Thursday, November 29, 2018

JONATAN PIÑA DULUC y el testimonio de su evolución sustancial



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el enorme agrado de presentar el nuevo disco solista del brillante multiinstrumentista y no menos brillante compositor dominicano JONATAN PIÑA DULUC, el cual se titula “Substancia” y fue publicado en la segunda mitad del pasado mes de octubre. Adelantamos que se trata de una de las más excelsas muestras  de música jazz-progresiva hechas no solo en tierras hispanoamericanas sino también en el mundo entero a lo largo del año 2018. PINA DULUC se hace cargo de todo lo que suena aquí: saxofón tenor, guitarras, bajos, percusiones étnicas, básicas y concretas, efectos digitales y analógicos. O  sea, tenemos a un músico que, al igual que en el caso de “Drip/Culebra” (publicado en julio del pasado año 2017), está en control omnisciente de los procesos de creación y ejecución del material contenido en el orden integral del álbum. En comparación con el mencionado disco del año 2017, “Substancia” se destaca por tener una ingeniería sonora más definida y un equilibrio más ambicioso del eclecticismo dinámico y diligente que signa a la mente musical de este genio dominicano.* Bueno, ya es hora de concluir este preámbulo para ir a los detalles de este disco.



‘Substancia I’ pone en marcha las cosas con una aureola de sigilo que se ajusta a medio camino entre el rock anárquico y un ritual que se anticipa sin aún concretarse, un ejercicio de deconstrucciones free-jazzeras donde inicialmente comparten el protagonismo el saxo y el entramado percusivo, para que luego entre la guitarra a penetrar en este sendero sonoro y erigirse como tercer protagonista. Así las cosas, el saxo se ve obligado a meter más recursos filudos a sus intervenciones a fin de convertirse en el centro neurálgico de la intensidad culminante. El arribo de ‘La Hoja Vertical’ supone un cambio de dirección hacia algo más cálido y más estructurado; se abandona la neurosis aleatoria por un entrañable aire de reflexiva candidez. Siendo un ejercicio de fusión contemporánea dentro de un esquema jazz-progresivo, los recursos de densidad aportados por los guitarreos y los ocasionales cambios de compás enriquecen con un fastuoso dinamismo el muy gentil motif central. En la mayor parte del tiempo, la guitarra y el saxofón operan al unísono como consistentes aliados fraternos. Tenemos aquí un cénit decisivo del álbum, no nos cabe duda alguna al respecto. Con la dupla de ‘Substancia II’ y ‘Substancia III’ tenemos más de 8 minutos de exploraciones robustas y osadas en la faceta posmoderna del rico ideario musical de PIÑA DULUC. En el caso de ‘Substancia II’, la instrumentación va fluyendo en busca de estructuras que pueden surgir en el camino mientras se sabe que ninguna  de ellas va a tener largo alcance. Contando con un punche mayor que la primera ‘Substancia’, aquí disfrutamos de una ingeniosa encrucijada entre free jazz y rock-in-opposition dentro de un enclave cósmico, lo cual aporta un matiz etéreo al vitalismo veleidoso en curso. Lo estructural se asienta un poco más definidamente en ‘Substancia III’ a la hora de asentar algunos pasajes marcados por esquemas rítmicos reconocibles, pero sigue habiendo un convincente imperio de las inquietudes vanguardistas propias del free-jazz. Alguna herencia de los WEATHER REPORT de los tres primeros álbumes repercuten en estas modalidades sónicas que PIÑA DULUC ha delineado y encuadrado para esta cuarta pieza del álbum. 

‘Charm’ tiene una primera mitad que se mete de lleno en el terreno del jazz-fusión contemporáneo con fuerte raigambre en ritmos y climas tropicales, aunque con una apertura razonable a expresiones rockeras que van de la mano de la guitarra. En la segunda mitad, los aires de relajado júbilo que marcaban a punta de serena introspección el rumbo de la primera mitad abren paso a una estrategia de sortilegios aleatorios que apuntan hacia una imagen sonora de reposo. Se trata de un tránsito paulatino por la vía hacia un remanso que viene tras la señorial danza inicial. Una pieza muy bella, y a la vez, muy misteriosa. Con sus poco más de 7 minutos de duración, ‘S.A.C.’ se erige como la pieza más extensa del álbum y también conforma un cénit importante para el esquema de trabajo plasmado en el repertorio como un todo. En efecto, la ingeniería de ‘S.A.C.’ gira en torno a un compás folklórico que marca el groove en las secciones centrales del desarrollo temático, pero dicho desarrollo se sujeta pronto a los juegos de tensiones psicodélicas y avant-progresivas que emergen bajo las guías alternantes de la guitarra y del saxofón. Es en estos momentos de turbulencia (siendo el último de ellos el que signa la electrizante neurosis de la coda) que parcialmente alteran la ingeniería de base donde los arreglos instrumentales se rediseñan para que el caos aparente se remodele como parte de un ordenamiento siempre abierto a la remodelación desde sus propias entrañas. ‘Substancia IV’ realiza una combinación de las esencias sonoras que antes hallamos en las dos primeras ‘Substancias’, con una mayor cercanía a la que abrió el álbum en lo referente al despliegue de inestabilidades posmodernas y un parentesco más abierto con la segunda respecto a los coqueteos con el RIO que allí se plasmaron. Mientras nos acercamos al final del disco, llega el turno de ‘La Hoja Horizontal’ para cumplir con la misión de rizar el rizo de confluencia dialéctica entre el jolgorio y la tensión deconstructiva, algo que ya ha operado en todo el álbum pero que esta vez asigna un cierto predominio de lo primero. Los duelos entre el saxo y la guitarra son simplemente espectaculares a la hora de instalar ciertos aires Crimsonianos al asunto. 

El disco culmina con ‘Sappy Times With The Regal Caribbean Mannequins’, pieza diseñada para dejar atrás toda señal de inquietante oscuridad y centrarse en lo jubiloso. Este hermoso ejercicio de vivacidad tropical filtrada a través del discurso esencial del jazz-rock funciona muy bien como cierre luminoso. Como balance final, cabe resaltar cuán exquisitas son las ideas y la factura articuladas en “Substancia”, un ítem que condensa el balance perfecto entre osadía, vitalismo y misterio; así, diversas dosis de fulgor y de densidad se van explayando en cada uno de los temas que integran su repertorio. JONATAN PIÑA DULUC se ha lucido a lo grande con este disco, superándose a sí mismo y dejando al oyente empático con ganas de más. Tenemos aquí una de las ofertas más inspiradas de la producción musical vanguardista latinoamericana en el presente año 2018.


Muestras de “Substancia”.-
La Hoja Vertical: https://www.youtube.com/watch?v=ITBPdKaWvxo
Substancia II:    https://jonatanpinaduluc.bandcamp.com/track/substancia-ii
S.A.C.: https://jonatanpinaduluc.bandcamp.com/track/s-a-c


* Palabras de Piña Duluc: «“Substancia” fue compuesto primero. De las sesiones de grabación de “Substancia”, haciendo improvisaciones libres, fue saliendo “Drip/Culebra”. Entonces decidí terminar “Drip/Culebra” y sacarlo primero porque era un disco más diminuto y con menos ambición y porque me parecía mala idea empezar en grande y luego disminuir para el segundo disco. Además, el proyecto de hacer una suite de miniaturas como “Drip/Culebra” se me hizo irresistible e impostergable.  La diferencia es ésa, “Drip/Culebra” es más íntimo y reducido en instrumentación y sonoridad. Y mientras Substancia explora más a lo largo cada idea, “Drip/Culebra” es más escueto, conciso y con menos desarrollo de los temas.»
Fuente de la página web de ESENDOM: https://esendom.com/notas-r/2018/12/17/entrevista-con-jonatan-pia-acerca-de-su-nuevo-lbum-substancia   

Tuesday, November 27, 2018

La ceremonia progresiva de BIZIRIK



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de presentar “Ceremonia”, disco conceptual de la novel entidad progresiva chilena denominada BIZIRIK, el mismo que fue publicado a inicios del pasado mes de setiembre. Se trata de un proyecto de Cristián Larrondo (a quien conocemos de MAR DE ROBLES), quien no solo compone todo el material contenido aquí sino que también se ocupa de toda la instrumentación: Chapman Stick, sintetizadores análogos y virtuales, y percusiones programadas. En palabras del propio Larrondo, este disco es la primera parte de una trilogía, una historia atemporal que navega por distintos paisajes compartiendo detalles en común, siendo el principal la opresión que vive el ser humano alejado del poder, desde las etnias hasta las culturas contemporáneas, lo cual se traduce en una reflexión, desde la óptica estética, del viaje del ser humano hacia el mundo que le rodea y donde asienta sus raíces, pero que, a la vez, le hace sentir oprimido. Hay un dramatismo muy explícito en varios pasajes del disco, enfatizado como está por la presencia de samplers de voces. Las muestras de voces que aparecen en el tema #1 pertenecen al legendario Víctor Jara en Perú (año 1973), mientras que las que aparecen en el tema #4 corresponden sucesivamente a escenas de la película Blade Runner, Juan La Rivera en Radio Cooperativa (11 de septiembre de 1973) y Stafford Beer (1974). El material recogido en el repertorio de “Ceremonia” fue grabado en los estudios domésticos del maestro Larrondo en Rancagua y Santiago de Chile. A propósito, el nombre de este proyecto es la palabra libre en euskera. Bueno, vayamos ahora al repertorio en sí, ¿vale?

Con la dupla de ‘Canción De Bandidos’ y ‘Aurora Australis’ se da inicio a las cosas con un excelso e imponente despliegue de energía y otro tanto de gracilidad. ‘Canción De Bandidos’ tiene un prólogo basado en un juego de pulsaciones electrónicas que pronto abre paso a un groove ceremonioso y etéreamente misterioso. El vigor rockero es manejado con sutileza mientras revela abiertamente su potencial expresivo bajo un ropaje modernista que tiene mucho de abstracto: ello se debe a que las cortinas de teclados y los parcos fraseos del Stick son los que se encargan en exclusiva de dirigir el desarrollo temático. Por su parte, ‘Aurora Australis’ se centra en una aureola más progresivamente compleja que, a la par que preserva algo del talante espacial de la pieza de apertura, se enfila hacia un esquema rítmico más complicado. Su armazón sonoro establece un hermanamiento entre el jazz-rock, el estándar Crimsoniano de los 80s y el prog electrónico con una extroversión parca, siendo así que las ocasionales florituras del Stick son los únicos recursos de cálido colorido que entran a tallar aquí. Ante todo, la función de esta pieza consiste a a empezar a agitar un poco las cosas. Ocupando un espacio de más de 5 minutos, ‘Kénos’ resuelve una expansión de las huellas dejadas por el segundo tema para hacer que éstas se explayen en un dinamismo apropiadamente fulguroso. Se puede decir que es un tema que exuda una ambientación optimista y amable en su núcleo temático mientras desarrolla su groove fusionesco cibernéticamente reciclado. ‘Sistema Viable’ se focaliza más que nunca antes en lo electrónico para darle una aparentemente jovial sacudida psicodélica que en realidad suena a dilatación paranoica. La vehemencia estructural de la pieza, no exenta de gancho, tiene algo de urgente oscurantismo de forma perspicazmente sutil. Las capas que se superponen a las secuencias se sitúan en un punto central entre lo contemplativo y lo ominoso. El concepto específico de esta pieza merece ser detallado aquí.* Resulta que se trata de un relato sonoro de los estados sucesivos de esperanza, caos y miedo, pero el trayecto es narrado musicalmente de atrás hacia adelante. La esperanza es el proyecto en que trabajaba un equipo del Presidente Allende junto a Stafford Beer, inglés que ideó el Modelo de Sistema Viable, lo que se llamó en Chile proyecto Synco. La voz de Beer se oye en el tema, describiendo geográficamente a Chile de norte a sur. Este proyecto cibernético revolucionario murió con el golpe pinochetista, que es lo que se escucha en español a partir de los reportes noticiosos de Radio Cooperativa, cuando aviones y tanques bombardeaban La Moneda. En fin, el miedo es el objeto de la pregunta retórica que el líder de los humanoides plantea: “Es toda una experiencia vivir con miedo ¿verdad? ¡Eso es lo que significa ser esclavo!”

Cuando llega el turno de ‘Mewlen’**, el arsenal de Larrondo se enfila hacia una recuperación y repotenciación de la resolución más sofisticada del ideario de este proyecto: comenzando con un prólogo netamente cósmico, el cuerpo central pronto exhibe un vigor exquisito y absorbente que hace de la pieza un cénit definitorio del álbum. ¡Es una pena que no dure más que los cuatro minutos que se le asignó! Durando poco menos de 6 ¼ minutos, ‘Trifulkación’ se erige como la pieza más extensa del repertorio. Desde su cuerpo central se expanden recursos de grisácea majestuosidad para la maquinaria sonora ostentosamente sostenida por secuencias mientras las capas van flotando y ocultándose una y otra vez. El asunto suena a un viejo jam de GONG de la época 73-4 que se perdió y que luego fue recuperado por el KLAUS SCHULZE de la época 75-78 bajo la guía de ROBERT FRIPP y BRIAN ENO. Ocupando un total integral de poco más de 6 ¼ minutos, la dupla de ‘Bizirik Atera’ y ‘Orbital’ pone el broche final al disco.*** El primero de estos temas mencionados encarna el manifiesto más expresionista de la faceta rockera de este proyecto, dándole unos aires de algarabía jazz-progresiva al motif central para que éste se desarrolle con la debida soltura. Los cambios de ambiente que entran a tallar a lo largo del camino sirven para que el vitalismo esencial de la pieza signe su propia fastuosidad sonora desde la que la sofisticación progresiva en curso pueda exhibir su genuina polenta. Se hacen sentir los ecos de MAR DE ROBLES en cuanto al enfoque progresivo de la combinación de sonidos y ambientes del rock y el jazz-fusión: definitivamente, tenemos aquí otro pico culminante de expresión musical dentro del álbum. En fin, ‘Orbital’ es el epílogo minimalista que juega ampliamente con el poder del silencio para ahogar casi totalmente el azuzamiento del fuego vital que llena el cosmos. De todas formas, a través del muy sigiloso desarrollo breve se nota un aura de reflexivo candor.

“Ceremonia” es, en el balance general, una estupenda gozada de música progresiva ecléctica y peculiarmente vanguardista. BIZIRIK comienza con muy buen pie esta ambiciosa idea de proyectar una obra musical en tres etapas. esta primera etapa nos deja con muy buen sabor de boca y con ganas de más lo más pronto posible. Lo recomendamos al 100% porque es... ¡de lo mejor que ha ofrecido Chile al escenario progresivo internacional en el presente año 2018!


Muestras de “Ceremonia”.-
Bizirik Atera: https://bizirik.bandcamp.com/track/bizirik-atera  


* Un agradecimiento infinito a Cristián Larrondo por facilitarnos las ideas que guiaron a las composiciones de los temas de este disco.


** Mewlen significa viento arremolinado en mapudungun: “Este tema es muy etéreo, su significado parte de la sensación que provoca sonoramente, el estar metido dentro de un remolino de viento flotando.” (Larrondo)


*** “Bizirik Atera significa sobreviviente, y es una reversión del tema ‘Sobreviviente’ del disco “Indígena” de “MAR DE ROBLES, está aquí porque trascendió a otro estado, con otro nombre, y es en parte el protagonista de Ceremonia. Tiene relación con todos nosotros que sobrevivimos al stress diario, de la ciudad, de la sociedad, de un mundo cada vez más individualista, materialista e intolerante, donde el que más tiene es el que más vale. Es el sobreviviente mapuche, el arte, la música, el libre pensamiento.” (Larrondo)

Sunday, November 25, 2018

Los guiones abiertos de FALSOS CONEJOS




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos al nuevo trabajo fonográfico del grupo argentino FALSOS CONEJOS, un EP titulado “-_” (sí, así, un guion medio pegado a un guion bajo) El repertorio de cuatro piezas que completa este ítem no llega siquiera a completar un total de 20 minutos… ¡Pero vaya si no es bueno este disco a pesar de su brevedad! Aunque no sabíamos nada de ellos desde la publicación de su grandioso álbum “YYY en el ya lejano año 2010 (por vía del sello Viajero Inmóvil), la cosa es que este trío actualmente compuesto por el baterista Serginho Moraes , el bajista José Daniel y el guitarrista Leandro Conejo se ha mantenido muy activo en conciertos y festivales realizados en Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay a lo largo de estos años. Los cuatro temas que integran “-_” han sido grabados en una sesión en vivo realizada en abril del año 2017 en el estudio brasileño Fabrica de Sonhos (en São Paulo), donde también se hizo la mezcla. La posterior masterización tuvo lugar en el bonaerense Estudio El Árbol. Hubiésemos soñado con tener un disco nuevo de más de tres cuartos de hora de duración para el retorno de estos FALSOS CONEJOS al mercado fonográfico, pero también un EP de música rock experimental osada y atrevida viene bien. Veamos ahora los detalles de “-_”.




Durando 2 ¼ minutos, ‘-______’ abre el EP con una pulsión nerviosa contundente que está marcada por la batería en un ejercicio de furia relativamente controlada. Bajo su gobierno, las labores respectivas del bajo y la guitarra consisten en alimentar este nervio y modelar un motivo contundente mientras crean un hermanamiento permanentemente robusto. La operación de la base rítmica sigue una secuencia de Fibonacci decreciente (comenzando con la ilación de 21/4, 13/4, 8/4, 5/4, 3/4 y 2/4), lo cual constituye la base para el garbo complejo del que se alimenta la tortuosa gracilidad de la pieza en cuestión.* Tras este punto de arranque tan muscular, ‘_-_____’ sigue a continuación para crear y gestionar una ingeniería más sofisticada donde confluyen la magia del jazz-rock y la turbulencia emocional de la psicodelia bajo el arropamiento de una exuberancia inteligentemente sutil: el armazón sonoro se siente señorial sin recurrir a la fastuosidad preciosista. Aquí, el compás predominante es de 5/4 con añadidos de 6/4. ‘ __-____’, la pieza más extensa del EP con sus casi 6 minutos de duración, explora una interesante encrucijada de math-rock a lo GIRAFFES? GIRAFFES! y krautrock guitarra-céntrico a lo NEU! con ciertos matices jazz-rockeros que entran a tallar en algún interludio flotante. La amalgama ecléctica en curso integra a la perfección el desarrollo temático con sus variantes que entran a tallar: el dinamismo progresivo está muy bien plasmado en las ágiles interacciones entre los tres instrumentistas. Todo termina con ‘___-____’, pieza diseñada para potenciar el aura de ingeniosa y juguetona diversidad de grooves y esquemas musicales que signaron al ítem precedente. En todo caso, se nota que aquí se abren más espacios a la expansión de compases rítmicos inusuales (5/4, en este caso) así como a la elaboración de secciones más constreñidas. En buena parte del transcurso de ‘___-____’, la batería focaliza su labor en el asentamiento de un swing fusionesco. Sorprendiendo al oyente, la coda vira drásticamente a un ejercicio de jolgorio pulsátil muy semejante a lo que fue el vitalismo estructural del primer tema del EP, usando ahora un tempo de 7/8. Los ácidos efectos cósmicos que interfieren en los últimos instantes añaden aires de alborozado surrealismo al asunto, un recurso muy efectivo a la hora de explotar el dinamismo desatado de la coda en cuestión. 



Todo esto fue “-_”, un disco que borra las imprecisiones de los paréntesis y los cuestionamientos de los signos de interrogación respecto a la presencia del trío FALSOS CONEJOS como una fuerza creativa relevante para la vanguardia rockeras sudamericana. En este pequeño repertorio (que ojalá hubiese sido el doble o el triple de largo, como mínimo, tal como expresamos en un ansia retórica del primer párrafo) se exhibe una serie de aventuras rockeras donde los guiones se abren hacia un muy vitalista y variado horizontes de experimentaciones progresivas eclécticas. Gracias a la gente de FALSOS CONEJOS por esto... ¡y que nos brinden cosas nuevas lo más pronto posible!


[Gracias a Xanvic Sanc por facilitarnos una de las fotos que ilustran esta reseña: va dedicada a él.]

* Agradecemos a la gente de FALSOS CONEJOS por facilitarnos información técnica sobre los núcleos rítmicos utilizados para los temas de este fabuloso EP.

Thursday, November 22, 2018

OVRFWRD: el rock progresivo como manifiesto democrático



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos el nuevo trabajo de estudio de los estadounidenses OVRFWRD, el mismo que se titula “Blurring The Lines... A Democracy Manifest” y acaba de ser publicado por el sello Rock Slacks Music, más exactamente, en el penúltimo día del pasado mes de setiembre. El ensamble conformado por Rikki Davenport [batería y percusión], Kyle Lund [bajo], Mark Ilaug [guitarras] y Chris Malmgren [teclados] ha decidido prooyectar una maduración estilística de su propia voz progresiva realizando labores creativas por tres frentes: el refuerzo preciosista de su faceta más aguerrida; el manejo menos ostentosos de los recursos de complejidad atmosférica y arquitecturas rítmicas; la incorporación de aires más sistemáticamente eclécticos en base al empleo importante de estratagemas jazz-rockeras y fusionescas. ¿No será que los OVRFWRD estaban focalizando sus mentes y espíritus en la misión conjunta de realizar su mejor álbum hasta la fecha? No responderemos ahora a esta pregunta que nos volveremos a formular en el párrafo final de la presente reseña, pero sí diremos que lo que escuchamos en “Blurring The Lines... A Democracy Manifest” resulta ser una de las manifiestos más contundentes de inspiración progresiva que han emergido en el escenario estadounidense a lo largo del presente año 2018 (ya metido en su recta final). Lo que hace unos meses disfrutamos en su disco en vivo “Occupations Of Inhabited Space” era la labor de un ensamble que hacía una fiesta en honor a su actual estado de gracia creativo. Bueno, centremos ahora nuestra atención y nuestros oídos a los detalles de “Blurring The Lines... A Democracy Manifest”, ¿vale?


Ocupando un espacio de casi 7 ¼ minutos, ‘Wretch’ inicia el disco en clave ceremoniosa con ciertos matices sombríos que se se van sembrando en el camino, pero siempre manteniendo una sobria agilidad a través del persistente medio tiempo en 6/8. La guitarra se decide exclusivamente por lo lírico mientras que los teclados se desdoblan en agresivas bases armónicas de órgano y gráciles solo de sintetizador. En bloque, lo que suena parece un híbrido entre KARMACANIC, MAGELLAN y los GENESIS de la segunda mitad de los 70s. Sigue a continuación ‘Return To Splendor’, una pieza mucho más aguerrida y extrovertida, además de ostentar una atmósfera más fastuosa a lo largo de su pesadez rockera. El esquema rítmico oscila entre un metal lánguido y un jazz-rock de tenor funky con bastante marcha: es el punto de equilibrio entre el paradigma de LIQUID TENSION EXPERIMENT y los DREAM THEATER de la fase 1999-2005. A mitad de camino, todo se detiene sobre una cortina etérea de sintetizador para que unas románticas escalas de piano y unos sutiles fraseos de guitarra inauguren una nueva sección que emerge envuelta bajo un manto de estilizado misterio, el mismo que se va quebrantando mientras el cuarteto resuelve un bien esquematizado crescendo heavy-progresivo. Un cénit decisivo del disco, sin duda. La miniatura ‘Kilauea’ consiste en un solo de guitarra acústica cuya calidez lírica tiene mucho de pastoral: el matrimonio perfecto de STEVE MORSE y ANTHONY PHILLIPS. ‘The Trappers Daughter’ se desarrolla dentro de una fluida combinación de jazz-rock, prog de tintes pesados y ornamentos electrónicos de inspiración industrial: ahora la banda se pasea cómodamente por los terrenos de PORCUPINE TREE y LEPROUS mientras le da varias vueltas al sencillo jam básico dejando que el mismo vigor grupal sirva como recurso de sofisticación. La coda acústica nos toma de sorpresa, queriendo retratar sónicamente lo que queda del paisaje tras el paso de una fuerza natural rotunda y contundente. ‘Forbidden Valley Opiate’ es una de las piezas con mayor gancho del disco, volviendo de lleno al sendero del prog-metal mientras ornamenta el desarrollo temático con trucos preciosistas de talante sinfónico. Su claridad melódica tiene mucho de envolvente aún cuando está empapado del vigor expresivo tan recurrente en el esquema de trabajo de la banda, y esa misma claridad hace sentir convincentemente sus vibraciones refinadas. La hermandad con ‘Return To Splendor’ es evidente, así como los resabios del vibrante eclecticismo que los OVRFWRD mostraron fehacientemente en sus dos primeros álbumes (en especial, el segundo). 

Siendo la pieza más extensa del álbum con sus 8 minutos de duración, ‘Cosmic Pillow’ se inicia con una peculiar exploración de atmósferas fusionescas con el masivo empleo de sitar y tablas para la primera sección, una primera sección serena e introvertida que preserva una suerte de espiritualidad expectante. Luego, para las dos siguientes secciones, la banda recurre a las variantes más aguerridas de su visión progresiva, comenzando con un vivaz ejercicio de jazz-rock remodelado con tonalidades pesadas sobre un compás moderadamente complejo, y terminando con una excursión aguerrida que guía al parsimonioso jam final hacia una ambientación arrolladoramente dramática. Otro cénit del disco. La dupla de ‘Another Afterthought’ y ‘Handful Of Infinity’ se hace cargo de extender los recursos estilísticos que la banda va recreando a lo largo del camino. En el caso del primero de estos temas mencionados, el grupo elabora una expedición sinfónica ágil y colorida en una primera instancia para luego desviarse hacia una pletórica combinación de heavy prog y post-rock bajo un ropaje psicodélico. Por su parte, ‘Handful Of Infinity’ se concentra en lo sinfónico mientras despliega una cándida luminosidad melódica en su núcleo temático. No faltan las demostraciones de vigor rockero pero la calidez es lo predominante aquí. ‘Taiga’ se caracteriza por una gracilidad que se sitúa a medio camino entre lo sinfónico y lo cósmico, incluyéndose también aspectos de esa sutileza lánguida y entrañable que es parte esencial de las modalidades más amables del post-rock. Las orquestaciones de los teclados son relevantes para crear el escenario donde puedan lucirse las calculadamente sobrias líneas solistas de la guitarra. Con el arribo de ‘Mother Tongue’ llegamos a un tercer punto culminante del disco. Marcado por su estilizada pesadez estructural y su vitamínica robustez a través de su confluencia de prog-metal y jazz-rock, este tema cuenta con una ingeniería suficientemente sólida para que sus varios motivos y atmósferas se engarcen equilibradamente. Muy bien aprovechados sus 7 ¼ minutos de duración. 


Nos acercamos al final del repertorio de la breve ‘Wretch Reprise’, cuyas vibraciones plácidas preparan el terreno para la última pieza, titulada ‘Usul’. Ésta se orienta hacia un clima sereno e introvertido en una primera instancia, no muy lejos del paradigma Floydiano, pero más adelante remodela la serenidad persistente con una mayor fuerza de carácter, lo cual hace que la segunda sección se torne más sofisticada y pomposa. Son las bases armónicas del piano y las ominosas capas de los teclados los que ocupan el rol protagónico dentro del bien afiatado entramado instrumental. Fueron 54 ¼ minutos de estupendas y ambiciosas musicalidades progresivas desde donde se muestra no solo el nivel de pudiente veteranía del que gozan los OVRFWRD sino también las auténticas ganas de seguir enriqueciendo el motor de paradigma sónico. “Blurring The Lines... A Democracy Manifest” es un genuino manifiesto del nivel de madurez estilística que este talentoso colectivo ha concretado por vía del refrescamiento de sus propios conceptos de la música progresiva. ¿Será éste su mejor disco hasta la fecha? Nos atrevemos a decir que sí, un sí rotundo que conlleva que recomendemos este disco al 100%. ¡Gracias a la gente de OVRFWRD por esto!



Muestras de “Blurring The Lines... A Democracy Manifest”.-
The Trapper’s Daughter: https://www.youtube.com/watch?v=0E7iqNXYC1U


Tuesday, November 20, 2018

Un par de cuentos eternos de IQ: uno de 1983, otro de 1993


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se nos antoja repasar dos momentos distintos pero igualmente relevantes dentro de la larga historia de IQ, uno de los grupos más imperiales de eso que se dio por llamar rock neo-progresivo (léase, rock progresivo sinfónico con sensibilidades más frescas inspiradas por el espíritu de las nuevas movidas del rock que tenían lugar desde fines de los 70s en el underground británico). Nos referimos a los momentos de “Tales From The Lush Attic” y “Ever”, discos que en este año 2018 cumplen 35 y 25 años de edad, respectivamente. Bautizado a partir de un término psicológico (Holmes empezó a estudiar la carrera pero no duró muchos años su vida académica), el grupo IQ se formó a mediados de 1981 cuando el guitarrista Mike Holmes y el teclista Martin Orford decidieron disolver el cuarteto instrumental THE LENS para hacer un grupo progresivo que diera más espacio a temas cantados. El primero en incorporarse a este proyecto naciente fue el bajista Tim Esau, quien también era dueño de un equipo de grabación. El segundo en unirse fue el baterista Mark Ridout, pero él dejó al poco tiempo el grupo para ser reemplazado por Paul Cook. A los pocos meses, Peter Nicholls entró a IQ (procedente de la banda de rock experimental THE SAME CURTAIN). Juntando temas ya grabados por el aún cuarteto con los hechos por el quinteto definitivo (incluyendo la balada ‘For The Taking’ que trajo Nicholls de su grupo anterior), el grupo publicó de forma independiente su primera grabación oficial: la casete “Seven Stories Into Eight”, que data de la segunda mitad de 1982. Bien es verdad que Holmes y Nicholls se conocían desde antes, más exactamente, la fila para entrar a un concierto de GENESIS durante la gira promocional de su entonces nuevo disco “A Trick Of The Tail”, ese crucial primer disco sin Peter Gabriel. También formó parte de esa experiencia de camaradería un tal Niall Hayden, siendo así que Hayden y Holmes pronto formarían un grupo instrumental llamado THE GILN al inicio, rebautizado pronto como THE LENS. No entraremos en más detalles sobre la trayectoria de THE LENS pero sí diremos que el teclista original fue reemplazado por un tal Martin Orford, ese Orford que por muchos años será socio de Holmes. El hecho es que en la época de este casete de debut ya estaba completada la primera alineación clásica de IQ: Peter Nicholls al canto; Mike Holmes a las guitarras; Tim Esau al bajo, los pedales bajos y los coros; Martin Orford a los teclados y los coros; y Paul Cook a la batería.


  

El primer gran paso adelante para IQ tenía que ser la grabación de un LP por parte de un sello más o menos importante... o como sea, un LP, así de simple. La oportunidad para ello surgió cuando nuestros jóvenes cinco mosqueteros vieron un anuncio en la prensa musical a mediados de 1983: la ganga de grabar durante 5 días en los Flame Studios un disco a ser masterizado en el prestigioso Abbey Road Studio y con 1000 ejemplares del vinilo, todo ello por 1,500 libras esterlinas. Era una ganga, en verdad que sí, pero incluso esa cantidad estaba fuera del alcance de los bolsillos de los cinco integrantes del grupo, por lo que el padre del baterista Paul Cook les prestó la susodicha suma. Un gesto de generosidad que le hizo  merecedor del ejemplar 001 cuando el álbum saliera al mercado. El título “Tales From The Lush Attic” provino de una breve lluvia de ideas entre Nicholls, Holmes y Orford (aunque Nicholls, siendo el cantante y letrista ya exclusivo de la banda, pensaba que eso del título del álbum era parte de su función dentro de la banda, pero como él había puesto el título a la casete de debut, algunos de sus compañeros querrían ahora compartir esa responsabilidad nominativa). Nicholls gustaba de la palabra attic por el tipo de atmósfera relajante y, a la vez, claustrofóbica que emanaba, Orford gustaba del sonido de la palabra lush y Holmes añadió tales porque se enfatizaba el hecho de que cada canción narraba un evento particular. ¿Dóndo tuvo lugar esta crucial lluvia de ideas? Según Nicholls, fue en el apartamento que cuatro integrantes del quinteto compartían, pero Esau asegura que fue durante un viaje en coche y Holmes señala que más bien fue en la trastienda de un local donde acababan de dar un concierto. ¡Un misterio irresoluble que se perdió en la niebla del tiempo! El arte gráfica fue realizado por Nicholls, quien, como vocalista, también se hizo cargo de todas las letras. Las sesiones de grabación para las cinco piezas que conformaban “Tales From The Lush Attic” tuvieron lugar entre el 2 y el 5 de agosto de 1983, dejando el quinto día (lunes 8) para la mezcla inicial. El principal ingeniero de sonido no compartía el entusiasmo de los Sres. Nicholls, Holmes, Orford, Esau y Cook, quienes habían asumido la labor de producir el álbum por sí mismos: el ingeniero en cuestión, llamado Mel Simpson, les preguntó en una ocasión si estaban seguros de que querían 1000 ejemplares de ese álbum al cual él no le veía buen futuro. Tal vez fue su falta de entusiasmo lo que le hizo cometer el muy imprudente error de borrar unos cinco segundos del solo de sintetizador que duplicaba el penúltimo solo de guitarra previo a la última parte cantada de la suite que daba inicio al álbum. Orford aún recuerda con irritación lo que le dijo Simpson cuando le advirtió sobre la necesidad de reparar ese vacío: “¡No es algo tan importante!” En fin...

   

Más entrañable es la anécdota de llevar las cintas de grabación a los estudios Abbey Road: Holmes y Esau fueron los dos únicos integrantes que fueron a observar por un rato el proceso de masterización. Holmes, futuro ingeniero de sonido oficial del grupo, pensaba entonces muy ingenuamente que eso de masterizar un álbum consistía simplemente en llevar los archivos de un audio de un formato a otro. La cosa, al fin y al cabo, es que “Tales From The Lush Attic” salió al mercado en la segunda mitad de setiembre de ese año 1983 por vía del sello Major Record Company, un nombre ficticio inventado por el grupo en alusión a un chiste que ellos contaban de que no grabarían un disco a menos que fuese producido por un gran (major) sello fonográfico. Lo mejor del chiste es algo que no estaba en manos de la gente de IQ: ya existía una Major Record Company, la cual notificó a la banda que no podía seguir usando el nombre que su (supuesto) sello fonográfico tenía so pena de ser encausados en un juicio por plagio del nombre. En consecuencia, la segunda prensa de edición del disco pasó a manos  de otro sello ficticio, esta vez bautizado como The Classic One-Shoe Record Label. Una segunda edición del LP hecha por esta modalidad al año siguiente cambió el borde azul de la portada original por otro rojo granate, siendo ésta la imagen que utilizó el sello MSI cuando este disco tuvo su primera edición en CD. (Muchos conocimos a IQ por el CD de este borde rojo granate.) La gente de IQ reservó la fecha del 15 de setiembre en su primer concierto como cabeza de cartel en el Marquee Club pensando que ya contarían con los discos para la venta (excepto el ejemplar 001, ya reservado para el padre de Cook)... Bueno, los discos estaban allí pero las portadas y las hojas con las letras no, así que con un poco de vergüenza, se tuvo que vender los ejemplares a los fans asistentes con un tíquet y una lista de nombres para que cada comprador de ese día tuviese asegurada su portada correspondiente días después. Más allá de la frustración de este incompleto detalle, el concierto fue un éxito con un lleno total del local: era un hecho que el grupo ganaba cada vez más adeptos en el underground londinense (Kerrang!, Sounds, Music, Due South). Las reseñas fueron mayormente positivas, aunque también es verdad que casi todas ellas fueron un tanto críticas con respecto al estilo vocal de Nicholls, lo cual le hizo desmoralizarse un poco: “En aquel entonces aún estaba tratando de encontrar mi propia voz y no me sentó muy bien ser ciritcado así en la prensa escrita.” Pero bueno, hoy por hoy, es uno de los frontmen más apreciados del rock progresivo de las últimas décadas, así que ya tiene un buen renombre asegurado desde hace muchos años.


Veamos ahora los detalles del repertorio de este ítem. Casi todo el lado A del disco debut está ocupado por la suite ‘The Last Human Gateway’, una ambiciosa y dramática oda a la tragedia de ser inmortal de un hombre que experimenta en carne propia la aburrida agonía de no poder vivir plenamente con la complementación dialéctica de la muerte. Un relativamente largo pasaje de efectos de viento ayudan a motivar en nuestras mentes la imagen de un alma solitaria en un universo que no sabe cómo acogerla, siendo así que dicha imagen se refuerza con la instauración de la primera sección bajo la guía de las flautas mellotrónicas y el sintetizador de cuerdas. Una vez que llegamos a un puente en 7/8 con un swing enérgico, Nicholls proclama la mezcla de adrenalina y desesperación que emerge de las eternas pulsaciones de la inmortalidad (My blood gone black and down to dust, / So save my soul or let me die. / I’m still alive… / I’m still alive!). La segunda sección impone su vigor rotundo sobre un complejo armazón rítmico desde el cual los esquemas musicales de los guitarreos y las múltiples funciones de los teclados edifican una elegante tormenta épica de pura esencia progresiva. Tras un puente etéreo de claros matices cósmicos surge la tercera sección en clave de balada donde impera el modelo Genesiano; Nicholls explora la dimensión más vulnerable de su canto mientras las armonías y cortinas de los sintetizadores y el mellotrón marcan la pauta general del bloque instrumental. La cuarta sección nos devuelve a la tensión rockera, primero con un pasaje cantado donde predominan atmósferas góticas sobre una belicosas cadencia de talante marcial, y luego con una larga sección instrumental donde el grupo vuelve a exorcizar sus fantasmas Genesianos, esta vez con toques extra del paradigma de CAMEL. El camino hacia el culmen neurótico y furioso de esta sección es llevado ágilmente hacia la apertura de la quinta y última sección. Ésta retoma la base melódica de la primera pero esta vez con un magnífico acento épico donde la majestuosidad del largo solo de guitarra aporta una prolongación instrumental de las últimas reflexiones resignadas que canta Nicholls: “I set the silhouette that leaves me scarred. / Lost my condition from the perfect star. / I caught the fire, can’t help but see / There’s none to carry on. / I knew these plains before the world was mine. / With no escape in mind, I’ll be resigned. / Inside alone, I know for sure / The future’s all gone.” El esplendor majestuoso del bloque instrumental que se va evaporando en camino hacia el fade-out es prácticamente un homenaje al cierre de ese gran clásico del rock progresivo de los 70s que es la suite de GENESIS ‘Supper’s Ready.


  

‘Through The Corridors (Oh! Shit Me)’ suena a una canción típica del post-punk y la new wave (como una cruza entre THE PSYCHEDELIC FURS y THE STRANGLERS) con añadidos ornamentos y solos de sintetizador de tenor sinfónico al modo de unos GENESIS tratando de emular a THE DAMNED de la época 1980-82. Tocando el no muy agradable tema de la pedofilia con un espíritu de cruel sátira, esta canción que apenas sobrepasa los 2 ½ minutos de duración se encarga de establecer una contraparte a la maratónica sofisticación de la suite de apertura. El lado B del vinilo comienza con la estupenda y vibrante canción ‘Awake And Nervous’, una oda a la ansiosa agitación mezclada con agotamiento que siente el músico de rock cuando está terminando la última canción de un concierto. La letra de Nicholls refleja genialmente ese pletórico malestar (o incómoda bendición, si se quiere) en líneas como “With panache I keep a-crashing / Through the sky, / No compassion have I” y Through the pandemonium, / My heart is beating like a drum. / Barricaded in here, / crawling’s getting creepier. / With my head in my hands, / all the heaven in my heart. Las frases finales son directas: “Get me out of here, let me get away / Let me out of here, let me go today.” Lo paradójico es que muchas veces la banda escogía esta canción para iniciar los conciertos y solo unas pocas veces aparecía al final. La verdad que se trata de una canción con muchísimo gancho a despecho de su duración de 7 ¾ minutos y su utilización principal del compás en 7/8. Mientras el fade-out se encapsula bajo una capa minimalista de sintetizador se abre la puerta a una bella sonata de piano de cola compuesta por Orford, la cual responde al estrambótico título de ‘My Baby Treats Me Right ‘Cos I’m A Hard Lovin’ Man All Night Long’. La razón de este título tan sexista se debe a una intención que tenía Orford al respecto: primero, quería evitar ponerle un título pretencioso con una palabra académica (sonata, claro de luna, ese tipo de cosas); segundo, quería poner un título realmente pedestre que parodiara las pretensiones donjuanescas que grupos como WHITESNAKE y DR. FEELGOOD parecían tomarse muy en serio con ridícula autocomplacencia en las letras y títulos de sus canciones. Bueno, esta pieza no tiene nada de ridículo ni burdo: los efluvios del piano fluyen cuales ondas de agua en una noche agitada que no llega a ser tormentosa. 


El disco cierra a lo grande con otra suite, esta vez de poco menos de 14 minutos de duración: ‘The Enemy Smacks’. Las escalas de órgano iniciales encajan a la perfección con la última nota de íano que suena en el breve interludio precedente. Se trata de uno de los ítems más teatrales que haya  compuesto jamás la  gente de IQ, sirviendo como el pretexto ideal para que Nicholls interprete frente a la galería las tres fases del drogadicto que se hunde cada vez más en su adicción a la heroína: el periodo de los primeros experimentos, con una cuerda atada al brazo y besándola esporádicamente; el del avanzado deterioro, con una chaqueta y una máscara blancas, ostentando un lenguaje corporal lánguido y pasivo; el de la fatal sobredosis que lleva a la muerte, con la misma máscara blanca y una capa negra que llega a cubrir la cabeza. Lo mejor de la letra, según nos parece, está en la segunda sección cantada: “Here in my rocking-horse house, / I keep the curtains drawn. / Inside my little head, / I hear them screaming out my name. / Here in my rocking-horse room, / I keep my eyes shut tight. / Inside my peeping-holes, / I know that if they're empty I can sleep.” Como es de suponer, hay varios pasajes melódicos a cargo de los instrumentistas, jugando con diversos y complejos parámetros rítmicos, pasando desde lo frenético hasta lo tenebroso, a veces coqueteando con el heavy metal y en algún momento instaurando un groove blues-rockero de talante psicodélico. La sección final que se abre con rotundo filo rockero tras las últimas palabras que emite Nicholls (“Here comes the enemy, the beast in me, / Alive a little more. / On my hard shoulder, The warning goes deeper than before. / I still got second sight. / I still can see at night.) ostentan una cadencia acalambrada y cortante muy funcional para las emulaciones de los fatídicos estertores agonizantes de la víctima de sobredosis que actuaba Nicholls sobre el escenario. ¡Qué tal final de disco!... Y de hecho, es nuestra canción favorita de este disco de debut. La reedición por el 30mo aniversario de “Tales From The Lush Attic” incluye una versión nueva (del año 2012) de la balada pastoral ‘Wintertell’, la cual había sido compuesta por Nicholls y Holmes para ser incluida en el álbum como puente entre ‘Awake And Nervous’ y ‘The Enemy Smacks’ pero la pieza escogida para esa función fue la sonata de piano mencionada en el párrafo anterior. Según palabras de Orford, la balada en cuestión todavía estaba en estado primigenio y no iba bien con el estilo general del disco, mientras que su composición era una entidad ya finiquitada, tenía una esencia sinfónica y acababa con el mismo acorde que daba inicio a ‘The Enemy Smacks’. Nicholls, por su parte, defiende a la canción y rechaza el reproche de que era demasiado personal para que su presencia tuviese sentido dentro del disco, pues también un solo de piano de parte de un único integrante del grupo también es un asunto personal. Pero bueno... ¿qué tal si ponemos aquí un fragmento de su entrañable letra? “Both out of words and out of hope, / Another day exactly like I’ve come to know. / So nervously I close my eyes / In hoping, when I open them, that she’ll be gone. / For well she knows I can’t give in to sorrow, / I wait for a chance to be letting her know, / I love her enough to be letting her go.” Todo un poeta Peter Nicholls.  


Por la maqueta de ‘Wintertell’ que conocemos por el recopilatorio de rarezas “The Lost Attic”, podemos decir que esta bella y cálida canción estaba todavía en estado primitivo; podemos considerar a esta versión del 2012, que además de canto y guitarra acústica, incluye unos primaverales ornamentos de teclado y unos gráciles aportes de guitarra eléctrica, que por fin encontró su esencia  definitiva. En esta reedición de 30mo aniversario que hemos mencionado, también hallamos la versión rescatada de la primera versión de la sección final de ‘The Last Human Gateway’, una maqueta parcial de la electrizante canción ‘Just Changing Hands’ y lo mismo para ‘Dans Le Parc Du Château Noir’. No solo eso, también hay un DVD donde encontramos la mezcla original del LP (con fallas incluidas como, por ejemplo, el borrado de una parte del solo de sintetizador en la sección penúltima de ‘The Last Human Gateway’), el vídeo del concierto en el Zoetermeer (23 de octubre de 2011) donde el grupo toca el disco íntegro (ya con la formación que incluye a Neil Durant en la labor de teclista), la casete original de “Seven Stories Into Eight” (sí, ese ítem de 1982), más algunos ítems registrados durante las sesiones de grabación del primer LP. Dos de ellos son los ensayos respectivos para la primera versión completa de ‘The Last Human Gateway’ y la de ‘The Enemy Smacks’, así como un par de interludios instrumentales que quedaron sin utilizarse. Y bien, lo que sigue entre 1983 y 1991 es historia conocida: el grupo logra concretar en el año 1985 su segundo LP de estudio “The Wake”, todo un triunfo artístico que no llega a celebrarse apropiadamente en las Navidades de ese año pues para entonces el grupo tenía en sus filas a un nuevo frontman llamado Paul Menel. Con los nuevos aires que trae este señor, el mayor poder creativo que tiene Esau y las presiones del sello fonográfico, IQ se convierte momentáneamente en un grupo esquizoide atrapado entre un pop-rock glamoroso y ciertos resistentes rezagos del rock progresivo inicial, algo así como unos GENESIS atrapados entre el paradigma de “Abacab” y el de “And Then There Were Three”, con algunos guiños a los RUSH de los 80s. Así las cosas, se gesta un par de álbumes que son “Nomzamo” (1987) y “Are You Sitting Comfortably?” (1989). Con las presiones de unos envalentonados Holmes y Orford por volver a las raíces progresivas del grupo y la aún mayor presión que el grupo padecía al no gozar del apoyo necesario de parte del sello Phonogram, Tim Esau y Menel deciden abandonar el barco tras concluir la gira de promoción del segundo disco antes mencionado. Sin mayores recursos económicos y con la sensación de no contar con más energías para seguir adelante como un grupo renacido al ideal del rock progresivo con miras a la inminente década de los 90s, IQ, como cuarteto y con el reclutamiento de Les Ledge” Marshall al bajo (amigo de toda la vida y ocasional integrante de THE LENS), decide hacer unos conciertos especiales con Orford al canto y, además, con la participación especial de Peter Nicholls para las tres últimas canciones del último de estos conciertos. Como se puede suponer, este último evento generó una locura gozosa en el público, aunque en la mente de Nicholls, se trataba solamente de su despedida del mundo de la música (tras la disolución de NIADEM’S GHOST, el cuarteto post-punk que formó tras salir de IQ). La despedida se prolongó un poco más cuando IQ fue invitado a abrir para MAGMA en Le Cigale de París, el 22 de febrero de 1990: primer concierto de IQ con Nicholls al frente en la Europa Continental ante un público muy receptivo. ¿Qué más podía pedir Nicholls para su última jornada como rockero?... Pero, ¿realmente sería su última jornada? 



Bueno, a los pocos días de que sucediera esto, empezó a surgir en las cabezas de los cuatro instrumentistas la idea de resucitar IQ como entidad progresiva y empujar el carro por esa dirección mientras empezaban a componer nuevo material y pensar en organizar audiciones para el sucesor de Paul Menel. Pero un suceso tan lamentable como la muerte de Marshall (según parece, por suicidio) no hizo sino aumentar las ganas de concretar esta resurrección progresiva; la mala onda comunal que había empujado a Nicholls a abandonar el barco a mediados de 1985 quedaba reducida a cero, por lo que había ganas para hacer todo esto y, prácticamente sin ningún debate ni ninguna negociación, quedaba claro que IQ debía seguir adelante y lo tenía que hacer con Nicholls como reemplazante de su propio reemplazante. Ya para ese tiempo, el bajista John Jowitt era un conocido de la banda en tanto que su grupo ARK había teloneado a IQ un puñado de veces: él era un ferviente fan de la banda y se había comunicado con ellos para averiguar si necesitaban un bajista, por lo que las fichas estaban completas cuando ingresó al grupo. Ni siquiera se hizo una audición propiamente dicha: simplemente acordaron todos juntarse y tocar a ver qué pasaba... y lo que pasó sonaba muy bien. Con la fundación de su propio sello Giant Electric Pea, el quinteto publicó una recopilación de rarezas titulada en falso francés “Jai Pollette d’Arnu” para financiar parte de los gastos de preproducción de lo que habrá de ser un nuevo disco. Además de la muerte de Marshall, también ocurrió la de Geoff Mann, artista amigo de la banda que dividía su vida entre el sacerdocio anglicano y la música (incluso llegó a reunirse con sus compinches de TWELFTH NIGHT para grabar un par de temas para un recopilatorio). También había fallecido el padre de Nicholls en 1989 y, durante esta etapa de reencuentro, también falleció el padre de Holmes; así las cosas, las Musas de Nicholls le inspiraban a hacer varias letras sobre el rol que cumple la muerte en el significado, los desafíos y los dramas de la vida, aunque también sobre la temporalidad y los cambios. Como en los viejos tiempos, Nicholls no solo haría las letras y se encargaría del canto, sino que también se encargaría de la parte gráfica de la portada y demás páginas del librillo del CD. “Ever” es el título apropiado para el disco: una palabra que designa el hecho de que quienes se van lo hacen para siempre, pero también que ellos dejan huellas eternas en quienes les conocieron, y cómo no, que el círculo de la vida y la muerte da vueltas por siempre sin parar. Los seis temas que conforman el disco fueron grabados en marzo de 1993 en los Parkland Studios de Hampshire Jacobs (Farnham) y en The Cutting Rooms de Manchester, teniendo lugar en el siguiente mes los procesos de mezcla (los Moles Studios de Bath) y de masterización (en Digipro, en la localidad holandesa de Soest). “Ever” salió al mercado en el 12 de junio de ese mismo año 1993, fecha que queda como el día oficial en que IQ inició su hasta ahora vigente fase de madurez definitoria. Orford añade la flauta a su arsenal de numerosos sintetizadores mientras que Holmes añade la guitarra-sintetizador Roland a su propio destacamento de guitarra eléctricas y acústicas de 6 y 12 cuerdas, mientras que el recién llegado Jowitt trae consigo sus bajos Warwick, Rickenbacker, MusicMan y Wal Fretless junto a la pedalera Moog Taurus. El grupo está decidido a elaborar y edificar un esquema sonoro masivamente pletórico con un enfoque genuinamente prog-sinfónico, aquel enfoque con el que el grupo nació.


El repertorio de este disco comienza con una frontal declaración de principios sobre lo que significa volver de lleno al sendero del rock progresivo y sostenerse sobre ese posicionamiento con orgullo y convicción: la canción  de casi 11 minutos de duración ‘The Darkest Hour’ es la perfecta encarnación musical se esa declaración de principios. Comenzando con un prólogo signado por pura polenta rockera arropada por el preciosismo de un esquema rítmico complejo y vibrantes ornamentos de sintetizador, la pieza va armando sólidamente y a paso firma la ilación de los diversos motivos que se articulan bajo una meticulosa ingeniería progresiva. Algo nuevo se nota en la poesía de Nicholls, hay un apego a un dramatismo más elaborado y un enfoque más descriptivo: “In spite of everything I recognise the end / And feel the scars that never heal. / I keep the purity, buried as I am / In an effort to conceal.”“Nothing any good ever came from me, / Thought I could run you in the ground. / What do I do, what kind of fool / Covers you like an animal?” Algo nuevo se nota también en su canto, el cual es manejado con mayor suavidad, y esto último es muy conveniente para engarzarse con los encuadres instrumentales que desarrollan sus compañeros de viaje. Se nota que este IQ no solo está resucitado sino también totalmente maduro, dispuesto a volar hacia las más elevadas alturas del arte del rock, haciéndose mejor en vez de decaer con el paso de los años. Se nota en el estilo de Jowitt que el bajo tiene una musculatura nueva dentro del sonido grupal; incluso la sección intermedia con tempo predominante de 10/8 fue su primer aporte compositivo al canon de IQ. El epílogo, de envolvente tenor melancólico, se sostiene sobre el canto y los teclados para redondear a plenitud la arquitectura de claridad melódica que se ha venido desplegando: aquí se combina la imagen de un silencioso respetuoso con esa otra de una reflexión solitaria que uno hace al encarar el fin de su mundo. “Another day leads me on and I will follow. / Whatever it takes now, I’ll do if it’s over. / And he won’t hurt me now, I know, / When I’m losing all the power, / And he won’t hurt me now / In this darkest hour.” 

  

La segunda canción es ‘Fading Senses’ y cuenta con dos secciones respectivamente tituladas ‘After All’ y ‘Fading Senses’: su temática es claramente funeraria – “After all the days of fading senses / This has taken more than I had to give. / If we face the one we’ve been avoiding / And I’m out of all control again, Let me go.” La primera sección es cantada y se sustenta sobre un etéreo armazón de teclados, guitarra de 12 cuerdas y bajo sin trastes, retratando solventemente el aire de triste expectativa que rodea a las últimas horas de vida de un ser querido. La segunda sección es un bello estándar instrumental sobre un medio tiempo que nos remite por igual a los modelos del CAMEL de fines de los 70s y al PINK FLOYD de la época post-1983. ‘Out Of Nowhere’ es la canción más marchosa del disco, de hecho, se puede decir que es la que más muestra la dimensión pop que juega un rol secundario pero patente dentro del ideario musical de IQ. Eso sí, los quiebres rítmicos no están ausentes aquí con esos ornamentos ocasionales en 7/8 que tienen lugar en algunos interludios estratégicos. La personalidad celebratoria del disco refleja el empuje por vivir en medio de todas las pruebas y peligros que la vida tan desafiantemente nos ofrece a cada momento. La guitarra es la dueña de todos los solos y no son precisamente muy pirotécnicos pues la idea es mantener de principio a fin un talante de ágil ligereza. Por el contrario, ‘Further Away’ – la canción más extensa del disco con sus 14 ½ minutos de duración – nos muestra las aristas más graves y solemnes del disco.* Con una letra inspirada en la clásica novela Cumbres borrascosas de EMILY BRONTË (publicada por primera vez en 1847 bajo el seudónimo de ELLIS BELL), el grupo comienza la obra con un prólogo ingrávido de matices otoñales (con añadidos ornamentos de flauta), pasando luego a un ambicioso y prolongado pasaje rockero cargado de gran fragor emocional y sostenido mayormente sobre un compás de 12/8; luego sigue un interludio donde se vuelve a una etérea gracilidad, esta vez combinando lo otoñal con lo luminoso, para finalmente aterrizar en un epílogo donde el candor y la pasión se asocian en una emoción de exaltación del amor como una fuerza revitalizada más allá de la vida terrenal. “Go wherever you can be / And live for the day, / It’s only wear and tear. / Doesn’t matter anymore, / If I’m losing you / You’re always everywhere […] What have they done? / Stay with me! / Can you say where you are? / I’ll be there, I’ll do it, just tell me, / I’ll never let go.”


Una suite tremenda tenemos en ‘Further Away’, no nos cabe duda alguna sobre ello. Los solos de guitarra y de sintetizador ocupan sus respectivos lugares con gracia y distinción. Por su parte, Nicholls nos regala más de su esplendorosa poesía: “Tension seekers and public speakers defend / These they have come to judge. / Seasoned liars and false Messiahs descend / To lay on the feeling touch / And I’ve seen too much / Day by day and I don’t know why. / After all, don’t we matter the same?”“I was the first in that sinister bed, / Closing the shutters and cutting the thread. / Shackled and fettered I know who you are, / Bleeding the heart and the mind as the rivers run red. / Somebody said «Here is Hell».” La emoción desgarrada y sofisticada con que nos ha dejado esta canción adquiere un matiz más contemplativo en la penúltima canción del álbum, la cual se titula ‘Leap Of Faith’ y tiene una temática centrada  en el ciclo de vida y muerte que marca la vida de los seres humanos de generación en generación. Una muestra de la letra ilustran esta noción: “I can see something in that smile, / In the way they play. / They're passing down the line, / Opening the tears and the emptiness. / No danger signs, / Features unrecognised until now.”“Time enough when old sensations / Won't remind anymore. / Unaware of all the children, / Running rings without a care, / Joining in their games.” No ocultaremos que se trata de nuestra canción favorita de “Ever” (y de todo el catálogo histórico de la banda) pues es aquí donde las ideas musicales llegan a la máxima expresión de belleza estilizada, la misma que es transportada hacia un peculiar culmen de especificaciones sinfónicas en el extenso epílogo instrumental: éste acoge uno de los más intensos diálogos entre guitarra y sintetizador que haya compuesto jamás la dupla de Holmes y Orford, todo ello mientras la dupla rítmica trabaja un groove fluidamente llevadero sobre una natural ilación de compases inusuales. Engarzado con el final de ‘Leap Of Faith’ está el tema que cierra el disco: la balada en clave Cameliano-Genesiana ‘Came Down’. Esta canción llanamente orientada hacia una emotividad vulnerable se maneja con bastante sobriedad en sus arreglos instrumentales, logrando que la expresividad rockera del momento se constriña a la sencillez de las cavilaciones existencialistas expuestas en la letra. Desde la guitarra se dirige la esencia melódica del cuerpo central recurrente mientras los teclados arman bases y orquestaciones comedidas. El camino hacia el fade-out logra, en simultáneo, exponer una aura de liviano distanciamiento una vez que terminan de resonar las últimas palabras de Nicholls, y un repique de tersa melancolía convertida en silenciosa contemplación. El aire de duelo que atravesó a todo el disco transita ahora, en su punto final, por el sendero de la serena resignación.


La gira de promoción para “Ever” fue un éxito satisfactorio para los patrones de IQ, incluyendo su primera actuación en escenarios norteamericanos con su participación en el Progfest de 1993 (29 de mayo, en la Royce Hall de la UCLA). Además, el grupo estaba con todas las ganas del mundo para registrar un documento en vivo de esta gira, el cual se publicó tanto en vídeo de VHS como en CD doble bajo el título de “Forever Live”; la publicación tuvo lugar en abril de 1996. El concierto aquí registrado tuvo lugar en la Stadthalleel de la localidad germana de Cléveris, en el 12 de junio de 1993. Tras una pista introductoria de capas cósmico-sinfónicas de múltiples sintetizadores, el grupo da inicio al concierto con una vibrante versión de ‘The Wake’: nada mejor que una canción enérgica y no muy larga para demostrar al mundo que el grupo, a pesar de ser más viejo que a inicios de los 80s, tiene tanta  o más vitalidad que antes. Entre los muchos momentos álgidos y cimas contundentes que emergieron durante el evento están la magia de ‘Widows Peak’ y ‘Headlong’, la evocativa belleza de ‘Leap Of Faith’ y el colorido majestuoso de ‘The Darkest Hour. En el caso particular de ‘Headlong’ tenemos la idea elaborada por Orford de hacer un pequeño preludio a la parte cantada inicial, un detalle pequeño que tiene el poder de realzar en proporciones geométricas al hechizo tan particular que tiene el núcleo melódico de este vibrante himno a la reencarnación. Para ‘Leap Of Faith’, dado que el grupo no tenía en mente engarzarla con la canción que la sucede en el repertorio del entonces nuevo disco, el grupo creó una estupenda coda en 7/8 que permite a la ya de por sí fastuosa sección instrumental que ocupa toda su segunda mitad adquirir dosis extra de color y de músculo. Como dignos homenajes a la época de Paul Menel, el grupo también incluye en el repertorio las canciones ‘Human Nature’ y ‘Nostalgia’ / Falling Apart At The Seams’. Por supuesto, la ejecución de ‘The Enemy Smacks’ no solo hace lucir su dramatismo musical innato sino también la turbadora teatralización heroinómana de Nicholls con su canto, sus gestos y sus disfraces: el momento de mayor esplendor expresionista en todo el concierto no puede sino ser ocasión para la primera despedida. Es justamente ‘Headlong’ la canción elegida para iniciar el bis, la reencarnación tras la fatalidad compulsiva y desgarrada. Como la filmación de la última canción de la noche, a la sazón, ‘No Love Lost’, no salió del todo bien, solo aparece en el CD doble. “Forever Live” tuvo su reedición como doble CD en el año 2005 por vía del sello alemán InsideOut Music, y dos años más tarde, como doble DVD por vía de Giant Electric Pea. 


   

Volviendo al caso de “Ever”, a inicios de octubre de este mismo año 2018, el grupo publicó una reedición especial de 25to aniversario de “Ever” con doble CD y un DVD a inicios del pasado mes de octubre. El primer CD incluye una versión remezclada del repertorio original más una selección de solos que no entraron en la versión final de ‘Came Down’ y ‘Lost In Paradise’, una versión reducida y remodelada de ‘The Darkest Hour’ que ya había aparecido en el CD promocional de la gira de Frequency” (el noveno álbum de estudio de la banda). La labor de remezcla permite realzar algunas partes de guitarra acústica en un par de canciones  así como reforzar la presencia del bajo de Jowitt en todas. También hay algunos efectos especiales añadidos (como por ejemplo, un breve soliloquio en la mitad de la segunda canción y ovaciones del público en la tercera) El segundo CD incluye canciones grabadas en el concierto del 10 de febrero de este año 2018 en el Colos-Saal de Aschaffenburg, Alemania, por motivo de su 25to aniversario, como es evidente; la alineación activa es la de Mike Holmes, Paul Cook, Peter Nicholls, Neil Durant y Tim Esau. El orden del repertorio es así: ‘Intro’ / ‘The Darkest Hour’; ‘Fading Senses’; ‘Leap Of Faith’; ‘Came Down’; ‘Further Away’; ‘Out Of Nowhere’. Por su parte, el DVD incluye todo eso más una serie de ensayos y de maquetas de versiones avanzadas de las canciones definitivas, además de un cúmulo de ideas abandonadas (un riff por aquí, una orquestación de teclados por allá, etc.) Una curiosidad que descubrimos en esta larga lista de extras es que el título original de ‘Out Of Nowhere era ‘Unholy Cow’, y tal como se lee en el librillo de la reedición, la épica canción ‘Further Away’ fue la más difícil de ensamblar a partir de las diversas secciones tan bien logradas que se iban componiendo. Hasta entonces, era la suite más complicada de escribir para el grupo, y no solo eso, también fue motivo de tensión en los ensayos previos a ese concierto en un escenario alemán que fue registrado en “Forever Live”: las tensiones desaparecieron cuando el grupo decidió no incluirla en el repertorio de esa noche. 



Suponemos que esta reedición de “Ever” es una de las más importantes en la oferta fonográfica progresiva del año 2018, y lo suponemos por muy buenos motivos pues IQ es una de las entidades más excelsas dentro de la élite del rock progresivo que se ha forjado, generación tras generación, a lo largo de todas estas décadas que sucedieron a la de los 70s. Mientras dejamos en paz a los veteranos muchachos de IQ en su actual labor de completar el que será su próximo disco de estudio, gastamos cien botellas de champán y otras tantas de whisky en honor a las bodas de coral de “Tales From The Lush Attic” y por las bodas de plata de “Ever”.


Muestras de IQ (1983).-
The Enemy Smacks [en vivo, 1993]: https://www.youtube.com/watch?v=bcg5AX2gxaw

Muestras de IQ (1993).-
Out Of Nowhere [en vivo, 1993]: https://www.youtube.com/watch?v=0jB4Eg2i4MQ
Leap Of Faith [en vivo, 1993]: https://www.youtube.com/watch?v=ipJwG0QdEm8


* Hay una anécdota muy curiosa sobre esta canción. Resulta que su nombre procede originalmente de un bootleg en vivo publicado a inicios de 1992 por el sello italiano Silver Shadow, el cual recogía un concierto del 30 de noviembre de 1991 en el Paradiso de Amsterdam. La canción aún no tenía título y su composición no estaba completada, pero a la hora de ponerle un título en los créditos, los del susodicho sello decidieron ponerle ‘Further Away’, una expresión que aparecía en la primera letra. Aunque luego la letra se amplió y se modificaron varias de las estrofas iniciales, el grupo se reapropió del título para la cuarta canción de “Ever”. ¡Y resulta que esas palabras ya no aparecían en la letra definitiva! Dicho sea de paso, en este mismo bootleg aparece ‘Out Of Nowhere’ bajo el título de ‘Here We Are’.