Friday, May 29, 2020

WESERBERGLAND: radicales exploraciones sónicas desde el fin del mundo


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el agrado de presentar el nuevo disco de WESERBERGLAND, el cual responde al título de 
“Am Ende Der Welt”Este ensamble que comenzó como dúo conformado por el noruego Ketil Vestrum Einarsen [sintetizador computarizado] y el sueco Mattias Olsson [efectos de sonido] ahora se amplía a quinteto con las inclusiones de los noruegos Gaute Storsve [guitarra preparada] y Jan Terje Augestad [piano preparado], y la rusa Maria Grigoryeva [cuerdas].  En esta alineación, Olsson responde al seudónimo de Molesome, con el cual ha publicado algunos discos de música experimental. Como ya sabemos, ambos músicos son afamados por sus respectivos pasos por diversos grupos y proyectos de vanguardia rockera dentro de la escena rockera, además de haber coincidido en KAUKASUS y GALASPHERE 347. Publicado por el sello Apollon Records en la segunda mitad del pasado mes de abril, tanto en CD como en vinilo, “Am Ende Der Welt” está concebido como una suite continua de más de 42 minutos y medio de duración, pero para efectos de acomodamiento a la edición en vinilo y a la venta digital a través del blog de Bandcamp del grupo, se ha dividido dicha suite en dos partes, una de poco más de 24 ¼ minutos de duración, y otra de poco más de 18 ¼ minutos. Dos partes que reciben los nombres oficiales (y muy convencionales) de Side A y Side B. Este proyecto, como bien recordamos, nació como una entidad propulsora de un krautrock melódico allá por la primera mitad del año 2017, pero ahora ha replanteado su norte estético amalgamando una combinación de krautrock, psicodelia de formas libres, cámara vanguardista, avant-jazz de talante futurista y teoría electro-acústica, añadiéndose a todo ello recursos deconstructivos propios de la faceta más aguerrida del así llamado rock-in-opposition. Además, Einarsen y Olsson ya se rehúsan a utilizar instrumentos que dominan: tal como hemos visto en los créditos de más arriba, el primero no toca un solo instrumento de viento y el segundo no emplea la batería en ningún pasaje del disco. En cuanto a los aspectos técnicos de esta obra, resulta que la suite es de autoría exclusiva de Vestrum Einarsen, la labor de masterización fue realizada por Jacob Holm-Lupo (el mismo de WHITE WILLOW), la fotografía de la portada es de Per-Einar Einarsen y su diseño final es de Henning Lindahl. Preparémonos ahora para revisar la incendiaria y radical aventura que “Am Ende Der Welt” encarna como gesta musical.

Bueno, comenzamos con el Lado A de la suite. Con lo primero que nos topamos es con una evocadora confluencia de etéreas atmósferas engalanadas principalmente por las cuerdas, las cuales se benefician de los aportes sutiles de la guitarra y el piano. En un inicio, la irrupción del sintetizador y del ritmo compás computarizado se siente convergente con el ambiente ensoñador que poco a poco se va haciendo cada vez más nebuloso, pero cuando los mencionados recursos empiezan a poner garra al asunto, nos encontramos con un vitalista ejercicio de confluencias entre el krautrock a lo CLUSTER (dos primeros álbumes) y vanguardia electro-acústica. Es aquí donde la densidad hacia la que se enfilaba la tríada de violín, guitarra y piano recibe un empuje de abstractas tensiones: algo efectivamente desafiante y, a su manera, desgarrador. A partir de la frontera del séptimo minuto y medio, las cosas se van calmando gradualmente para volver parcialmente al aura evocadora inicial, lo cual permite que antes de llegar al punto del décimo minuto, emerja naturalmente un flotante paisaje sonoro de raigambre otoñal donde las parcas notas del piano y las atmosféricas capas de sintetizador brindan una motivación para la calma contemplativa. Lo siguiente es la irrupción de una tirantez abstracta que se sustenta sobre la base más rabiosa de lo dadaísta, una tormenta metafísica donde los instrumentos se retuercen bajo el mandato de los delirios más torturados del espíritu humano. Este pasaje de furia es lo suficientemente duradero como para gestar una inquietud innombrable en el mundo interior del oyente atento. Cuando en un momento la instrumentación detiene su persistente fulgor infernal, todavía prosigue el groove deconstructivo que estaba operando en el transfondo: esta vez, la furia es reemplazada por lo desequilibrante, no es ahora la luminosidad aquello a lo que desafía el grupo sino a la pretensión de unificación de todas las dimensiones del espíritu humano. Esta expansión de la dimensión más turbulenta del free-form posmoderno poco a poco se va diluyendo mientras la tríada de violín, piano y guitarra regresa al motif inicial y los recursos cibernéticos se enfilan a su propio fade-out particular. Aunque la calma no ha vuelto del todo pues todavía se notan los ecos del bélico desgarro que marcó crucialmente a la sección precedente, se advierte que esta primera parte de la suite ha culminado con el cierre perfecto de un círculo musical.

En cuando al Lado B, tras un muy breve epílogo razonablemente sereno, elabora un nuevo ejercicio de tensiones en el encuadre dual de la vertiente de las capas de violín y guitarra frente a la vertiente de los teclados y el inescrutable swing computarizado, pero esta vez el fragor incendiario no apunta hacia una arrolladora inquietud abstracta sino a una sensación de estar perdidos en medio de algo lúgubre que esconde a medias un peligro siniestro, un peligro que da vueltas y más vueltas a una dinámica de acoso perturbador contra nuestra psique en vez de imponerse sueltamente para destruirla. El oyente atento no siente el ruido de los tambores de guerra sino el suelo incierto de un lugar oscuro cuyas fuerzas animistas nos amenazan continuamente con secuestrarnos y llevarnos a una suerte de Limbo. Tenemos aquí una encrucijada entre los TANGERINE DREAM del primer disco, los HENRY COW del tercero y la conversión del post-rock hacia nuevos territorios de neurosis expansiva. Poco antes de llegar a la frontera del minuto 14, las cosas se van atenuando un poco para resolverse dentro de un nuevo enfoque de lo misterioso, esta vez con una parsimonia solemne que, a fin de cuentas, todavía recibe los ecos de la ardiente oscuridad lúgubre. Ya en una última instancia, el sintetizador émulo de una alocada flauta, los retazos surrealistas de violín y las lacónicas líneas de la guitarra preparada exhiben el epílogo oníricamente calmado que signa el momento en que la otrora reinante amenaza se disuelve bajo la tierra de una estepa de reposo. Como si nada, todo vuelve a la normalidad: he aquí el truco de los momentos finales, que la música se detiene para dejar que el oyente dibuje en su mente su propio paisaje simbólico de la paz mental que viene tras la superación de una ordalía infernal. Más que un disco en el sentido habitual de la palabra, “Am Ende Der Welt” es una incendiaria e insolente gesta musical cuya misión estética es la de llevar a nuestras mentes y espíritus hacia los límites del mundo que damos por sentado, a fin de motivar nuevos enfoques para nuestros conceptos vivenciales y nuestras pulsaciones viscerales.


Muestra de “Am Ende Der Welt”.-

Tuesday, May 26, 2020

Libro #11 en la mitología space-rock-progresiva de los gigantes rusos VESPERO



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la dicha de presentar el nuevo trabajo de VESPERO, una de las bandas monarcas de la vanguardia rusa desde hace muchos años. El título de este disco nuevo es “The Seven Zoas” y tiene como fecha oficial de publicación el próximo 5 de junio, pero nos adelantamos a los hechos en la presente reseña. Se trata de su trabajo de estudio #11 y es el sello independiente alemán Tonzonen Records el encargado de publicarlo. Desde el año 2006, cuando se publicó el disco debut de la banda “Kraby Na Beregu”, hasta la fecha, han sucedido muchas cosas en el cosmos musical de VESPERO, sobre todo en la evolución y la reafirmación continua de su voz musical, pero también con la emergencia de grupos paralelos y grabaciones asociadas. Así, hace pocos meses que el grupo y el maestro vanguardista ÁNGEL ONTALVA nos sorprendieron gratamente con un hermoso segundo disco titulado “Sada”. Pues bien, ahora el ensamble ruso vuelve a la senda propia con la alineación de Ivan Fedotov [batería y percusión electrónica], Arkady Fedotov [bajo, sintetizador, flauta dulce y efectos de sonido], Alexander Kuzoviev [guitarras], Alexey Klabukov [teclados, sintetizadores, trompeta y flautín de émbolo] y Vitaly Borodin [violín]. El grupo ha contado con las colaboraciones ocasionales de Ilya Lipkin (un solo de guitarra en el último tema del disco) y el trío de cuerdas de la violinista Evelina Butenko, la cellista Alexandra Starkova y la violista Anna Anshakova (en el cuarto tema). Todo el material contenido en “The Four Zoas” tiene la autoría acreditada colectivamente al grupo. El disco fue grabado a lo largo de una serie de sesiones que tuvieron lugar entre los años 2017 y 2019 en el C300 Studio de Kamyzyak y el VMS Studio de Astrakhan. El proceso de mezcla estuvo a cargo del guitarrista Kuzovlev. Como los conocedores de la obra de WILLIAM BLAKE sospecharán, el título del disco se remite a uno de sus libros proféticos, Vala o Los Cuatro Zoas, que él dejó incompleto (como muchos otros). Bueno, pasemos ahora al repaso de los detalles estrictamente musicales del disco.


El disco comienza con ‘Urizen’, extensa pieza de 11 ¾ minutos que se hace buen cargo de enrumbar el inicio de este viaje. Su sección prologar es envolvente y neblinoso con un talante cibernético que se siente casi krautrockero, aunque también está el bajo allí haciendo algunas suaves florituras de tinte jazzero. Poco a poco, la atmósfera se va haciendo más luminosa mientras el grupo preserva la pulcra ceremoniosidad que sigue siendo prevalente. Para el momento del lucimiento del solo de violín – poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto – el grupo intensifica drásticamente el groove sobre un compás inusual, un momento crucial para abrir la puerta a otro motivo ágil que establece un empuje a lo chill-out para el esquema grupal dentro del nuevo encuadre space-rockero. La amalgama del solo de guitarra con los teclados y el violín gesta un núcleo melódico de claro talante exótico, lo cual no tarda mucho en tornarse hacia un ejercicio de vitalismo rockero rebosante de esplendorosa distinción. Aunque esta sección no dura mucho, tiene una magia que perdura en la mente del oyente mientras el grupo hace un reprise del flotante prólogo para el final. El segundo tema es ‘Tharmas’, el cual adelantamos que nos parece como uno de los momentos decisivamente climáticos del álbum. El grupo se centra en crear atmósferas y grooves de corte jazz-progresivo en medio de la refinada excursión psicodélica diseñada para la ocasión. A poco de llegar a la frontera del segundo minuto, las cosas se vigorizan un poco más mientras la guitarra nos brinda uno de sus mejores solos del álbum. La batería tiene que aumentar su punche para mantener este momentum bien focalizado, y mientras tanto, los sintetizadores gestan unos sugerentes ornamentos cósmicos. En la siguiente instancia, el grupo suaviza el ambiente por un rato con miras a sembrar el terreno para la emergencia de una nueva sección de exuberancias jazz-progresivas bajo un ropaje psicodélico. El pasaje final está guiado por el sutil solo de sintetizador que indica un camino de grácil lirismo. He aquí la confluencia perfecta entre los OZRIC TENTACLES de inicios de los 90s y el paradigma clásico de STEVE HILLAGE con el sabor propio de los VESPERO. ¡Qué gran tema!

Con la subsiguiente dupla de ‘Beulah’ y ‘Luvah’, el personal de VESPERO se dispone a desarrollar nuevas estrategias sonoras dentro de su bien rectamente pulida estructura estilística. ‘Beulah’ ostenta un aura cálida y grácil mientras desarrolla su cuerpo central sobre un compás complejo. Los delicados oleajes de guitarra y violín que se arman desde el punto de partida sirven de asiento para la trama musical a ser desarrollada con impoluto pulso. Ya más adelante, la gracilidad se va para abrir paso a una razonable dosis de vigor, un factor ideal para que la guitarra salga al frente dentro del bloque general. Un interludio acústico emerge súbitamente para darle un cariz telúrico al asunto antes de que el grupo regrese a la atmósfera de la primera sección para cerrar el círculo de la pieza. Sin igualar la majestuosidad de ‘Tharmas’, esta pieza recoge obedientemente su elegancia sónica. Por su parte, ‘Luvah’ se orienta hacia un terreno un poco más muscular, aunque contando con suficientes recursos como para mantener ciertas vibraciones etéreas durante el jam que opera como núcleo temático (mayormente en 5/4). El swing es convincente y ágil sin ser realmente intrépido, lo cual hace que la extroversión reinante se deje arropar con total naturalidad por un lirismo ensoñador. ‘Urthona’ se caracteriza por ostentar un abierto incremento de la densidad rockera: la banda parece dispuesta a hacer un viaje turístico a los territorios de GÖSTA BERLINGS SAGA, HYPNOS 69 y CAUSA SUI. Tras un prólogo marcado por una espiritualidad ceremoniosa con un tenor electrónico, se arma un cuerpo central signado por una ambientación rotundamente incendiaria. Los fuelles y motores de la maquinaria grupal están a todo dar cuando la batería arma un compás frenético y lo ornamenta con arreos contundentes. En algún momento emerge el solo de sintetizador más llamativo del álbum, pero siempre están allí, en el trasfondo, esas capas mellotrónicas prestas a completar el cuadro sonoro. Otra pieza bastante destacada dentro de un álbum que hasta ahora no muestra ni una partícula de fisura o brecha. Cuando llega el turno de ‘LOS’, el grupo asume la estrategia de fusionar las herencias de ‘Tharmas’ y ‘Luvah’, o sea, regresando al patrón jazz-progresivo mientras acomete una nueva exploración de las facetas más sutiles del discurso prog-psicodélico. Como siempre, los duetos de guitarra y violín se adueñan de un carisma muy especial. También se destacan los pasajes serenos que ocupan buena parte de la segunda mitad de la pieza, los mismos que realzan el encanto fusionesco de la composición.

Cierra el repertorio ‘The Emanation Of The Giant Albion’, maratónica pieza de 21 minutos de duración. Su primera sección se organiza en clave de OZRIC TENTACLES (space-rock con aires de reggae), para luego dar paso a una estrategia más robusta donde el grupo hace valer su vigor expresivo, la misma que en ocasiones parecen coquetear con el estándar del stoner. El frenesí reinante alterna pasajes donde late un swing visceral con otros donde la ingeniería rítmica es más compleja. Las guitarras se sueltan como nunca en ciertos pasajes, mientras que el violín y el sintetizador (cada uno en su lugar) elaboran solos más propiamente preciosistas cada vez que pueden abrirse espacio para ello. Alrededor de la frontera del minuto 15, el esquema sonoro gesta un puente etéreo para enraizar allí un nuevo jam space-rockero de tintes reggae. Aunque esta vez se nota que hay un mayor despliegue de nervio que en la primera ocasión, se nota que el ensamble quiere terminar el tema y el álbum con un enfoque reflexivo y plácido. En fin, todo esto fue “The Four Zoas”, un álbum que confirma por enésima vez el sitial merecidamente privilegiado que tiene VESPERO dentro del gran escenario progresivo mundial, y cómo no, su lugar como entidad señera del space-rock europeo. Bien podemos describir a los Sres. Kuzoviev, Klabukov, Borodin y los dos Sres. Fedotov como infatigables genios que han sabido crear una entidad musical infalible. ¡¡Recomendado al 200%!!


Muestra de “The Four Zoas”.-





Saturday, May 23, 2020

Revisión de un paseo vital para el legado avant-progresivo de los RASCAL REPORTERS



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En este día se da la gratísima ocasión de volver a pasear por el mundo musical del legendario dúo estadounidense de música avant-progresiva RASCAL REPORTERS, un ensamble que aún tiene mucho por dar que hablar a pesar de que está formalmente disuelto tras el fallecimiento de Steve Gore. El grupo se hace vigente con la iniciativa del sobreviviente Steve Kretzmer con su permanente labor de desempolvamiento de material inédito, reediciones de discos con bonus tracks y compleciones de composiciones que en su momento se quedaron a medio hacer. Bueno, en estos primeros meses del año 2020, tenemos un caso de la segunda modalidad, la reedición del tercer álbum del grupo “Ridin’ On A Bummer”, con dos bonus tracks. Este disco fue originalmente publicado en el año 1984 por el sello del propio dúo Hebbardesque Records: se trataba de su primer LP porque sus dos primeros trabajos se publicaron en formato de casete. Se trató de un trabajo tremendamente crucial para el desarrollo estilístico del grupo pues fue el primero que mostró un foco bien definido para su combativa visión del rock progresivo de tendencia RIO, tras la secuencia de sus dos primeros trabajos “Freaks Obscure” y “We’re God”; además, impulsó la germinación del siguiente álbum “Happy Accidents” (1988), el mismo que signó el asentamiento decisivo del paradigma artístico del dúo. Gore falleció en marzo del año 2009, un año después de la publicación del séptimo disco del grupo “The Mind Boggles”, considerado por muchos como una de sus obras maestras. Pero volvamos a “Ridin’ On A Bummer”: repetimos que su apreciación es necesaria para entender cuándo empezó a florecer el extravagante vitalismo que los RASCAL REPORTERS convirtieron en voz propia dentro del rock progresivo de vanguardia radical. Ya hubo una reedición de vigésimo aniversario en el año 2005 de este disco, con 8 bonus tracks, una cantidad enorme. Pero la gracia de esta nueva reedición es que contiene una versión medio minuto más larga del tercer tema, y contiene a la opus ‘Psychlops’ entera, con sus 13 minutos y pico de espacio. Lo habitual era encontrar fragmentos de la misma en reediciones de sus discos en CD. James Strain se encargó de los procesos de remezcla y nueva producción de sonido, mejorando el balance de los instrumentos amalgamados para superar las cortedades técnicas en la mezcla del disco original .

   

Como siempre, los dos Steves se repartieron las labores a los teclados, la batería, las guitarras, el bajo, el clarinete, la flauta dulce, la melódica, las percusiones y el canto, además de utilizar algo de percusión concreta con un reloj y una frazada (sí, como se lee). Pero además, el dúo tuvo el privilegio de contar con las geniales colaboraciones ocasionales de parte de Fred Frith (efectos de grabación y voz), Tim Hodgkinson (saxo alto y voz), Dave Newhouse (saxo tenor y percusión), Mary Ellen Rollins (cello), Gary Schumcher (guitarra eléctrica), Rick Barenholz (voz) y Bill Andrews (voz). Sí, hemos leído bien, esta lista de colaboradores incluye a grandes personajes de HENRY COW y THE MUFFINS. Bueno, yendo al material mismo de este ítem, comenzamos con la dupla de ‘Elements’ y ‘The Hills’, que ocupa un total de poco más de 6 minutos. La primera de estas piezas se centra sesuda y maniáticamente en explorar la faceta más surrealista y vivaracha del polivalente lenguaje progresivo. A punta de sobresaltos en las incansables variantes rítmicas y los coloridos instrumentales, anuncia con toda la honestidad del mundo qué es lo que tiene el oyente frente a su mente y a sus oídos. Por su parte, el segundo de estos temas nos sorprende con su guisa de balada nostálgica que se sitúa en las cercanías de la faceta introvertida del Canterbury. La principal fuente de color melódico de esta canción proviene del clarinete. Luego sigue la maratónica pieza ‘RIO’ – una de las más esenciales dentro de toda la trayectoria fonográfica del dúo –, la misma que se extiende hasta casi 16 ½ minutos. La ilación de los motivos aquí contenidos transitan entre la blancura virginal de lo sutil y la estrambótica oscuridad de la densidad experimental, con todos los matices que uno puede hallar en medio. Deconstrucciones que hibridizan los legados de FRANK ZAPPA y THE RESIDENTS, momentos de elegante delirio al estilo de los HENRY COW de los dos últimos álbumes, gráciles colores al modo de AKSAK MABOUL, juegos pseudo-carabeteros a lo SLAPP HAPPY y minimalistas exploraciones modernistas que nos remiten a FAUST y CLUSTER: todo esto se sazona convenientemente con efectos de lluvia, maquinarias operativas y vocalizaciones dadaístas. Curiosamente, el dúo se las apaña muy bien para hacer que todo esto no resulte extremadamente chocante al emplear grooves razonablemente serenos de tenor avant-jazzero para sustentar los diversos bloques sonoros que se van hilando a lo largo del camino. Lo que se gesta entre poco después de cruzar la frontera del séptimo minuto y antes de llegar a la del décimo minuto merece una mención especial: una intrigante y bella sonata de piano de matices impresionistas seguida de un motivo grupal muy saltarín donde se combinan lo grisáceo y lo fulguroso. ‘RIO’, con su propia manera de homenajear y parodiar en simultáneo al mal bautizado género rock-in-opposition, concreta una de sus manifestaciones más fabulosas en toda su historia. Gracias eternas a los Sres. Gore y Kezmer por esto... ¡pero todavía queda más! 

La miniatura ‘Mike Newfield’ exhibe una marcha celebratoria propia de un carnaval de marionetas, todo ello en base a órgano, sintetizador, melódica, arreglo coral y tambores marciales. Continuando por el tinte más jazzero dentro de la senda de múltiples extravagancias lúdicas que trazó la inverosímil ingeniería musical de ‘RIO’, los temas ‘Barrensphere’ y ‘Barrensphere Revisited’ – #5 y #8, respectivamente – exhiben sendos ejercicios de bizarra inteligencia vanguardista. ‘Barrensphere’ comienza con una cantata serena para luego abrir paso a un cuerpo central donde confluyen los paradigmas de THE MUFFINS y los SOFT MACHINE de la etapa 72-74. Mientras la dupla rítmica plantea una desafiante base para las sobriamente densas armonías de los teclados, el saxofón se suelta con un vigor elegante que hace que sus florituras disonantes se arropen bajo la más fina seda musical. ‘Barrensphere Revisited’, por su parte, baja un poco la nota de tensión para recurrir a elementos de lirismo flotante en sus pasajes iniciales. Más adelante, las cosas viran hacia una agilidad modernista que nos devuelven al cosmos de AKSAK MABOUL mientras incorpora también factores de ART BEARS. Definitivamente, el elemento RIO vuelve de lleno pero con la mirada fija en la vanguardia jazzera, enfrascada en sus propias inquietudes abstractas y absorbida por recursos cibernéticos. Para la sección final, el delirio cerebral Zappiano se impone mientras el extravagante swing de turno arma un nuevo esquema de trabajo más reconocible. En medio de estos dos temas se sitúan ‘Without Passion Or Peace’ y ‘Bones Chorale’. Dentro del patrón estético de los RASCAL REPORTERS, ‘Without Passion Or Peace’ resulta ser una de las piezas más bellas de todo su repertorio histórico, aunque nos pueda chocar al principio el alucinado frenesí de su sección prologar. Sin embargo, una vez que se apacigua esta tormenta de intrincados e inescrutables diabluras, se arma una ilación de refinados motivos marcados por la guía ya del órgano, ya del piano. Los aportes de la primera guitarra (muy distorsionada) y el sintetizador completan los cautivadores meandros de los desarrollos temáticos. Durando poco menos de 2 minutos, ‘Bones Chorale’ condensa con suma agilidad las estratagemas más pícaras del siempre desafiante ideario estético del grupo.


  

Tal como dijimos en el párrafo introductorio, la opus ‘Psychlops’ instala un momento cumbre muy significativo dentro del universo de los RASCAL REPORTERS. Pues bien, todo comienza con un motivo sereno de talante romántico, al modo de una balada de un musical de Broadway, pero con una instrumentación más propia del primer disco de THE MUFFINS o del segundo disco de AKSAK MABOUL. Mientras van tomando forma las variaciones sucesivas, el tenor se torna más satírico, aterrizando abruptamente en un aparatoso juego de abstracciones electrónicas a poco de pasada la frontera del quinto minuto. Éste, a su vez, es interrumpido por un breve soliloquio que abre la puerta a una bella melodía de tenor jazz fusion que aporta un necesario momento de serenidad (aunque no faltan los arreglos vocales de actitud farsesca). La última sección es una canción de estilo de jazz de vodevil con elementos añadidos de sátira Zappiana, un truco muy acorde con la ocasión. Ahora vamos a los dos 8 bonus tracks de esta reedición. ‘Paper Love’ alterna pasajes de balada pop psicodélica de los 60s con otros más movidos al estilo doo-wop donde las dulces cadencias de los cantos aportan un irresistible encanto al asunto. Los 10CC de los dos primeros álbumes hubiesen estado orgullosos de haber hecho esta canción, así como THE MOTHERS OF INVENTION en su faceta más ligera... pero se trata de algo creado por estos dos Daves. El segundo bonus track es ‘Psychlops (piano version)’, que es una versión de voz y piano de una de las primeras secciones de la suite homónima. Lo que suena nos evoca a un salón de jazz ya vacío donde el pianista se entretiene tocando una pieza de espíritu crepuscular por el simple gusto de hacerlo. Bueno, aquí termina nuestro repaso de esta excelente revisión de un paseo vital para el legado avant-progresivo de los RASCAL REPORTERS que supone la presente reedición de “Ridin’ On A Bummer”. Desde ya la consideramos como uno de los rescates fonográficos más valiosos dentro del mundo progresivo en los últimos años, y cómo no, lo consideramos como un ítem infaltable en cualquier buena fonoteca de música vanguardista de las cuatro últimas décadas. Este ítem no anula sino que complementa a la anteriormente mencionada reedición de vigésimo aniversario: incluso tuvo una portada diferente, pero nos gusta más la portada azul original. Como sea, todo lo que venga de parte de los RASCAL REPORTERS es bienvenido en cualquier colección de música progresiva abierta a las propuestas más osadas y traviesas del género. 


Muestras de “Ridin’ On A Bummer” (2020).-

Wednesday, May 20, 2020

UBI MAIOR y su nuevo catálogo de exquisitas piezas progresivas



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el enorme placer de presentar el nuevo disco del grupo italiano UBI MAIOR, el cual se titula “Bestie, Uomini E Dèi” y fue publicado el pasado 8 de mayo. El sello a cargo de dicha publicación es AMS Records, y cuenta con la organización de BTF para su distribución comercial. El colectivo de UBI MAIOR, conformado por Mario Moi [voz, violín y trompeta], Gabriele Manzini [teclados y flauta], Marcella Arganese [guitarras eléctricas y acústicas], Gianmaria Giardino [bajo] y Alessandro Di Caprio [batería], se ha lucido a lo grande con este nuevo trabajo, el cual nos parece, desde ya, una de sus obras más destacadas. Es el primer disco del grupo donde aparece Giardino, quien reemplaza a Walter Gualtiero Gorreri. Es el cuarto álbum de esta banda formada en la localidad de Milán en 1999, logrando registrar su primer trabajo de estudio “Nostos” en el año 2005. Con “Bestie, Uomini E Dèi”, se da una capitalización decisiva de su enérgica propuesta prog-sinfónica, la cual se basa principalmente en una recuperación del legado de los nombres más notables del prog pesado de primera generación de su país (ALPHATAURUS, MUSEO ROSENBACH, IL BALLETTO DI BRONZO), más algunos elementos del sinfonismo clásico (LE ORME, GENESIS), dando a todo este crisol de influencias un armazón personal. La gente de UBI MAIOR comparte nexos con sus paisanos de LA MASCHERA DI CERA, IL TEMPIO DELLE CLESSIDRE, NOTABENE, MALIBRAN y NOT A GOOD SIGN. Al fin y al cabo, no estamos hablando de un grupo novato; de hecho, la grabación de este disco sirvió para conmemorar el vigésimo aniversario de existencia de UBI MAIOR... ¿y qué mejor manera de hacerlo que poner nuevos ítems en su catálogo? La grabación de este nuevo disco comenzó en noviembre de 2019 y ya en los primeros meses de este año se completaban los procesos de producción y mastertización del mismo. No son muchos los trabajos que el grupo ha gestado en todos estos años, pero éstos siempre han obtenido bien merecidos elogios. Tal como indica el título del álbum, las piezas contenidas en él se inspiran en personajes misteriosos, figuras mitológicas y seres ultraterrenales. Bueno, ya es hora de repasar los detalles de “Bestie, Uomini E Dèi”.

 


Las cosas se ponen en marcha con la impresionante dupla de los temas ‘Nero Notte’ y ‘Misteri Di Tesaglia’. El primero de estos temas comienza con un riff en 7/8 de la guitarra, siendo así que al poco rato se une el resto del bloque instrumental para explorar recursos de fastuosidad progresiva propios de la vieja escuela. La guitarra ocupa un rol crucial a la hora de reforzar los delineamientos bien encauzados del desarrollo temático, el cual tiene como columna vertebral el flujo propio de la polenta rockera en curso. Muy impresionante punto de entrada. ‘Misteri Di Tesaglia’, por su parte, ostenta una aureola más ceremoniosa, algo muy útil para que el grupo explora los matices más dramáticos de su propuesta musical. Comenzando con un arquetipo de balada sobre un compás de vals sinfónico retorcido con quiebres inusuales, el colectivo parte de allí para focalizar un desarrollo temático barroco con un muy marcado talante evocador. A mitad de camino, las cosas se intensifican y ganan en vigor rockero mientras la guitarra gana espacios para mostrar su punche en medio del nuevo motif que entró a tallar. En la sección final, la canción vuelve al espíritu ceremonioso inicial bajo la estrategia de una balada señorial: las suntuosas capas y orquestaciones a cargo de los teclados se compenetran muy bien con la parsimonia estilizada gestada por la dupla rítmica mientras la guitarra se prodiga en trucos Hackettianos. Una canción muy hermosa cuya esencia mayestática pone el perfecto contrapunto a la agilidad persistente de la canción de apertura. Un primer cénit definitorio del disco. Las cosas mantienen la prestancia de magnificencia progresiva cuando entra a tallar el tercer tema, titulado ‘Wendigo’, a la vez que acrecientan la estrategia versátil en su enfoque compositivo. En su espacio de poco menos de 8 minutos, la banda transita desde sigilosos grooves que rozan el estándar jazz-progresivo a momentos de esplendor pomposo, pasando por parajes marcados por un contundente empuje rockero. El empleo de esquemas rítmicos inusuales y la fluidez en la sucesión de los diversos pasajes realzan el talante triunfal de la pieza. Los ornamentos de violín que entran a tallar ocasionalmente complementan muy bien a las orquestaciones de los teclados. El epílogo de piano es un excelso ejemplo de romanticismo en su faceta más incandescente 

El excelso instrumental ‘Nessie’, que dura poco más de 8 ¾ minutos, tiene la misión de instaurar el último gran momento culminante del álbum. Con su mezcla de estilizado vigor y refinamiento melódico, toda su secuencia de variantes temáticas se enmarca sólidamente en una sofisticada ingeniería que versátilmente se amolda a todos los cambios de atmósfera que tienen lugar. El grupo pasa con toda la naturalidad del mundo del más cálido lirismo a la fronda de tensiones estilizadas, no siendo tímido a la hora de exhibir su gusto por las rimbombancias manieristas, pero tampoco llegando a saturar. El ensamble enfila muy rectamente las baterías de su robusta expresividad sinfónica. Encarnando la cosecha sonora de ‘Wendigo’, esta pieza asienta el segundo cénit decisivo del álbum, sin duda. Tras el vitalista e incendiario caleidoscopio musical que tuvo lugar en ‘Nessie’, emerge ‘Fabula Sirenis’ como un recurso de exploración de la faceta más introspectiva de la banda. Esta pieza obedece al esquema de una balada sinfónica con algún interludio extrovertido que entra a tallar alrededor del último tercio para meter un elemento sorpresivo de dinamismo al desarrollo temático. Es mayormente sobre las escalas del órgano que reposa la fuerza de carácter de esta canción, la cual nos remite a un interesante híbrido entre los paradigmas de MUSEO ROSENBACH y los GENESIS de la fase 70-72. La pieza homónima dura casi 9 ¾ minutos, siendo la más larga del repertorio, y de paso, estando también a cargo de cerrarlo. Recogiendo algo de la espiritualidad reflexiva de la canción precedente para llevarla hacia un ambiente notoriamente más solemne, ‘Bestie, Uomini E Dèi’ se encuadra inicialmente dentro de un medio tiempo donde el entramado de la guitarra y los teclados desarrolla una gracilidad efectiva y llamativa, la cual pronto se torna en una grandilocuente solemnidad arropada por un esquema sonoro robusto. A poco de pasada la frontera del segundo minuto, nos topamos con uno de los solos de guitarra más rotundos del disco, y es justo a partir de aquí que se prepara el terreno para un nuevo motif donde el órgano ocupa un rol más protagónico. Poco antes de llegar a la frontera del cuarto minuto y medio, se arma un interludio pastoril de guitarra acústica y flauta, el mismo que vira las cosas hacia un aura contemplativa. Los últimos 3 ½ minutos están diseñados para armar la ingeniería de un epílogo hierático y solemne donde el grupo da un giro Floydiano a un encuadre melódico sinfónico inspirado en el paradigma de unos ALPHATAURUS. Esta vez es la trompeta la proveedora de elegantes ornamentos para las capas de teclados; por su parte, la guitarra elabora retazos flotantes y el piano preserva la cohesión armónica de este momento final.
   
Todo esto es lo que nos brindó el personal de la magnífica banda UBI MAIOR con “Bestie, Uomini E Dèi”, un disco que parece destinado a erigirse como uno de los más notables ítems de prog sinfónico del presente año 2020. Ya se hacían extrañar estos grandes músicos pero al fin tenemos un nuevo disco de ellos para nuestras colecciones. Recomendado al 100%.


Muestras de “Bestie, Uomini E Dèi”.-

Sunday, May 17, 2020

QUEL CHE DISSE IL TUONO: un nuevo juego de espejos progresivos



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el disco debut de la banda italiana QUEL CHE DISSE IL TUONO, fundada durante los primeros meses del año 2018 por la guitarrista Francesca Zanetta tras el cisma que se produjo entre ella y el resto de la aún activa banda UNREAL CITY. Ahora, con esta nueva misión musical que Zanetta y sus nuevos compinches se han trazado dentro de la escena progresiva italiana actual, QUEL CHE DISSE IL TUONO ya tiene su disco “Il Velo Dei Riflessi” como una realidad concreta desde el pasado 20 de marzo, habiendo sido publicado por el sello AMS Records. La línea de trabajo aquí plasmada es retro-progresiva con un énfasis en la faceta más aguerrida de la tradición italiana (MUSEO ROSENBACH, ALPHATAURUS, IL BALLETTO DI BRONZO), lo cual supone, a su vez, establecer algunos aires de familia con IL BACIO DELLA MEDUSA, IL TEMPIO DELLE CLESSIDRE, LE PORTE NON APERTE, UBI MAIOR, y cómo no, UNREAL CITY. Zanetta dio inicio al grupo juntándose con Roberto “Berna” Bernasconi [bajo y primera voz] y Alessio Del Ben [batería, percusión, teclados y coros]; poco después, el ensamble se completó con el ingreso de Niccolò Gallani [piano, teclados, flauta y coros], procedente de CELLAR NOISE. Dentro de la logística grupal, Zanetta también toca algo de sintetizador. Este disco que hoy comentamos es una obra conceptual sobre la esquizofrenia emocional del ser humano, la repulsión de sus propios lados oscuros y el arduo camino a la aceptación de sí mismo: por ello, las imágenes metafóricas de espejos y reflejos son recurrentes en la secuencia de las cinco piezas que completan el repertorio del álbum. El mismo título del disco juega con esta paradoja de mostrar y ocultar el propio reflejo. Cuatro de las cinco piezas contenidas en este disco oscilan generosamente entre los 9 ¼ minutos y los 13 ¾ minutos de duración: se nota que el grupo quiere jugar a lo grande con sus esquemas musicales desde el punto de partida. Repasemos ahora los detalles de “Il Velo Dei Riflessi”.


Comenzando con el ruido de un trueno distante, ‘Il Paradigma Dello Specchio (Primo Specchio)’ abre el disco comenzando con el despliegue de una aureola ceremoniosa y lánguida, para luego abrir camino a expresiones más aguerridas y robustas, todo ello mientras se preserva cuidadosamente el lirismo dramático que signa a todas las variantes melódicas y ambientaciones que se van sucediendo dentro de una diversidad bien afiatada. En su último tercio, la actitud de la canción se vuelve enfáticamente solemne, siendo así que la atmósfera se siente grisácea e inquieta: el inteligente empleo de capas y orquestaciones sobrias de los teclados junto al armado de un grácil solo de guitarra de cierto talante Floydiano, ayuda bastante a crear una sensación introspectivas en medio de la musculatura sónica. Un buen inicio de álbum, sin duda, y que ciertamente marca a la pieza siguiente, ‘Figlio Dell’Uomo (Secondo Specchio)’, pues ésta comienza con una parsimonia efectiva e intrigante. A poco de pasada la frontera del segundo minuto y medio, las cosas viran hacia un dinamismo notoriamente más luminoso, acentuado por un más que interesante diálogo entre la guitarra y el sintetizador. Mientras las dosis de extroversión expresionista van aumentando, también lo hace el músculo rockero, el cual no abandona al bloque sonoro ni siquiera cuando vuelven a encauzarse los pasajes parsimoniosos. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto, emerge un interludio de tenor manierista cuyas sutil aureola sigilosa pronto abre campo a la expansión de otro más aguerrido. El epílogo redondea el núcleo temático con un pulso contundente, siendo predominante el rol de los teclados tanto en el solo central como en las bases armónicas. Un muy buen tema que conforma un clímax decisivo para el repertorio. ‘Chi Ti Cammina Accanto? (Terzo Specchio)’ es una balada sinfónica cuyos laterales aires bucólicos son acertadamente acentuados por las intervenciones de flauta en los momentos más suaves. La espiritualidad de esta canción es patentemente melancólica, mas se nota en los arreglos melódicos y armónicos que el grupo quiere hilar un ropaje grácil y suntuoso para aquella melancólica reinante, añadiéndole un cariz contemplativo. 


Los dos últimos temas del disco son los más extensos del mismo, y en buena medida, cargan sobre sus espaldas la mayor parte del dramatismo cálidamente expresivo en torno al cual gira el catálogo. ‘Il Bastone E Il Serpente (Quarto Specchio)’ comienza con un prólogo expansivo y vitalista donde se concreta un interesante contraste entre las estilizadas intervenciones del sintetizador solista y las recias intervenciones de la guitarra, todo ello sobre un regio groove armado por la tríada de órgano, batería y bajo. Para la emergencia de la primera parte cantada, todo se vuelve más lento y ceremonioso pero sin perder casi nada del vigor precedente. En un momento así, volvemos al territorio de la segunda pieza del disco, pero la suntuosa maraña de motivos instrumentales que se van hilando a través de diversas atmósferas que van de lo denso a lo ágil con perfecta fluidez, el grupo gesta un pico glorioso de ingenio progresivo dentro del álbum. Otros pasajes lentos ayudan a la pieza a realzar toda la versatilidad de su dramatismo melódico. El carácter señorial del último motivo impulsa un epílogo envolvente y apasionado desde el cual el grupo explora a placer las dimensiones más refinadas de su magnetismo lírico. Hemos disfrutado mucho de esta pieza pero todavía nos queda ‘Loro Sono Me (Catarsi’, la cual dura más y ostenta mayores dosis de complejidad musical. Los bloques temáticos se van sucediendo con exquisito frenesí y la opulencia de los compases inusuales utilizados para la mayor parte de ellos genera una sensación de neurótica inquietud, como si se quisiera escapar de alguna fuerza amenazante y misteriosa con el fin de llegar a un lugar de luz para que la susodicha amenaza desaparezca. Algunas secciones ostentan un aura gótica que nos recuerda a A PIEDI NUDI mientras que ciertos pasajes pesados nos remiten a enfoque más ácidos propio del prog pesado. Cuando emergen nuevas vibraciones para la instauración de la primera sección cantada, el cuerpo melódico expone una mezcla de cándida serenidad y arcanas vibraciones otoñales. La aureola etérea situada entre lo palaciego y lo pastoril, la misma que emana del bloque de mellotrones, sintetizador y clavicordio, ostenta una atmósfera introspectiva cuya calidez inherente es muy patente. Luego sigue un interludio de talante barroco, que es en realidad un puente hacia una sección ampulosa sobre un compás de 5/4 que respira una cierta tensión y, a la vez, se insinúa un fulgor casi celebratorio. La segunda sección cantada emerge sobre un swing tribal que anuncia el pronto arribo del majestuoso epílogo con el que habrá de terminar la canción. El último sonido es el mismo trueno distante que dio el impulso inicial a la primera canción del álbum; así pues, esta canción no solo brinda el clímax decisivo e idóneo para un disco marcado por un despliegue incombustible de grandilocuencia desde su punto de arranque, sino que también cierra su círculo temático con una adecuado efectismo.   

Todo esto fue “Il Velo Dei Riflessi”, un disco que reivindica a lo grande a la guitarrista y compositora Francesca Zanetta en esta nueva etapa de su carrera en el paisaje actual del rock progresivo italiano, y por supuesto, lo principal es que pone al colectivo de QUEL CHE DISSE IL TUONO en un sitio preferente dentro de la escena progresiva del presente año 2020. El grupo ha diseñado un exquisito juego de espejos marcado por una incansable ampulosidad caleidoscópica dentro de un discurso netamente prog-sinfónico. Este disco contiene suficientes dosis de vigor y densidad dramática como para no dejar indiferente a nadie: lo recomendamos totalmente. 


Muestras de “Il Velo Dei Riflessi”.-
Figlio Dell’Uomo (Secondo Specchio): https://www.youtube.com/watch?v=YvDGT4c2CRg

Friday, May 15, 2020

La anunciación de un nuevo ciclo para SPATIAL MOODS



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el gusto de presentar lo nuevo de SPATIAL MOODS, una de las bandas campeonas de la avanzada psicodélica dentro del underground peruano de los últimos diez años. El disco en cuestión se titula “Nace Un Ciclo” y fue publicado a inicios del pasado mes de abril en varias redes virtuales, incluyendo el propio blog de Bandcamp del grupo. Aunque la formación vigente de SPATIAL MOODS consiste en el trío del guitarrista Jorge Apaza Frisancho, el baterista Israel Tenor y el recién ingresado bajista, la alineación que grabó el disco que ahora reseñamos todavía era la del cuarteto de Apaza, Tenor, el guitarrista Arturo Alonso Quispe Velarde y el bajista Manuel Villavicencio Sánchez. Apaza añade aportes al sintetizador dentro de la logística grupal. O sea, tenemos aquí la segunda ocasión en que esta formación cuatripartita que generó el renacer de SPATIAL MOODS a fines del año 2016 plasma su operatividad después del disco “Cae Un Mito” (publicado en de agosto de 2019). Apaza, como líder del grupo, se hizo cargo de los procesos de mezclado y masterización de los cinco temas contenidos en este álbum. Por su parte, la alucinante arte gráfica del disco fue realizada por Emilio Carranza. Veamos ahora los detalles de cada pieza de “Nace Un Ciclo”.


‘Regenio, Recuerdo’ abre el disco instaurando un muy llamativo ejercicio de hard rock intrépido, haciendo gala de agilidad y contundencia. A mitad de camino surge un interludio donde el cuarteto vira hacia una dinámica más contenida, la misma que abarca a las dos guitarras realizando efectivos destellos en clave space-rockera mientras la dupla rítmica elabora un groove fusionesco. Al final, el grupo vuelve al despliegue de filuda agilidad del principio. A continuación viene ‘Incierta Gran Aventura’, pieza cuyo enclave sonoro se enfoca en una cruza entre stoner y psicodelia progresiva, terminando todo con un epílogo abstracto en clave cósmica. Tras la contundente instalación de edificaciones sonoras de vigor e intensidad realizada por estos dos primeros temas del álbum, llega el turno de ‘Gira-Sol’, una pieza que nos parece uno de los puntos culminantes del disco. Su fiereza absorbente instalada sobre una lenta cadencia en 3/4 ofrece un magnético despliegue de ambientaciones densas, desarrollando una hibridización de BLACK SABBATH y HAWKWIND. Más adelante, el cuarteto agiliza las cosas con una variación intrépida en su groove, el cual permite al grupo explorar las facetas más extrovertidas y asertivas del paradigma space-rockero (un poco en confluencia con los estándares de CAUSA SUI y PAPIR). Mientras este segundo jam va avanzando, la fuerza rockera reinante va asumiendo crecientes vibraciones celebratorias. Los últimos centelleos de guitarra parecen recrear los últimos instantes de un fulgor que ya está dando lo último que pueda dar. La simpática palabra ‘Miedito’ sirve como título para el tema más extenso del disco: dura 10 minutos y pico. Como es de esperar, el grupo da rienda suelta a una ilación de diversos motivos con el propósito de explotar las máximas instancias de prestancia versátil a sus patrones estéticos. La primera sección del tema alterna momentos de blues space-rockero con otros marcados por el estándar del stoner, mientras que la siguiente sección se enfila hacia una psicodelia flotante y parsimoniosa dentro de un envolvente encuadre post-metalero. A partir de aquí, se siembre el camino para el aguerrido clímax armado durante los dos últimos minutos. La verdad que los SPATIAL MOODS han buscado llegar a algo épico con este estupendo tema y lo han conseguido con refinada solvencia, no reñida con el vigor.

Durando casi 8 minutos, ‘Teresa’ cierra el repertorio con un aire misterioso y evocativo. Comienza exhibiendo una reflexiva ceremoniosidad que se sustenta sobre un groove lento, siendo así que el jam se expande a través de una atmósfera nebulosa y crepuscular. Algo así como una mezcla de MOGWAI con el modelo Floydiano de la fase 69-71. Tras un breve puente de silenciosa abstracción, el jam retorna con un acrecentado poderío rockero el cual provoca que las vibraciones crepusculares de antes sean reemplazadas por una densidad incendiaria. Tal vez tengamos aquí el solo de guitarra más impresionante del disco. Lo evocativo se torna intenso y, hasta podríamos decir, furioso. El epílogo es efectivamente tenue, al modo del reposo conclusivo que llega tras el apagamiento de las últimas llamaradas de furia. Así termina el disco, como un retrato sonoro del anochecer en un rincón abandonado del alma. Hay planes en el futuro para concretar la publicación de “Nace Un Ciclo” y del disco antecesor “Cae Un Mito” en formato de vinilo; mientras tanto, disfrutemos de sus obras fonográficas en las redes virtuales. La verdad que los SPATIAL MOODS saben muy bien cómo mantenerse en la primera línea de la vanguardia rockera dentro del underground peruano: como es costumbre, nos ha vuelto a sorprender gratamente con su nuevo disco. 


Muestras de “Nace Un Ciclo”.-
Miedito: https://spatialmoods.bandcamp.com/track/miedito

Tuesday, May 12, 2020

Nuevas formas para el fortalecimiento progresivo de GHOST TOAST



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de presentar el nuevo trabajo fonográfico de la banda húngara GHOST TOAST: se titula “Shape Without Form” y fue publicado en el tercer día de marzo por el sello británico Inverse Records. Se trata del cuarto álbum de la banda. Este cuarteto conformado por László Papp [batería], János Stefán [bajo y efectos], Bence Rózsavölgyi [guitarras] y János Pusker [cello y teclados] ha creado una obra llamativa y efectiva. Se trata de un disco conceptual sobre la idea del carácter trágico del ser humano de nuestros tiempos, llevado hacia la deshumanizacion y el vacío espiritual mientras que lo poco que le queda de genuinamente humano se utiliza como insumo dentro de la gran maquinaria industrial y política. Así, la tensión surge de parte del espíritu que quiere resistirse a la negación de sus pulsaciones humanas. El título del disco procede de una de las líneas del célebre poema de T.S. ELIOT The hollow men. En el disco que ahora reseñamos, el personal de GHOST TOAST se dedica a seguir explorando sesudamente el potencial de rotundo expresionismo que emerge de la cruza de prog-metal, ambientes de tenor post-rockero y psicodelia progresiva, con algunos empleos ocasionales de la estilización sinfónica: un camino que el grupo tiene claramente trazado para su horizonte estético desde sus inicios en la localidad de Debrecen, en el ya lejano año 2008. En cierta forma, este nuevo disco sigue cosechando la siembra de su trabajo precedente “Out Of This World”, el cual data de tres años atrás y tuvo una muy positiva recepción en las redes progresivas. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “Shape Without Form”, un disco con iguales, si no mayores méritos artísticos.


‘Frankenstein’s’ abre el repertorio con un garbo extraordinario; comenzando con un prólogo de piano y sintetizador signado por una magnificencia señorial, lo cual abre la puerta al cuerpo central, el mismo que orienta firmemente a través de una ingeniería incendiaria. Las dos columnas del sonido grupal están encarnadas en los vibrantes riffs de la guitarra y los musculares grooves de la batería. Nos hemos encontrado en terreno de CANVAS SOLARIS mientras el grupo acentuaba el nervio arquitectónico de esta estupenda pieza de entrada. Luego sigue la dupla de dos de las piezas más largas del álbum: ‘Eclipse’, que dura poco más 8 ¼ minutos, y ‘Y13’, que dura poco menos de 7 ¼ minutos. ‘Eclipse’ se focaliza en una expansión particularmente ambiciosa de la aguerrida fastuosidad metalera dentro de un encuadre sofisticado que, en ciertos pasajes, abre espacios para ornamentos etéreos. Incluso se nota que el grupo quiere explorar ciertas acentuaciones jazz-rockeras en un interludio donde los sintetizadores salen al frente con la misión de gestar un armazón psicodélico, y mientras tanto, la guitarra va poco a poco saliendo de su rol secundario para remodelar el filo anterior, y de paso, llevar a la pieza a un nivel mayor de refinamiento melódico. De hecho, en los tres últimos minutos de la pieza nos topamos con una inaudita hibridización de DREAM THEATER y RUSSIAN CIRCLES. Tremendo tema que, de hecho, encarna un punto culminante dentro del disco. ‘Y13’, por su parte, se eleva hacia un terreno más contemplativo, esta vez usando los factores de garra rockera para iluminar una atmósfera que se siente, en su mayor parte, crepuscular y reflexiva. Esta vez es el piano quien lleva la batuta en el desarrollo temático, el mismo que se enriquece con las intervenciones del cello y de sobrias orquestaciones de sintetizador. Es en este momento que la ambientación central de la pieza se intensifica notoriamente, algo que es excelsamente aportado por la dupla rítmica. Ahora hemos abandonado lo reflexivo para llegar a lo dramático, con lo que el grupo entabla aires de familia con bandas como AESTHESYS y OCEANIC, más algunos resabios añadidos al estilo de los cuatro últimos discos de PORCUPINE TREE. Hay unas partes habladas que proceden de la película de ciencia ficción Space men, del año 1960 (también llamada Assignment – Outer Space). Otro clímax incuestionable del álbum.

Hunt Of Life’, el cuarto tema del álbum, no es una composición del grupo sino una adaptación space-rockera de una canción folclórica islandesa. La voz femenina que suena es de Kelly Jenny. El bloque instrumental utiliza recursos rítmicos computarizados además de la batería real de Papp, y emplea un enfoque psicodélico sobre un groove que se enfila mayormente hacia el reggae. Se nota la influencia de los OZRIC TENTACLES en estos pasajes mayoritarios. También merece especial mención el lucimiento del bajista. De todas formas, en el último tercio, el grupo vuelve hasta cierto punto a su nervio metalero sofisticado, aunque la fuerte presencia de los sintetizadores permite que el elemento psicodélico siga pesando mucho dentro del entramado sonoro. ‘Follow’ tiene la misión de volver a todo pulmón al predominio de la fuerza prog-metalera, aunque lo hace con un enfoque tentativo y sutil que permite la construcción de pasajes flotantes, como por ejemplo, la sección inicial. De todas formas, una vez que los primeros recursos de pesadez sofisticada entran a tallar, nos damos cuenta de que éstos darán rienda suelta a su empuje esencial para movilizar el desarrollo temático de la pieza. En paralelo con lo hecho en las piezas segunda y tercera del álbum, la batería gesta una de sus labores más notables dentro del repertorio de “Shape Without Form”. El epílogo replica el tenor flotante del prólogo: una buena manera de cerrar el círculo musical de esta pieza en cuestión. ‘Before Anything Happens’ entra a tallar para crear un equilibrio mágico entre el preciosismo melódico de los sinfónico y el vitalismo ostentoso del prog-metal, estando este último sazonado con ciertas vibraciones modernistas de modalidad psicodélico-industrial. Se nota que en esta ocasión el grupo ha decidido deambular por las aristas más líricas de su posicionamiento progresivo. Tal vez se trata del ítem más colorido del disco después de ‘Y13’. 



La segunda canción más larga del disco es la misma que le da cierre: se titula ‘W.A.N.T.’ y dura poco más de 8 minutos. Para empezar, señalamos que aquí hay más diálogos cinematográficos: esta vez, de las películas 1984 y Apocalypse now. En lo relativo a lo estrictamente musical, la pieza comienza con un preludio orquestal para luego instaurar un nuevo ejemplo de pesadez sistemática e incendiaria para el cuerpo central, haciendo que todo fluya sobre una ágilmente compacta y compleja ingeniería rítmica. Mientras el desarrollo temático va avanzando, advertimos que la segunda mitad de esta pieza de cierre está diseñada para que la faceta más pesada del estilo grupal asuma una vehemencia dramática. Así, tras un breve interludio misterioso, todo vuelve a una contundente expresión de vigorosa rabia, hasta aterrizar en un epílogo muscularmente ceremonioso. Los efectos de fanfarria de clausura pueden interpretarse como un llamado a la conciencia o como testimonio del hundimiento del espíritu humano en la maquinaria reguladora del mundo. En fin, fueron poco más de tres cuartos de hora de exquisita y potente música progresiva para nuestros tiempos. La gente de GHOST TOAST se ha lucido solventemente a la hora de crear y grabar “Shape Without Form”, un disco que fortalece su presencia en el actual escenario del rock artístico europeo. 


Muestras de “Shape Without Form”.-
Before Anything Happens: https://www.youtube.com/watch?v=rSD7WycKk6s

Saturday, May 09, 2020

La primera residencia musical de FREN



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de presentar al grupo polaco FREN y su primer trabajo fonográfico titulado “Where Do You Want Ghosts To Reside”, el mismo que fue publicado el pasado 6 de marzo. Este ensamble afincado en la bella y colorida ciudad de Cracovia está conformado por Oskar Cenkier [pianos, órganos, sintetizadores y mellotrón], Michał Chalota [guitarras], Andrew Shamanov [bajos y sintetizadores] y Oleskii Fedoriv [batería]. Fundado en el año 2017, el colectivo de FREN cultiva una propuesta progresiva ecléctica que desde ya amenaza con convertirse en uno de los discos más celebrados del año dentro del presente escenario del rock artístico. Antes de publicar este primer trabajo de larga duración, FREN ya contaba con un EP en su currículum, publicado el año pasado y conteniendo dos de los temas que aquí aparecen. La autoría de todos los temas de este álbum es acreditada a todos sus integrantes. La propuesta progresiva de este cuarteto exhibe iguales dosis de garra y versatilidad, absorbiendo influencias de la tradición sinfónica, el post-rock, el prog psicodélico de talante Floydiano y el jazz-rock, incorporando ocasionales elementos de prog-metal y space-rock al entramado sonoro que el grupo sustenta con solvencia e ingenio; un entramado siempre ambicioso, siempre elegante, siempre ecléctico. La mayor parte de las atmósferas y ambientes gestados para las composiciones se orienta hacia lo contemplativo y lo melancólico, pero bueno, ya es hora de pasar a los detalles específicos del repertorio contenido en “Where Do You Want Ghosts To Reside”.


‘Twin Peaks’ abre el disco con una serie de matices grisáceos y otoñales que exudan una cierta aureola lúgubre, que no exenta de vigor expresivo. El largo prólogo signado por cinematográficas capas de múltiples teclados asienta la ambientación predominante de esta pieza inicial. Una vez instaurado el cuerpo central – poco antes de llegar a la frontera del segundo minuto y medio – el ensamble elabora un etéreo ejercicio de elegíacas atmósferas, a la medida de una traducción post-rockera del modelo Floydiano de la fase 70-75. Las afinidades con MOGWAI y GRAILS son evidentes. Tras este efectivo inicio del álbum sigue el segundo tema más largo del disco, ‘Surge’, el mismo que dura poco menos de 9 ¾ minutos. El riff de guitarra que inicia las cosas apuntala la propulsión de una ambientación rockera intensa mientras el esquema rítmico apela a un groove razonablemente mesurado en medio de la garra sónica en curso. La instalación de un extenso interludio de carácter relativamente lánguido permite al cuarteto establecer convincentes recursos de lirismo progresivo donde se combinan lo Floydiano y lo Yessiano bajo un grácil armazón post-rockero. Cuando el motif inicial retorna al frente, lo hace enriquecido por una serie de ilaciones multitemáticas bastante inspirada, la misma que el grupo maneja con pulcra fluidez. La sección epilogar, que se extienda por más de dos minutos y medio, se centra en un jam con talante space-rockero y arropamientos retro-sinfónicos; es aquí que la banda muestra por primera vez sus aristas más suntuosas con la precisión que exige el pulso colaborativo para la ocasión. Esta pieza, sin duda, conforma un cénit especial dentro del disco. ‘Goracą Lina’ abre espacios más explícitos para la serie de estrategias eclécticas que la banda ostenta como medalla de honor, y eso que cuenta con un espacio de poco menos de 3 minutos. Con todo, el cuarteto logra transformase en algo totalmente distinto a lo expuesto en las dos piezas precedentes mientras arma una maraña de sinfonismo, prog-metal y jazz-rock dentro de un desarrollo temático bien integrado en torno a su núcleo central. Siendo la miniatura del disco, es una pequeña joya dentro del mismo. Ojo: ¡todavía tenemos más cosas que disfrutar en lo que queda de “Where Do You Want Ghosts To Reside”!



El cuarto tema del repertorio es el más extenso del mismo: se titula ‘Pleonasm’ y ocupa un espacio de 12 minutos. La pieza comienza con un tenor jazz-progresivo bajo la guía del piano, primero con una actitud extrovertida, casi juguetona, para luego pasar a una más extensa ambientación solemne que, en varios momentos, se siente absorbentemente melancólica. Mientras el reinado del piano persiste, la guitarra añade apropiadamente refinados colores melódicos al desarrollo temático con algunos solos y sobrias bases armónicas. Poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto y medio, un nuevo motif permite al grupo adentrarse en el paradigma sinfónico (un poco a lo CAMEL en la época de fines de los 70s, y también algunos matices Genesianos), brindando algunos matices áridos al asunto, algo muy común en muchos grupos retro-progresivos del nuevo milenio. Mientras vamos avanzando a través del último tercio de esta pieza, la banda alterna pasajes aguerridos con otros sutiles, sin llegar a la hiperbólica suntuosidad en los primeros ni a la parsimonia abandonada en los segundos. El carácter flotante de los teclados en la coda, que parece darle un giro post-rockero a lo sinfónico, brinda un oportuno cierre mágico a esta pieza que encarna otro cénit del álbum. Con la dupla de ‘Heavy Matter’ y ‘Time To Take Stones Away’ tenemos los últimos 15 minutos de este fascinante álbum. ‘Heavy Matter’ se sustenta sobre un alegre ejercicio jazz-progresivo que recoge la siembra del tercer tema del álbum y se detiene a desarrollar más a fondo la vitalidad musical en curso. De hecho, el grupo vuelve a utilizar variantes prog-sinfónicas durante el desarrollo temático, y en ciertos momentos estratégicos, el grupo coquetea con el prog-metal en cuanto al empleo de ciertos riffs que operan como fanfarrias ocasionales. La sección final utiliza atmósferas Floydianas mientras la guitarra emplea influencias de Beck y Petrucci en su modo de guiar a la pieza hacia su grand finale. En general, este tema nos remitió a una especie de híbrido entre OVRFWRD y KARMACANIC. ‘Time To Take Stones Away’ cierra el álbum redondeando los esquemas de trabajo de las dos piezas precedentes mientras enfatiza lo sinfónico y regresa parcialmente al factor post-rockero. La primera parte está signada por una comedida ampulosidad que se explaya inicialmente bajo una atmósfera solemne, la misma que pronto vira hacia un dinamismo ligeramente extrovertido. La segunda parte comienza con un motif repetitivo al estilo post-rockero, el cual realmente sirve como acicate para un juego de elegantes tensiones. El motif inicial regresa para el epílogo con un aura más opulenta.  



Todas estas fueron las maravillas musicales que nos trajo el repertorio de “Where Do You Want Ghosts To Reside”: la gente de FREN ha gestado una muy inspirada declaración de principios progresivos eclécticos en ésta, su primera estancia musical de larga duración. Esperamos que no pase mucho tiempo antes de que este grupo nos brinde nuevos trabajos musicales que perpetúen su residencia en la primera línea de la nueva generación del rock progresivo polaco.


Muestras de “Where Do You Want Ghosts To Reside”.-