Wednesday, June 29, 2022

La remodelación del ensamble neerlandés LADY LAKE

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy contamos con la muy especial ocasión de presentar el nuevo trabajo de una veterana banda neerlandesa de rock progresivo originada allá en la década de los 70s: nos referimos a LADY LAKE y su nuevo disco en cuestión se titula Not Far From Llyn Llydaw”. La alineación actual de LADY LAKE consiste en Leendert Korstanje [órgano Hammond L112, sintetizador Moog Voyager, piano y piano eléctrico Fender Rhodes 73 Mk I], Jurgen Howers [violín eléctrico, cello eléctrico, flautas dulces y percusión] y Jan Dubbe [batería y percusión]. Kortsanje es el único música remanente de los tiempos originarios de la banda. El sello francés Musea Records se hizo cargo de la publicación de Not Far From Llyn Llydaw” el 18 de mayo pasado, tanto en CD como en vinilo azul, causando de esta manera un nuevo motivo de revoltoso entusiasmo para todos los coleccionistas de música progresiva de aquella primera generación de los 70s. No podemos obviar el hecho de que el trompetista Peter Schoemaker colaboró con el trio en el tema que abre este álbum. Este álbum fue grabado y mezclado en dos estudios de distintos países: Lenny’s Luscious Laboratory, en los Países Bajos, y Gite de la Tourette, en Francia. La labor de masterización estuvo a cargo de Darius von Helfteren en el estudio Amsterdam Mastering, siendo así que el grupo se encargó de la producción. El lago galés mencionado en el título del álbum a Snowdon, la montaña más alta de Gales. Antes de seguir adelante, viajemos un poco al pasado. La prehistoria de LADY LAKE se inició en la localidad neerlandesa de Deventer (provincia de Overijssel) en 1973 con la fundación del grupo de blues-rock SESSION. El grupo no duró mucho, pero un par de años tras su disolución, uno de sus exguitarristas, Fred Rosenkramp, recibió la vista del teclista Leendert Korstanje, quien dejó la banda DELAY (también de la misma localidad), con la intención de hacer música prog-sinfónica junto al bajista Eddy Bakker y el baterista-percusionista Joop van Leeuwen. El nuevo grupo asumió el nombre de LADY LAKE en honor del segundo álbum del grupo británico GNIDROLOG, y pudo realizar su único álbum de estudio No Pictures” en 1977. LADY LAKE se mantuvo activo hasta 1982, teniendo en sus filas al nuevo baterista-percusionista Jan Dubbe a poco de publicado el disco antes mencionado, y grabando nuevos temas, pero sin llegar a concretar un segundo LP. El grupo se reunió a inicios de los 90s para realizar algunos conciertos, y tras otro momento de para, volvió a reunirse a fines de los 90s, logrando publicar un segundo álbum en 2005 bajo el título de “SuperCleanDreamMachine”. La alineación era el trío de Rosenkamp, Korstanje y Dubbe. Según parece, este año 2022 nos trae al grupo de vuelta con un trío ligeramente modificado que ofrece un remodelado enfoque sonoro, siempre dentro del paradigma prog-sinfónico. Bueno, veamos ahora los detalles de Not Far From Llyn Llydaw”.


Abre el álbum ‘Séjour Au Gîte De La Tourette’, una pieza que comienza en clave misteriosa y sombría en base a unas relativamente torturadas líneas de cello eléctrico, para luego abrir campo a la emergencia de un motivo ceremonioso cuya misión es la de definir el cuerpo central. El modo en que todo comienza en clave serena (con matices jazzeros) y luego pasa a una instancia más densa se siente muy fiel a esa mezcla de colorido y fastuosidad que era tan común en muchas entidades progresivas continentales de los 70s. El breve epílogo donde la trompeta exhibe un efímero recurso de sombría tensión redondea cabalmente el desarrollo temático. Sigue a continuación ‘Nachtfahrer’, tema que da prioridad a las vibraciones frontalmente extrovertidas en torno a las cuales giran la ambientación y el groove fundantes del ágil motif central, algo a medio camino entre los paradigmas de Bo Hansson y Rick Wakeman. Para el epílogo, el dueto de mellotrón de flautas y cello arma una atmósfera relajada y reposada. Durando poco más de 2 minutos, ‘Emmy’ elabora un cálido ejercicio de lirismo típicamente sinfónico que proporciona un cabal aire señorial al sencillo núcleo melódico de base folk-rockera compuesto para la ocasión. ‘Alpenkreuzer’ es un cénit definitivo de este repertorio, siendo también la pieza más extensa del mismo con su espacio de casi 9 minutos y medio de duración. Comenzando con un preludio de piano en clave romántica, el trío pronto se pone en acción con un entramado sonoro grácil y jovial; el violín eléctrico llena espacios con solvencia mientras las bases y sobrias orquestaciones de los teclados se encargan de mantener un fundamento adecuado para el perfil vivaz de la pieza. Más adelante, el esquema melódico asume unos aires más circunspectos mientras vira hacia un tempo de 13/8, y es así que la pieza se encamina a su aterrizaje final. ‘24 Mayfield Road’ se encarga de encauzar una vibrante síntesis entre los espíritus expresivos de los temas #2 y #4, esta vez con una suntuosidad más explícita y una gracilidad más llamativa. Tal vez se puede advertir ciertos aires de familia con los CAMEL de la etapa 74-76 y YES, hasta cierto punto, también con CURVED AIR. A fin de cuentas, se trata de otro tema muy bien logrado que permite perpetuar el fulgor plasmado por el precedente. Otra pieza relativamente breve es ‘Yuletide In Glenshee’, la cual patentemente sigue la pauta de ‘Emmy’: otro ejemplo de prog amable con raigambre folk-rockera

‘Patchouli Girls’ es una pieza refinada y palaciega que se orienta ágilmente por un sendero híbrido de jazz-rock y sinfonismo. De hecho, el primer factor mencionado signa esencialmente al solo de piano eléctrico que emerge en algún momento de la travesía musical. Lo que suena se conecta hasta cierto punto con el patrón estético de un JEAN-LUC PONTY mientras mantiene firme la perspectiva prog-sinfónica. Resulta bastante efectivo que un tema tan bueno como éste, que de por sí encarna otro punto culminante del disco, preceda al arribo del último momento pomposo del disco, impuesto por la pieza homónima, la misma que dura poco más de 8 minutos. El esquema de trabajo delineado para este tema empieza trasladando la luminiscencia protagónica en el tema anterior y en el tercero hacia un contexto un poco más comedido. La arquitectura multitemática de la pieza permite a la banda la solvencia suficiente para virar después a una atmósfera lánguidamente solemne (a medio camino entre los paradigmas de PINK FLOYD y GENESIS de la primera mitad de los 70s). Así las cosas, la luz inicial desaparece para dejar que se manifieste la bruma nocturna en toda su envolvente imponencia, una manifestación decisiva para el final de ‘Not Far From Llyn Llydaw’. El epílogo del disco llega de la mano de la miniatura ‘Llyn Llyddaw’, un ejercicio de tersura pastoral donde las flautas dulces evocan al ensueño al cual nos tendremos que rendir para lo que queda de la jornada nocturna creada por la sección final del tema precedente. Un tema así no estaría fuera de lugar en un disco de JORDSJØ o en alguno de los dos primeros de GRYPHON. En fin, esto es lo que se nos brindó en Not Far From Llyn Llydaw”, disco que da buena cuenta de los niveles de vigor creativo y energía expresiva bajo los cánones del ideal progresivo que LADY LAKE explora en esta etapa de remodelación de su voz propia.



Sunday, June 26, 2022

Luz verde para las noches blancas de una nueva etapa de OCTOBER EQUUS

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy estamos de plácemes porque toda nueva que provenga desde los cuarteles de OCTOBER EQUUS, uno de los ensambles más notables de la vanguardia progresiva española del presente milenio, es una buena nueva: claro está, nos referimos a la publicación de su nuevo disco, el cual se titula “Noches Blancas, Luces Rojas” y fue producido por el maestro Ángel Ontalva y Francisco Macías para el sello OctoberXart Records. Salido a la venta el día 7 del presente mes de junio, este disco cuenta con una alineación inédita para OCTOBER EQUUS: el propio Ángel Ontalva [guitarra y bajo], Víctor Rodríguez [teclados], John Falcone [fagot] y Avelino Saavedra [batería]. Falcone ya estuvo presente en el disco predecesor “Presagios” y Saavedra apareció en el disco solista de Ontalva “Angel On A Tower”, y es el primer disco del grupo sin Amanda Pazos a cargo del bajo. Ontalva también se hizo cargo de la mezcla y la masterización del material contenido en “Noches Blancas, Luces Rojas”, además de las imágenes y el diseño gráfico del disco. Lo de costumbre... Y como también es costumbre, la presentación gráfica es impactante e impresionante. La monumental pieza homónima, que es la única compuesta por Ontalva, da inicio al repertorio ocupando un espacio de casi 23 ¾ minutos, y justamente se trata de una vieja composición que estaba destinada originalmente para “Charybdis”, el segundo álbum de OCTOBER EQUUS (publicado en setiembre de 2008); a la postre, esta idea épica se abandonó para dejar entrar a otras composiciones realizadas por otros integrantes de la banda. Por su parte, todas las demás composiciones son de Rodríguez, siendo su gestación mucho más reciente. Tenemos aquí, pues, un encuentro entre un mundo paralelo donde el grupo sigue la línea del primer álbum homónimo de 2005 y este mundo real donde los OCTOBER EQUUS siguen explorando rutas estilísticas definidas desde los tiempos de “Permafrost” (2013) y, sobre todo, “Presagios” (2019), eso sí, con un vigor renovado. Pasemos ahora a detalles más concretos. 


La suite ‘Noches Blancas, Luces Rojas’ se explaya por casi 23 ¾ minutos, una maratón reveladora e inusitada dentro de la trayectoria musical de la banda y, tal como dijimos más arriba, una pieza de claras intenciones épicas. Todo comienza con un clima misterioso de sutiles tonalidades lánguidas que, de alguna manera, parecen esconder un secreto trágico. Las capas de teclado ostentan un crucial protagonismo en esta primera instancia de la arquitectura multitemática, pero cuando el groove se agiliza un poco (haciéndose también más complejo), el armazón sonoro permite a los instrumentos actuantes conectarse de una forma más equilibrada. La importante presencia de atonalidades y ornamentos abstractos hace que esta emergente agilidad vehiculice un bien sostenido aumento de la densidad musical; en medio de los despliegues de fuerza de carácter asentados por la guitarra y los teclados, el fagot también hace sentir su relevante presencia. Desde poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, se puede aseverar que el ensamble ha conquistado fehacientemente un fragor expresivo muy al estilo de una cruza entre los últimos HENRY COW y los UNIVERS ZERO de los dos primeros álbumes. Más adelante, el ensamble vira hacia un aura sigilosa que se parece bastante al talante misterioso con el que ese inició esta maratón progresiva, pero se trata solo de un breve interludio que abre paso a otra excelente sección marcada por un refinado e inquietante oscurantismo. Poco antes de llegar a la frontera del décimo minuto, emerge una sección lenta e introspectiva que permite a Ontalva explorar la faceta avant-jazzera de su visión musical mientras las capas de teclado y el parsimonioso swing de la batería sostienen la ceremoniosa atmósfera progresiva del momento. Una siguiente sección aún más lenta está diseñada para dejar que se muestre un poco de la misteriosa ansiedad que latía desde hace bastante rato en el subsuelo de los desarrollos musicales que se iban hilando, hasta que ésta se interrumpe por obra y gracia de la emergencia de un contundente pasaje de línea jazz-progresiva signada por un predominio de ágiles tensiones donde conviven la vivacidad y la tirantez. Es como una mañana neurótica con ribetes juguetones que sucede a una noche plagada de un incierto dramatismo. Es precisamente este último factor el que habrá de predominar en el siguiente pasaje, el cual supone un parcial regreso a la ceremoniosidad otoñal que se hizo presente en otras secciones anteriores. Con todo, es la extroversión fastuosa la que marca el tenor de la sección epilogar de esta arrolladora y magníficamente heterogénea suite.

Tras ese fabuloso viaje musical que supuso la maratón homónima del álbum llega el turno de ‘Arrecia Tempestad’, un tema que también refleja una fuerte personalidad sin pretender igualar la fastuosidad expansiva de aquélla. En efecto, aquí opera una primacía sistemática de los matices y los coloridos insurrectos tanto en el complicado desarrollo temático como en los osados esquemas rítmicos diseñados para sustentar los diversos momentos del desosegado dinamismo que marca la esencia de esta pieza. Posiblemente era un tema con esta peculiar pieza de carácter el único que podía suceder cabalmente a la suite para hacerse notar por su propia voz. ‘Entre Rostros Y Sombras’, dada la situación, puede darse el lujo de exhibir un nuevo ejemplo de la faceta más sutil de la banda con su serena atmósfera jazz-progresiva cabalmente informada por resabios vanguardistas. En varios parajes de la segunda mitad, el groove se intensifica un poco, pero el epílogo regresa de lleno a la atmósfera inicial con una discretamente aumentada dosis de fastuosidad. Aquí y en algún otro tema posterior hallamos ecos del anterior disco de estudio de la banda, “Presagios”. ‘Rara Avis’ se adentra aún más en el prototipo jazz-progresivo, esta vez, con un enfoque más inclinado hacia la tradición del Canterbury y sus remodelaciones contemporáneas; estamos pensando en bandas como SCHERZOO, THE WRONG OBJECT y FORGAS BAND PHENOMENA como entidades con las que el colectivo OCTOBER EQUUS está tendiendo puentes estéticos. ‘Un Viejo Conflicto’ cumple con la misión de retornar a la línea avant-progresiva con una actitud frontalmente inquietante, pero sin renunciar al refinamiento sonoro y al dinamismo arquitectónico que son tan habituales en buena parte de la obra pasada y presente de OCTOBER EQUUS. ‘Hasta El Fin Del Tiempo’ es el tema encargado de cerrar el álbum y también es la composición más extensa de Rodríguez con sus más de 8 minutos de duración. La suntuosidad reinante y rebosante a lo largo y ancho del exquisito colorido desplegado en esta vibrante pieza de cierre gesta un auténtico broche de oro para el disco. Hay una grandilocuencia evidente aquí, aunque ésta no llega a niveles de pomposidad autocomplaciente; por el contrario, cada línea melódica, cada ornamento, cada variante de tono y cada swing están situados dentro de lo que puede, en un principio, parecer un rompecabezas, pero que en realidad es un jardín de místicos deleites progresivos. Ésta es la antítesis de ‘Noches Blancas, Luces Rojas’, es una manifestación celebratoria. 


He aquí lo que se nos ha brindado en “Noches Blancas, Luces Rojas”, el nuevo repertorio de la genial banda OCTOBER EQUUS, símbolo viviente de lo más excelso de la música avant-progresiva española del nuevo milenio. Desde poco antes de que este año 2022 llegue a su ecuador, la gente de la actual alineación de OCTOBER EQUUS gesta y exhibe una de las obras más rotundas del rock progresivo mundial de hoy en día, algo a lo cual ya estamos habituados. 51 minutos y medio de gloria musical. Le damos luz verde; es más, lo recomendamos al 400%, ¿vale?, un 100% por cada músico integrante.


Muestras de “Noches Blancas, Luces Rojas”.-

Thursday, June 23, 2022

¡Adelante con EMBRYO!, ¡adelante!

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Siempre es un deleite escuchar a la banda EMBRYO, la cual comenzó su amplia trayectoria musical en 1969  dentro de una senda jazz-rock-psicodélica dentro de ese multiverso musical progresivo alemán que fue mal bautizado como krautrock, y que luego derivó hacia el camino del jazz-fusion con estrategias creativas que se iban renovando a lo largo del camino, casi siempre con fuertes bases étnicas y vanguardistas. Pues bueno, el deleite continúa porque EMBRYO sigue siendo una entidad viva gracias a la iniciativa de Marja Burchard, hija del fundador Christian Burchard y, hasta hace pocos años, líder permanente del colectivo. El fallecimiento del maestro Christian que tuvo lugar el 17 de enero de 2018 no supuso la disolución de EMBRYO, pues su hija Marja, quien ya tenía varios años tocando en este ensamble (que también funcionaba como una comuna) tomó las riendas del mismo y se dispuso a seguir adelante con la visión musical que ella misma asumió como misión vital. “It Do”, del año 2016, es el disco donde ella debutó como integrantes del ensamble (además de diseñar la portada). Concentrándonos ahora en el tiempo presente“Auf Auf” es el título del más reciente disco de estudio de EMBRYO, el mismo que fue publicado por el sello Madlib Invazion el 13 de noviembre del pasado año 2021, tanto en CD como en vinilo. Marja se hace cargo del piano eléctrico Fender Rhodes, el sintetizador, el órgano, el vibráfono, el trombón, la batería, la percusión y el santur. Los demás músicos permanentes son Maasl Maier [bajo, guitarra, saxofón, sintetizador y cümbüş], Wolfgang Schlick [flauta y saxofones tenor y soprano], Jan Weissenfeldt [guitarra], Sascha Lüer [trompeta y saxofón soprano] y Jakob Thun [batería]. Hay también músicos de apoyo ocasional: Roman Bunka (oud), Mohccine Ramdan (ghembri y voz), Abdul Samal Habibi (rubab), Parvis Ayan (tabla), Johannes Schleiermacher (saxofón tenor), Groxi (batería) y el Münchner Alphorn Kollektiv a las trompas alpinas. El material de este disco empezó a ser compuesto en el año 2018, a los pocos meses de la partida de Christian Burchard, y con todo el proceso de grabación que iba acompañando a la continua creación del nuevo material, se culminó la grabación en el primer tercio del año 2020, ad portas de las primeras disposiciones gubernamentales de distanciamiento social sistemático en casi todo el mundo. Nada de esto supuso un inconveniente para que el rapero y productor Madlib, fan eterno de EMBRYO, acogiera este trabajo en el sello fonográfico que él mismo dirige. Las sesiones de grabación de “Auf Auf” estuvieron bajo el mando de Maasl Maier y Elias Kahl en los estudios Filmwerk Nelmbrechts y Kösk Munchen, siendo así que el primero de ellos realizó la labor de mezcla. La masterización corrió a cargo de Jason Bitner, mientras que Maier y Burchard se encargaron de la producción general. A propósito, el título del álbum es como una exclamación para seguir adelante, y muchas veces ocurría que Christian Burchard decía eso a sus compañeros músicos antes de un concierto. Es un buen título para el primer disco de estudio de EMBRYO sin él... pero ya va siendo hora de ir a los detalles de su repertorio, ¿cierto? Pues vamos.


Durando poco menos de 5 minutos y medio ‘Besh’ da inicio al álbum y lo hace con una majestuosidad asombrosa y contundente, abriendo campo inicial a un suntuoso prólogo de piano para pronto abrir un campo más amplio para la edificación de un cautivador entramado instrumental signado por una grácil combinación de aires mediterráneos y arábigos. El compás en 5/4 es manejado con exquisita sobriedad mientras los diversos aportes de los vientos y las cuerdas van ornamentado el exuberante cuerpo central. La triangulación de batería, bajo y piano exhibe un inocultable señorío a través de su relativamente discreto posicionamiento. Tras este gran inicio de álbum llega el turno de ‘Yu Mala’, pieza que cumple con la misión de expandir la paleta sonora del ensamble. En efecto, su enfoque se centra en un jazz-rock plagado de palaciegas vibraciones fusionescas al modo de un híbrido entre los viejos legados de SUN RA y los WEATHER REPORT pre-Pastorius. Aunque hay algunos momentos de canto, el vibráfono, el piano eléctrico y el sintetizador saben cómo posicionarse en sus respectivos lugares protagónicos dentro de algunos lugares estratégicos del armazón instrumental. El intensivo clímax final tiene algo de ritualístico. Con la dupla de la pieza homónima y ‘Baran’, el grupo sigue explorando sus inquietudes estéticas del momento. ‘Auf Auf’ exhibe un groove llamativo y contagioso a través de su patente complejidad estructural, algo que la sección rítmica concreta mediante una explicitación ingeniosa de su propio vitalismo. Así las cosas, los vientos se sienten a sus anchas cuando arman bases armónicas y también en sus solos. Poco antes de llegar a la frontera del tercer minuto, las cosas se intensifican dramáticamente para virar hacia un ejercicio de jazz-rock capitalizado por algunos recursos inspirados en el estándar del avant-jazz-prog (como ZAO y POTEMKINE). Más adelante, el bajo arma un breve solo que aterriza en un retorno al primer motif, el cual, en cierta medida, recoge ecos de la garra nerviosa precedente; el vibráfono aprovecha este contexto para salir al frente con su solo más impresionante en el repertorio. Definitivamente, esta pieza homónima encarna un cénit crucial para este álbum. En cuanto a ‘Baran’, éste se centra en un cálidamente lírico ejercicio de fusión contemporánea con raíces meso-orientales y vibraciones norafricanas; aunque contiene innegables aires joviales, ostenta un talante relajante que viene muy bien tras el vivaz despliegue sonoro de la pieza precedente.

Ocupando un espacio de casi 16 ¾ minutos, ‘Januar’ resulta ser la pieza más extensa del álbum. Su estrategia central parece ser la de sintetizar el aura señorial de la pieza de entrada con la magnificencia del tema homónimo. Estableciendo nexos con los RETURN TO FOREVER de los dos primeros álbumes y, una vez más, los WEATHER REPORT de los tres primeros discos, el ensamble despliega su colorido inherente con un dinamismo pertinentemente sobrio, lo cual permite que la conexión entre el frondoso swing gestado por la sección rítmica y el diversos fulgor melódico apoyada entre los sucesivos momentos de protagonismo de varios instrumentos se articule dentro de una ingeniería mesuradamente dúctil. A poco de pasada la frontera del sexto minuto, un motif nuevo entra a tallar con una vitalidad renovadora que primero se expresa con una ventisca efímera y luego transita hacia una brisa evocadoramente persistente. El ensamble se mantiene fiel a la tradición jazz-fusionesca de los 70s con tintes psicodélicos, algo muy propio de los EMBRYO de la etapa 1972-73. Para la sección final, el asunto se pone en clave casi Canterburyana (como si volviéramos a los tiempos de los discos sexto y séptimo de los legendarios SOFT MACHINE), siendo así que la gracilidad celebratoria emanada de la figura de piano eléctrico, la sección rítmica, junto con las respectivas florituras del saxo y la flauta, arma un epílogo de ensueño para este nuevo cénit del álbum. Todo concluye con el arribo de ‘Alphorn Prayer’, una pieza enmarcada dentro del avant-jazz minimalista con algunos trazos cósmicos y otros trazos antaño apropiados por el RIO al estilo de los inolvidables HENRY COW. Centrando su espacio de poco más de 7 minutos y medio en un núcleo temático denso y misterioso, los ornamentos aportados por los vientos oscilan entre las formas libres y las orquestaciones espartanas. Mientras se acerca el final, la batería se suelta en efluvios deconstructivos que realzan el vigor solipsistamente vanguardista de esta pieza. Eso sí, hay una disciplina latente en todo esto, la cual se explicita cuando el golpe final de platillo indica la conclusión de todas las expansiones sonoras que han tenido lugar.

En conclusión, EMBRYO es un colectivo que aún tiene mucho que aportar al mundo actual de la vanguardia musical: toda el espectro de gloriosos recursos musicales que hemos logrado apreciar a lo largo del repertorio de “Auf Auf” es una inequívoca indicación de ello. Se trata de una maravilla de disco que recomendamos al 100%; como si fuera poco contar con talento y energía suficientes para gestar un disco tan bueno como éste, lo cual es admirable bajo cualquier circunstancia, también tiene mucho de entrañable que las mentes asociadas dentro de EMBRYO sepan salir tan airosos tras la partida al más allá de su fundador y líder histórico. Por eso, junto a las felicitaciones correspondientes a todas las personas que tocaron aquí, es de justicia dedicar la presente reseña a la memoria de Christian Burchard (Hof, 17/05/1946 - Munich, 17/01/2018).


Muestras de “Auf Auf”.-


Tuesday, June 21, 2022

Ampliación de aquella primeriza luz terrenal de ERIS PLUVIA

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hace poco tiempo echamos una mirada atrás a la escena progresiva italiana de los 90s (esa famosa etapa del revival progresivo en diversas escenas europeas y norteamericanas) so pretexto de la reedición aumentada del álbum debut homónimo del dúo THE ANCIENT VEIL, el cual se formó tras escindirse de la banda madre ERIS PLUVIA (ambas residentes en la bella ciudad noroccidental de Génova). Pues bueno, ahora toca el turno de los propios ERIS PUVIA y su primer álbum “Rings Of Earthly Light”, originalmente publicado a fines de 1991 y reeditado con piezas adicionales bajo el título de “1991/1995 Rings Of Earthly Light And Other Songs” a mediados de abril de 2019. La edición original se dio en casete de forma independiente y en CD por vía del sello francés Musea Records; la reedición que hoy comentamos fue publicada por el sello italiano Lizard Records, siendo así que aparece firmada a dos manos por ERIS PLUVIA y ANCIENT VEIL. Por aquel entonces, ERIS PLUVIA consistía en el quinteto de Alessandro Serri [guitarras eléctricas y acústicas, glockenspiel, voz y coros], Paolo Raciti [piano y teclados], Edmondo Romano [flautas dulces, saxofón tenor y coros], Marco Forella [bajo y guitarras acústicas] y Martino Murtas [batería y percusión]. Para este álbum en cuestión, el grupo contó con las colaboraciones ocasionales de Valeria Caucino (canto), Enrico Paparella (guitarra acústica), Alessandro Cavatorti (guitarra acústica) y Sabrina Quarelli (violín). Con el mismo entusiasmo que Serri y Romano emprendieron la misión de reeditar una versión ampliada del homónimo primer disco de THE ANCIENT VEIL en 2018*, ahora quisieron hacer lo propio con este primer álbum de ERIS PLUVIA, siendo ésta la razón por la que el ítem que ahora presentamos está firmado por las dos bandas. De hecho, la actual conformación de ANCIENT VEIL colaboró activamente en la coproducción de esta reedición, lo cual no es de extrañar dado que Serri y Romano fueron los principales compositores de ERIS PLUVIA. Las piezas adicionales a las que hicimos alusión más arriba también fueron compuestas por Serri y/o Romano entre los años 1991 y 1994, siendo grabadas en los últimos meses de 1995 en el New Musical Box estudio de Génova. Muchas cosas pasaron en el seno del grupo ERIS PLUVIA desde la segunda mitad de los 90s en adelante, aparte de la crucial escisión de los dos cofundadores de ERIS PLUVIA. El grupo tardó bastante en reencaminarse y crear nuevo material, esta vez proponiendo una línea de trabajo neo-prog con “Third Eye Light”, un bonito disco publicado casi 20 años después del debut. Contando con la triada del teclista Raciti, el bajista Forella y el nuevo guitarrista Alessandro Cavatorti, el grupo resucitó a paso firme, pero, a los pocos años, Raciti falleció mientras la gente de ERIS PLUVIA estaba empezando a preparar material nuevo para el tercer álbum. De todas formas, el grupo siguió adelante grabando ese disco y otro más, contando con el hecho de que Forella ampliaba su arsenal instrumental.** No nos detendremos en esos discos, sino en “1991/1995 Rings Of Earthly Light And Other Songs”: adelante con el repaso de su repertorio.

  

Durando casi 17 minutos y cuarto, la suite homónima inicia el disco a lo grande; consta de cinco secciones sucesivamente tituladas ‘Earthcore’, ‘Portrait’, ‘Sell My Feelings’, ‘Following Her In A Fantasy Lake’ ‘I Re-emerged, Ancient Knight’***, respectivamente. El breve preludio marcado por el dúo de órgano y flauta dulce pronto abre camino a una expansión de refinadas arquitecturas melódicas que se dejan arropar por persistentes mantos de sinfonismo cristalino que, en algunos pasajes estratégicos, recoge elementos del prog-folk de manera convincente. La sección que se inicia sobre la frontera del séptimo minuto y medio se enfila hacia una gloriosa y exultante luminosidad melódica; por otro lado, poco después del minuto 13 surge una sección pastoral que sirve como puente hacia otro ulterior que se centrará en un sinfonismo ensoñador alimentado con un delicado talante grácil, lo cual termina impulsando un epílogo fastuoso para a suite. Hay algunas confluencias con sus compatriotas de IL CASTELLO DI ATLANTE, así como influencias del paradigma clásico de PREMIATA FORNERIA MARCONI junto a los de CAMEL, JETHRO TULL y GENESIS. ‘In The Rising Mist’ es una balada bucólica cuya pletórica serenidad se conecta desde el primer instante con el modelo de CELESTE. Las gentiles capas de los sintetizadores y las cálidas florituras de la flauta dulce llenan los espacios señalados por la elegante trama de guitarras acústicas, logrando así que el concreto clima ensoñador creado por el ensamble asuma una genuina exuberancia progresiva. La miniatura ‘The Broken Path’ sirve para que el grupo haga gala de una faceta un poco más aguerrida en base a un ejercicio instrumental de sinfonismo asentado, la mayor parte del tiempo, sobre un ágil compás inusual. La presencia añadida del violín aporta un efectivo colorido extra al sonido global. De hecho, esta pieza pudo merecer un espacio mayor que el de 100 segundos que le brindó la banda, pero bueno, ahora es el turno de ‘Glares Of Mind’, otro instrumental cuya misión es la de ahondar nuevamente en las delicadas vibraciones pastorales que nos vuelven a remitir al paradigma de CELESTE. Se trata de un remanso envolvente que sucede a la exuberancia refulgente de la pieza precedente.


La dupla de ‘Pushing Together’ y ‘You’ll Become Rain’ (que es el mismo nombre del grupo traducido al inglés) permite al grupo seguir explorando nuevas sendas dentro de su bien definido trayecto musical. El primer tema consiste en una balada prog-sinfónica cuya estructura melódica es relativamente sencilla: su esquema de trabajo se sitúa en una cruza entre los GENESIS de la etapa 70-72 y los PINK FLOYD del año 1975. En lo que concierne a la pieza ‘You’ll Become Rain’, ésta retiene la apacible melancolía que signó a la canción anterior, pero esta vez hay una mayor acentuación del factor pastoral. La belleza del solo final de flauta dulce nos hace desear que esta canción durara más de 2 minutos y cuarto, pero bueno, llega ahora el turno de ‘The Way Home’, canción que ocupa los últimos 9 minutos y pico del repertorio. Siendo moderadamente ambiciosa en su desarrollo temático, su talante y sus efluvios melódicos tienden puentes entre el patrón sinfónico clásico de unos CAMEL y el vitalismo preciosista de unos PENDRAGON. Definitivamente, la presencia del saxo es importante para ayudar a la canción a preservar su fuerza expresiva a través de los expansivos arreglos instrumentales que mayormente se apoyan sobre el groove creado por la batería y las flotantes atmósferas afirmadas por los teclados. Hasta aquí, los 43 minutos y cuarto del repertorio original de “Rings Of Earthly Light”. Los seis temas siguientes fueron grabados en 1995: los dos primeros de ellos, ‘Through The Sky’ y ‘And When The Train Has Left’ son ejecutados por el dúo de Serri y Romano, siendo así que aquél añade flauta y teclados a su arsenal. Ambos ostentan un aura pastoral y relajada, siendo así que ‘Through The Sky’ se proyecta a un aura otoñal patentemente señorial, mientras que ‘And When The Train Has Left’ se centra en una introspección bucólica. ‘Flying’ es un brillante instrumental que comienza con un ceremonioso esquema orquestal para luego desviarse hacia un cautivador ejercicio de prog-folk. ‘You’ll Become Rain Part Two’ es un instrumental ejecutado por un cuarteto de cuerdas: comienza con el mismo motif del sexto tema del álbum, pero, al poco rato, se enfoca en un ágil juego de colores románticos. ‘Walking Around’ se centra en una estructura de coral barroca (con leves toques folclóricos añadidos), mientras que ‘Lansdcape And Two’ sirve para que Romano haga lucir las texturas de seis flautas moceñas bolivianas dentro de una estrategia de sobregrabaciones que gesta una ambientación onírica y envolvente. Una invocación mística para concluir el disco.


Todo esto fue lo que se nos brindó en “1991/1995 Rings Of Earthly Light And Other Songs”, un disco que reactiva el legado del primer álbum de ERIS PLUVIA, y no solo eso, también lo amplía de una manera bastante respetuosa para con el espíritu estético plasmado en la versión original. Vale la pena obtener o preservar el disco original, pero que conste que esta reedición nos muestra de manera más prístina lo que la banda ERIS PLUVIA tenía que ofrecer a la reemergente escena progresiva de su país, y, como ya se dijo, tiene el atractivo adicional de mostrarnos más canciones de esa etapa originaria de la susodicha banda. 




* El enlace de la reseña que hicimos sobre esa reedición del primer álbum de THE ANCIENT VEIL es https://autopoietican.blogspot.com/2022/04/una-nueva-mirada-al-origen-de-ancient.html

*** El título completo en el álbum original es ‘I Re-emerged, Ancient Knight, In Presence Of Metal Knights’.


Saturday, June 18, 2022

La ceremonia inaugural de MERÈT



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy se da el turno de presentar el disco de debut de la banda argentina MERÈT, el cual se titula “Ceremonias” y fue publicado el pasado 13 de abril por el sello connacional Viajero Inmóvil. Este sexteto conformado por Adrián de Simone [voz principal y guitarras], Diego Parra Mariño [bajo y guitarras], Heriberto Bargiela [violines], Juan Manuel Álvarez [batería, percusión y voz], Pierluigi Oliva Apolo [teclados y voz] y Víctor Casabuono [guitarras y voz] cultiva un prog sinfónico guiado por la claridad melódica y marcado por una prioridad de atmósferas evocativas. Los principales referentes estilísticos son GENESIS (tanto la época 71-73 como la 77-78), YES, los primeros años de PREMIATA FORNERIA MARCONI, LE ORME, además de su propia tradición nacional encarnada por los legendarios ESPÍRITU. A su vez, también hay confluencias con NAU ALETHEIA y, en menor medida, CHANETON. El sexteto recibió el apoyo adicional de Claudio Lafalce en los temas primero y tercero de ceremonias, tocando la guitarra eléctrica allí y los teclados aquí. Merèt es el nombre de la diosa egipcia del júbilo y el canto, quien, con su música y sus cualidades divinas, participó en el establecimiento del orden cósmico: aquí está la inspiración para el nombre de la banda, la cual tiene enraizada su prehistoria en un tiempo de hace más de 30 años con los grupos ECLIPSE y TRÁNTOR. La mayor parte del material contenido en “Ceremonias” fue grabada en el estudio Ripples de Buenos Aires, bajo la supervisión de Apolo como ingeniero de sonido; el resto se grabó en ECLIPSEStudios y Estudios KIMONO, también localizados en Buenos Aires. La producción artística de este disco corrió a cargo de la banda en conjunto con el antes mencionado Claudio Lafalce, quien, de paso, también se encargó del proceso de mezcla. La ulterior masterización tuvo lugar en el local bonaerense DANIEL OVIE MASTERING. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio del disco que hoy reseñamos.
 

‘Leve’ ocupa los primeros 8 minutos y pico del repertorio. Su dúctil y versátil desarrollo multitemático empieza con un prólogo ágil y festivo que más adelante abre camino a una sección cantada que, aunque recibe algo del colorido precedente, se concentra mayormente en plasmar una actitud ceremoniosa con intenciones existencialistas. El groove jazzero aportado por los teclados y la irrupción de un solo de guitarra acústica a mitad de camino ayudan a preservar la cristalización melódica en curso. En tercer lugar, emerge un poderoso interludio rockero que pone las cosas en un foco vitalista y tremendamente llamativo. Una nueva sección cantada emerge para la sección epilogar, esta vez , bastante más ceremoniosa, pero no falta una última eclosión de vigor rockero para los instantes finales. Estupendo inicio de disco. ‘El Alquimista’ sigue a continuación para inocular unos aires de mezcla entre los paradigmas de LITTO NEBBIA y YES dentro de una atmósfera calmada que se sitúa en una cruza entre lo contemplativo y lo introspectivo. El núcleo central melódico es realmente hermoso, siendo así que el grupo lo explora con un muy calculado nivel de sofisticación que no rompa con la magia intrínseca de la pieza; unos solos sucesivos de sintetizador y de violín se encargan de ornamentar el bien definido núcleo melódico, y tampoco puede faltar un solo de guitarra que porta un cierto talante Cameliano. Con la dupla de ‘Un Largo Camino A Fin De Mes’ y ‘Podrás Llorar’, el ensamble sigue explorando determinados detalles de su propuesta musical. El primero de estos temas mencionados es un instrumental perfilado por una equilibrada mezcla de sinfonismo y prog-folk, de tal modo que las estilizaciones barrocas y la gracilidad bucólica se unen en una dinámica sonora perfectamente articulada. Los diversos instrumentos actuantes se notan bien afiatados dentro de su armonía común mientras se abren espacios específicos para algunos lucimientos particulares; de hecho, tenemos aquí uno de los solos de guitarra más cautivadores del álbum, y el violín asume algunas sonoridades filudas cuando llega el momento de su solo. Un cénit particular del disco. En cuanto a ‘Podrás Llorar’, ésta es una canción típicamente sinfónica donde las influencias de YES y de GENESIS se hacen notar en los refinados arreglos instrumentales, así como en los elegantes arreglos vocales. 
 
‘Plano Astral’, canción de dos partes, dura poco más de 10 minutos y aprovecha su espacio para permitir a la banda seguir dándole un giro más a la tuerca de al preciosismo propio del patrón prog-sinfónico que el grupo adopta como norte estético. La canción comienza con un medio tiempo portador de una razonable garra rockera, virando luego hacia una sección lenta alrededor de la frontera del cuarto minuto, siendo así que las meditaciones plasmadas en la letra adquieren ahora un talante marcadamente más solemne. Como esto se prolonga hasta el final, entendemos que el mensaje principal de la canción está manifestada aquí. La secuencia de ‘Intro Ceremonias’ y ‘Ceremonias’ exhibe al clímax culminante del disco. ‘Intro Ceremonias’ es un soliloquio que nos informa sobre las tradicionales ceremonias festivas de Opet en celebración del renacimiento y la fertilidad en el Antiguo Egipto. La monumental pieza homónima dura 19 ¾ minutos y contiene las secciones tituladas ‘Límites De La Divinidad’, ‘A Las Puertas De Luxor’, ‘La Procesión’, ‘Renacimiento’, ‘Retorno A Los Orígenes’, ‘Diadema’ y ‘Jeroglíficos’. El inicio es colorido y entusiasta, aunque con un fulgor lo suficientemente contenido para que no rompa con la ambientación mística que se quiere plasmar. La primera sección cantada refleja una oportuna calidez lírica sobre un trasfondo instrumental que da prioridad a lo bucólico. Un nuevo pasaje instrumental exhibe una soltura determinante muy a lo PFM con GENESIS, con unas muy laboriosas interacciones entre el sintetizador y el violín que tienen lugar dentro de una ingeniería melódica pulcra y contundente. Algunos breves pasajes solitarios de piano nos recuerdan que la espiritualidad solemne también es parte esencial del cuadro musical que se está pintando aquí, y, en efecto, la quinta sección se enfoca en dicha espiritualidad para situar a los oyentes en el centro dramático de la temática. Claro está, el esplendor sinfónico tiene que regresar al frente en algún momento, y cuando lo hace, se luce con un exquisitez rotunda, alternando pasajes exultantes con otros reposados en clave introspectiva. La sección final está marcada por una motivación poética que refleja un espíritu celebratorio con un talante solemne, algo muy al estilo de ESPÍRITU. Todo termina con el instrumental ‘Levissimo’, el cual se enfila por aires románticos bajo una aureola etérea: un recurso de magnificencia sonora que viene bien como broche final para el repertorio. 


A modo de conclusión, los nombres de MERÈT y de este disco “Ceremonias” deben ser anotados y subrayados dentro de la agenda de creatividad progresiva latinoamericana del presente año 2022. Este disco destila belleza y distinción a través de cada uno de los poros prog-sinfónicos de cada uno de los temas que forma parte de su repertorio. Gran ceremonia inaugural de este talentoso e inspirado sexteto argentino del cual esperamos que broten actividades fonográficas en el futuro próximo: un grupo qu suena así de afiatado merece durar bastante.
 
 


Thursday, June 16, 2022

La primera historia del maestro PATRICK MORAZ

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos deleitamos en revisar “The Story Of I”, el primer álbum solista del maestro suizo PATRICK MORAZ, nuestro teclista favorito de todos los que algunas vez pasaron por las filas de YES, que es uno de los grupos más emblemáticos del género progresivo, y, en general, uno de nuestros teclistas favoritos de todos los tiempos y lugares dentro del género. Este disco publicado originalmente el 17 de junio de 1976 por vía de la cooperación entre los sellos Atlantic y Charisma fue el aporte de MORAZ al periodo post-“Relayer” cuando los Sres. Jon Anderson, Steve Howe, Chris Squire, Alan White y el propio MORAZ decidieron hacer sus propios discos solistas. Nada de esto impidió a esa alineación particular del grupo seguir haciendo giras ni tampoco mantenerse en contacto, de hecho, MORAZ colaboró en algunas canciones de los discos solistas de Squire y Howe (“Fish Out Of Water” y “Beginnings”, respectivamente). Nacido el 24 de junio de 1948 en la localidad de Morges, parte de la zona francófona de Suiza, PATRICK PHILIPPE MORAZ, estudió violín, piano y composición en el Conservatorio de Lausana desde la temprana edad, y también estudió jazz; de hecho, fue el jazz el primer camino de crecimiento musical fuera de la música académica, llegando a tocar en el Festival de Jazz de Zurich y ser, a los 16 años, la persona más joven en recibir el premio al mejor solista del evento. MORAZ llamó primero la atención del público progresivo como integrante del grupo anglo-suizo MAINHORSE entre 1968 y 1971, para luego integrar el trío REFUGEE con Lee Jackson y Brian Davison (los excolegas de Keith Emerson en la legendaria personificación triádica de THE NICE), tras casi formar parte de FLASH (el grupo que formó el volátil primer guitarrista de YES Peter Banks). Tanto MAINHORSE como REFUGEE lograron publicar sendos discos homónimos, pero la más notable presencia de MORAZ dentro del escenario progresivo británico de los 70s fue, claro está, durante su estadía en YES como reemplazante del carismático Rick Wakeman (siendo reemplazado por él en 1977, pero bueno, no iremos más allá). Así las cosas, “The Story Of I” era la declaración de principios del maestro MORAZ como artista individual. Las sesiones de grabación de este álbum fueron muy extensas, comenzando en el otoño de 1975 con el centro logístico ubicado en el Aquarius Studio de Génova, incorporando sesiones grabadas en Brasil a mediados de agosto del mismo año (registros de percusiones carnavalescas y piano en los Estudios Somil de Río de Janeiro). Este disco fue el penúltimo en publicarse de los entonces integrantes de YES, un mes después del de White, “Ramshackled”, y un mes antes del de Anderson, “Olias Of Sunhillow”. El sello británico Esoteric Recordings realizó una reedición de “The Story Of I” con un par de bonus tracks en 2019, y para el mercado japonés, el sello Belle Antique se encargó de hacer su parte.


El arsenal que utilizó el genial MORAZ para este disco fue enorme: pianos clásico y eléctrico Fender Rhodes, órgano Hammond C3, sintetizadores Mini Moog, Micro Moog, Poly Moog, ARP 2600, Pro-Soloist, Axxe y String Ensemble, AKS Synthi A, Solina String y Pace Drum, Mellotrones Mk. I y Mk. II, Orchestron, Supersonic Vocaltron, clavicordio, clavinet Hohner D6, pedales bajos Moog Taurus, marimba, secuenciador digital DPM, trompa alpina, gongs, platillos orquestales, percusiones básicas, y hasta un slinky electrónico (un juguete musical). Sus compañeros de viaje son Jeff Berlin (bajos), Alphonse Mouzon (batería en el lado A), Andy Newmark (batería en el lado B), Ray Gomez (guitarras solista y rítmica), Auguste De Anthony (guitarras acústica y eléctrica rítmica), John McBurnie (voz y coros), Vivienne MaAuliffe (voz y coros), Veronique Mueller (voz y coros), Jean Ristori (su excolega de MAINHORSE, al cello y el contrabajo), Jean-Luc Bourgeois (gongs y tam-tams), Philippe Staehli (tímpanos y otras percusiones) y Rene Moraz (danza y castañuelas). También aparece recurrentemente un ensamble de percusionistas de Río de Janeiro* y, en una ocasión, un coro infantil de la localidad suiza de Morat. Este álbum es conceptual, siguiendo una narrativa que combina el impulso expansivo de Eros y la implacable fatalidad de Tánatos. El relato se sitúa en una gigantesca y ancha torre situada en medio de una jungla y que ese llama I (o i, con un destaque del punto superior). El aparato mercantil y gerencial de la torre ofrece a la gente la oportunidad de vivir sus más salvajes, apasionantes y extravagantes fantasías, siendo así que el continuo frenesí emocional obtenido con cada experiencia concretada les permite ascender, piso por piso, hasta la cúspide, con la única condición de que los residentes de la torre nunca se enamoren de otra persona. Esta regla es útil para dos cosas: permitir a cada residente explorar sus fantasías y convertirlas en realidad sin inhibiciones ni compromisos externos, y; preservar el orden rígido y presidiario que opera en la torre, algo que suena un poco chocante pero que va en concordancia con el hecho de que la multitud hedonista habitante de la torre es, de facto, prisionera de sus propios deseos individuales. Además, las acciones placenteras son grabadas y proyectadas en pantallas electrónicas para el deleite voyerista de los demás residentes. Esta torre es realmente una locura báquica empaquetada en un delirante sistema consumista y motivada por una bizarra mística de la muerte... Porque es la muerte la última conquista de los hedonistas, el último escalón de su vida de enormes placeres y el precio definitivo apagar por éstos. Cada vez que un residente llega al pináculo de la torre al completar su largo ascenso báquico, su cuerpo es arrojado por unos guardianes a través del borde de la azotea para disolverse en moléculas tras su fatal caída, una caída que solo tarda un par de minutos tras la larga cantidad de años que le costó llegar a esa cima de vida y deleite. Pero, en algún lugar, en algún momento, un hombre y una mujer se enamoraron de verdad mientras sus caminos se cruzaban, y ellos seguían ascendiendo por las diversas fases del placer, a veces juntos, a veces separados, a veces compitiendo entre ellos, pero siempre inspirados por un amor mutuo. Finalmente, llegan al unísono al pináculo y enfrentan su destino fatal tomados de la mano, pero, para sorpresa de todos los espectadores, la pareja, en vez de caer al suelo, se eleva a los cielos convertida en una materia estelar dual e inseparable. El origen de este relato, curiosamente, se inspiró en conversaciones de fantasía literaria que MORAZ sostuvo con Jon Anderson mientras ambos contemplaban los enormes edificios de las grandes ciudades donde YES daban conciertos. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio de “The Story Of I”.

 

La obertura de esta magna obra es ‘Impact’, cuyos segundos iniciales, llenados por una capa de órgano Hammond y un armazón percusivo en clave celebratoria de samba, asientan las bases para las sucesivas emergencias de ornamentos de diversos sintetizadores, mellotrón, piano, corales sintetizadas, etc. Los susodichos ornamentos instauran acentuaciones psicodélicas, mientras que los retazos de piano y bajo se ubican en un plan de free jazz que anticipan el pronto arribo de la canción ‘Warmer Hands’, que cabalmente apuntala el espíritu celebratorio dentro de una clave jazz-rockera con talante fusionesco, acercándose al modelo de los WEATHER REPORT de la época con Pastorius y añadiendo matices prog-sinfónicos. ‘The Storm’ no es tanto una tormenta como una efímera explosión de júbilo patentemente signada por una munición de bombardeos sintetizados que abre un forado en la pared de nuestra rutina con miras a proveernos de una vía hacia la subsiguiente ‘Cachaça (Baião)’. Aquí está la expresión más directa de fusión latina del álbum. Este ejercicio de jazz-fusión en base de samba es la promesa cumplida del gozo de vivir cuya aurora fue la obertura y cuya proclamación era la segunda canción. Con la triada de sintetizador, marimba y piano, MORAZ sitúa el motif central a través de un cercanísimo hermanamiento con el masivo ensamble percusivo y el efusivo triángulo rítmico. También interviene una coral infantil, además de un sintetizador con efectos vocales (el Vocaltron). Las variantes que enriquecen el motif central añaden un señorío incandescente al asunto. Con la sensacional dupla de ‘Intermezzo’ e ‘Indoors’, el disco llega a un cénit muy especial. El ‘Intermezzo’ comienza en clave barroca tanto en su pasaje prologar como en su doble cántico femenino, donde una voz canta en inglés y la otra en francés.** De inmediato, todo vira hacia un romanticismo de espíritu grácil y fastuoso dominado por aires aflamencados, lo cual marca significativamente el aura exuberante a ser desarrollada por el ensamble integral de cuarteto de rock prog-sinfónico (guitarra, bajo, batería, percusiones y un profuso arsenal de teclados). Es en este momento que se establece la conexión con ‘Indoors’, un ejercicio de intensas y vivaces florituras donde se cruzan lo sinfónico y lo jazz-rockero, lo cual está directamente emparentado con lo que hacía el grupo YES hasta ese momento. Los duelos entre los solos de sintetizador de Moraz y los de la guitarra de Gomez son sencillamente espectaculares, exigiendo al trípode de bajo, batería y percusión establecer un enclave inteligente y vehemente a la vez. En medio de todo eso, una parte cantada se inserta sin cortar el flujo natural del boato instrumental, el cual preserva una sofisticación progresiva resoluta e impactante.*** 


La balada ‘Best Years Of Our Lives’ ocupa los 4 últimos minutos del lado A, mostrando otro cariz de la cruza de los senderos progresivo y jazz-rockero con los que MORAZ y sus ilustres secuaces han estado jugando a lo largo de toda esta primera mitad del álbum, un cariz sereno y contemplativo que se abandona a una espiritualidad vulnerable. Cabe señalar que la breve secuencia de piano eléctrico con la que termina anticipa el inicio de la segunda mitad del repertorio. En efecto, el lado B del álbum comienza con un relativamente conciso despliegue de coloridos musicales a través de la secuencia de ‘Descent’ e ‘Incantations’, dos miniaturas muy diferentes entre sí. La primera de ellas comienza con una traducción pomposa del epílogo de la balada anterior a un andamiaje de sintetizadores, terminando todo con un descendiente motif en 7/8 que abre vía al arribo de ‘Incantations’, un parsimonioso ejercicio de fusión alimentado por matices cósmicos (y momentáneamente interrumpido por un ensamble de percusiones de carnaval brasileño). Así las cosas, ‘Dancing Now’ regresa al camino del jazz-fusion con un enfoque más sensual que el que operó en la segunda canción del disco; la gracilidad es la misma, pero ahora se apoya sobre cadencias más comedidas, las cuales sirven para realzar eficazmente los aires coquetos que laten tanto en el esquema musical como en las líneas cantadas. Lo que opera aquí es una versión jazz-progresiva del paradigma de GINO VANELLI con algunos aires a lo RETURN TO FOREVER que emergen tanto en ocasionales ornamentos de sintetizador como en un breve interludio que surge antes de la última mudanza. El esplendor emocional de esta canción se extiende y transforma en una serie de vibraciones introspectivas y emotivas cuando emerge ‘Impressions (The Dream)’, un apabullantemente hermoso solo de piano donde MORAZ combina la frondosidad refinada del romanticismo y el talante contemplativo del impresionismo, más algunos retazos de jazz contemporáneo al modo de un Keith Jarrett. El piano está solitario, pero para nada confinado en un rincón apartado del mundo, no, sus diversos índices temáticos que se explayan por un espacio poco menor de 3 minutos ostentan una genuina fuerza de carácter. Las últimas notas fluyen naturalmente hacia la balada ‘Like A Child In Disguise’, una pieza musical bastante gentil que, en cierta medida, resuena como algo afín a las baladas de los discos solistas de Rick Wakeman. Es natural que su expresividad esté emparentada con la de ‘Best Years Of Our Lives’, pero aquí hay una espiritualidad más dramática. 


La plenitud conclusiva del álbum está perfectamente planteada en la dupla de ‘Rise And Fall’ y ‘Symphony In The Space’, dos viajes instrumentales que, pese a ser muy disímiles entre sí, crean una ilación coherente en sí misma y con la contundencia necesaria para terminar la narrativa de álbum con inapelable imponencia. ‘Rise And Fall’ es una apoteosis progresiva en sí misma: sintetiza nuevas ideas musicales con las versiones remodeladas de otras originarias de algunas piezas precedentes, todo ello mientras regresan a la palestra los consabidos ensambles percusivos brasileños. Su sección prologar es ceremoniosa y apunta hacia un clímax solipsista y sutilmente tenebroso, pero pronto entran a tallar recursos multicoloridos que se apoyan en el hermanamiento de sinfonismo y jazz-rock. Si bien todo comienza sobre un medio tiempo, poco antes de llegar a la frontera del tercer minuto y cuarto, el groove y la espiritualidad se intensifican hasta llevarnos de regreso hacia el aire festivo que predominó en la algarabía expandida de los cuatro últimos temas del álbum. Eso sí, ahora se nota que hay dosis amplificadas de neurosis y tensión: aquélla sirve para capitalizar la extroversión reinante, éste sirve para apuntalar el potencial dramático que operaba desde las instancias iniciales. En cuanto a ‘Symphony In The Space’, su misión es la de brindar un epílogo ensoñador y metafísico al álbum. Para ello, utiliza climas cósmicos (dando prioridad a los mellotrones y al Orchestron) que se sitúan a medio camino entre los paradigmas de VANGELIS y TANGERINE DREAM; eso sí, que conste que no se trata de una incursión en la electrónica abstracta, sino en un sinfonismo de ambiciones surrealistas. La reedición de este disco contiene dos bonus tracks‘Cachaça Variations’ y ‘Cachaça’s Children’s Voices’. El primero de ellos consiste en un jam fusionesco que juega bastante libremente con el swing y el motif central de la Cachaça que conocemos, siendo los instrumentos partícipes el piano, la batería, el bajo y los tam-tams. Aunque hay un aire casual y exploratorio en lo que hace el ensamble en este momento, su afiatamiento opera de manera muy compacta. En cuanto al segundo, es una entrañable muestra de los ensayos iniciales del cántico celebratorio infantil de la Cachaça con un MORAZ que dirige a los niños cantores con iguales dosis de paciencia y buen humor: se le oye tocando el motif con la marimba y después de eso, pasar la pista grabada para que los niños se aprendan la melodía recurrente. El espíritu lúdico está a flor de piel y el oyente empático puede empatizar fácilmente con las risotadas que van surgiendo espontáneamente en un espacio de labor musical que más parece una tarea de artes expresivas realizada en un patio de recreo. 


Todo esto fue lo que nos ofreció PATRICK MORAZ con su opera prima “The Story Of I”, una obra fastuosa, pomposamente caleidoscópica, dignamente circunscrita a la diversidad de contrastes y magníficas expansiones sonoras que se van articulando a lo largo de su versátil continuum. Ya confesamos más arriba que MORAZ es nuestro teclista favorito de toda la historia de YES, y ahora también confesamos que éste es nuestro disco solista favorito de todos los integrantes de YES (si es que consideramos a los discos de BRUFORD como obras grupales y no solistas de Bill Bruford). La realización de este álbum dejó huellas concretas en la evolución de MORAZ como músico y compositor, pues su interés en la fusión de raíces cariocas persistió en sus dos siguientes álbumes, “Out In the Sun” y “Patrick Moraz III” (de los años 1977 y 1978, respectivamente). Escuchando “The Story Of I” a lo largo de los años y redescubriéndolo a partir de la reedición publicada por Esoteric Recordings, nos complace enormemente ir descubriendo matices y ornamentos que quedaron un poco desapercibidos en escuchas anteriores. Se trata, a fin de cuentas, de un clásico del género progresivo de aquella vieja e inolvidable década de los 70s.


Muestras de “The Story Of I” y algo más.-


* El ensamble de percusionistas cariocas está liderado por Gilson de Freitas. Los demás integrantes son Paulinho Braga, Hermes, Chico Batera, Gordinho, Claudio, Bezerra, Doutor, Nenem, Jorginho, Wilson, Gerado Sabino, Risadinha, Jorge Garcia, Marcal, Luna y Elizeu. Entre todos se encargan de los tambores de mano, los surdos, los cascabeles, el repique, el agogó, la cuica, etc.
 
** La sección cantada inglesa se titula ‘Another Dog’ (Hear the joker, / Now his times run dry / And another dog has hit the dust.). La sección cantada francesa, por su parte, se titula ‘Reflection’ (Moi je sois la voix de l’eau de la / Bulle irisée de l’univers.).
 
*** La breve parte cantada de ‘Indoors’ recibe el título autónomo de ‘Confusion – Noisufnoc’. En cuanto a su estructura musical, 
‘Indoors’ consta de las secciones ‘Interactions’ e ‘Imps Dance’.