HOLA
AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
En
esta ocasión nos toca hablar del grupo italiano SOULENGINE, el cual está
conformado por Ettore Salati [guitarras eléctrica, acústica de 12 cuerdas y de
doble cuello, pedales bajos, dulcémele], Fabio Mancini [órgano Hammond, piano
acústico, mellotrón, pianos eléctricos Wurlitzer y Fender Rhodes,
sintetizadores Moog], Nando de Luca [bajos con y sin trastes, contrabajo,
guitarra acústica] y Giacomo Pacini
[batería, percusión]. Varios de ellos han formado parte de THE WATCH y
colaborado en discos de otras bandas amigas compatriotas (DAAL y ALEX CARPANI
BAND, por ejemplo). La historia dicta que los orígenes de SOULENGINE se
remontan a mediados de 2007, a partir de un encuentro entre Salati, Mancini y
De Luca, quienes estaban interesados en explorar nuevas maneras de revitalizar el ideal del
rock sinfónico fuera de las pautas de los grupos y proyectos donde estaban
habitualmente asociados. La semilla de estas exploraciones rindió sus frutos a
fines de 2012 con el disco “Mind Colours”, al cual prestamos atención hoy. El
ensamble es esencialmente instrumental, pero aún así se da maña para incluir un
par de temas cantados en el repertorio del disco: en estas situaciones, el
cuarteto cuenta con los servicios del invitado Joe Sal a la voz.
Los
primeros 7 ½ minutos del álbum están ocupados por ‘Polheim’, pieza que
capitaliza a la perfección los legados del CAMEL clásico y el GENESIS 76-78 con
una soltura que se siente muy contemporánea, y es justamente en este último
detalle que se nota también la influencia de SPOCK’S BEARD de los tres primeros
discos y las confluencias con su compatriotas de THE FORMER LIFE. La dinámica y
pulcritud melódica inherentes al desarrollo temático de la pieza en cuestión garantizan
su efectividad como apertura colorida del repertorio global. Luego sigue ‘Third
In Line’, pieza que remodela el aura optimista del primer tema para darle una
tonalidad un poco más pausada, tal vez un poco más introvertida, pero sin perder
el punche de trasfondo. ‘Rain Flower’ es un tema especial dentro del repertorio
del disco por dos razones: la primera es que inicia la inclusión de elementos
jazzeros en el bloque sonoro elaborado por el ensamble; la segunda es que
muestra marcados contrastes de ambientes y atmósferas en su ilación de motivos,
incluyendo un envolvente interludio cósmico y un par de pasajes guiados por
electrizantemente robustos solos de guitarra. Con ‘On The Other Side’, el grupo
se focaliza en el susodicho factor jazzero, prodigándose en una idea melódica
bellamente cándida, envuelta en un clima ensoñador que evoca sensaciones
propias de un viaje sentimental o una reflexión serena sobre un momento de
melancolía. ‘Down The Street’ es la primera ocasión donde hay presencia de
canto; en cuanto al esquema instrumental y la estructura compositiva de los
motivos, se sitúa en una cruza entre ‘Polheim’ y ‘Rain Flower’. A partir de
aquí, ‘No Way Out’ entra a tallar para completar la idea con un poderoso
despliegue de jazz-rock muscular que parece un híbrido de NIACIN y TRIBAL TECH.
‘No
Rewarding’ sigue reforzando la sólida mezcla de estilizaciones sinfónicas y
swing jazz-rockero que se ha venido remodelando continuamente desde ‘Third In
Line’, además de insistir en la explicitación de contrastes dramáticos que tan
buenos resultados había dado en ‘Rain Flower’. Podemos decir lo mismo de ‘No
Rewarding’ con toda justicia. ‘Asleep’ (la segunda pieza cantada del disco)
vira hacia una dirección totalmente diferente: una balada pastoral basada en
múltiples ondulaciones de guitarras acústicas y fondos etéreos de teclado, una
estrategia muy Genesiana que conocemos en bandas más recientes como IL TRONO
DEI RICORDI y THE WATCH. La presencia del flautista invitado Davide Gandino
ayuda mucho en la consecución de este efecto general. Para terminar el álbum
tenemos a ‘Challenge To An End’, tema que dura 10 minutos y pico: su patente
apuesta por climas calmados en las ideas melódicas centrales y el pulcro manejo
de atmósferas solemnes en el tratamiento de la mayoría de ellas permite a la
banda acercarse un poco más al modelo del PINK FLOYD de la era “Wish You Were
Here” a la par que preserva sus relativamente recurrentes conexiones con los
patrones Cameliano y Genesiano. La pieza fluye en su continuum de una forma muy
“ligera” a pesar de las inclinaciones a la fastuosidad que muestra en varios
pasajes: no se nota casi que sea la pieza más extensa del álbum.
Para
concluir la idea general de esta reseña no nos queda sino decirlo de forma
directa y clara: SOULENGINE se ha lucido tremendamente en éste, su disco debut.
“Mind Colours” es una delicia asegurada para los fieles amantes del prog
sinfónico, y en general, de la música progresiva que es meticulosamente
melódica y sanamente ecléctica. ¡Recomendado!
Muestras de “Mind Colours”.-
Polheim: http://soulengine.bandcamp.com/track/polheim
On The Other Side: http://soulengine.bandcamp.com/track/on-the-other-side
Challenge To An End: http://soulengine.bandcamp.com/track/challenge-to-an-end