Friday, October 31, 2025

Un nuevo lugar para ACOUSTIC ASTURIAS en el último tercio del año 2024



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Echamos una mirada al 23 de octubre del pasado año 2024 y nos topamos con la más reciente excursión del veterano ensamble japonés ASTURIAS con el formato de cámara denominado ACOUSTIC ASTURIAS: “Somewhere Not Here” es el título del disco donde se plasma esta iniciativa. La alineación operativa en este disco consta de Yoh Ohyama a la guitarra acústica (el líder de siempre), Saori Hoshino al violín, Mayumi Sano al cello  y, turnándose al piano, Towa Kitagawa y Taishi Sekiguchi. Algo anecdótico es que se trata de la primera obra fonográfica de este ensamble con un cello en su logística instrumental. Tras dos discos del enclave ELECTRIC ASTURIAS (“Trinity” y “Dimensions”, de los años 2019 y 2023, respectivamente) y a 14 años del último disco con formato acústico (“Legend Of Gold Wind”), se nos vuelve a brindar un exquisito catálogo de cristalinos viajes líricos que ostentan una fuerza de carácter muy peculiar y con un convincente talante evocador. La mayor parte de las composiciones contenidas en este disco surge de la pluma de Ohyama, pero también hay creaciones de Hoshino y de Kitagawa. El material de “Somewhere Not Here” se registró en el Nakatoh Studio, realizándose después las labores de mezcla y masterización en el Studio Manor House. Veamos ahora los detalles estrictamente musicales del disco. 

‘Heliocentrism’ causa una muy buena primera impresión del repertorio con su extrovertido despliegue de cristalinos fulgores sónicos. Los exultantes efluvios del piano y los marcajes del cello completan los llamativos cauces melódicos por los que, con total fluidez, transitam los partícipes del ensamble. Sigue a continuación ‘Shinyomawari’ y aquí el grupo se enfila por una senda expresiva más ceremoniosa, incluso un poco más grave, aunque indudablemente todavía persiste el refinado esplendor que antes marcó a la pieza inaugural. Los vuelos del violín ostentan una aristocrática prestancia que ensalzan la gallardía inherente a la composición de una modo decisivo. Cuando llega el turno de ‘Midsommarstång’, es el momento para explorar climas razonablemente solemnes bajo el mano de una espiritualidad tan intensa como reflexiva. El groove armado por las primeras notas del cello anuncian sin ambigüedad que el enfoque expresivo central de la pieza se habrá de orientar hacia la prevalencia de una agilidad saltarina donde lo contemplativo se asoma sin mucho disimulo. Algunos ornamentos del piano realzan lo saltarín con la frontal complicidad del piano mientras el cello mantiene un pulso arquitectónicamente preciso. Durando 9 minutos y pico, ‘Time Traveller’ es la pieza más extensa del álbum. Los índices temáticos de sus diversos bloques melódicos retoman buena parte de las vibraciones fulgurosas que ya habían inundado a la pieza inaugural. Además, el ensamble juega con diversos grooves y esquemas rítmicos con una liberalidad bien aprovechada desde el largo tiempo asignado. Estando las bases armónicas del piano y la guitarra tan bien definidas como lo están, el contubernio de violín y cello tiene el cielo en sus manos para volar según el plan trazado por la meticulosa ingeniería melódica, la misma que bebe tanto del romanticismo como del expresionismo. La sección epilogar destila un imparable entusiasmo, completando este cénit definitivo del álbum.

Rhythmus’ juega con las cadencias armonizadas de cello y violín para impulsar el núcleo central en torno a un nuevo ejercicio de musicalidades saltarinas. Eso sí, ahora no tenemos una celebración de resplandores primaverales o incandescencias estivales, sino una neurosis aristocrática que, hasta cierto punto, nos remite al paradigma de Philip Glass a través del filtro de Rachmaninoff. ‘Ricochet’ enuncia unos aires fusionescos en su groove central que se asemejan un poco al estándar tanguero. La neurosis sistemática de la pieza precedente cede el paso a una asertividad vivaz que sabe arroparse bajo un manto de distinción. Tal vez tengamos aquí el solo de violín más impresionante de todo el álbum; también está uno de esos pocos momentos en los que la guitarra sale al frente para destacarse en un solo cautivador. ‘Snowy Landscape’ se calma un poco para permitir al ensamble volver a explorar su faceta más ceremoniosa, siendo así que la solemnidad sistemática de su esquema melódico es manejada con una oportuna dosis de gracilidad. El penúltimo tema del disco es una versión del clásico de CREAM ‘White Room’ (legendaria composición de Jack Bruce y Pete Brown). El ensamble preserva esa magia esotérica con refinada musculatura que es la esencia original de la canción mientras le insufla de vibraciones estilizadas que son tan propias de la logística sónica a su disposición. ‘D’où Venons-nous Que Sommes-nous Où Allons-nous’ cierra el repertorio con el rastreo final de la dimensión contemplativa del ensamble. Todo comienza con el tenor más sereno de todo el álbum antes de que un nuevo paisaje suntuoso emerja ante nuestros oídos y espíritus, siendo así que el cuarteto se dispone, básicamente a hacer una síntesis entre la suntuosidad de ‘Snowy Landscape’ y el embrujo palaciego de ‘Shinyomawari’. La mayor parte de la labor de cello consiste en precisar los opulentos efluvios que dibuja el violín mientras dirige el desarrollo temático. Ya en las últimas instancias, ocupa un rol más primordial mientras el tema busca aterrizar en un área de crepuscular remanso. A fin de cuentas, ha sido muy estimulante tener esta experiencia melómana con ASTURIAS a través de su faceta de ACOUSTIC ASTURIAS. La experiencia de “Somewhere Not Here” ha sido, en líneas generales, colorida y sugerente, lo suficientemente llena de ingenio creativo como para considerarlo un disco muy recomendable para cualquier buena fonoteca de música progresiva.


Muestras de “Somewhere Not Here”.- 

Wednesday, October 29, 2025

Aquí y allí, el jazz-rock progresivo de los estadounidenses TAUK



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy se da la ocasión de presentar lo nuevo del grupo estadounidense TAUK, exponente de un jazz-rock progresivo con muchas cualidades melódicas y cierta tendencia space-rockera, además de algunos aditamentos de hip-hop. Este nuevo disco publicado el 5 de septiembre último se titula “Somewhere Between Here And There” y es otra cabal muestra del tipo de luminosidad musical que siempre es capaz de crear el ensamble conformado por el guitarrista Matt Jalbert, el bajista Charlie Dolan, el teclista Alric Carter y el baterista Isaac Teel. Los formatos de esta publicación son en vinilo y en descarga digital por vía independiente. 

La dupla inicial de ‘Eldridge Awakes’ y ‘Hot Brown’ pone sobre el tapete los principales recursos de fulgor sónico que la banda ha diseñado para los ambientes y grooves que habrán de ser predominantes a lo largo del disco. En efecto, ‘Eldridge Awakes’ impone muy pronto su vivacidad sobriamente colorida arropándola con un swing ágil y llamativo que sabe cómo cruzar fluidamente las vibraciones luminosas del jazz-fusion de siempre y los matices espaciales del space-rock en una variante domesticada. El solo de guitarra que se explaya en la segunda mitad aporta una energía extra al núcleo temático. ‘Hot Brown’, por su parte, elabora un encuadre de corte funky con elementos clásicos del soul al viejo estilo de Motown. Esto que suena muy bien podría haber sido un jam proveniente del Stevie Wonder de la etapa 1972-74, aunque cabe añadir que el grupo le da un vitalismo más modernizado al asunto. ‘Hang Tuff’ nos recuerda mucho a esa dimensión space-prog-reggae de OZRIC TENTACLES, solamente que con una orientación un poco más cristalina que es el producto de los matices jazz-progresivos que también forman parte fundamental del ideario musical de TAUK. Así pues, tenemos un npucleo melódico intrigante y sencillo que es arreglado con algunos recursos de densidad sónica. Cuando llega el turno de ‘Adventure Hop’, la banda capitaliza el vigor expresivo antes expuesto en la pieza inaugural y le proporciona un brío renovador que proviene simultáneamente de dos fuentes, el rock progresivo y el hip-hop. Las florituras del saxofón ayudan de forma relevante a la concreción de la energía colectiva. ‘Aquatic Curtain’ también reactiva algo anterior, para ser más específicos, la aristocrática candidez de ‘Hot Brown’, pero esta vez, con un leve incremento del punche a la hora de organizar las interconexiones entre las bases armónicas de la guitarra y las capas de los teclados. El bajo sabe hacerse destacar en algunos pasajes donde enriquece el razonablemente sofisticado groove en curso.

‘Song For Salma’ entra de lleno en el discurso fusionesco con un fuerte enclave para la recepción de influencias de parte del PAT METHENY GROUP de los 80 en lo referente a la atmósfera general y de parte de John Scofield en lo referente a la articulación de la claridad melódica. Los sucesivos solos de guitarra y de sintetizador reflejan una perfecta calidez lírica. Pero si de proyecciones líricas se trata, según nuestro parecer, lo mejor del álbum está en la secuencia de los tres últimos temas: ‘Gate 9’, ‘Walk In Twilight’ y ‘Phase Out’. ‘Gate 9’ se revela como un sólido y muy inspirado ejercicio de relax contemplativo sobre un swing comedidamente fulguroso. Coqueteando con el hip-hop desde una base de jazz-rock (de una manera  no muy diferente a como lo hacen muchas veces bandas como GOGO PENGUIN o SNARKY PUPPY), el cuarteto establece un paisaje sonoro idóneo para el lucimiento de los conmovedores fraseos de la guitarra que van guiando sostenidamente al jam. Tal vez sea éste el cénit del álbum como un todo, pero no se queda muy a la zaga el penúltimo tema del repertorio. En efecto, Walk In Twilight’ sigue una senda un tanto parecida a la del tema precedente aunque con un enfoque un poco más cinematográfico en varios pasajes. Los aportes percusivos, los breves arreglos de cuerdas y el solo de bajo que entra a tallar en algún lugar del medio aportan la adecuada cuota de sofisticación al asunto. En fin, ‘Phase Out’ despliega el que tal ve sea el motif más sereno de todos los que se han mostrado a lo largo del disco. la importante presencia de la guitarra acústica dentro del desarrollo temático apunta hacia la exploración de matices bucólicos dentro del esquema de trabajo grupal. Todo esto es lo que nos brindó en este breve álbum desde los cuarteles de TAUK; “Somewhere Between Here And There” es breve, sí, pero lo más importante es que emana un cautivador y versátil colorido musical a lo largo de su repertorio. A fin de cuentas, se trata de una inspirada obra de jazz-prog ecléctico con fuertes elementos contemporáneos y, sobre todo, portadora de una enorme vivacidad. Muy recomendable.  


Muestras de “Somewhere Between Here And There”.-

Sunday, October 26, 2025

BLACK EXPRESSION: progreso continuo en la actual escena rockera de Argentina

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
A mediados del pasado mes de julio salió al mercado “Progressus Musicae”, el disco que el grupo argentino BLACK EXPRESSION lanzó el 18 de julio último. Este trío conformado por Eduardo Martínez [guitarras eléctricas y acústica, bajos con y sin trastes], Pablo Martínez [pianos acústico y eléctrico Fender Rhodes Mark I, órgano Hammond, Mini Moog y otros sintetizadores] y Gabriel Bikerway [batería y percusión] nos brinda una nueva muestra de su propuesta híbrida prog sinfónico clásico (YES, EMERSON, LAKE & PALMER, PÄR LINDH PROJECT) y prog-metal (DREAM THEATER, SYMPHONY X). “Progressus Musicae” está a la venta en formato de descarga digital por vía del sello Viajero Inmóvil. Tal como se señala en la portada del disco, “Progressus Musicae” está dedicado Graciela Gori, compañera de vida de Eduardo. El material aquí contenido fue grabado, mezclado y masterizado en el estudio Mind Music de Buenos Aires. Bueno, repasemos ahora los detalles estrictamente musicales del disco que hoy nos convoca. 
 
Abre el disco ‘Opening Excerpt From Firebird Suite’, una muy popular obertura de música académica que aquí se recicla con una bien armada labor de sampleo, rumbo a un esplendor creciente cuyas explosiones finales son la esencia misma del señorío. Luego sigue el tema más extenso del álbum, una suite tripartita que ocupa un espacio de 18 minutos y pico y que se titula ‘Suite Reloaded’. Sus secciones portan los nombres autónomos de ‘Madrugada’, ‘Preparación’ y ‘La Fortaleza’. La primera sección está marcada por el liderazgo de los efluvios del piano a la hora de desarrollar un ejercicio híbrido de barroquismo y romanticismo con las oportunas adiciones de pomposas orquestaciones de teclado. Una vez instalado el ensamble íntegro, el asunto vira hacia una musculatura rockera bastante maciza donde se compenetran fluidamente las agitaciones estilizadas del prog-meta con el empuje preciosista tan propio del prog sinfónico en su dimensión más aristocrática. Como es de suponer, el desarrollo temático transita por una serie de diversos grooves mientras los motivos se van sucediendo, portando éstos diversos niveles de potencia aguerrida. Poco antes de llegar a la frontera del noveno minuto, un pasaje de piano añade un momento de calidez en medio de un fragor suntuoso que no tiene cómo detenerse. Poco antes de llegar a la frontera del undécimo minuto, algunos ornamentos cósmicos entran a tallar para anunciar la inserción de un lirismo más definido dentro de la persistente garra rockera. De hecho, ésta se torna más  frontal, haciendo gala de una vivacidad llamativa que parece orientarse hacia un mundo paralelo donde DEEP PURPLE, RUSH y ELP son tres lados de un mismo triángulo. El breve epílogo nos devuelve a la serenidad contemplativa del inicio. La tercera pieza del álbum es ‘For All Eternity’, la cual empieza con unos evocadores fraseos de guitarra sobre unas capas flotantes de sintetizador. Una una vez instalado el cuerpo central, el ensamble trabaja con un groove relajado y razonablemente calmo, aunque también hay algunas breves emergencias de un swing más ágil. Esto suena muy al estilo de los PINK FLOYD de 1975, pero con un vigor más propio de las bandas del legendario Jeff Beck y los aspectos más agresivos de los álbumes solistas de Rick Wakeman de los 90 en adelante. Una bella composición, ante todo.  
 
‘Mirage’ es una versión de uno de los muchos clásicos del maestro francés JEAN-LUC PONTY. El trío se acopla cómodamente a las vibraciones jazz-progresivas de la composición original mientras remodela ligeramente el swing para que suene un poco más recio. En los solos de sintetizador reposa el punche nuclear de esta versión. ‘Marcha Sonido (Shortened)’ es el segundo tema más largo del disco con su duración de casi 15 ¼ minutos, y también es el encargado de cerrarlo. Desde el primer momento, el trío enciende todos los cilindros de su sofisticada maquinaria musical, exhibiendo múltiples recursos de nervio y agudeza incendiaria sobre la intrincada (en muchas ocasiones, laberíntica) ingeniería rítmica que la batería elabora. A mitad del camino, emergen unos interesantes duelos entre la guitarra y el sintetizador, un factor que nos recuerda a LIQUID TENSION EXPERIMENT en cierto modo. Más adelante, el aspecto sinfónico adquiere clara predominancia, lo cual hace que el vigor grupal adopte una luminosidad especial: estando los teclados a cargo de llenar espacios orquestales mientras disemina varios solos y ornamentos por aquí y allí, la guitarra sabe encontrar espacios donde también puede hacer lucir su garra en riffs y solos. El impacto de los últimos destellos de esta grandilocuente fogata rockera es bastante efectivo. Bueno, todo esto fue lo que se nos brindó desde los cuarteles de BLACK EXPRESSION con “Progressus Musicae”, un disco bastante recomendable para cualquier buena fonoteca que esté actualizada en la sección de rock progresivo y afines. Y esto no es todo, pues la gente de BLACK EXPRESSION ha publicado recientemente dos volúmenes de maquetas y ensayos grabados en su blog de Bandcamp. Sus títulos son muy concisos: “Demos, Jam, Tests And Other Herbs Vol. 1” y “Demos, Jam, Tests And Other Herbs Vol. 2”. Vale la pena actualizar regularmente nuestras investigaciones en la producción musical de este poderoso trío argentino que se destaca como una de las voces más enérgicas del rock artístico de su país y, por extensión, toda Hispanoamérica. 


Muestras de “Progressus Musicae”.-  

Thursday, October 23, 2025

FRANÇOIS THOLLOT: estratagemas e improvisaciones avant-progresivas para lo que queda de 2025

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Nos da mucho gusto presentar lo nuevo del maestro francés FRANÇOIS THOLLOT, compositor y multiinstrumentista que siempre sabe mantenerse ocupado creando nueva música. El título de este nuevo disco es “Improvisation” y fue publicado por vía independiente el 22 de septiembre pasado. El trabajólico THOLLOT siempre tiene espacios en su agenda personal para crear raudales de piezas musicales donde se concreta un ambicioso híbrido de Zeuhl con talante fusionesco, jazz-prog al estilo Canterbury, chamber-rock, arquitecturas dodecafónicas a lo GENTLE GIANT y ciertos elementos prístinos de raíz prog-sinfónica. Si contamos solamente desde el año 2023, el buen FRANÇOIS ha venido publicando dos discos por año, estando “Improvisation” a cinco meses de distancia de “Interpretation”, el trabajo inmediatamente anterior. Ya no es novedad que él sea el exclusivo compositor y ejecutor de todas las piezas del álbum: interpretaciones físicas y  programaciones del armazón instrumental de cada composición. Tampoco es novedad que él solo se haya encargado de las labores de mezcla y masterización. Bueno, repasemos los contenidos específicos de este disco. 
 
‘Resilience’ abre el disco con un despliegue de grácil magnificencia que se explaya ágilmente sobre la siempre complicada ingeniería rítmica. Los efluvios y giros realizados por los intrincados desarrollos temáticos de los pianos acústico y eléctrico se condicen fluidamente con los variados recovecos que asume la base rítmica a lo largo del camino. En el segundo tercio, mientras la agilidad estructural de la pieza sigue su propio impulso, la ambientación vira hacia algo un poco más denso. Finalmente, el último tercio eleva esta densidad hacia una dimensión más sofisticada mientras los factores más vivaces del piano regresan al frente de forma resoluta. ‘Sonority Report’ sigue a continuación, siendo la segunda pieza más larga del repertorio con sus 8 ½ minutos de duración. Lo más saltante aquí es que la vivacidad está incrementada, siendo así que la amalgama de todos los teclados, las partes rítmicas y el bajo ostentan un fulgor surrealista, casi como una aureola de algarabía surrealista donde se mezclan los mundos de los ZAO de 1975-76, los GENTLE GIANT de 1975 y los HENRY COW de 1974. Los diversos momentos en que las escalas de sintetizador arman el núcleo temático están marcados por una neurosis galopante arropada por mantos majestuosos. El asertivo pasaje epilogar instaura un aire de gravedad expresionista sobre un machacante y complejo esquema rítmico, siendo así que su abrupto golpe final establece el cierre perfecto. ‘Severance’ impone un parcial retorno a las vibraciones intrincadas y ágiles que fueron protagonistas del tema inaugural, pero también trae consigo algo renovador que se apoya en el dinamismo propio del discurso jazz-progresivo, el mismo que THOLLOT utiliza para explorar territorios intermedios entre la exuberancia masiva de unos NATIONAL HEALTH y el señorío mágicamente colorido de unos HAPPY THE MAN. Una vez más, un golpe final se encarga de completar el viaje musical con precisa contundencia. ‘Piano Piece n.9’ es lo que dice el título, una pieza de piano solo que abre campo a la manifestación de un tipo de exploraciones interiores cuyo talante contemplativo emana genuina alegría. Tras una serie de extravagantes osadías progresivas, siempre viene bien que un piano solitario vaya creando su propio paisaje. 

Con la dupla de ‘Black Rainbow’ y ‘Slow Horses’ vuelve la estrategia de exploraciones progresivamente sinuosas donde lo arquitectónico y lo tenso se hermanan dentro de una sola fuerza elocuente. El primero de estos temas mencionados ostenta una grisácea ceremoniosidad que nos remite a fulgores otoñales cuyos resplandores son paĵtentes sin llegar a lo absorbente. Eso sí, el rol protagónico del piano eléctrico opera una animación continua del bloque donto, estando bien complementado por las complejas líneas del bajo. En cuanto a ‘Slow Horses’, se trata de una manifestación del eslabón perdido entre ONE SHOT y HAPPY THE MAN, siendo así que la soltura arquitectónica del swing principal y los efluvios de los teclados se amalgaman con impoluta fluidez. Reina un sentido de la delicadeza a través de la mesurada tensión inherente al desarrollo temático. La pieza más larga del disco es la que lo cierra y justamente la de título: ‘Improvisation’ dura cerca de 10 minutos. El talante sereno de su sección  prologar no tarda mucho en virar hacia un área de intensidad jazz-Zeuhl donde, una vez más, se impone el hermanamiento de densidad y gracilidad. Algunos solos y bases armónicas de teclado añaden color a la creciente vitalidad. Para el epílogo, la pieza retoma el motif inicial con ornamentos añadidos que se traducen a un esquema armónico más suntuoso. Todo esto fue lo que nos brindó el maestro FRANÇOIS THOLLOT con “Improvisation”, una nueva exhibición de su visión ecléctica del ideal progresivo en sus áreas más propiamente vanguardistas. Este señor tiene una visión artística muy bien definida desde hace mucho tiempo y es algo muy positivo que él sepa crear estratagemas de provisión de nuevos coloridos con cada nuevo trabajo. Muy recomendable. 
 
 
Muestras de “Improvisation”.-
Sonority Report: https://scherzoo.bandcamp.com/track/sonority-report
Severance: https://scherzoo.bandcamp.com/track/severance
Slow Horses: https://scherzoo.bandcamp.com/track/slow-horses

Monday, October 20, 2025

El incendiario réquiem progresivo del trío noruego RING VAN MÖBIUS


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy echamos un vistazo al réquiem fonográfico del que ya es inolvidable ensamble retro-progresivo noruego RING VAN MÖBIUS. Recordemos que este trío conformado por músicos pertenecientes a otros grupos anunció su disolución a inicios del pasado año 2024, pero también anticiparon que habría un disco de despedida, el mismo que sería el cuarto y último por siempre jamás, el epitafio en mármol que recién se termina de esculpir y perfilar un tiempo después de la emisión de la partida de defunción. Pues bueno, este 3 de octubre se concretó esa carta de despedida: se titula “Firebrand” y se publicó por vía de Apollon Records, tanto en CD como en vinilo anaranjado. El colectivo conformado por Thor Erik Helgesen [voz, órgano Hammond L100, pianos clásico Steinway y vertical Yamaha, piano eléctrico Fender Rhodes, sintetizadores Spectral Modular Synthesis System, Yamaha YC-20 y Korg MS2, mellotrón y efectos de cintas], Dag Olav [batería, campanas tubulares, tímpanos, gong, carillón y glockenspiel] y Håvard Rasmussen: [bajo Fender VI, cello y efectos Roland Space Echo y Moog Ring Modulator] vuelve a lucir sus galones de pericia para crear flujos melódicos señoriales y atmósferas exultantes dentro de una fidelidad al estándar prog-sinfónico de vieja escuela con secuelas psicodélicas fáciles de notar. La mayor parte de la música fue compuesta por Helgesen, con algunos aportes de Husås; éste fue el autor de todas las letras. Las sesiones de grabación tuvieron lugar en el Spectral Tape Studio, siendo así que el proceso de mezcla estuvo en manos de Helgesen y Husås. La ulterior labor de masterización fue realizada por Morten Lundtos en el estudio Lunds Lyd. Hypnotist Design se hizo cargo de la imagen de la portada y el diseño gráfico general.  
 

Pasemos ahora a los detalles concretos del repertorio de “Firebrand”: la pieza homónima que dura 9 ½ minutos es la encargada de abrirlo. Lo primero que suena es un imponente redoble de batería, que en sí mismo anuncia que lo que se viene es una exhibición de suntuosas musicalidades sobre una ingeniería de diversos e inusuales tempos. Una vez asentado el bloque instrumental íntegro, la cosa queda completamente clara. Uno de los aspectos más recurrentes dentro del ideario estético de RING VAN MÖBIUS consistía en hacer confluir los legados de THE NICE, QUATERMASS, los VAN DER GRAAF GENERATOR de 1970-71 y una versión Emersoniana de los KING CRIMSON de los 70: esta pieza inaugural es un emblema rotundo de este ambicioso esquema de trabajo. Todos los recovecos por los que transita la sofisticada ilación de diversos motivos y contrastados ambientes tienen algo en común: el uso elegante de la garra inherente a la musculatura colectiva. la sección ceremoniosa que emerge poco antes de llegar a la frontera del octavo minuto apunta a la gestación y desarrollo de un epílogo señorial con ciertos ribetes cósmicos, un poco al estilo del Wakeman de 1976: un sorprendente y pertinente recurso expresivo que refuerza el aura aristocrática de este perpetuo clímax progresivo. ‘The Fever’, pieza más extensa que la primera, sigue a continuación con la misión de remodelar la fuerza de carácter esencial del trío con una musicalidad un poco más definida, abriendo muchos espacios a un lirismo cristalino. Eso sí, sin renunciar al nervio expresionista que siempre fue una táctica dominante en las composiciones y arreglos del trío: esto se nota en cómo el factor Emersoniano predomina en la labor de tallado del denso maderamen sinfónico sobre el que rotan los efluvios temáticos. El bajo se hace notar de forma muy especial en el realce de los índices melódicos que se van sucediendo, especialmente en los parajes más calmados. Si a mitad de camino el encuadre triádico se enfila hacia un expresionismo masivo, a poco de pasada la frontera del noveno minuto surge un puente psicodélico que, de a pocos, reestructura la ingeniería grupal, esta vez con una expansión de vibraciones solemnes que van llenando espacios por doquier. Este quiebre sideral termina su vuelo aterrizando lentamente en la plataforma desde donde se inició su elevación. Un epílogo arcano y hasta un poco inquietante para este otro cénit del álbum.  

¿Qué nos trae la segunda mitad de “Firebrand”? La maratónica composición ‘False Dawn’, la cual ocupa un espacio de más de 24 ½ minutos. Los derroches de vigor y colorido que signan a los desarrollos musicales de los primeros minutos nos recuerdan abiertamente a las atmósferas principales del tema de apertura, aunque con una cuota más mesurada de complejidad en su masiva arquitectura sónica. Tenemos algunas secciones solemnes y pomposas así como algunos jams poderosos donde los neuróticos desvaríos de los sintetizadores, los puntillosos fraseos del bajo y las grandilocuentemente ornamentados grooves de la batería gestan una perfecta tormenta prog-sinfónica. Posiblemente es aquí donde podemos decir que el trío ha superado la herencia de THE NICE para saltar hacia la de REFUGEE, añadiendo ciertos elementos de un híbrido contrafáctico de DEEP PURPLE y TRACE. Mientras el trío se acerca a la frontera del décimo minuto, las cosas se calman un poco para virar hacia una suntuosa aura contemplativa desde el cual se explora nuevamente la faceta más propiamente lírica del ideario estético del grupo. Poco antes de llegar a la frontera del decimocuarto minuto, emerge una cautivadora sonata de piano cuyos oleajes ostentan diversos niveles de intensidad, siendo así que sirve como puente para una serie de secciones introspectivas que van hilándose con impoluta fluidez. De todas formas, no tarda mucho en surgir otra sección ágil sobre un compás inusual, siendo así que la ley de la musculatura se impone sin dificultad en algunos pasajes estratégicos donde la neurosis explosiva es el sol que ilumina el paisaje musical en curso. Los fraseos finales del sintetizador anuncian, a la vez, una despedida y una bienvenida a algo nuevo que, por ahora, es incierto aunque deja entrever parte de su luz. Es muy elocuente la imagen plasmada en las últimas estrofas de la suite: “New day is dawning, / Sense of belonging / To Life abandoned / Their failed life. / We lived the disparate truths of our fantasies / To dream our Destiny. / No light out here, but the cold stars. / We stare at our false dawn / And all we see is death.”
 

Todo esto fue lo que la gente de RING VAN MÖBIUS gestó en “Firebrand”, su propio incendiario epitafio; al igual que todos los álbumes precedentes, es muy recomendable para cualquier buena fonoteca progresiva. RING VAN MÖBIUS ha muerto: ¡que viva por siempre el legado de RING VAN MÖBIUS!
 
 
Muestras de “Firebrand”.-
Firebrand: https://www.youtube.com/watch?v=pFA7WjHAbRE

Saturday, October 18, 2025

ALIANTE: la energía patente de las almas invisibles del rock progresivo italiano

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Un poco tarde llega esta reseña sobre el disco de ALIANTE “Animi Invisibili”, pero llega, a fin de cuentas. El cuarteto conformado por Davide Capitanio [guitarras eléctricas y acústicas, y efectos], Michele Lenzi [teclados, fagot, flauta y guitarra acústica], Alfonso Capasso [bajo y efectos] y Jacopo Giusti [baterías acústica y electrónica, y didgeridoo] ha hecho un estupendo disco de línea progresiva cuyo contenido es la suite homónima ‘Animi Invisibili’: o sea, los cuatro temas aquí contenidos son partes de una idea musical integral y no estrictamente temas con intencionalidades autónomas. Tres años atrás, ALIANTE nos sorprendió gratamente con su álbum “Destinazioni Oblique” y esas mismas sensaciones positivas se reiteran en nosotros cuando apreciamos lo hecho en “Animi Invisibili”. El disco que hoy nos ocupa es un trabajo conceptual que gira en torno a cada uno de los integrantes de la banda, sus biografías y perspectivas sobre el sentido de la vida: la banda se propuso que cada composición fuese elocuente sobre estos aspectos espirituales sin recurrir a las palabras.  

La suite comienza con ‘Sopravvissuti’, que ocupa un espacio de alrededor de 12 ¼ minutos. Tras unas misteriosas atmósferas cinematográficas en el prólogo, el cuarteto instaura un centro temático efectivo en su claridad melódica, la cual se sitúa en una cruza entre los GENESIS de la fase 1972-74 y el patrón del (así llamado) neo-prog británico de los 80. Los variados niveles de vivacidad que se van hilando despliegan una fastuosidad fluidamente versátil. La secuencia armónica sintetizadas que emerge a poco de llegar a la frontera  del quinto minuto abre paso a un swing ágil cuyo potencial gancho es fehacientemente explotado por el grupo. Ahora parece que el grupo se ubica en el territorio de los CAMEL de 1984 mientras se enrumba, pero las cosas vuelven a cambiar tras un puente etéreo, pues el siguiente motif es ostensiblemente ceremonioso y un sintetizador de talante tenebroso toma el liderazgo. Este largo y solemne epílogo impone su carácter hasta el redoble de batería  final, el cual se conecta con ‘Leco Dalle Onde’, la sección siguiente. Su gracilidad se abre paso con total prestancia desde el primer momento, haciendo que la estilizada garra rockera en curso opere como el cimiento firme del esquema sonoro. Un pequeño interludio cuasi-pastoral sirve para que la flauta aporte su tonalidad particular al paisaje grupal, el cual terminará adoptando algunos grooves jazzeros en su parte final. ‘Orange Blue’ comienza con un prólogo en clave ambient para luego instalarse en un swing jazz-progresivo donde el cuarteto habrá de darle una dimensión más altiva a su estrategia de claridades melódicas. Las ornamentaciones de los teclados son sumamente exquisitos, como también lo es el dinamismo armado por el dúo rítmico; mientras tanto, los solos de guitarra se sitúan en un lugar intermedio entre los patrones de Hackett y Gilmour. 

La última sección de la suite se titula ‘Nuit Dans Le Désert’ y el hecho de que comience con un tenor sigiloso en clave no nos toma por sorpresa, pero sí que use unas tonalidades cósmicas que flirtear con lo onírico. Después de eso, el cuerpo central establece un ejercicio de vitalismo moderado y fulguroso que recibe por igual ecos de las dos primeras secciones. El groove hace gala de su amplia vivacidad en los pasajes más ágiles, pero lo más saltante es el modo en que el desarrollo multitemático exhibe su  luminoso garbo mientras va edificando sus propias hileras de núcleos melódicos. Ese garbo asume una aureola envolvente en los momentos más reposados: éstos resuenan como labores de los GENESIS de 1976 mientras replantean composiciones perdidas de los PINK FLOYD de 1975. Los momentos más ágiles son como una cruza de los CAMEL y LE ORME del nuevo milenio, con efectivas alternancias entre el sintetizador y la primera guitarra en el centro  protagónico. Todo concluye con un portazo y unos segundos de silencio. Según nuestra opinión, estas dos últimas secciones de la suite son las mejor logradas en lo referente al ingenio creativo así como a la concreción del entramado de los arreglos con miras a una totalidad compacta. Esto fue lo que se nos brindó el año pasado desde los cuarteles de ALIANTE: “Animi Invisibili” es un disco hermoso y refinado que supone una nueva afirmación de la energía creativa que este grupo aporta al escenario progresivo de su país. Muy recomendable.


Muestras de “Animi Invisibili”.-  
Nuit Dans Le Désert: https://maracashrecords.bandcamp.com/track/nuit-dans-le-desert

Friday, October 17, 2025

Los rostros del trío indonesio TOHPATI BERTIGA en el año 2017


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Llega un poco tarde, en realidad, muy tarde esta humilde reseña sobre el disco “Faces” de TOHPATI BERTIGA, el cual data del 7 de marzo de 2017. De todas maneras, tenía que llegar porque siempre hemos sido fanáticos de este excelente e incandescente trío indonesio de música jazz-rock-progresiva conformado por el propio Tohpati [guitarras], Indro Hardjodikoro [bajo] y Adhityo “Bowie” Wibowo [batería]. El disco que hoy nos ocupa sucedió por 5 años a “Riot”, un copioso disco que se caracterizaba por sus grandes dosis de agitación y de gallardía: fue inicialmente publicado por el sello Demajors y contó con la ayuda distributiva de MoonJune Records. “Faces” también fue publicado por Demajors. Todo el material aquí contenido, que ocupa un espacio total de poco más de 35 minutos, fue compuesto por Tohpati. Las sesiones de grabación tuvieron lugar en el año 2016, estando el propio Tohpati a cargo de la ingeniería de sonido. La mezcla fue realizada por Eko Sulistiyo y la ulterior masterización estuvo en manos de Benito Siahaan. En líneas generales, adelantamos que lo que está contenido en el repertorio de “Faces” tiende a ser menos enérgico que “Riot”, pero lo mejor es que repasemos sus detalles paso a paso.
 
Todo empieza con ‘Conviction’, una pieza muy conectada estilísticamente con los patrones de CAB y LIQUID TENSION EXPERIMENT. Tras un inicio marcado por un anuncio de algo que está llegando, el trío se embarca en un viaje musical llamativo cuya secuencia de grooves permite que los diversos centros temáticos exhiban abiertamente sus encantos particulares dentro de una permanente vivacidad. Muy efectivo tema de entrada tras el cual emerge el que justamente se titula ‘Faces’: su misión es la de activar una dosis aumentada de polenta bajo un manto de refinamiento jazz-rockero que exige una sofisticación estilística aún mayor. Teniendo en cuenta eso, la ingeniería rítmica diseñada para esta pieza homónima debe sustentar un swing particularmente exhaustivo mientras los riffs y solos de guitarra se van explayando con electrizante señorío. Confluyen los aires más ágiles de la legendaria banda TONY WILLIAMS LIFETIME con el patrón majestuoso de las excursiones jazz-rockeras del no menos legendario Jeff Beck en la segunda mitad de los 70: hay un pequeño pasaje diseñado para permitir el lucimiento de la batería. A todo esto se añaden unos ocasionales artilugios modernistas como matiz propio del trío (secuencia rítmicas cibernéticas). Una pieza festiva y extraordinaria a la que sucede otra que coincidentemente se titula ‘Extraordinary’: de hecho, es una composición dedicada a la memoria de un músico extraordinario, el pianista indonesio Riza Arshad, a quien conocemos mayormente por SIMAKDIALOG y que murió en enero de 2017 por un paro cardíaco. Lo que tiene lugar en este tercer tema del álbum es una majestuosa exhibición jazz-progresiva de cálidos entramados melódicos que se sienten, en parte, inspirados en la tradición asiática. He aquí uno de los momentos más líricos del disco y también una de las labores más sofisticadas del dúo rítmico. Ojalá hubiese sido un poco más larga, pero es que llega el turno de ‘Bright Side’, pieza donde el trío vuelve a explorar a fondo los que justamente son los matices y tonalidades más fulgurosas de su visión musical: un enfoque híbrido de jazz-rock y funk-rock donde el punche manifiesto es imparable e integral. Los lucimientos de la guitarra de Tohpati nos vuelven nuevamente a remitir al Beck más glorioso, aunque también al maestro McLaughlin. 

‘Absolute’ regresa de lleno al vigor entusiasta y elegantemente explosivo de la pieza inaugural del álbum, añadiendo una dosis extra de señorío en ciertos quiebres rítmicos que surgen a lo largo del camino, algo que lo acerca al tema precedente. De hecho, hay un intermedio de corte funk-jazzero que permite al bajo poner al  frente algunas geniales florituras antes de que la guitarra geste un solo agitado y ligeramente neurótico. No tarda mucho esto pues el swing inicial vuelve para redondear la faena. ‘Bluesphoria’ es la pieza más extensa del disco con sus cerca de 6 minutos de duración (dentro de un catálogo donde la mayor parte de los temas dura entre 4 minutos y pico y 4 ½ minutos). Si el título mismo es un indicio de lo que quiere hacer ahora el grupo, pues todo se centra en un alegre groove blues-rockero que se deja alimentar por algunas variantes de modulaciones propias del discurso jazzero. Imaginemos a unos DIXIE DREGS sin violín que quieren emular la algarabía de BECK, BOGERT & APPICE, y mientras están concentrados en ello, hacen una ligeras variantes progresivas en el armazón rítmico cuando el viaje está a mitad de su tránsito. Es precisamente en este punto que la guitarra elabora uno de sus solos más notables (y extensos) dentro del álbum. Los últimos 8 minutos del disco están ocupados por la dupla de ‘Sweet Talk’ e ‘Intense’. El primero de estos ítems mencionados da un nuevo giro a la tuerca del jazz-rock con raigambre funky, lo cual se traduce en un nuevo despliegue de colores fulgurosos y optimistas. En cuanto a ‘Intense’, se trata de una réplica a la espiritualidad jovial de ‘Sweet Talk’ en base a una estrategia jazz-progresiva que, si bien, preserva lo jovial, centraliza su extroversión dentro de una majestuosidad melódica y una oportuna dosis de nervio rockero que permiten que el disco se cierre con total señorío. Durar un poco más no le hubiera hecho daño, pero es lo que hay. Es, a fin de cuentas, un gran cierre para un gran trabajo fonográfico que, un poco frustrantemente, no llega a durar mucho más de 35 minutos. Bueno, como sea, lo hecho en “Faces” tiene muy buena factura y confirma para la posteridad que TOHPATI BERTIGA era un rostro de poderosos trazos jazz-progresivos con el que se podía contar a la hora de generar música de gran nivel. Muy recomendable esto.

Tuesday, October 14, 2025

Suspensiones progresivas en el segundo tiempo de los italianos OVERTURE



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión prestamos atención al joven grupo italiano OVERTURE, el cual ha publicado hace poco su disco “A Mezz’aria Sul Tempo”, más exactamente, el 5 de septiembre último. La alineación de OVERTURE, grupo afincado en Mores, Cerdeña, consta de Pier Mauro Marras [voz], Fiorella Piras [flauta, fagot y voz], Samuele Desogus [guitarras eléctrica, clásica y acústica], Simone Meli [teclados y voz], Stefano Sanna [bajos con y sin trastes, sintetizador bajo y contrabajo] y Simone Desogus [batería, percusión y voz]. En uno de los temas de este disco, el grupo recibe la colaboración de Serena Porcu al canto. Haciendo un poco de historia, los orígenes de OVERTURE se remontan a los inicios de 2010 tras la disolución de SONS OF THE RASCALS, cuando la iniciativa conjunta del baterista Simone Desogus, el guitarrista Samuele Desogus, el teclista Mattia Serra, el flautista-guitarrista Salvatore y el bajista Stefano Sanna les motivó a reconstruir su senda progresiva. Eso sí, para cuando llegó el tiempo de gestación del álbum homónimo de debut en 2018, la alineación de OVERTURE incluía al cantante Marras, al teclista Meli y a la vientista Piras. Ahora, 7 años después, llega a nosotros el disco sucesor “A Mezz’aria Sul Tempo”, el cual gira conceptualmente en torno a la capacidad del espíritu humano de preservar la memoria, aprender del pasado para mantener la esperanza y preservar la resistencia en eso que solemos llamar fuerza de carácter. Melodic Revolution Records es el sello encargado de la producción. Mauro Mondiello es el autor de la bella arte gráfica. Veamos ahora los detalles del repertorio de este disco.


El paso inicial de “A Mezz’aria Sul Tempo” lo da ‘Agapan’, una pieza envolvente y plácida que se sitúa dentro de una calidez sinfónica con algunos elementos pastorales. En algunos momentos, la triangulación de piano, batería y bajo gesta suficientes recursos de sofisticación para animar al bloque íntegro. ‘Coscienza Cibernetica’ sigue a continuación para establecer un dinamismo llamativo que se sitúa en un parentesco con entidades compatriotas como IL CASTELLO DI ATLANTE y LA COSCIENZA DI ZENO. La secuencia de inusuales esquemas rítmicos fluye grácilmente dentro de una bien perfilada ingeniería melódica, una arquitectura multipartita muy compacta. ‘Bagliori’ se encauza por un lirismo más reposado que se deja arropar por una atmósfera melancólica. Combinando aspectos bucólicos y clasicistas, el desarrollo temático de esta canción se mueve muy convincentemente por parajes renacentistas mientras el canto plasma un aura evocadora. El sereno colorido del cuarto tema, titulado ‘Ninna Nanna (A Mezz’aria Sul Tempo)’ es como una prolongación del exhibido en el ítem precedente, incluso realzando los índices introspectivos: lo introspectivos se torna misterioso, casi coqueteando con lo gracioso. Así las cosas, ‘Cosa Pensi?’ emerge como un esplendor de amanecer que anuncia una nueva energía asertiva para las insistentes vibraciones contemplativas que se han adueñado de la estrategia expresiva del grupo. Eso sí, tal como aludimos antes, ahora hay una irradiación muy semejante a la que se da en la faceta más  ceremoniosa de los legendarios LE ORME. Una mención especial debe ir para el majestuoso solo de sintetizador que define al pasaje final. La secuencia de estas tres canciones ha funcionado como un peregrinaje interior donde se ha contemplado el tránsito de la bruma crepuscular a la calma noctámbula para, finalmente, dar una bienvenida esperanzada al alba que promete traer consigo energías renovadas.

Y eso es lo que precisamente sucede con ‘Il Re Dei Topi’, la pieza más extensa del álbum con sus 10 ½ minutos de duración. Sus iniciales atmósferas cinematográficas abren campo a un atractivo groove tribal, el mismo que abre paso a una mesurada agitación rockera completada con la claridad melódica de los motivos centrales. Todo ello sumado al elegantemente enérgico canto completa un paisaje de refinada intensidad emocional. El armazón de guitarra y fagot se siente muy peculiar en cierto tramo de la canción, pero es el sintetizador quien guía al ensamble hacia la activación de el acrecentamiento del nervio y la sofisticación. He aquí un cénit fundamental del disco. ‘Ali Nere’ es otro interludio sereno de talante bucólico con evidente cariz melancólico. Los últimos 9 ¾ minutos del disco están ocupados por ‘Il Canto Di Nessuno’, la canción más ostensiblemente dramática del repertorio. Para decirlo de forma sintetizada, es un ejercicio de explayamientos introspectivos revestido de aristocráticos ropajes sonoros desde los cuales se elabora la dimensión más explícitamente suntuosa del tradicional discurso prog-sinfónico. Yendo a los detalles. El culmen definitivo que el disco merecía. Todo esto fue lo que se nos brindó con “A Mezza’ria Sul Tempo” desde los cuarteles del grupo OVERTURE en este último tercio del año 2025. Se trata de un disco bastante recomendable que proporciona a la banda autora un lugar destacado dentro de la nueva generación de la música progresiva de su país.


Muestras de “A Mezz’aria Sul Tempo”.-  

Sunday, October 12, 2025

LORENZO CELLUPICA QUARTET: música desde la cola del arco iris


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy es el momento de presentar un disco hermoso llamado “This Is Odd”, el cual fue publicado por el LORENZO CELLUPICA QUARTET el 10 de septiembre último por el sello Ma.Ra.Cash Records. El maestro italiano Lorenzo Cellupica, pianista, teclista y compositor, completa su ensamble de jazz-fusion contemporáneo con Damiano Drogheo [saxos tenor y alto], Gianfranco De Lisi [bajo] y Massimo Ceci [batería]. Conocemos a Cellupica por su membrecía en el excelente ensamble jazz-progresivo MÖBIUS STRIP y ya este señor había publicado un álbum solista en 2022 titulado “In a Haunted House”. “This Is Odd” está firmado con el nombre colectivo anteriormente mencionado. Todo el material aquí contenido fue compuesto por Cellupica. Las sesiones de grabación tuvieron lugar en el MStudio Center de Pontecorvo, provincia de Frosinone, Lacio. Repasemos ahora los detalles del disco que hoy nos convoca.
           
Con la pieza lacónicamente titulada ‘Music For Four Musicians’ comienza el repertorio de “This Is Odd” y sus vibraciones ágiles ayudan bastante a causar una estupenda buena impresión en lo referente al despliegue de colorido musical. La gracilidad del swing fluye cómoda y refinadamente a través de las expansiones sónicas gestadas por los músicos dentro de una hermandad genuinamente fulgurosa. ‘I Can’t Paint’ sigue a continuación para elaborar una instancia muy calmada, la cual apela a una espiritualidad reflexiva. El cuarteto explora los lugares más serenos de su potencial lírico. Alrededor de la frontera del cuarto minuto, las cosas viran hacia una agilidad extrovertida sobre un sofisticado esquema rítmico; el groove hace gala de su propia complejidad estructural mientras fluye alegremente en nombre de la celebración de esta inesperada irrupción de luz. La coda dirigida por el piano retoma los matices reflexivos ahondando en su parsimonia para darle un final ceremonioso al tema. A continuación, emerge ‘I Wish To Climb Higher’, una pieza diseñada para remodelar los aspectos más gentiles de la pieza inaugural para arroparla con un ropaje más majestuoso. El señorío emanado del bien delineado desarrollo melódico deja mostrar la calidez expresiva inherente a las líneas del saxofón. El cuarto tema del álbum es el que justamente le da título y también resulta ser el más extenso del mismo con sus 9 minutos y pico de duración. Ya desde el punto de arranque, ‘This Is Odd’ da claros indicios de que apunta hacia la dinámica resplandeciente del discurso jazz-fusionesco con tintes progresivos a lo HATFIELD AND THE NORTH. La hidalguía puntillosamente polícroma del cuerpo central intensifica la sobria extroversión en curso; el solo de piano eléctrico que emerge a mitad de camino resalta esa prestancia melódica con total eficacia. ‘Mah’ es un ejercicio de florecimientos celebratorios al estilo de la vieja escuela del bebop. El vitalismo es llamativo, el fragor es contagioso, los instrumentos claman sus alegrías individuales mientras dialogan en su gozo colectivo.
 
Cuando llega el turno de ‘No Strawberries’, el cuarteto regresa a la senda del jazz-fusion contemporáneo y lo hace acusando la influencia del cuarteto acústico del legendario Chick Corea sin remilgos. La candidez melódica con la que se arma el núcleo central de la pieza se manifiesta con total naturalidad. Aquí tenemos un particular lucimiento del bajo en algunos pasajes, siendo así que sus ocasionales florituras enriquecen el muy preciso groove armado por la batería. ‘Whatever’ tiene una fuerza de carácter versátil donde confluyen los espíritus de los temas #1 y #4; mientras tanto, recoge también algo del mesurado fulgor que signó a la pieza precedente. El cierre del disco llega de la mano de ‘On The Tail Of A Rainbow’, un tema mucho más extrovertido y también más determinado a dejarse llevar sobre un groove más sofisticado. Los aspectos más vivaces de varias piezas precedentes condensan aquí sus denominadores comunes de fulgor y sagacidad con una nueva demostración de vibraciones celebratorias. La emergencia de un solo de órgano a mitad de camino impone una aureola de incrementada algarabía; apenas terminado el solo, hay una breve instancia de serenidad antes de que el alegre fragor recupere su centro masivo. El disco termina, pues, con su cénit decisivo. “This Is Odd” es todo un manifiesto de lo que significa hace música con el colorido de un arco iris y es algo que hay que agradecer inmensamente al LORENZO CELLUPICA QUARTET. He aquí una propuesta jazz-progresiva con una muy inspirada base fusionesca que dignifica cualquier fonoteca dedicada a la música ecléctica de ayer y hoy: muy recomendable. 
 
 
Muestras de “This Is Odd”.-
 

Thursday, October 09, 2025

Música avant-progresiva para peculiares monstruos de parte de los infatigables SWELL BROTHERS

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hay muy buenas noticias desde la escena progresiva vanguardista estadounidense: el dúo SWELL BROTHERS vuelve al ruedo y lo hace con un disco muy particular, la banda sonora de una serie televisiva animada. El título de la banda sonora es “Swell Little Monsters” y el director de esa serie animada es el recientemente fallecido Ray Harryhausen. El asunto es que los hermanos Dewey y Moses Swell, además de ser los autores de la banda sonora, fueron también los productores, ingenieros de sonido y mezcladores del material aquí recogido. Se creía que este material musical estaba perdido, pues no data de este año; de hecho, estamos hablando de una serie que existió brevemente durante los primeros años de la televisión. Pero por fin se pudo recuperar para ser publicado este último 3 de octubre. Bueno, al menos eso se deduce del reportaje que hizo Jimmy “Spider” Web, sobre esta serie. En su investigación, Web conoció a Bobo Bilinsky, un aspirante productor que escribió una autobiografía sobre su intento de contactarse con Harryhausen, lo cual le permitió tener acceso al enfoque artístico de esa serie televisiva. He aquí un extracto de unas anotaciones que hizo el mentado Sr. Harryhausen: “La primera vez que oí hablar de los SWELL BROTHERS fue cuando estaban haciendo la banda sonora de una película de ciencia-ficción que nunca llegó a estrenarse. Me gustaba la música y pensé que tal vez ellos podrían aportar la música de un programa televisivo que estaba creando. El programa era sobre monstruos, pero sin ser demasiado terrorífico, pues se trataba de un show infantil, a fin y al cabo. De este modo, podría experimentar con varios estilos de monstruos y ganar algo de dinero con ello. Les hablé sobre mis ideas sobre el tipo de música que quería que hicieran y me dijeron que les parecían magníficas. No sabía en ese momento que a ellos todo les parecía magnifico, incluso cuando no lo era.” Otras anotaciones revelan que Harryhausen no terminó en lo absoluto complacido con las composiciones de los SWELL BROTHERS y, para más inri, el programa fue cancelado casi de inmediato.**
 
Por supuesto, todo esto es una ficción conceptual de parte del dúo conformado por Dave Newhouse (Dewey Swell – saxofones, clarinetes, teclados, flauta, acordeón y percusión) y Michael Bass (Moses Swell – instrumentos virtuales de batería, percusión tonal y atonal, trompeta, trombón, oboe, guitarra, bajo, violín y cello). La realidad concreta es que ellos querían realizar su tercer álbum al modo de un viaje por el amplio y versátil espectro del rock avant-progresivo, hurgando en estereotipos de las bandas sonoras de series de terror y misterios de los 50 y 60 con unos toques de ligereza y humor. Casi todos los 15 temas de este disco duran entre 2 ¼ minutos y casi 3 minutos.
 Repasemos ahora los detalles de esta “banda sonora”. Todo comienza con la miniatura ‘TV Monster Theme’, cuyo talante de anucio ceremonioso abre campo para la subsiguiente tríada de ‘Monster Jive’, ‘Cerberus’ y ‘Skeletons’. El primero de estos temas mencionados se explaya sobre un groove bastante animado donde la triangulación de saxos, percusión tonal y ensamble percusivo atonal refleja una candidez vitalista. Los ornamentos de sintetizador añaden color a un dinamismo tiranizado por los saxos. El segundo, por su parte, exhibe una aureola de grave solemnidad donde reina una espiritualidad un tanto misteriosa. La clave estilística se asienta en el área del chamber-rock. ‘Skeletons’, en fin, elabora una agilidad aventurera que ostenta la tensión presente en su groove central, una tensión que es manejada con aristocrática exquisitez, un poco Zappiana y también un poco a lo AKSAK MABOUL. Cuando llega el turno de ‘Centaur’, el fulgor inherente al tema precedente permanece, mas es radicalmente remodelado con una táctica de envolvente gentileza. Muy en clave jazz-progresiva, su esquema melódico nos remite a los legados de THE MUFFINS y NATIONAL HEALTH. ‘Raijin’ utiliza enclaves exóticos para el diseño de sus orquestaciones y bases rítmicas. Con la díada de ‘The Sirens’ y ‘Minotaur’, los SWELL BROTHERS siguen adelante con sus juguetonas exploraciones sónicas. ‘The Sirens’ es una pieza ostensiblemente evocativa, usando su propia atmósfera cinematográfica como impulso estructural de su núcleo melódico. ‘Minotaur’ vira inicialmente hacia una dinámica tribal que es oportunamente deconstruida para que se realce una majestuosa extravagancia progresiva donde la obvia agudeza de las vibraciones vanguardistas es manejada con sedosa fluidez. Dos decisivos cénit del álbum. 

‘Arachne’ se proyecta hacia una reconstrucción de los antiguos paradigmas de COS y AKSAK MABOUL con unas ciertas tonalidades modernistas presentes tanto en el entramado de teclados como en los aportes de los vientos. Con el arribo de los intermitentes arreglos percusivos, los cuales se delinean con agitaciones frenéticamente tribales, el extravagante colorido musical se intensifica eficazmente. En ‘Humbaba’ se retoman aires y aureolas más reposadas que hemos advertido anteriormente en algunos temas precedentes. Hay un esquema sonoro aún más pletórico que en la pieza precedente, pero se nota que aquí reina la lógica de la solemnidad, la misma que se intensifica con las líneas arábigas provistas por los clarinetes y el acordeón. ‘Banshee’ empieza con un grito ceremonioso que anuncia el arribo de otra liturgia tribal. Esta vez, la calidez de la base percusiva permite los fluidos tránsitos entre los momentos arquitectónicos y otros donde unas orgiásticas florituras de saxofón salen al frente. De esta manera, se refuerza el incremento de las agitaciones rítmicas, terminándose todo con un grito de clausura. La díada de ‘Medusa’ y ‘Echidna’ continúa con exploraciones sesudas en ambientes y grooves que ya apreciamos como índices esenciales de los SWELL BROTHERS. La primera de estas piezas mencionadas desarrolla una atmósfera oscurantista donde se conjugan surrealismo e impresionismo. Las flotantes orquestaciones de los teclados y los sutilmente tenebrosos elementos temáticos provistos por los vientos guían la senda de una creciente densidad. La segunda realiza una estilizada mezcla de agilidad y solemnidad que se orienta sólidamente por un jazz-prog a través de un filtro psicodélico. Algo también vuelve al frente con el penúltimo tema, ostensiblemente titulado ‘TV Monster Theme Pop Song’. Expandiendo los índices temáticos del tema inaugural, inserta varias secciones narradas y cantadas dentro de un foco musical a lo SLAPP HAPPY. El repertorio termina con su pieza más extensa, la cual dura poco menos de 4 minutos y se llama ‘The Auditions’. Signado por efluvios contemplativos, su centro temático se asienta bajo un manto envolvente de talante impresionista. El aura melancólica inherente al armazón de diversos teclados se siente conmovedor a contrapelo de los ocasionales diálogos humorísticos que emergen cerca del final. Un cierre bastante aristocrático para este excelso y sinuoso repertorio. 

Todo esto fue lo que gestaron los infatigables SWELL BROTHERS con “Swell Little Monsters”, una muy solvente exhibición de creatividad avant-progresiva para ficticios, peculiares y simpáticos monstruos. Desde ya, expresamos nuestra impaciencia por el siguiente disco que tienen planeado estos SWELL BROTHERS, pero, volviendo a este disco, lo recomendamos en un 200% para cualquier buena fonoteca de rock progresivo y afines (un ciento por Dewey y otro por Moses).  
 
 
Muestras de “Swell Little Monsters”.-
Skeletons: https://swellbrothers1.bandcamp.com/track/skeletons
Centaur: https://swellbrothers1.bandcamp.com/track/centaur
The Sirens: https://swellbrothers1.bandcamp.com/track/the-sirens
Minotaur: https://swellbrothers1.bandcamp.com/track/minotaur
Medusa: https://swellbrothers1.bandcamp.com/track/medusa
The Auditions: https://swellbrothers1.bandcamp.com/track/the-auditions
 
 
* Muy posiblemente es una referencia a “Cosmic Swells”, el disco anterior de los SWELL BROTHERS.
 
** Hay también una muy curiosa mención de que los SWELL BROTHERS viajaron a Italia para hacer la música de un western dirigido por un tal Serge The Lion o algo así… ¿Nos estarán anticipando los maestros Newhouse y Bass el concepto de su próximo álbum?

Monday, October 06, 2025

El quadrivium musical de ANTOINE FAFARD para el año 2025



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Buenas noticias en la escena jazz-progresiva del presente año 2025: ANTOINE FAFARD, el maestro canadiense radicado desde hace varios años en Gran Bretaña, ha publicado en el día 13 de junio último su nuevo trabajo fonográfico. El título del disco es “Quadra Spherium” y su publicación fue realizada por el sello Timeless Momentum, dirigido por el propio FAFARD. En este disco donde el buen ANTOINE se hace cargo del bajo y las guitarras eléctricas, clásica y acústica, él se hace acompañar por dos luminarias del jazz-rock, Gary Husband (batería) y Jean-Pierre Zanella (saxo tenor). El protagonista del trío es el autor de todo el material aquí contenido, además del productor. Las sesiones de grabación tuvieron lugar en los Dock Street Studios, Migrason y Mixart Studios; las ulteriores labores de mezcla y remasterización se realizaron en Studio LaMorte de Cagliari. Bueno, ya es hora de revisar el contenido de “Quadra Spherium”.


La dupla inicial de ‘The Fifth Damnation’ y ‘Mount Improbable’ ocupa un espacio de 10 minutos que resulta bastante revelador de los índices sonoros que habrán de ser predominantes en el disco íntegro. El primer tema despliega un vigor asertivo sobre un tempo inusual que se explaya en una exhibición frontal de entusiasmo vivaz. Los diálogos e interacciones entre el saxofón y la guitarra cuentan con una base rítmica tan contundente para sostenerse que todos los recursos de soltura resultan oportunos y coherentes más allá de la precisión técnica. El rotundo golpe final es el cierre que merece una pieza así de ágil, inicio perfecto para el repertorio. Por su parte, ‘Mount Improbable’ se mueve dentro del área más familiarizada con los preceptos del jazz-fusion de los 70 y los 80. El vitalismo sincopado de la batería y el manejo sofisticado de los índices melódicos hacen que los aires jubilosos del desarrollo temático fluyan con un señorío sumamente pulcro. El momento del solo de guitarra acústica evoca, hasta cierto punto, la influencia de Al Di Meola, mientras que los solos de saxofón gestan un exorcismo del legado de WEATHER REPORT. ¡Y cómo se luce Husband en su manera de alimentar al groove con incesante exuberancia! No hace falta decir más sobre el gran Gary. ‘Flow’ sigue, en buena medida, la pauta expresiva de la pieza precedente, mas lo hace con un aura más grave, un talante ceremonioso que hace que los recursos de extroversión porten un colorido más mesurado, algo así como una placidez sonriente que se deja arropar por una ambientación otoñal durante la cercanía del atardecer que pronto nos arrebatará la luz del día. El lucimiento del saxo es más exultante que en los dos temas anteriores, tal vez sea su mejor solo en todo el álbum. Cuando llega el turno de ‘Quadrivium’, nos topamos con un plácido (aunque no exento de intensidad) viaje jazz-rockero de poco más de 4 minutos de duración donde el trío da rienda suelta a su faceta más lírica. El sosiego espiritual latente en el motif central expandido sobre un swing señorial refleja un refinamiento melódico impoluto y bastante inspirado. Algo muy similar se puede decir ‘Möbius Loop’, la pieza que sigue a continuación, aunque la riqueza de su groove central está más emparentada con los temas #2 y #3. Una vez más, o mejor dicho, como siempre, la maestría de Husband a la batería permite al instrumento ocupar un rol crucial para el desarrollo temático más allá del mero armazón rítmico.


Paraorbital Vision’ coquetea abiertamente con la dimensión más experimental del jazz-rock con algunos ribetes progresivos, combinando inteligentemente la energía aristocráticamente visceral de unos MAHAVISHNU ORCHESTRA con la gracilidad exquisita del PAT METHENY GROUP de los 90 a través del filtro del jazz-prog de nuestros días. Las cosas en el departamento melódico se calman un poco cuando llega el turno de ‘Flying Ocean’, pieza que nos vuelve a remitir al legado de WEATHER REPORT con un nervio añadido que procede del estándar jazz-rockero del nuevo milenio. ‘Transmuted Reality’ se puede describir como una síntesis de los matices y swings desarrollados en los temas segundo al cuarto del disco. Los espacios abiertos para los solos de bajo sirven para realzar el dinamismo particular de la pieza, abriendo algunos espacios donde la batería hace gala de su robusta fluidez. Durando poco más de 8 minutos, ‘Tout De Suite’ se erige como la pieza más extensa del repertorio. Su enfoque expresivo consiste básicamente en un retorno a la solemnidad de los pasajes más serenos que hemos hallado en el repertorio precedente; de hecho, aquí tenemos lo más calmado en términos de tempo. Por otro lado, el desarrollo temático ostenta una opulencia de matices que parece situarse en una inaudita cruza entre los paradigmas de Allan Holdsworth y WEATHER REPORT. El solo de guitarra que emerge a poco de pasada la frontera del quinto minuto establece un oportuno contrapunto a la augusta soltura concretada por los solos de saxo. Y también hay un momento para un excelente solo de batería, dicho sea de paso. Los últimos 6 ¾ minutos del disco están ocupados por ‘De Natura Deorum’, tema que regresa a las cosechas sónicas de los temas #2 y #3, aunque con un acento rockero más presente gracias al impacto bien calculado de los riffs y solos de guitarra en el desarrollo temático. Como balance final de la presente reseña, “Quadra Spherium” es un disco excelso y muy variado en su oferta de grooves y atmósferas dentro del encuadre jazz-progresivo donde ANTOINE FAFARD y todos sus compañeros de aventuras a lo largo de los años se sienten a sus anchas. Un disco bastante recomendable para cualquier buena fonoteca de rock progresivo y jazz-rock, y sobre todo, una obra muy notable dentro de la avanzada musical mundial de este año 2025.
 
 
Muestras de “Quadra Spherium”.-
The Fifth Damnation: https://antoinefafard.bandcamp.com/track/the-fifth-damnation