Sunday, May 30, 2021

GALACTIC COWBOY ORCHESTRA: orden y caos del universo progresivo estadounidense de nuestros tiempos



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy llega el turno de presentar el nuevo trabajo fonográfico del cuarteto estadounidense GALACTIC COWBOY ORCHESTRA, el cual fue grabado por la alineación de Lisi Wright [violín y voz], Dan Neale [guitarras], John Wright [bajo] y Alec Tackmann [batería y percusión]. El nuevo disco en cuestión, que es el quinto de estudio, se titula “Flirting With Chaos” y fue publicado el pasado 25 de abril, tras haber sido grabado el año anterior. Este grupo surgió en el primer decenio del nuevo milenio en la localidad de Twin Cities, en el estado de Minnesota, con la intención de crear una propuesta ecléctica y enérgica que ellos mismos denominan como jazzgrass art-rock: lo que se opera bajo esta ingeniosa etiqueta es una mezcla de jazz-rock, prog de vertientes Crimsoniana y RIO, bluegrass, rock pesado, música académica y fusión contemporánea (especialmente con lo oriental y lo céltico). Neale, Wright y Wright siempre han sido de la partida, mientras que el rol de baterista ha ido cambiando a lo largo de los años desde los tiempos de su primer trabajo de estudio “Lookin’ For A Little Strange” (2010), donde el baterista era Mark O’Day. Éste fue reemplazado posteriormente por Billy Thommes. Desde los tiempos del cuarto disco de estudio “Earth Lift” (2015), Tackmann era el baterista hasta el pasado año 2020, cuando decidió irse de la banda, cosa que hizo en buenos términos con sus ahora excompañeros; hoy por hoy, el baterista-percusionista es Mario Dawson, un veterano sesionista. La gente de esta GALACTIC COWBOY ORCHESTRA tiene una trayectoria bastante curtida que incluye conciertos con ensambles orquestales y  
una beca de Minnesota Arts Tour Bueno, veamos ahora los detalles de “Flirting With Disaster”.


           
Los tres primeros minutos del álbum están ocupados por la pieza homónima, un instrumental claro talante Crimsoniano al cual se añaden elementos de CASSIBER y la STOP MOTION ORCHESTRA. Todo fluye grácilmente a través de los diversamente complejos grooves que arma la dupla rítmica mientras los guitarreos llenan espacios liberalmente y el violín arma solos majestuosos. ¡Qué gran inicio de álbum! A partir de aquí emerge ‘All For The Taking’, una canción signada por una tensa ceremoniosidad que permite a la banda conectar aires de familia con sus compatriotas de BENT KNEE. Siendo una pieza más accesible que la que abrió el álbum, contiene una furia expresiva los suficientemente cautivadora como para trascender al mero rock simple de tendencia popera: es como un ejercicio de entrecruzamiento entre el jazz-rock y el así llamado grunge al estilo de los primeros álbumes de los STONE TEMPLE PILOTS. ‘Triple S’ – que con sus 7 ¾ minutos de duración es el tema más extenso del álbum – cumple con la función de explorar a fondo los rincones más explícitamente sofisticados de la ecléctica visión estética del grupo. Creando atmósferas amables de tenor folk-rockero y sustentando dimensiones sónicas sobre un soporte jazz-progresivo, las ilaciones temáticas se suceden con impoluta fluidez dentro de una ingeniería cuya estrategia organizativa suena como si estuviese enfocada en una cruza entre BOUD DEUN, MORAINE y UT GRET. En estas alternancias entre pasajes líricos y otros más aguerridos, los primeros tienen una presencia más relevante dentro de los desarrollos temáticos. He aquí un cénit eminentemente ilustre dentro del repertorio... un repertorio que nos va gustando cada vez más. ‘I Got It’ prosigue por la senda exploraciones jazz-progresivas, esta vez con un vigor rockero más notable y una tendencia fusionesca más definida. Casi nos da la sensación de que si reemplazamos al violín por un saxofón, estamos escuchando a MARBIN, pero no, se trata de la GALACTIC COWBOY ORCHESTRA dando rienda suelta a su faceta más vivaz. ‘Unresolved Discrepancies’ nos parece otro ítem particularmente notable dentro del disco porque desarrolla un lirismo alegre y entrañable a la vez dentro de un marco folk-progresivo encuadrado en una arquitectura jazz-fusionesca. Es como si la vitalidad vertida en la pieza precedente se hubiese dejado arropar por un manto de serenidad que no llega a ocultar su fulgor esencial. De paso, aquí hallamos un estupendo solo de bajo.
  

El sexto tema del disco es una versión del clásico de KING CRIMSON ‘21st Century Schizoid Man’, una versión amena que sirve para establecer un contraste frente a las vibraciones ensoñadoras de la pieza precedente. La presencia agresiva del violín en el intermedio se acerca al paradigma de los UK en su época de trío. Está bien sin ser gran cosa, pero lo que sí es gran cosa es ‘Jazz Crimes’, otro cénit fundamental del disco. Este tema original de JOSHUA REDMAN es un ejercicio de jazz-rock bastante luminoso y vibrante, tremendamente cercano a los paradigmas de JEAN-LUC PONTY y de RETURN TO FOREVER merced al despliegue de colorido melódico que se da a lo largo del desarrollo temático que se explaya en torno al núcleo central de la composición. El carácter festivo de la pieza se incrementa durante el crucial solo de batería que se arma antes del climático final. ‘Woodshred’ – el segundo tema más largo del disco con su espacio de 7 minutos – se centra en recoger los ecos de la pieza precedente a la par que explora dimensiones sonoras ya presentes en el tercer tema del álbum, lo cual significa que ahora la estrategia de vibraciones jazz-progresivas y lucimientos performativos tiene más alegría que tensión, aunque un poco de esta última también hay en algunos pasajes estratégicos. Dicho sea de paso, el solo de violín que aquí emerge es uno de los más notables del álbum, y además, nos topamos con otros gran solo de bajo, esta vez más ostentoso por causa del efecto relativamente distorsionado que se utiliza para sus cuerdas. La dupla de ‘No Stranger To The Fall’ y ‘Flirting With Oblivion’ ocupa los últimos 10 ¾ minutos del repertorio. El primero de estos temas mencionados se proyecta hacia una combinación bien encuadrada entre el heavy-prog y el jazz-rock con algunos elementos de rock-in-opposition que entran a tallar para insertar recursos de densidad dentro del esquema imponentemente vigoroso manifestado en su estructura compositiva. La última sección es extraordinariamente trepidante, ostentando una musculatura sofisticada y bizarra. Por su parte, el tema de cierre es una letanía a medio tiempo que explora la faceta psicodélica del discurso progresivo. El moto perpetuo armado para la ocasión nos recuerda parcialmente a la faceta lisérgica de los primeros discos de THE MAHAVISHNU ORCHESTRA, y también establece aires de familia con MORAINE. Un cierre más que interesante para un álbum realmente brillante.


Todo esto es lo que nos brindó el colectivo de GALACTIC COWBOY ORCHESTRA con su nuevo álbum “Flirting With Chaos”, un ítem fabuloso que resulta muy valioso para mantener la llama creativa dentro de la vanguardia progresiva de los EE.UU. Lleno de vitalidad y creatividad, desbordante de energía expresada de diversas maneras, este disco es totalmente recomendable para cualquier buena fonoteca de art-rock. Y para quienes, como nosotros, recién descubren a esta banda, les aseguramos que es todo un deleite explorar en sus discos anteriores. Todos ellos y éste que acabamos de reseñar nos dejan con ganas de más.
 
 
Muestras de “Flirting With Chaos”.-
Triple S: https://thegco.bandcamp.com/track/triple-s
Unresolved Discrepancies: https://thegco.bandcamp.com/track/unresolved-discrepancies
Jazz Crimes: https://thegco.bandcamp.com/track/jazz-crimes
No Stranger To The Fall: https://thegco.bandcamp.com/track/no-stranger-to-the-fall

 

Thursday, May 27, 2021

La gloriosa nueva estación de los estadounidenses RESISTOR

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Buenas nuevas desde la escena progresiva estadounidense: el cuarteto RESISTOR trae un nuevo disco para aumentar su currículum vitae, el mismo que se titula “The 5th Season” y fue publicado el primer día de mayor del presente año 2021. El ensamble liderado por Steve Unruh [guitarras, violín, flauta y voz principal] y completado por Rob Winslow [bajo], Barry Farrands [batería y coros] y Fran Turner [guitarras y coros] vuelve al ruedo unos años después de su fantástico álbum conceptual “Underground”. A pesar de su título, no se trata de su quinto sino de su sexto trabajo fonográfico. Este grupo afincado en Providence, Rhode Island, ha gestado aquí su obra más sistemáticamente enérgica, llena de varios momentos contundentemente filudos, algo que se anunciaba tímidamente en “To The Stars” (2014) y se reforzaba un poco más en el antes mencionado disco conceptual “Underground” (2017). De este modo, la propuesta plasmada en “The 5th Season” se asienta como un punto de contraste frente a las coordenadas de grácil colorido bajo las que Unruh creó su más reciente trabajo solista, “Precipice” (2019). De vuelta al esquema de trabajo grupal, la visión musical de Unruh se centra mayormente en la exploración de recursos de renovadora y briosa agitación, y en eso, sus compañeros de viaje se sienten más que dispuestos a aportar sus insumos como tripulación cómplice. Bueno, repasemos ahora los detalles de este nuevo disco, ¿vale?

El disco comienza con la canción más larga, ‘Winter’, la misma que dura 13 minutos y pico. Con efectos de ventisca y un ritmo marcial marcado por la batería, el ensamble desarrolla un prólogo muscular y un tanto amenazante, pero esto último se disipa cuando el cuerpo central, con canto incluido, establece una atmósfera aguerrida donde el tenor central está focalizado en una seriedad relativamente parsimoniosa. Lo que suena es como un híbrido de TILES y IRON MAIDEN (en su faceta más refinada) con algunos elementos añadidos de stoner. Más adelante, el vigor rockero se torna más ligero a fin de permitir que la vigente garra expresiva, todavía contenida parcialmente, se suelte con un fragor rotundo. A mitad de camino, un puente sosegado marcado por espartanos fraseos de guitarra abre camino al retorno de las vibraciones parsimoniosas con las que había comenzado todo, pero esta vez se nota que hay un enfoque más majestuoso dentro del áspero vitalismo que persiste y persiste. Un nuevo viraje hacia un pasaje exultante se origina poco antes de cruzar la frontera del noveno minuto, resultando en una cruza entre los RUSH de inicios de los 90s y los BLACK SABBATH de la etapa 72-73. De este modo, la canción llega a redondear la faena con una aureola de jolgorio árido y agresivo, aunque no exento de algún matiz amable. Acto seguido llega el turno de ‘Saint Iris’, una pieza que es realmente amable en el aspecto más frontal de la palabra, una navegación del folklore country en clave progresiva que se explaya sobre un swing moderadamente sofisticado. Algunas huellas de la fase 70-71 de JETHRO TULL se hacen sentir aquí: las alternancias entre la flauta y el violín para entrar a tallar en la armonización con las guitarras duales añaden un crucial colorido a los predominantes pasajes instrumentales. ‘Seraphim’ es una envolvente y melancólica balada ubicada en una encrucijada entre KANSAS y THE DOOBIE BROTHERS. ‘Cricket Season’ dura poco más un minuto y tres cuartos y es un cautivador ejercicio de atmósferas bucólicas centrada en la interacción entre guitarra acústica y flauta: un momento de relax sencillo que encarna uno d los pocos momentos introspectivos del repertorio. 
 
‘Till Spirits Rise’ comienza retomando este clima de serenidad con un viraje jazz-progresivo que suena a una mezcla de KANSAS y THE DAVE MATTHEWS BAND. Poco a poco, la canción va ganando en garra expresiva y finalmente se transforma en un carnaval de trepidaciones robustas encuadradas en una ingeniería musical extremadamente elegante. El rol protagónico del violín resulta esencial para asentar la sucesión de las diferentes atmósferas que se van hilando. Un cénit decisivo del álbum, no nos cabe duda al respecto. Los últimos 14 ¾ minutos del álbum están ocupados por la dupla de ‘Aurora’ y ‘Falling Snow’, la cual redondea la faena cabal y solventemente. El primero de estos temas mencionados toma directamente la posta de la pieza que le precede y asienta una vitalidad robusta y furiosa que nos remite, en buena medida a muchos de los recursos sonoros utilizados en las piezas #1 y #3, añadiéndose elementos de la faceta más heavy del paradigma Tulliano. Eso sí, aquí late una agitación más urgente en el trasfondo de la patente fuerza rockera que llena todos los espacios con eufórica solvencia. El violín emerge ocasionalmente como ornamento para algunos riffs, pues las guitarras son quienes dirigen la furiosa lozanía de la pieza. También hay un minúsculo ornamento de flauta que abre camino a un interludio ceremonioso que insufla un aire reflexivo al asunto antes de que regrese el gobierno de la musculatura. Otro momento culminante del álbum. Por su parte, ‘Falling Snow’ cierra el álbum con una exploración instrumental de climas sobrios donde se articula una inteligente combinación de etéreos solos de guitarra, un señorial groove jazz-rockero de parte de la dupla rítmica y una atmósfera flotante que coquetea levemente con el estándar del post-rock. La base compositiva sostiene su exuberancia en el ensalzamiento de sus bases armónicas, lo cual ayuda a crear un ropaje un tanto ensoñador para el crescendo central de la pieza. Cuando todo termina, es como un río que terminó su camino hacia el mar. Todo esto fue lo que se nos brindó en “The 5th Season” desde los cuarteles de RESISTOR, un manifiesto glorioso de esta nueva estación musical de la banda, una estación corpulenta y vibrante que no deja al oyente indiferente en ningún instante. Este grupo siempre va a más, por lo que solo nos queda concluir que este álbum es totalmente recomendable para cualquier fonoteca actualizada de art-rock.
 
 
Muestras de “The 5th Season”.-
Winter: https://resistor222.bandcamp.com/track/winter
Till Spirits Rise:   https://resistor222.bandcamp.com/track/till-spirits-rise
Aurora: https://resistor222.bandcamp.com/track/aurora

Saturday, May 22, 2021

MASTER CYLINDER: el consulado progresivo de Canterbury en el estado de Texas, EE.UU.

 


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy nos toca hacer una labor retrospectiva sobre el único disco que grabó el grupo estadounidense MASTER CYLINDER, el cual se titula “Elsewhere” y fue publicado a inicios del año 1981 por el sello Inner City (especializado en jazz). El grupo del que ahora hablamos era algo más que un grupo, era prácticamente el consulado del jazz-prog de estilo Canterburyano en el estado de Texas... más exactamente, la ciudad de Fort Worth. El colectivo de MASTER CYLINDER que concretó este álbum estaba conformado por Eddie Dunlap [batería y percusiones], Joe Rogers [piano y sintetizadores], Jack Carter [bajo y contrabajo] y Robert Atwood [guitarras eléctrica y acústica]. Rogers, como líder del grupo, se hizo cargo de todas las composiciones aquí incluidas. Los músicos ocasionales de apoyo fueron Art Davis (corno y trompeta), Bill Eden (flauta y saxofón), Bob Price (clarinete), Scott Morgan (sintetizador) y Bruce Valentine (trombón). La producción del disco estuvo a cargo de Dunlap, Roger y el invitado Davis (todo un veterano de la escena jazzera de Chicago); el repertorio fue grabado y mezclado en los Buffalo Sound Studios de la propia localidad de Fort Worth, entre junio y setiembre de 1980. Fue un largo camino para este grupo que se fundó en el año 1972, y que tuvo alrededor de 30 músicos a lo largo de su historia, siendo así que a veces operaba como quinteto, sexteto... Y por algún tiempo, como un ensamble de nueve músicos: principalmente, eran vientistas quienes acompañaban al cuarteto nuclear de guitarrista, teclista, bajista y baterista. De hecho, el grupo operó como cuarteto durante sus cinco últimos años de existencias, pero como las estructuras temáticas de su repertorio exigían una instrumentación más nutrida, recurrieron a los antes mencionados invitados. El grupo adquirió un público de culto que muchas veces disfrutaba de conciertos donde se incluía la presencia de poetas, mimos, proyecciones de filmes y recursos teatrales. La mayor parte de su actividad tuvo lugar en festivales y salas especializadas en jazz, pero su propuesta musical integraba un cálido eclecticismo donde convivían el aspecto más colorido del Canterbury, el espíritu aventurero del jazz-fusion y del free jazz, y la vitalidad traviesa del paradigma Zappiano. En muchas ocasiones, notamos confluencias con sus compatriotas de HAPPY THE MAN y HOWEVER. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “Elsewhere”.



El primer tema del álbum tiene el apropiado título de ‘Overture’, y ya desde los primeros instantes, pone todas sus carnes de colorido y extroversión sobre el asador. Alternando con magistral fluidez pasajes joviales con otros constreñidos, el ensamble desarrolla un armazón sonoro donde se cruzan los senderos de HATFIELD AND THE NORTH y de los SOFT MACHINE de la fase 72-74 a través del filtro de sus ilustrísimos compatriotas RETURN TO FOREVER. Los arreglos de vientos sirven muy efectivamente para realzar la vivacidad de los pasajes extrovertidos y capitalizar la riqueza melódica de los pasajes serenos. Muy estupendamente aprovechados estos cinco minutos y pico que ocupa la pieza de entrada. ‘Isabelle’ sigue a continuación para elaborar un exquisito despliegue de jazz-fusion con un fuerte enclave lírico. Huellas de WEATHER REPORT a través del filtro de THE MUFFINS se encuentran en las pautas centrales de la inspiración creativa aquí desplegada. Durando poco más de 10 ¼ minutos, la pieza homónima se erige como la más extensa del álbum. ‘Elsewhere’ lleva a nuevos horizontes la lógica de ebullición ecléctica que los integrantes de MASTER CYLINDER llevan como medalla de honor; en este caso, se trata de una combinación de RIO, Canterbury y avant-jazz. Tras un atmosférico prólogo signado por una espiritualidad sigilosa, el contrabajo empieza a empujar al bloque instrumental a un ejercicio de jazz-rock modernista donde confluyen las influencias de WEATHER REPORT y NUCLEUS, añadiéndose algunas delicadezas líricas dirigidas por el sintetizador. Este puente nos lleva a un amplio cuerpo central donde se van sucediendo los solos de contrabajo, vientos, piano y guitarra. Aquí, el factor jazzero se ahonda dentro del encuadre sonoro, brindándole un vigor muy especial; el baterista está en toda su gloria a la hora de sustentar el groove, el mismo que ella enriquece con mil y una virguerías. Todo culmina con un reprise sucesivo del puente y del prólogo. Tras el vendaval de creatividad jazz-progresiva de ‘Elsewhere’, ‘Silhouette’ cumple con la función de replicar a escala menor el colorido versátil y majestuoso de la pieza inicial del álbum, aunque con una dosis adicional de solemnidad en su desarrollo multitemático.
 
La segunda mitad del disco (que es nuestra mitad favorita) llega de la mano de ‘Sleep 1937’, otro momento culminante del disco. Portador de un vitalismo tan luminoso como sobrio, este tema incorpora elementos del FRANK ZAPPA de la etapa 69-72 dentro de un nuevo despliegue jazz-progresivo donde el colectivo de MASTER CYLINDER vuelve a danzar con un pie en el área del Canterbury y el otro en el de la vanguardia jazzera estadounidense. Habiendo mencionado el elemento Zappiano, no nos debe extrañar que varios virajes temáticos nos lleven a drásticos cambios de ambiente o de tono. El intermedio free-jazzero gesta un ejercicio de etérea deconstrucción cuya misión principal es la de facilitar el reacomodo de las piezas para que, por vía de un crescendo, retome el cuerpo inicial con un vigor nuevo. Un cénit del repertorio que es seguido por otro: ‘Plus 3’, el segundo tema más extenso del álbum con su espacio de poco más de 9 ¾ minutos. Con las líneas estilísticas de la banda tan firmemente trazadas en estas instancias, solo queda ver si el grupo puede mantener los signos de frescura y energía creativa que nos impactaron desde el primer tema del disco… Y ciertamente es así. En muchos aspectos, esta pieza se puede describir como una fusión entre los espíritus musicales de los dos primeros temas del álbum, aunque con mayores campos de focalización para los índices temáticos y grooves que van saliendo a lo largo del camino. Esto permite que la musicalidad se sienta menos recargada y más grácil. Las confluencias con los paradigmas de HATFIELD AND THE NORTH, ISOTOPE y GILGAMESH son saltantes prácticamente desde el primer momento, aunque también se hacen sentir algunos aires de familia con los compatriotas HAPPY THE MAN en aquellas secciones donde el sintetizador guía al bloque general con sus cálidos solos. En medio de todo esto, un breve solo de batería permite que se dé un oportuno espacio de relax en medio de toda esta arquitectura. El pasaje conclusivo permite a la guitarra ocupar el centro protagónico de la instrumentación, la cual se enfila fluidamente hacia la espléndida orquestación terminal.
 
El gran final del repertorio llega de la mano de ‘Hobb & Geeb’, pieza que comienza en clave serena, ostentando inicialmente una etérea sofisticación (semejante a HOWEVER) para luego transitar hacia una majestuosidad más vivaz. A partir de allí, el grupo va circulando alternadamente por caminos de coqueta extroversión y relajada melancolía, siendo así que los primeros son los predominantes dentro de la estructura de la pieza. De hecho, este predominio se hace evidente en la coda en clave de sinfonía beethoveniana con la que termina la pieza. He aquí todo el legado fonográfico que nos llegó desde los cuarteles de MASTER CYLINDER, un legado pequeño en tamaño pero grande en inspiración estética. El grupo se separó al poco tiempo de ser publicado “Elsewhere”, el cual queda como un genial ítem de colección dentro de la enorme historia del plurivalente género progresivo. Gracias a toda la gente de MASTER CYLINDER por brindarnos este tesoro que quedó escondido dentro de la historia del jazz-rock y el rock vanguardista... y que debería estar menos escondido.
 
 
Muestras de “Elsewhere”.
Overture: https://www.youtube.com/watch?v=DQd06UAbp9c
Sleep 1937: https://www.youtube.com/watch?v=h_XWiyRkmqA
Plus 3: https://www.youtube.com/watch?v=Mi_4jWznrbU
Hobb & Geeb: https://www.youtube.com/watch?v=YPzipq528Hw


[Dedicamos esta retrospectiva a todos los eruditos y difusores de la música progresiva y de la música rockera en general de Progresiva70s, Gigantes Gentiles, Subterranea Radio, Música Progresiva Grupo Catarsis, El Taxi De Lucy Smith, Soundchaser Classic, Cerca De La Orilla y El Retorno Del Gigante.]


8 juegos pastorales de JORDSJØ

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Tenemos muy buenas nuevas desde el escenario actual del rock progresivo escandinavo, y es que ya salió al mercado el nuevo disco del dúo noruego JORDSJØ, el cual se titula “Pastoralia”, siendo su sexto trabajo de larga duración. De hecho, era uno de los discos más esperados del año. Incluso con la terrible distorsión de la vida ciudadana que supuso el distanciamiento social a nivel mundial y todo, el grupo no ha dejado de componer, grabar y publicar discos con sostenida regularidad desde aquel año 2015 en que salió su álbum debut homónimo. “Pastoralia” fue publicado por el sello noruego Karisma Records, tanto en formato de CD como de vinilo azul transparente, el pasado 7 de mayo. El dúo conformado por Håkon Oftung [guitarras, flauta, teclados y voz] y Kristian Frøland [batería y percusión] se hizo acompañar por los siguientes colaboradores para este disco que ahora reseñamos: Håkon Knutzen [guitarra], Ola Mile Bruland [soliloquiosy poesía], Vilde Mortensen Storesund [coros], Mats Lemjan [clarinete bajo], Christian Meaas Svendsen [contrabajo] y Åsa Ree [violín y voz]. La hermosa portada de este álbum estuvo a cargo de Sindre Foss Skancke. Siguiendo el sendero trazado por sus dos discos anteriores más celebrados en las redes de difusión del género progresivo (“Jord”, del año 2017, y “Nattfiolen”, del año 2019), este nuevo álbum añade una sonoridad más llena al paradigma retro-progresivo sinfónico con acentos pastorales y talante reflexivo que acerca a JORDSJØ a otras grandes bandas escandinava de gran renombre como AGUSA y WOBBLER, pero que también nos remite a esa década de los 90s (ÄNGLAGÅRD, la trilogía inicial de WHITE WILLOW). Tal como veremos más adelante, el ensamble asume un posicionamiento más ecléctico dentro de sus propios parámetros bien definidos; bueno, veamos ahora los detalles del repertorio de “Pastoralia”.



La bella pieza instrumental ‘Prolog’ cumple con la asignación implícita en su título y abre el disco desplegando un colorido sobrio que no deja de ser sólido y convincente, haciendo confluir el swing del jazz y el esplendor del folk-rock dentro de un variado armazón progresivo. Con la fusión de la voz pretérita de unos GRYPHON y el encanto más moderno de los WHITE WILLOW de los tres primeros álbumes, dice mucho este tema en su breve espacio de 2 ¼ minutos. ‘Skumring I Karesuando’ es el primer tema con duración notable del álbum, ocupando un espacio de más de 7 ½ minutos. Su dinamismo está marcado por una eximia aureola de cristalina majestuosidad, la misma que va alternando el desarrollo de sus diversos recursos expresivos por pasajes suntuosos y otros más introspectivos. La estrategia retro-progresiva aquí empleada destila una magia evocadora muy determinante a la hora de elaborar los encuadres de teclados, guitarras y vientos mientras las secciones se van sucediendo con compacta naturalidad. A mitad de camino, las cosas se decantan hacia una ceremoniosidad señorial desde la cual se proyecta un refinado equilibrio entre lo rockero y lo pastoral. Luego sigue la dupla de ‘Mellom Mjødurt, Marisko Og Søstermarihånd’ y la pieza homónima. La primera de ellas establece una sólida capitalización de la exuberancia melódica que marcó a la canción precedente y la lleva hacia un área de incrementada fastuosidad. Eso exige la autoridad de arreglos musicales más complejos (incluyendo un hermoso arreglo de maderas de tenor renacentista en algún lugar del intermedio). Un híbrido entre el GENESIS temprano y BO HANSSON con aires añadidos de CELESTE y JETHRO TULL; sin duda, tenemos aquí un cénit definitorio del álbum. En cuanto a ‘Pastoralia’, ella guarda una mayor cercanía con el aura ceremoniosa del segundo tema del álbum, pero en cuanto a los recursos de densidad y colorido empleados durante la ornamentación de la sucesión de las diversas secciones, el ensamble reitera el vitalismo solemne del tercer tema. Así pues, se da aquí una síntesis entre el espíritu del tema precedente y el núcleo esencial del segundo. Otro momento culminante del álbum. Los pasos de un caminante que se superponen al fade-out de la canción homónima abren el camino para el arribo de ‘Fuglehviskeren’, un ejercicio de prog pastoral a lo ANTHONY PHILLIPS prudentemente agilizado con grooves jazzeros muy delicados al estilo del primer álbum de RAGNARÖK. La primacía de las guitarras acústicas permite que esta pieza brinde un oportuno remanso tras el paso de la antes reinante suntuosidad.
 

‘Beitemark’ vuelve de lleno a las atmósferas señoriales y solemnes despliegues melódicos que signaron la esencia de los temas #3 y #4, a la par que gestiona una agilidad revitalizadora para algunos pasajes estratégicos en base al empleo de algunos arreglos rítmicos de corte jazz-progresivo (algo que nos recuerda a otros nombres grandes del prog escandinavo actual como SARCOPHAGUS NOW y NEEDLEPOINT). Por supuesto, tampoco faltan esos otros parajes sosegados signados por una nebulosidad vibrante y misteriosa, y es justamente en ellos donde se apoya el impulso hacia el magnífico crescendo final. ‘Vettedans’ es el tema más breve del repertorio con su duración de 2 minutos, siendo básicamente una coqueta danza palaciega donde parecen cruzarse los paradigmas de GRYPHON y CELESTE. A pesar de su brevedad, esta pieza no pasa para nada desapercibida. Le sigue el tema más largo, el épico ‘Jord III’, que dura poco más de 10 ½ minutos y que también se hace cargo de cerrar el disco. (Dicho sea de paso, las dos primeras partes están en el álbum “Jord”.) Este tema contiene tres secciones con sus respectivos títulos autónomos: ‘Ut Av Tiden’, ‘Fraktaler’ y ‘Klokker Maner Til Drøm’. Todo empieza con un prólogo de piano que evoca aires de dulce melancolía, y cuando ya el ensamble instrumental entero se hace cargo de remodelar la base melódica en curso, es inevitable que ésta acoja unos aires más densos, palpitando con una majestuosidad que no deja de ser entrañable y afable. Las alternancias de los teclados, las maderas y la guitarra a la hora de dirigir con sus respectivos solos al bloque instrumental están manejadas con impoluta fluidez. A instantes de llegar a la frontera del cuarto minuto y medio, se elabora un cuadro musical de personalidad más grave, algo idóneo para los soliloquios que van emergiendo. Alrededor de la frontera del séptimo minuto y medio, unos suaves toques de percusión tonal que se dejan acompañar por la guitarra y las maderas abren paso al señorial epílogo donde los diálogos entre los instrumentos actuantes asumen un aura aristocrática, la misma que se ornamenta con matices suavemente sombríos. Este truco resulta crucial a la hora de garantizar un eficaz cierre dramático para este tema, una conclusión genuinamente grandilocuente sin llegar hasta lo aparatoso. Un gran final, sin duda.  

  

Como balance final, hay que aseverar que el personal de JORDSJØ se ha lucido a lo grande con “Pastoralia”, tanto así que nos parece que hay que declararlo como su trabajo más notable hasta la fecha. Con discos así, la escena escandinava sigue mostrando su relevancia dentro del gran marco progresivo mundial. 

Thursday, May 20, 2021

NICOLAS TRITSCHLER: un museo de sauces musicales vanguardistas

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Si en el último tramo del pasado año 2020 la banda francesa DUSTMAN DILEMMA nos sorprendió muy gratamente con su álbum “Third Sigh”, ahora es el turno para que uno de sus integrantes se luzca por cuenta propia. Nos referimos a NICOLAS TRITSCHLER y su disco solista “Willows”, el cual fue publicado por el sello Létourneur – el mismo que publica los discos de los antes mencionados DUSTMAN DILEMMA – el 23 de enero último. Todo lo que suena en “Willows” fue compuesto, arreglado, ejecutado y grabado por TRISTCHLER en el estudio La Mouche: los teclados, la guitarra, la batería, el ukelele, el acordeón, e incluso el saxo que le prestó su colega de banda Samuel Frin. También se hizo cargo del canto, aunque en el departamento vocal también contó con la colaboración ocasional de Loreleï Vauclin. La masterización del álbum que hoy reseñamos estuvo a cargo de Antoine Quoniam en el Studio Five Inch. Básicamente, el estilo musical de esta faceta solista TRITSCHLER se centra en una confluencia de ROBERT WYATT y TOM WAITS con un trasfondo del aspecto más etéreo del así llamado rock-in-opposition, alimentado por algunos trazos de Canterbury y otros derivados de la etapa avant-jazz-progresiva de KAYO DOT. De hecho, hay bastantes aires de familia entre lo plasmado en este disco y la faceta más solipsista del reciente tercer álbum de DUSTMAN DILEMMA. Bueno, veamos ahora los detalles de este disco en particular.
 
Todo comienza con ‘There She Stands’, pieza que dura casi 10 minutos y que habrá de erigirse como la más extensa del disco. El centro temático es lánguido, fluidamente enmarcado dentro de una envolventemente noctámbula espiritualidad. Algún recurso de expansión sonora brota para tomarnos de sorpresa como una efímera tormenta densa, recurso elaborado bajo la pauta del jazz-prog experimental. De hecho, las vibraciones free-jazzeras que la batería instaura de manera persistente invitaba a que esta irrupción sorpresiva tuviese lugar dentro de un esquema musical que daba exhaustiva prioridad a una introspección minimalista. Luego sigue ‘Those Who Furrow’, tema centrado en las flotantes armonías conjugadas del piano y el sintetizador, en un groove de vals ceremonioso y crepuscular que coquetea sutilmente con lo tenebroso. Mientras avanza el desarrollo temático, las escalas de piano incorporan algunos factores sofisticados sin romper con el aire general de críptico aislamiento. Para las instancias finales, el encuadre de sintetizador y batería impulsa una coda de tenor mesuradamente majestuoso. Al igual que este segundo tema, el que sigue, ‘Dancers And Weavers’, opera como un cénit decisivo del álbum. En este caso, las vibraciones masivamente introspectivas recibidas de las dos piezas precedentes se enfilan hacia una ambientación un poco más luminosa, operando mayormente sobre un compás que alterna tempos de 5/4 y 6/4. Jugando con la exaltación sutil del jazz-prog y el claroscuro denso del chamber-rock al unísono, el armazón instrumental ostenta una vivacidad controlada que se refuerza eficazmente con la reiteración del groove nuclear. Los ornamentos del saxofón añaden un colorido particular al asunto en los momentos donde el canto (casi narrativo) deja de intervenir. Mientras el fade-out desgarra el cuerpo central, emerge una abstracta coda de claro talante deconstructivo que refleja la idea de algo que se está desmoronando lentamente: efectos distorsionados de percusión y acordeón son utilizados para este fin. El breve tema ‘Snaking’ es un ejercicio instrumental de minimalismo repetitivo que se encarga de reorganizar el caos bajo la guía de un mecanismo que mucho tiene de cósmico. Esto suena a un minúsculo retazo perdido de HARMONIA filtrado a través de la faceta más perturbadoramente misteriosa del post-rock.
 
‘Museum’, en muchos aspectos, prosigue por la senda trazada por el segundo tema del álbum, a la vez que retoma el vitalismo controlado que signó al tercero. El rol reforzado del sintetizador dentro del bloque sonoro permite a TRITSCHLER seguir ahondando en los aires cósmicos introducidos en el instrumental precedente. Tal como nos daremos cuenta más adelante, este recurso era la siembra de una próxima irrupción de intensidades expresionistas que forjan el pasaje más fastuoso de todo el álbum; es un pasaje breve pero con suficiente poder para dejar una huella en la mente del oyente mientras el tema siguiente cierra el álbum. En efecto, durando poco menos de 2 ½ minutos, ‘Guts’ cierra el repertorio con un ejercicio de minimalismo cibernético muy a tono con el legado de la música concreta que se proyecta en el estándar del chamber-rock dentro del polivalente universo progresivo. “Willows”, en su espacio de poco más de 35 minutos, nos ha exhibido un exquisito muestrario de música experimental arropada por ambientes que se van turnando entre lo misterioso y lo contemplativo. Solamente nos queda agradecer al músico y compositor NICOLAS TRITSCHLER por crear esta propuesta de tan alto calibre: esta música es todo un paisaje sonoro repleto de sauces melancólicos, este disco es muy cautivador.
 
 
Muestras de “Willows”.-
Those Who Furrow: https://etourneur.bandcamp.com/track/those-who-furrow
Dancers And Weavers: https://etourneur.bandcamp.com/track/dancers-and-weavers

Monday, May 17, 2021

Las nuevas exploraciones de BIZIRIK en el mundo del prog contemporáneo chileno

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la muy agradable ocasión de echar un vistazo a la avanzada progresiva sudamericana, más específicamente, la chilena, so pretexto de mostrar el nuevo trabajo fonográfico de BIZIRIK, proyecto creado por el músico y compositor Cristián Larrondo (uno de los integrantes de la ya legendaria banda MAR DE ROBLES). El título del disco en cuestión es “Exploraciones Del Fin Del Mundo”, el mismo que fue publicado en el blog de Bandcamp de BIZIRIK el pasado 21 de febrero. Los seis temas encapsulados consisten en sendas partes de la pieza titular, es prácticamente una suite que va mostrando diversas facetas de nuestras actitudes, emociones y pensamientos sobre nuestro entorno y sus etapas quemadas. En palabras del propio Larrondo, se trata de un viaje por mundos desapercibidos que laten constantemente en el seno de nuestra realidad inherente. La Pt. 3 es la menos extensa con una duración de poco más de 8 ¼ minutos, mientras que la más extensa es la Pt. 5, que se extiende hasta los 16 minutos de duración. Toda la instrumentación que utiliza Larrondo a lo largo de “Exploraciones Del Fin Del Mundo” consiste en un Chapman Stick y unos procesadores de Live Looping.
 
‘Exploraciones Del Fin Del Mundo Pt. 1’ pone las cosas en marcha con un despliegue de capas sombrías que se van alternando en el explayamiento de nebulosidades misteriosas y hundimientos en los rincones más oscuros del alma. Todo va flotando a través de la mostración y el escondrijo, hasta que poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, se crea un moderado realce de la intensidad expresiva, lo cual permite que se genero un breve momento de luminosidad dentro del muy solipsista esquema sonoro en curso. Las dos siguientes Partes sirven, cómo no, para seguir ahondando en las exploraciones sónicas que Larrondo desarrolla con creatividad y vigor coherentemente pautados bajo las vibraciones predominantemente abstractas que se han delineado específicamente para el álbum. La Parte 2 sigue el sendero de parsimoniosa oscuridad trazada en la pieza de apertura, pero con una dosis un poco mayor de ímpetu elocuente. Las capas sonoras creadas por el Stick se sienten más densas y gruesas; tal vez el fulgor indescifrable que se anunció tímidamente en el intermedio de la Parte 1 se ha apoderado del núcleo central de esta Parte 2. En cuanto a la Parte 3, pasamos ahora a algo un poco más grisáceo bajo un arrollador ropaje de espectral melancolía. Los efluvios sonoros, por lo general, exudan una aureola mas adusta que los que marcaron la espiritualidad general de la Parte 2. La ley del minimalismo reina con una actitud déspota mientras los sonidos que van emergiendo buscan espacios donde asentarse... pero no, la mirada del músico va revisando diversos canales y cavernas sin detenerse demasiado tiempo en ellas. Hay mucha afinidad con la Parte 1 sin tratarse de un retorno a la misma. Cuando llega el turno de ‘Exploraciones Del Fin Del Mundo Pt. 4’, Larrondo vira de registro totalmente con miras a edificar una ingeniería temática reconocible desde la que se puede impulsar un groove específico para todos los ornamentos que vayan emergiendo en el camino. Eso sí, el recurrente fraseo inicial se asegura de preservar la templanza espartana que atraviesa a todo el álbum, pero es cierto que aquí opera una dinámica sonora más punzante. Alrededor de la frontera del séptimo minuto, se elabora un solo sobrio y evocador. El cénit del álbum, sin duda.
 
Las dos últimas Partes de estas exploraciones de Stick redondean el concepto del disco con sólida consistencia. ‘Exploraciones Del Fin Del Mundo Pt. 5’ prosigue por las sendas de las dos primeras Partes, siendo así que aquí se fusionan la nocturnidad absorbente y la luminosidad sobria. Hay unas instancias donde parece que va a asentarse algún recurso de vitalidad, pero son solo retazos sueltos por aquí y por allá, los mismos que no pueden bloquear la dualidad expresiva de esta pieza. Su extensa duración permite a esta estrategia crear una tensión que, tan absorta como está en la sutileza, es difícil de ignorar. La Parte que cierra el álbum sí se encierra herméticamente en la solemne oscuridad cósmica que signó a la Parte 1, como si su función fuese la de cerrar el círculo de impresiones sónicas que completa el álbum como un todo integral. Esto es lo que se gestó y produjo en los cuarteles de BIZIRIK para la concreción de este disco llamado “Exploraciones Del Fin Del Mundo”, mientras esperamos el arribo del próximo álbum, a ser titulado “Ceremonia II” (que no tarde mucho, por favor). La obra que hemos reseñado aquí se puede apreciar como un momento de recogimiento metafísico antes de que este proyecto vuelva a dar rienda suelta a sus aspectos más notoriamente expresionistas dentro de un enfoque postmoderno del discurso progresivo. ¿Un buen aperitivo? Sí, tal vez, hasta cierto punto, se puede degustar el repertorio contenido en “Exploraciones Del Fin Del Mundo” como algo así, pero que conste que, en un sentido más profundo, se trata de un disco con personalidad propia dentro del universo estético del maestro Larrondo y de BIZIRIK. Tal como lo indica su título mismo, este ítem es un catálogo de exploraciones contemplativas que nos revela magníficamente un enfoque solemne y enigmático del rock experimental del nuevo milenio. Nos ha gustado mucho, la verdad que sí.
 
 
Muestras de “Exploraciones Del Fin Del Mundo”.-
Exploraciones Del Fin Del Mundo Pt. 1: https://bizirik.bandcamp.com/track/exploraciones-del-fin-del-mundo-pt-1
Exploraciones Del Fin Del Mundo Pt. 4: https://bizirik.bandcamp.com/track/exploraciones-del-fin-del-mundo-pt-4
Exploraciones Del Fin Del Mundo Pt. 5: https://bizirik.bandcamp.com/track/exploraciones-del-fin-del-mundo-pt-5

Friday, May 14, 2021

La fructífera tercera cosecha progresiva de los griegos CICCADA



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
El universo de la música progresiva está de plácemes porque ya se ha concretado el lanzamiento de uno de los discos más esperados del presente año: “Harvest” del grupo griego CICCADA, publicado el pasado 23 de abril por el sello británico Bad Elephant Music. Este tercer disco de larga duración de CICCADA tiene sobre sus hombros el deber de suceder a “The Finest Of Miracles” tras seis años, un álbum permanece en nuestra memoria como uno de los más hermosos muestrarios de folk-prog con tenor ecléctico de los últimos 11 años. Para la realización de “Harvest”, este ensamble ateniense se amplió bastante, constando de las vocalistas Dimi Spela y Evangelia Kozoni, Yorgos Mouhos [guitarras eléctrica y acústicas de 6 y 12 cuerdas, y voz], Nicolas Nikolopoulos [flauta, clarinete, saxofones tenor y barítono, flauta dulce, pianos acústico y eléctrico, órgano, mellotrón, sintetizadores, clavicordio, claviner, glockenspiel y coros], Marietta Tsakmakli [saxofones soprano, alto y barítono, y coros], Aggelos Malisovas [bajos con y sin trastes] y Yiannis Iliakis [batería, percusión y coros]. Todas las canciones contenidas en este nuevo repertorio fueron compuestas por Mouhos y Nikolopoulos, y la verdad que capturan fehacientemente un ingenioso enfoque de la línea musical esencial de CICCADA, dándole un vigor renovado a su esquema sonoro. Bueno, veamos ahora los detalles de este disco, ¿vale?


La tríada inicial del álbum nos pone frente a nuestros ojos el mapa sonoro general del álbum, comenzando con ‘Eniania (Keepers Of The Midnight Harvest)’ y terminando con ‘The Old Man And The Butterfly’: el primero de estos temas dura poco menos de 7 ½ minutos y el último, poco más de 7 ¾ minutos. La pieza de entrada pone sobre el tapete un despliegue de sonoridades serenas bajo un ropaje preciosistamente exuberante, lo cual se traduce en un cobijo majestuoso para el etéreo desarrollo de los centros temáticos de fuerte carga pastoral. Es como una hibridización entre el paradigma de CELESTE y el patrón de los tres primeros álbumes de WHITE WILLOW, añadiéndose algunos elementos de la faceta más exultante de los dos primeros álbumes de QUIDAM. Las maderas y los saxos se interconectan en su guía compartida para la mayor parte del esquema melódico, mientras que la batería maneja con elegante soltura los cambios de ritmo que surgen en el camino. Por su parte, ‘The Old Man And The Butterfly’ se dedica a enfatizar el colorido vitalista reinante en la canción precedente para brindarle mayores dosis de sofisticación expresiva e intensidad refulgente. A través de una delicada exploración de los filtros neo-Canterburyanos de unos THIEVES’ KITCHEN o unos LOST CROWNS, el grupo inserta unos efectivos aires jazz-progresivos en varios pasajes de la versátil arquitectura rítmica de esta pieza. Un cénit del álbum, así como también lo es el tema que se sitúa en medio de ellos, titulado ‘Open Wings’. Manteniéndose fiel a su ideología de radiantes musicalidades, el grupo realiza el enfoque musical de este segundo ítem del álbum bajo la frontal influencia de los JETHRO TULL de la fase 77-79. La agilidad esencial al espíritu jovial de la composición va discurriendo naturalmente mientras, a mitad de camino, algunos recursos de vigor rockero se entrometen para explorar más a fondo las vibraciones enérgicas que perpetuamente empujan al entramado instrumental mientras las partes vocales elaboran un gentil sortilegio. ¡Recién llegamos al ecuador del disco y ya estamos totalmente impactados por lo que se va mostrando!... Pero todavía hay más. 

‘No Man’s Land’ comienza con un prólogo de temple Floydiano basado en el poderoso lamento de la guitarra eléctrica sobre una capa de órgano, pero pronto emerge un cuerpo central que agita masivamente varias referencias progresivas de los viejos años 70s, los mismos que van desde GRYPHON hasta GENESIS, pasando por JETHRO TULL y GENTLE GIANT. Durante el desarrollo temático, hay una presencia importante de pasajes melancólicos, eficazmente realzados por las vocales femeninas (incluyendo un ceremonioso soliloquio). De todas maneras, no faltan los interludios más animados que se encuadran en complejos esquemas rítmicos. Otro incuestionable culmen del álbum. ‘Who’s To Decide?’ nos sorprende con sus vibraciones jazz-rockeras desde los primeros instantes, marcados por la grácil agilidad de la dupla rítmica. La verdad que esto suena a un inaudito pero muy agradable híbrido de HATFIELD AND THE NORTH y los PREMIATA FORNERIA MARCONI de la fase 74-75. Más adelante hay un ejercicio de estilizada densidad que enriquece al dinamismo integral de la pieza. Dentro de la normativa estética de CICCADA, una pieza así encarna el contraste perfecto frente a las peculiares vibraciones meditabundas de ‘No Man’s Land’. Siendo el tema más largo del repertorio con sus poco menos de 12 ¾ minutos de duración, ‘Queen Of Wishes’ cumple con la función de cerrar a lo grande el álbum, y ya desde el punto de partida, con ese solemne prólogo pastoral marcado por las maderas, el grupo expone claramente sus intenciones. Pronto, las partes cantadas emergen para amalgamarse consistentemente con las marañas instrumentales, estando éstas inmersas en una línea de trabajo que también reconocemos en bandas como JORDSJØ y AGUSA, así como en HÖSTSONATEN: un equilibrio entre lo rockero y lo pastoral dentro de un convincente enclave progresivo que alterna estrategias de ilación y contraste. Básicamente, hallamos aquí una síntesis de las atmósferas centrales de las piezas primera y cuarta, con el plus de que en los pasajes más aguerridos se permite a la guitarra solista mostrar un punche más directo. Todo esto fue lo que se nos brindó en este hermoso álbum titulado “Harvest”, una auténtica cosecha de música progresiva óptimamente exquisita de parte del ensamble griego CICCADA, cumpliendo en gran medida con las expectativas despertadas por el magnífico camino evolutivo que el grupo concretó en la secuencia de sus dos discos precedentes. 

Aunque no es tan brillante como su predecesor, este nuevo álbum hace un generoso derroche de colorido e inteligencia arquitectónica a través de sus inagotablemente floridos desarrollos temáticos; es por ello que no nos deberá extrañar que “Harvest” se sitúe en posiciones muy altas en los rankings progresivos de fines de este año 2021 cuando llegue el momento de esas habituales encuestas. El colectivo de CICCADA ha recogido una fructífera y fenomenal tercera cosecha musical con este trabajo totalmente recomendable para una buena colección de música progresiva; este grupo griego se mantiene firme en la cima del prog europeo de los últimos 11 años.


Wednesday, May 12, 2021

KARABA: la nueva voz del jazz-prog alemán

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy tenemos la ocasión – un poco tardía, es verdad – de presentar el tercer álbum de estudio de la joven banda jazz-progresiva alemana KARABA, la cual está conformada por Andreas Kainz [piano eléctrico Fender Rhodes, sintetizadores y órgano], Marcel Maier [bajo], Louis Bankvas [guitarra] y Jakob Graf von Thun [batería]. El disco en cuestión se titula “Pheremon Crumble Wax” y fue publicado el 27 de noviembre del pasado año 2020 por el sello Kryptox en formato de vinilo, aunque también se puede escuchar en el blog de Bandcamp del susodicho sello. En el disco que hoy nos ocupa (que la gente misma de KARABA considera como EP), el cuarteto recibió las ocasionales colaboraciones de Marja Burchard al vibráfono y de Sascha Lüer al saxofón. Tras un disco de debut homónimo del año 2014 y un segundo titulado “Schwester Mondreal” que data de 2018 (además de un disco en vivo publicado poco antes del ítem que ahora reseñamos), los KARABA se han ganado un lugar importante dentro de la vanguardia alemana, lo cual les ha permitido participar en varios festivales de rock y de jazz en diversos lugares de Europa antes de nuestro tiempos actuales de distanciamiento social sistemático. Bueno, veamos ahora los detalles de este disco.


Los primeros 5 ¼ minutos del disco están ocupados por ‘Der Inder’, una pieza de claro talante fusionesco cuyo sencillo motif central, alimentado sutilmente por aires arábigos, se combina fluidamente con gráciles vibraciones de corte space-rockero (en un punto intermedio entre VESPERO y HIDRIA SPACEFOLK). Los ornamentos de la percusión tonal aportan mucho al colorido y las tonalidades que continuamente se van reafirmando mientras dura el jam; también se agradece que la labor del baterista se torne crecientemente sofisticada, lo cual obliga al bajo a crear algunos ornamentos a través de la bien perfilada estrategia monótona que había diseñado para la ocasión. Acto seguido llega el turno de ‘Der Kaelte’, una pieza donde el grupo empieza a dar rienda suelta a sus encuadres jazz-progresivos dentro de lo que muy bien se puede describir como una cruza entre el legado de los cuatro primeros álbumes de EMBRYO y la faceta más sofisticada del Canterbury (estamos pensando en HATFIELD AND THE NORTH y en EGG). Aunque la atmósfera general del centro temático es otoñal y con una cierta dosis de misterio, la ingeniería sonora que el grupo gesta para enriquecerlo y llevarlo hasta proporciones climáticas durante su segunda mitad exuda una exuberancia fulgurosa. Las interacciones entre los instrumentistas es compactamente orgánica mientras se complacen en explotar sus virtuosismos individuales; una mención especial va para la dupla rítmica. Un primer cénit del repertorio. Con la dupla de ‘Levent’ y ‘Spacefunk’, el ensamble se encarga de expandir su paleta sonora mientras refuerza la estrategia estética planificada para el disco como un todo, especialmente en lo concerniente a los ecos recibidos del segundo tema. ‘Levent’ ostenta una espiritualidad alegre y extrovertida que, en cuanto al enfoque temático escogido para la ocasión, nos recuerda a un encuentro entre WEATHER REPORT y los SOFT MACHINE de la etapa 73-76, pero con un vigor añadido que se siente muy contemporáneo, muy emparentado con lo que hacen entidades actuales como ELEPHANT9 y KROKOFANT. Por su parte, ‘Spacefunk’ sigue por una senda muy semejante pero con una agitación un poco más contenida en su primera sección, la cual se acerca mucho a los elementos de funk dentro de la tradición del jazz-fusion de fines de los 70s (un poco a lo PASSPORT con ZAO). La segunda sección se torna un poco más parsimoniosa, aunque el esplendor sonoro sigue vigente: las líneas protagónicas del saxo y los vuelos cósmicos del sintetizador focalizan el colorido general del ensamble.
 

‘Gentrification’ se ocupa básicamente de hibridizar los matices y grooves que signaron a los temas #2 y #3, creando una confluencia perfecta entre la sofisticación del jazz-rock, la estilización del discurso progresivo y el vigor penetrante de la psicodelia. La dupla rítmica vuelve a lucirse a lo grande. Pensando en esta pieza en particular, así como en la segunda y la tercera, posiblemente hubiese valido la pena que duraran un poco más, dado que tienen un magnetismo muy fuerte... Pero así quedaron las cosas. La gente de KARABA se reserva el tema más extenso del álbum para el final: ‘Fiji Fiji’, el cual dura casi 10 minutos enteros. El enfoque creativo empleado por la banda para este intensivo momento final consiste en balancear los empujes propios del jazz-prog y del space-rock, añadiéndose algunos elementos de recia musculatura propias del estándar del punk-jazz. Percibimos aquí influencias de EMBRYO, KHAN, los GONG de la etapa 74-76 y de RETURN TO FOREVER, un fluido encuentro entre el nervio y la majestuosidad a través de las bien hiladas variantes temáticas. El clímax sonoro del intermedio resulta fundamental para insuflar una crucial energía al asentamiento del excelso desarrollo temático de los últimos tres minutos y pico. Esto se nota especialmente en el modo en que el bajo disputa con la guitarra la presencia en la primera línea mientras la batería se complace en articular con recursos intrincados el swing en un tempo inusual. La breve coda retoma una parte del primer motif. ¡Qué gran final para un disco tan genial! Como balance general, “Pheremon Crumble Wax” encarna la resonancia de una labor notable y excelsa de musicalidades jazz-progresivas donde hay vías estratégicas para el despliegue de un firme enfoque ecléctico. El personal de KARABA se ha lucido a lo grande, confirmando que ya está situado más allá del ámbito de las jóvenes promesas de la vanguardia actual: ya es una entidad completamente madurada, aunque todavía radiante de juventud. En poco menos de 36 minutos, “Pheremon Crumble Wax” ha permitido al mencionado grupo lucir su talento e ímpetu creativos con frescura y lucidez, dejándonos con ganas de más. Ojalá no pase mucho tiempo hasta que este colectivo germano produzca y lance su próximo trabajo fonográfico; mientras tanto, recomendamos éste al 100%. Hemos descubierto un poco tarde a esta banda y a esta obra en particular, pero vale mucho la pena investigar en su discografía cuanto antes. 
 
 
Muestras de “Pheremon Crumble Wax”.-
Der Kaelte:  https://kryptox-music.bandcamp.com/track/der-kaelte
Levent:  https://kryptox-music.bandcamp.com/track/levent
Fiji Fiji: https://kryptox-music.bandcamp.com/track/fiji-fiji

Monday, May 10, 2021

Los KROKOFANT se asocian con STÅLE STORLØKKEN y INGEBRIGT HÅKER FLATEN para conjurar la magia de la letra Q

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Con bastante demora llega esta reseña, pero… al final llega: nuestras apreciaciones sobre la cuarta obra fonográfica del ensamble noruego KROKOFANT, o más bien, la primera que realiza este trío en asociación con STÅLE STORLØKKEN y INGEBRIGT HÅKER FLATEN. Esta obra se publicó a fines de setiembre del año 2019 y lleva el título de “Q”. De la mano del sello Rune Grammofon, este disco tuvo sus ediciones respectivas en CD y en vinilo (con logística adicional de parte del sello alemán Optimal Media GmbH para el CD), además de una edición limitada que junta a ambos formatos. Se trata de una ocasión muy especial, pues el trío conformado por Tom Hasslan [guitarras], Jørgen Mathisen [saxofones] y Axel Skalstad [batería y vibráfono] se asoció, tal como dijimos más arriba, con el teclista Ståle Storløkken y el bajista Ingebrigt Håker Flaten, resultado ser, a fin de cuentas, un disco de quinteto. Conocemos a Storløkken por ELEPHANT9, una banda que junto a KROKOFANT y otras, se sitúa en la primera línea de la avanzada jazz-progresiva escandinava de los últimos 20 años. Por su parte, Flaten es un muy ocupado sesionista experto en bajo y contrabajo, actualmente residente en los EE.UU. Grabado y mezclado en el Studio Paradiso de Oslo, todo el material contenido en el disco que ahora reseñamos fue compuesto por Hasslan. Cada uno de los cuatro temas que conforma el repertorio de “Q” lleva ese mismo título como si fuese una parte específicamente ubicada dentro de una idea integral; veamos ahora los detalles estrictamente musicales de estos temas.


Con sus 13 ½ minutos de duración, ‘Q – Part 1’ abre las cosas a lo grande y, de paso, se explaya como la pieza más extensa del álbum. La batería elabora con exultante entusiasmo y electrizante musculatura un poderoso swing en un tempo complejo, empujando a que los demás instrumentos vayan ingresando con la orden de crear y mantener una sinergia vigorosa. El desarrollo temático, en sus pasajes iniciales, tiende a lo parco, pero las capas, solos y ornamentos de los teclados ayudan crucialmente a que dicho desarrollo preserve una inapelable majestuosidad. Una vez madurado el cuerpo central, éste entra a tallar con un derroche de espiritualidad resolutiva. Lo que suena aquí se puede describir como una cruza entre el legado del jazz-fusion de unos WEATHER REPORT pre-75 y unos RETURN TO FOREVER de la etapa 74-76, por un lado, y el estándar del jazz-rock alimentado por la psicodelia progresiva que hallamos en varios nombres notables del nuevo milenio (ELEPHANT9, FIRE!, MACHINE MASS, los propios KROKOFANT). Dicho sea de paso, el impresionante solo de guitarra que se ensancha por doquier mientras la pieza se acerca a su ecuador marca una electrizante mezcla de los paradigmas de McLaughlin y Rypdal. Para no quedarse atrás, cuando llega el momento de lucimiento para el órgano, éste ostenta una convincente agresividad revestida de tonos sombríos. Y bueno, cuando llega el momento del diálogo entre saxo y batería, el asunto vira hacia el free-jazz. Enorme temazo para abrir un álbum que promete brindarnos más cosas estupendas, y, en efecto, ‘Q – Part 2’ sigue a continuación para perfilar y capitalizar la metralla expresiva arrojada por el tema de entrada en un viraje hacia una atmósfera un poco más cálida. De este modo, se enfoca en los colores más extrovertidos que se despliegan en el álbum entero, dentro de un encuadre sonoro y un groove bastante gráciles: varios fraseos de la guitarra se amalgaman alternadamente con los teclados y el saxo. Hay muchos aires de familia con lo que la banda compatriota ELEPHANT9 ha venido haciendo en sus últimos álbumes, aunque cabe señalar que en esta actuación específica de KROKOFANT, hay una garra más explícita. 


‘Q – Part 3’ opta por un viraje hacia el sendero de lo ceremonioso. Ofreciendo un perfecto equilibrio entre la aspereza estilizada del punk-jazz y la faceta más serena del paradigma jazz-progresivo, el ensamble se deja llevar inicialmente por un lirismo que resulta renovador frente a las vibraciones vivaces que habían imperado en los dos temas precedentes. El groove tiene, en general, algo de sensual mientras que varios pasajes armados por la triangulación de teclado, saxo y guitarra tienen algo de enigmático. Un pasaje experimental que emerge en el intermedio sirve de cimiento para el armazón de unos aires espectrales al estilo del RIO antes de que el epílogo instaure un regreso al lirismo, esta vez con un nervio notoriamente incrementado.  Al igual que la Parte 1, la Parte 3 conforma otro cénit decisivo del repertorio, mas aún queda terminar con otra pieza estupenda que se titula ‘Q – Part 4’, la cual fue diseñada para sintetizar la musculatura jovial del primer tema y la gracilidad bien perfilada del segundo. Se abre un espacio generoso para el lucimiento del órgano a poco de iniciarse la pieza, aunque, sin duda, se hace sentir la batería bastante destacada dentro del entramado grupal. Un poco más adelante, es el saxo quien se sitúa en el centro protagónico, impulsado por las agitaciones perfectamente estructuradas por la confluencia de los otros instrumentos. Como es de esperar, el grupo arma un intermedio alevosamente desestructurado desde el cual impulsa un clímax fabuloso para redondear la faena en un ejercicio de elegantes exaltaciones incendiarias. Un gran final para esta pieza y también para “Q”, una magnífica obra jazz-progresiva donde los músicos involucrados lograron concretar una excelente mezcla de sutileza atmosférica, color y vigor estilizado. 
Parece que este experimento de tocar con la alineación expandida de quinteto le gustó a KROKOFANT, pues en octubre del pasado año 2020, el trío unió fuerzas con Storløkken y Flaten en un concierto transmitido virtualmente desde el Kafé Hærverk de Oslo. Ya veremos en su momento cómo será el próximo disco de KROKOFANT, pero volverá a ser realizado por el quinteto completado con STÅLE STORLØKKEN y INGEBRIGT HÅKER FLATEN. En fin, que esta reseña llega tarde, repetimos, pero nunca es tarde para explorar y evaluar la grandeza de cualquier obra fonográfica realizada por este genial colectivo noruego. En el transcurso de poco menos de tres cuartos de hora, este ensamble pentapartito se ha prodigado genialmente en la creación de vibraciones revitalizadoras para el paradigma de la vanguardia jazz-progresiva en un desdoblamiento consistente de sortilegios sonoros: debe ser que la letra Q tiene algo magia, quién sabe. Recomendable al 500% (un 100% por cada músico involucrado).

Friday, May 07, 2021

GODSPEED YOU! BLACK EMPEROR: música para el apocalipsis cívico-político

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy tenemos el enorme agrado de presentar el nuevo disco del legendario y vigente ensamble canadiense GODSPEED YOU! BLACK EMPEROR, el séptimo trabajo de larga duración de su carrera: éste se titula “G_d’s Pee at State’s End!” y fue publicado el pasado 2 de abril por el sello Constellation, tanto en CD como en vinilo. Los instrumentistas que conforman la alineación de GY!BE son Aidan Girt [batería], David Bryant [guitarras eléctricas y sintetizador MG-1], Efrim Manuel Menuck [guitarras eléctricas, sintetizador OP-1 y efectos radiales], Mauro Pezzente [bajo], Michael Moya [guitarras eléctricas], Sophie Trudeau [violines y órgano], Thierry Amar [bajo y contrabajo] y Timothy Herzog [batería y glockenspiel]. El grupo incluye oficialmente a Karl Lemieux y a Philippe Leonard, proyeccionistas de filmes de 16mm, como integrantes del mismo. Este disco sucede por casi cuatro años a “Luciferian Towers” y, de varias maneras, encarna un regreso a los enfoques sonoros gestados en sus primeras grabaciones (“F♯ A♯ ∞”, “Lift Your Skinny Fists Like Antennas To Heaven” y “Yanqui U.X.O.”, entre 1997 y 2002), aunque sin renunciar a la reforzada estilización que ha marcado su línea post-rockera de forma recurrente desde el fin de su hiato entre los años 2003 y 2012. El material contenido en “G_d’s Pee at State’s End!” fue grabado en vivo en el estudio Thee Mighty Hotel2Tango, entre el 6 y el 11 de octubre del 2020. Del 12 al 18, el grupo realizó edicionesy sobremezclas, completándose el proceso de masterización poco después en el estudio Greymarket bajo el mando de Harris Newman. En palabras de los propios integrantes del grupo, la música de este nuevo álbum fue compuesta mayormente mientras todavía podía hacer giras: “después lo grabamos portando máscaras, distanciados durante la segunda ola de la pandemia. Era otoño y el sol de los atardeceres era inauditamente gordo y anaranjado. Nosotros procuramos hacer un recuento más luminoso aquí, acurrucados bajo diversos estados de malestar, preocupación y sobrecogimiento.” El grupo también expone un manifiesto severo de corte cívico y político, al igual que en su disco precedente. En el caso presente, el manifiesto es éste: “Este álbum versa sobre todos nosotros que aguardamos el final. Todas las formas vigentes de gobierno son fallidas. Este álbum versa sobre todos nosotros que aguardamos al nuevo comienzo, y está informado por las siguientes demandas: 1) hay que vaciar las prisiones; 2) hay que sustraer el poder de la policía para dárselo a los vecindarios que ella misma aterroriza; 3) hay que acabar con las guerras interminables y otras formas de imperialismo; 4) hay que regular impuestos a los ricos hasta que ellos mismos resulten empobrecidos.” Se trata de un nuevo paso dentro de la concepción posmoderna y de cercanía anarquista sobre los temas políticos y sociales que el colectivo de GY!BE siempre ha tenido como credo conceptual para sus inspiraciones musicales. Bueno, repasemos ahora los detalles estrictamente musicales de “G_d’s Pee at State’s End!”.


Durando poco más de 20 ¼ minutos, la maratónica pieza cuatripartita ‘A Military Alphabet (Five Eyes All Blind) (4521.0kHz 6730.0kHz 4109.09kHz) / Job’s Lament / First Of The Last Glaciers / Where We Break How We Shine (ROCKETS FOR MARY)’. Todo empieza con un clima minimalista y distante atravesado por voces instructivas radiales, siendo éstas las que impulsan el arribo de efectos de sintetizador con los que se ha de reforzar el aire abstracto de este prólogo. El talante distante se torna crepuscular cuando unas notas graves de contrabajo instalan un solo denso y espartano, el mismo que anuncia con una misteriosa solemnidad el pronto arribo del primer cuerpo central, uno basado en sobrias escalas de guitarra sobre las que se habrá de sostener un denso motif en 6/8. El armazón rítmico se asienta poco antes de llegar a pasar la frontera del octavo minuto tras un crescendo onírico y muy sutil, y es ahora que la ambientación general del ensamble se torna aguerrido, añadiendo una aureola nebulosamente intensa que tiene algo de bélico. Un poco más adelante, el frenesí expresionista se acrecienta por un breve rato, gestándose con esto un puente hacia la siguiente sección que, desde su particularidad, es capaz de aportar un clímax explosivo con personalidad propia. La sección nueva a la que nos referimos antes se explaya en un groove más cadencioso, muy propio de lo que el ensamble de GY!BE hacía en sus tres primeros discos, ya clásicos perennes del post-rock: una mezcla de los estándares Floydiano y Crimsoniano con un enfoque cinematográfico y un empleo estratégicamente disperso de los desarrollos melódicos. Para los últimos minutos, el enclave ceremonioso ya instaurado se torna contemplativo y sereno: tras los últimos embates de los guitarreos y el violín, algunos disgregados efectos percusivos marcan el final de la pieza. Algo así como un cántico simbólico a los últimos instantes en los que el Sol se deja ver en el crepúsculo. Una vez terminada toda esta esplendorosa aventura sonora, llega el turno de ‘Fire at Static Valley’, una pieza centrada sistemáticamente en un lirismo envolvente donde lo onírico y lo furioso parecen fusionarse como una sola corriente de turbias aguas comunicativas. Los sutiles punteos de una de las guitarras y las elegíacas líneas del violín dirigen el constante refuerzo del motif central mientras los dos percusionistas sostienen al bloque general con un swing tanático y parco. 


La segunda mitad del álbum comienza con otro mamut musical cuatripartito, esta vez ocupado un espacio de 19 ¾ minutos; se trata de ‘«GOVERNMENT CAME» (9980.0kHz 3617.1kHz 4521.0 kHz) / Cliffs Gaze / Cliffs’ Gaze At Empty Waters’ Rise / ASHES TO SEA Or NEARER TO THEE’. Al igual que la otra pieza monumental del álbum, efectos sonoros dan inicio al tema, esta vez, con voces callejeras que suenan como emanadas de un paraje fantasmagórico. Una vez que las guitarras y el violín dan inicio a la intervención instrumental, todo se inicia con un flujo libre donde las aleatorias intervenciones de las baterías y los bajos brindan sólidos recursos deconstructivos a esta sección inundada por un aire expectante. Al poco rato se instala un motif reconocible al modo de un blues psicodélico en clave típicamente post-rockera. A poco de pasada la frontera del séptimo minuto y medio, mientras se preserva el tempo, los guitarreos transitan hacia unas vibraciones más oscurantistas. Pasando de este modo de un espíritu contemplativo a otro pesimista y agrio, el terreno está preparado para que se sienten los cimientos de una próxima sección minimalista de talante cósmico poco antes de llegar a la frontera del décimo primer minuto. Ahora parece que todo evoca al paradigma exploratorio de los primeros años de TANGERINE DREAM y KLUSTER mientras los mantos sonoros ostentan una especie de perturbación celestial mientras explora los espacios más cavernosos de su faceta introspectiva. En algún momento, cuando emergen unos calmados arpegios de guitarra, se va gestando una última sección que no vemos venir, una muy vibrante y fulgurosa que mezcla el vigor mecanicista de NEU! y la densidad arrolladora de MOGWAI. Tanto la personalidad jovial del motif en curso como el entusiasta swing creado para la ocasión apuntan hacia los sueños de celebración de un triunfo futuro, una magnificencia que nos aguarda en el horizonte cercano. Los efectos de campanas jubilosas que surgen en los instantes finales refuerzan esta intuición. Una vez acabada esta segunda suite, cuando todavía resuena en nuestras mentes el eco de ese jolgorio, emerge ‘OUR SIDE HAS TO WIN (For D.H.)’ como cierre del repertorio del álbum. Sin intervenciones percusivas de ningún tipo, todo el esquema sonoro queda en manos de las capas evocadoras de las guitarras duales, el violín y el contrabajo. En cuanto a lo propiamente estructural, este epílogo del disco ostenta unas tonalidades fluviales donde las notas van sosteniéndose a lo largo de su imparable flujo; en cuanto a su espiritualidad, se trata de un despliegue de matices elegíacos donde se enmarañan los hilos de la nostalgia y de la introspección.

Todo esto fue “G_d’s Pee At State’s End!”, la banda sonora para la hecatombe cívico-política que la gente de GODSPEED YOU! BLACK EMPEROR percibe como herencia perpetua y peligrosa del ideal político moderno. En cuanto a lo estrictamente musical, se trata de un álbum que combina perfectamente la musculatura ácida y oscurantista de la primera etapa con las inquietudes introspectivas exploradas en los enfoques predominantes que se plasmaron en ésta, su segunda etapa. Un gran trabajo fonográfico que mantiene a este colectivo como una figura señera dentro de la historia y el presente del rock vanguardista en su vertiente post-rockera.
 
 
Muestras de “G_d’s Pee At State’s End!”.-
A Military Alphabet (Five Eyes All Blind) (4521​.​0kHz 6730​.​0kHz 4109​.​09kHz) / Job’s Lament / First Of The Last Glaciers / Where We Break How We Shine (ROCKETS FOR MARY): https://godspeedyoublackemperor.bandcamp.com/track/a-military-alphabet-five-eyes-all-blind-45210khz-67300khz-410909khz-job-s-lament-first-of-the-last-glaciers-where-we-break-how-we-shine-rockets-for-mary
OUR SIDE HAS TO WIN (For D​.​H​.​): https://godspeedyoublackemperor.bandcamp.com/track/our-side-has-to-win-for-d-h