Thursday, October 31, 2024

La travesía nórdica del CLAN ALDO PINELLI


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
La escena argentina es incansable e inagotable, muchas cosas pasan allí todo el tiempo, y en esta ocasión, nos estamos refiriendo al aporte del CLAN ALDO PINELLI para el año 2024, el cual se titula “Nordiska Vatten” (aguas nórdicas en sueco). Éste fue publicado por el sello Lizard Records en el último tercio del pasado mes de marzo. Este proyecto es una extensión de la obra propiamente solista del compositor y multiinstrumentista argentino Aldo PInelli, quien se hace cargo de la guitarra, el bajo, varios teclados y la voz (como es habitual). Los músicos de apoyo son el baterista Roberto Sambrizzi (viejo colega en HÁBITAT), la flautista y cellista Paula Dolcera, la percusionista Silvia Pratolongo y el teclista Carlos Bignani. Todas las composiciones son de Pinelli, siendo así que la mayor parte de este material en particular fue compuesto durante su residencia en el VICC (Visby International Center for  Composers), aunque también hay algunas composiciones originadas en Buenos Aires. La sesiones de grabación para “Nordiska Vatten” se repartieron entre el mismo VICC de Visby, Suecia, y el Melania Studio de Buenos Aires, Argentina, bajo la dirección de Pinelli, con excepción de algunas partes de batería y cello (registradas en La Naranja Studio por Lapo Gessaghi) y otras de flauta (grabadas en el 2.21 Studio por Ale Belmonte). Las labores de mezcla y masterización estuvieron a cargo de Pinelli. La imagen de la portada es de la autoría de Oscar Bitz (1993). Bueno, veamos ahora los detalles concretos del repertorio.
 
Abre el disco ‘Volando Con El Dragón’, una pieza centrada en las cadencias Crimsonianas de los guitarreos desde su parco prólogo hasta su muscularmente suntuoso cuerpo central. El bloque instrumental destila una innegable elegancia a través del desarrollo temático. Estupendo inicio del repertorio. A continuación, llega el turno de la pieza homónima, la cual dura poco más de 14 ¾ minutos. ‘Nordic Waters’ (se registra así en inglés en los créditos). Su sección inicial se conecta estilísticamente con la faceta orquestal semi-ambient de Anthony Phillips, pasando luego a una sucesión de cristalinos motifs sinfónicos cuya delicadeza expresiva se combina bien con la prestancia propia de los tempos inusuales. El rol específico de la primera guitarra es muy a lo Hackett en su faceta más arcana, haciendo las simultáneas labores de añadir colorido a la instrumentación general y proveer de sutil tensión al potencial expresivo de los núcleos temáticos. También hay algunos interludios misteriosos que transitan de las vibraciones cósmicas del sintetizador a las parcas líneas de un cello, y de allí a una coral onírica. El pasaje epilogar ostenta una grandilocuencia sinfónica donde parecen cruzarse los mundos de GENESIS y THE ENID dentro de un esquema de trabajo que apuesta por una gentil densidad. ‘Eolofonía’ es una exploración en atmósferas minimalistas con un enfoque electrónico, un poco a lo que sería un utópico dueto de Schulze y Fripp. Se manifiesta aquí  una especie de estupor ante un imponente misterio cuya arcana neblina se va explayando sin parar. ‘Juegos De Azar: Partes 1-5’ es una aventura bastante diversa:
 hay pasajes signados por un filtro electrónico de estándares prog-sinfónicos y otros donde se trabaja un folk-rock eclécticamente estilizado. Todos ellos tienen su espacio propio a través de la fina arquitectura de la ilación. ‘Estudio 6’ es una miniatura basada en ágiles escalas de guitarra que van girando en torno a su propio eje con una gracilidad fluida que no está exenta de cierta musculatura.
 
‘Báltico’ regresa a la senda de las exploraciones melódicas en clave ambient-progresiva, esta vez con una envolvente aura de nocturnidad. La ceremoniosidad del momento es palpable mientras llena espacios a paso firme. ‘Una Voz Ritual’ transita por sendas un tanto semejantes, pero hay dos factores diferenciales: la elaboración de una atmósfera cinematográfica y el despliegue de ambientaciones y arreglos misteriosos, a veces, inescrutables. La fraternidad de los teclados y las percusiones se concreta con una fluidez impoluta a través de su disfraz de formas libres, revelando cuán bien estructurado están los efluvios etéreos en curso. Llega el turno de otra miniatura, la cual se titula ‘To Open’, y cuya misión consiste en retomar brevemente las vibraciones etéreas del tema #6. La pieza que trae el cierre del álbum es ‘Medarp Alilui’, siendo así que su esquema de trabajo opera sobre la cruza entre el señorío intrigante de la suite homónima y la estela cinematográfica del tema #7. Se siente una cierta cercanía con el Oldfield de la fase 1980-83 en el manejo de los cautivadores desarrollos melódicos y grooves percusivos. Un muy atractivo cierre para el repertorio. Todo esto fue lo que se nos brindó desde los cuarteles del maestro Aldo Pinelli con “Nordiska Vatten”, un álbum plagado de ideas novedosas dentro del siempre ecléctico enfoque creativo del mencionado Pinelli. Un excelente y peculiar posicionamiento estético de parte del CLAN ALDO PINELLI que recomendamos ampliamente para cualquier buena fonoteca de rock progresivo.
 
 
Muestras de “Nordiska Vatten”.-

Tuesday, October 29, 2024

ALEJANDRO VILALLÓN RENAUD: bitácora musical de aquellos días de cuarentena


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy miramos atrás al primer tercio del año 2023 y nos fijamos en el disco “Tiempos De Cuarentena” del músico mexicano ALEJANDRO VILLAÓN RENAUD, un álbum conceptual centrado en aquella situación de distanciamiento social sistemático a la que nos sometió la pandemia. La publicación fue hecha por el heroico sello connacional Azafrán Media. En palabras del propio compositor, se trata de un homenaje a todos aquellos que, por razones económicas, no pudieron quedarse en casa y tuvieron que caminar por las calles vacías tomando terribles riesgos en medio de la emergencia sanitaria mundial. Experto en la línea electrónica, el arsenal de VILLALÓN para éste, su segundo trabajo fonográfico. consistió en el sintetizador M-Audio Axiom AIR Mini 32 y los programas computarizados Garageband 2009 y Ableton Live 10. Veamos ahora los detalles del repertorio de “Tiempos De Cuarentena”.

Todo comienza con ‘Nuevo Amanecer’, una pieza eminentemente centrada sobre unas ágiles secuencias que van emanando unas vibraciones extrovertidas con fulgurosa certeza. El creciente llenado de espacios se concreta con un calculado incrementos sostenido de capas sonoras que hacen que el enclave musical en curso se acerque al paradigma del space-rock. Muy efectivo inicio. El siguiente tema del disco es el segundo más extenso del mismo con sus 8 ½ minutos de duración; su elocuente título es ‘Último Día Normal’. Portando un dinamismo similar al de la pieza inicial, esta vez su espiritualidad es un poco más tensa así como las atmósferas conjuradas por el núcleo temático ostentan unas agitaciones más sombrías. A través de la sofisticación progresiva que va proyectándose a lo largo del cuerpo central, el cual se explaya en una cruza entre el Vangelis de la fase 84-85 y el Tim Blake del segundo álbum, el persistente vitalismo cibernético asume un aura ceremoniosa. ‘Sombras’ prosigue por la senda ceremoniosa del tema anterior para elevarse hacia una solemnidad más oscura, creando una mezcla de misterio y nebulosidad desde la cual emerge una secuencia de escalas sintetizadas a lo TANGERINE DREAM (1974-76). Ésta se erige como fuerza guía para una ingeniería sónica que utiliza varios enclaves que emulan voces y corales. De a pocos, la ilación de los temas se ha ido apartando de la luminosidad inaugural para meterse en cavernas donde reina un aura trágica que, a pesar de no llegar a tornarse arrolladora, se adueña de los ambientes predominantes y las matrices expresivas. ‘Monstruo Invisible’ es la pieza más larga del repertorio con su espacio de más de 9 ¾ minutos, siendo su misión la de aumentar el impacto de los recovecos dramáticos que se han ido gestando y reforzando en los dos temas anteriores. En las instancias iniciales, todo flota en un cielo arcano donde cualesquiera atisbos de luz van alejándose más y más para dejarnos un panorama de absorbente nocturnidad. Eso tétrico que operaba a nivel latente en ‘Sombras’ asciende a lo patente con un nuevo tipo de luz, un centelleo que refleja una opacidad inaudita. A poco de pasada la frontera del cuarto minuto, emerge un recurso deconstructivo cuya función consiste en edificar un nuevo horizonte de desasosiego bajo un manto majestuoso cuyos telares son matices espectrales con diversos niveles de densidad. El Klaus Schulze de la fase 74-76 es evocado como un referente especial. 

‘Flores En El Pavimento’ sirve para reorientar los recursos de densidad emanados de las dos piezas precedentes para remodelar, hasta cierto punto, el fulgor con que se inició el disco y que ya parecía irremediablemente derrocado. Eso sí, esta nueva luz no se mueve sobre secuencias definidas, sino a través de capas orquestales cuyo talante minimalista permite que las notas decurrentes se noten individualmente en medio del entramado sonoro. ‘Ecos’ combina efectos de campanadas con orquestaciones flotantes al estilo de ‘Flores En El Pavimento’, pero esta vez con una espiritualidad más grave. Parece que en estos ecos convergen irradiaciones de tragedias pasadas con meditaciones deseosas de un futuro mejor. Cuando llega el turno de ‘Un Nuevo Día’, opera un nuevo sentido de urgencia, un renovado empuje expresivo que sí se conecta más intensamente con el esplendor de la pieza inicial del álbum a pesar de que sus bases cibernéticas son desemejantes a las de ésta. En todo caso, se arma aquí un swing sintetizado reconocible cuyas pulsaciones tienen mucho de maquinista, aunque la orquestación nuclear y los ornamentos exhiben una vivacidad orgánica muy refinadamente perfilada. El arribo de ‘Contacto’ conlleva el cierre del repertorio: su estructura musical se siente muy emparentada con el Jarre de la fase 84-88, siendo así que las síncopas armadas cibernéticamente motivan una agilidad peculiarmente sofisticada para el armazón temático. Éste es suntuoso y grácil a la vez, asumiendo una fastuosidad de tenor cinematográfico donde lo alegre y lo melancólico se combinan fluidamente. El perfecto clímax final para el repertorio de un disco totalmente recomendable en cualquier buena fonoteca de vanguardia musical de hoy en día. ALEJANDRO VILLALON RENAUD se ha lucido bastante con esta bitácora de “Tiempos De Cuarentena”. Llega un poco tarde esta reseña pero eso no es óbice para que se lo pueda elogiar como se debe, una inspirada labor de música progresiva electrónica disponible para dignificar cualquier buena fonoteca.
 
 
Muestra de “Tiempos De Cuarentena”.-
Nuevo Amanecer: https://www.youtube.com/watch?v=OiU10Bvxm0s

Sunday, October 27, 2024

Segundo acto de la utopía vanguardista de MALDITO WASABI



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión volvemos a visitar la escena vanguardista de Argentina y nos topamos con el nuevo disco del colectivo MALDITO WASABI, el cual se titula “Utopía Sessions” y fue publicado hace muy poco, el 6 de octubre, para ser más específicos. El trío de guitarra-bajo-batería que había gestado el disco homónimo del pasado año 2023 ahora se metamorfosea en una alineación aumentada y un poco distinta: Jorge Falcón [guitarra y efectos], Fernando Bruno [bajo y efectos], Juan Miguel Nogara [Korg Minilogue XD con pedalera de multiefectos Boss ME-80], Abigaíl Barrabán [violoncello] y Agustín Arnau [Kaossilator con Logic Pro y Korg Nanopad]. Lo que aparece en este álbum es justamente lo aludido en su título mismo: lo hecho en un concierto que tuvo lugar en el Centro Cultural La Utopía y el Divisadero, en Dolores, Provincia de Buenos Aires, en setiembre de este año 2024. Este lugar utópico se convirtió en un albergue de anarquismo inteligente merced al hecho de que lo que hacían estos cinco músicos era directamente producto de la composición colectiva espontánea en tiempo real, siendo así que lo que emergía espontáneamente pronto hallaba un foco en base a las interacciones del momento. El registro fue realizado por Eduardo Cortés en multitrack para A17, siendo así que él y Jorge Falcón realizaron la ulterior labor de mezcla. Teniendo en cuenta que los tres temas del homónimo álbum de debut tenían títulos de Actos numerados, el primero de este segundo álbum se llama ‘Acto 4’ y así van titulándose los otros cuatro temas: veamos ahora sus detalles específicos. 

‘Acto 4’ se explaya por un espacio de cerca de 10 ½ minutos. Comienza con un vitalismo mecanicista cuyas vibraciones mecanicistas hallan su complemento idóneo en los retazos emanados por el cello. Mientras el ensamble se va acercando a la frontera del cuarto minuto, su ingeniería sonora va cobrando un vigor de a pocos definido, llegando a gestar un vértice solemne donde se conjugan las vibraciones cibernéticas del (mal llamado) krautrock electrónico y la sombría espiritualidad del post-rock a través de un filtro psicodélico. Así las cosas, el ensamble está preparado para intensificar la situación sónica con la edificación de un epílogo desestructurado donde la potencialidad posmoderna se concreta a paso firme. A continuación llega el turno de ‘Acto 5’, que dura casi 18 minutos y es la pieza más extensa del disco. Dada la maratónica duración de este viaje musical, el ensamble se da el lujo de abordar sus facetas más grandilocuentes durante sus diversas transiciones desde las abstracciones cibernéticas hacia una modalidad contemporánea de ácida garra Crimsoniana, y de allí a un poderoso jam donde se conjugan la energía del space-rock y la garra muscular del punk-jazz. Mientras se arma un efectivo contrapeso mutuo entre el vigor de la triangulación de guitarra, batería y cello y el esquematismo modernista de los recursos computarizados, nos damos cuenta de que tiene lugar una exquisita proyección avant-progresiva donde los recursos eclécticos que están a disposición de los músicos son aprovechados con un fulgor muy peculiar. El vitalismo operante se prolonga por una generosa cantidad de minutos, logrando reforzar a cada instante la patente algarabía del momento. Poco antes de llegar a la frontera del noveno minuto, las cosas se calman para virar hacia una introspección misteriosa que, de manera gradual, asume aires ceremoniosos que algo tienen de estilizado a pesar de la situación de espontaneidad en la que emergen. A lo largo de una zona de transición donde parece que son conjurados los fantasmas de TANGERINE DREAM y ASH RA TEMPEL, se siembra el camino para otro próximo jam space-rockero, esta vez gestado con un groove más contenido y una prevalencia de índices cinematográficos. Éstos son patentemente etéreos, pero con un persistente filo tenso e incendiario. Todo un cénit del evento, un culmen de inspiradas exhortaciones musicales.

‘Acto 6’ pone más énfasis en la lógica de las exploraciones cibernéticas, jugando no ya a la deconstrucción, sino a la contemplación de una vaga infinitud donde los brotes sonoros que se llevan a cabo no aspiran a convertirse posteriormente en cascadad esquemáticas o efluvios. Nada de eso, son brotes en sí mismos y así van sucediéndose hasta el instante final. ‘Acto 7’ también ocupa un espacio bastante generoso, esta vez de poco más de 12 ¼ minutos y es la antítesis total del Acto precedente. Muy pronto halla esta exploración musical un foco y un swing en aras de motivar un jam space-rockero con impulsos prog-psicodélicos al modo de una cruza entre HAWKWIND y la faceta industrial de JOHN ZORN a través del filtro de CLUSTER. En una segunda instancia, el ensamble se deja arropar por una neblina un tanto amenazante que, hasta cierto punto, nos retrotrae al paradigma de UNIVERS ZERO y otras grandes figuras del chamber-rock francófono de los 70 y los 80. El imperio de lo minimalista acrecienta esa aura siniestra que no tarda mucho en erigirse como motif; en este contexto, el violoncello se convierte en el centro nuclear del desarrollo temático que ha de plasmar un paisaje introspectivo para el cautivador epílogo. Otro cénit del evento. Trae el cierre del repertorio ‘Acto 8’, pieza diseñada para remodelar algunas de las vibraciones fulgurosas que signaron el groove central del Acto anterior, un nuevo amanecer que sucede a la nocturnidad inmediatamente precedente y cancela el evento con inspiradores centelleos. Los cuasi-Frippianos fraseos de la guitarra ayudan bastante a aportar una visceralidad penetrante al bloque global a contrapelo del mecanicismo rítmico que entra a tallar en buena parte del tema. El delirante diálogo entre bajo y violoncello que marca a la sección final es una nueva modalidad de agitada extroversión dentro de esta trama. He aquí, a fin de cuentas, un muy inspirado acto de expresiones sónicas dentro de la real utopía vanguardista del ensamble MALDITO WASABI. Lo que se nos ha mostrado en “Utopía Sessions” es el testimonio de una vivacidad única que pertenece a una entidad muy propia dentro de la vanguardia rockera actual de Argentina; su nombre es MALDITO WASABI y merece un lugar de preferencia en nuestra agenda de descubrimientos melómanos dentro de las áreas más arriesgadas del rock artístico de Sudamérica y el mundo entero.

Friday, October 25, 2024

Duraciones y expansiones del grupo iraní QUARTET DIMINISHED

 


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Nos llegan buenas noticias desde Irán con el nuevo disco de QUARTET DIMINISHED, el ensamble jazz-progresivo conformado por Ehsan Sadigh [guitarra], Mazyar Younesi [piano y canto], Soheil Peghambari [clarinete bajo y saxo soprano] y Rouzbeh Fadavi [batería]. Se trata de “Deerand”, cuarto trabajo fonográfico de la banda que fue publicado el 19 del pasado mes de setiembre por el sello MoonJune Records, sucediendo por tres años al disco precedente “Station Three”. Las sesiones de grabación del material contenido en “Deerand” se remontan a los días 20 y 21 de diciembre del 2022 en el estudio La Casa Morada de Banyeres del Penedes, Catalunña, España, estando Jesús Rovira a cargo de la ingeniería de sonido. El proceso de mezcla estuvo a cargo de Stefano Castagna en el estudio Ritmo&Blu mientras que el de masterización estuvo en manos de Erik Emil Eskildsen. Hay dos ilustres invitados ocasionales en este disco: Markus Reuter, quien toca la Toiuch Guitar U8 y crea algunos soundscapes, y Tony Levin, quien hace lo propio con el contrabajo eléctrico y el Chapman Stick. El título del disco que hoy reseñamos es la palabra persa para referirse a la duración de un tono musical; justamente, el título indica la que será buena parte de las estrategias musicales aquí plasmadas, mucho más sutiles al darse una focalización preferencial a los tonos y no tanto a las construcciones melódicas. Ya es hora de pasar a los detalles estrictamente musicales del repertorio.
 
La pieza homónima inicia con patente grandilocuencia el repertorio ocupando un monumental espacio de casi 25 ¾ minutos. La sección inicial de ‘Deerand’ se centra en intervenciones minimalistas de piano y soundscapes que gestan una atmósfera expectante bajo un manto crepuscular. Alrededor de la frontera del quinto minuto, los demás instrumentos empiezan a emerger para generar nuevos retazos sónicos que, de a pocos, abrirán caminos de soltura impresionista a través de un bien definido discurso prog-psicodélico. A partir de ahí, emergen dos motivos sucesivos cuyo tenso garbo suena a una cruza entre los KING CRIMSON de 1974 y los PRESENT de los 80, aunque con una frescura dinámica que se siente más conectada con los estándares de bandas como MACHINE MASS o MORAINE. El rol protagónico de la guitarra obliga a ésta a soltar sus recursos más imperiosamente tortuosos. Entre ambos efluvios del ensamble hay algunos intervalos marcados por una aureola flotante y etérea. Las dos siguientes excursiones, que cuentan con el saxofón como guía principal, retoman el dinamismo Crimsoniano en combinación con unas travesuras atonales que hacen que también se inserte algo de la jovialidad Zappiana en medio de la densidad reinante. Es en este momento que el piano asume un señorío renovador mientras se prepara el terreno para la última sección, la cual transita desde una solemne vehemencia hacia una interioridad misteriosa, sirviendo ésta como vía de acceso a la coda basada en una retoma del factor crepuscular que vuelve al frente tras muchos minutos. Tras esta estupenda maratón llega el turno de ‘Tehran II’ (hay un tema llamado ‘Tehran’ en el álbum debut de la banda que data del año 2015), una pieza que renuncia a la lógica exuberante que signó al tema de apertura para enrumbarse por la senda del ambient posmodernista bajo una densa frazada oscurantista. Todo comienza con un tenor bastante sombrío, lo cual arma un crescendo inquietante que, de golpe, termina desviándose hacia algo más volátil, una atmósfera misteriosamente cósmica que va creando el encuadre sonoro para una interacción densa y lóbrega. Regresan los fantasmas del chamber-rock francófono y se ponen a danzar cuando surge un nuevo crescendo que remodela el primero con urgente tirantez a fin de clausurar este peculiar trayecto sónico. 
 
‘Mirror Side’ recibe algo de los ecos noctámbulos de la pieza precedente, pero esta vez se centra en la misión de expresar vibraciones minimalistas donde se cruzan la sobriedad y la melancolía. Esta pieza no es precisamente mucho más luminosa qua la precedente, pero hay un cierto fulgor en los muy comedidos armazones de piano y guitarra que permiten un contrapunto idóneo ante los inquietantes ornamentos de los soundscapes. El cierre del disco llega de la mano de ‘Allegro Per Il Ré’, una nueva versión de un tema originalmente aparecido en ese primer álbum que mencionamos más arriba. Para esta ocasión, la banda suelta varios elementos de su faceta extrovertida para que este viaje fusionesco pueda establecer una paleta sonora suficientemente nutrida como para erigir una ingeniería vitalista. Algo de la densidad sistemática que marcó a las secciones más exultantes del primer tema del álbum regresa para dirigir las interacciones entre los músicos, pero ahora hay un norte nuevo, uno con intencionalidad explícitamente majestuosa. Todo esto es lo que la gente de QUARTET DIMINISHED nos ha brindado con su nuevo álbum “Deerand”, un disco plagado de contundencia dentro de su sistema de exploraciones vanguardistas dentro del paradigma jazz-progresivo. De lo más intrigante y desafiante que se ha publicado en el presente año 2024, totalmente recomendable para cualquier buena fonoteca de música visionaria dentro del jazz y el rock.
 
 
Muestras de “Deerand”.-
Deerand: https://4tetdiminished.bandcamp.com/track/deerand
Tehran II: https://4tetdiminished.bandcamp.com/track/tehran-ii
 

Tuesday, October 22, 2024

La continua reactivación de la osada visión musical de ANCHOR AND BURDEN


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy tenemos el enorme placer de presentar uno de los aportes más grandiosos de la escena progresiva alemana para el mundo en el presente año 2024: nos estamos refiriendo al nuevo trabajo fonográfico de ANCHOR AND BURDEN, el cual se titula “Extinction Level” y fue publicado virtualmente en marzo y ya en junio en formato físico, tanto en CD como en doble vinilo rojo translúcido. El colectivo actualmente conformado por Markus Reuter [Touch Guitars AU8 y S8, y soundscapes], Alexander Paul Dowerk [Touch Guitars S8], Bernhard Wöstheinrich [teclados y recursos electrónicos] y Asaf Sirkis [batería y percusión] vuelve a hacer gala de su capacidad para crear un rock progresivo vanguardista con incendiario vigor y osadía en base a una confluencia de psicodelia, jazz-rock contemporáneo, avant-metal, exploraciones free-form y toques oportunos de Crimsonismo de última generación. Básicamente, el gran mérito de este nuevo disco se sostiene en el hecho de que prosigue la herencia contundente de esa gran obra del 2023 que fue “Kosmonautic Pilgrimage”. Eso sí, que conste que “Extinction Level” tiene también mucho que ofrecer por sí mismo, empezando por el hecho de que el cuarteto se da más espacios para rastrear señales abiertas mientras las va creando a lo largo de caminos de confluencias y desafíos entre sus integrantes. Toda la música aquí contenida fue compuesta colectivamente por los cuatro integrantes de ANCHOR AND BURDEN. Las sesiones de grabación tuvieron lugar en los Castle Studios de la localidad alemana de Röhrsdorf. El proceso de mezcla estuvo a cargo de Stefano Castagna en el Ritmo&Blu Studio, mientras que la masterización fue realizada por Lee Fletcher. Markus Reuter y Alexander Paul Dowerk fueron los productores de este álbum. Ya es hora de revisar sus detalles.
 

La dupla inicial de ‘Fractured Self’ y ‘Body Expansion’ inicia a paso firme esta serie de aventuras sónicas ocupando un espacio conjunto de de 22 
¼ minutos. El primero de estos temas mencionados consta de las secciones ‘Severed Mirrors’ y ‘Rigged Parade Of The Brittle Ego’. Se sostiene inicialmente sobre un groove ceremonioso y bajo una atmósfera misteriosa que coquetea abiertamente con lo oscurantista, siendo así que se arman varios juegos de síncopas donde las pulsaciones de la batería conjuran la esencia de lo tanático mientras la ambientación general emana un aura de expectativa ante algo que no se sabe bien qué es. En una instancia posterior, una vez armado un groove reconocible, el armazón rítmico se centra en un tempo lento que se presta muy bien al explayamiento de recursos post-metaleros conjugados con elementos arquitectónicamente aguerridos de tenor Crimsoniano de inicios del milenio. Poco a poco, la batería va sofisticando su labor hasta llegar a una dimensión jazz-rockera que abre espacios para los alternados solos de las dos Touch Guitars. En lo referente a ‘Body Expansion’, también se trata de una pieza que contiene varias secciones: ‘Foldable Spine’, ‘Bone Collector’, ‘Neural Marrow’ y ‘Ossific Monument’. El pasaje inicial se sitúa claramente en un posicionamiento entrecortadamente asertivo, al modo de una suntuosa exhibición de fuerza de carácter que se deja arropar por una aureola de siniestro misterio. Es como si los fantasmas de PRESENT y de MASSACRE hubieran confluido en una encrucijada diseñada por los duendes del free jazz. Más adelante, se impone una solemnidad oscurantista que nos remite nuevamente a una versión metalizada del último Crimsonismo. En la sucesión de las dos últimas secciones, los músicos pasan de un paraje de desencuentros a una recuperación parcial del armazón edificado para la segunda sección, esta vez con una fuerza un poco más soterrada. Cuando llega el turno de Mutual Assured Destruction’, el cuarteto se dispone a ahondar en su estrategia de explotar su propia energía esencial con un enfoque frontalmente oscurantista sobre una base que se va armando y decontruyendo a lo largo del camino. El nervio posmodernista de la batería se hace notar con autoridad en medio de los implacables vendavales de las Touch Guitars, lo cual garantiza que existan unos cimientos o algo así en el subsuelo de los efluvios tormentosos y tortuosos del ensamble.
 
‘Nine Gates To Dominion’ es la pieza con más secciones: 
‘Overcoming The Self’, ‘Occupy Space’, ‘Instilling Fear’, ‘Commanding Chaos’, ‘Physical Domination’, ‘Forced Respect’, ‘Divide And Conquer’, ‘Submission To Admiration’ y ‘Overcoming Death’. Su estructuración consiste en una serie de jams filudos e intrépidos con algunos interludios electrónicos; algunos de esos jams se articulan sobre tempos furiosamente pulsátiles en una mezcla de punk-jazz y prog-metal, otros juegan con formas libres en un contexto de anarquismo voraz y absorbente. En general, se nota que el cuarteto  adopta una refrescante soltura con las adecuadas dosis de vehemencia psicodélica. ‘Extinction Phase’ es el viaje musical más prolongado del disco con sus poco menos de 18 ½ minutos de duración; sus secciones portan los ostentosos títulos de ‘These Seedless Plains Once Called Home’, ‘My Heart Will Crawl On’, ‘Last Voyage Of The Voiceless Bird’, ‘Acid Seeps Into The Well’, ‘Nucleus Deformities’ y ‘Our Radiated Heritage’. Los iniciales pasos de arcana solemnidad se enrumban tentativamente por una senda líquida que algo de solidez conquista con el paso de los minutos, pero todo prosigue dentro de un encuadre densamente opresivo cuando la segunda sección entra a tallar al asumir la batería el rol de fuerza impulsora de traqueteos indefinidos. La tercera sección ofrece un grisáceo solaz cósmico mientras el cuarto se adentra en el área del space-rock, estando así el terreno preparado para que la quinta añada pigmentos avant-jazzeros al sutil y envolvente colorido que se ha estado armando. Es tiempo de explorar nuevos matices mientras se tantea en qué momento será adecuado volver al predominio de lo exquisitamente tortuoso, ésta es la estrategia central de la quinta sección, siendo así que la sexta y última encarna la ascensión a la cumbre expresiva que se había estado germinando. La intensidad de los instantes finales tiene algo de celebratorio. The Crust Of This Earth’ trae consigo el cierre del repertorio y lo hace con una atmósfera metafísica en clave avant-progresiva. Aunque se nota el espesor propio del encuentro de las espiritualidades de los músicos dialogantes, el foco sonoro es bastante evocador y volátil. Así como fue una muy buena idea plasmar un crescendo a lo largo de la segunda mitad de la penúltima pieza, también lo es centrar la última en el ambiente más reposado de todo el disco.

 

Todo esto es lo que se nos brindó desde los cuarteles de ANCHOR AND BURDEN para este año 2024. “Extinction Level” es un monumento genial y arrebatado de rock vanguardista que sirve como manifiesto de las continuas exploraciones musicales que se coordinan desde el seno del susodicho ensamble. 66 ¾ minutos de gloria musical encapsulados en un disco totalmente recomendable en cualquier buena fonoteca actualizada en las múltiples avanzadas rockeras.


Muestras de “Extinction Level”.-

Sunday, October 20, 2024

El arte de reavivar exploraciones avant-progresivas según los RASCAL REPORTERS

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Con bastante demora reseñamos aquí el disco “Dux In A Row” del ahora dúo estadounidense-irlandés RASCAL REPORTERS, el cual fue publicado el 3 de noviembre de 2023 por el sello español áMARXE. El año 2023 fue muy activo para este grupo en cuestión, pues en el día 28 de julio del mismo año publicó su disco anterior “The Strainge Case Of Steve” por vía del sello Cuneiform Records.* “Dux In A Row” es el decimosegundo álbum de estudio de este grupo que comenzó sus días a mediados de los 70 en Detroit, Michigan, por la iniciativa de los multiinstrumentistas Steve Gore y Steve Kretzmer. Tras la muerte de Gore en el 2009, todo parecía haber terminado para RASCAL REPORTERS, pero entró en escena el músico irlandés James Strain en una situación donde Kretzmer estaba inspirado para crear nuevo material y terminar viejas composiciones para una banda que no podía ser otra que RASCAL REPORTERS, por supuesto. “Dux In A Row” es, en realidad, un conjunto de viejos temas que fueron remodelados o remezclados cuyas versiones oficialmente definitivas son las que aparecen aquí; de hecho, el proceso de composición de los tres temas más largos de este álbum data de los años 1976 y 1977 como una trilogía creada por Kretzmer, y ahora con Strain a bordo como ingeniero de sonido, ellos y los demás temas cuentan con las estructuras sonoras largamente ansiadas. Los créditos instrumentales en este disco señalan que Kretzmer se hace cargo del piano, los sintetizadores, el órgano, los efectos de radio, el canto y la narración, mientras que Strain hace lo propio a la batería, los bajos de 6 cuerdas y de 4 cuerdas sin trastes, los sintetizadores, las guitarras eléctrica y acústica. El mismo difunto Steve Gore deja sus póstumas huellas tocando los sintetizadores, la batería, la guitarra eléctrica, la percusión y las programaciones en dos temas, además de hacer algo de canto. Los invitados son Dario D’Alessandro (teclados) y James McDermott (voz). En la secuencia cronológica de los hechos, Strain estaba haciendo labores de mezcla y coproducción con el material aquí contenido tras haber trabajado con los dos discos precedentes de la resucitada entidad de RASCAL REPORTERS, y aún no terminaba con todo esto mientras el álbum con material nuevo “The Strainge Case Of Steve” tomaba forma y se completaba. Una vez terminado el proceso de masterización del material contenido en “Dux In A Row”, Strain sentía que este disco y el antes mencionado conformaban una unidad doble, así que el sello español áMARXE decidió publicar ambos como un doble CD a inicios del pasado año 2023. La portada de “Dux In A Row” es un collage digital realizado por el propio Strain en base a ciertas partes de la portada original de ”Redux Vol. 2: Rascals Revenge And The Great Reset” que es de la autoría de D’Alessandro.
 
 

Veamos ahora los detalles estrictamente musicales de este volumen. La miniatura ‘Improv Cost Me My Job’ da el puntapié inicial a las cosas con una jovialidad tan directa que no parece que podamos distinguir lo descarado de lo entrañable en su efímero esquema melódico: un ejercicio de pop beat de los 60 para un cuadro de MAGRITTE, de eso se trata básicamente. Inmediatamente después, ‘One Of Our Dogs Is Missing’ irrumpe con un juguetón despliegue de majestuosidad progresiva que se modela a través de un gentil dadaísmo en varios pasajes. Los inagotables cambios de swing se hilan con impecable fluidez mientras los teclados van haciendo crecientemente complejo el armazón melódico. Esto suena al ZAPPA de 1986 a través del filtro de los propios RASCAL REPORTERS de esa misma década. ‘Cashew Medley’ es la pieza más extensa con su duración de casi 16 ½ minutos, consistiendo en una sucesión de ingeniosas viñetas musicales; la mayoría de ellas se ubica dentro de un lirismo alevosamente cursi que oscila entre el avant-pop y el vodevil de ciertas pretensiones jazzeras. También hay unos diálogos y monólogos que ensalzan el travieso dadaísmo reinante con un impacto teatral extra. ‘Her Kind’ es una pieza típica del estilo que encontramos en los discos de RASCAL REPORTERS de los 80 y los 90: un despliegue de alegría irónicamente ingenua a lo SUPERSISTER que pasa por un filtro híbrido de los SOFT MACHINE de 1968 y los AKSAK MABOUL de 1977. El piano y la batería se engarzan fluidamente en la labor de preservar la agilidad exigida por el fulgor del desarrollo temático. Cuando llega el turno de ‘Moments’, el ensamble da rienda suelta a su habitual estrategia de elaborar y acomodar chocantes ideas musicales con un derroche de calidez en la instrumentación. Los pasajes exultantes se alternan fluidamente con otros más serenos que apelan a una inspirada mezcla de sinfonismo con tintes impresionistas y jazz-prog, la cual se asienta sobre una cruza entre ZAPPA y HATFIELD AND THE NORTH. Aquellos momentos en los que el ensamble juega con casi líquidos esquemas rítmicos son los que aportan la mayor dosis de señorío al trayecto a través de impredecibles recovecos que encarna esta pieza. A pesar de durar bastante menos, dice más que ‘Cashew Medley’ (tan brillante como es, de por sí), siendo así que su ingeniería musical sabe brindar un dinamismo muy particular al laberinto progresivo que se va desarrollando. 

‘My Three Sounds’ se centra en los muy asertivos fraseos del piano para delinear con impoluta claridad sus recovecos temáticos mientras la batería focaliza eficazmente los complejos grooves que se van sucediendo: es un simpático detalle hacer que el epílogo tenga un talante circense. ‘Egg Soup’ es un ítem de cerca de 10 ¼ minutos de duración, ostentando una prestancia muy semejante a la de ‘Moments’ con unas variables más líquidas de sus versátiles grooves. Los armazones instrumentales son muy fastuosos en sí mismos, pero siempre hay esa sensación de que todo puede desmoronarse por culpa de la inconstancia estructural, pero no es así, simple y llanamente, ésta está armada con brisas de desierto, no con cemento industrial. En este contexto, el mando que guía los tránsitos del ensamble parece estar en manos del piano y la batería sigue la pauta para mantener convincentemente su rol de fundante de los cimientos del bloque global. Algunas ideas melódicas que emergen portan una agradable aureola envolvente; la última de ellas está signada por una grácil jovialidad, lo que la convierte en la única asentada normalmente sobre un compás persistente reconocible. En buena medida, ‘Fallen Mind’ sigue por la senda de estructuraciones sonoras plasmadas en ‘Her Kind’, pero su enfoque expresivo se enfila hacia una aureola de melancólico misterio, algo más cercano al ROBERT WYATT de 1974 que a los SOFT MACHINE de 1968. Cuando llega el turno de ‘Egos Explode’, nos topamos con un extravagante ejercicio instrumental de densidades cuasi-cósmicas que se entrometen en un área emparentada con THE RESIDENTS. El ágil swing jazz-progresivo que emerge tras las arrolladoras capas de sintetizador y guitarra del prólogo permite a éstas difuminarse un poco para dejar que se luzca un núcleo melódico bastante coqueto. Tal vez aguardábamos algo dadaístamente oscuro, pero resultó que el núcleo central de la pieza se explaya en un extravagante jolgorio. ‘The Unfettered Way’ nos brinda 4 minutos de densidad progresiva que se sitúa cómodamente bajo el cobijo de una atmósfera solemne que, a su vez, está trazada por traqueteos surrealistas. A despecho de cómo pueda sonar esto, opera aquí un lirismo límpido y estilizado que nos recuerda parcialmente al ZAPPA de la fase 1969-73. 

Los 14 últimos minutos del repertorio están ocupados por ‘Hubert Greenery Peck’: de los cuatro ítems más extensos del repertorio, es nuestro favorito junto a ‘Moments’. Al igual que éste, abre amplios espacios a motivos misteriosos y perturbadores mientras los maneja con una delicadeza refinada en muy estilizadas interacciones de los instrumentos actuantes, todo ello mientras también emergen algunos ocasionales pasajes marcados por un lirismo cristalino. La delicadeza con la que se maneja el bizarro motif conclusivo encapsula grandilocuentemente la forma de misterioso vitalismo que marca la inmensa mayoría de los recursos estilísticos que ha venido usando el personal de RASCAL REPORTERS desde su tercer álbum en adelante para perfeccionarlo a partir del cuarto. Es marca de la casa, propiamente dicho. Todo esto fue lo que la actual alineación de RASCAL REPORTERS (más el amable fantasma de Steve Gore) nos ha brindado con “Dux In a Row”, un álbum de esos que sirven para cobrarse una digna revancha contra el Dios Destino que un tiempo atrás dificultó tanto el acceso a este excelso material; ahora está a nuestro alcance, ahora nos pertenece, ahora gozamos de un mayor conocimiento de las creaciones de esta veterana banda estadounidense. Adquiérase como sea, ya como parte del doble álbum “The Strainge Case Of Steve” + “Dux In a Row”, ya como descarga digital desde el blog de Bandcamp del sello áMARXE: infaltable en cualquier fonoteca de rock progresivo vanguardista que se precie de buena.
 
 
Muestras de “Dux In a Row”.-
One Of Our Dogs Is Missing: https://amarxe.bandcamp.com/track/one-of-our-dogs-is-missing
Moments: https://amarxe.bandcamp.com/track/moments
Fallen Mind: https://amarxe.bandcamp.com/track/fallen-mind
 
 
* El mencionado disco fue reseñado en este mismo blog. Para quienes tengan interés, el enlace es https://autopoietican.blogspot.com/2023/08/rascal-reporters-y-la-extrana-vigencia.html

Thursday, October 17, 2024

La nueva luz de los noruegos NEEDLEPOINT para fines del año 2024


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Llegan buenas noticias desde la escena progresiva escandinava en este último tercio del año 2024: se trata de la publicación del nuevo disco del grupo NEEDLEPOINT “Remnants Of Light”, que tuvo lugar este 11 de octubre último (hace muy poco, realmente) tanto en CD como en LP, por vía del sello BJK Music. El ya veterano cuarteto asentado en Oslo consta actualmente de Bjørn Klakegg [primera voz, coros, guitarras eléctricas, acústicas de 6 y 12 cuerdas, y clásica, sitar eléctrico, flauta, violín y hurdy gurdy], Erlend Slettevoll [órgano Hammond, pianos eléctrico y acústico, sintetizadores Prophet-5, ARP Odyssey y Minimoog, clavinet y coros], Nikolai Hængsle [bajo, guitarras eléctricas, acústica de 12 cuerdas y clásica, coros, primera voz ocasional, glockenspiel, otras percusiones y pedales bajos Moog Taurus] y Ola Øverby [batería, congas, otras percusiones y coros]. La gente de NEEDLEPOINT contó con las ocasionales colaboraciones de Solveig Wang (clarinete), Ingrid Støylen Runde (coros) y Camilla Brun (coros). Se trata del sexto disco de esta banda que se ha ganado un merecido renombre como excelsa cultora de una modalidad de prog retro-Canterbury-psicodélico, y realmente sigue avanzando a paso firme por la senda madurada en los dos discos precedentes 
“The Diary Of Robert Reverie” y “Walking Up That Valley” (de los años 2018 y 2021, respectivamente). Es el primer disco del cuarteto con Øverby a la batería y las percusiones. Toda la música de este nuevo repertorio fue compuesta por Klakegg y Hængsle, estando las letras a cargo del primero; la banda entera realizó los arreglos. Las pistas básicas fueron registradas en los Sugar Road Studios de Oslo en octubre del 2023, estando Roar Nilsen, Nikolai Hængsle y Ola Øverby a cargo de organizar las sesiones de grabación. Las ulteriores adiciones instrumentales se dieron en el Deaf Ear Studio de Oslo entre febrero y mayo de este año 2024, siendo Hængsle el ingeniero. La mezcla fue realizada por Mattias Glavå en el Kungsten Studio de Gotenburgo, en el mes de junio; la ulterior masterización fue hecha por Espen Høydalsvik en el estudio OSLO:Fuzz, al mes siguiente. El arte gráfica es de la autoría del propio Rune Klakegg, mientras que Nikolai Hængsle fungió como productor.

 
El álbum comienza con la pieza cuasi-homónima, la misma que dura casi 4 ½ minutos y se enfoca en un lirismo evocador. En efecto, ‘On Remnants Of Light’ nos remite a una cruza entre las facetas pastorales de Kevin Ayers y los GENESIS de la etapa 70-72, con una añadida aureola de vibraciones crepusculares propia de los RAGNARÖK de los dos primeros discos. De inmediato, la dupla de ‘Head In The Sand’ y ‘While Our World Is Still Revolving’ permite al grupo seguir expandiendo su paleta sonora. El primero de estos temas mencionados nos brinda los primeros momentos de auténtico vigor rockero del disco, aunque de forma un tanto contenida; lo hace con abiertos guiños al legado de la psicodelia de fines de los 60, tendiendo puentes entre los PINK FLOYD de 1967-68 y GRAVY TRAIN. También hay un toque de distinción aportado por la flauta y el violín, algo que se intensifica con la intensificación del groove de la batería. En cuanto al segundo, se trata de una exhibición más explícita de agilidad expresiva que se sitúa muy cómodamente dentro del paradigma de CARAVAN pre-1972. La manera en que se destaca la dupla rítmica dentro del bloque sonoro realza la cálida luminosidad inherente a la composición, convirtiéndose así en un cénit del repertorio. ‘Muse On The Hook’ se mueve más abiertamente en el área jazz-progresiva mientras recibe ecos de la mesurada suntuosidad que signó a la canción precedente. Los fabulosos solos de guitarra y teclado añaden un filo cautivador al esquema melódico creado para la ocasión, y así nos topamos con otro paraje culminante del álbum. ‘Another Inch Towards You’ regresa de lleno al patrón musical de Kevin Ayers en un proceso híbrido con la faceta más colorida del Robert Wyatt de los 70, añadiéndose un punche señorial como ingrediente extra. De hecho, es la presencia del violín la fuerza eficientemente capitalizadora del fulgor al que apunta la canción durante su último tercio, lo cual indica inconfundiblemente que resuenan aquí los ecos de la envolvente prestancia que signó a las dos canciones anteriores. 
 

Durando cerca de 6 ¾ minutos, ‘Where You Two Once Held Hands’ se erige como el tema más extenso del repertorio. Su esquema musical se enmarca dentro de una estrategia de jazz-pop arropada bajo un manto de psicodelia temprana. De esta manera, el sencillo desarrollo temático se reviste de una bien perfilada sofisticación que, en sus últimas instancias, acrecienta su prestancia merced a la emergencia de un majestuoso solo de órgano. Prácticamente, sin darnos cuenta, se ha generado una iluminación en torno a un cuerpo central que estaba bien establecido desde el primer momento. ‘Large As Lakes’ es una gentil semi-balada bucólica donde el grupo explora su faceta pastoral al modo de una cruza entre LOVE y la INCREDIBLE STRING STRING BAND: sirve como un eficiente contrapunto a la soltura patente en varias de las canciones precedentes. 
A propósito, la letra de la canción comienza así: “«Selling England by the pound»: it’s from a song I heard a long, long time ago.” Curioso, ¿no? Cuando llega el turno de ‘Back To Nowhere’, el grupo concreta un asertivo retorno al área jazz-progresiva en el armado de grooves e interacciones instrumentales, especialmente en lo referente a las labores del piano eléctrico y la batería. El núcleo melódico es sustentado por una energía suficientemente meticulosa como para no desestructurar la lírica atmósfera expresiva de la canción misma. El cierre del álbum llega de la mano de ‘Blank Sheet’, una canción que se comienza con un nuevo regreso al lirismo cálido y termina virando a una zona muscular y polícroma, casi como si, de repente, hubiese resucitado el paradigma de HATFIELD AND THE NORTH (a través del filtro de los contemporáneos HOMUNCULUS RES). Es muy oportuno que el disco concluya con la secuencia de otros dos de sus temas más logrados, pues brinda una sensación de magnificencia que se sitúa en el lado opuesto de la calma contemplativa con la que se había iniciado. Todo esto es lo que se nos brindó en “Remnants Of Light” desde los cuarteles de NEEDLEPOINT, un disco que, aunque no llega a igualar la grandeza consistentemente épica del trabajo precedente “Walking Up That Valley” (hasta ahora, la obra cumbre del grupo), mantiene el esplendor sistemático de la madurez estilística que hace del grupo un emblema viviente de la mejor música progresiva noruega de los últimos años. ¡¡Muy recomendable!!
 
 
Muestras de “Remnants Of Light”.-
While Our World Is Still Revolving: https://needlepoint.bandcamp.com/track/while-our-world-is-still-revolving
Muse On The Hook: 
https://needlepoint.bandcamp.com/track/muse-on-the-hook

Monday, October 14, 2024

Segundo viaje de los SWELL BROTHERS por el cosmos de la vanguardia progresiva estadounidense


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy estamos de plácemes con el flamante segundo disco del dúo SWELL BROTHERS, el cual se llama “Cosmic Swells” y fue publicado el pasado 4 de octubre, hace muy poco. Tal como ya sabemos por su disco del pasado año 2023 “Just A Couple Of Swells”, cuando en los créditos se indica que toda la instrumentación estuvo a cargo de los hermanos Moses y Dewey Swell, ellos realmente son los veteranos Dave Newhouse [saxofones, clarinetes, flauta, teclados y acordeón] y Michael Bass [todos los instrumentos virtuales de batería, percusión tonal y atonal, trompeta, trombón, oboe, guitarra, bajo, violín y cello]. El proceso compositivo está acreditado a los dos músicos dado que la idea iniciada era completada por el otro en un ida y vuelta continuo hasta que coincidían en que la pieza estaba satisfactoriamente completada; fue un proceso de composición compartida mientras se hacían las sobremezclas, una composición en tiempo real diferido y expandido en el sentido de que se compartía información nueva gradualmente hasta considerar que el mensaje final ya estaba bien definido. En cuanto al arte gráfica, ésta es de la autoría de Neil Doherty. El chiste recurrente de este disco es que se trata de la banda sonora de una película de ciencia-ficción. Bueno, repasemos ahora los detalles estrictamente musicales de “Cosmic Swells”.
 
‘The Forms Of Space’ abre el repertorio con un despliegue de percusiones y vientos que resuenan como un residuo del universo cinematográfico de James Bond con añadidos toques afro-latinos y una disposición amenamente vanguardista que resuena al patrón Zappiano de la primera mitad de los 70. Acto seguido, llega el turno de ‘The Distance Of The Moon’, una hermosa pieza elaborada sobre el sendero del bebop que se deja ornamentar fluidamente por recursos armónicos controladamente fastuosos donde los arreglos de metales llenan espacios llenados por el clarinete y el saxo. Tan contenido como es, el vitalismo inherente a este tema ostenta recursos que explicitan solventemente el colorido de la composición, especialmente, en un par de pasajes estratégicos donde el fragor sonoro brilla suntuosamente. Con la subsiguiente dupla de ‘The Origin Of The Birds’ y ‘How Much Shall We Bet’, el ensamble dual sigue explorando más esquemas sónicos. El primero de estos temas mencionados se orienta por una plácida languidez que arma un teatro de imágenes evocadoras donde reina una dulce nostalgia. Los armazones armónicos de los teclados impulsan cabalmente a las intervenciones del acordeón y el clarinete. El segundo de ellos, por su parte, gesta un exquisito ejercicio de gráciles efluvios avant-progresivos donde convergen las influencias de los AKSAK MABOUL del primer álbum y el ZAPPA de los 80, añadiéndose algunos trazos de la faceta más ágil de los legendarios HENRY COW. La patente jovialidad ínsita en la espiritualidad expresiva de esta composición tiene algo de turbado a través de su invasiva luminosidad. ‘My Aquatic Uncle’ es la pieza más extensa del disco con sus 6 ¾ minutos de duración y su esquema de trabajo se basa en una inspección de caminos opuestos a los explorados en el tema precedente dentro del mismo bosque avant-progresivo. Ahora todo es más inestable y, con un predominio puesto en lo grisáceo, el talante nervioso que antes estuvo controlado se suelta ahora para exhibir una inquietud renovadora. La inserción de algunos pasajes cósmicos que parecen tener una cierta cualidad neblinosa ayuda a realzar dicha inquietud con elegancia y firmeza. Todo un cénit del disco, no nos cabe duda al respecto. 

A Sign In Space’ regresa de lleno a la suntuosidad cinematográfica con la que operó el tema de entrada, pero esta vez con más musculatura, particularmente, en la imponente presencia de la batería y las percusiones. Con ‘Without Colours’, el dúo vira hacia un área totalmente diferente, signada ésta por un halo crepuscular que se remodela por sublimes capas impresionistas donde se amalgaman diversos instrumentos de viento. Este ejercicio de efluvios introspectivos resulta cautivador y misterioso en simultáneo. ‘The Stone Sky’ instaura, una vez más, un cambio de rumbo, esta vez con un talante relativamente ligero que se encarna en un sobriamente alegre ejercicio de calidez progresiva al modo de una pieza perdida de los primeros años de HAPPY THE MAN que se filtró a través de la faceta más serena de THE MUFFINS. Muy bien aprovechado este espacio de 5 ¾ minutos donde la exuberancia se muestra a sí misma sin aspavientos redundantes, solamente con una gracilidad que nunca deja de sentirse natural a través de la exquisitez melódica en curso. La secuencia de estos tres temas conforma un paisaje musical que sucede muy dignamente al cénit descrito al final del párrafo precedente. ‘All At One Point’ se arma con un ensamble de maderas y cuerdas con las que se desarrolla un mágico ejercicio de chamber-rock encuadrado en un espacio intermedio entre lo reflexivo y lo expectante. El cierre del repertorio llega de la mano de ‘As Long As The Sun Lasts’, el cual utiliza un groove de polka para desarrollar una surrealistamente jubilosa orquestación que inicialmente parece diseñada para acompañar a un acto circense para luego desviarse hacia una atmósfera de teatro del absurdo. La policromía explícita de la primera mitad dará posteriormente paso a la emergencia de una ceremoniosidad inescrutable que utiliza el colorido ya existente para darle un giro sutilmente retorcido. Todo esto fue lo que se nos brindó en los cerca de 40 minutos que dura “Cosmic Swells”, este nuevo disco de los SWELL BROTHERS: se trata de una estupenda obra que nos muestra una de las muchas potencias creativas que se forjan continuamente en el cosmos de la vanguardia progresiva estadounidense. ¡¡Recomendable al 200%!! (Un ciento por cada hermano Swell.)

Saturday, October 12, 2024

DJAM KARET en 1991: el año de los incendios y las suspensiones



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy tenemos en nuestras manos esta retrospectiva sobre un año muy especial en la extensa trayectoria de la veterana banda estadounidense DJAM KARET, un ensamble crucial para la preservación del escenario progresivo de su país desde su reducto californiano. El año de nuestras actuales remembranzas es 1991, siendo en el año indicado que el grupo publicó dos discos muy diferentes entre sí: “Burning The Hard City” y “Suspension & Displacement”, siendo el primero agresivo, suntuoso y ostensiblemente sofisticado, mientras que el segundo es más sosegado y portador de esquemas sónicos orientados al ambient y lo espacial. En el primero de estos discos mencionados. La alineación de DJAM KARET constaba de Gayle Ellett [guitarras eléctricas de 6 y 7 cuerdas, teclados, efectos y percusión], Mike Henderson [guitarras eléctricas de 6 y 12 cuerdas, efectos y teclados], Henry Osborne [bajos de 5 y 4 cuerdas, teclados y percusión] y Chuck Oken, Jr. [baterías acústica y electrónica, sintetizador, programaciones y secuencias rítmicas], En cuanto a “Suspension & Displacement”, la logística instrumental estaba distribuida así: Ellett [guitarras de 6 y 7 cuerdas, guitarra-sintetizador, teclados, efectos y percusión], Henderson [guitarras acústicas y eléctricas de 6 y 12 cuerdas, teclados, efectos y percusión], Osborne [bajo de 5 cuerdas, teclados, efectos y percusión] y Oken, Jr. [baterías acústica y electrónica, teclados, programaciones y secuencias rítmicas]. Ambos fueron publicados por el sello HC Productions en aquel año 1991 (siendo el sello del grupo y otros proyectos colaterales de sus integrantes), para ser más adelante reeditados en el año 2000 por Cuneiform Records. De hecho, en ese año 1991, “Suspension & Displacement” fue publicado unos meses antes que su disco mellizo. Se trataba de las obras cuarta y quinta dentro de la todavía joven discografía de DJAM KARET, la cual había debutado oficialmente en el año 1985 con “No Commercial Potential” (exclusivamente en casete, que era el formato más barato). Las raíces originarias de este grupo se pueden rastrear hasta la existencia de HAPPY CANCER, cuyos integrantes eran el bajista Henry Osbourne, los guitarristas Mike Henderson y John Glass, y los bateristas-percusionistas Chuck Oken, Jr. y Andy Frankel. El grupo llegó a registrar el disco “McMucic For The McMasses” en el 1982 antes de que se disolviera para que de sus cenizas surgiera DJAM KARET. Con cierta veteranía sobre sus espaldas y con el optimismo generado por la buena recepción crítica que obtuvo su álbum de 1989 “Reflections From The Firepool”, el cuarteto sintió una expansiva inyección de creatividad entre julio del 1990 y abril del 1991. Fueron tan masivas las nuevas composiciones, que muy pronto advirtieron estos cuatro señores que daban para más de un disco. La casual situación de que una mitad de ellas se centrara en un rock sofisticado con mucha musculatura y la otra mitad se enfocara en lo atmosférica les llevó a tomar la inteligente decisión de publicar dos discos diferentes, a la par que reconocían su mutua complementariedad. En palabras de los mismos creadores, estos dos discos son “gemelos esquizofrénicos en la sopa musical del tiempo elástico, pero separados al nacer” y que “uno no existe sin el otro”.


Violamos el orden cronológico que dicta la historia y comenzamos esta retrospectiva con el más explosivo de estos dos álbumes, publicado unos días más tarde que el otro. Con ‘At The Mountains of Madness’, el repertorio de “Burning The Hard City” tiene un punto de entrada con altos niveles de ingenio musical, siendo así que el grupo se explaya en una secuencia bien armada de motivos que se desarrollan de manera mágicamente exultante, merced a la fluidez con la que se desarrollan las expansiones temáticas. Tras un relativamente lánguido prólogo, las siguientes secciones se alzan sobre diversos grooves que el dúo de Osborne y Oken Jr. erige en la base del entramado rockero; siendo estos dos señores unos auténticos héroes del ritmo, como es natural, son los riffs, punteos y contrapuntos de las duales guitarras de Ellett y Henderson quienes ocupan el lugar protagónico de la escena. Algunos de estos punteos resultan excitantemente escalofriantes, casi sonando a una especie de lamento de ultratumba. Con ‘Province 19: The Visage of War’ se nos abre un mundo renovado de fiereza casi animal, dosificada a través de un empleo inteligente de riffs bien definidos y una delirante reiteración en aras de crear tensión y oscuridad de una manera efectiva. Siendo un cénit del álbum en sí mismo, parece casi una “contrafáctica” anticipación de la faceta más aguerrida de los KING CRIMSON de 1994-95 con añadidas acentuaciones de prog-metal y stoner a lo BLACK SABBATH. El interludio permite al grupo explorar un ágil swing jazz-progresivo, algo que aprovecha el bajo para hacer unas estupendas virguerías bajo la nueva modalidad, siendo así que todo vuelve al motivo inicial para la última sección: los efectos persistentes de guitarra de la coda erizan la piel con sus absorbentemente tanáticas vibraciones. Todo resultó muy oscurantista y sexy a la vez. A contrapelo con la garra opresiva y despiadada de este segundo tema del disco, ‘Feast Of Ashes’ ofrece una navegación sonora más lánguida y reflexiva, aunque no exenta de tensión, manejando la intensidad expresiva bajo un formato más sutil. La cosa se enfila hacia una cruza entre los AGITATION FREE del segundo álbum, los PINK FLOYD de 1975 y la faceta más onírica del estándar space-rockero del legendario Hillage. Su espacio de más de 10 ¾ minutos está muy bien aprovechado a la hora de persistir en la ambientación grisácea, casi crepuscular, sobre la cual se asienta el cuerpo central.

 

Tras un prólogo signado por una fulgurosamente neurótica secuencia sintetizada, ‘Grooming The Psychosis’ (la segunda pieza más extensa del disco con sus 12 minutos de duración) se explaya en una cadencia jazz-rock-progresiva suntuosamente festiva en un tempo de 7/8 hasta que, a poco de pasada la frontera del cuarto minuto y medio, se desvía por una tangente hard-progresiva para elevar a la persistente festividad a la asunción de un aura más inquietante sobre un nuevo swing. el cual sigue siendo sofisticado. Cuando arriba el tercer momento, el factor jazz-rockero se cruza con el psicodélico a fin de qua la musculatura celebratoria del ensamble no se ahogue en su propia garra inherente, sino que se enfile a paso firme por un luminoso túnel de arrebatado vigor mientras se reviste de aristocrática elegancia. ‘Topanga Safari’, tal como su exótico título parece aludir, remite al estándar del rock-fusion con orientación modernista y celebratoria, algo así como si unos OZRIC TENTACLES se pusieran a experimentar con un jazz-funk robusto mientras invitan a los maestros Jeff Beck y Tony Levin a unirse a la celebración. El lucimiento del bajo es simplemente monumental, prácticamente aflorando continuamente como el instrumento director del motif central. ‘Ten Days To The Sand’ nos remite a una cruza entre las señoriales vibraciones progresivas de ‘At The Mountains Of Madness’ y la trama introspectiva de ‘Feast Of Ashes’, añadiéndosele algo del fragor señorialmente estilizado que signó a ‘Grooming The Psychosis’. El cuarteto se nota totalmente cómodo ampliando su viaje por poco más de 11 minutos. El tema homónimo cierra el disco y dura cerca de 12 ¼ minutos, erigiéndose como el ítem más extenso del Mismo. La estrategia principal consiste en gestar un nuevo incremento de la descarga rockera, pero el esquema de trabajo se inicia con un extenso prólogo marcado por un tenor expectante y ceremonioso de aires cósmicos, algo que permite a la banda explorar, una vez más, sus influencias Floydiana y space-rockera. Una vez instalado un motif preciso, los DK se dejan llevar por un clima flotante de carácter abundantemente ceremonioso. Alrededor de la frontera del séptimo minuto, las cosas se tornan imparablemente incendiarias para ‘Burning The Hard City’, en semejanza con las partes más aguerridas de varias de las piezas anteriores: a veces, da la sensación de que el cuarteto está coqueteando con el legado de los RUSH de la etapa 76-81 con algunos retazos propios del Crimsonismo de los 80 y los 90 (y recordemos que los KC del doble trío aún no existían). Hay algo explosivo y fúnebre a la vez en esta pieza que, por el derecho propio que le da su versatilidad alternada de lobreguez y vitalismo, se sitúa como el broche idóneo para este excelso disco.

 

Como dijimos más arriba, la gente de DJAM KARET no quería limitarse a mostrar al mundo lo que había gestado para “Burning The Hard City”, y, de hecho, tomó la muy inteligente decisión colectiva de separar en dos bloques, uno de complejo y macizo rock progresivo, otro de líneas ambient, la gran cantidad nuevas composiciones que había brotado de sus mentes a inicios de los 90. Una vez decidido que el primer bloque iría al disco que acabamos de revisar, el otro tenía que ir a “Suspension & Displacement”. Tal como dijimos en el primer párrafo del presente texto, el enfoque musical plasmado aquí fue totalmente opuesto al del otro disco: era centrado en climas cinematográficos y texturas cósmicas, dando amplísima prioridad a lo atmosférico sobre lo compositivo. Ocupando un generoso espacio de poco más de 10 ¾ minutos, ‘Dark Clouds, No Rain’ abre el repertorio de “Suspension & Displacement” con una actitud de dejar que algunas capas minimalistas de sintetizador con efectos flotantes basados en notas sostenidas de las guitarras se apoderen de a pocos de los espacios que van creando, esperando a llegar cerca de la frontera del cuarto minuto para que unas percusiones étnicas entren a tallar. Dado este contexto, ya se nota un esquema más definido para el cuerpo central de la pieza, el mismo que se enriquece con la adición de sobrias cortinas de sintetizador y sampleos de flautas indias. ‘8:15 – No Safe Place’ sigue a continuación para elaborar un ejercicio de languidez psicodélica con cualidad ensoñadora que comienza de manera tenue y más adelante se torna moderadamente siniestra. La dupla de ‘Angels Without Wings’ y ‘Consider Figure Three’ permite al grupo continuar sus bien delineadas exploraciones sónicas con soltura. El primero de estos temas mencionados exhibe evocaciones modernistas signadas por una calidez envolvente que tiene mucho que ver con los TANGERINE DREAM de la fase 1975-77 en conjunción con la faceta onírica del paradigma de STEVE HILLAGE. Bajo las densas capas minimalistas de los sintetizadores, los aleteos de las guitarras se sienten a sus anchas. En cuando al segundo, se centra inicialmente en una solemne narración que parece guiarnos en nuestro tránsito por una serie de cavernas; a través de las capas sonoras armadas para la ocasión, la narración recoge sus propios ecos y se torna arcana con matices un tanto inquietantes. En su segunda sección, las escalas de guitarras acústicas aportan un efectivo matiz bucólico a una atmósfera que ha borrado cualquier trazo inquietante de su trayecto anterior.


‘Erosion’ es una extensa aventura de casi 13 minutos que comienza con un drone impulsado por una serie mecanizada de escalas mínimas de guitarra. Poco a poco, ornamentos percusivos y sintetizados se van sumando a la ya bien instalada atmósfera para brindar una persistente aureola de prestancia al asunto. Eso sí, dicha prestancia adquiere aires señoriales cuando emerge un fulgor terso y sedoso que abre campo a unas hermosas florituras de guitarra acústica; ellas logran que sus sedosas emanaciones sustenten el surgimiento de un paisaje de gentil introspección. Los segundos finales sirven para que el breve regreso del motif inicial se haga con una calculada delicadeza que, a fin de cuentas, no borra del todo la calidez inmediatamente anterior. ‘Severed Moon’ comienza con unas escalas serenas de dos guitarras antes de que emerja una invitación percusiva para armar una solitaria danza celebratoria. Una vez detenidos los tambores, unas armonías sencillas de guitarra acústica invitan a la mente a centrarse en una actividad contemplativa bajo un manto nocturno cabalmente ornamentado con luces estelares y proyecciones lunares. ‘The Naked & The Dead’ toma su título de una novela de NORMAN MAILER y comienza con un nuevo drone alimentado por efectos tenebrosos, pero pronto surge una secuencia de guitarras acústicas sobre la cual se poya el entramado sonoro en un viraje sólidamente enfilado hacia un cordial paisaje flotante. Justo cuando vuelven al ruedo esos efectos tenebrosos antes mencionados, la confluencia de percusiones electrónicas y étnicas hace que la pieza termine con una congregación celebratoria que había sido solamente aludida en la pieza precedente. ‘Gordon’s Basement’ tiene un talante muy semejante al aura ceremoniosa del tema #4, pero esta vez hay una suntuosidad más surrealista en el armazón sonoro de los sintetizadores, las guitarras, el bajo y los efectos de consola. Todo culmina con el arribo de ‘A City With Two Tales: Part One Revisited’, que es el tema más largo del disco con su duración de poco menos de 13 ½ minutos. Dicho sea de paso, se trata de una reelaboración de una sección de un tema incluido originalmente en el segundo álbum de estudio de la banda “The Ritual Continues” (del año 1987). Tras una sección prologar tentativa y un tanto grisácea, un efecto de explosión abre camino a un exploración en el área del space-rock cibernético al modo de unos OZRIC TENTACLES severamente trastocados por una coalición de HELDON y ASH RA TEMPEL. El compás hace buen uso de un compás inusual. Las incendiarias exaltaciones de la guitarra-sintetizador resuenan cuales gritos tortuosos, estando los ornamentos percusivos dispuestos a canalizar la energía global del bloque instrumental. La otra guitarra se mueve en áreas Frippianas para remodelar ese fuego expresivo de una manera más etérea hasta el instante final.
 
 

“Burning The Hard City” y “Suspension & Displacement” fueron acabildados en una edición triple del año 2020 bajo la producción y la labor de remezcla de la gente de DJAM KARET por vía de su propio sello HC Productions: un volumen para cada disco y un tercero con bonus tracks en vivo y de estudio (grabaciones hasta ahora inéditas) que datan de aquella época. Se trata de una edición limitada de 450 ejemplares. ‘Gerbal Jammin’’ es lo primero que aparece en este volumen y se trata de una serie aleatoria de inspecciones psicodélicas que, en último término, llevan a una cierta definición. ‘Gong & Sun’ y ‘The Guitar That Stretches’ siguen a continuación para expandir los testimonios de la inspirada creatividad de la que gozaba el colectivo de DJAM KARET en ese tiempo. El primero de estos temas mencionados es un jam animado que se revela como un anticipo de ‘Topanga Safari’, mientras que ‘The Guitar That Stretches’ plantea un esbozo bastante evolucionado de ‘Feast Of Ashes’. Hay tres miniaturas respectivamente tituladas ‘Train Tracks & Citrus Groves’, ‘Elastic Times’ y ‘TAO or DAO?’... que son anuncios radiales y pruebas de sonido. También nos topamos con versiones en vivo de ‘The Red Monk’, ‘Improv / Cities’ y ‘Swamp Of Dreams’, así como maquetas de ‘Province 19: The Visage Of War’ y ‘At The Mountains Of Madness’. En estas últimas, el cuarteto trabaja de manera muy compacta en torno a ideas musicales ya claramente delineadas. En cuanto a los registros en vivo, ‘Improv / Cities’ comienza con capas flotantes de sintetizador para luego explayarse en un enérgico jam en clave space-rockera, mientras que ‘Swamp Of Dreams’ se sustenta sobre una luminosa dinámica jazz-progresiva‘The Red Monk’, pieza procedente del álbum “Reflections From The Firepool”, recibe un tratamiento bastante muscular con su estructura psicodélica. Con esto culmina la documentación musical del momentum que conquistó DJAM KARET en el año 1991: la banda estaba dispuesta a establecer un grandilocuente muestrario de recursos renovadores del ideal del rock progresivo con ambiciosas dosis de majestuosidad, versatilidad y eclecticismo. Con la distancia del tiempo (más de 3 décadas), el legado simultáneo de “Suspension & Displacement” y “Burning The Hard City” debe ser apreciado como una instancia crucial para el desarrollo del rock artístico estadounidense allende las fronteras de las décadas de los 70 y los 80. ¡Qué trabajo tan bordado de Gayle, Mike, Henry y Chuck!


Severed Moon: https://djamkaret.bandcamp.com/track/severed-moon-2
 
Algunos bonus tracks de la edición especial de 2020.-
Swamp Of Dreams (live): https://djamkaret.bandcamp.com/track/improv-cities-live
Improv / Cities (live): https://djamkaret.bandcamp.com/track/improv-cities-live