HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Con varios años de demora terminamos y publicamos la presente reseña sobre el que hasta ahora es el último trabajo de estudio de FATES WARNING, “Long Day Good Night”, el decimotercero de su larga carrera iniciada a inicios de los 80 y que, mediante una pequeña revolución estilística interna desde su segundo disco “Awaken The Guardian” (1986), se erigió como una fuerza pionera de eso que ahora conocemos como el paradigma del metal progresivo. Publicado el 6 de noviembre del año 2020 por vía del sello Metal Blade Records, al cual perteneció FATES WARNING desde los tiempos de “Parallels” (1991) antes de su momentánea instancia en Inside Out Music (entre 2013 y 2018), dura más de 72 minutos. La publicación se hizo en CD y en vinilo (rojo anaranjado, dorado, esparcido rojo y blanco, amarillo y anaranjado, y dorado y negro). El colectivo permanente que gestó “Long Day Good Night” estaba conformado por Jim Matheos [guitarras], Ray Alder [primera voz], Joey Vera [bajo y coros] y Bobby Jarzombek [batería]. Como asociado principal estuvo Mike Abdow, quien se encargó de los solos de guitarra en tres de los trece temas del álbum; él había estado fungiendo como guitarrista en las giras desde el año 2013. También colaboraron en este disco el ilustre Gavin Harrison (batería en un tema), George Hideous (bajo en dos temas), Mika Posen (violín) y Michael Weinroth-Browne (cello). Ante todas las cosas, “Long Day Good Night” es el testimonio decisivo de la banda al poner sobre el tapete sus reflexiones sobre el largo camino andado y su deseo de cancelar su trayecto musical con un punche verídico, el cual mantiene contactos estilísticos con lo plasmado en los dos discos de estudio precedentes, “Darkness In A Different Light” (2013) y “Theories Of Flight” (2016), en varios pasajes, aunque también hace algunas alusiones pasajeras a otros discos de de su larga trayectoria. El proceso de grabación y producción de “Long Day Good Night” fue un poco arduo, siendo así que las partes vocales fueron grabadas en el Little Big Studio de Madrid, España, con Mike Sanz fungiendo de ingeniero de sonido. La mezcla estuvo a cargo de Evil Joe Barresi en el estudio JHOC, mientras que la masterización fue realizada por Alan Douches en el estudio West West Side Music. Matheos fue el productor. El arte y diseño gráficos son de la autoría de Patrick Atkins. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales de este disco.
Durando casi 8 ¼ minutos, ‘The Destination Onward’ abre el repertorio y lo hace con estupenda magnificencia mientras va evitando que ésta se desate hasta llegar a suntosidades fatuas; todo es paulatino en la sección prologar hasta que se decide que ya es hora de desplegar el cuerpo central. El esquema general del fulgor rockero en curso se configura con un vigor genuino mientras el entramado de riffs y la dupla rítmica va abriendo caminos para la claridad melódica. ‘Shuttered World’ sigue a continuación para continuar por la senda de explosiones rockeras conservando bastantes similitudes en cuanto a la aguerrida sofisticación de los riffs y el swing primordial, aunque con una menor duración. La vitalidad bien focalizada de estas dos canciones hacen que su ilación instaura un poderoso inicio para el álbum que hoy recordamos. ‘Alone We Walk’ tiene un espíritu un poco más trágico mientras persevera en la posesión de un razonablemente sofisticado fuego rockero, lo cual hace que los ecos de la mayúscula musculatura de las dos canciones precedentes asuma un señorío renovador. Los juegos de síncopas armados desde la base rítmica realzan los preferentemente comedidos aires majestuoso que se insertan en el groove central. ‘Now Comes The Rain’ se mete un poco en el terreno de eso que se dio por llamarse rock alternativo, aunque más podemos aseverar que tiene aires de familia con los QUEENSRŸCHE de la fase 1994-2003: el punche es directo en base al modo en que las armonías de la guitarra ocupan el centro neurálgico del desarrollo temático. Cuando llega el turno de ‘The Way Home’, la banda activa una senda desde un lirismo introspectivo incial a unos ulteriores destellos de estilizada soltura, algo que nos remite a los discos de 1997 y 2000. A propósito, estas líneas nos impresionan bastante: “Stepping into the unknown, / Hoping that you won’t feel alone anymore, / So you put your faith blindly / In someone else’s hands to take control. / But how were you to know / That something in the night was wrong? / So you take your final step through the door.” ‘Under The Sun’ sintetiza las espiritualidades expresivas de las dos canciones precedentes para darle un enfoque más romántico al asunto, algo que es potenciado por los arreglos de cuerdas que marcan la sección prologar y reaparecen más adelante. A decir verdad, esta canción suena más neo-progresiva que prog-metalera, lo cual se asocia estilísticamente con los momentos más suaves de los discos de FW de fines de los 90.
‘Scars’ empieza con efectos vocales en reversa para, al poco rato, dar rienda suelta a un llamativo vendaval rockero que se emparenta con los tres primeros álbumes de la banda, aquellos que sirvieron para cimentar el proceso de maduración de su primer decenio de existencia. El talante grisácio del esquema temático refuerza eficazmente el nervio ínsito a la canción y no faltan quiebres rítmicos estratégicamente ubicados en ciertos interludios instrumentales (algo muy propio del tercer álbum y muchos siguientes). Las canciones #8 y #11, respectivamente tituladas ‘Begin Again’ y ‘Glass Houses’, tienen en común que la música fue compuesta en tándem por Jarzombek y Matheos. La primera de ellas es ostensiblemente ceremoniosa y hace gala de su elegante pesadez sobre un groove genuinamente señorial; un fabuloso solo de guitarra completa el cuadro con potente nervio. En cuanto a la segunda, se inserta cómodamente en una electrizante contundencia metalera que recibe ecos tanto de “FWX” como de “Theories Of Flight”. En medio de ellos se sitúa la
secuencia de ‘When Snow Falls’ y ‘Liar’. Aquélla exuda un aura introvertida afín a la de algunas canciones precedentes. ‘Liar’, por su parte, camina sobre una senda de agitaciones rockeras manejadas con un imperioso gancho. ‘The Longest Shadow Of The Day’ tiene dos peculiaridades: es la pieza más extensa del álbum con su espacio de casi 11 ½ minutos y es la única compuesta íntegramente por Matheos (y pensar que más de un disco de FW le tiene como compositor exclusivo). Además, tomando en cuenta su duración, tiene muy poca letra (incluyendo estas lúcidas imágenes poéticas: “The longest shadow of the day / Reaches out along the way, / Shrouds
our sight in failing light, / Turns our gaze to the night.”). Todo empieza con un sutil armazón de índices melódicos de las guitarras que, en algún momento, abre paso a la imposición del bajo en el rol protagónico, el mismo que marca la senda para el swing inicial mientras las guitarras van ocupando sus lugares en medio de la creciente expresividad. El esquema está bien definido para cuando el ensamble se sitúa alrededor de la frontera del segundo minuto y medio, no tardando las cosas en tornarse frontalmente furiosas con un talante épico. Estamos en un terreno híbrido entre “Awaken The Guardian” y “No Exit”. Una vez que se instaura una sección lenta, entra por fin el canto en acción, añadiendo dramatismo al asunto. La sección final eleva un poco la intensidad y el groove hasta concretar una cúspide excelsa de furia rockera. ¿Está en los últimos instantes el mejor solo de guitarra de todo el disco? Lo dejamos al criterio de cada oyente, pero que es brutal, lo es, sin duda.
Portando el idóneo título de ‘The Last Song’, éste cierra el repertorio
al modo de una balada acústica basada en la voz y la guitarra, siendo así que suena bastante
elegíaca. De hecho, son bastante elocuentes las frases
contenidas en el puente y la última mudanza: “It’s hard to understand where the
time went. / Looking back upon the years, I never dreamt / That fate would show
its hand and a life spent / Walking down the only road I've ever known. / The
curtain falls / Upon a darkened stage. / Voices fade like words across / Some
worn out ending page. / The writer writes his final wrong: / This is the last
song.” No es la primera vez que un disco de FATES WARNING se cierra con una relativamente breve balada acústica, pero tal vez sea la última vez en que algo así tiene lugar. En fin, todo esto fue “Long Day Good Night”, un disco muy singular dentro del canon de FATES WARNING sin desmedro de que tenga algunas conexiones estilísticas con obras anteriores de su amplio catálogo (que ya se mencionaron en su momento). También parece que es la carta de despedida de esta excelsa banda al público, lo cual indica el paso final de un trayecto iniciado a principios de los 80 con unas intenciones de hacer heavy metal fastuoso que muy pronto derivaron hacia un paradigma pionero del prog-metal. La existencia de un nuevo proyecto coliderado por Matheos y Alder, añadiéndose el hecho de que este último hizo declaraciones a la prensa sobre la nula intención de Matheos de seguir componiendo material para FW, deja el trámite de disolución bastante obvio ante los ojos de la opinión pública.* Muchas gracias al maestro Jim Matheos y a toda la gente que pasó por las filas de este peculiar y exquisito grupo cuya trayectoria da buena cuenta de su compromiso con el arte dentro de la fuerza del rock.** ¡¡FATES WARNING habita ya en la eternidad!!
Muestras de “Long Day Good Night”.-
The Destination Onward: https://fateswarning.bandcamp.com/track/the-destination-onward
The Way Home: https://fateswarning.bandcamp.com/track/the-way-home
Begin Again: https://fateswarning.bandcamp.com/track/begin-again
The Longest Shadow Of The Day: https://fateswarning.bandcamp.com/track/the-longest-shadow-of-the-day
[Reseña dedicada a toda la gente que asistió al Lima Fest 2018, 13 de octubre de 2018, donde FATES WARNING fue la banda protagonista y se lució como siempre.]
* Ray Alder y Jim Matheos
cofundaron hace un poco el proyecto NORTH SEA ECHOES, el mismo que ha publicado
su trabajo de debut “Really Good Terrible Things” en febrero pasado. Alder señaló
explícitamente que Matheos no tiene intención de componer más canciones para
FATES WARNING, aunque no está cerrado a la idea de hacer giras con sus
excolegas de banda (enlace de la entrevista: https://www.loudersound.com/news/fates-warning-to-stop-releasing-new-albums).
El propio guitarrista está concentrado también en este otro proyecto llamado
KINGS OF MERCIA (véase las entrevistas publicadas en los enlaces https://jimmatheos.com/2022/09/23/interview-with-the-prog-report/
y https://www.invisibleoranges.com/kings-of-mercia-interview/).
Además, con la gira de aniversario de “Awaken The Guardian” del año 2017 y los
dos discos de ARCH / MATHEOS, hechos con el primer cantante de la banda, se
nota que el buen Jim estaba con la mente dispuesta a cerrar etapas de a pocos.
** Frank Aresti, Mark Zonder, Ray Alder, John Arch, Joe DiBiase, Joey Vera, Steve Zimmerman, Victor Arduini, Bobby Jarzombek y Mike Abdow... sin olvidar a todos los músicos invitados de turno.