Saturday, June 27, 2020

Una doble historia de los grandes FRENCH TV



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el enorme deleite de presentar el nuevo trabajo de la veterana banda estadounidense FRENCH TV, un gran nombre dentro de la escena progresiva estadounidense desde la segunda mitad de los 80s en su vertiente ecléctica y vanguardista. El disco en cuestión se titula “Stories Without Fingertips” y se trata de un álbum, doble, uno con nuevo material, y otro con un recital en vivo y en una sola toma en el mismo estudio con los temas que conformaron su actuación en el Chicago’s Progtober Festival del año 2018.  Fue publicado por el sello Pretentious Dinosaur Records (que publica todo lo que hace el grupo en cuestión) en el primer día de este mes de junio que ya se nos va. Algunos de los temas del segundo volumen, curiosamente, aparecen también en el primero, lo cual significa que los músicos ya tenían bien avanzado el esquema del entonces futuro nuevo disco en sus mentes. El ensamble perpetuamente liderado por el bajista Mike Sary se completa en esta ocasión con el guitarrista Katsumi Yoneda, el teclista Patrick Strawser, y los bateristas-percusionistas Jeff Gard y Mark L. Perry turnándose (el segundo de ellos solo toca en tres temas). Según parece, Gard ha estado reemplazando a Perry durante la realización de este doble álbum. También aparece como invitado el violinista Ludovic Fabre en un par de ítems. Sary, además de producir el álbum y tocar su instrumento habitual, añade loops y efecots computarizados en algunos temas. En muchos aspectos, el nuevo material de FRENCH TV acoge y capitaliza la línea de trabajo seguida en los dos discos precedentes, “Ambassadors Of Good Health And Clean Living” (2016) y “Operation: MOCKINGBIRD” (2017); o sea, se trata de una muy dinámica mezcla de la exquisita extravagancia del avant-prog a lo HENRY COW con la grácil majestuosidad del mejor Canterbury (NATIONAL HEALTH, HATFIELD AND THE NORTH) y la noble extravagancia Zappiana, más algunos toques de la tradición del jazz-fusión de los 70s.

El volumen de estudio, que dura alrededor de tres cuartos de hora, comienza y termina con sus piezas más extensas. ‘Unexpected Secrets Of The House Of Mystery At The Witching Hour’, que dura 8 ½ minutos, se sostiene sobre un despliegue de vitalismo humorístico; incluso hay un murmullo sarcástico que se hace notar a través del redoble de batería que da inicio a las cosas. El vitalismo se desarrolla con una muy convincente gracilidad mientras los solos de guitarra y de violín van desarrollándose sobre las orquestaciones básicas de los teclados. Por su parte, la dupla rítmica exhibe una agilidad lo suficientemente refinada para no permitir que la cristalina fastuosidad que signa a la integralidad de la pieza se quiebre, algo muy propio de unos RETURN TO FOREVER y unos BRAND X mientras los aportes de guitarra y los teclados siguen los moldes de NATIONAL HEALTH y de los HENRY COW del primer álbum: una muy bella apertura del disco. ‘This Decadent Poetry Is Awful’ sigue a continuación para establecer un recurso de mayor agilidad en comparación con la pieza precedente, estableciendo una muy inspirada cruza entre los senderos de HAPPY THE MAN y el ZAPPA de la fase 70-73. Incorporando un breve groove de talante funky a mitad de camino, el asunto se pone un poco más juguetón, y de paso, se asienta el terreno para la instauración de uno de los más impresionantes solos de sintetizador de todo el disco. Un cénit del álbum, sin duda. Con la dupla de ‘Stubby Index Finger’ y ‘The Museum Of Worthless Inventions’, que ocupa un espacio ligeramente mayor de 15 ½ minutos, el grupo apunta hacia una consolidación de su gusto por el virtuosismo elegante y los incesantes quiebres temáticos. El primero de estos temas transita por pasajes de estilizada adustez y otras de grácil luminosidad con impoluta fluidez a despecho de lo exigente que resulta meterse en la ingeniería politemática de la pieza. Para la sección final, se arma un excelente juego de alternancias entre un pasaje intenso donde lo surrealista se impone a punta de la gestación de juegos imposibles de cadencias y otro que impone una atmósfera envolvente y serena. Por su parte, ‘The Museum Of Worthless Inventions’ regresa al esquema de trabajo que antes funcionó en la pieza de apertura, dándole al factor sinfónico un mayor espacio de expansión, algo que se debe en no poca medida al rol protagónico de los teclados. También cabe señalar el modo en que la batería “interfiere” traviesamente en el potencial desarrollo de un mayor lirismo cuando elabora un magnífico solo durante un pasaje donde los sintetizadores elaboran un recurso cósmico. Los dos últimos solos de guitarra merecen una mención especial: el primero nos recuerda al paradigma de Holdsworth mientras que el segundo nos remite a Beck.       
   
‘That Jigsaw Puzzle Is Tearing Our Family Apart’ sigue adelante con el reinado de la jovialidad ágil y grácil que ha signado a los esquemas de trabajo mayoritarios de todo el repertorio precedente, siendo así que, en este caso, el grupo realiza una suerte de síntesis entre ‘Stubby Index Finger’ y ‘This Decadent Poetry Is Awful’: para ser más específicos, entre la meticulosa fluidez de la diversidad instrumental de éste y la pertinaz lógica de traviesos contrastes de aquél. Durando poco más de 9 ¼ minutos, ‘A Cornucopia Of Riches’ se hace cargo de cerrar el primer volumen, y es muy efectivo que lo haga pues se trata del ítem más cautivador dentro del nuevo material que el personal de FRENCH TV creó para esta ocasión. Todo comienza en clave muy lírica y envolvente sobre un lento compás de 3/4, muy cercano al modelo de los GENESIS de la época 76-78, pero luego las cosas transitan hacia una extroversión moderadamente surrealista donde se fusionan los mundos de RETURN TO FOREVER y LARRY CORYELL bajo una guía patentemente Zappiana. Pasando ahora al volumen en vivo, comenzamos diciendo que nos complace mucho que se incluya un tema de cada uno de nuestros dos discos históricamente favoritos de la banda, los cuales son “The Violence Of Amateurs” y “The Case Against Art”. Nos referimos a ‘The Odessa Steps Sequence’ y ‘That Thing On The Wall’, respectivamente. El primero de estos temas exhibe una aureola contemplativa, la cual no está para nada exenta de fuerza de carácter: el solo de sintetizador que se apropia del centro temático es realmente electrizante, e incluso abre camino hacia un incremento de la intensidad expresiva. El otro tema mencionado navega cómodamente por aguas de SAMLA MAMMAS MANNA, HENRY COW, ZAO y NATIONAL HEALTH mientras se deja arropar por su propio fulgor progresivamente sofisticado a través de sus diversas ilaciones temáticas. El repertorio comienza con ‘Ghost Zone / Noble Obelisk’, la dupla que justamente abría el álbum precedente “Operation: MOCKINGBIRD”: el primer ítem es el preludio sigiloso y aparentemente sombrío para el ejercicio de fluido y travieso colorido en torna al cual se centra el segundo. 

‘Look At The Bears! Look At The Bears! Look At The Bears!’ (de “This Is What We Do”) hace gala de su elocuente versatilidad al exhibir una poliforme ingeniería sonora donde se alternan pasajes ágiles al modo del Canterbury y otros misteriosos de corte RIO mientras se entrometen otros marcados por una psicodelia de orientación pesada, y, de paso, también hacen acto de presencia ornamentos disonantes de sintetizador. ‘Conversational Paradigms’ (de “I Forgive You For All My Unhappiness”) se explaya con impoluta fluidez a través de sus variantes atmosféricas que van transitando desde una ágil extroversión hacia un etéreo lirismo, abriendo espacios para refulgentes ejercicios jazz-progresivos en algunos pasajes intermedios y en la elaboración del epílogo. ‘Black Pit’ es la versión de una canción de STEPPENWOLF, y aquí el grupo aprovecha la ocasión para centrarse por única vez en su faceta más relajada, usando el esquema blues-rockero de la canción original para darle un aire un poco más señorial en clave de jazz-rock. Tal como dijimos en el primer párrafo de la presente reseña, hay dos temas del disco de estudio ya anticipados en el repertorio del segundo volumen, y ellos son ‘This Decadent Poetry Is Awful’ y ‘A Cornucopia Of Riches’ (este último cierra el disco): ambos temas no nos ofrecen nada nuevo en este contexto salvo un esquema de trabajo un poco más árido, lo cual se debe, como es natural, al enfoque directo abordado por los músicos. Todo esto fue lo que se nos brindó en “Stories Without Fingertips” de parte del personal activo de FRENCH TV, una entidad veterana y aún capaz de crear nuevas ideas musicales vigorosas y constructivas para la preservación del ideal de la música progresiva vanguardista. Dado que cada uno de los volúmenes da una doble dimensión al significado de la palabra excelente, entonces este doble álbum resulta...¡¡recomendable al 400%!!



Muestras de “Stories Without Fingertips”.-
Look At The Bears! Look At The Bears! Look At The Bears!: https://frenchtv.bandcamp.com/track/look-at-the-bears-look-at-the-bears-look-at-the-bears

Thursday, June 25, 2020

MOON LETTERS: una misiva progresiva para el sol



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión se da el turno del grupo estadounidense MOON LETTERS y su disco debut “Until They Feel The Sun”, el cual fue publicado a inicios del mes de junio del pasado año 2019: la estupenda recepción del disco en cuestión convirtió en las redes progresivas a este grupo en una muy agradable revelación dentro de la actual escena progresiva de su país. El personal de MOON LETTERS, grupo radicado en Seattle, está conformado por John Allday [teclados, voz y trompeta], Mike Murphy [bajo, voz y trompeta], Kelly Mynes [batería y percusión], Michael Trew [voz y flauta] y Dave Webb [guitarras]. Aunque se trata del primer álbum de la banda, los integrantes de la misma no son para nada novatos en la vanguardia rockera de su país, pues proceden de WAH WAH EXIT WOUND, SPACEBAG, PANTHER ATTACK, BONE CAVE BALLET y THE AUTUMN ELECTRIC (vemos aquí variadas ofertas de prog, space-rock, psicodelia ecléctica y math-rock). Su propuesta musical se enfoca en un rescate concienzudo de los esquemas y atmósferas propios de la primera generación del rock progresivo, lo que usualmente se denomina retro-progresivo. Claro está, el pedigrí diverso de los integrantes de MOON LETTERS afortunadamente imponía en la banda un delineamiento vivazmente ecléctico para su línea de trabajo. El repertorio de “Until They Feel The Sun” gira conceptualmente en torno a leyendas del Mar del Norte. Bueno, sin más preámbulos, repasamos los detalles del disco. 


Abre el álbum ‘Skara Brae’, pieza instrumental que en sus menos de 3 minutos de duración dice muchas cosas respecto a la instauración de un fuerte núcleo melódico y una robusta focalización sonora que sirve para realzar el carácter evocativo del motif central para llevarlo hacia un nivel fastuoso. Los índices disonantes que se emplean para los ornamentos finales nos remiten a un territorio surrealista tras haberse prodigado generosamente en arrebatos Yessianos. ‘On The Shoreline’, una canción amable con un sentido relativamente contenido de la prestancia sinfónica, establece un nexo fuerte entre los GENESIS de la fase 72-73 y los YES del mismo período, creando también nexos con los SPOCK’S BEARD de los primeros discos y THE FLOWER KINGS de fines de los 90s. ‘What Is Your Country’ se centra en un arreglo coral cuyo talante se sitúa entre lo elegíaco y lo melancólico, al modo de un añoranza: el refinamiento expresivo de las voces y los arreglos finales de piano le dan un aire de aparente calma a la aureola preocupada que se destila a través de la letra. Con eso, se abre la puerta al arribo de ‘Beware The Finman’, una grandilocuente canción que ya se sitúa dentro de una cruza entre el retro-prog contemporáneo (BRIGHTEYE BRISON, KARMACANIC) y el neo-prog (a lo ILUVATAR), incluso mostrando algunos nexos estilísticos con el paradigma de KANSAS en su edad de oro (75-78). También entran a tallar algunos riffs de guitarra que, desde sus efímeras zonas efímeras, coquetean ligeramente con el prog-metal, por no mencionar el suntuoso solo de guitarra que llena espacios por doquier antes de la última sección cantada, un solo que recibe el impacto del modelo de John Petrucci en la fase de los primeros años 90s dentro de la historia de DREAM THEATER. Al igual que la canción precedente, ‘Those Dark Eyes’ dura más de 7 ½ minutos, y también saca buen provecho de su campo de expansión para impulsar un interesante mecanismo de sofisticación progresiva. Su prólogo en clave jazz-progresiva sobre un tempo de 7/8 nos remite a los ECHOLYN de los primeros álbumes, pero es cuando el variado cuerpo central se va instalando que descubrimos que el grupo pretende desarrollar un agitado juego de contrastes entre pasajes aguerridos y otros introspectivamente solemnes, jugando con las influencias de GENTLE GIANT, GENESIS y YES… Y sin olvidar la bisagra instalada por THE FLOWER KINGS y ADVENT. Aunque su versatilidad multitemática tiene una dosis menor de opulencia que ‘Beware The Finman’, se puede considerar con justicia que la ilación de ambas canciones conforma una cresta prolongada dentro del oleaje musical del disco. 

Siendo el tema más extenso del disco con su espacio de 9 minutos, ‘Sea Battle’ explora más a fondo las aureolas de exquisitez melódica y fastuosidad estructural que ya se habían exhibido con liberal gracia en la canción precedente. Incluso hay algunos pasajes en los que los guitarreos se ponen en plan recio al estilo del prog-metal. En fin, tenemos aquí otro excelso cénit del álbum. ‘The Tarnalin’ es una semibalada que añade más granos de arena al enfoque retro-progresivo sinfónico que es predominante en el disco: su función parece ser la de traer algo de continencia emocional tras los sólidos despliegues de fulgor que se sucedieron en la cadena de las tres canciones precedentes. La balada miniatura ‘It’s All Around You’ exhibe un clima pastoril relajado muy lo GENESIS, con lo cual prepara el camino para que ‘The Red Knight’ emerja para enfilar su estrategia melódica hacia senderos más suntuosos tras el efecto de cierre con el sonido de un trueno relativamente distante. ‘The Red Knight’ aprovecha su propios espacio de poco menos de 4 ½ minutos para explayarse en un gancho rockero marcado por una agilidad cañera y procesado por una refinada claridad melódica. La cosa suena a una especie de encuentro inusitado entre los mundos de KANSAS, ILUVATAR, SALEM HILL y RUSH (lo último se hace notar especialmente en el solo de guitarra). Siendo una pieza notoriamente más ágil y llamativa que otras más fastuosas con las que nos hemos topado en el repertorio precedente, difícilmente puede ser acusada de ser facilista o ramplona: su magia progresiva está bien explorada. Los últimos 7 ½ minutos del disco están ocupados por ‘Sunset Of Man’, una nueva vía de exploración de las aristas más señoriales del grupo. En su primera sección, el piano eléctrico, acompañado por sobrias florituras de la flauta, marca las bases armónicas para el sereno desarrollo melódico, el mismo que se sitúa a medio camino entre los paradigmas de los GENESIS clásicos y los AMBROSIA de los dos primeros álbumes. Cuando el bloque instrumental íntegro se hace presente, los coloridos solemnes que se van desarrollando para afianzar un esplendor sinfónico que ya se va derivando hacia lo Yessiano. Así las cosas, la canción vira hacia lo extrovertido mientras mantiene esa prestancia de distinción reflexiva que ha estado presente desde el primer instante. Hay pasajes realmente sublimes donde se exhibe el que tal vez sea el solo de sintetizador más hermoso del álbum, ornamentado parcialmente por la flauta, y tampoco puede faltar un solo de guitarra que nos suena tanto a lo Hackett como a lo Howe. El talante celebratorio de la sección final se asienta sobre la robusta labor de la dupla rítmica. Gran final de disco.



Todo esto es lo que el personal de MOON LETTERS nos brindó con “Until They Feel The Sun” hace poco más de un año. Muy tardía es esta reseña, es verdad, pero debe constar nuestra entera sinceridad cuando dictaminamos que este álbum es uno de los más bellos que se han producido el año pasado dentro del sendero del rock progresivo sinfónico. Lo recomendamos especialmente a todos los amantes acérrimos del rock progresivo con grandilocuentes enfoques melódicos de cualquier época... y también esperamos nuevas obras de parte de este grupo en el futuro próximo.


Muestras de “Until They Feel The Sun”.-

On The Shoreline [vídeo-clip]: https://www.youtube.com/watch?v=I8iZMCFaSSI

Monday, June 22, 2020

Una nueva entonación para la voz progresiva de MANGALA VALLIS


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la muy grata ocasión de presentar el nuevo trabajo fonográfico del grupo italiano de música progresiva sinfónica MANGALA VALLIS, el cual se titula “Voices”. y fue publicado a inicios del pasado mes de febrero. por el sello Ma.Ra.Cash Records. La pentagonal alineación de MANGALA VALLIS que se hizo cargo de gestar y grabar este disco, el cuarto de la banda, está conformada por Gigi Cavalli Cocchi [batería y percusiones], Mirco Consolini [guitarras eléctricas y acústicas, bajo, y coros], Niky Milazzo [guitarra eléctricas], Roberto Tiranti [voz] y Gianfranco Fornaciari [teclados y coros]. Este último es el nuevo integrante de esta banda que debutó con “The Book Of Dreams” en el ya lejano año 2002, un disco conceptual sobre la literatura de JULIO VERNE. Mucha agua ha corrido bajo el puente de este grupo que siempre se enfocó en hilar conexiones entre un sinfonismo de tendencia retro y el estándar del así llamado neo-prog. Pues bien, el modo en que el grupo ha decidido evolucionar para “Voices” se ha traducido en una labor centrada en un predominio (no exagerado) del factor neo, a la vez que se abre más espacios para el canto. En lo que respecta a esto último, los MANGALA VALLIS de hoy exhiben aires de familia con sus compatriotas de NOT A GOOD SIGN y SYNDONE, pero en lo referente a la ingeniería instrumental, el grupo está en varias ocasiones más cerca de IQ, PENDRAGON y sus compatriotas de ARCADELT. 



Con la dupla inicial de ‘The Centre Of Life’ y ‘No Reason’, la banda nos brinda 11 ½ minutos de esquemática brillantez sinfónica enmarcada dentro de una estrategia de claridades melódicas y bien delineados entramados instrumentales, estrategia que se focaliza en una cruza entre el paradigma histórico del prog sinfónico y el sinfonismo modernizado. ‘The Centre Of Life’ se caracteriza por exhibir una ágil y atractiva mezcla de garra rockera y fulgor melódico, algo a medio camino entre los estándares de THE FLOWER KINGS, ENCHANT y IQ. Por su parte, ‘No Reason’ tiene una primera parte desarrollada como una balada progresiva en 3/4 que guarda equitativas dosis de envolvente sobriedad y pasión urgente. La segunda mitad se activa hacia una ascensión de color que nos remite tanto a los legados de YES como de GENESIS a través de un filtro enérgico que a ratos parece coquetear con el prog-metal melódico de unos ENCHANT. Las interacciones entre los solos de guitarra y de sintetizador son fabulosas en cuanto que el virtuosismo en curso está al servicio del realce de la nueva atmósfera sonora. Tras el abrupto golpe final de ‘No Reason’, el carácter etéreamente lírico de las primeras notas de piano de ‘Get It While You Can’, tercera canción del álbum, aparecen como un contraste oportuno. El cuerpo central se centra consistentemente en el groove y el espíritu de una balada rockera: la canción no solo es estilizadamente hermosa sino que emite una ceremoniosidad convincente. El fabuloso solo de guitarra que tiene lugar en el intermedio se sitúa entre los paradigmas de Mike Holmes y Steve Hackett. ‘The Voice Inside’ entra a tallar con la misión de reforzar la aureola ceremoniosa de las dos canciones precedentes mientras entra en áreas más sofisticadas de musicalidad en la expansión de los arreglos melódicos. Tenemos aquí un híbrido entre UNREAL CITY y PENDRAGON. Podemos decir que en esta secuencia de los temas #2 y #4 se ha edificado un clímax continuo y robusto para el repertorio del álbum. ‘An End To An End’ sigue a continuación para explorar un poco más este culmen de expresividades rotundas: un nuevo ejercicio de sinfonismo moderno con elementos relativamente pesados en las intervenciones de la guitarra.



Durando poco más de 7 ¼ minutos, ‘Demon’ se erige como el tema más largo del disco. En una mezcla de espiritualidad serena y vibraciones solemnes bajo un ropaje de fiereza emocional, el grupo explora un dinamismo fastuoso dentro de un medio tiempo sostenido sobre un alternancia de compases de 6/8 y 7/8. En su integridad, esta canción encarna otro pasaje culminante del repertorio, así como también contiene otro fabuloso solo de guitarra; a su manera, éste encarna el cénit de los aspectos más aguerridos de esta composición, algo a lo cual llevaba el pletórico canto de Tiranti. Aquí se sienten muy fuertes los exorcismos a los espíritus sonoros de MARILLION de fines de los 80s y de IQ de los 90s, así como algún que otro aire de familia con la faceta más aguerrida de IL GIARDINO ONIRICO. ‘Sour’ cierra el repertorio en clave de balada con una notoria predominancia del piano en la elaboración de la conmovedora y contundente ingeniería melódica. La solemnidad del momento está siempre a flor de piel gracias al canto, pero es en la última sección, cuando el bloque instrumental entra a tallar y abre un espacio adecuado para un electrizante solo de guitarra, que las cosas pasan a una dimensión genuinamente épica. La grandilocuencia del momento muy bien hubiese podido impulsar un mayor explayamiento de la muscular emotividad invertida en esta canción, pero el grupo decidió que esta canción de cierre solamente durara poco más de 4 ¾ minutos. Suponemos que también queda bien de esta manera. Todo esto fue lo que se nos brindó en “Voices” desde los cuarteles de MANGALA VALLIS.


Muestras de “Voices”.-
No Reason: https://maracashrecords.bandcamp.com/track/no-reason

Friday, June 19, 2020

ASGARD: de regreso al campo de batalla



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el gusto de presentar el nuevo disco del grupo italiano ASGARD, el cual en su momento operó como una de las voces fundamentales para el revival progresivo italiano de los 90s: la secuencia de sus cuatro primeros álbumes – de “Götterdämmerung” (1989) a “Imago Mundi” (1993) – es valorada y recordada con mucho cariño por muchos coleccionistas de rock progresivo. Pues bien, ahora, desde mediados de mayo del presente año 2020, tenemos a nuestra disposición su nuevo trabajo de estudio, el cual se titula “Ragnarøkkr”. La alineación pentagonal vigente de ASGARD consta de Alberto Ambrosi [teclados, flauta y coros], Franco Violo [voz principal], Andrea Gottoli [guitarras], Kikko Rebeschini Sambugaro [batería y percusiones] y Paolo Scandolo [bajo]. El sello encargado de publicar este nuevo disco es Pride & Joy, de residencia alemana. Ambrosi es el único integrante sobreviviente de aquellas alineaciones iniciales que gestaron joyas como “Arkana” (1992) y la antes mencionada “Imago Mundi”; también es verdad que el grupo ya no cultiva un sinfonismo de estilo clásico con generosos matices folk-progresivos y ocasionales excursiones en el prog-metal. Hoy por hoy, ASGARD es una entidad prog-folk-metalera, persistiendo, eso sí, en las temáticas de las mitologías germanas, escandinavas y británicas del medioevo en lo referente a las letras de las canciones. El grupo siempre gustaba de emplear grafías rúnicas en algunas partes de los librillos de sus discos, y en el caso de “Ragnarøkkr” no tenemos precisamente una excepción. De todas maneras, ya en varios momentos de “Imago Mundi” y de su disco sucesor “Drachenblut” (2000), se notaba una expansión del factor prog-metalero… pero ahora el quinteto entra con todo en ello para convertirlo en su foco de expansión sonora. A propósito, el registro y el estilo vocal de Violo nos recuerda bastante al de Kikko Grosso, quien estuvo en lo cuatro primeros álbumes de la banda: en lo personal, nos parece muy oportuno este elemento. El material de “Ragnarøkkr” se grabó entre los días 12 y 26 de octubre del pasado año 2019, en los Grapow Studios de Eslovaquia.



Vayamos ahora al repertorio del disco en cuestión. ‘Trance-Preparation’ y ‘Rituals’ es la dupla que ocupa los 8 primeros minutos del álbum. La canción inicial es totalmente recia con su contundente plenitud rockera de signo prog-metalero, confluyendo un poco con el paradigma de RHAPSODY pero situándose más cerca de la majestuosidad típica de unos SYMPHONY X. no necesita completar el espacio total de 3 minutos para dejar que su gancho abra con fuerza de carácter el camino hacia el resto de su repertorio. ‘Rituals’, por su parte, ostenta unas vibraciones renacentistas en su desarrollo temático mientras el trípode de guitarra, bajo y batería se adueña del control de la mayor parte del esquema sonoro en curso. A mitad de camino, la ambientación general asume unos aires célticos, lo cual permite a los teclados incrementar su presencia dentro del bloque general y, sobre todo, crea un sólido recurso de ceremoniosidad para la canción. ‘The Night Of The Wild-Boar’ sigue a continuación, asumiendo una aureola solemne dentro de una estructura rítmica más señorial, la cual comienza siendo poco impetuosa, pero pronto las cosas vuelven a la vitalidad electrizante habitual. El nervio rockero se alimenta convenientemente de una claridad melódica llamativa y una fluida ilación de variantes en su núcleo temático. ‘Visions’ perpetúa la atmósfera de imponente solemnidad mientras añade a su propia musculatura una dosis mayor de densidad en el armazón sonoro. Su espacio de casi 7 ½ minutos está muy bien aprovechado para la expansión de las atmósferas esenciales diseñadas para la ocasión. Notamos aquí varios aires de familia con algunas de las piezas más filudas de “Imago Mundi” y de “Drachenblut”, así como a ciertos detalles góticos propios del tercer y último álbum que hicieron sus compatriotas de A PIEDI NUDI. ‘Kali-Yuga’ (nombre de la “era de la riña” en el texto hinduista Bhagavata-purana) claramente recibe los ecos de las dos canciones precedentes mientras se deja empapar por un rocío de evocadora melancolía en sus secciones más reposadas. En cuanto a las más extrovertidas, se mantiene un apego al estándar solemne de la tercera canción.

Así las cosas, el terreno está preparado para el arribo de ‘Shaman’, la pieza más extensa del álbum con sus 11 ¼ minutos de duración. Su sección prologar es serena y ligeramente misteriosa, con unas hermosas líneas de flauta que siguen la pauta de las escalas de guitarra y complementan al canto. Una vez que la batería entra en acción, el grupo gesta una musculatura flotante para armar un vigor renovado mientras mantiene el lirismo originario con esquemático rigor. Los diversos solos de guitarra aquí contenidos están entre los mejores de todo el repertorio. A pocos instantes de llegar a la barrera del tercer minuto y medio, se produce un relevante viraje temático hacia un ejercicio de ágiles pulsaciones prog-metaleras alternadas con estilizaciones prog-sinfónicas. En este interludio, el grupo vuelve a coquetear cercanamente con el paradigma de SYMPHONY X antes de volver a la atmósfera inicial. La sección final vuelve al lado impetuoso de las cosas, mas no con nervio airado sino con un espíritu celebratorio, siendo así que el armazón melódico tiene inspiración céltica. ‘Battle’, que ocupa un espacio de casi 6 minutos, cumple con la misión de asentar un enclave de mayestática suntuosidad en base a un desarrollo temático que combina lo gótico con lo manierista. Tras un hermoso prólogo de teclado, la litúrgica aridez de lo primero y el colorido de los segundo se combinan fluidamente sobre un compás en 6/8, el mismo que comienza con un swing parsimonioso y más tarde estalla en un despliegue de cristalina extroversión: el canto ayuda bastante en el refuerzo de las ambientaciones centrales de la canción. Todo termina con un reprise del prólogo de teclado. ‘Der Tod’ es una canción emparentada con ‘Battle’ y ‘Shaman’, acogiendo las vibraciones robustas y el señorío sofisticado de ambas canciones en un espacio condensado de poco más de 3 ¼ minutos, Cuando llega el turno de ‘Danse Macabre’, la banda regresa de lleno a la aureola de corpulencia estilizada que signó a la secuencia de las tres primeras canciones, añadiendo algunos retazos del circunspecto preciosismo de ‘Shaman’. De este modo, el terreno está preparado para la emergencia de ‘Anrufung’, otra canción de poco menos de 3 minutos de duración que despliega un gancho exquisito; eso sí, a diferencia de ‘Trance-Preparation’, aquí se da una serie de contrastes más pronunciados entre las diversas secciones, siendo la primera de marcado carácter ritualístico.


La pieza homónima del álbum es la segunda más extensa del mismo con sus poco menos de 9 ¼ minutos de duración, y también es la que se encarga de cerrarlo. ‘Ragnarøkkr’ saca muy buen provecho de su rol como broche del repertorio y del espacio con el que cuenta para crear una imponente atmósfera de grave pomposidad a través de la ilación de sus motivos constitutivos. Un par de ellos citan a algunas canciones precedentes, así que esta canción también funciona como una mirada general a los recursos melódicos y atmósferas expuestos en la estructura global del disco. Las secciones más agresivas suelen situarse sobre un tempo parsimonioso mientras los teclados se aseguran de que en a mayor parte del tiempo opere un subterfugio orquestal a lo largo de la garra metalera en curso. El fade-out que se va armando poco antes de llegar a la frontera del noveno minuto es rotundo en la sencilla repetición de un atractivo riff de guitarra, lo cual, a su vez, prepara el fade-in para la coda. Este truco es muy ingenioso a la hora de mostrar, como dice la letra, que nunca hay un final definitivo para las luchas de la vida. Todo esto fue lo que nos brindó el remodelado personal de ASGARD con “Ragnarøkkr”, un disco que refleja la vía completa de transformación y evolución musical que Ambrosi tenía en mente para el grupo desde la segunda mitad de los 90s. Se trata, ante todo, de un enfoque más filudo y aguerrido que nunca antes para su espiritualidad melódica de siempre. Nos gustó bastante “Ragnarøkkr”, la verdad que sí.


Muestras de “Ragnarøkkr”.-

Tuesday, June 16, 2020

AJNA: el primer paso hacia la inmensidad



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy presentamos al trío húngaro AJNA, el mismo que está integrado por el baterista Altmann János, el bajista Pillar György y el guitarrista Uhljár Zsaboles. El pasado 9 de abril se publicó su disco “Rengeteg” por vía del sello finlandés Inverse Records. Este grupo afincado en la localidad de Kondoros, ubicada en el sudeste de Hungría, cultiva un prog instrumental de línea psicodélica con matices jazz-rockeros, math-rockeros, Crimsonianos y metaleros experimentales; el resultado final de toda esta amalgama de recursos sonoros se concreta en un estilo ágil y uniforme que funciona igual de bien tanto en las piezas basadas en un jam como en otras donde se desarrolla una labor compositiva más ambiciosa. La prehistoria de este grupo se remonta hacia el ya un tanto lejano año 1999 cuando Uhljár y Altmann formaron un proyecto musical que, dadas las circunstancias, se desenvolvía de manera inconstante y lenta, pero en el año 2010, con el ingreso del bajista Pillar, las cosas se asentaron un poco más y el grupo asumió el nombre AJNA. El trío tardó varios años en terminar de armar todo el repertorio que ahora está contenido en su disco de debut, pero bueno, el hecho es que ya estamos hablando de una realidad concreta dentro del mercado fonográfico. La palabra húngara que da título al álbum significa gran cantidad, inmensidad, muchomontón... y ciertamente, este disco, tan sólido como suena tanto en su esquema como en su dinamismo, supone un primer paso la inmensidad del rock artístico, y también un destacado debut dentro de la escena progresiva del presente año 2020. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio de “Rengeteg”, ¿vale?


Durando poco más de 7 minutos, la pieza homónima abre el álbum con convicción y fuerza de carácter. En efecto, ‘Rengeteg’ se caracteriza por ostentar una dinámica llamativa que emana tanto de las marañas de fraseos gestadas por la guitarra como del razonablemente complejo groove creado por la dupla rítmica. Esa dinámica se sostiene con persistente frescura por vía de su sofisticado gancho, el cual se sostiene sobre una alternancia de compases en 7/8 y 4/4. Aquí, el grupo hermana su sentido del vigor con los de bandas como AND SO I WATCH YOU FROM APART y TÉ. Acto seguido, viene la dupla de ‘B’’ y ‘Eta Carinae’ con la misión de mantener la frescura del momento mientras pone sobre el tapete nuevos matices dentro del esquema sonoro esencial del trío. El primero de estos temas mencionados conforma un cénit del disco merced a la luminosa gracia con la que mezcla la garra rockera con el señorío jazzero dentro de un encuadre progresivo solventemente impulsado sobre una compleja arquitectura rítmica. La sensación de vitalidad con la que se inició el disco adquiere aquí, en esta segunda instancia, una aureola más exquisita: es como PRIMUS haciendo una versión de un tema de los últimos álbumes de DON CABALLERO, e incluyendo algunos elementos prog-metaleros en el camino. En lo referente a ‘Eta Carinae’, el trío se dispone a explorar territorio post-rockero bajo una introspectiva capa de sutil bruma. Las escalas de bajo conforman el ancla del cuerpo central. La misión de ‘Spirál’, la cuarta pieza del repertorio, consiste en llevar la extroversión sistemática de las dos primeras piezas hacia un nivel más elevado de sofisticación, creando en torno a la ágilmente compleja ilación de motivos una poderosa combinación de jazz-rock y sinfonismo clásico, y además, añadiendo algunos ornamentos de cariz prog-metalero al asunto. O sea, le da una nueva y más robusta vuelta de tuerca al vitalismo del segundo tema del disco. Definitivamente, aquí tenemos cénit decisivo del álbum. Con sus poco más de 8 ¼ minutos de duración, ‘Nyergelt Táltos Kancacsikók’ se erige como el ítem más extenso de “Rengateg”, y también instaura otro momento culminante dentro del repertorio. La pieza ostenta un lirismo sereno y majestuoso encuadrado dentro de un enfoque grácil del lenguaje space-rockero, siendo así que la guitarra ostenta un talante jazzero la mayor parte del tiempo mientras el bajo marca un derrotero exuberante y, por su parte, la batería hila diversos grooves de tenor fusionesco. Ya esto parece una versión apacible de la faceta más fulgurosa de VESPERO.   


En el transcursos de los cinco primeros temas de este álbum, el personal de AJNA ha dado amplias muestras de ingenio y versatilidad musicales, pero que conste que aún quedan varias cosas por disfrutar. ‘Hekate’ y ‘Turba’, los dos temas siguientes, duran cada uno más de 6 ½ minutos y añaden más nobleza a un disco que ya a estas alturas resulta señorial. El primero de estos temas porta la misión de entretejer las aristas más robustas del dinamismo grupal, elaborando un clima Crimsoniano que arropa a un moderadamente incendiario híbrido de jazz-rock y math-rock bajo una estrategia progresiva. La persistencia del compás inusual que emplea el baterista para proyectar su groove (casi tribal) durante la mayor parte del tiempo ayuda al bloque instrumental a ir llenando espacios con tremenda solvencia. Por su parte, ‘Turba’se mete de lleno en el estándar del jazz-rock y lo hace con una gracilidad entrañable y evocadora. Las garbosas líneas y ornamentos de bajo crean el empuje necesario para el motif sobre el cual se centran los fraseos y desarrollos armónicos de la guitarra. A mitad de camino, el asunto vira ligeramente hacia algo más otoñal, ciertamente al modo de una recuperación del espíritu general de ‘Nyergelt Táltos Kancacsikók’, lo cual opera como un puente hacia un interludio vivaz y donoso. Así las cosas, el trío regresa al groove jazz-rockero con el que inició la pieza y elabora un excelso cierre de fulguroso y sofisticado vigor. ‘Seiran’ se encarga básicamente de explorar la faceta más ágil y llevadera de la pieza precedente, y además, añade algunos trucos metaleros para el explosivo epílogo. Tal vez se trata del tema más alegre del disco, aunque tampoco es alegría lo que le falta a ‘Zsuzsi Mozog’, la pieza que ha de poner el broche final al disco. El swing del jam en curso se siente muy cálido y cordial: se llena muy bien con las labores de la guitarra y la batería mientras el bajo realiza algunas florituras muy interesantes para completar el esquema de trabajo aquí plasmado. En fin, todo esto es lo que nos brindó el personal de AJNA con “Rengeteg”, un disco que simboliza a plenitud lo que bien podría ser el primer paso hacia una plenitud nueva dentro de la escena del rock experimental húngaro. De todas formas, queda como una de las más agradables sorpresas de la música progresiva del año 2020. ¡Recomendable al 100%!


Muestras de “Rengeteg”.-
B’: https://ajna.bandcamp.com/track/b

Saturday, June 13, 2020

TOUNDRA: música para un gabinete de reacción moral contra los totalitarismos



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos el nuevo disco de la excelente banda española de post-metal TOUNDRA, el cual consiste en su propia banda sonora para el clásico del cine mudo expresionista Das Cabinet des Dr. Caligari, dirigido por el maestro ROBERT WIENE con guion de Hans Janowitz y Carl Mayer. La película en cuestión fue estrenada el 26 de febrero de 1920, una película centenaria. En cuanto al disco en cuestión, titulado también “Das Cabinet Des Dr. Caligari”, ha sido publicado por el sello Inside Out Music en coalición con Sony Music, en formato de doble vinilo acompañado de CD, a fines del pasado mes de mayo. El cuarteto conformado por Esteban Jiménez Girón [guitarras y piano], David “Macón” López [guitarras], Alberto Tocados [bajo y sintetizador] y Álex Pérez [batería y máquina de ritmos] brinda un nuevo giro y un renovado espectro de densidades sonoras a su bien afianzada esencia híbrida de post-rock y post-metal, algo exigido por el colectivo como un reto que presenta el establecer ideas musicales en torno a una obra cinematográfica. La idea de hacer un disco como “Das Cabinet Des Dr. Caligari” proviene de la preocupación surgida en el seno de la banda ante las repercusiones sociales y políticas que está teniendo el nuevo ascenso de movimientos reaccionarios y totalitaristas. En palabras del propio Jiménez Girón, el propósito de este nuevo paso en la carrera de TOUNDRA era el de “asociar nuestra música a un mensaje de peligro cuando estamos reviviendo el resurgir de los fascismos, de unas ideologías que te quieren llevar a un lugar mucho más oscuro que El gabinete del Dr. Caligari; añade que la conexión explícita con este clásico del cine alemán “fue muy importante para inspirarnos el factor estético, porque creíamos que el expresionismo alemán y la carga visual que tiene casaban muy bien con la música que hacemos, pero a nivel de motivación fue muy importante la carga ideológica que tiene la película”.* La cosa es que el cuarteto decidió completar la idea del disco haciendo muy cinematográfico su propio esquema sonoro: se trata de su trabajo más marcado por matices vaporosos y ambientes repetitivos enfilados hacia algo muchas veces cercano al minimalismo etéreo.

  

El repertorio comienza con la miniatura ‘Titlsequenz’, la cual exhibe un lirismo amable en base a los espartanos ornamentos de piano y la capa de sintetizador que cubren a la base temática de la guitarra. El primer desarrollo musical de alto vuelo llega de la mano de ‘I. Akt’, tema que empieza con un despliegue de expectante vitalismo mientras poco a poco se va armando el terreno para que se coseche la siembre de elegante tensión que emerge poco antes de cruzar la frontera del quinto minuto. Estableciendo conexiones con RED SPAROWES y la faceta más refinada de unos MOGWAI, el ensamble va dejando que las marañas hiladas por las dos guitarras llenen espacios mientras la dupla rítmica va tramando una muy sutil cadencia que completa el bloque sonoro integral. Para los últimos minutos, el grupo organiza un pequeño alivio de la tensión gestando un motif grácil alimentado por una dosis razonablemente de fulgor. ‘II. Akt’ es una de las piezas más intensas y sombrías del álbum. Recibiendo buena parte de la gracilidad de la pieza precedente, ésta añade a la arquitectura sonora sus propios recursos de impetuosidad y nervio, lo cual se traduce en una labor de convertir al horror sistemático de la película en un ropaje nebuloso de inescrutable ominosidad. El momento en que todo se interrumpe para abrir paso a solitarias y parcas notas de piano es un buen golpe de efecto para remodelar la aureola de latente peligro dentro de una floresta de envolvente majestuosidad. Ahora notamos aires de familia con MONO y los primeros álbumes de RUSSIAN CIRCLES: la espesura de la suntuosa densidad del curso se apodera cómodamente del núcleo temático mientras éste se desarrolla con exquisito nervio. Poco antes de llegar a la frontera del noveno minuto, una efímera atmósfera minimalista tiende puentes hacia la sección final, la misma que recupera recursos de cálido lirismo; la coda emite efectos de campana con solvente efectismo. Un cénit del álbum, no nos cabe duda. Durando respectivamente poco más de 11 ½ minutos y 11 ¾ minutos, ‘III. Akt’ y ‘IV. Akt’ establecen sucesivos afianzamientos de la lógica de robustez cinematográfica que el grupo ha ideado para este disco. ‘III. Akt’ recoge los ecos de la fastuosidad del Segundo Acto durante buena parte de la elaboración de su primera mitad, mientras que la segunda mitad se enfoca en un ejercicio de space-rock que gira en torno a su propio clímax repetitivo. El empleo de algunos ornamentos cósmicos de sintetizador proporciona un efectivo contraste frente a las vibraciones machaconas que la dupla rítmica realiza para sustentar la labor entrelazada de las dos guitarras. 


‘IV. Akt’ comienza con una atmósfera lánguida que nos hace recordar a los PINK FLOYD de la fase 69-71, una atmósfera que no se centra tanto en crear un clima reposado sino más bien un ambiente introspectivo, no exento de texturas amables. La gentileza de algunos fraseos centrales de una de las guitarras se va reiterando mientras que la otra va aumentando de a pocos el filo psicodélico de sus bases armónicas. Cuando parece que todo puede estallar en cualquier momento, la banda vira hacia un motif aún más relajado, el cual instaura una ambientación crepuscular y relativamente serena antes de que el refuerzo ingenieril de la dupla rítmica derive las cosas hacia una escalada de agilidad y tensión. A través de las variantes de vehemencia expresiva que tienen lugar en estas instancias del Cuarto Acto, los músicos mantienen una sólida pulcritud en sus bien delineadas interacciones, las cuales se enfocan en la preservación de una tensión sutil (que no difícil de percibir) hasta que llega el momento de soltarla de manera elegante sobre un groove signado por pulsaciones mecanizadas. Otra pieza particularmente destacada del álbum para nosotros. El ítem más extenso del álbum es ‘V. Akt’, que se extiende por un espacio de poco más de 14 ¼ minutos. Su sello nuclear es el de la solemnidad lánguida y la intriga omnipresente, lo cual designa el modo en que el centro temático irá ampliándose a lo largo del sendero trazado para la ocasión. El swing que se arma a poco de pasada la frontera del cuarto minuto está diseñado para realzar los aires de fatal gravedad que empujan a los últimos eventos de la película. En este sentido, las capas minimalistas que emergen a mitad de camino ostentan una aureola ominosa, siendo así que las parcas escalas de guitarra que las acompañan instalan un contrapeso lírico al asunto. Un ulterior enmarañamiento de guitarras con la adición del piano refuerzan el mencionado factor lírico para la última sección de este Acto, la cual terminará con una rimbombancia tan muscular como celestial: tenemos aquí la máxima expresión de belleza luminosa en medio del perpetuo tenor espectral del concepto de este álbum. ‘VI. Akt’ pone punto final a las cosas y lo hace elaborando una estrategia de encrucijadas entre la densidad impetuosa de del Tercer Acto y la imponente ceremoniosidad del Quinto. La fibra rockera del grupo sale a flote con una energía sobria y, a la vez, rotunda: esta línea de trabajo permite al cuarteto trabajar con ideas melódicas y bases armónicas que exhiben traqueteos neuróticos en algunas instancias y vivaces retazos otoñales en otras. Es en base a estas alternancias que el cuerpo central de la pieza se termina armando y afianzando, y ya a poco de pasar por la frontera del noveno minuto, el grupo aumenta la dosis de garra. Vuelven a plenitud las conexiones estilísticas que el grupo a veces tiene con MONO y RED SPAROWES.  



“Das Cabinet Des Dr. Caligari” es, a fin de cuentas, una obra magistral y con una relevante presencia dentro del legado vigente de TOUNDRA en tanto que permite a la banda gestar y explorar matices renovados dentro de su línea de trabajo, ya bastante bien curtida a lo largo de la discografía que precede al disco que aquí reseñamos. Esta obra musical es una prueba fehaciente de cómo esta banda cuenta con recursos y estrategias solventemente orientadas hacia la renovación interna de su núcleo musical sin perder un ápice de la esencia de la misma. ¡Totalmente recomendable este nuevo viaje al gabinete del Dr. Caligari!


* Referencia del reportaje publicado en El País “Toundra contra el Dr. Caligari y los totalitarismos”, 12/4/2020. Enlace: https://elpais.com/cultura/2020/02/11/babelia/1581428670_246272.html 
También hay impresiones muy interesantes en esta entrevista publicada en Muzikalia: https://muzikalia.com/toundra-comparten-film-gabinete-del-dr-caligari-musica/

Wednesday, June 10, 2020

ZEBULON: una breve travesía por el prog alemán de fines de los 70s


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.


Hoy traemos a colación al grupo alemán ZEBULON, el cual se formó a fines de la década de los 70s para cultivar una propuesta prog-sinfónica vivaz, entrañable y preciosista. El único testimonio de su obra es el disco homónimo publicado en el año 1980, un disco bastante estilizado que demuestra que todavía había buen rumbo creativo para el género en esos años postreros de la primera generación del rock progresivo, en este caso, de la escena germana. Los integrantes de ZEBULON fueron Ollie Ernst [teclados], Michael Krenke [bajo y siefkophone], Thomas Krenz [guitarras y percusión] y Micky Schmidt [batería y percusión]. Es muy poco lo que se sabe de este grupo: que se formó a inicios de 1979 en la localidad de Bremen, que logró un contrato de grabación con el sello Pollux Records para grabar y sacar al mercado su único álbum en las últimas instancias del año siguiente, y que se desintegró poco después de la susodicha publicación. El estudio de grabación para “Zebulon” fue el Mobile Sounds Tonstudio de la localidad de Delmenhorst. Condenado a ser una pieza de colección para afanosos coleccionistas del género progresivo y afines tras haber pasado inadvertido y sin aprecio de parte de la prensa musical de aquel entonces, “Zebulon” se revela como un catálogo de siete bellas piezas instrumentales encuadradas bajo coordenadas sinfónicas, incorporando elementos y dinámicas rítmicas de corte jazz-rockero; éstos no son utilizados tanto para extender las estructuras melódicas de turno o explayarse en largas improvisaciones, sino más bien para envigorizar el colorido inherente a las composiciones. A la hora de asentar los matices melódicos de cada tema y brindarles una exquisita agilidad la mayor parte del tiempo, el cuarteto asume influencias de CAMEL (período 76-78), FOCUS, los GENESIS de la fase de cuarteto, sus compatriotas de ODYSSEE y ROUSSEAU, y de rebote, asume algunas afinidades estilísticas con los suecos de ATLAS y sus también compatriotas de PASSPORT en lo referente a los elementos fusionescos de su propuesta musical. Bueno, pasemos ahora a los detalles del repertorio de “Zebulon”.


‘Opium Haut Opi Um’ abre el disco con un aire de alegría y extroversión, al modo de una confluencia entre ATLAS y CAMEL (etapa 75-77), añadiéndose algunos elementos de BRAND X en lo referente al armazón del groove general. Como esta pieza de apertura cuenta con un lirismo persistente que se desarrolla cuidadosamente en su cuerpo melódico, opera muy bien para abrir el disco con un conveniente gancho. El interludio calmado sirve para dar un breve recurso de variedad al desarrollo temático. A través de las cohesivas variantes de ambiente y el pulcrísimo empleo de complejas estructuras rítmicas que tienen lugar, hay un cierto predominio de los teclados dentro del esquema global, mientras que en ‘Crazy Marck’, el siguiente tema, es la guitarra el ítem prevalente. Posiblemente sea ésta la razón por la que suene con un garbo más filudo que la anterior. Simultáneamente, la labor de la dupla rítmica resulta vital en los diseños meticulosos de la dinámica rítmica de cada una de estas dos piezas, lo cual se traduce en una consistente expresividad. Ellas, en efecto, perpetúan el posicionamiento de un espiritualidad colorida y grácil que por ahora ha sido la pauta general de los encuadres sonoros del grupo. Pero cuando llega el tercer ítem del disco, ‘Pudding Explosion’ (que con sus poco más de 9 minutos de duración se erige en el más extenso del álbum), el enfoque melódico creado para la ocasión se arropa bajo un ambiente más orientado hacia lo introvertido. La mezcla del flujo melódico y la arquitectura rítmica diseñadas para este tema se orientan hacia una prevalencia del sinfonismo con sobrios acentos cósmicos (un poco a lo NOVALIS), lo cual se traduce en un esquema de trabajo pulcro y señorial. La segunda mitad del álbum comienza con ‘Walpurgisnacht’, pieza de poco más de 6 minutos cuya misión principal es la de recuperar los ambientes y grooves coloridos de los dos primeros temas tras un aparentemente engañador preludio en clave ceremoniosa. Con una sintonía muy abierta con las ambientaciones y grooves predominantes en las tres piezas precedentes, se nota la equitativa alternancia entre pasajes extrovertidos e introvertidos, y a través de todo eso, la dupla ritmica se prodiga en la realización de una robustez especial. Aquí hay un equilibrio entre lo jazz-rockero y lo sinfónico (algo así como una cruza entre los universos de ROUSSEAU y FINNFOREST), sin perder de vista siquiera por un segundo a la modalidad sinfónica que asienta la estilización melódica que llena al cuerpo central y al solemne interludio. Dentro del cuadro grupal, la guitarra vuelve a ser el ítem protagónico que aporta los colores más saltantes. 



La tríada final de ‘Galappagos’, ‘Schwanenflug’ y ‘Zombie D’Amour’ completa el repertorio de “Zebulon”, siendo su misión común la de redondear la faena con un aire de continuidad. Así, ‘Galappagos’ va por la misma senda de ‘Crazy Marck’ en lo referente a la elaboración de vibraciones enérgicas dentro de la refinada esencia estilística de la banda, mientras que ‘Walpurgisnacht’ vuelve a la calidez espiritual antes expuesta en el tercer tema del álbum. En lo referente al primero de estos temas mencionados, el espíritu de jovialidad signa los aportes de cada instrumento y la amalgama resultante de ellos. En cuanto al segundo, al refugiarse en la languidez contemplativa para asentar la ambientación melancólica desde la que se impulsa el desarrollo melódico, el grupo gesta una magia flotante al modo de una buen tema lento de FINCH o de FOCUS. De este modo, nos topamos con lo más otoñal de este álbum que, en su mayor parte, ha resonado ampliamente con un espíritu primaveral a través de diversas gamas. La presencia de la guitarra acústica en algunos lugares estratégicos añade un interesante factor bucólico al asunto. Con su belleza entrañable, nos hubiese complacido mucho que esta sexta pieza del álbum durara un poco más, pero es que llega el turno de ‘Zombie D’Amour’ para poner el broche final al álbum. La misión central de esta pieza que dura poco menos de 5 ¼ minutos es la de rizar el rizo de la gracilidad extrovertida de los dos primeros temas; a pesar de su bizarro título, se trata de una pieza muy amable que ostenta una jovialidad fulgurosa y pícara. Hasta aquí llega nuestro repaso de esta joya perdida de fines de la primera generación del prog alemán. Vale la pena anotar los nombres de ZEBULON y de “Zebulon” en nuestras agendas de futuras pesquisas melómanas, la verdad que sí. 


Muestras de “Zebulon”.-
Galappagos: https://www.youtube.com/watch?v=L3AxZ3aSQRg


[Esta retrospectiva está inspirada en la reseña originalmente publicada en La Caja De Música: https://www.dlsi.ua.es/~inesta/Prog/LCDM/Discos/zebulon_zebulon.html]