inserta un recurso de sofisticación progresiva que se erige como un oportuno epílogo marcado por un colorido intenso. Dicho epílogo incluye unos concisos solos de sintetizador que elevan el renovado y definitivo esplendor melódico que brota cual brisa primaveral. Nos parecen particularmente impactantes estas líneas: “Y así vas, juntando las ilusiones de un nuevo día. / Y así vas, silbando una tonada casi olvidada.” ‘Tambopata’ trae consigo el cierre del álbum y lo hace con inapelable magnificencia en clave de fusión contemporánea, una vez más, con bases afroperuanas. Si la letra de ‘Arenas Del Tiempo’ tenía una carga introspectiva, la de ‘Tambopata’ expresa un sentido de urgencia e inconformismo que ejerce un eficaz contrapelo a las cadencias patentemente alegres del esquema rítmico. (“Bosque sagrado, un pedazo de tu alma hoy se está muriendo / Por la codicia y la absurda indiferencia de nosotros. / Hoy lloran tus ojos lágrimas de plata que se posan / Sobre la piel de tus hojas.”) El solo final de saxofón es quizás el más notable de todos los que hacen acto de presencia a lo largo del álbum. En fin, todo esto es lo que se nos ofrece desde los cuarteles del colectivo peruano ACTITUD MODULADA con “Uno Con El Mar”; este nuevo disco necesita menos de 40 minutos para dar indicios claros del deseo de explorar rumbos renovadores en la que es una de las travesías más elegantes dentro de la actual escena progresiva de Sudamérica. Totalmente recomendable: con este grupo siempre hay victorias artísticas. 


Muestras de “Uno Con El Mar”.-

Thursday, July 18, 2024

ALEJANDRO MATOS: un carnaval muy particular dentro de la escena progresiva argentina


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Aquí tenemos el nuevo disco del argentino ALEJANDRO MATOS, el cual se titula “Carnaval De Las Víctimas” y fue publicado el 26 de febrero último. Se trata de un disco conceptual centrado en la denuncia política y la amarga sátira social frente a la coyuntura argentina de estos últimos años. El material contenido en “Carnaval De Las Víctimas” fue grabado en el estudio Ruido Sagrado entre 2020 y 2023, con la particularidad de que las intervenciones de la batería fueron grabadas en enero de 2022 en el estudio Yagüar House. La mezcla fue realizada por el propio MATOS en Ruido Sagrado, octubre de 2023, mientras que la masterización estuvo a cargo de Conrado Silvela en el estudio Casa Rara, entre los meses de octubre y diciembre de 2023. ALEJANDRO MATOS es el autor de la música y la letra de las 9 canciones del álbum, así como de los arreglos y la producción; por supuesto, también se hizo cargo de las guitarras, el canto, el bajo, los teclados, las programaciones y los efectos. También suenan aquí los aportes del baterista Javier García Atencio, el saxofonista Wim Forstman y el contrabajista Damián Perrotta. También hay una narración de Ulises Matos. Daniel Avinceta es el autor del impresionante arte gráfica de la portada. “Carnaval De Las Víctimas” tiene una base conceptual centrada en una aguda y desencantada observación de la sociedad y la clase política argentinas de los últimos años, poniendo énfasis en las incongruencias, egoísmos y nula conciencia cívica que MATOS observa en la polarizada opinión pública que salta al primer plano en los momentos de elecciones presidenciales. Hambre de solidaridad y sed de democracia son esas fuerzas inspiradoras de la letra y la música de este nuevo trabajo que, en parte, sigue por la línea de fresca robustez expresiva sistemáticamente desarrollada en 
“La Potestad” (su disco anterior del año 2015), pero con una energía más oscura y un manejo más exhaustivo de climas densos. Mejor es que veamos de una vez los detalles específicos del repertorio contenido en el disco que hoy reseñamos.
 
‘Bautismo De Vidrio’ abre el álbum ocupando un razonablemente generoso espacio de casi 7 ¾ minutos, iniciándose con una lenta y parsimoniosa escala de piano que pronto abre paso a un magnífico despliegue rockero donde la lentitud sustenta una pesadez elocuente, la misma que se deja envolver por una atmósfera controladamente fúnebre. Tal como dijimos, hay un concepto crítico en el disco y desde el punto de partida hay una manifestación señorial de ese espíritu crítico, dándose un destello intenso en el modo en que se engarzan las partes de guitarra y de teclado en el entorno donde MATOS da rienda suelta a su canto airado. ‘Un Millón De Moscas’ sigue a continuación para elevar ese señorío hacia un esquema sonoro más denso que se deja arropar por una atmósfera gótica. Lo que suena se sitúa en una ingeniosa cruza entre los KAYO DOT de 2014-16, la faceta más aguerrida de INVISIBLE y los PINK FLOYD de 1977. El hecho de que el esquema rítmico ostente una razonable sofisticación ayuda a realzar la majestuosidad operativa, y cómo no, el entrelazamiento de las capas de teclado y el solo de guitarra gestan un epílogo estructurado por una suntuosidad crepuscular. Primer cénit del repertorio. La miniatura 
Crisis De Alegría’ gesta unos efluvios orquestales que se sitúan a medio camino entre lo espectral y lo etéreo. A partir de allí emerge ‘Terror A Los Despertares’, una canción relativamente serena que se apoya sobre un grácil compás mientras revela un talante contemplativo bajo la mirada de las flotantemente punzantes líneas de guitarra. La presencia del piano casi es un recurso de lirismo en medio de la densidad predominante, lirismo que abre camino a unos tentativos aires tangueros en la sección epilogar hasta que emerge un convincente ejercicio de psicodelia progresiva. ‘Los Alieanados’ es la canción más extensa del álbum con sus casi 11 minutos de duración; adelantamos que se nos viene otro cénit del repertorio. Comenzando con una secuencia sintetizada sobre la que se proyecta una narración, el cuerpo central no tarda en instalarse con su sofisticada ingeniería rítmica y su ceremonioso dramatismo. Es como si la atmósfera y la espiritualidad de la primera canción hubiesen resurgido con un vigor nuevo y un fulgor más robusto. Hay un giro temático que emerge poco después de la frontera del sexto minuto y medio para reforzar un aura reflexiva al estilo Spinettiano. Esta misma se torna un poco más aguerrida en el tramo final, volviéndose un poco afín al estándar Genesiano (tal vez, involuntariamente).  
 
Con los ritualísticos golpes percusivos que cierran la canción precedente se anuncia el turno de ‘El Espejo De Los Monstruos’, canción que se focaliza en una languidez dramática donde el esquema melódico creado para la ocasión refleja un oscurantismo teatral con inocultables matices burlones. 
Muy elocuente este retrato de los monstruos del título: “Cambiando sin fin, de tema y lugar se abrazarán a lo infame, / Con odio y rencor se resignarán / A lo inexpugnable. / Unos buscarán / Tan solo escapar / Y otros no podrán / Dejar de mirar.” El solo de saxofón que irrumpe a mitad de camino enfatiza el mordazmente sombrío núcleo expresivo, el mismo que se perfila a través de los ecos recibidos de las dos primeras canciones del álbum. La segunda canción más larga del disco es ‘La Máquina De Leer Idiotas’, la misma que dura cerca de 9 ¾ minutos. Su cuerpo central se explaya en una amplia ensoñación Floydiano marcada por una aún mayor audacia airada en la letra, mientras que el encuadre instrumental se centra en una reactivación de la visión solista del Roger Waters de 1992 a través del filtro del ya clásico álbum de STEVEN WILSON “Grace For Drowning”. Con la inserción de un interludio explosivo y, antes de él, un fastuoso solo de guitarra, la canción gana en prestancia progresiva, abriendo prístinas vías de furiosa catarsis hasta que llega el momento de la majestuosa coda. La dupla de ‘Pintoresque’ y ‘Secuela’ cierra el repertorio, siendo así que el primero de estos temas ocupa un espacio de casi 3 minutos para exhibir una demostración de surrealista y grisácea algarabía circense a partir de un motif que emergía desde los últimos instantes de ‘La Máquina De Leer Idiotas’. La misión de ‘Secuela’ es la de prolongar los aires fúnebres que ya se hicieron presentes en un par de canciones anteriores por un rato más. El veredicto de MATOS es implacable: “A cada víctima le tocará / Una cabeza por cortar. /A cercan sus despojos y se van / A compartir su sequedad.” Todo esto fue lo que extrajo y modeló el maestro ALEJANDRO MATOS de su razón y su corazón para convertirlo en nueva música para este año 2024: “Carnaval De Las Víctimas” es un disco enérgico y refinado que brinda un brío muy particular para la escena progresiva argentina al modo de un reflejo de la sociedad donde el cristal del espejo está hecho con música.
 
 
Muestras de “Carnaval De Las Víctimas”.-
Un Millón De Moscas:
https://www.youtube.com/watch?v=lBSKAywzdYc 
Terror A Los Despertares: https://www.youtube.com/watch?v=_UUhdSQyqRc 

Monday, July 15, 2024

El retorno coral de los australianos MILDLIFE



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la muy agradable ocasión de presentar el nuevo disco del cuarteto australiano MILDLIFE, el cual cultiva un elegante híbrido de jazz-fusion, space-rock y prog con una generosa presencia de ingredientes y atmósferas electrónicas que se sienten muy contemporáneas. El nombre de este disco es “Chorus” y fue publicado en el primer día de marzo último, tanto en CD como en vinilo.El cuarteto conformado por Tom Shanahan [bajo y canto], Jim Rindfleish [batería, percusión y canto], Adam Halliwell [guitarras, sintetizador, percusión adicional y canto] y Kevin McDowell [sintetizadores, vocoder y canto] se encargó no sólo de componer todo el material contenido en “Chorus” íntegramente, sino que también produjo el disco. La ingeniería de sonido estuvo parametrada por Rindfleish, mientras que los ulteriores procesos de mezcla y remasterización estuvieron a cargo de Tim Buchen y Dave Cooley, respectivamente. El bajista Shanahan hizo parte del arte gráfica. Craig Shanahan aportó labores a las congas y otras percusiones en varios temas de este disco.

 
‘Forever’ ocupa los primeros 5 ½ minutos del repertorio y lo hace plasmando un intenso fraternizado de batería, percusión y bajo. Los gentiles cantos se van asentando mientras se prepara el terreno para los prontos arribo de los teclados y la guitarra. Una vez dispuesto el entramado sonoro íntegro, el cuerpo central completa su vitalismo fusionesco con raigambre funky. ‘Yourself’ sigue a continuación cumpliendo con la misión de llevar la vivacidad fundamental del grupo hacia una senda más señorial que se enlaza con los patrones del HERBIE HANCOCK de fines de los 70 y el JAN HAMMER de los 80 con algunos factores añadidos de parte del jazz-prog melódico que se ha venido desarrollando en el nuevo milenio (como sucede con bandas como LA BATTERIA y TAUK). Los enclaves sedosos de la guitarra y el sintetizador están suficientemente perfilados como para permitir que la estructura melódica creada para la ocasión se luzca fluidamente. ‘Sunrise’ baja la intensidad para elaborar un groove un poco más ceremonioso, aunque el colorido sereno y plácido sigue afianzándose dentro del modus operandi del disco. Las elegantes florituras del bajo y los estilizados solo de sintetizador son los principales recursos de preciosismo jazzero que permiten al cuerpo central explayarse en su encanto inherente. ‘Musica’ es el sugerente título del tema que introduce elementos frontalmente space-rockeros en una línea de trabajo eminentemente jazz-funky; es como si la faceta más ligera de HIDRIA SPACEFOLK hubiese contaminado traviesamente el estándar de los PASSPORT de inicios de los 80 con algunos toques extra de los TANGERINE DREAM de 1983-86. La pieza homónima abre la segunda mitad del álbum y es la segunda más extensa del mismo con sus 9 minutos y pico de duración. ‘Chorus’ recoge generosamente los ecos del tema precedente y se sumerge en la psicodelia con base en los paradigmas de SNARKY PUPPY y de los OZRIC TENTACLES del nuevo millenio. En una mezcla de grácil solemnidad y sutiles vibraciones crepusculares, el grupo elabora una remodelación prog-ambient de un subterfugio de modalidad nu-jazz. La percusión programada marca la pauta semi-tribal para la ingeniería grupal a fin de que ésta brinde un firme punto de referencia para las continuas irrupciones de retazos y señales melódicas destinadas a enriquecer el jam central. A poco de pasado el ecuador, el jam asume un cierto incremento del vigor expresivo, pero pronto vuelven las aguas a su cauce inicial con la mira puesta en generar un epílogo ensoñador. Un cénit del álbum. 

  
 
‘Future Life’ establece un híbrido entre la elegancia ceremoniosa del tema #3 y la calidez lírica del tema #2, pero también se nota aquí algún eco de las vibraciones mágicas que habían atravesado a la pieza titular de cabo a rabo. ‘Return To Centaurus’ no solo es el tema más extenso del disco con su espacio de más de 9 ½ minutos, sino que también se encarga de darle cierre, erigiéndose como su cénit conclusivo. Su esquema de trabajo se centra en la misión de sintetizar lo más estilizado que se ha venido haciendo a lo largo de la secuencia de los 6 temas precedentes: estilizada ingeniería melódica, grooves jazz-fusionescos elegantes con altas cuotas de funk, ornamentos de teclado que oscilan entre el prog y el space-rock, fluidos e impolutos enmarañamientos entre los instrumentos partícipes. El canto con vocoder es usado con sedosa frescura, en oposición a su usual opción de apelar a sonoridades robóticas, lo cual le permite funcionar como un  recurso más de cristalino lirismo junto a la guitarra y los teclados. Esto nos lleva a evocar nuevamente el referente de SNARKY PUPPY. Como balance general, se destaca en “Chorus” los derroches de elegancia y preciosismo que hay en las composiciones y los arreglos de los temas en él contenidos, por lo que sólo nos queda, a fin de cuentas, elogiar al grupo MILDLIFE por haber concretado este muy buen disco. Ojalá no pase mucho tiempo en el futuro próximo para su siguiente obra fonográfica.
 
 
Muestras de “Chorus”.-
Yourself: https://mildlife.bandcamp.com/track/yourself-2
Chorus: https://mildlife.bandcamp.com/track/chorus-2
Return To Centaurus: https://mildlife.bandcamp.com/track/return-to-centaurus-3


[Dedicamos esta reseña a Paquito, Humberto y Gustavo por haber difundido alguna vez la música de MILDLIFE en su excelente programa radial Expansiones (una extensión de Progresiva 70s). Un brindis melómano y fraterno hacia La Plata, Argentina.]

Saturday, July 13, 2024

ISLAND: el legado de una pinacoteca progresiva suiza de 1977

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy viajamos en el tiempo hacia la escena progresiva suiza de los 70 y nos topamos con el cuarteto ISLAND, el cual estuvo conformado por Benjamin Jäger [primera voz y percusión], Peter Scherer [teclados, pedales bajos, crótalos y coros], René Fisch [saxofón, flauta, clarinete, triángulo y coros] y Güge Jürg Meier [batería, gong y otras percusiones]; su legado fue un único disco titulado “Pictures” que fue publicado en 1977. El disco en cuestión no fue grabado el propio país de la banda, sino en Italia, más exactamente, en los Dischi-Ricordi Studios de Milán, entre el 24 de julio y el 3 de agosto de 1977; la públicación sí estuvo a cargo de un sello suizo, a la sazón, Round Records. Para entonces, el grupo ya tenía más de tres años de existencia, pues se formó en 1974 en la localidad de Raat en torno al trío nuclear de Jäger, Cherer y Meier: el primero de ellos estuvo en el primer disco de TOAD mientras que el último fue integrante de DEAF, así que no estamos hablando de unos novicios. La conformación original de ISLAND no contenía a un saxofonista, pero sí al guitarrista Dani Rühle (también ex-integrante de DEAF) y al bajista Egon Eggler; un poco más adelante, el quinteto se modificó con el abandono de la baza de guitarra para que ingresara el vientista Fisch, pero se mantuvo por un tiempo más la posición del bajo cuando entró Alfio Sacco en lugar del también desertor Eggler. Sabemos esto gracias a la publicación póstuma de “Phyrro” en 2005 por vía del sello suizo Z-Records. Este doble CD recoge una suite progresiva inspirada en el filósofo Pirrón de Elis, pionero del escepticismo en dos versiones: una registrada en un estudio casero de Windlach, Raat, en 1975 por el quinteto con guitarrista; la otra, tomada de un concierto en el local Africana St. Gallen donde el quinteto con vientista tocó el 12 de abril de 1976. De todas formas, cuando llegó el turno de realizar el disco de estudio con un apropiado contrato de grabación, la gente de ISLAND preparó nuevo material. La mayor parte del material contenido en “Pictures” es de la autoría del teclista Scherer. Los ingenieros de sonido que trabajaron en los Ricordi Studios para el disco que hoy revisamos fueron Carlo Martenet, Ezio De Rosa y Mario Carulli, estando estos dos últimos a cargo de la mezcla final. El estilo de la portada del disco es inconfundible: la presencia de ese gigante alienígena que asoma su amenazador gesto al coastado de una puerta de metal gótico-futurista sólo puede ser de la autoría del maestro suizo Hans Rudolf Giger, quien también hizo portadas para EMERSON, LAKE & PALMER, FLOH DE COLOGNE y MAGMA. Ahora vamos a lo concreto, las canciones contenidas en el disco que hoy revisamos.  


El puntapié inicial de “Pictures” lo da un doble vuelo instrumental de ‘Introduction’ (que dura casi minuto y medio) y ‘Zero’. Las instancias iniciales asumen un aura expectante con toques siniestros donde enclaves minimalistas de teclado y efectos percusivos envuelven a murmullos que pronto se elevan a vocalizaciones neuróticas, las mismas que impulsan un frenético crescendo intenso en el entramado instrumental. Éste sigue siendo amorfo, aunque ya se hace dueño de un fulgor afín al paradigma académico de LIGETI, siendo así que el arribo de ‘Zero’ supondrá la conquista de una estructura. Ella se basa en una confluencia de traviesas estrategias disonantes a lo GENTLE GIANT, densidad extrovertida a lo VAN DER GRAAF GENERATOR (tanto de la fase 1970-71 como de la fase 1975-76), excursiones oscurantistas el estilo del avant-jazz-prog de unos ZAO y, de manera más discreta, ágiles recursos jazz-progresivos al modo de HATFIELD AND THE NORTH y los SOFT MACHINE de 1970-72. Se nota que los diálogos centrales se dan entre el arsenal de teclados y el de batería y percusiones, siendo así que el saxo realiza las florituras adecuadas para realzar los índices temáticos que se van sucediendo. Muy representativo este ecléctico inicio de álbum. La mayor expansión individual del repertorio se encarna en la intensa maratón homónima: de hecho, ‘Pictures’ dura más de 16 ¾ minutos. Unos golpes de gong anuncian la fastuosa celebración progresiva que, en su fase inicial, se centra en un mecanizado juego de diversas percusiones sobre las cuales se explaya una sugerente armonía de sintetizador y pianet. Por una buena cantidad de minutos, el cuarteto mantiene constreñida su patente energía expresiva a fin de que se manifieste un talante contemplativo, pero a poco de pasada la frontera del cuarto minuto y medio, la arquitectura grupal empieza a ser más explícita, siendo así que los claroscuros iniciales son reemplazados por un fulgor envolvente. Éste se va reforzando mientras la ingeniería multitemática va mostrando, paso a paso, su sistemática sofisticación; en este aspecto, hay que hacer una mención especial al sortilegio motivado por un maravilloso solo de saxo que, con su generosa extensión, va guiando el acrecentamiento bien fijado del dinamismo colectivo. Cerca de la frontera del décimo minuto, la banda conquista un nuevo culmen de señorío progresivo, estando el complejo groove de la batería a cargo de sostener las exigentes nuevas vibraciones en curso. Con la irrupción de la última sección, el grupo regresa al motif ceremonioso del prólogo, esta vez con un nuevo colorido que tiene algo de cósmico en medio de su ingeniosa cruza de sinfonismo y avant-garde. 


Tras el gran viaje musical que supuso la suite homónima, es hora que las dos piezas que ocupan la segunda mitad del álbum permitan a la banda seguir explorando los senderos de suntuosidad plasmados en la misma. Ambas duran alrededor de 12 ¼ minutos y sus títulos respectivos son ‘Herold And King / Dloreh’ y ‘Here And Now’. La primera comienza con un prólogo de piano solitario inmerso en misteriosas introspecciones impresionistas, el mismo que termina dejando que el eco de la última nota se difumine antes de que el grupo entre en acción; al hacerlo, la pieza asume una posición vanguardista donde se cruzan los universos de VDGG y ZAPPA tras un breve preludio que falsamente amenazaba con llevarnos a un área tétrica... pero no, es más bien surrealista. La manera en que la batería se asienta sobre un tempo inusual con vibraciones jazz-rockeras permite a la amalgama instrumental articular ingeniosamente sus traqueteos expresionistas; de paso, se nos regala un par de estupendos solos de sintetizador que aportan una ornamentación etérea a los esquemas en curso. Más adelante, las cosas bajan un poco en trepidación, aunque las sensaciones surrealistas siguen reglamentando los arreglos con los que los instrumentos actuantes van afianzando su armazón común, llegando a coquetear abiertamente con el vigor oscurantista del paradigma Crimsoniano de 1973. Finalmente, todo se disuelve en el éter sobre el manto de las capas minimalistas de órgano. ‘Here And Now’ tiene un punto de partido más vehemente, y desde el punto de partida hace claras sus intenciones de situar los arreglos de su desarrollo multitemático en un área intermedia entre lo denso y lo lúgubre. Tentando muchas veces el pasearse por áreas de oscura languidez, la labor asertiva de la batería y los explayamientos hermanados de saxo y teclados muestran a una banda todavía dispuesta a abrir espacios a los aspectos más explosivos de su visión musical. Eso sí, alrededor de la frontera del quinto minuto, emerge un extenso paraje musical donde la banda explora su faceta más oscura, siendo ostensiblemente arcana mientras parece aludir indirectamente a cierta situación vagamente lóbrego. El canto es inicialmente exorcizador, pero mientras se va tornando más consistente en sus flexiones, los teclados arman una base lírica desde la cual se replantea los aspectos arcanos ahora reconstruidos. La confluencia de órgano, mellotrón y pedales bajos gesta un clima de solemnidad que, con la participación de la flauta, recibe añadidos matices pastorales. A partir de aquí, se abren las puertas a una estupenda coda que nos remite a las agitaciones pletórica del tema #2: los elementos líricos que tímidamente aparecieron en alguna instancia anterior son ahora los dueños de la escena. la espiritualidad pletórica con la que concluye ‘Here And Now’ es una genuina celebración.

 

La primera edición en CD de “Pictures”, organizada entre fines de 1995 e inicios de 1996 al alimón por el sello japonés Belle Antique y el sello estadounidense The Laser’s Edge, incluye el extenso bonus track ‘Empty Bottles’, el mismo que dura alrededor de 23 ½ minutos. El origen de esta pieza es desconocido, pero se nota que hay un bajista tocando dentro del ensamble. La línea de trabajo plasmada en esta larga canción está muy centrada en el jazz-prog, estableciendo conexiones simultáneas con ZAO, SOFT MACHINE, WEATHER REPORT y MOVING GELATINE PLATES. Hay varios jams sucediéndose que, como denominador común, se explayan cómodamente sobre los refinados y complejos swings de la batería; uno de ellos, armado sobre un compás de 7/8, establece los cimientos para uno de los momentos más pletóricos de este amplio viaje musical. También hay un evocador pasaje basado en el piano eléctrico a mitad del camino, siendo así que la posterior irrupción del clarinete empuja a una creciente sofisticación que, a su vez, prepara el terreno para un electrizante clímax cuya garra suena a un cruce entre el swing de los SOFT MACHINE de 1970-71y una gracilidad a lo SUPERSISTER-con-MOBING GELATINE PLATES. Hasta aquí llega el legado de “Pictures” y más allá. En el primer párrafo de la presente retrospectiva mencionamos al doble CD “Phyrro”, el cual registraba un concepto musical de ISLAND anterior a su etapa de madurez definitiva: posiblemente podemos definir, en general, a ‘Empty Bottles’ como una especie de regreso a esas raíces jazz-progresivas con añadidas fortalezas en el armado de sólidos jamsDe todos los integrantes de ISLAND, Peter Scherer es el que más se ha destacado en el negocio fonográfico posteriormanete haciendo varios discos de ambient electrónico en los 90 y componiendo música para bandas sonoras de películas y documentales; más adelante, pasó a la cátedra en el Departamento de Música y Medios Artísticos de la Universidad de Berna. Meier y Fisch pasaron a ser músicoa de sesión. En suma, centrándonos específicamente en “Pictures”, este disco es una pinacoteca de poderosas imágenes en clave musical donde la primera generación del rock progresivo suizo conquistó uno de sus más elevados enclaves de esa época. Gracias a los integrantes del cuarteto de ISLAND por ello.


Muestras de “Pictures”.-