HOLA AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
ECHOLYN ha vuelto al
ruedo progresivo contemporáneo y es un enorme
placer nuestro traerlo a colación ahora… ¡porque este grupo ha vuelto con todo!
7 años después de “The End Of Beautiful” y a 12 años del fin de su receso
post-“As The World”, el quinteto entra con su nuevo repertorio por las puertas
y ventanas de nuestras mentes para estimularlas con sonidos majestuosos
perfectamente hilados y vitalistamente ejecutados según las coordenadas
esenciales de la banda a la vez que suena fresco y fulguroso como un nuevo día.
El nombre de este disco es justamente como el del grupo, repitiendo así el
título de su disco debut de 1991, y posiblemente el nuevo uso de esta
denominación epónima signifique el afianzamiento de la personalidad artística
que ECHOLYN ha venido proyectando rotundamente desde que resurgió de sus cenizas
en los albores del nuevo milenio: en muchos aspectos, este disco encapsula un
dinámico híbrido entre el swing extrovertido predominante de “Cowboy Poems
Free”, el lirismo acentuadamente épico de su ambicioso master opus “Mei” y el
colorido virilmente magnético de “The End Is Beautiful” (no somos los primeros
en señalar esto). Han sido cuatro años de labor compositiva y coordinación de
las sesiones de grabación y post-producción para llegar a la concreción de este
disco (también llamado extraoficialmente como “The Window Album” debido a la
aparición de una ventana dibujada en el centro de la carátula), aunque ECHOLYN
no ha estado realmente ausente del mercado fonográfico por causa de las
re-ediciones de discos previos. La formación del grupo sigue estando conformada
por Brett Kull (guitarras, voz y coros), Paul Ramsey (batería, percusión y
coros), Ray Weston (voz y coros), Tom
Hyatt (bajos y coros) y Chris Buzby (teclados y coros). Para esta nueva
aventura, ellos recibieron las colaboraciones de Nina Beate (violín), Kaveh Saidi (violín), Lori Saidi
(viola), Rajli Bicolli (cello), Mark Gallagher (saxofón barítono) y Jacque
Varsalona (coros). Bueno, pasemos ahora a repasar este disco en cuestión.
La segunda mitad del disco
comienza con ‘Past Gravity’, una estupenda balada blues-rockera cuyo esencial
arreglo progresivo nos lleva a terrenos del estándar de KANSAS, y también un
poco al área del post-rock en cuanto al manejo cósmico de algunos ornamentos
flotantes de guitarra. Es una canción plácida y serena, pero para nada
complaciente: se nota una tensión emocional inteligentemente “escondida” a lo
largo del muy medido y básico desarrollo temático. ‘When Sunday Spills’ recibe
la carga emocional de ‘Past Gravity’ bajo pautas muy similares, aunque el
desarrollo armónico es más meticuloso y se incorporan interesantes variaciones
de ambiente que, merced a la pulcritud de ensamble, portan una fluidez
inconmensurablemente compacta (en estricta afinidad con ‘Some Memorial’).
También cabe notar que la actitud emocional porta un crepuscularmente agradable
tono melancólico al modo de una reflexión positiva respecto a las huellas
dejadas por un momento especialmente hermoso, una huella perpetua de luz en
medio de la niebla presente, la cual revela sus matices más oscuros en el
etéreo clímax conclusivo. ‘Speaking In Lampblack’ prosigue por esta cadena de
expresiones detenidamente reflexivas, ahondando en los rincones más abandonados
del centro neurálgico del ego. La pieza muestra desde el mismo punto de partida
un lirismo grisáceo y vulnerable que nos remite a los pasajes más misteriosos
de “Mei”. La intensa espiritualidad motivada y alimentada por la preciosa
armazón melódica de la pieza adquiere un candor especial a partir de la barrera
del séptimo minuto, que es el punto donde el grupo y el ensamble de cuerdas de
apoyo generan una sonoridad que llena espacios de manera imponente y delicada a
la vez. Una vez más, ECHOLYN hace gala de su espeluznante maestría para
explotar una dinámica consistente hasta el punto que implosiona sin perder su
orden inherente, más bien, capitalizando la potencialidad de la ingeniería
sónica en torno a la cual gira el desarrollo temático. ‘The Cardinal And I’
ocupa los últimos 7 ¼ minutos del disco, dándole un maravilloso broche del mejor oro al mismo. Mezclando bellos desarrollos melódicos al más puro estilo sinfónico con llamativos grooves de corte jazz-progresivo, la banda brinda un bloque sonoro enérgico y ligeramente furioso a la temática existencialistamente desesperada de las letras, pero siempre cuidando con extrema meticulosidad que la garra en curso se mantenga recubierta de sublime elegancia. La atmósfera temática que se explaya en los últimos 90 segundos es simplemente soberbia mientras el canto clama la disolución del yo como los rayos del sol.
ECHOLYN ha hecho un
reforzamiento de su individual esencia progresiva a través de una mirada
creativa y recreativa hacia su propio legado con entusiasmo e ingenio, un
ingenio cuya luz de creatividad parece nunca apagarse independientemente del
nivel de regularidad que ha habido de disco a disco. “Echolyn” también aparece
en edición limitada de doble vinilo, aparte del obligatorio formato digital…
pero bueno, cualquier formato viene bien cuando de dejarse fascinar por la
genialidad de los señores Kull, Weston, Hyatt, Buzby y Ramsey se trata. ¡Ítem
obligatorio en todo Top 10 progresivo del año!
Muestras de “Echolyn”.-
Island: http://www.youtube.com/watch?v=LoyegXZm9g8
When Sunday Spills: http://echolyn.bandcamp.com/track/06-when-sunday-spills
The Cardinal And I: https://www.youtube.com/watch?v=wqsM8emz8ow