Thursday, September 30, 2021

Se prolonga la expansión del genial ensamble jazz-progresivo KROKOFANT con STÅLE STORLØKKEN e INGEBRIGT HÅKER FLATEN

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da el turno de presentar el nuevo disco del bien curtido ensamble jazz-progresivo noruego KROKOFANT, el cual se titula “Fifth”, lo cual indica frontalmente que se trata de su quinto trabajo de estudio. Por otra parte, se trata del segundo disco donde el trío de Tom Hasslan [guitarras], Jørgen Mathisen [saxofones] y Axel Skalstad [batería y percusión] se asocia con sus colegas STÅLE STORLØKKEN a los teclados (integrante del también genial trío ELEPHANT9) e INGEBRIGT HÅKER FLATEN al bajo, y, de hecho, tras la experiencia de trabajar juntos en “Q” (disco del año 2019), ahora este enfoque musical ha quedado como una asociación estandarizada. Así pues, más que el quinto disco de KROKOFANT, es el segundo de KROKOFANT w/ STÅLE STORLØKKEN & INGEBRIGT HÅKER FLATEN. El sello Rune Grammofon se hizo cargo de publicar “Fifth” en vinilo y en CD el pasado 10 de setiembre... ¡poco menos de tres semanas atrás! A despecho de todas las dificultades impuestas por esta extensa pandemia respecto al desarrollo de la vida en convivencia y las labores grupales, los cinco músicos lograron concretar este trabajo de ensayos, composiciones y sesiones de grabación, motivados como estaban tanto por la buena acogida que tuvo “Q” como por el llamado de las Musas. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en este disco.

El repertorio del disco se abre con ‘Watcher Of The Fries’ (título obviamente satírico en alusión a un clásico inmortal de GENESIS), tema que dura poco más de 7 minutos y medio. Su groove es llevadero y la exuberancia melódica se hace patente desde los primeros instantes de las interacciones elaboradas por los instrumentistas. Lo mismo vale para la agilidad que recubre y define la espiritualidad y la ambientación global de esta muy atractiva pieza de apertura. Más adelante, dicha agilidad asume un filo renovador que explora elementos psicodélicos dentro del consistente fragor jazz-progresivo sustentado muscularmente por la dupla rítmica. Así las cosas, la calidez inicial es reemplazada por un nervio estilizado; solo para la coda se realiza un efímero regreso al motif inicial con un matiz ceremonioso extra. Realmente tenemos aquí un inicio muy efectivo de las cosas: ¡bravo! A continuación, llega el turno del tema que porta el más prosaico título de ‘Big Heavy Thing’, el cual se centra más fehacientemente en la faceta ácida y robusta de la tradición de KROKOFANT, siendo así que el cuerpo central y sus ulteriores variaciones nos transportan por sendas afines a las de otras entidades escandinavas notables como los ELEPHANT9 de los cuatro primeros álbumes, los HOFFOOT del segundo disco y la faceta más exuberante del estándar de FIRE! Con el arribo de ‘Five Flat Pennies’, el quinteto se dispone a explorar caminos de plena jovialidad expresionistas que, en buena medida, están signados por las atmósferas ágiles y gruesas que signaron a la pieza precedente. Notamos ahora un acercamiento a ciertos estereotipos Zappianos, así como la presencia de recursos recios y vigorosos que son propios de la psicodelia progresiva pesada. El electrizante solo de guitarra que invade convincente e imponentemente el protagonismo del bloque instrumental se sitúa a medio camino entre el legado de JIMI HENDRIX y la suntuosidad del mejor DEEP PURPLE, pero siempre con su apuntalamiento psicodélico que, a su vez, se halla filtrado a través del patrón del jazz-rock experimental. Si el primer tema del álbum nos ofreció principalmente candor con un talante celebratorio, éste se focalizó en el fragor filudo con una soltura impresionante: dos cénit diferentes para un mismo álbum.    

‘Pretty Frypan’ se encarga de cerrar el repertorio con un último ejercicio de grandilocuencia densa y colorida, la cual ha sido predominante y consistente a lo largo de este álbum. Eso sí, nos topamos con un groove muy diferente de cualquiera de los temas precedentes. Ahora el grupo inicia una exploración de matices y atmósferas misteriosas sobre un swing sistemática relajado, aunque la batería se encarga de ornamentarlo con opulentas florituras. Lo que tenemos aquí en los  primeros minutos es casi como una cruza de SUN RA y los WEATHER REPORT de los dos primeros álbumes con una dosis extra de vigor expresivo, siendo así que el saxo asume el rol protagónico mientras los teclados aportan solos adicionales en el trasfondo. Luego, una segunda sección permite al quinteto desarrollar un jam notablemente más ágil con un toque de estilizada agresividad, el mismo que es impulsado por el armazón de guitarra y batería; en base a éste, los otros instrumentos adaptan sus aportes ornamentales. La guitarra combina la elocuencia sobrehumana de un Holdsworth y la pasión incendiaria del McLaughlin de inicios de los 70s. La última sección consiste en un despliegue jazz-progresivo donde se fusionan lo Crimsoniano y lo Mahavishniense, brindando un esplendor estelar a la fastuosa culminación que obligatoriamente tenía que diseñarse para esta pieza final. Gran conclusión del tema y del disco. Todo esto fue “Fifth”, un disco que es más que un simple ítem fonográfico: es una declaración de parte de KROKOFANT, en su asociación con STÅLE STORLØKKEN y INGEBRIGT HÅKER FLATEN, sobre la frescura y el colorido requeridos para mantener vigente el poder de la provincia jazz-progresiva dentro del gran escenario internacional y polivalente de la música experimental contemporánea. Por ser uno de los discos progresivos (o jazz-progresivos) más notables del presente año 2021, lo recomendamos al 500%... un 100% por cada músico participante.


Muestras de “Fifth”.-
Watcher Of The Fries: https://www.youtube.com/watch?v=ZdG7GQZTL7c
Five Flat Pennies: https://www.youtube.com/watch?v=3P3Pz85oCTk


Tuesday, September 28, 2021

La inmersión prog-psicodélica de AUTOMATISM

 


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Llega tarde, pero llega esta reseña nuestra sobre el hasta ahora último trabajo fonográfico del grupo sueco AUTOMATISM, el cual se titula “Immersion” y fue publicado el 9 de octubre del pasado año 2020. Este colectivo de música prog-psicodélica conformado por los guitarristas Hans Hjelm y Gustav Nygren, el bajista Mikael Tuominen y el baterista Jonas Yrlid ya nos había brindado amplias muestras del ingenio y el vigor que concretan en su propuesta musical en sus discos de los años 2018 y 2019, “From The Lake” y “Into The Sea”, respectivamente. Con este tercer álbum “Immersion”, el grupo se sumerge en corriente y mareas sonoras que hacen brotar una exuberancia nueva al esquema grupal, algo para lo cual colaboran de forma importante los músicos invitados Jesper Skarin (a la percusión) y Per Wiberg (a los teclados). También aparece el guitarrista Jakob Sjöholm en el último tema del repertorio. El material del disco fue grabado por el cuarteto en dos sesiones de sendos días de febrero de 2019 en el Svartsjölandet Studio de Estocolmo; las adiciones de los invitados se grabaron a posteriori, dando resultados muy satisfactorios para la banda. En el Studio Cobra y en los Redmount Studios (también ubicados en Estocolmo) tuvieron lugar las respectivas labores de mezcla y masterización. “Immersion” se publicó en CD y en una edición limitada de vinilo blanco por vía del sello alemán Tonzonen Records. Bueno, veamos ahora los detalles de su repertorio, ¿vale?
 


La dupla de ‘Heatstroke #2’ y ‘Falcon Machine’ ocupa un total de 16 minutos y pico, y lo hace con una combinación llamativa de intensidad pulsátil y exuberancia a través del desarrollo temático de cada uno de estos temas. El primero de ellos se enfila hacia un groove alegre que algo tiene de punzante y acerado, pero dado que hay espacios de inhalación en medio de los enmarañamientos de las guitarras y una gran presencia de los teclados (que hacen congeniar lo cósmico con lo sinfónico), el bloque sonoro cuenta con suficiente margen de maniobra para no dejar que su vigor esencial se les escape de las manos. De hecho, late continuamente la sensación de que el grupo cuida bastante el refinamiento melódico del momento. La labor de la dupla rítmica es muy a lo motorik mientras que los ornamentos percusivos, una vez que entran a tallar, llenan espacios con un talante casi tribal. Tras este estupendo inicio de álbum emerge ‘Falcon Machine’, pieza diseñada para desplegar una fuerza expresiva más arrolladora por vía del empleo de un swing más intrépido, una dosis mayor de garra en algunos riffs de guitarra y una acentuación del talante maquinista de parte de la dupla rítmica. Es como si el grupo hubiese decidido hacer un remodelación del estándar de los dos primeros discos de NEU! a través de un filtro mestizo de HAWKWIND y CAUSA SUI. Cuando llega el turno de ‘Monochrome Torpedo’, el ensamble vira hacia una espiritualidad más solemne, explorando su faceta introspectiva sobre un motif cadencioso que se explaya cómodamente sobre un groove de tenor blues-rockero. El vitalismo inherente a las armonías y riffs de las guitarras queda oportunamente contenido por el nervio compactamente perfilado por la batería. ‘New Box’ transita por una vereda similar, pero con una acentuación un poco más sofisticada, la misma que es impulsada por el empleo de un groove ceremonioso y relajado que, en ocasiones, emplea recursos rayanos con el jazz-rock. Los ornamentos de sintetizador que entran a tallara en el último tercio aportan un cálido y etéreo colorido al asunto. Lo que opera aquí es una confluencia entre los estándares de GILA y de los PINK FLOYD de la fase 69-71, impulsada, a su vez, por añadidos hermanamientos con bandas actuales como RED KITE y ELDER. A estas alturas del partido, el espíritu del álbum ya no es el mismo con el que empezó.

‘Smoke Room’ – la pieza más larga del álbum con sus casi 8 ¼ minutos de duración – exhibe un hermoso ejercicio de un jam space-rockero bastante calmado, sólidamente instaurado sobre un swing bluesero, estando todo ello arropado bajo un manto post-rockero. O sea, tenemos aquí una nueva exploración en la atmósfera y la ambientación que signaron a la tercera pieza del álbum, pero con un porte señorial magnificado. Así pues, la solemnidad sistemática que antes apreciamos en alguno de los temas precedentes adquiere ahora un talante añadido de adusto misterio, a la par que recoge los mismos aires introspectivos. Posiblemente, este tema y el precedente encarnan los momentos culminantes de este repertorio. Todo termina con ‘First Train’, tema que se encarga de persistir sesudamente en climas ceremoniosos y relajados, pero esta vez con un toque luminoso que permite que la calidez otrora presente de forma sutil en el cuarto tema se erija ahora en la guía expresiva del entramado de las tres guitarras partícipes. El factor post-rockero también es otro elemento que este tema hereda del anterior. ¡Cómo se ha lucido la gente de AUTOMATISM con “Immersion”! Es muy posible que merezca que se la designe como la obra cumbre de este grupo sueco hasta la fecha (a despecho de la demora de la presente reseña) debido a su manera tan ingeniosa y renovadora de explorar los matices más calmados de su esencialmente enérgica propuesta prog-psicodélica. Toda una inmersión en algunos rincones misteriosos del cosmos interior traducida al lenguaje del rock artístico. 
 
 
Muestras de “Immersion”.-
Heatstroke #2: https://automatismband.bandcamp.com/track/heatstroke-2
New Box: https://automatismband.bandcamp.com/track/new-box
Smoke Room: https://automatismband.bandcamp.com/track/smoke-room


Saturday, September 25, 2021

ALEX WARD: espacios abiertos para la genialidad experimental y ecléctica



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos uno de los discos más sorprendentes y osados del año: “Gated” del maestro compositor y multiinstrumentista británico ALEX WARD. Publicado por el sello Discus a mediados de julio último, WARD hace gala de su versatilidad a los clarinetes saxofones, guitarras, bajo, teclados y diversas programaciones de software mientras registra una cantidad piezas que se van sucediendo a lo largo de un repertorio que dura poco menos de hora y cuarto. Se trata de un repertorio intenso y robusto proyectado hacia una modalidad ecléctica de avant-prog, la misma que gesta diversas atmósferas y estrategias compositivas que tienen como denominador común el deseo de impactar al oyente con experiencias intrépidas. Nacido en 1974 como ALEXANDER JAMES WARD, este señor cuenta con una vasta discografía iniciada a inicios de los 90s, principalmente en el área del jazz contemporáneo experimental, aunque también ha incursionado en el avant-prog. Ha liderado proyectos de trío a sexteto mientras también registraba discos como solista (éste es el sexto), además de asociaciones momentáneas con colegas de la vanguardia; una de ellas fue con el legendario Lol Coxhill, siendo así que también formó parte de su UNLAUNCHED ORCHESTRA. También ha colaborado con otros grandes nombres del jazz contemporáneo como Duck Baker, Sean Noonan, Pascal Marzan, etc. Concentrándonos en lo que hay en “Gated”, WARD no solo grabó todo lo que suena aquí, sino que también lo produjo, mezcló y masterizó en los Stowaway Studios de Londres, a lo largo de diversas sesiones entre julio de 2020 y marzo de 2021. WARD dedica el disco a la memoria de Simon H. Fell, legendario bajista y contrabajista británico de la línea del free jazz, quien falleció en junio de 2020. Bueno, pasemos ahora a los detalles del repertorio contenido en “Gated”.

‘Heat Patch’ pone las cosas en marcha con un enérgico y desatado despliegue de retorcidas ingenierías temáticas que nos remiten a un feroz híbrido de HENRY COW y DR. NERVE, con un añadido toque picaresco de cierto cariz Zappiano. No es una pieza oscurantistas de por sí, es muy jovial, pero de una manera apabullantemente neurótica, aunque haciendo gala de un manto fastuoso. ‘The Celebrated Restriction’ se encarga de poner tensión rockera y densidad surrealista al asunto: ahora es la guitarra y no los vientos (como sucedió en la pieza de apertura). quien lleva sobre sus espaldas el laberíntico foco temático mientras la batería elabora swings imposibles con sus también imposibles quiebres que van surgiendo a lo largo del camino. Dos piezas no muy extensas, pero que dicen mucho. ‘Let’ despliega unas atmósferas deconstructivas en clave misteriosa, combinando lo solipsista con lo noctívago: mientras la batería y las percusiones arman un trasfondo vaporoso e inescrutable, los vientos llevan la voz cantante a la hora de desarrollar y robustecer sus etéreamente osados viajes atonales. Todo lo que suena aquí está elegantemente calculado, pero el mapa donde se traza los caminos sonoros se va gestando mientras avanzan los casi seis minutos y medio que dura la pieza. ‘Buyout’ vuelve a las instanciaciones aguerridas de RIO muscular que ya modelaron la senda del segundo tema del álbum, aunque esta vez la tensión reinante exhibe un talante más arquitectonico y menos explosivo, a veces coqueteando abiertamente con el avant-metal. De esta forma, opera una gracilidad muy particular que permite que se introduzca factores de los paradigmas respectivos de KING CRIMSON, MASSACRE y PRESENT dentro de la propuesta musical de WARD. La monumental pieza de más de 18 ¼ minutos de duración titulada ‘Hewn’ es la más larga del álbum y la que sigue a continuación. Todo comienza con un sigilo minimalista de claro tenor oscurantista, pero pronto empiezan a emerger estructuras que guían a la instrumentación, claro está, tales estructuras apelan a un enfoque retorcido. Sin darnos cuenta, el encuadre de guitarra, bajo y batería irrumpe con un estampido maquinista y diabólico que destruye todo atisbo de luz a su paso con su machaconería estrepitosa. Esto viene seguido de un ejercicio de parsimonia infernal, la cual va gradualmente sumergiéndose en una mística extraña. Cuando regresa el imperio de lo aguerrido, lo hace con una incrementada dosis de sofisticación, lo cual facilita que el ulterior retorno a los recursos de parsimonia densa y pesada asuma un aura señorial para la conclusión de las cosas.   

Tras la radical exposición de sucesivos motivos tortuosos y tormentosos de ‘Hewn’, llega el turno de ‘Stilled’, una pieza totalmente antagónica donde la sutileza regula las cosas a través de una estrategia marcada por un denso minimalismo. El severo distanciamiento entre los instrumentos partícipes (que son pocos) da la sensación de que estamos frente al retrato sonoro de un lugar luminoso y tenso que se esconde de una absorbente oscuridad cósmica que lo circunda. ‘Cushioned’, que es el segundo tema más extenso del álbum con sus poco más de 14 minutos y medio de duración, se abre camino con su asunción de desafiantes diálogos entre el piano y las maderas como centro nuclear de una operación conjunta de free jazz y cámara contemporánea. La ebullición de las masivas atonalidades que emergen alborotadamente y la estrategia de ir armando y desarmando esquemas sin cesar completan un magnífico cuadro de caos descontrolado. Ya con el ingreso de la batería en la segunda mitad, el entramado sonoro se enriquece aún más con la existencia de un sustento que le da un vigor renovado a esta sólida e incandescente aventura. Para los últimos minutos, la batería desaparece y regresa un nuevo momento de soltura total, pero esta vez la tensión reinante está más mesurada. ¿Un híbrido de HENRY COWELL, EDGARD VARÈSE y JOHN ZORN? Posiblemente. ‘Brow’ regresa de lleno a la faceta muscular del disco sin hacer tantos aspavientos desafiantes como los que tuvieron lugar en los temas #2 y #4. Hay una vitalidad que opera aquí con un talante cortante y exuberante a la vez. Los duelos entre guitarra y saxo son fundamentales para preservar el consistente esplendor sonoro al cual aspira la pieza desde el punto de arranque. ‘The Bradford Factor’ exhibe una mezcla de grooves complejos de tipo avant-jazz y atmósferas Canterburyanas, siendo estas últimas fáciles de notar por su vibrante calidez. Sin llegar a completar los tres minutos de duración, esta pieza es tremendamente expresiva. El repertorio termina con ‘Maybe It’ll Break The Heat’, que dura casi 10 ¾ minutos. Su estrategia consiste en retomar los aires de frondosidad oscurantista absorbente que antes marcaron la pauta de desarrollo para el quinto tema del álbum y filtrarlos radicalmente a través de un enclave flotante, creando así una versión post-rockera del paradigma de UNIVERS ZÉRO. La ausencia de esquema rítmico no es óbice para que se instale un groove reconocible. 

Todo esto fue “Gated”, una obra excepcional gestada por un músico excepcional como es ALEX WARD. Discos como éste son muestras palpables de que el ideal de la vanguardia sigue tan viva y tan vivaz como siempre. Totalmente recomendable para cualquier fonoteca que reserva espacios para discos genuinamente aventureros.


Thursday, September 23, 2021

DREAM THEATER y las memorias distantes de un fabuloso periplo prog-metalero londinense

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos a “Distant Memories – Live In London”, un fabuloso registro en vivo de DREAM THEATER donde se nos muestra. Publicado a fines de noviembre del pasado año 2020 en coproducción de Inside Out Music y Sony Music, “Distant Memories – Live In London” resulta ser otro brillante testimonio de la excelente química que funciona dentro de la cofradía de estos veteranos maestros del prog-metal que son James LaBrie [voz], Mike Mangini [batería y percusión], John Myung [bajos], John Petrucci [guitarras] y Jordan Rudess [teclados], alineación vigente desde el año 2011. Las ediciones fueron en doble DVD y triple vinilo, doble Blu-ray y triple vinilo, y en cajas de limitada edición de cuádruple vinilo y triple CD (con vinilos de color negro, plateado y rojo, respectivamente). Lo que se recoge aquí es lo acontecido en los días 21 y 22 de febrero de 2020 en el Eventim Apollo de Londres, en el contexto de la gira llamada The Distance Over Time Tour: Celebrating 20 Years Of Scenes From A Memory. Peturcci fungió como productor general de este ítem con la asistencia de MJ Morgan. La ilustración, el diseño y la dirección artística de la portado y del empaque estuvieron a cargo, como está siendo habitual, del veterano Hugh Syme, un socio visual idóneo para la gente DREAM THEATER porque siempre sabe lo que el grupo quiere proyectar en su imagen estética.


El esquema del repertorio está cabalmente explicitado en el nombre de la gira: promover el muy bien recibido nuevo álbum “Distance Over Time” y tocar íntegramente el legendario concept-album del año 1999 “Metropolis Pt. 2: Scenes From A Memory”. Este álbum conceptual narraba la trágica historia de celos, crimen, reencarnación en una espiral inacabable de eterno retorno vivencial. Un señor normal y corriente, joven padre de familia, llamado Nicholas recurre a los servicios de un hipnoterapeuta para que trate la angustia inexplicable que padece desde hace algunos meses cuando recurrentemente se le aparece en sueños una joven y hermosa dama de fines de los 1920s que se llama Victoria. Durante las sesiones, Nicholas no solo descubre que su alma una vez perteneció a Victoria, sino que ella supuestamente murió en manos de su exnovio Julian Baynes, quien acto seguido se suicidó... Pero no, en realidad, ambos murieron asesinados por Edward, el hermano de Julian, con quien Victoria tuvo un serio aunque breve romance tras terminar con Julian, pero resulta que Victoria decidió volver con Julian a pesar de ser una persona menos estable que su ahora despechado hermano. Edward no solo mató a ambos, sino que escribió una falsa carta de confesión de homicidio-suicidio, quedando las cosas así ante la prensa de la época y la historia oficial. Tras este descubrimiento a través de las sesiones de hipnoterapia, Nicholas saca como lección la redentora noción de que nuestras almas son inmortales y nuestras instancias corporales solo están de paso. Lo que él no sabe es que el ciclo de amor y odio es un círculo sin fin, pues el hipnoterapeuta porta el alma de quien en vida fue el despechado Edward... así que va a casa de Nicholas y le mata. Parece ser que será un episodio recurrente en el transcurso del tiempo, una tragedia que se repite periódicamente. Todavía recordamos el impacto que causó “Metropolis Pt. 2: Scenes From A Memory” en la hinchada de DREAM THEATER y en el público progresivo mundial. Será ahora una nueva ocasión para disfrutar de su grandeza mientras reseñamos el doble Blu-ray.

 

Tras el prólogo instrumental ‘Atlas’, creado por el ensamble de música ambiente y electrónica TWO STEPS FROM HELL, emerge ‘Untethered Angel’ con su gancho inmediato, bastante oportuno para iniciar la masiva fiesta rockera que tendrá mucho, pero que mucho por ofrecer. Con las posteriores presencias de ‘Fall Into Light’, ‘Barstoll Warrior’ y ‘Pale Blue Dot’, el quinteto sigue brindando algunos de los momentos más notables del entonces nuevo álbum “Distance Over Time”. Especialmente destacadas son la prestancia melódica alimentada de electricidad metalera que hay en ‘Fall Into The Light’ y la majestuosidad típicamente prog-metalera de ‘Pale Blue Dot’, pues ambas representan fiel y sesudamente la fastuosidad compositiva que el grupo convirtió en su marca personal desde aquellos lejanos tiempos de sus tres primeros álbumes de estudio. También es de notar que ambas canciones invitan a explorar el poder de la reflexión con un talante optimista, pues la primera de estas canciones mencionadas se centra en el tesoro de la comprensión de las verdades más fundamentales de la vida humana, mientras que la segunda pone en perspectiva la existencia y el cuidado de nuestro mundo dentro de la inmensidad cósmica. De todas maneras, todavía hay espacio para algunos discos de ese tiempo en el que el baterista-percusionista cofundador Mike Portnoy estaba en la banda, justamente los dos últimos, “Systematic Chaos” y “Black Clouds & Silver Linings” (de los años 2007 y 2009, respectivamente). La maratónica suite ‘A Nightmare To Remember’ activa su electrizante fuerza rockera con una musculatura convincente a través de sus cuerpos centrales y los motivos diversos que van surgiendo a lo largo del camino. El original interludio gutural que otrora era cantado por Portnoy es reemplazado ahora por un canto ceremonioso donde LaBrie exhibe algunos de sus registros más graves. Es muy revelador ver a un sesentón Rudess hacer gala de tremenda elasticidad mientras sale al frente a lucir su keytar y establecer fieros duelos con Petrucci. Por su parte, ‘In The Presence Of Enemies – Part I’ hace gala de su esencia épica, la cual va muy a tono con la magnificencia contundente de ‘Pale Blue Dot’, que es a donde llega el primer volumen del doble Blu-ray (y se da tiempo de descanso para el grupo). 



El clímax perpetuo de este evento radica en la ejecución íntegra de “Metropolis Pt. 2: Scenes From A Memory”, la cual es presentada orgullosamente por LaBrie como un ítem crucial para la historia de DREAM THEATER por dos motivos: era su primer álbum conceptual y abrigó el debut de Rudess como integrante de la banda. De paso, el cantante pregunta al público cuántos estuvieron presentes la primera vez que los DREAM THEATER pasaron por Londres para presentar semejante obra magna…. Y las cámaras enfocan las expresiones felices  y asertivas de varios espectadores canosos. ¡Entrañable! Bueno, yendo a lo estrictamente musical, la serie de piezas que conforman este álbum está acompañada por varias imágenes animadas en el fondo, así como por diversos juegos de luces, aunque lo primero que se proyecta en el ambiente es un ambiente de paz, algo natural cuando las instrucciones del hipnoterapeuta protagonizan la estructura de ‘Regression’. Luego sigue la secuencia de ‘Overture 1928’, ‘Strange Déjà Vu’, ‘Through My Words’ y ‘Fatal Tragedy’, un deleite máximo de expansiones y alternancias de ostentosos pasajes prog-metaleros, estilizados momentos prog-sinfónicos y ocasionales interludios introspectivos. Cuando llega el turno de ‘Beyond This Life’, la banda sintetiza los recursos más pomposos y les da un vigor incrementado. Como abierta antítesis de esto, la envolvente y etérea balada ‘Through Her Eyes’, la cual permite a Mangini tomarse un descanso porque el bajo sin trastes de Myung solo requiere de la compañía de una caja de ritmos. Como dato curioso, los dibujos animados que muestran el cementerio donde Victoria está enterrada también incluye lápidas de grandes del rock que nos dejaron a lo largo de los años: Keith Emerson, David Bowie, Frank Zappa, Chris Squire, Stevie Ray Vaughn, Randy Rhoads, Freddie Mercury, Cliff Burton, etc. Por supuesto, cuando llega el turno de ‘Home’, el grupo explora los legados de DEEP PURPLE y LED ZEPPELIN a su propia manera, creando un esquema sonoro que es denso y ágil a la vez para su amplio cuerpo central, terminando todo con una coda arábiga intensa planteada sobre un compás inusual. Dicha coda abre apropiadamente el camino para el excitante y multiverso instrumental ‘The Dance Of Eternity’, pieza que se erige como el cénit de las interconexiones virtuosas entre los cuatro instrumentistas.


 

La triada final de ‘One Last Time’, ‘The Spirit Carries On’ y ‘Finally Free’ exhibe la definitiva posición de fastuoso lirismo dentro del álbum homenajeado. Resulta particularmente emotivo ver al público realizar una congregación de luces ondeantes con las linternas de sus celulares al compás ceremonioso de la sublime balada de tipo gospel ‘The Spirit Carries On’: desde el momento en que emergen las primeras líneas (“Where did we come from? Why are we here? / Where do we go when we die? / What lies beyond and what lay before? / Is anything certain in life?”), el público se entrega a la mística intensidad emocional que emana de la canción. ¿Y qué decir de cómo se luce Mangini a lo largo de la sección final de ‘Finally Free’? Tras el final animado donde se resuelve la trágica trama cíclica de “Metropolis Pt. 2: Scenes From A Memory”, el quinteto completa la faena con la hermosa canción ‘At Wit’s End’. Es muy significativo que esta canción centrada en el abuso de género y el deseo de manejar las heridas de tan terrible evento sirva como punto final del concierto, pues la espiritualidad de dicha canción expone un serio llamado a la conciencia y se sitúa en un lugar donde la audencia debe prestar atención desde su corazón y su intelecto por igual. El público se muestra complacido con este final. Hay dos bonus que son la ejecución de la canción ‘Paralyzed’ (también del “Distance Over Time”) y un pequeño documental de 4 ½ minutos donde principalmente se muestra escenas de los preámbulos y el desarrollo de los dos conciertos en el Eventim Apollo. Todo esto fue “Distant Memories – Live In London”, un excelente documento en vivo de DREAM THEATER, uno más dentro de su amplio catálogo. Esta banda, tan veterana como es, aún es capaz de gestar momentos de gloria rockera como el que se recoge aquí. De hecho, ya esperamos con impaciencia su próximo disco de estudio, cuyo lanzamiento al mercado está anunciado para el último tercio del próximo mes de octubre. Respecto a este ítem en particular, muchas gracias al colectivo de DREAM THEATER por reactivar estas memorias distantes e indelebles.



Monday, September 20, 2021

El arco creativo del TRIO RHIZOME

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy nos adentramos en la vanguardia contemporánea de la mano de un ensamble triádico francés denominado TRIO RHIZOME, el cual está integrado por Claudie Boucau [flautas, bansuri, armónica y silbatos], Richard Héry [batería, percusiones y clarinete bajo] y Alain Blesing [guitarra y efectos electrónicos]. Este trío publicó a mediados del pasado mes de enero el disco “A.R.C. En Ciel” en formato de descarga digital a través del blog de Bandcamp de Blesing (Alain Blesing Projects), para luego tener una edición física realizada por el sello Instant Music Records, más exactamente, en el pasado mes de junio. Todas las composiciones aquí contenidas son de su autoría, salvo una pieza que fue coescrita con Yves Rousseau. Es la primera vez que se asocian estos músicos como trío a pesar de que ya se conocían desde hace varios años. La bella portada de línea cubista fue hecha por Julius Baltazar. Bueno, vayamos ahora a los detalles del repertorio de este disco. 
 
Abre el disco ‘Sweet Ocean’, una pieza abundantemente marcada por una calidez introspectiva donde los continuo diálogos entre guitarra y flauta desarrollan una ambientación relajante. Las livianas capas electrónicas emergen como nubes no muy intrépidas durante un atardecer primaveral. Luego sigue ‘For Bill’, un bello tema que ahonda en el lirismo ya introducido en la pieza de entrada, siendo así que el trío utiliza climas pastorales en su desarrollo temático sobre un swing de blues. Las apariciones del clarinete bajo y de la armónica son cruciales a la hora de reforzar la ingeniería melódica en curso. A través de la dupla de ‘Quiet’ y ‘Odusseia’, el ensamble sigue explorando recovecos y gestando vicisitudes a través de sus aventureras interacciones interinas. El primero de estos temas mencionados empieza con una estrategia de confluencia entre parcas (casi minimalistas) marañas de flauta y guitarra con intervenciones percusivas aleatorias. En una segunda sección, se arma un delicado groove en clave de jazz-fusion. Ahora, la atmósfera elaborada por el trío es etérea y flotante, no exenta de una aureola misteriosa, pero sin abandonar la calidez recurrente dentro del esquema sonoro del trío. La flauta se destaca de una manera muy especial. Por su parte, ‘Odusseia’ exhibe una delicada dinámica extrovertida que hace patentes sus vibraciones celebratorias. Hay factores mediterráneos y de Asia Menor en el motif central. ‘The Shepperd’s Complaint’ se centra en un ambiente grisáceo donde la serenidad reinante se deja envolver por una densidad sutil. Hay algo entre la melancolía y la tristeza que late a través del muy cuidado acoplamiento de flauta, capas de guitarra e ingrávidos ornamentos percusivos. ‘Gravityless’, tema enraizado en el free jazz, se adentra convincentemente en áreas experimentales enfocadas en libres formas bajo un enfoque deconstructivo. En esta situación, la batería ocupa un cierto rol protagónico mientras los otros instrumentos se hacen cargo de poner un colorido aventurero al asunto por un buen rato. En las instancias finales, ya hay un entramado más equitativo dentro del formato performativo organizado por los tres músicos. Cuando llega el turno de ‘Dead Whales’, el enfoque deconstructivo acentúa su dominio hasta el punto de poner a la inquietud en el primer plano de la tensión expresiva gestada para la ocasión.
 
La miniatura ‘Chanson Bulgare’ llega como una brisa de ágil jolgorio tras los aires nebulosos y solipsistas en los cuales exploró el trío en la secuencia de las tres piezas precedentes. De hecho, a pesar de su complejo swing, ostenta un talante danzarín con su festivo empleo de elementos folclóricos. Nos vamos acercando al final del repertorio cuando llega el turno del tema más largo del mismo, ‘Ice Flowers’, que dura poco más de siete minutos y cuarto, erigiéndose como la pieza más extensa del disco. Su estrategia sonora consiste en una confluencia entre las ensoñaciones etéreas de ‘Quiet’ y las excursiones de avant-jazz que ya se hicieron presentes en ‘Gravityless’, pero con una dosis menor de punche. Se hacen sentir algunas vibraciones aguerridas en aquellos pasajes donde la batería impone algunas acentuaciones, pero éstas operan como recursos de diversidad en medio de un emplazamiento predominantemente atmosférico. El último ítem del repertorio oficial se titula ‘Kaïros’, cuyo esquema sonoro es meditabundo y crepuscular, muy en línea con la calidez calmada que apreciamos en algunos de los primeros temas del álbum. Todavía nos queda un bonus track que se llama ‘The Dogs Bark And...’, una excursión en grooves de samba dentro de un extrovertido encuadre de Latin jazz que abraza algunos matices psicodélicos en ciertos lugares estratégicos. Todo esto fue lo que se aventuró a hacer el TRIO RHIZOME con “A.R.C. En Ciel”, un viaje musical fabuloso que traza un arco creativo muy colorido y muy desafiante. Uno de los más exquisitos trabajos de jazz contemporáneo que han surgido de la Europa Continental en el transcurso del presente año 2021... Y por eso lo consideramos como un ítem totalmente recomendable dentro de cualquier fonoteca abierta a valientes propuestas experimentales.



Friday, September 17, 2021

VESILINJA: una nueva voz dentro de la escena retro-prog finlandesa

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
En esta ocasión tenemos a la mano el homónimo disco debut del grupo finlandés VESILINJA. “Vesilinja” fue publicado en vinilo a inicios de julio último por el sello Savusauna en formato de vinilo; la publicación digital vino un par de semanas después. En esta primera mitad de setiembre se acaba de publicar en CD. Este quinteto se dedica a cultivar una línea de trabajo eminentemente retro-progresiva y está conformado por Topias Ahola [voz, coros y saxofones], Jukka Kuusela [bajo y sintetizador], Aake Salmi [guitarras eléctricas y acústica, flauta, voz, coros y sintetizador], Niko Saarinen [órgano Hammond, sintetizadores Moog y Korg, y piano eléctrico] y Jussi Portaanpaa [batería]. Yendo a la historia de VESILINJA, esta banda asentada en la localidad de Tuusula (al sur de Finlandia) comenzó en 2017 como un dúo de Salmi y Saarinen tras la desintegración de un grupo donde eran colegas. Durante el segundo tercio del año 2018, el grupo aumentó a cuarteto y, finalmente, a inicios del año siguiente completó el quinteto el vocalista-saxofonista. A fines del año 2020, el grupo completó las sesiones de grabación de su disco homónimo. La gente de VESILINJA cita a GENESIS, JETHRO TULL, WIGWAM, FOCUS, GENTLE GIANT, PINK FLOYD, DEEP PURPLE y otros nombres legendarios como influencias en su propuesta estética. Veamos ahora los detalles de “Vesilinja”.



‘Aamulla’ abre el disco con una exhibición de soltura que nos remite a un doble homenaje a JETHRO TULL en simultáneo: a las épocas de “Benefit” y “Heavy Horses”, para ser más específicos, combinando el músculo convincente del primero con la gracilidad folk-rockera del segundo. Además de eso, hay un gancho muy llamativo tanto en el desarrollo melódico como en el swing básico sobre el cual se sustentan los encuadres de teclado y de guitarra, los cuales también nos remiten, de cierta manera, a la faceta más cálidamente melódica de unos URIAH HEEP en su edad de oro. El cierre climático intensifica más las cosas para completar el impacto contundente diseñado para el inicio de este repertorio, y la coda de los últimos segundos asume un aura pastoral. A continuación, llega el turno de ‘Heinäkuorma’, canción cuyo cuerpo central nos lleva hacia una atmósfera más solemne y pausada, la cual se centra en una mezcla entre los PINK FLOYD de la etapa 1969-71 y los primeros discos de RAGNARÖK. La parsimonia que marca al desarrollo temático se concreta oportunamente en un afiatamiento sosegado de los instrumentos partícipes. A mitad de camino surge un interludio un tanto adusto que prepara el camino para la elaboración de una soltura vivaz que se sitúa a medio camino entre GNIDROLOG y los NEKTAR de la etapa 72-3; así las cosas, el retorno del motif central asume una dosis un poco mayor de musculatura para las instancias finales. Con el arribo de ‘Vaihtoehto Järjelle’, el quinteto se dispone a retomar el camino de jovialidad signado por la pieza de entrada, pero esta vez lo hace con una gracilidad más sofisticada y una utilización más exhaustiva de compases inusuales, junto a una fastuosidad más fulgurosa en el manejo de las ilaciones de los diversos motivos en curso. Una mención especial va para el hermoso solo de órgano cerca del final. Un cénit decisivo del álbum, sin duda, muy bien aprovechado su espacio de más de ocho minutos y medio. ‘Valtias’ se encarga de bajar un poco los decibelios para explorar la dimensión pastoral del ideario de VESILINJA, muy cercano al de JORDSJØ y, hasta cierto punto, también al de los dos primeros discos de WOBBLER: prog-folk enriquecido con una sofisticación mesurada. Se trata de una canción muy agradable que brinda un punche genuino y sobrio a la candidez melódica empleada para la ocasión. Son ahora los solos de sintetizador los que aportan un color peculiar al asunto antes de que un breve viraje más pesado dé alas a un rotundo solo de guitarra. 
 
‘Ihmisen Lapsi’ es la canción menos compleja del álbum en cuanto a su estructura compositiva, pero tiene el singular encanto de fusionar un ejercicio de sinfonismo sencillo con estrategias ornamentales propias del space-rock. Estas últimas emergen tanto del enclave un tanto machacón que impone la batería como de los múltiples efectos de sintetizador y de guitarra que terminan envolviendo al entramado sonoro desde el ecuador de la pieza en cuestión. Con sus 9 minutos de duración, ‘Prisma’ es la pieza más extensa del disco y es también la encargada de cerrarlo. Su desarrollo melódico y su atmósfera general obedece a una síntesis de los ambientes y esquemas sonoros que ya se hicieron presentes en los temas #2, #3 y #4. Encontramos aquí una inspirada y convincente labor de hibridación entre prog sinfónico y prog-folk con sus oportunos toques de heavy prog en algunos pasajes decisivos donde el ensamble quiere gestar una musculatura imponente. Tras culminar el momento más aguerrido, el epílogo delineado por la flauta solitaria ostenta una belleza evocadora. Todo esto fue “Vesilinja”, un disco de bastante bonita factura cuyo nombre, al igual que el del grupo VESILINJA, merece ser anotado en un lugar preferencial dentro de nuestros organigramas de descubrimientos progresivos del año 2021. Cabe señalar que a poco de terminar de grabar este disco, el grupo se convirtió en sexteto con la inclusión de Antti Tuominen para hacerse cargo de la primera guitarra y alternar las labores de canto principal con Ahola. Estemos atentos a próximos trabajos fonográficos de este colectivo finés que promete mucho.   
 
 

 

Wednesday, September 15, 2021

SHEM: segunda escala musical de esta joven entidad prog-psicodélica alemana



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Aquí tenemos al grupo alemán de música psicodélica progresiva SHEM, cuyo más reciente trabajo fonográfico “II” sucede por tres años al disco debut “The Hill AC”, que data de julio del año 2018 a inicios del pasado mes de marzo. En medio de ambos ítems, el grupo ha publicado un disco en vivo registrando su actuación en el Nachtsicht Festival del año 2018, un disco llamado “No Songs, Just Sounds” que era mitad en vivo y mitad en estudio, y un EP en diciembre del pasado año 2020. SHEM es un grupo muy ocupado que, por lo general, gusta de centrarse en improvisaciones space-rockeras a la hora de crear el repertorio propio de cada paso de su carrera. “II”, el disco que ahora nos ocupa, fue publicado a inicios de marzo de 2021. Con la alineación conformada por los guitarristas Joel Boye y Alexander Gallagher, el bajista Tobias Brendel, el baterista-percusionista Benjamin Maier y el teclista Alex Meese, el grupo ha gestado este excelente catálogo de dinamismos sonoros que se disparan eclécticamente a través de los terrenos del space-rock, el krautrock guitarra-céntrico, el drone y el stoner dentro de un engranaje signado por una visión progresivamente sofisticada del paradigma progresivo. El material contenido en el disco al que nos referimos hoy no fue grabado durante la pandemia, sino entre setiembre de 2017 y febrero de 2018, en el estudio Matti’s Space de Stuttgart-Wellimdorf, al igual que su primer álbum; o sea, parte de este material es contemporáneo al contenido en el primer álbum de estudio. En todo caso, con la publicación de este material desarrollado y grabado en su reducto particular, la banda SHEM se consolida como una de las más creativas dentro de la nueva brisa de aire fresco que atraviesa a la actual avanzada psicodélica europea. Veamos ahora los detalles de “II”.
 
Todo comienza con ‘Descension’, tema que se expande hacia un espacio de casi 14 ¾ minutos para elaborar un viaje espiritual envolvente y contundente sobre un medio tiempo. El groove esencialmente machacón marcado por la batería se ve relativamente atenuado por su propia parsimonia grisácea, lo cual permite al riff básico de guitarra regodearse en su minimalismo mientras que los ornamentos ulteriores de guitarra y sintetizador logran establecer un fulgor cósmico electrizante con total comodidad. Lo que suena es la perfecta conjunción de los astros sónicos de NEU! y HAWKWIND bajo la guía de AUTOMATISM, lo cual garantiza la permanencia de una bien calculada aspereza a través de las persistentes pulsaciones que van generándose a lo largo del jam. De hecho, el segundo efluvio de agresivas capas de guitarras múltiples y sintetizador, que llega a su máxima expresión a poco de pasada la frontera del séptimo minuto, permite al ensamble incrementar fluidamente su musculatura hasta el punto de llegar a una climática implosión. Tras ésta, el ensamble ingresa brevemente a un campo de exploraciones aleatorias de talante noise-rockero antes de que el viejo groove vuelva para perfilar la liquidación de este segundo embate psicodélico y preparar el terreno para el próximo, que será el último. Éste será más comedido en su expresividad, pero aún capaz de portar los ecos del clímax intermedio. Estupendo inicio del álbum al que sigue ‘Night’, la pieza más breve del repertorio con sus casi 6 ½ minutos de duración. A pesar de tener menos espacio que el tema de apertura, ostenta una riqueza sonora más sofisticada merced a la confluencia de densidad en los climas espaciales armados por los guitarreos, el swing flotante armado por la dupla rítmica (a medo camino entre los ASH RA TEMPEL de los tres primeros álbumes y los GURU GURU de los dos primeros) y al carácter abundantemente evocador del desarrollo temático. Estamos ahora en un terreno híbrido de krautrock y los PINK FLOYD de la fase 69-70 con un encuadre sonoro que combina las vibraciones brumosas del post-rock y la faceta más atmosférica del prog psicodélico. Si el primer tema del álbum fue una celebración del transcurrir del día, este segundo tema es un himno de bienvenida a la noche.
 
Toda la segunda mitad del disco está ocupada por ‘Fall’, maratónica pieza que dura poco menos de 19 ½ minutos. Su esquema de trabajo se basa principalmente en una reactivación del talante machacón del tema de apertura para llevar al mismo hacia una capitalización mucho más extrovertida. Todo comienza con un swing de corte motorik sustentado por la batería y unas bases vigorosamente mecánicas de una de las guitarras, siendo así que ellas articulan conjuntamente la ingeniería exultante de este largo y ambicioso jam. De las variantes ornamentales que ambos desarrollen a lo largo del amplio espacio que el grupo ha creado para la expansión del susodicho jam depende que el tema mantenga su magnetismo rockero (a lo HAWKWIND) y su fortaleza cósmica (al estilo de THE COSMIC JOKERS). Por ejemplo, a instantes de pasada la frontera del séptimo minuto, las bases armónicas de la primera guitarra actuante se convierten en un solo mientras que la otra guitarra convierte sus capas absorbentes en un viraje creativo del riff. Con unos efectos de reversa de la dupla rítmica creados en la consola, se da la impresión de que hemos entrado en un mundo de ensueño muy distinto de ese otro de cuyas entrañas brotó el primer jam. Una vez que se reestructura la labor grupal, ésta se enfoca en gestar una cruza entre el stoner y el space-rock; mientras la guitarra rítmica añade colorido a las líneas del bajo y la batería crea nuevos ornamentos de los platillos, el sonido grupal se enfila hacia una exhibición epilogar de extroversión que resuena de forma convincente y rotunda. El vitalismo tenso del inicio ha sido reemplazado por otro más grácil mientras recuperaba la luminosidad originaria. Un gran tema que concluye a lo grande la exhibición de variados mecanismos psicodélicos que conforma “II”, un álbum con el que la gente de SHEM confirma su posicionamiento importante dentro de la nueva generación de la psicodelia progresiva alemana. Este disco nos ha gustado mucho, razón por la que nos parece que puede ser una buena vía de acceso a la discografía de este grupo teutón portador de un vigor titánico. 
 
 
Muestra de “II”.-
Fall: https://shemtrails.bandcamp.com/track/fall

Friday, September 10, 2021

FALLING INTO BIRDS: cuenta nueva sin borrones

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Nos complace enormemente que el día de hoy se dé el turno de presentar el nuevo disco del excelso grupo estadounidense de chamber-rock FALLING INTO BIRDS. El disco nuevo en cuestión se titula “Scraps Of Paper” y fue publicado el pasado 20 de agosto, sucediendo por cuatro años al homónimo disco debut. La publicación del disco en cuestión se realiza de forma independiente como descarga digital desde el blog de Bandcamp del grupo. La alineación de FALLING INTO BIRDS está conformada por Nicole Garcia [violín], Maksim Velichkin [cello], Márton Adámi [trompeta], Turn [saxofón], Bryn Richmond [viola], Brendan Toohey [clarinetes bajo y contrabajo], Jordan Toms [piano] y Joey M. Bishop [guitarra, bajo y batería]. Bishop es el líder y compositor exclusivo del ensamble. En uno de los temas del disco aparece el saxofonista invitado Tom Bath en la sección introductoria. Curiosamente, las pistas de batería fueron grabadas en la localidad polaca de Cracovia, más exactamente, el Krakowska Pracownia Dźwięku, un centro cultural con una gran sala de conciertos, algunos auditorios más pequeños, y que también incluye estudios de grabación. Bueno, vamos ahora a los detalles del repertorio contenido en “Scraps Of Paper”.
 
Durando casi 6 minutos, ‘Haiku’ abre camino a las cosas con un llamativo despliegue de desarrollos temáticos ágiles y joviales, el mismo que exhibe una cruza entre FAR CORNER, YUGEN y STOP MOTION ORCHESTRA: o sea, una combinación compactamente fluida entre tensión y fulgor que se sitúa en el punto exacto de confluencia entre lo aristocrático y lo travieso. Tras el calmado y breve epílogo de este excelente punto de arranque sigue ‘Maverick’, una pieza que prosigue por su misma senda de refulgente y laberíntico júbilo, aunque con un toque añadido de vibraciones señoriales en algunos pasajes. De esta manera, la claridad melódica se siente un poco más aligerada. Cuando llega el turno de ‘La Jungle De Rousseau’ (título que nos remite al paradigma humanista del buen salvaje propuesto por el mencionado filósofo suizo), el ensamble gesta uno de los momentos definitivamente culminantes del disco, y eso se debe en gran medida en su capacidad de recibir el impulso fastuoso de las dos piezas precedentes para remontarlo a un ambiente más explícitamente denso. Todo comienza con un groove bastante marcado por puntuaciones tribales, y a partir de ahí, cuando el ensamble entero entra en acción, se dedica a elaborar una atmósfera suntuosa y opulenta donde convergen los universos del chamber-rock y del avant-jazz. Lo que suena en este momento parece un híbrido de los HENRY COW del último álbum y uno de los proyectos de grandes ensambles de JOHN ZORN. La arquitectura retorcida y abstrusa que se va desarrollando muestra un vitalismo especial. ‘Petrichor’ vira totalmente de registro para asentarse en una atmósfera serena que se deja recubrir por una espiritualidad absorta que algo tiene de misterioso. Con la dupla de ‘The Fountains I’ y ‘The Fountains II’, la gente de FALLING INTO BIRDS da una nueva vuelta de tuerca a esa extravagante distinción que es el núcleo central de su esencia estética. El primero de estos ítems establece una ingeniería radiante tras un prólogo contenido y sigiloso. Por su parte, el segundo de ellos regresa a la complejidad festiva y lúdica de los dos primeros temas del álbum, incorporando algunas pequeñas porciones del desarrollo temático de la Parte I. Otro momento climático del repertorio.
 
‘Parem Varblane Peos Kui Tuvi Katusel’ vuelve a poner sobre el tapete a la dimensión solemne del ideario musical del ensamble, tal como lo hizo la cuarta pieza del álbum. Eso sí, con este tema específico opera una aureola de ceremoniosa introspección que se deja empapar por varias gotas de rocío melancólico que caen de árboles sembrados en los rincones más otoñales del espíritu. La combinación de intensas capas y sobrios oleajes de las cuerdas funciona a la perfección en la transmisión de esta imagen a través de la estrategia sónica diseñada para la ocasión. Con la dupla de ‘Benighted’ y ‘On The Way Down’, la banda sigue explorando matices desde el propio seno de sus inquietudes señoriales. ‘Benighted’ ostenta un talante grave a todo dar, generando convincentemente un espíritu mortuorio que se aferra consistentemente a su nocturnidad esencial a despecho del vigor brindado por los ocasionales ornamentos de trompeta. Muy a lo UNIVERS ZERO, la verdad que sí. Mientras tanto, ‘On The Way Down’ se acerca al estándar de la música cabaretera con un cierto dejo trágico que late bajo las dominantes interacciones entre el saxo, el clarinete, el violín y la viola. Todo llega a su fin de la mano de ‘F.I.B.onacci’, una sublime pieza cuya primera sección es una fabulosa exhibición de juegos atonales donde los instrumentos se conjugan para transmitir una extravagante vitalidad. Cuando entra a tallar la batería, dicha vitalidad se catapulta hacia una dimensión alborozada y vivaracha. Mientras en algunos breves pasajes se hace una retoma de la ceremoniosidad inicial, el terreno se prepara para que la sección final ostente un aura exultante que se regodea en su propia efervescencia. Los instantes finales del tema (y del disco) están signados por una primaveral tirantez. Todo esto fue lo que nos ofreció en “Scraps Of Paper” el fabuloso ensamble estadounidense FALLING INTO BIRDS, un hermoso y fascinante muestrario de inspiradas musicalidades que apuntan con impecable puntería a la firme preservación de la música progresiva vanguardista. Definitivamente, este disco es una cuenta nueva para el tránsito por las veredas más radicales de la experimentación progresiva de nuestros días; de lo más notable que se ha generado en la variopinta producción progresiva de este año 2021. 


Wednesday, September 08, 2021

Diversos caminos al sol desde una nueva cartografía de PAT METHENY

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy presentamos el último trabajo de estudio hasta la fecha del maestro PAT METHENY, el cual se titula “Road To The Sun” y fue publicado a inicios de marzo pasado por el sello Modern Recordings en cooperación con Metheny Group Productions. La publicación se realizó tanto en CD como en vinilo doble, siendo así que el propio maestro METHENY produjo el álbum con la cooperación de su colega de toda la vida Steve Rodby. Se trata de un disco muy especial por dos razones: 1) se centra en un esquema de trabajo acústico informado por elementos expresivos propios de la música de cámara, y; 2) el propio METHENY no es precisamente el ejecutante más recurrente dentro de repertorio. Solo aparece integralmente y en solitario en la última pieza del álbum, compuesta por el maestro estonio-austriaco ARVO PÄRT (nacido en 1935), una figura muy peculiar dentro de la música académica por mezclar el minimalismo con la tradición gregoriana. Concentrándose en la idea de gestar piezas meticulosamente articuladas en contraposición a sus habituales viajes por el jazz contemporáneo donde se prioriza a la improvisación, METHENY se explaya principalmente en su rol de compositor de las dos suites que ocupan el cuerpo central del disco. En la primera de ellas, el ejecutante de la guitarra clásica es Jason Vieaux. Por su parte, quienes están a cargo de la segunda son los integrantes de THE LOS ANGELES GUITAR QUARTET: Matthew Greif, Scott Tennant, William Kanengiser y John Dearman (este último utiliza una guitarra clásica de siete cuerdas). Ellos cuatro son integrantes de la Thornton School of Music, que es parte de la University of Southern California. En un par de secciones de esta segunda suite, el buen PAT se suma al cuarteto protagonista. El material contenido en “Road To The Sun” fue grabado en tres estudios distintos: John Kilgore Sound & Recording (en Nueva York), Henson Recordings Studios (en Los Ángeles) y 67 Studio NYC (también en Nueva York). Veamos ahora los detalles del susodicho material.

  

Comencemos con las cuatro Partes de ‘Four Paths Of Light’, suite que METHENY compuso específicamente para Vieaux. La Parte 1 se deja llevar por aleteos estilizados que parecen ser impulsados por un tirabuzón cósmico, una serie de torbellinos minúsculos que, en vez de generar una fuerza fatal, motivan halos de jovial luminosidad con ribetes místicos. La Parte 2 vira hacia un talante notablemente más reposado, apelando a una espiritualidad serena para que luzca apropiadamente el esquema melódico en curso. Ésta está movido por una relajada melancolía que resulta suavemente envolvente, la cual permanece bien asentada para la Parte 3, la cual encarna una síntesis de las cadencias de las dos piezas precedentes. En efecto, regresan la jovialidad y la exuberante elegancia al frente, pero ellas están al servicio del realce del esquema melódico creado para la ocasión. La Parte 4 concluye esta suite con un despliegue de vibraciones solemnes que mucho tienen de crepuscular. Las ondulaciones y los breves espacios vacíos que asienta la guitarra mientras recorre el desarrollo temático generan un ambiente de plácida nocturnidad impresionista tras la conclusión de una puesta de sol. Veamos a continuación las seis Partes de la suite homónima ‘Road To The Sun’. La Parte 1 se enrumba por un sendero sigiloso donde impera un espíritu contemplativo no exento de cierta densidad (convenientemente contenida) en algunos pasajes. La Parte 2 goza evidentemente de una mayor soltura, ostentando una vivacidad genuina, aunque también esa vivacidad está manejada de una manera relativamente contenida. Eso sí, es innegable que el ensamble de guitarras se explaya en un fulgor renovado. La dupla de las Partes 3 y 4 se instala prioritariamente bajo un manto de distensión: aquélla despliega un carácter nostálgico y casi misterioso, ésta brilla con un resplandor sobrio que, en sus últimas instancias, se revuelca en unos recursos experimentales que nos toman de sorpresa. De hecho, estos recursos se engarzan con la emergencia de la animación vivaracha y radiante que conforma el núcleo expresivo de la Parte 5, tal vez el cénit de la segunda Suite. Algunos elementos de Latin jazz entran a tallar dentro del esquema melódico, aunque siempre sujetos a la estilización académica que define al álbum. La Parte 6 llega para devolvernos a un ambiente calmado y relajado, coqueteando abiertamente con el estándar impresionista.


‘Für Alina’ es la composición de ARVO PÄRT donde METHENY se luce con su guitarra de 42 cuerdas (tal como señalamos en el primer párrafo de la presente reseña) para cerrar el álbum. El asunto se centra en la elaboración y el desarrollo de una absorbente aureola evocadora que se apoya crucialmente en los vacíos que laten contundentemente en medio de las notas. En el intermedio surge un pasaje más propiamente intenso que no rompe la bien articulada integralidad de la atmósfera reinante, sino que, más bien la enriquece con un pasajero recurso de solipsista incandescencia. Durante sus ocho minutos y medio de duración, este tema de cierre se ha aferrado consistentemente a sus vibraciones ceremoniosamente sutiles y minimalistas. Todo eso fue “Road To The Sun”, un trabajo hermoso, preciosista y refinado donde PAT METHENY da rienda suelta (como ya dijimos antes, con un rol prioritario de compositor) a sus intereses en la música académica contemporánea. No es tan fácil de escuchar como puede parecer superficialmente, aunque la presencia de ambientes relajados es predominante: es orfebrería hecha sonido, o mejor aún, una labor de cartografía para buscar nuevos caminos iluminados para el lucimiento de la guitarra clásica. Totalmente recomendable dentro de cualquier fonoteca distinguida.  


Muestras de “Road To The Sun”.-
Four Paths Of Light Part 1: https://www.youtube.com/watch?v=_gsUVh9bEFs
Four Paths Of Light Part 2: https://www.youtube.com/watch?v=Vdl-qpaZciE
Road To The Sun Part 4: https://www.youtube.com/watch?v=D6IUydcClOc
Road To The Sun Part 5: https://www.youtube.com/watch?v=NTFeIvPJxsk
Für Alina: https://www.youtube.com/watch?v=lgYpiVn6Jbg