Hoy tenemos la privilegiada ocasión de hablar del ensamble hispano-venezolano KOTEBEL y su nueva obra magna titulada “Concerto For Piano And Electric Ensemble”. Post-producido y editado durante los últimos meses de 2011 pero recién lanzado al público a inicios de 2012, este disco prosigue por la senda de expansión melódica y riqueza cromática desarrollada a través de la genial tríada de “Fragments Of Light”, “Omphalos” y “Ouroboros”, a la vez que explora nuevos matices y recursos de boato musical; es decir, encontramos en “Concerto For Piano And Electric Ensemble” tanto una conexión con un sello reconocible dentro del rock sinfónico del nuevo milenio como una vía hacia nuevos senderos sonoros. Esta compleja obra fue grabada a partir de tomas en vivo en los Estudios Infinity de Madrid, en los días 17 y 18 de setiembre de 2011. Exige toda una disciplina mental y toda una intuición emocional el tener en la mente, con total claridad y distinción, todas las ideas melódicas, atmósferas y esquemas rítmicos de composiciones tan prolijas y sofisticadas como éstas: pero tal como se muestra en el fáctum de este álbum, no es imposible. Hay que tener en cuenta que el ‘Concerto’ del título no es el único concepto musical del disco; también hay otro titulado ‘The Flight Of The Hippogriff’, además de un tema que se cuela en medio de las dos partes de este segundo concepto, y un bonus track registrado en noviembre de 2009. Al igual que en “Ouroboros”, la formación de la banda es como quinteto instrumental: Carlos Franco Vivas (batería y percusión), César García Forero (guitarras eléctricas, acústica y española), Jaime Pascual Summers (bajo), Adriana Nathalie Plaza Engelke (piano de cola) y Carlos Plaza Vega (teclados electrónicos).
El ‘Concerto’ del título ocupa los primeros 43 minutos del álbum en una secuencia de cuatro partes. El ‘Adagio Maestoso’ pone en funcionamiento las cosas comenzando con una ceremoniosa serie de capas de sintetizador desde donde emerge, tras un tentativo “preludio dentro del preludio”, un excitante cuerpo en 7/8 en el que el grupo desarrolla una arquitectura ágil y rica en matices. A continuación, la pieza vira hacia un pasaje lento que porta una alucinante magia evocativa: en algún momento, la dupla rítmica se focaliza en un swing de orientación jazzera, lo cual aporta una interesante variante en este pasaje particular. Poco antes de pasar la barrera del sexto minuto y medio, el grupo se dispone a regresar a la aureola expansiva, esta vez alimentada con ciertos aires fusionescos: transitando por momentos extrovertidos y otros introvertidos, hilando aventuras a través de pasajes de tendencia disonante y otros más líricos, la banda se da bastante maña para completar el cuadro sonoro del ‘Adagio’ con una exhibición de esplendor progresivo en su más pura expresión esencial. El tono sereno que adopta el ensamble en el pasaje final se siente como el sobrio aterrizaje que concluye un vuelo intenso y multicolor. La siguiente sección del ‘Concerto’, ‘Lento Cantabile’, se concentra inicialmente en un aura reflexiva, basada principalmente en las interacciones cristalinas entre piano y guitarra acústica más la adición de delicadas texturas de sintetizador. Pero a medida que avanza la sección, el temple se fortalece y la fuerza expresiva del colorido patente de la composición sale a relucir con un dinamismo exquisito, tremendamente exquisito, tal vez emparentado con los legados de HAPPY THE MAN y del KEITH EMERSON más introvertido. La coda redondea la faena con una retoma de los parajes introspectivos iniciales. ‘Vivo Scherzando’, la tercera sección, se explaya en atmósferas extrovertidas desde el punto de arranque, siendo así que los desarrollos atonales de los teclados y el tenso lirismo de la guitarra eléctrica aportan una dinámica inquieta, la cual ostenta su espiritualidad arrolladora sin que el grupo pierda una molécula de su sentido de la elegancia. Esto parece chamber-rock Univers-Zeriense “retorcido” hasta volverse sinfónico (en paralelo con lo que actualmente hacen bandas como SKE), y contaminado con razonables cuotas de ornamentos fusionecos en algunos puntos. El calmado interludio de piano deriva la pieza hacia una renovadora dimensión reflexiva, lo cual permite a la banda íntegra sopesar la creación de un ceremonioso clímax que incluye un reprise del primer motivo central. La cuarta y última sección, ‘Allegro Moderato’, es la más larga, con sus casi 14 minutos y medio de duración. Su función es la de redondear el concepto del ‘Concerto’ con una elaboración urgente de la elegancia explosiva que KOTEBEL convierte en su “marca registrada” dentro del lenguaje progresivo. En efecto, varias de las secciones más extrovertidas son las que contienen las mayores dosis de punche rockero, mas también hay otros momentos introspectivos que retrotraen nuestras mentes hacia atmósferas antes encontradas en el ‘Lento Cantabile’. El clímax cerca del final también merece una mención notable, pues nos impulsa a seguir estimulando la imaginación desde nuestra posición de oyentes una vez que advertimos que todavía falta que se desarrolle un pasaje lento para que llegue la verdadera conclusión.
‘The Flight Of The Hipogriff’ es un concepto que llega en dos partes. La idea integral es lúcidamente compleja a través de una consistente articulación. La primera de estas dos partes refleja una estilizada combinación de arquitecturas Gentle-Giantianas, retazos aguerridamente sombríos de corte chamber-rock y densas atmósferas jazz-rockeras. Los torturados fraseos de la guitarra son manejados con infinita elegancia mientras los teclados completan un minucioso cuadro de orquestaciones bizarras. La segunda parte adopta una actitud más contenida, siendo así que el factor jazzero que entra a tallar como faceta dominante en su cuerpo central permite que se instale una calidez absorbente y cautivante en el bloque sonoro grupal. En medio de estas dos partes de ‘The Flight Of The Hipogriff’ se sitúa ‘Dance Of Shiva’, una pieza que porta varias confluencias con las propuestas de RIO modernizado ofrecidas por YUGEN y SKE: desarrollos armónicos inauditos, momentos cargados de inquietante misterio, parajes percusivos de orientación fusionesca, todo esto y más encontramos en esta magnífica composición. El disco se termina con el bonus track ‘The Infant’ que mencionamos en el primer párrafo: el tema ejemplifica esa multidimensionalidad que KOTEBEL domina con tanta solvencia a la hora de renovar la tradición sinfónica, insertando cadencias jazz-rockeras y matices vanguardistas al meticulosamente calculado desarrollo melódico de turno. La presencia del saxo a cargo del invitado Fran Mangas ayuda a realzar las texturas y adornos del sintetizador. Por alguna razón, el esquema sonoro general de esta pieza nos remite al encuadre global del álbum “Omphalos”.
No acaba con el disco la experiencia de “Concerto For Piano And Electric Ensemble” en sí, sino que también viene acompañado de un DVD donde aparece el quinteto en pleno ejecutando la suite dentro del entorno controlado de un estudio: es una delicia ver a la banda en acción, dando muestras en sus rostros y lenguajes corporales de la vivacidad y concentración mental ejercidas por cada miembro del grupo.
Concluyendo, “Concerto For Piano And Electric Ensemble” es una resplandeciente joya musical de primerísimo nivel, rebosante de imponentes niveles de inspiración y vigor. KOTEBEL confirma por enésima vez su enorme valía dentro del mundillo progresivo persistente en el nuevo milenio, tanto a nivel español como mundial. ¿Evaluación final para esta nueva obra maestra de KOTEBEL? Matrícula de honor, y como tal es recomendada, ¡¡recomendadísima!!, como ítem progresivo en cualquier buena colección.
Muestras de “Concerto For Piano And Electric Ensemble”.-
Vivo Scherzando [Sección III del Concerto For Piano And Electric Ensemble]: http://www.youtube.com/watch?v=YCYEyC1nw3c
The Flight Of The Hippogriff (Part II): http://www.youtube.com/watch?v=fl4bPa48h4s