HOLA, AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy nos vestimos de gala
para apreciar y comentar el ítem de CD y DVD de CARL PALMER’S ELP LEGACY simplemente titulado “Live”, el cual fue publicado por el sello BMG a fines del pasado mes de junio: todo un testimonio fidedigno de la vitalidad que aún preserva el genial CARL PALMER, esencial para que el legado de EMERSON, LAKE & PALMER se preserve vivo y vivaz no solo a punta de nostalgia sino que se mantenga como una huella intemporal dentro de la historia y el presente del rock en su dimensión más ambiciosamente artística. Los terratenientes de PALMER son el virtuoso guitarrista Paul Bielatowicz y el
no menos virtuoso bajista-Stickista Simon Fitzpatrick, ambos británicos al igual
que el maestro del ritmo: este trío de CARL PALMER’S ELP LEGACY asume con inmensas dosis de eficacia y gallardía la labor de esta preservación, tan exigente como es de por sí. El CD contiene la mayor parte de una actuación en la New York’s Tralf Music Hall de Buffalo (NY), en el 25 de noviembre del 2014 mientras que el DVD recoge íntegramente un concierto realizado en Olympia Theater de Miami (FL), en el 24 de junio del 2016. En el concierto plasmado en el DVD aparecen como invitados especiales otros grandes iconos del rock de los 60s y los 70s como son Steve Hackett (el inolvidable exguitarrista de GENESIS y dueño de una extensa y muy respetable carrera solista) y Mark Stein (teclista-vocalista de VANILLA FUDGE que también tocó en los grupos de CARMINE APPICE y de ALICE COOPER). Este concierto fue muy especial pues fue organizado específicamente en memoria de Keith Emerson, quien se había suicidado tres meses antes; y eso que la idea original de PALMER era la de celebrar el quincuagésimo aniversario de su carrera musical con una retrospectiva de muchas bandas en las que estuvo... ¡Y, de hecho, había sugerido a Emerson que participase como invitado especial en un tema o dos! Pero en el fatal 11 de marzo del 2016 sucedió el dramático abandono de Emerson del mundo terrenal, por lo que este concierto, lejos de cancelarse, cambió de concepto. No solo hubo música e imágenes en una pantalla en el lado posterior del escenario; también hubo una ampliación del aspecto visual con la presencia de bailarines de The Center For Contemporary Dance Ensemble.
Otra cosa es el asunto con Greg Lake, quien todavía estaba vivo en esos días pero que no llegaría a celebrar las Fiestas Navideñas de ese mismo año 2016 al perder la batalla definitiva contra el cáncer. Tras esta situación de ser el único sobreviviente de esta tríada esencial de la primera generación del rock progresivo británico, PALMER organizó una gira mundial con su ELP LEGACY bajo el nombre de Emerson, Lake & Palmer Lives On! World Tour, la cual le llevó a escenarios sudamericanos en algún momento (incluyendo la primera visita del trío a la capital peruana de Lima el 30 de mayo). La caja que recoge este DVD y este CD ahora significa una labor de amor a un legado triádico de parte del único sobreviviente actual de esta tríada. Bueno, centrémonos ahora en lo que se nos brinda en “Live”, ¿vale? Empezamos con el CD. Las cosas
se ponen en marcha con la pieza introductoria ‘Rondeau Des Indes Galantes /
Ride Of The Valkyries’, una dupla de piezas compuestas por JEAN-PHILIPPE RAMEAU y RICHARD WAGNER (un francés del siglo XVIII y un prusiano del siglo XIX). Es muy efectivo que el talante majestuosamente sombrío que se impone en esta pieza de entrada sirva como un recurso de calentamiento inicial de los motores sonoros proyectados por la asociación de PALMER con sus compañeros de viaje. ‘Toccata And Fugue In D Minor’ nos mantiene en el terreno de la hereje modernización de piezas relevantemente sublimes dentro de la historia de la música docta, esta vez con JOHANN SEBASTIAN BACH en la mira. Esta versión es respetuosa de la magnificencia refinada de la composición original mientras el trío aumenta las dosis de polenta rockera al asunto, convirtiendo este acto de herejía progresiva en un fulminante golpe de estado prog-metalero. Luego llega el medley de ‘Mars, The God Of
War / 21st Century Schizoid Man’, un homenaje inconfundible a los días Crimsonianos
de Greg Lake mientras se persiste en rockear el legado de la música de cámara con la sección más famosa de la suite Los Planetas de GUSTAV HOLST. De hecho, de esta pieza académica solo se utiliza la parte introductoria pues el corazón expansivo del ítem en cuestión está en la vitalidad neurótica y señorial de esa legendaria canción que abría el disco de debut de KING CRIMSON. La situación obliga a que el ensamble acoja directamente el impacto de las aguerridas vibraciones encapsuladas en la pieza inmediatamente precedente.
La suite ‘Tarkus’ es el momentum decisivo de la jornada en el Tralf Music Hall de Buffalo, la primera pieza propiamente compuesta por el grupo que aparece aquí, esa paradigmática suite que ocupaba toda la primera mitad de su segundo álbum de estudio: aquí hacen una síntesis de poco más de 14 minutos mientras respetan la integridad de las siete secciones hiladas. Haciendo uso prudente de efectos adicionales y soltándose inteligentemente en sus respectivos niveles de virtuosismo técnico, el trío se pasea ágil y reciamente por los diversos ambientes y recovecos melódicos que se suceden a lo largo de la suite. Si en ‘21st Century Schizoid Man’ el bajo se hacía cargo de reemplazar a la voz de Lake, ahora es la guitarra quien cumple con dicha función, y no solo eso, también los solos de teclado de la versión original. ‘America’, ese referente decisivo de THE NICE que los ELP llevaron a su máxima expresión, se hace presente aquí. El repertorio del CD concluye con la dupla de ‘Knife-Edge’ y ‘Trilogy (Short Version)’, dos facetas antagónicas del trío. La primera faceta es enérgica y vigorosa, contando con suficiente nervio para asumir la tenaz complejidad de la pieza con sus perpetuos viajes de ida y vuelta por la pesadez rockera, la psicodelia y el barroquismo. Por otro lado, la versión que aquí se nos brinda de ‘Trilogy’ comienza con una ilación de consistentes diálogos entre guitarra y Stick que recrean de una forma muy particular la sección original de piano, con un PALMER retraído a un segundo plano. Una vez que el líder del grupo entra en acción, se pone a elaborar un estándar de jazz muy similar al que usó para sostener el interludio de piano que Emerson creó para ornamentar ostensiblemente la balada pastoral de Lake ‘Take A Pebble’. Interpretamos esta decisión de PALMER como un intento de preservar y amplificar el talante romántico de la primera parte mientras procura darle un swing más ágil al asunto. hasta aquí, lo que tiene el CD.
La suite ‘Tarkus’ es el momentum decisivo de la jornada en el Tralf Music Hall de Buffalo, la primera pieza propiamente compuesta por el grupo que aparece aquí, esa paradigmática suite que ocupaba toda la primera mitad de su segundo álbum de estudio: aquí hacen una síntesis de poco más de 14 minutos mientras respetan la integridad de las siete secciones hiladas. Haciendo uso prudente de efectos adicionales y soltándose inteligentemente en sus respectivos niveles de virtuosismo técnico, el trío se pasea ágil y reciamente por los diversos ambientes y recovecos melódicos que se suceden a lo largo de la suite. Si en
Una cosa nos queda clara: el concierto recogido en el DVD es realmente el plato fuerte y la parte de máxima energía rockera dentro de este ítem fonográfico. Sea cual sea la primera pieza de la jornada, ésta tendrá que ser fastuosa y movida: la escogida es ‘Peter Gunn’. En manos del trípode de PALMER y sus jóvenes compañeros virtuosos Bielatowicz y Fitzpatrick, esta pieza se convierte en un ejercicio sólido de música progresiva potente, prácticamente rayana en el prog-metal con una distinción inconmensurable. Una vez acabado este tema que nos ha sorprendido por la nueva frescura que ha adquirido emerge una secuencia sintetizada que todos los seguidores de ELP conocemos… sí, se trata de esa secuencia que inicia la asegunda parte de la Primera Impresión de ‘Karn Evil 9’: “Welcome back my friends to the show that never ends...” Stein hace su primer acto de presencia como cantante y teclista, usando un órgano Hammond y un sintetizador mientras canta con potencia las letras originalmente escritas por Greg Lake y Peter Sinfield. También tenemos ante nuestros ojos la primera aparición de ballet moderno. Con la dupla de ‘The Barbarian’ y ‘Bitches Crystal’ (siendo así que para este último tema Fitzpatrick usa el Stick por primera vez en el evento), el trío básico regresa a su remodelación ígnea de clásicos de ELP, dándole incluso algunos aires psicodélicos al vitalismo rockero en curso. Algunos guitarreos en ‘The Barbarian’ suenan realmente Hendrixianos; PALMER, por su parte, pone un especial énfasis en lo rockero dentro del tenor necesariamente jazz-rockero que hay en las esencias respectivas de cada uno de estos temas. Los toques de ceremonioso esplendor llegan de la mano de ‘Jerusalem’ y ‘Romeo & Juliet’ en una sucesión realmente maravillosa, pletórica de distinguido señorío sonoro. En el primero de estos temas, el cántico es realizado por el Ida Choir Ensemble; por su parte, ‘Romeo & Juliet’ se beneficia enormemente del uso del Stick como interlocutor de la guitarra en el desarrollo temático originalmente concebido por PROKOFIEV. ‘21st Century Schizoid Man’ impone su neurótico vigor con una pesadez rotunda y pasmosa, logrando incluso plasmar un vigor más categórico que el que descubrimos antes en el CD. Volvemos al rincón de lo ceremonioso con el arribo de ‘Clair De Lune’, un hermoso pretexto para que Bielatowicz haga buena gala de su virtuosismo y su buen gusto a la hora de explayarse en el mágico legado impresionista de DEBUSSY con fraseos precisos y ornamentos preciosistas que arrojan destellos renovadores.
Tras un receso de 15 minutos, el trío vuelve al escenario, y así, ‘Knife-Edge’ y ‘Hoedown’
nos devuelven de lleno a la faceta frontalmente explosiva del inmortal ideario
musical de ELP. Para el primero de estos temas, Stein vuelve al escenario para cumplir solventemente con su doble rol de vocalista y teclista; la potencia de su voz ayuda bastante a reconstruir exitosamente el vigor del ítem original, mientras que en el caso de ‘Hoedown’ es la guitarra quien lleva la coz cantante salvo en un pasaje donde Fitzpatrick nos brinda un solo fabuloso. ‘Take A Pebble’ abre un nuevo campo de lucimiento para Fitzpatrick, esta vez más extenso y más sistemático, usando ahora el Stick: su manera de sintetizar y remodelar las diversas canciones de esta balada épica se nutre bastante de los matices cósmicos que forman parte del arsenal sonoro potencial de su instrumento. Al igual que en el caso de ‘Clair De Lune’, hay una presencia añadida de ballet moderno para completar la idea musical con un recurso visual. Cabe señalar que en la sección country, el aura etérea predominante asume un oportuno talante grácil, lo cual invita al público a seguir la cadencia con sus palmas. ‘Carmina Burana’ nos devuelve el fuego rockero, incorporando algunas citas de ‘Rondo’. El momento es propicio para que surja el paraje más ostentoso de la noche: la ejecución de casi todo el opus ‘Pictures At An Exhibition’, que fue uno de los primeros conceptos musicales ideados por EMERSON, LAKE & PALMER (claro está, con el concurso involuntario de MUSSORGSKY). Nos sorprende gratamente que se haya incluido la hermosa sección introspectiva ‘The Sage’ y nos maravilla que aún exista fuego real en las secciones de ‘The Old Castle’ y ‘The Curse Of Baba Yaga’. Como no podía ser de otra manera, es la sección de cierre ‘The Great Gates Of Kiev’ la que redondea el esplendoroso señorío de este inmortal opus prog-sinfónico al condensar los aspectos más ceremoniosos y los más enérgicos de la mayor parte de las secciones precedentes y darle al conjunto sonoro un maderamen cautivador y emotivo. La algarabía patente en las ovaciones del público se hacen eco de la imponente fastuosidad de la suite que acaba de terminar.
Nos vamos acercando al
final cuando llega el turno de ‘Fanfare For The Common Man’ con su
correspondiente solo de batería. Realmente PALMER logra demostrar que los años pasaron en vano con esa vitamínica demostración de nervio rockero, virtuosismo travieso y musculatura majestuosa que se derrocha en su solo. Pero no es ésa la única gracia del tema en cuestión pues también tenemos el gran regalo de la presencia de un guitarrista extra como invitado especial: nada más ni nada menos que el maestro Steve Hackett. Durante las expansiones del motif central, Hackett asume el rol de llenar con florituras experimentales los espacios vacíos que deja Bielatowicz, para más adelante, entablar ambos un duelo cordial en un clima de franca camaradería. Tal vez por eso de ser invitado especial y también por respeto a las canas, Hackett termina opacando a su colega y, encima, hace un solo de armónica en medio de todo el barullo controlado que se desata en las improvisaciones que entran a tallar en torno al motif central de esta Fanfarria de AARON COPLAND. ‘Nutrocker’ brinda el cierre definitivo del evento, uniéndose los dos invitados Stein y Hackett mientras se suma uno más, David Frangioni, como segundo baterista. El sonido es bastante lleno, como se puede suponer, siendo así que el riff recurrente está cubierto por las guitarras duales mientras Stein se concentra en complementar las bases armónicas y hacer un ocasional breve solo al piano. Otro duelo cordial surge entre Hackett y Bielatowicz, pero esta vez con una actitud de inocente alegría que es muy afín al espíritu de este estándar de jaz inspirado en una pieza del grana TCHAIKOVSKY. Todo esto fue lo que el ensmable de CARL PALMER’S ELP LEGACY y sus invitados nos brindaron en “Live”, una de las publicaciones más entrañables dentro de la producción progresiva que tuvo lugar en este año 2018 que ya se nos va. ¡Vale la pena conseguirlo y atesorarlo en una buena colección dedicada al género!