HOLA, AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy tenemos el enorme
agrado de presentar el segundo disco del ensamble de rock experimental peruano
ARTAUD, y lo hacemos con cierta demora porque este álbum en cuestión data de
inicios de noviembre del pasado año 2019, habiendo sido publicado por el sello nacional Astromelia Records. De por sí la edición es muy exuberante, con formato de gatefold e incluyendo tanto una serigrafía como un póster pequeño. Se titula “Residencia En La Tierra” y
supone un paso adelante en cuanto al manejo más férreo y más versátil de las
estructuras musicales osadas y enérgicas que el líder de este ensamble, el
guitarrista Erick Baltodano, tiene proyectadas para el mismo. Se trata, en
palabras del propio Baltodano, de un disco conceptual “sobre 6 experiencias
humanas de hoy para conservar o eliminar en el futuro”. Para esta ocasión,
el personal de ARTAUD incluyó al líder guitarrista Erick
(quien toca también algunas partes ocasionales de teclado), el bajista Boris
Baltodano, el guitarrista Tomás Orrego, la teclista Patricia Saucedo y el
baterista-percusionista Israel Tenor. Entre los colaboradores, el más presente
es Camilo Uriarte, quien se hace presente en 5 de las 6 piezas del álbum, ya
sea a la guitarra, al bajo o al teclado. Otros colaboradores son Nuria Zapata (voz),
José Morón (voz), Silvana Tello (Theremín), Chiara Rizo Patrón (violín) y Victoria
Guerrero (voz). El repertorio contenido en “Residencia En La Tierra” fue grabado en Eco Estudio, siendo así que Erick se encargó de los procesos de mezcla y masterización. Él y Uriarte dirigieron el proceso de producción. Hay un poema del maestro chileno PABLO DE ROKHA titulado Canto del
macho anciano que engalana al disco, siendo así que sus primeras líneas proclaman: “¿En qué
bosques de fusiles nos esconderemos de aquestos pellejos ardiendo? / Porque es
terrible el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos todo, / lo quisimos todo, lo
pudimos todo y se nos quebraron las manos, / las manos y los dientes mordiendo
hierro con fuego; / y ahora como se desciende terriblemente de lo cuotidiano a
lo infinito, ataúd por ataúd, / desbarrancándonos como peñascos o como caballos
mundo abajo, / vamos con extraños, paso a paso y tranco a tranco midiendo / el
derrumbamiento general, calculándolo, a la sordina, / y de ahí entonces la
prudencia que es la derrota de la ancianidad.” Se puede ver en estas
palabras un manifiesto sobre el espíritu que atraviesa al disco que
ahora reseñamos, un espíritu que va y viene de lo espectral a lo efusivo. Bueno, veamos ahora los detalles de “Residencia En La Tierra”.
‘La Noche Boca Arriba’
da inicio al álbum con una primera instancia marcada por cortantes ornamentos sigilosos, los cuales parecen exorcizar algún tipo de oscurantismo, pero una vez instalado el cuerpo central, nos topamos con un lánguido groove psicodélico envuelto por una atmósfera donde se cruzan el krautrock guitarra-céntrico y el post-rock. Dentro del bloque sonoro general, una guitarra crea fraseos flotantes mientras la otra sustenta las bases armónicas del jam, siendo así que el bajo se pasea entre ambas con valiente autoafirmación. La pesadez reinante hace sentir su esplendor majestuoso a lo largo y ancho de su inquietante parsimonia. Sigue a continuación ‘Cruzando El Agua’, una pieza diseñada para reconstruir el músculo surrealista del tema de inicio para llevarlo a un camino incendiario de llamas avasalladoras. Juntando los paradigmas de HAWKWIND y de CAUSA SUI sobre un swing machacón, las guitarras hilan sus propios desafíos particulares con un nervio contundentes y un dinamismo virtuoso. Durando casi 9 ½ minutos,
‘Berlín’ emerge como uno de los momentos más señorialmente climáticos del álbum. Todo comienza con una recitación femenina acompañada por fraseos sutiles de piano eléctrico, y cuando ya se arma el bloque instrumental entero, el ambiente evocador adquiere una garra renovadora mientras se explaya generosamente sobre un swing lento y cándido. Lo que suena aquí es como un híbrido de los PINK FLOYD de fines de los 60s, AGITATION FREE y los primeros discos de MOGWAI, a la par que establece vasos comunicantes con los paradigmas de RED KITE y ELECTRIC ORANGE. La aspereza combativa de la poesía de la narradora hace un efectivo contrapunto al talante contemplativo exhibido por el enfoque instrumental, aunque ésta está muy lejos de ser sereno; mientras su fuerza expresiva impulsa un crescendo de su punche, se gesta una desafiante mezcla de tensión y densidad. Ella es Victoria Guerrero y el poema, titulado igual que la pieza, es de su autoría. Cuando todo este esplendor rockero surrealista se apaga, el piano eléctrico vuelve a ser el único instrumento actuante, invitando al reposo definitivo. Todo un cénit del álbum.
‘Odas Elementales’ es tal vez la pieza con más gancho del álbum, contando con un swing muy grácil elaborado por la dupla rítmica mientras las guitarras arman una multitud de capas luminosas exuberantes en su penetrante y vehemente vivacidad. Las huellas de GURU GURU y THE COSMIC JOKERS se hacen sentir mientras la imponente extroversión en curso empuja a los instrumentos a llenar espacios con rabiosa agudeza. La coda minimalista de teclados establece un efectivo contraste sonoro donde se nos invita a la introversión, una calma etérea tras el fragor sonoro causado por la fusión de tierra y fuego que había marcado al cuerpo central. Otro cénit del álbum, no nos cabe duda. Cuando
llega el turno de ‘Magnetizado’, el grupo regresa al entusiasmo muscular y cósmico de la segunda pieza tras un preludio volátil; ahora la táctica consiste en explotar el potencial de riqueza expresiva a partir de un motif muy sencillo a fin de que el bloque instrumental pueda asentar cómodamente su neurótico moto perpetuo. Esta nueva proyección hacia un vitalismo aplastante se explaya cómodamente en su entusiasta rotación sobre su propio eje. Durando casi 16 minutos, ‘Concierto Final’ honra
su propio título cerrando el repertorio de “Residencia En La Tierra”, y lo hace a lo grande, con una hidalguía feroz y colosal. Los aires belicosos que se respiran desde la primera instancia comienzan con un tenor surrealista y onírico, pero poco antes de llegar a la frontera del cuarto minuto, la ingeniería sonora se alimenta del empuje propio que tiene el caos controlado desde el cual se dirige la amalgama de instrumentos. Todo esto suena a una cruza entre MAUDLIN OF THE WELL y THE PAX CECILIA. Los exorcismos rabiosos de Morón (autor del poema que él mismo recita) exhiben una fiereza desenfrenada mientras que las intervenciones del violín ayudan a completar el cuadro de vibrante oscurantismo con el se arma la ingeniería sonora. Dentro de estas pautas de delirio infernal, la batería se suelta para dialogar frontalmente con los guitarreos y, de paso, emplazar el terreno de angustia y tanática catarsis sobre el cual se asienta el cuerpo central de la pieza. Si todas las piezas precedentes habían contado con un enfoque reconocible en sus grooves y ambientes, esta última pieza se centra en crear una atmósfera monumentalmente amenazadora. Una interesante manera de poner punto final al álbum.
Como dijimos en el primer párrafo, el material contenido en este álbum es un catálogo de residencias musicales donde el personal de ARTAUD y sus colaboradores ocasionales proyectan un enfoque particularmente férreo y versátil para su ideario de rock experimental ecléctico. “Residencia En La Tierra” es una obra muy relevante para entender la creativa ebullición estética que late continuamente en el underground peruano.
Muestras de “Residencia
En La Tierra”.-