Thursday, November 21, 2024

Un paseo por el templo musical de MARK COOK y STEVEN LEAK

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el nuevo disco a dúo del multiinstrumentista estadounidense MARK COOK y el sintetista canadiense STEVEN LEAK, el cual vuelve a ser firmado con sus nombres individuales en lugar de la nominación grupal THE FOREVER MOMENT con la que comenzó su asociación. “Temple 77” es el título del disco en cuestión: este nuevo trabajo se publicó el pasado 31 de octubre, sucediendo a “Happenstance” y “Ekstasis” (de junio y agosto del 2024, respectivamente). Se trata de un álbum conceptual inspirado por un peregrinaje que hizo una amiga de LEAK por una parte de la caminata de Shikoku para lidiar con el duelo tras la muerte de su pareja sentimental de toda la vida. Este peregrinaje está trazado en el sector sur de la isla japonesa de Shikoku e incluye 88 templos; el templo no. 77 se llama Dōryū-ji y su edificación deata del año 712. En líneas generales, lo que se vierte aquí es una exploración en despliegues atmosféricos e impresiones concretas que resulta más absorbente e incisiva que en cualesquiera otros trabajos fonográficos anteriores del dúo; debido al foco conceptual que acabamos de explicar, esta pauta creativa tiene todo el sentido del mundo. Repasemos ahora los detalles estrictamente musicales del álbum. 

Todo comienza con ‘At Crossed Paths’, una pieza signada por capas minimalistas de sintetizador desde las cuales se proyecta una densidad cósmica donde lo explícitamente evocativo adquiere algunos matices que parecen amenazantes, o, como mínimo, portadores de un misterio que oculta una fuerza poderosa que el intelecto no puede encapsular. Desde poco antes de atravesar la frontera del cuarto minuto, el esquema sónico se suaviza de a pocos para abrir paso a una segunda sección donde se delinea una aureola de amable introspección tras unos golpes de tambor que anuncian el surgimiento de algo nuevo. Las tersas y dispersas escalas de guitarra y teclado que van emergiendo crean un ambiente de ensueño que se refuerza con la presencia de percusiones concretas aleatorias. El segundo tema del disco es el que justamente le da título; también es el más extenso con su espacio de más de 13 ½ minutos. Los pasajes iniciales de ‘Temple 77’ tienen la misma marca minimalista de la pieza inicial, pero esta vez se trata de algo más tirado hacia una parsimonia ceremoniosa con ciertos tintes oscurantistas. Los efectos percusivos son ahora un poco más pronunciados en medio de un minimalismo más explícitamente absorbente. Es como una neblina que se apodera pronto de todos los espacios, aunque también ella se va disipando para dejar entrever que una especie de calma surgirá en el horizonte próximo, y efectivamente, ésta llega como un pequeño puente etéreo hacia una sección de cariz étnico donde un solemne juego percusivo arma un groove místico para un índice temático relajante. Un poco más adelante, una nueva neblina entra a tallar para impulsar un dinamismo nuevo al entramado sonoro, algo un poco más agitado sin romper con la imperante solemnidad; de a pocos, todo se va tornando más suntuoso e incluso abre camino a expresiones de jovialidad, aunque ésta todavía está masivamente arropada por una ambientación mística. He aquí una perfecta mezcla de prog-ambient y electrónica posmoderna con añadidos matices fusionescos y unos envolventes retazos Crimsonianos de Warr Guitar; para decirlo de otra manera, he aquí un eslabón perdido entre los HERD OF INSTINCT de los dos últimos discos y los TANGERINE DREAM de la etapa 1973-76. 

‘Orphan Sparrow . Sunday Song’ cierra el repertorio con unas refrescantes variaciones en el modus operandi del dúo. La primera sección se explaya liberalmente por senderos electroacústicos marcados por misteriosas agitaciones étnicas, estando ellas dispuestas bajo un manto crepuscular. Los efectos de pasos se asocian con los aleatorios ornamentos percusivos. Una vez que entra a tallar un pequeño  batallón de tambores, se anuncie el arribo de la última sección, la cual emergerá alrededor de la frontera del sexto minuto y  medio. En este momento, se instaura un bien definido jam prog-psicodélico signado por un refinamiento meticuloso y señorial. Mientras avanzan los segundos, su etéreo embrujo se deja llevar sobre los hombros de un swing firme que algo tiene de sensual. Un final de álbum bastante llamativo. Los nombres del ensamble MARC COOK AND STEVEN LEAK y del disco “Temple 77” deben, a fin de cuentas, anotarse como referentes importantes para la experimentación prog-ambient del año 2024. Estos últimos meses han sido bastante prolíficos para esta asociación estadounidense-canadiense que, una vez más, da amplias muestras de infatigable creatividad dentro de la avanzada progresiva de los países de América del Norte.  


Muestra de “Temple 77”.-

Tuesday, November 19, 2024

EMERSON, LAKE & POWELL: el efímero milagro progresivo británico del año 1986

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión, echamos una mirada atrás al año 1986 y nos topamos con un efímero y excelso milagro progresivo británico de aquel entonces: la existencia del trío EMERSON, LAKE & POWELL y la publicación de su álbum homónimo el 26 de mayo del mencionado año 1986 por vía del sello Polydor. El camino que llevó a la gestación y publicación del muy buen álbum “Emerson, Lake & Powell” comenzó con la idea de resucitar la fuerza creativa del que otrora había sido el iconoclasta y exhibicionista power-trío EMERSON, LAKE & PALMER para llevarla hacia un nuevo reinado en una nueva década. La cosa era que en el momento de esa idea inicial, el año 1985, Carl Palmer estaba todavía atado al espacio y el cronograma de ASIA, el supergrupo iniciado por John Wetton, Steve Howe, Geoffrey Downes y el propio Palmer a inicios de los 80. Tras un par de años exitosos, ASIA pasaba por una veloz espiral decadente, aunque todavía luchaba por mantenerse a flote. En este escenario, el plan de contingencia era conseguir un nuevo compañero de arquitectura rítmica para la renacida hermandad musical del teclista Keith Emerson y el bajista-guitarrista-cantante Greg Lake.  Éste se tomó unas vacaciones de su carrera solista para reemplazar por unos días a Wetton en ASIA en esos turbulentos tiempos posteriores a la publicación del segundo álbum “Alpha”, así que pudo volver a ser compañero de banda de Palmer dentro de un contexto de rock artístico, pero, como se dijo antes, éste seguía comprometido con el susodicho grupo, así que cuando conversó con Emerson (quien compuso varias bandas sonoras de películas tras la disolución de ELP) para resucitar a la Mantícora Tricéfala del Rock Progresivo Británico, el asunto pasó a ser cómo realizar un plan B... Y el único posible era contar con otro baterista. Powell, a quien Emerson conocía, tenía una merecida buena reputación de baterista virtuoso y sólido de rock duro y clásico tras su paso por THE JEFF BECK GROUP, RAINBOW, MICHAEL SCHENKER GROUP y WHITESNAKE, además de contar con tres discos solistas en su currículum. Además, tuvo el estrambótico honor de entrar en el circuito del pop bailable de los años 70 y el euro-pop de los 90 cuando su tocada en el single ‘Dance With The Devil’ fue sampleada por BONEY M (los dos primeros temas de “Nightflight To Venus”) y RIGHT SAID FRED (el hit ‘Im Too Sexy’). Avatares del destino. Por lo demás, es una coincidencia que su apellido comenzara precisamente con la consonante P: en palabras de los mismos integrantes del trío, no era tan difícil convocar a bateristas con un apellido así, como Simon Phillips, Jeff Porcaro, Neil Peart, Ian Paice, etc. De todas maneras, en algunas entrevistas, Keith y Greg bromeaban sobre haber buscado a un Gene Prupa o un Phil Pollins. Si la ausencia de Palmer podía sugerir en un inicio que la reunión de Emerson y Lake tenía que darse con una logística grupal distinta, la presencia de Powell fue motivadora de la idea de crear una “nueva versión del viejo trío”. Así las cosas, usando una imagen modernizada para el trío, se usó una remodelación cibernética de los tres perfiles de “Trilogy” para la portada de “Emerson, Lake & Powell”. El diseño de esa portada estuvo a cargo de Koppel & Scher. Las sesiones de grabación tuvieron lugar en Maison Rouge y en Fleetwood Mobile. Tony Trevener co-produjo el disco con Lake, haciéndose cargo también de la ingeniería de sonido y la mezcla; la masterización estuvo en manos de Jack Adams en Sterling Sound. En abril de este año 2024 se ha publicado la caja “Complete Collection”, la cual recoge el homónimo disco de estudio, el registro de una sesión de ensayos y la mayor parte de un concierto que se dio en los EE.UU. Esto fue posible merced a la asociación de fuerzas de Spirit Of Unicorn Music, Manticore Records y Cherry Red Records.  

 

Al fin y al cabo, siendo una entidad propia por tratarse específicamente de los apellidos EMERSON, LAKE & POWELL, la cosa es que su esquema de trabajo estaba determinado por la idea de continuación de lo que había dejado como legado el trío EMERSON, LAKE & PALMER antes de su disolución a fines de los 70. Con la peculiar energía rockera de Powell y los sonidos que Emerson exploraba en los más recientes modelos de los sintetizadores Yamaha, Korg, Kurzweil y Oberheim, la maquinaria estaba lista para operar con las nuevas composiciones que se pusieran sobre la mesa; además, la voz de Lake todavía se mantenía fresca e inmaculadamente afinada para los tránsitos de la furia a la introspección y viceversa. Había un aire de familiaridad con las glorias del pasado, no podía ocultarse ni evitarse. Varios aspectos espirituales de sus viajes fastuosamente megalómanos de su etapa 72-73 y estilizaciones sinfónicas propias de la época del primer volumen de “Works” confluyen en la canción que abre este álbum: ‘The Score’, que con su espacio de 9 minutos y pico es la canción más larga del repertorio. La letra que recién emerge en su segunda sección testimonia el entusiasmo de traer de regreso a una fuerza rockera de antaño y nos invita a prestar atención a su resucitado fulgor: “Do you know the score? / Alright, I hear you! / I would make a play for sure / If I could only get near you. / It’s been so long, you’re welcome back, my friends, / To the show that never ends.” El canto de Lake es genuinamente brioso en medio del pomposo carnaval prog-sinfónico que se arma con los instrumentos actuantes: es ese espectáculo que parecía haber acabado pero que, en el fondo, era inacabable. Todo empezó con unas gruesas capas de teclados a los que se sumaban golpes de gong y platillos colgantes, más alguna nota de guitarra eléctrica, y una vez dispuesta una impetuosa secuencia sintetizada, el trío se puso a desplegar su electrizante robustez. El centro temático se toma su tiempo para instaurar y reforzar su ingeniería melódica, la cual está contenida por una grandilocuencia bien definida. Siempre da la sensación de que tiene lugar un vendaval sónico, pero las cosas nunca se escapan de las manos, ni siquiera durante esas explosivas cadencias que irrumpen antes de la última sección cantada. El epílogo goza de un cierto cariz Wagneriano que casi se traduce a una musculatura metalera guiada por los teclados en rumbo hacia el frenético clímax triádico: suntuosidad pomposa y aristocrática en su máxima expresión.
 

La segunda canción sigue adelante con este resplandor rockero mientras se hace cierto eco del hard rock melódico de aquella primera mitad de los 80, pero ojo, sigue siendo un neto ejercicio de preciosistas musicalidades prog-sinfónicas. La letra es muy elocuente en su elogio de la fuerza de carácter para afrontar los desafíos de la vida: “Energy glows in the heart of the city. / You stand in the shadows or reach for the sky. / This time the promise is not just illusion. / I’m heading for glory, I’m learning to fly.” – “Everything’s moving out of the city. / They murder with kisses and then wonder why. / Everone’s looking out over their shoulder. / We’ve all gotta jump, so I’m learning to fly.” La coda de la canción desarrolla un despliegue del motif central con variantes de tenor romántico, generando una atmósfera etérea pertinente para retratar musicalmente el vuelo añorado. Eso sí, las últimas notas derivan hacia un aterrizaje sombrío que se deja ornamentar por unos sonidos de campana funeraria… se abre así la puerta para el arribo de ‘The Miracle’, para nosotros, la mejor canción del disco. Volviendo a ese vigor electrizante de la primera canción en cuanto a la forma, el fondo no tiene nada de celebratorio: se trata de un lamento antibélico no exento de rabia donde se expresan los peores temores de una fatal guerra nuclear en la carrera armamentística que, por entonces, seguía siendo impulsada por la persistente Guerra Fría. Estas líneas son muy expresivas: “Another sword upon a throne, / But now the jester laughs alone. / Beneath this cloak of treason / Appear a thousand faces. / The truth must stand to reason / For those whose heart it chases.” – “Their banners fly in splendour, / The ghosts of night descended. / With grace, their souls surrender. / The seal must be defended. / Still the dragons reign supreme, / Breathing fire ‘till we scream, / They leave us nothing but our dreams. / No shield can save us.” El bloque melódico es cautivador y trágico a la vez, algo así como una cruza entre Beethoven y Tchaikovsky en una parcial reformulación del sonido de los ELP de 1973. Cabe destacar el majestuoso solo de órgano Hammond que emerge a mitad de camino, un atisbo de la etapa 70-73 que emerge con auténtica frescura en medio de la masiva coral sintetizada. Un lado A impecable: no sólo había imaginación creativa, sino también una auténtica musculatura rockera. 

  

El lado B se inicia con el hit ‘Touch And Go’, el cual recibió amplia difusión como sintonía de eventos deportivos al igual que ‘The Score’. Claro, en el caso de ‘Touch And Go’ tenemos un despliegue de garra rockera sobre un medio tiempo en base a la melodía central de la canción tradicional ‘Lovely Joan’, siendo así que el sintetizador usa un recurso de viento tradicional entre el corno y la gaita para darle una magnificencia particular a la canción. La manera en que el trío incrementa la energía expresiva en la sección final explota inteligentemente el gancho ínsito a la melodía. En cuanto a la letra de Lake, se trata de una denuncia de la fatal mezcla de mecanicismo, estrés e inercia consumista que padecen los proletarios: “Systematic one-man show. / You’re caught up in the middle where the four winds blow. / No salvation, 20 below. / You’re runnin’ with the devil’ it’s touch and go.” – “All systems go, friend or foe. / It's all dependin’ on the dice you throw. / Come without a warning like a U.F.O. / You’re runnin’ with the devil’ it’s touch and go.” Luego sigue una canción más ligera llamada ‘Love Blind’, la cual se sitúa en un terreno híbrido de JOURNEY y FOREIGNER con ciertos resabios a lo new wave y algunas confluencias con lo que hicieron ASIA en sus dos primeros discos. Sin embargo, la inteligencia de los arreglos y solos de los sintetizadores en conjunción con el flujo bien logrado por la dupla rítmica permite a los ELPowell desenvolverse con credibilidad rockera. No tenemos aquí un ‘Nothing To Lose’ o un ‘Abacab’, que quede claro: Lake no suena tan afectado como Wetton ni hace quiebres aniñados como muchas veces hacía Collins en los 80, no, él preserva su asertiva masculinidad mientras lamenta el típico dolor del desamor. Cambiando totalmente de registro con ‘Step Aside’, el trío articula un agradable ejercicio de jazz de salón con el apoyo de un desarrollo melódico bastante eficiente a la hora de evocar imágenes noctámbulas con cierto cariz cinematográfico. El solo de piano que se desarrolla en el intermedio es simplemente mágico; por otra parte, se puede señalar que Powell pudo haber aprovechado mejor su capacidad para el swing en una canción como ésta, tal vez debió haber usado más trucos ornamentales para la ingeniería rítmica, sentimos que su versión del jazz suave es demasiado mecánica durante las numerosas secciones cantadas. Pero bueno, así quedó todo para la posteridad.

Es la penúltima canción del lado B su momento más conmovedor: nos referimos a la balada pacifista ‘Lay Down Your Guns’, la cual funge como complemento de serenidad contemplativa para la rabia impotente que signó a ‘The Miracle’. Lake recibió la ayuda de Steve Gould (exintegrante de los legendarios RARE BIRD como cantante, bajista y guitarrista) para armar el loable mensaje. La actitud contenida de Emerson a la hora de trazar las bases armónicas con su piano ayudan a Lake a explayarse en este pathos humanista y recordarnos por qué fue considerado como uno de los mejores cantantes de la escena progresiva británica de los 70. El solo simultáneo de sintetizador y guitarra en el intermedio es brillante a través de su relativa sencillez mientras que los ornamentos percusivos del final redondean eficientemente el espíritu de la canción. El final del álbum llega de la mano de ‘Mars, The Bringer Of War’, como su título lo indica, una versión de la que tal vez es la sección más popular de la suite Los Planetas de GUSTAV HOLST. La inserción de esta pieza académica dentro del repertorio del trío provino de una sugerencia del nuevo vecino del barrio Powell, sugerencia que fue inicialmente rechazada por Emerson porque éste temía que se convirtiera en algo parecido a un rutina del tipo “Richard Clayderman toca los clásicos”. Powell logró que su idea se aplicara tras mostrar a Keith un vídeo de RAINBOW donde hacían una versión de dicha pieza académica con la inclusión de un solo de batería. Por supuesto, Lake estaba familiarizado con esta parte de la obra de HOLST porque en sus tiempos como integrante de KING CRIMSON se hacía una versión particularmente solemne y densa de esta pieza.* Pues bueno, en manos de este trío, el armazón melódico es bastante fiel al original, aparte de la inclusión de un breve solo de sintetizador en clave psicodélica que se inserta en algún paraje de la segunda mitad. El primer volumen incluye tres bonus tracks, incluyendo a ‘Vacant Possession y ‘The Loco-Motion. La primera de estas canciones es una balada muy enmarcada dentro del sonido AOR de esos tiempos, pero, a la vez, se nota en ella una seria ambición melódica y un gusto por la inclusión de algunas variantes interesantes de groove y desarrollo temático. En cuanto a ‘The Loco-Motion’, se trata, en efecto, de una versión sofisticada de ese hit de los 60 compuesto por Jerry Goffin y Carole King. Se trata de un clásico del pop de los 60, cómo negarlo, y tiene un encanto que puede asumir cierta polenta rockera como bien lo demostraron GRAND FUNK RAILROAD en el 1974. En manos de ELPowell recibe un añadido melódico en su prólogo y algunas virguerías de sintetizador sobre un compás muy extrovertido. Eso sí, de haber sido por nosotros, hubiésemos preferido que se hiciera una versión de ‘Street Fighting Man’ de THE ROLLING STONES o ‘Diamond Dogs’ de DAVID BOWIE, por poner dos ejemplos de canciones pegadizas y con punche. Como sea...

 

El segundo volumen de la “Complete Collection” contiene el registro de una sesión de ensayo que tuvo lugar en el Sprocket Studio de Londres en preparación para la gira de promoción del álbum homónimo del trío. De hecho, esto no era un total misterio para los ávidos coleccionistas de cosas Emersonianas pues ya existía una publicación del 2003 bajo el nombre de “The Sprocket Sessions” que recogía esta sesión, por lo que la ventaja ahora consiste en hacerlo parte de un ítem comprehensivo. Se nota en lo registrado aquí lo bien que funcionaba el engranaje de Keith, Greg y Cozy en la forma tan integrada en que funciona la ilación de los tres primeros temas del disco; especialmente, ‘Learning To Fly cuenta con un swing más suelto y una batería más potente. Más adelante, ‘Love Blind’ tendrá un músculo más patente que en la versión plasmada en el disco de estudio. También son dignos de destacarse el buen pulso con que se acomete la ambiciosa suite ‘Pirates’, el recuento de voraces fuegos sonoros en la versión resumida de la legendaria suite ‘Tarkus y el arreglo novedoso para ‘Still... You Turn Me On’ con formato de dueto de sintetizador y voz. A su vez, la sección final de ‘Pictures At An Exhibition’ brinda un contrapeso de ceremoniosidad a estas exploraciones del centelleo esencial del canon Emersoniano. Tampoco podemos obviar a ‘Mars’ con la inclusión del solo de batería, un momento bastante electrizante de la sesión que luego, en el tercer volumen que contiene una actuación en Lakeland, Florida, del 4 de noviembre de 1986, exhibirá dosis más elevadas de exuberancia y ferocidad donde los tambores cobran vida propia a punta de virtuoso fetichismo sónico.** Ciñéndonos al repertorio del concierto antes mencionado, la apertura con ‘The Score es un punto de inicio sin fala, mientras que la pronta emergencia de ‘Touch And Go’ refuerza la buena onda. Con la dupla de ‘Knife Edge’ y ‘Pirates’, la suntuosidad mantiene incólume su garra esencial, mientras que la subsiguiente dupla de ‘From The Beginning’ y ‘Lucky Man’ abre oportuno espacio a la infaltable faceta acústica del legado de ELP. El groove llamativo de ‘Fanfare For The Common Man’ gesta un regreso frontal a la incandescencia expresionista de las primeras canciones, mientras que el popurrí ‘Karn Evil 9 (1st Impression) / America / Rondo’ eleva esa misma incandescencia a niveles volcánicos. Un estupendo registro en vivo, sin duda.


Todo esto es lo que se nos ofrece en la “Complete Collection” de EMERSON, LAKE & POWELL, o sea, todo en el sentido literal. El legado de este proyecto de semi-resurrección del paradigma de EMERSON, LAKE & PALMER resultó, a fin de cuentas, crucial como un antecedente para el esquema musical que tendría lugar a inicios de los 90 con el retorno efectivo de ELP. “Black Moon”, el primer disco de esa nueva etapa, siguió de cerca el patrón de “Emerson, Lake & Powell”. Algo similar se puede decir del disco que hizo el trío de Keith Emerson, Carl Palmer y Robert Barry bajo el nombre de 3 en el año 1988; bien es verdad que ese disco “... To The Power Of 3” es muy irregular, más como un híbrido de ASIA y los YES de 1987 que algo netamente Emersoniano, pero bueno, volvamos al trío que hoy nos ocupa. Éste sólo hizo una gira en los EE.UU. entre agosto y octubre de 1986, y eso fue todo porque no hubo una extensión de la gira por escenarios europeos debido a la pronta desintegración del grupo. Un secreto a voces referente a la causa de esta pronta disolución es que hubo fuertes desacuerdos entre Lake y Powell, aunque la causa oficial de ese momento se anunció como una serie de discrepancias insalvables entre el trío y su equipo de management. Tras la debacle, no le faltó trabajo al buen Cozy, pues fue prestamente convocado a la banda de GARY MOORE y, muy poco después, a BLACK SABBATH. Este documento integral del milagro musical que EMERSON, LAKE & POWELL propuso para la escena del rock de los 80 en nombre del ideal progresivo nos demuestra que fue algo muy valioso y muy valiente, con suficientes méritos estéticos para que se preserve como algo inolvidable. Por supuesto, una colección de rock sinfónico y tendencias similares sólo puede mejorar con la inclusión de esta caja triple “Complete Collection”. Muchas gracias a Keith (1944-2016), Greg (1947-2016) y Cozy (1947-1998) por haber hecho de EMERSON, LAKE & POWELL mucho más que un plan de contingencia: su único disco de estudio es y siempre será un punto de referencia para el efímero milagro progresivo británico de los 80.


Muestras de “Emerson, Lake & Powell” y más.-
Learning To Fly [ensayo en el Sprocket Studio]: https://www.youtube.com/watch?v=WcRECCHWM50
Tarkus [ensayo en el Sprocket Studio]: https://www.youtube.com/watch?v=-GaZNOal-Zg
Mars, The Bringer Of War [en vivo]: https://www.youtube.com/watch?v=AZscKiSiCow  
Karn Evil 9 (1st Impression) / America / Rondo [en vivo]: https://www.youtube.com/watch?v=zb9UPtWEwgY


* Como ya sabemos, esta iniciativa se transformaría y ampliaría posteriormente en ‘The Devil’s Triangle’ la suite que encarna el clímax definitivo del segundo álbum de estudio de KC “In The Wake Of Poseidon”.

** Dicho concierto también ha estado disponible en el pasado merced a un bootleg oficial publicado en edición limitada por Manticore en el 2003, siendo Lake el productor. También existió en el 2012 un CD doble publicado por el sello SFM donde se incluía el material de este concierto junto a los ensayos en el Sprocket Studio.

Saturday, November 16, 2024

Segunda exhibición del bestiario progresivo de THE CIRCLE PROJECT



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el agrado de revisar y comentar la segunda exhibición del bestiario progresivo de THE CIRCLE PROJECT, colectivo español de rock progresivo moderno que acaba de publicar el álbum “Bestiario II”, continuación del concepto iniciado por “Bestiario” en el ya relativamente lejano mes de octubre de 2016. Ahora está presente “Bestiario II” desde el 22 de julio para instaurar un enclave importante desde España para el perpetuo ideal del rock artístico en clave progresiva. El músico Rafael Pacha se encargó de la supervisión, producción y dirección musical de “Bestiario II”, disco que brinda 13 semblanzas musicales progresivas de sendas bestias que son descritas alternadamente por Alexandro Baldassarini y María José Vaquero Pichu; los dibujos de las bestias imaginarias son de la autoría de Ángel G. Lajarín. Pacha tocó varios instrumentos en algunos temas del disco; Germán Fafian colaboró cercanamente con Pacha en la organización de las grabaciones y, ocasionalmente, alguna labor de mezcla. La trama conceptual de “Bestiario II” se plantea como sigue: “Ángel descubre viajando por las redes un dibujo de un mapa de finales del siglo XVI por Urbano Monte, un planisferio dividido en sesenta láminas y recientemente ensamblado en formato digital por David Rumsey para la colección de mapas de las bibliotecas de Stanford. Se trata de un misterioso mapa muy exacto para la época que describe zonas y animales jamás vistos en nuestro planeta, por lo que le parece ideal como portada del disco.” La producción ejecutiva del álbum que hoy nos ocupa es Huamaca Brothers Records (subsello de Madre Mine Records & Tapes), conformado en esta ocasión por Paco Asensi, Paco Barroso, Carlos Duro, Pedro Enrique Esteban, Patricia García, Ángel Gómez, Rafael Pacha, Miguel Rodríguez y Alfonso Romero. 


La lista de músicos involucrados a lo largo y ancho de este extenso repertorio de más de 74 minutos de duración es, de por sí, bastante larga: Rafael Pacha [guitarras, teclados, salterio, flautas, flautas dulces, bajo sin trastes, hulusi, zither, violín, viola da gamba, melódica, cuatro y tablas],  Germán Fafian [guitarras, cuatro, teclados, síntesis modular],  José Carballido [guitarra eléctrica, teclados y voz], Carlos Aguilera [sintetizadores], Paco Asensi [teclados y batería], Alessandro di Benedetti [teclados]*, Mario Bocanegra [teclados[, Pablo Canalís [teclados, bajo, concha, waterphone, flauta nativa americana y muestras de sonidos acuáticos], José Cifuentes [flauta y saxo], Raúl Díaz [teclados], Noné Easter [guitarra eléctrica],Chus Gancedo [batería], Oscar García [batería y percusión]. Alberto Mateos [bajo, guitarra, teclados y mandolina], Alfonso Romero [Chapman Stick y bajo], Joaquín Sáinz [guitarra eléctrica], Manuel Soto Noly [guitarra acústica, teclados y programación de ritmos] y Cochè Vil [guitarra eléctrica]. También están las cantantes Alicia Pacha y Claudia Zurdo. Vayamos ahora a los detalles del repertorio. La breve locución de ‘Manual de Criptozoología – Continuación’ inicia las cosas de una manera ceremoniosa para abrir el camino a la dupla de ‘Capítulo 9: Mantícora’ y ‘Capítulo 10: Diaemus Gravida’ se forja con un sistemático lirismo que apunta, simultáneamente, a lo mágico y lo evocador. El primero de estos temas mencionados establece una evocadora confluencia de los paradigmas de HAPPY THE MAN y los STICK MEN con la adición de ciertos elementos Oldfieldianos que resultan muy eficaces a la hora de resaltar los matices folk-rockeros. En cuanto al segundo, se trata de un gentil ejercicio de sinfonismo que se mueve grácilmente a lo largo de la razonablemente sofisticada ingeniería rítmica y la diversidad de ambientes. Lo que suena nos remite a MAGENTA y BIG BIG TRAIN en lo referente a la convivencia de las estilizaciones rockeras con lo pastoral. ‘Capítulo 11: Architeutis Dux -Kraken-’ es una pieza totalmente ajena a lo anterior: oscura, lánguidamente siniestra, atravesada por un aura minimalista que, en algún momento,  acoge el candor de una flauta étnica. ‘Capítulo 12: Pardus Alatus Nero’ comienza con bucólicos aires etéreos tal como se plasman en la delicada asociación entre las guitarras y los sintetizadores. En una segunda instancia, se da un viraje hacia una enérgica exploración de sonoridades sinfónicas con la guitarra eléctrica en el rol protagónico. 
 
 

Llega ahora el turno del ítem más extenso del repertorio, ‘Cap​í​tulo 13: Homo Narcissus -Leno Litore, Assinus Facies-’, que dura casi 9 minutos. Su dinamismo directo halla un perfecto contrapeso en el refinamiento sumamente preciosista con el que se arma la bien estructurada maraña instrumental. El canto es explícitamente enérgico, algo que sustenta a la extroversión esencial de la canción de forma consistente. A poco de pasada la frontera del quinto minuto surge un interludio pastoral que añade variedad al entramado melódico. Lo que suena aquí es una encrucijada entre THE ALAN PARSONS PROJECT, PENDRAGON y GENESIS. ‘Capítulo 14: Meiga’ es una canción conmovedora que se deja perfilar por el canto teatral mientras el hermanamiento de las bases armónicas de los teclados y la guitarra acústica emerge como una agitada neblina emocional. ‘Capítulo 15: Rainbow Leprechaun’ comienza con unas fulgurosas sendas sinfónicas donde conviven lo flotante y lo misterioso, siendo así que el encantador desarrollo temático se asienta con vibraciones un tanto inquietantes. Una vez patente el bloque sonoro íntegro, la aureola sónica adquiere una fastuosidad vivaz que, de a pocos, se delinea dentro de un equilibrio entre lo sinfónico y lo folk-progresivo. Cuando llega el turno de ‘Capítulo 16: Grifelino Coloris’, emergen aires fusionescos filtrados por palaciegos aires renacentistas. Hay un extraño pero magnético exotismo en las síncopas de 6/8 utilizadas en el esquema  rítmico. ‘Capítulo 17: Tardo’ agita el avispero con un electrizante vitalismo sonoro donde confluyen sinfonismo y prog-metal con una espiritualidad augusta y una luminosidad épica. ‘Capítulo 18: Narvalus Transeo’ entra a tallar para acoger varios de los ecos de magnificencia sofisticada de la pieza precedente, pero esta vez con un enfoque neo-progresivo que se adorna eficientemente con enclaves space-rockeros provistos por algunas secuencias sintetizadas. La secuencia de ‘Capítulo 19: Papilio Evanescens’ y ‘Capítulo 20: Draculis Scarabus’ conquista nuevas cimas de fulgor expresivo y diversidad musical para el repertorio aquí contenido. El primero de estos temas mencionados se enmarca dentro una onda ambient que está acicalada por delicadas capas cósmicas; más adelante, algunos adornos de maderas y percusión añaden tintes étnicos al asunto y, de paso, también incrementan el colorido sónico en curso

 

El otro tema que acabamos de mencionar cambia de registro para enfilarse por áreas vanguardistas donde el Crimsonismo y el post-rock instauran una sugerente hibridación, la misma que se elabora bajo un ropaje electrónico emparentado con los TANGERINE DREAM y los OZRIC TENTACLES del nuevo milenio. Todo es muy cinematográfico: se deja a las atmósferas mismas erigirse como el foco compositivo para que, dado el momento, la guitarra imponga un solo muscular y neurótico en aras de una ascensión expresionista. ‘Capítulo 21: Auxia’ establece conexiones estilísticas con el Capítulo 18, incorporando la particular novedad de utilizar vibraciones jazzeras dentro del groove general del jam. De este modo, la composición goza de una frescura bastante llamativa. En el trasfondo de los fraseos de la guitarra solista y las envolventes orquestaciones de los teclados se lucen las líneas del bajo, precisas y con su oportuna cuota de inmersión en el esquema melódico. El epílogo está signado por la alocución de ‘15 Manual De Criptozoología – Final’, dando por concluido este nuevo trayecto del colectivo de THE CIRCLE PROJECT. “Bestiario II” es una obra sumamente meticulosa y diversa; como tal, se destaca por su libre expansión de colores musicales que permite a cada pieza ostentar su propia personalidad mientras el conjunto funciona como un todo inteligentemente polícromo. Totalmente recomendable y, cómo no, totalmente conmovedora la asociación de mentes y corazones que hizo posible este disco. 
 
 
Muestras de “Bestiario II”.-


* El mismo Alessandro di Benedetti de INNER PROSPEKT brinda la cuota internacional a este segundo Bestiario progresivo. 

Wednesday, November 13, 2024

Un triángulo completo de la banda retro-progresiva italiana THE WINSTONS


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy prestamos atención al nuevo disco del grupo retro-progresivo THE WINSTONS, el cual se titula “Third”. No es exactamente el tercer trabajo de larga duración de este trío conformado por Roberto Dell’Era [bajo, guitarra, piano y voz], Lino Gitto [batería, percusión y voz] y Enrico Gabrielli [teclados, vientos y voz], pero sí es el tercero con material propio, pues su segundo álbum fue una adaptación de la clásica obra de MUSSORGSKY Cuadros de una exposición firmada en conjunto con el ensamble ESECUTORI DI METALLO SU CARTA. “Third” fue publicado el pasado 18 de octubre y da muestra de una nueva vitalidad que la banda insufla a su propuesta sonora, la cual se centra mayormente en un enfoque retro-progresiva que se deja ornamentar tanto por elementos modernos como por reavivaciones de la psicodelia de fines de los 60. El disco que hoy nos ocupa fue grabado en el Bach Studio de Milán; veamos ahora los detalles del repertorio en él contenido.  
 

‘Break The Seal’ abre el álbum con un ambicioso espacio de 12 ½ minutos; de hecho, es el tema más extenso del mismo y saca un buen provecho de la situación. Tras un prólogo marcado por capas de mellotrón de cuerdas entra a tallar un motif cantado que se mueve cómodamente dentro del retro-Canterbury melódico que ya podemos apreciar en otras bandas afines como MAGIC BUS, HOMUNCULUS RES y NEEDLEPOINT, sólo que la gente de THE WINSTONS brinda su propia espiritualidad lúdica al armazón de sus esquemas temáticos y los sobrios arreglos con que remodelan a éstos. A medida que pasan los minutos, se van sucediendo variados bloques musicales con diversas dosis de agilidad. Alrededor de la frontera del quinto minuto se da un viraje estilizadamente pastoral, y a partir de aquí, se gestan recursos de fastuosidad prog-sinfónica bajo la guía del piano (al modo de una cruza entre GRACIOUS! y los GENESIS de 1970). La sección prologar consiste en una mini-balada en 3/4 situada en una cruza entre los RADIOHEAD de fines de los 90 y el ROBERT WYATT de 1974; la coda psicodélica emana unas intrigantes vibraciones cósmicas, culminando así un excelente inicio del álbum. Sigue la secuencia de ‘Check It Out’ y ‘Song For Mark’. El primero de estos temas mencionados se sitúa sobre un groove jazz-rockero bastante dinámico, siendo sus persistentes síncopas portadoras de una razonable dosis de garra expresiva, algo así como un híbrido entre los IF de los tres primeros discos y los CHICAGO de los discos II-IV. En cuanto a ‘Song For Mark’, vira totalmente de registro para explayarse en una atmósfera relajada e intimista sobre una base bucólica de corte folk. Los ornamentos de percusión, guitarra slide y teclados que emergen a lo largo de la segunda mitad añaden una magia especial a la cálida y sencilla estructura melódica en curso, haciendo que todo suene como un híbrido de Nick Drake y Kevin Ayers. La miniatura ‘Somewhere In The Mediterranean’ es una emulación de un anuncio radial de FM. De allí sigue ‘Abie’, una canción bastante grácil donde la patente ingenuidad del esquema melódico diseñado para la ocasión se enlaza directamente con los legados respectivos de los SOFT MACHINE de 1978 y los CARAVAN de los dos primeros álbumes, además de algunos atisbos de THE BEATLES de 
“Revolver”. La labor de los teclados resulta crucial para mantener intacta la constancia de la llamativa luminosidad de la canción.
 
‘Vinegar Way’ es la segunda pieza más extensa del disco, durando cerca de 11 ¾ minutos. El pasaje inicial, que se toma algunos minutos para explayarse como quiera, se enmarca bajo una atmósfera flotante donde convergen lo místico y lo misterioso, una especie de matrimonio de luz y niebla que signa tanto a las etéreas orquestaciones de teclados (junto a los ornamentos de flauta, guitarra y percusión) como al cántico eficiente. Una segunda sección se moviliza por un groove llamativo donde un jam jazz-progresivo se deja llevar por su propia gracilidad mientras los ornamentos de saxo, flauta y órgano van enriqueciendo eficazmente el núcleo melódico. Hay un encanto irresistible en el modo en que los músicos capitalizan la magia expresiva del encuadre básico de la pieza. Los alucinados vuelos emanados del saxofón en la coda completan el aura juguetona de esta segunda parte del tema. He aquí otro momento culminante del disco. ‘Never Never Never’ es un certero manifiesto de la reactivación de los factores más ágiles y estilizados de la propuesta musical del trío, tendiendo puentes entre el patrón de THE KINKS para la fase 1967-70 y los CARAVAN de 1969. La rasposa agresividad del canto brinda una rara aunque eficaz asertividad a la espiritualidad celebratoria que se establece en el cálido frenesí elaborado por la ingeniería rítmica mientras las escalas y armonías de los teclados disparan cañonazos de color por doquier. Cuando llega el turno de ‘Winstonland’, la banda ejerce una ceremoniosa teatralidad que nos vuelve a remitir a esos tiempos del pop barroco de fines de los 60. Tiene bastante gancho y nos hubiese gustado que durase más de los casi 3 minutos de espacio que el grupo le otorgó, pero es que llega el cierre del repertorio de la mano de ‘Hugging Himself In The Dark Of The Park’, tema que sólo dura alrededor de minuto y medio. Su aleatoria sucesión de efectos de percusiones concretas, efectos de sintetizador, vientos y cuerdas causa un bizarro efecto de desintegración tras el despliegue de extroversión consignado por 
‘Winstonland’. Todo esto fue lo que se nos brindó en este tercer trabajo fonográfico gestado por THE WINSTONS, más de 45 minutos de ingenioso rock artístico donde confluyen armoniosamente lo versátilmente sofisticado y lo ágil. “Third” es, a fin de cuentas, un disco muy bien logrado que confirma a este ensamble como uno de los más creativamente solventes dentro de la vanguardia progresiva italiana de los últimos años. Por lo pronto, el grupo está metido en una gira a lo largo y ancho de su país desde octubre hasta noviembre. Muy recomendable “Third”, de hecho, al 300% (un ciento por cada integrante).
 
 
Muestras de “Third”.-
Break The Seal: https://www.youtube.com/watch?v=jzQoVS6DB78
Vinegar Way: https://www.youtube.com/watch?v=NaZ6o12CPBY
Never Never Never [vídeo-clip]: https://www.youtube.com/watch?v=D6Dvtzjb1d0

Monday, November 11, 2024

El calor del nuevo momento del maestro franco-austriaco THIERRY ZABOITZEFF


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Ya está publicado como ítem digital desde inicios del pasado mes de octubre el nuevo trabajo fonográfico del maestro franco-austriaco THIERRY ZABOIZEFF, estando programada para enero del próximo año su edición física. El disco en cuestión se llama “HEAT” y es un nuevo vehículo para las diestras y sugerentes ejecuciones al bajo, el cello eléctrico y los teclados de parte del incombustible Don THIERRY; además, también realiza algo de canto, aparte de añadir soundscapes y programaciones al entramado instrumental. El material recogido en “HEAT” fue registrado en varias sesiones que tuvieron lugar en la hermosa ciudad austriaca de Salzburgo entre los meses de abril y setiembre del presente años 2024. En esta misma ciudad de nacimiento de JOHANNES CHRYSOSTOMUS WOLFGANGUS THEOPHILUS MOZART plasmó el veterano ZABOITZEFF esta nueva muestra de composiciones enfocadas dentro de un avant-prog modernista con proyecciones electroacústicas que forjó como su voz propia desde esos tiempos de membrecía en el ensamble ART ZOYD. Parece mentira que ya hayan pasado 40 años desde la publicación de su primer trabajo solista “Prométhée” y es toda una bendición para el arte del sonido que este señor pueda todavía, a sus 71 años de edad, preservar buenas dosis de vigor y creatividad. ¿Cómo se cumple esto en el caso específico del disco que ahora reseñamos? Repasemos sus detalles para averiguarlo. 
 
El repertorio de “HEAT” se inicia con ‘Vague De Chaleur Intense’, una pieza centrada en un ágil y sofisticado dinamismo en clave de chamber-rock tras un breve prólogo narrado. El cercano hermanamiento de las bases armónicas de piano y violoncello establece el desarrollo del foco temático a paso firme. La densidad inherente al croquis compositivo ostenta un peculiar fulgor expresionista. Impactante inicio de álbum que, de alguna manera, nos hace recordar a los ART ZOYD de la fase 1985-87. A continuación, llega el turno de ‘Bulletin Météo’, la pieza más extensa del disco con sus 9 minutos y pico de duración. Una nota grave de piano inicia unas sutiles florituras sobre las cuales se arma un aura de expectativa que se sitúa en una cruza entre lo introspectivo y lo misterioso. Mientras transcurren los minutos, el predominio de los matices cinematográficos acentúa oportunamente el talante atmosférico de la composición con la finalidad de que lo introspectivo se erija como el factor predominante. Los ocasionales recursos de energía expresiva proceden de los ornamentos orquestales impresionistas que van llenando algunos de los espacios indicados por las notas de piano y las armonías de sintetizador que acompañan a éstas. El manejo de percusiones y escalas programadas nos remite, hasta cierto punto, a los TANGERINE DREAM de inicios de los 80. ‘Heatwave Alarm’ se orienta hacia un dinamismo extrovertido y ácido para una idea oscurantista que, al fin y al cabo, es manejado con gancho sobre un esquema bailable. Tensión y magnetismo confluyen con perfecta fluidez en esta pieza signada por un innegable atractivo. ‘Cold Song’ es una composición del maestro barroco inglés HENRY PURCELL que ZABOITZEFF remodela para llevarla a su propio terreno. Esta versión está marcada por una solemnidad grisácea que coquetea mesuradamente con lo tétrico sin llegar a meterse del todo en ello. ‘Echoes’ recibe cierto impacto de la solemnidad sistemática de la pieza precedente, pero la lleva a un área más definidamente lírica, siendo así que el esquema melódico y el arreglo orquestal utilizado con él ostentan un talante evocador.
 
‘Signes Avant-coureurs’ se explaya por un espacio de más de 5 minutos para volver a explayarse en la dimensión más extrovertida de la propuesta musical exhibida en el disco, siendo así que la llamativa soltura bajo la que se enmarca el núcleo temático condensa elementos de electrónica contemporánea y vibraciones fusionescas. Apropiadamente titulado ‘Épilogue’, este tema se encarga de cerrar el repertorio con un aura contemplativa que se deja arropar por un clima crepuscular con algunos matices sombríos que son manejados con mucha sutileza. De hecho, la sobria vivacidad aportada por una secuencia sintetizada bajo la dominante presencia del piano permite que entren a tallar algunos subterfugios de agilidad con los que lo sombrío puede preservarse dentro de una instancia refinadamente latente. Hay un cierto embrujo en los calmos fraseos del piano que nos hace desear que este epílogo durase un poco más... pero esto es lo que hay para la despedida. Todo esto fue, a fin de cuentas, lo que se nos brindó en “HEAT”, una estupenda obra fonográfica que da cuenta, por enésima vez, de la tremenda labor creativa de que es capaz el gran THIERRY ZABOITZEFF.
 
 
Muestra de “HEAT”.-
Vague De Chaleur Intense: https://thierryzaboitzeff.bandcamp.com/track/vague-de-chaleur-intense
Bulletin Météo: https://www.youtube.com/watch?v=hAIUv98PMaY
Signes Avant-coureurs: https://www.youtube.com/watch?v=WYjlWwC6Org

Friday, November 08, 2024

Gozo y expansión del mundo musical de YANG

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Con mucho deleite presentamos hoy “Rejoice!”, el nuevo disco del grupo francés YANG, cultor de una modalidad aguerrida y elegante de prog ecléctico. Se trata de una obra fonográfica muy especial porque cuenta con canto en casi todas las piezas contenidas en ella; aunque su disco precedente “Designed For Disaster” (del año 2022) ya habían algunos temas cantados, la intervención vocal ya es parte de la logística práctica plasmada en “Rejoice!”. El colectivos conformado por Frédéric LEpée [guitarras, teclados y coros], Laurent James [guitarras y voz], Nico Gomez [bajo y coros] y Volodia Brice [batería] ha contado con la muy proactiva presencia de Carla Kihlstedt (mayormente conocida por ser la violinista de SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM). Este nuevo álbum fue publicado por el sello Cuneiform Records a fines de julio pasado. LEpée es el autor de todo el material contenido en este nuevo álbum de YANG. Todo lo registrado en las sesiones de grabación fue mezclado por Sebastien Caviggia mientras que la labor de masterización estuvo en manos de Tim Xavier en el estudio Manmade Mastering de Berlín. La hermosa arte gráfica es de la autoría de Peg Pizzadili. Veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “Rejoice!”, el cual, dicho sea de paso, dura más de 78 minutos.


Durando 5 minutos y pico, ‘Step Inside’ abre el álbum con un ímpetu extrovertido impulsado por un genuino fulgor de claros matices Crimsonianos (al estilo de los 80). Los arreglos vocales realzan el aura de neurótico júbilo que se preserva con punzante perseverancia desde el primer segundo hasta el último. A continuación, emerge ‘La Quatrième Mort / La Vie Lumineuse’, pieza que comienza con un talante parsimonioso que algo tiene de post-rockero, aunque no tarda mucho en emerger el encuadre progresivo tras revelarse la bien perfilada sofisticación de la ingeniería rítmica. A mitad de camino, el índice expresivo de la canción va ganando en densidad mientras se mantiene la atmósfera central; todo se torna majestuoso bajo un manto crepuscular. Con la dupla de ‘Concretion’ y ‘Get Lost’, el ensamble sigue explorando nuevas ideas musicales. El primero de estos temas mencionados tiene una instancia inicial cercanamente emparentada con el espíritu de la pieza precedente, pero muy pronto se desata un ingenioso y muscularmente vibrante ejercicio de sonoridades y swings jazz-progresivos ornamentados con mesuradas dosis de math-rock. Las marañas de las dos guitarras son manejadas con cristalina tensión mientras los motivos centrales se van hilando continuamente con creciente dinamismo. En cuanto al segundo, se trata de una nueva exploración en los parajes más líricos del ideario estético de YANG: esta vez, el armazón instrumental se pinta con tonalidades grisáceas dentro de un esquema sonoro que permite que el desarrollo temático se encamine como flotando a través de un cielo interior donde sopla una gentil brisa otoñal. ‘Fire And Ashes’ ocupa un espacio de 7 ¾ minutos y demuestra desde sus pasajes iniciales que se enfila hacia el predominio de atmósferas densas, teniendo en cuenta las tensamente minimalistas texturas de guitarra que se elaboran en la introducción. Una vez asentada la sección cantada, la canción asume una parsimonia amenazante que se sitúa a medio camino entre los KING CRIMSON de 1974 y el estándar post-metalero, incluso estableciendo confluencias con los ANEKDOTEN de los tres primeros discos. El sencillo esquema compositivo usa lo sombrío como fuente de vigor expresivo, el cual, a su vez, impele una fastuosidad razonablemente sutil. Todo un cénit del disco, sin duda.

Otro cénit del disco es ‘Entanglement’, el sexto tema del álbum. Su elocuente espiritualidad toma bastantes trazos del lirismo que signó al tema #4 mientras los remodela con una sobria agilidad sustentada por un swing jazz-rockero que opera con un tempo inusual. Hay una vitalidad implícita en esta canción que nunca se desborda, una luminosidad de fin de otoño que activa algunos instantes primaverales en las secciones más aguerridas sin soltar del todo algunos matices nebulosos. Las florituras del bajo funcionan muy buen como contrapunto ante la arquitectura tribal de la batería. ‘Light As A Cloud’ cumple con la misión de explorar más a profundidad la riqueza potencial de los grooves jazz-progresivos, haciendo ahora que los ecos de la elegancia estructural con los que se definió el tema precedente asuman mayores dosis de fulgor expresionistas, especialmente en lo referente a la intensamente ágil soltura de la batería con la que se ornamenta el de por sí sofisticado swing persistente. La octava pieza del álbum es la que justamente le da título. El esquema sonoro de ‘Rejoice!’ se centra en un dinamismo bien perfilado donde las síncopas aportadas por la dupla rítmica aseguran una aureola señorial para el ensamble íntegro. Tras una sedosa introducción de guitarra, el grupo organiza un trayecto firme cuya inteligente ingeniería facilita la fluidez en los tránsitos de los momentos más extrovertidos a los más contenidos. Los ornamentos de sintetizador refuerzan algunas líneas de las guitarras. ‘Berceuse For The Guilty’ tiene la estructura de una balada progresiva cuyos peculiares detalles expresivos se basan en la convivencia entre las escalas de ambas guitarras y la mesurada gracilidad de la batería. ‘Strange Particles’ es un excitante saludo a la bandera avant-math-rockera que la gente de YANG ha venido izando y agitando desde su origen. Las dos guitarras practican el diálogo y el entrelazamiento en simultáneo mientras hacen de su hermanamiento el núcleo central de la pieza. Algo muy similar sucede con la pieza siguiente, titulada ‘Surrender’, aunque las partes cantadas obligan a manejar la suntuosidad del momento con un incremento de las vibraciones palaciegas. Muy eficazmente, varias de las líneas vocales son acompañadas por retazos de guitarra mientras la urdimbre básica se va desplegando con arquitectónica gracilidad.  
 

Con los dos antecedentes inmediatos, ‘We Are Heralds’ sigue rizando el rizo Crimsoniano (al estilo de los 80) y esta vez lo hace con una vitalidad rotunda, algo que le conecta muy cercanamente con el llamativo tema que abrió el álbum. ‘The Final Day’ es la pieza más extensa del disco con sus casi 11 ½ minutos de duración y es también el encargado de cerrarlo. Todo comienza muy relajado, cálidamente absorbido por unas titilaciones amables que coquetean con el folk-rock, pero que en realidad operan como una comedida labor de siembra de una expresividad que irá liberando una inquietud decisiva de a pocos. Eso sí, no hay arrebatos aparatosos propiamente dichos; lo que emerge a poco de pasada la frontera del cuarto minuto es una serie de pasajes versátiles cuya ilación va concretando un andamiaje progresivo donde el Crimsonismo, el prog-metal y el math-rock terminarán fusionándose en una fuente de reciedumbre sónica. Ésta está diseñada para llenar espacios con elegante garra y estilizada musculatura, yendo en línea directa hacia una sección epilogar donde la garra, aunque se atenúa un poco, deja una decisiva huella de vitalismo mientras se retorna al lirismo con el que armó el prólogo. El definitivo punto culminante para un repertorio cautivador y contundente. Así fue, en conclusión, la exhaustiva experiencia de “Rejoice!”, la nueva obra de la excelente banda francesa YANG; ella refuerza el posicionamiento privilegiado del mencionado ensamble dentro de la avanzada progresiva de los últimos años tanto en su propio país como en el mundo entero. La banda ha sabido crear nuevas sendas expresivas con una renovada energía a fin de enriquecer un mapa musical que ya está bien definido desde hace tiempo; ello se traduce necesariamente en un disco totalmente recomendable. 
 
 
Muestras de “Rejoice!”.-
La Quatri​è​me Mort ​/ ​La Vie Lumineuse: https://cuneiformrecords.bandcamp.com/track/la-quatri-me-mort-la-vie-lumineuse-2
Concretion: https://cuneiformrecords.bandcamp.com/track/concretion-2
Fire And Ashes: https://cuneiformrecords.bandcamp.com/track/fire-and-ashes-2
Entanglement: https://cuneiformrecords.bandcamp.com/track/entanglement-5

Tuesday, November 05, 2024

El actual punto de vista de los legendarios FAUST



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos grandes novedades, espectaculares realmente, desde la vanguardia rockera alemana de nuestros tiempos: se trata del nuevo disco del legendario grupo FAUST, ese referente infinito de las áreas más dadaístas y eclécticas de la avanzada progresiva germana de primera generación (la del mal llamado krautrock, como es de uso común). El título del disco es “Blickwinkel”, que se traduce al español como punto de vista, siendo una expresión muy idónea pues apunta a la noción de que esta nueva obra fonográfica encarna una perspectiva nueva de parte del colectivo vigente de FAUST sobre el tipo de experimentación musical que quiere germinar de su propio seno hoy en día. Recordemos que el sello independiente alemán Bureau B, asentado en la localidad de Hamburgo, ha estado publicando regularmente recopilaciones de temas residuales y reediciones de viejos discos, siendo así que FAUST, bajo el comando del baterista-percusionista austriaco Werner “Zappi” Diermaier, se rodeaba de nuevos compañeros de viaje junto a su colega de toda la vida, el saxofonista-sintetista Gunther Wüsthoff. Ahora, éste se hace cargo de los efectos de caja musical, mientras que Diermaier añade algunas percusiones concretas a su arsenal. Casi todo el resto del personal que hizo realidad “Daumenbruch” en el año 2022 se vuelve a hacer presente aquí para completar la alineación: Uwe Bastiansen [guitarra, sintetizador y sampler], Elke Drapatz [efectos percusivos], Dirk Dresselhaus [bajo, guitarra y efectos], Jochen Arbeit [guitarra, kalimba, armonio, efectos y percusión concreta] y Sonja Kosche [instrumentos artesanales y percusiones concretas]. “Blickwinkel” fue publicado el pasado 13 de setiembre por el antes mencionado sello Bureau B, tanto en CD como en vinilo. Tal como lo señala la gente del propio grupo, este disco juega con “la sincronicidad y el azar a fin de capturar el momento en una instantánea de 6 pistas marcada por agitaciones industriales, climas inquietantes y motorik psicodélico.” Básicamente, se trató de un proceso de interacciones diferidas que funcionaban como creaciones colectivas sin que uno supiera exactamente lo que iba a aportar alguien más depués. Casi todo el material contenido aquí fue grabado y mezclado en el estudio ZONE de Berlín, estando Dirk Dresselhaus a cargo de organizar las sesiones; Dresselhaus y Diermaier fueron los productores. El material extra se añadió en los estudios domésticos de Wüsthoff, Bastiansen y Arbeit (todos ellos ubicados en Hamburgo). La labor de masterización fue realizada por Detlef Funder en el estudio Paraschall de Düsseldorf. Repasemos ahora los detalles estrictamente musicales de “Blickwinkel”.


‘For Schlaghammer’ pone el rumbo inicial a las cosas con la instauración de un medio tiempo que sirve como base para la instauración de un clima grisáceo y misterioso bajo cuyo manto crepuscular se van asociando los retazos sónicos de las guitarras y los teclados. El arreglo general sigue la lógica de lo nebuloso con alguna instancia sutilmente amable que parece apuntar hacia lo reflexivo, aunque también hay margen para maniobrar algunas vibraciones relativamente sombrías. Mientras todo esto ocurre, la ingeniería circundante irradia un esquematismo industrial imponente por sí mismo. ‘Künstliche Intelligenz’ sigue a continuación para darle un giro más fastuoso y sofisticado al dinamismo futurista introducido por la pieza de apertura. Esta vez, los recovecos expresivos son más intrincados mientras van abriendo surcos y tomando vías inesperadas dentro de un entramado abiertamente surrealista. Las secuencias sintetizadas complementan muy bien el armazón de percusiones habituales y posmodernas que va buscando un punto fijo para iniciar un diagrama definido. Una vez trazado éste, el ensamble se deja llevar por el swing gestado sobre el camino para gestionar y propagar un fulgor particular. Las bases armónicas de los teclados, con su sencillez estructural, impulsan eficazmente el destaque de los ornamentos percusivos y los atavíos de las guitarras y los (aparentes) vientos. Un luminoso cénit del repertorio. ‘Sunny Night’ parece acercarse un poco a la arcana ceremoniosidad de la pieza inaugural, pero más allá de que exista alguna similitud en el groove, la cosa es que la espiritualidad esencial de este tercer tema del álbum se sitúa firmemente en una cruza entre el post-rock y la electrónica minimalista propia de la faceta más históricamente intrigante de FAUST. Los persistentes rasgueos de la guitarra brindan un recurso de cortantes oleajes mientras las percusiones arman unas cadencias semi-tribales: estas últimas funcionan, a fin de cuentas, como el centro temático. ‘Kriminelle Kur’ es un jam de talante space-rockero que coquetea levemente con el stoner a la par que instala un motif razonablemente reconocible. Bajo las pautas generales del álbum, podemos decir que aquí funciona un aura genuinamente jovial, la soltura del grupo irradia una extroversión bastante llamativa.


Cuando llega el turno de ‘Die 5. Revolution’, el ensamble ahonda fehacientemente en los detalles noctámbulos y las latencias densas que tan sólo habían sido manejados con diferentes niveles de discreción en los temas precedentes. En esta ocasión, dichos índices sonoros se erigen como directores del entramado instrumental con el que se asientan los cimientos y se edifican las estructuras de la tanática catarsis que define a esta pieza. A poco de pasada la frontera del quinto minuto, la expresividad se intensifica para hacer que lo tétrico se vuelva aún más dominante. Eso sí, no es tanto un espíritu terrorífico sino una efervescencia de fragores misteriosos lo que se señala en lo perpetrado por los músicos: es un enigma irremediablemente inescrutable, no una hecatombe infernal lo que se manifiesta a la mente del oyente. Siendo la pieza más incendiaria del álbum, también es otro cénit del mismo. ‘Kratie’ es la pieza más extensa del repertorio con su espacio de 13 ½ minutos y es también la encargada de cerrarlo. Desde sus primeros instantes, se nota que hay una dimensión importante de esta pieza que se concentra en la idea de seguir sondeando la faceta futurista que ya se exploró tan sesudamente en los tres primeros temas del disco, especialmente en el segundo con respecto al talante extrovertido de los complejo y diversos grooves que se van proyectando a lo largo de tan prolongado espacio. Algunos detalles estrictamente machacones se vinculan estilísticamente con algunos de los esquemas sonoros operativos en esos discos cuarto y quinto de los 70 (“IV” y el póstumamente publicado “Punkt”), los mismos que el ensamble vigente perfila para que convivan con la psicodelia de base cibernético-posmoderna. Con total eficacia es el mecanicismo predominante impelido por algunas florituras sísmicas, un aspecto crucial para el refuerzo del vigor global. He aquí la fastuosa conclusión para este disco que vuelve a poner en la palestra de la actualidad vanguardista rockera a FAUST, una auténtica leyenda viviente que, según se nota por lo que hemos escuchado, aprecia más el seguir vivo que ser una simple leyenda. “Blickwinkel” es, al igual que su antecesor del año 2022, un contundente manifiesto de las credenciales de la legitimidad estética encarnada por esta incombustible banda. ¡¡Totalmente recomendable!!


Muestras de “Blickwinkel”.-