HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Tenemos muy buenas nuevas progresivas de parte de PTF porque ellos acaban de lanzar al mercado su nuevo trabajo fonográfico, el cual se titula “The World[s]”. Este talentoso y enérgico cuarteto conformado por Keisuke Takashima [violines acústico y eléctrico], Takeya Kito [teclados], Hiroyuki Ito [bajo] y Yusuke Seki [batería] practica una modalidad rotunda y colorida de rock progresivo sinfónico que juega con sus propias reglas de creatividad musical mientras recibe influencias de las viejas escuelas de PREMIATA FORNERIA MARCONI, CAMEL y YES, mientras establece líneas de parentesco con sus compatriotas de KBB y TEE. “The World[s]” fue publicado por el sello Perpetual Spring Records a mediados del pasado mes de octubre.
El Acto 1 comienza con la breve pieza ‘Monologue (Just Another Day)’, un hermoso ejercicio de candidez romántica guiado por la dupla de violín y órgano que, en sus últimas instancias, nos sorprende con un desvío disonante que se torna impresionista con un innegable (aunque delicado) toque de inquietud. Las cosas se agitan de manera muy significativa con el arribo de ‘Overture’, una pieza enérgica que toma impulso instantáneo a partir de la última nota sostenida de la primera pieza. Con sus esplendorosos encuadres sinfónicos y el vigor sofisticado que emana de la dupla rítmica, se afirma y afianza una atmósfera cautivadora y excitante. A poco de pasada la frontera del segundo minuto y medio, el desarrollo temático aumenta su nervio y nos topamos con un excelso solo de sintetizador, situado en medio de los paradigmas de Jobson y Banks. Se trata de un interludio tan poderoso que, aún después de terminado y con un regreso al motif inicial, hace sentir las huellas de su llamarada mientras se prepara el terreno para el lucimiento de un bellísimo solo de violín. El epílogo abraza cierta aureola levemente tenebrista antes de sustentar un momento evocativamente lírico que marca el mismo inicio del siguiente tema, titulado ‘Wondering What I See’. Este tercer ítem del álbum se hace cargo de exhibir recursos de calidez sinfónica a lo CAMEL mientras establece nexos con el paradigma de JEAN-LUC PONTY (etapa 75-82). Siendo así que la ingeniería rítmica empleada aquí es menos compleja que la que se usó para la Obertura, supera a ésta en cuanto a claridad melódica. Ambos temas hacen bien en engarzarse pues se complementan a las mil maravillas a través de sus diferenciaciones mutuas. Cuando las orquestaciones de teclados se encauzan por una ambientación introspectiva, se anuncia el arribo de ‘The Stranger (Facing Her)’ con su mágico lirismo introspectivo. Las bases armónicas del piano son muy Chopinianas mientras el violín llena espacios con una sublime delicadeza. Durando poco más de 9 minutos, ‘Experience Another World’ emerge tomando la posta de estilizada delicadeza de ‘The Stranger (Facing Her)’ para remontarse hacia una fastuosa sucesión de dos motivos gentilmente pomposos. El primero de ellos se mueve sobre un tempo de 7/8 mientras exhibe una luminosidad meticulosamente preciosista, mientras que el segundo ostenta una mayor musculatura (al modo de unos ELP reciclados por los KBB). Aquí está otro momento culminante del disco.
El rol de ‘Reminiscence’ consiste en oponerse a la luminosidad palaciega de la pieza precedente por vía de la instalación de un clima lánguidamente grisáceo, portando la calma propia de un atardecer otoñal donde el tedio motiva alguna forma de solipsista reflexión. A poco de pasada la frontera del cuarto minuto, las cosas se agitan un poco mientras preservan su tonalidad grisácea, aunque esta vez hay campo de expansión para algunos matices cándidos en medio de la niebla. El final del primer acto llega de la mano de ‘Monologue (MY WORLD)’, una pieza sinfónica sobre un medio tiempo que se mueve grácilmente sobre compases de 4/4, 5/4 y 11/8 mientras organiza una ilación de grooves que sucesivamente se mueven entre el jazz-rock y el estándar progresivo. Este tema y el anterior contienen lucimientos medidos del violín y de los sintetizadores, lo cual indica a todas luces que el grupo está armando un episodio de tendencia atmosférica dentro de la arquitectura general del disco. El Acto 2 se inicia de la mano de la muy alegre pieza ‘The Dialogue’, la cual casi suena a una pieza Tulliana de la época 77-79 que se perdió por allí, y fue remodelada y aumentada por los HAPPY THE MAN contando con el maestro PONTY de invitado. La verdad que se trata de una pieza muy encantadora, portando en una primera instancia un aire de jolgorio campestre que presume inocentemente de su propia algarabía, pasando luego a una extroversión un poco más comedida para que así el potencial fusionesco de los arreglos esenciales del segundo motivo fluyan con impoluta naturalidad en medio de la esencia eminentemente sinfónica de la composición. A propósito, en esta segunda sección de la presente pieza escuchamos una de las más intrincadas labores de la dupla rítmica. ¡Qué belleza de tema!... Tal vez es la composición sinfónica más bella del año. El swing jazzero del breve epílogo prepara el terreno para la emergencia de ‘Time To Realize’, un número bastante cálido cuyo inspirado desarrollo melódico tiene como núcleo la expansión . El penúltimo tema del álbum se titula ‘In Agony’ y se destaca por mostrar las aristas más aguerridas del concepto musical vertido en el disco mientras sigue rizando el aventurero rizo de celebrar la magia seductora de lo melódico. Las robustas marañas sinfónicas que se van hilando a lo largo del camino. En muchos sentidos, este tema es primo hermano de ‘Experience Another World’ mientras ostenta una agilidad propia en base al refinado punche rockero que la banda utiliza como impulso esencial del núcleo temático.
Ocupando los últimos 11 minutos del disco, el objetivo de ‘So Many Senses / Just Another Day (Reprise)’ se centra en un replanteamiento de los aires cálidos e introspectivos que ya hemos apreciado en ‘Time To Realize’, en lo que concierne a su motif central. En algún momento, el bloque instrumental vira hacia una agitación compleja manejada con suma agilidad para la instauración de un breve interludio; aunque nos toma de sorpresa, el pronto retorno del motif inicial nos hace entender pronto que se trata de un destello de esplendor jubiloso en medio de la predominante aureola contemplativa que ahora entendemos mejor. El violín lleva la batuta del desarrollo temático mediante la utilización de flexiones serenas que recalcan los matices más relevantes del enfoque melódico, siendo así que en ciertas ocasiones las bases armónicas de los teclados asumen un rol coprotagónico en beneficio del afiatamiento grupal. Lo que tenemos en “The World[s]” es una gozada melómana total, una joya imponente dentro del ideario actual del rock progresivo sinfónico. A la gente de PTF le ha salido un trabajo totalmente bordado en la creación, la amalgama sonora y los arreglos finales de cada composición que integra el repertorio de este álbum: lo recomendamos como lo que es, uno de los máximos aportes de la escena japonesa al universo progresivo internacional. Por Dios... ¡qué gozada!
Muestra de “The World [s]”:
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