Tuesday, October 29, 2024

ALEJANDRO VILALLÓN RENAUD: bitácora musical de aquellos días de cuarentena


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy miramos atrás al primer tercio del año 2023 y nos fijamos en el disco “Tiempos De Cuarentena” del músico mexicano ALEJANDRO VILLAÓN RENAUD, un álbum conceptual centrado en aquella situación de distanciamiento social sistemático a la que nos sometió la pandemia. La publicación fue hecha por el heroico sello connacional Azafrán Media. En palabras del propio compositor, se trata de un homenaje a todos aquellos que, por razones económicas, no pudieron quedarse en casa y tuvieron que caminar por las calles vacías tomando terribles riesgos en medio de la emergencia sanitaria mundial. Experto en la línea electrónica, el arsenal de VILLALÓN para éste, su segundo trabajo fonográfico. consistió en el sintetizador M-Audio Axiom AIR Mini 32 y los programas computarizados Garageband 2009 y Ableton Live 10. Veamos ahora los detalles del repertorio de “Tiempos De Cuarentena”.

Todo comienza con ‘Nuevo Amanecer’, una pieza eminentemente centrada sobre unas ágiles secuencias que van emanando unas vibraciones extrovertidas con fulgurosa certeza. El creciente llenado de espacios se concreta con un calculado incrementos sostenido de capas sonoras que hacen que el enclave musical en curso se acerque al paradigma del space-rock. Muy efectivo inicio. El siguiente tema del disco es el segundo más extenso del mismo con sus 8 ½ minutos de duración; su elocuente título es ‘Último Día Normal’. Portando un dinamismo similar al de la pieza inicial, esta vez su espiritualidad es un poco más tensa así como las atmósferas conjuradas por el núcleo temático ostentan unas agitaciones más sombrías. A través de la sofisticación progresiva que va proyectándose a lo largo del cuerpo central, el cual se explaya en una cruza entre el Vangelis de la fase 84-85 y el Tim Blake del segundo álbum, el persistente vitalismo cibernético asume un aura ceremoniosa. ‘Sombras’ prosigue por la senda ceremoniosa del tema anterior para elevarse hacia una solemnidad más oscura, creando una mezcla de misterio y nebulosidad desde la cual emerge una secuencia de escalas sintetizadas a lo TANGERINE DREAM (1974-76). Ésta se erige como fuerza guía para una ingeniería sónica que utiliza varios enclaves que emulan voces y corales. De a pocos, la ilación de los temas se ha ido apartando de la luminosidad inaugural para meterse en cavernas donde reina un aura trágica que, a pesar de no llegar a tornarse arrolladora, se adueña de los ambientes predominantes y las matrices expresivas. ‘Monstruo Invisible’ es la pieza más larga del repertorio con su espacio de más de 9 ¾ minutos, siendo su misión la de aumentar el impacto de los recovecos dramáticos que se han ido gestando y reforzando en los dos temas anteriores. En las instancias iniciales, todo flota en un cielo arcano donde cualesquiera atisbos de luz van alejándose más y más para dejarnos un panorama de absorbente nocturnidad. Eso tétrico que operaba a nivel latente en ‘Sombras’ asciende a lo patente con un nuevo tipo de luz, un centelleo que refleja una opacidad inaudita. A poco de pasada la frontera del cuarto minuto, emerge un recurso deconstructivo cuya función consiste en edificar un nuevo horizonte de desasosiego bajo un manto majestuoso cuyos telares son matices espectrales con diversos niveles de densidad. El Klaus Schulze de la fase 74-76 es evocado como un referente especial. 

‘Flores En El Pavimento’ sirve para reorientar los recursos de densidad emanados de las dos piezas precedentes para remodelar, hasta cierto punto, el fulgor con que se inició el disco y que ya parecía irremediablemente derrocado. Eso sí, esta nueva luz no se mueve sobre secuencias definidas, sino a través de capas orquestales cuyo talante minimalista permite que las notas decurrentes se noten individualmente en medio del entramado sonoro. ‘Ecos’ combina efectos de campanadas con orquestaciones flotantes al estilo de ‘Flores En El Pavimento’, pero esta vez con una espiritualidad más grave. Parece que en estos ecos convergen irradiaciones de tragedias pasadas con meditaciones deseosas de un futuro mejor. Cuando llega el turno de ‘Un Nuevo Día’, opera un nuevo sentido de urgencia, un renovado empuje expresivo que sí se conecta más intensamente con el esplendor de la pieza inicial del álbum a pesar de que sus bases cibernéticas son desemejantes a las de ésta. En todo caso, se arma aquí un swing sintetizado reconocible cuyas pulsaciones tienen mucho de maquinista, aunque la orquestación nuclear y los ornamentos exhiben una vivacidad orgánica muy refinadamente perfilada. El arribo de ‘Contacto’ conlleva el cierre del repertorio: su estructura musical se siente muy emparentada con el Jarre de la fase 84-88, siendo así que las síncopas armadas cibernéticamente motivan una agilidad peculiarmente sofisticada para el armazón temático. Éste es suntuoso y grácil a la vez, asumiendo una fastuosidad de tenor cinematográfico donde lo alegre y lo melancólico se combinan fluidamente. El perfecto clímax final para el repertorio de un disco totalmente recomendable en cualquier buena fonoteca de vanguardia musical de hoy en día. ALEJANDRO VILLALON RENAUD se ha lucido bastante con esta bitácora de “Tiempos De Cuarentena”. Llega un poco tarde esta reseña pero eso no es óbice para que se lo pueda elogiar como se debe, una inspirada labor de música progresiva electrónica disponible para dignificar cualquier buena fonoteca.
 
 
Muestra de “Tiempos De Cuarentena”.-
Nuevo Amanecer: https://www.youtube.com/watch?v=OiU10Bvxm0s

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