HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Se nos ha pasado esto y, mientras tanto, la ORCHESTRA OF THE UPPER ATMOSPHERE está planificando su próxima obra fonográfica (que será la séptima). De todas maneras, no debemos pasar por alto lo que nos trajo el mencionado ensamble británico en el año 2020: más específicamente, nos referimos a su penúltimo disco hasta la fecha, “Theta Five” (o “Theta 5”),
el cual data del 11 de setiembre de 2020, dos años y pico después de “Theta
Four” y dos años y medio antes de “Theta Six”, el cual nos pareció una de las mejores obras de música abant-jazz-progresiva del pasado año 2023. En retrospectiva, tenemos una óptica similar respecto a el disco que hoy comentamos. Para esta osada expedición
sónica, el personal de la ORCHESTRA OF THE UPPER ATMOSPHERE constaba de Martin
Archer [saxofones, clarinetes, flauta, órgano, mellotrón, instrumentos de software
y voces], Steve Dinsdale [batería y sintetizadores], Lorin Halsall [contrabajos
acústico y eléctrico, y sintetizador], Yvonna Magda [violín y sintetizador], Andy
Peake [piano eléctrico Fender Rhodes y sintetizadores], Walt Shaw [percusión y
sintetizador], Jan Todd [voz, arpas. efectos electrónicos, teclados Midi, contrabajo, glockenspiel, guitarra acústica de 12 cuerdas, Korg wave drum e Idiopan] y Terry Todd [bajo y guitarra acústica de 12 cuerdas]. Lo que aparece aquí se recogió en sesiones de estudio en vivo en dos días de octubre del año 2019, mayormente con improvisaciones colectivas; ya en ulteriores meses, la labor de post-producción se centró en editar y reunir las ideas creadas en ese momento y añadir esquemas compuestos e intervenciones instrumentales. Bueno, ya es hora de repasar los detalles estrictamente musicales de “Theta Five”
‘Obsidian (Overture)’
abre el repertorio al modo de una excursión de libres formas que se expande por
un espacio de 7 ¾ minutos. Dichas formas libres vibran desde los rincones más lúgubres del subconsciente al modo de una expansión de los aspectos más abstractos de los PRESENT de los 80 y las exploraciones inquietantes de los ART ZOYD de 1982, añadiéndose una oportuna dosis de ruidismo frontalmente tenebroso. Fiel a su rol de obertura, funciona primordialmente como un preámbulo a otra cosa, y ésa es una pieza que dura alrededor de 20 ½ minutos y que porta el título de ‘Changeling’. Aquí hay un solemne groove en clave de jazz-fusion que se centra en la inteligente articulación triangular de batería, teclados y piano eléctrico, una columna en torno a la cual se arman las paredes, techos y escaleras de una mansión sónica donde los saxofones, los clarinetes y las capas de mellotrón van delineando los misteriosos colores a ser llenados en este exquisito regugio musical. Desde antes de llegar a la frontera del quinto minuto, se percibe claramente la operabilidad del híbrido entre el SUN RA de 1978 y los WEATHER REPORT de 1971-72 bajo la guía inspiradora de ese legendario proyecto del maestro Keith Tippett CENTIPEDE. Llega un momento de calma poco antes del ecuador, el mismo que sirve para arrojarse a una ensoñación surrealista donde la inquietud y el ensimismamiento confluyen en una única magia expresiva: esto sirve de empuje para un nuevo esquema rítmico marcado por una cadencia un poco más relajada que la primera, algo que, en vez de atenuar el vigor del ensamble, le permite explayarse en sus recursos particulares y estrategias colectivas. Hay espacio por llenar y los músicos se congregan en diálogos abiertos y desafíos sutiles hasta el punto de que el swing se intensifica al modo de una extravagante cruza entre los EMBRYO de 1971-73, los SOFT MACHINE de 1972-73, los GONG de 1971 y los CAN de 1974. La sección final sobre un tempo de 5/4 concluye este genial viaje musical con un inconfundible aire festivo. Si este segundo tema de “Theta Five” es su mastodonte, pues su oruroboros es ‘Pillared Space’, una maratón altivamente
postmoderna que se prolonga por un espacio de 42 minutos y pico. Los aires dadaístamente aleatorios que habían marcado a la ‘Obertura’ salen nuevamente al frente en las primeras instancias, esta vez con una actitud de sortilegio esotérico que viene bien para el canto femenino que se superpone al elegante caos de fondo. Parece que las percusiones estuvieran tanteando el camino, parece que las capas sintetizadas aguardaran el momento de concretar un foco, y es cuando la batería establece un complejo groove que el amanecer ilumina las ideas para una nueva fruición colectiva, pero... es algo efímero. Vuelven los efluvios misteriosos con aparentes matices lóbregos, los cuales instalan un puente hacia un futuro ejercicio radical de free jazz con matices psicodélicos.
La maratón
sigue adelante con esa dispersa alegría en clave de free jazz hasta que llega un nuevo momento de etéreas dilataciones aleatorias, esta vez con un ropaje más celestial que, de cierto modo, apelan a una reservada exaltación mística. Poco a poco, estas convergencias de sonidos individuales van mostrando su apego a la desafiante lógica de la musique concrète. Algo tendrá que suceder cuando la batería vuelva a tallar y esta vez lo hace para establecer un asidero para lo que parece ser un ritual ligeramente descoyuntado cuya misión es buscar un momentáneo asidero para los aportes de los instrumentos actuantes. Parajes sucesivos de introspección pastoral, densidad anárquica e introspección solipsistamente posmoderna refuerzan la versatilidad visceral y la mecánica cerebral que mueven conjuntamente a la razón de ser ensamble. Finalmente, el colectivo arma un complejo swing jazz-progresivo para brindar un relativamente luminoso epílogo a esta maratón, aunque nos queda claro que el patente fulgor es el tintineo postrero de las agitaciones solares antes del imperio del anochecer; la instrumentación está organizada como una oda a la luminiscencia que se va. El cierre del repertorio llega de la mano de ‘Zyxomma’, la pieza más ágil del álbum, siendo así que establece aires de familia con DAS RAD mientras también busca confluencias con la faceta más cálida de LED BIB y el estándar evocador de los WEATHER REPORT pre-Pastorius. A diferencia de las dos piezas extensas que le antecedieron, ‘Zyxomma’ aterriza en una terreno nebulosamente sereno. Un gran final para un disco excelso como “Theta Five”, una obra que se encuentra entre las más osadas del siempre aventurero ensamble de ORCHESTRA OF THE UPPER ATMOSPHERE. Como ya dijimos más arriba, el ensamble tiene en el horizonte cercano la planificación de su séptima entrega fonográfica: mientras tanto, vayamos revisando y redescubriendo todo lo que han hecho hasta ahora. *