Tuesday, May 31, 2011

ZS o la osadía de reformular lo que significa vanguardia


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión volcamos nuestra atención en un ensamble estadounidense originario de Brooklyn – ZS. Este grupo encarna una de las fuerzas musicales más contundentes e impenetrables que han entrado en acción en la vanguardia contemporánea desde el inicio del nuevo milenio. Desde lo ofrecido en su homónimo disco debut de 2003 hasta la fecha, pasando por varias alteraciones en su formación, la música de ZS se ha caracterizado infaltablemente como una incendiaria combinación de free-jazz, jazz contemporáneo industrial, vanguardia académica, psicodelia de altas ambiciones ruidosas y math-rock. La oferta fonográfica de ZS para el presente año 2011 es “New Slaves II: Essence Implosion!”, que es en realidad una edición de versiones remezcladas de las piezas que ocuparon “New Slaves” el año pasado. En este artículo reseñaremos precisamente el disco original, el cual es justo y adecuado señalar como el manifiesto combativo de un posicionamiento estético en el cual los músicos de ZS se plantean nuevo desafíos dentro de una espiral de destrucción de todo aquello que “apeste” a norma y canon: o dicho con otras palabras, una osada reconsideración de lo que significa vanguardia. Hasta poco antes de la concepción de “New Slaves”, ZS operaba como un trío de Ben Greenberg (guitarra, sintetizador y efectos electrónicos), Ian Antonio (batería, percusión y efectos electrónicos) y Sam Hillmer (saxofón tenor y pedales), pero pronto se les unió Amnon Freidlin (también a la guitarra).


El tema de apertura ‘Concert Black’ se basa en una articulación de dos polos centrados en sonoridades etéreas: uno armado por loops sintetizados que van fluyendo cuales amables nubes espectrales en un cielo casi completamente silencioso, otro armado por delicados acordes de guitarra que se sumergen en su propia introspección, ambos polos unidos en un esquema sónico que nos puede recordar fácilmente al KRAFTWERK de “Ralph & Florian” o los pasajes más sutiles de la dupla FRIPP & ENO. Mientras los últimos efluvios de ‘Concert Black’ se van desvaneciendo en su perpetua calidez cósmica, la armazón rítmica de ‘Acres Of Skin’ hace su ingreso para establecer una pauta distinta, motivar una reacción nueva en el oyente, una reacción donde su mente se sienta impulsada a saltar hacia abismos de abstracción tribal y nieblas de inapelable inquietud pulsátil. En tal sentido, es de valorar el modo en que la guitarra elabora ingeniosos matices percusivos en perfecta consonancia con las consistentemente precisas cadencias que se alzan como la voz líder de la pieza, mientras que el saxo espera sus momentos para resaltarse en medio de la tensión mecánica en curso. El abrupto final de esta pieza es el anuncio para que ‘Gentleman Amateur’ emerja y desarrolle una apabullante muestra de delirio híper-industrial: esta pieza es toda una hipérbole del estándar del noise-rock, modificada y reformulada a través de un reciclamiento cibernético que suena tan surrealista como futurista, insoportable y magnético a la vez, uno de los desafíos más radicales a cualesquiera conceptos de belleza que nos salgan al frente. Si ‘Gentleman Amateur’ era una hiperbólica celebración del ruido instrumental organizada bajo conceptos estrictamente abstractos sobre el rol mecanicista del sonido en el arte, ‘Don’t Touch Me’ se libera de dicho mecanicismo y lo convierte en una anarquía que parece emular el descalabro de los motores del intelecto y el resquebrajamiento de las paredes de la conciencia; a continuación se engarza ‘Masonry’, estableciendo algo muy diferente, una calma ensoñación que no se pone realmente a la lógica modernista de las piezas anteriores, pero sí le da una nueva perspectiva sobre la base de una situación contemplativa, serena, no tan preocupada respecto al entorno inherentemente violento y parametrado del mundo contemporáneo.


El tema homónimo ocupa poco menos de 21 minutos de espacio, un espacio bastante expansivo para que el grupo siga explorando con su peculiar sentido vanguardista los más oscuros rincones de la demencia abstracta, y de paso, crear nuevas áreas de este territorio. La cacofónica pulsación persistente en 3/4 con que se inicia la pieza nos remite a una explosiva mezcla de furia extrovertida y neurosis radical atravesada por una insistente vibración mecánica: ésta será la tónica general de la pieza a través de las variantes de compás y motivo que se van desarrollando a lo largo del camino, la sensación de que una máquina cobra vida para tratar inútilmente de gritar su desencanto ante el destino de formar parte del inmenso metal sin alma con el que nuestra realidad contemporánea redefine el mundo. Varios adornos tímbricos y rítmicos en clave de free-jazz entran a tallar para aportar interesantes variantes a la lunática dinámica general. Poco antes de la barrera del 13er minuto irrumpe un solo de saxo que es la misma encarnación de las peores psicosis conocidas por la ciencia. A continuación sigue una tropelía de incesantes descargas de potencia sónica que se proyectan hacia una inmensa hoguera cuyas llamas están hechas del material de nuestra más desolada desesperación. Los últimos 23 minutos y pico del disco están ocupados por la secuencia de dos secciones del concepto ‘Black Crown Ceremony’: la sección titulada ‘Diamond Terrifier’ está dominada por líneas y fraseos de saxo convenientemente filtrados a través de efectos de pedales y consola, algo así como un ejercicio de free-jazz articulado bajo la lógica del krautrock en su frontera más cercana con la musique concrete; la siguiente sección, titulada ‘Six Realms’, perpetúa esta aura abstracta “engañosamente calma” para explayarse en ornamentos y mutaciones electrónicas varias de neta inspiración minimalista, aumentadas con ruidos de ambientes urbanos y conversaciones. Si el desasosegado delirium tremens de ‘New Slaves’ reflejaba el furioso pavor de quien se siente irremediablemente atrapado, el concepto de ‘Black Crown Ceremony’ parece retratar la vacua liberación de un Bartleby enajenado que no reconoce en sí una voluntad vinculante con su entorno. Un poco pesimistas y desencantadas estas ideas que se ofrecen en las últimas líneas, pero sin duda que el arte de ZS no invita ni al desencanto ni a la dejadez, sino a redefinir con valentía y osadía las reglas habituales del disfrute estético: el repertorio de “New Slaves” se revela como vehículo y motivación para ello.


Muestra de “New Slaves”.-
Acres of Skin: http://www.myspace.com/zstheband#!/zstheband/music/songs/acres-of-skin-68230105

Friday, May 27, 2011

COMBAT ASTRONOMY y su nueva proyección para la avanzada progresiva actual


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

COMBAT ASTRONOMY, la banda que traemos hoy a colación, es el nombre de la criatura musical fundada por el bajista y experimentador de elementos electrónicos James Huggett: de hecho, el disco debut “Lunik” era resultado de una idea musical estrictamente solista. Pronto Huggett en Martin Archer un leal asociado: siendo éste un músico formado en instrumentos de cuerda y viento, además de experimentaciones de línea musique concrete, COMBAT ASTRONOMY contaba ya con el impulso adecuado para consolidarse como una propuesta de chamber-rock orientada al desarrollo y realce de las facetas más inquietantes y amenazadoras de la tradición progresiva dentro de la vanguardia del nuevo milenio. Aunque hay sin duda una dirección evolutiva y una actitud de continua auto-renovación en la obra de COMBAT ASTRONOMY, se puede advertir que los aspectos más recurrentes de la aventura progresiva que la banda ha asumido como misión artística propia son el ART ZOYD post-“Phase IV” (un chamber-rock revitalizado con recursos y atmósferas industriales), el vigor alucinado de PRESENT y UNIVERS ZERO en sus respectivas etapas iniciales, el delirio surrealista de unos DOCTOR NERVE (sin el factor cuasi-punk) y la faceta más abstracta de unos 5UU’s, amén de alusiones al vitalismo oscuramente opresivo del zeuhl estándar. Este último referente que menciono se nota de inmediato en el modo en que el bajo y el esquema rítmico se resaltan con tanta muscularidad en la instrumentación grupal, pero es el RIO más que el zeuhl el paradigma vanguardista donde se encuadra la obra de COMBAT ASTRONOMY. El disco que este grupo nos brinda para el año 2011 se titula “Flak Planet”, y la formación a cargo de engendrar este desafío consta, aparte de los ya mencionados Huggett y Archer, de Mick Beck (saxofón tenor y fagot), Derek Saw (trombón y trompeta) y Mike Ward (saxofón tenor, flautas alto y bajo, corno de alce, flauta africana). Las partes percusivas que suenan en el disco son mayormente programadas, aunque en las actuaciones en directo el grupo siempre cuenta con un baterista real.


‘The Stone Tape’ ocupa los primeros 6 ½ minutos del álbum, estableciendo una tensión agresiva con filos oscurantistas, al modo de la banda sonora de un ejército de iconoclastas dispuestos a derribar imágenes y castigar físicamente a los creadores de las mismas. En medio de los arreglos de metales se destaca inmensamente el trombón con sus alaridos híper-neuróticos, aunque de por sí la estructura rítmica de la pieza traspasa los límites habituales de la arquitectura rítmica propiamente dicha y también ocupa un primerísimo plano dentro del ensamble instrumental. A poco de pasada la barrera del quinto minuto, la ambientación opresiva empieza a atenuarse, como si la cacería de los malditos hubiera llegado a su fin. Luego sigue la pieza homónima, un ejercicio de puro misterio nebuloso e inescrutable a través de 7 minutos y pico de sonoridades prioritariamente focalizadas en una confluencia entre el UNIVERS ZERO 79-82 y la faceta más etérea de unos 5UU’s: la opresión no se ha desvanecido, sino que se ha transformado en una actitud de desafío cómplice sobre la base de un sofisticado swing (desarrollado en la percusión programada). Los arreglos de metales siguen siendo los principales portavoces de la tensión imperante. ‘Zona’ retoma en buena parte la filuda paranoia del primer tema aunque haciéndose eco del dinamismo retorcido que había marcado la esencia de ‘Flak Planet’; si a eso sumamos las ocasionales interferencias arrebatadoras del piano, las raramente mágicas capas de órgano y los inesperados ornamentos de flauta dulce bajo, tenemos aquí una situación donde el ensamble explora refrescantes posibilidades de colorido musical para darle un nuevo giro a su esencial dinamismo siniestro. Una vez que esta expansión de coloridos y matices inquietantes llega a su conclusión, el engarce con las cortinas minimalistas de ‘Infinity Decay’ establece una solución de continuidad con la calma cósmica que sigue a la destrucción de un universo sónico que se desgarra hasta reducirse a partes minúsculas carentes de vida.

Pero este desgarramiento no es el fin de definitivo de la totalidad del ser, sino un puente hacia una nueva realidad sónica – la de los cuatro últimos temas del disco, cuya ilación interna conforma el concepto ‘Inverted Universe’. La primera parte de ‘Inverted Universe’ consiste en una apabullante descarga de golpes de bajo y tambor (programado) que parece simbolizar el ímpetu pulsátil de una entidad magnífica que pugna persistentemente por brotar en todo su esplendor, eso sí, una entidad tenebrosa concebida en una comunión orgiástica de fuerzas del mal. Poco a poco se van acomodando los metales para aprestarse a la celebración tensa y crepuscular en torno a la cual se arma la segunda parte del concepto en curso. La tercera parte se centra en una secuencia de bajo en 11/8, un breve puente hacia la cuarta y última parte: ésta retoma la ágil intensidad infernal de la segunda parte, esta vez con una mayor presencia de los metales. Se trata de un final eficaz y coherente para un disco nada fácil de digerir y aún menos fácil de conceptualizar.


Más allá del hecho de que COMBAT ASTRONOMY asume con convicción e incluso desparpajo aventurarse hacia los terrenos más ominosos de la experimentación progresiva, su genialidad queda fuera de toda duda: para los eternos nostálgicos del RIO y el zeuhl de vieja escuela, COMBAT ASTRONOMY y este reciente disco “Flak Planet” son pretextos para seguir disfrutando de su combativa melomanía.


Muestras de “Flak Planet”.-
The Stone Tape: http://www.goear.com/listen/7687c2c/the-stone-tape-combat-astronomy
Zona: http://combat-astronomy.bandcamp.com/track/zona


[Dedico afectuosamente esta reseña a mi hermano progresivo Rodrigo González Zegarra]

Monday, May 23, 2011

El nuevo amanecer retro-progresivo de WOBBLER







HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Segundo o tercer CD del grupo noruego retro-progresivo WOBBLER (dependiendo de quien quiera considerar a “Afterglow” como un EP o un CD propiamente dicho), “Rites At Dawn” resulta uno de los ítems más esperados por los coleccionistas de rock progresivo que han venido pululando desde el periodo 90ero del revival progresivo que emergió mientras se asentaba la expansión de los medios de comunicación virtual. La escena escandinava se ha mantenido como una fuente importante de creatividad dentro de las vertientes más nostálgicas del género, lo cual es sin duda un eco natural de la relevancia tan peculiarmente gravitante que tuvo en el surgimiento y afianzamiento del revival 90ero: ÄNGLAGÅRD, SINKADUS y el WHITE WILLOW pre-“Storm Signal” se sentían como referencias fuertemente inspiradoras de la voz musical de WOBBLER, así como un poco del GENESIS pre-“Selling England”, pero ahora el grupo se apoya decisivamente en crear y sustentar ideas melódicas cálidas y coloridas con un claro tufo yessiano, lo cual a su vez implica un acercamiento a otras bandas como BRIGHTEYE BRISON (en su último disco “Believers & Deceivers”, de hace un par de años). Una circunstancia que robustece esta aura yessiana es el registro tenor alto y timbre amable que ostenta el nuevo vocalista principal Andreas Wettergreen Stromman Prestmo, aunque a fin de cuentas, es la instrumentación (las florituras más usuales de los solos de sintetizador y órgano a cargo de un siempre eficiente Lars Fredrik Frøislie, el estilo tan a lo Squire del bajista Kristian Karl Hultgren) la que consigna este factor específico con mayor contundencia que cualquier otra cosa.

‘Ludic’ abre el disco al modo de un breve ensueño onírico, manso con un leve toque de inquietud cósmica, sirviendo así como preludio a ‘La Bealtaine’, pieza que exuda entusiasmo pletórico y grácil colorido. Ya en el epílogo del disco, ‘Lucid Dreams’, ahondará patentemente en las texturas oníricas que en la pieza introductoria solo se habían asomado discretamente, cerrando así una especie de círculo. Lo que ocurre en el largo ínterin de más de 40 minutos es el giro de WOBBLER que mencionamos en el párrafo anterior, el cual se confirma instantáneamente al 100% en la ya mencionada ‘La Bealtaine’, canción que se encarga de marcar y asentar las orientaciones musicales más recurrentes del repertorio en tanto un todo integral. A pesar de que la sofisticación compositiva y la solvencia técnica de los intérpretes se notan a millas de distancia, la ampulosidad nunca se exagera, y más bien el dinámico swing de la dupla rítmica se hace cargo de mantener la complejidad reinante dentro de una estructura razonablemente compacta. Los siguientes 12 ½ minutos del disco están ocupados por ‘In Orbit’, pieza que enfatiza el factor yessiano y lo enriquece de forma sugerente con la incorporación de factores genesianos, e incluso algunos recursos sonoros emparentados al RENAISSANCE menos pastoral; adicionalmente, cabe señalar que los vericuetos que el grupo arma para encajar todos los motivos que han de ocupar un lugar determinado dentro de la armazón interna de esta pieza nos puede hacer recordar a CATHEDRAL, el grupo estadounidense que hizo del YES “Tales”-“Relayer” su paradigma. El motivo de los dos últimos minutos es hermoso, cálido y transmisor de genuina serenidad contemplativa a pesar de estar apoyado en un marchoso compás de 3/4… y con un solo de Moog muy a lo Wakeman. ‘This Past Presence’ ofrece una pauta diferente al comenzar con una calma introspectiva dirigida por la guitarra acústica, las sutiles intervenciones de la flauta y el canto suave, cambiando luego las cosas hacia un esquema eléctrico: en efecto, poco antes de llegar a la barrera del segundo minuto, el quinteto elabora una hipótesis de cómo hubiera sonado YES en los tiempos del “Time And A Word” sin la orquesta. La presencia de un breve preludio dirigido por un denso mellotrón sobre un compás ceremoniosamente lento aporta un aire propiamente escandinavo al asunto por un rato, pero la coda centrada en semi-jazzeados fraseos del piano de cola que ya habían hecho acto presencia en dos pasajes precedentes emerge antes de que el oyente se acostumbre demasiado a esa momentánea densidad. ‘A Faerie's Play’ nos devuelve a los aires de inspiración CATHEDRAL que habían ocupado un rol relativamente importante dentro del esquema sónico y estructura melódica del ambicioso tema ‘In Orbit’, pero esta vez el espacio de expresión para las ideas melódicas en curso es de “tan solo” 5 minutos y pico. ‘The River’, con su riff inicial que incluye presencia de saxos, ofrece una impactante entrada muscular en su prólogo que dura poco menos de minuto y medio. A partir de allí, surge un contrastado motivo cantado que parece más cercano a SINKADUS (y al viejo WOBBLER, a fin de cuentas) que al prototipo yessiano, a pesar de que no cabe duda sobre la presencia de los ingredientes sonoros desde hace rato se han vuelto inmediatamente reconocibles. Hay también algunos trucos de corte GENTLE GIANT que surgen por ahí (especialmente en un interludio instrumental entre cerca de los 5 ¾ minutos y un instante antes de pisar la barrera del octavo minuto, marcado por inteligente juegos de síncopas y contrapuntos melódicos entre la guitarra y el sintetizador), teniendo como utilidad principal la de aportar interesantes variaciones al desarrollo instrumental. En comparación con el otro tema largo, ‘In Orbit’, expone mejores sorpresas según la lógica progresiva, pero pierde en cuanto a la construcción de robustez rockera en pasajes climáticos: en conjunto, ambos se resaltan como los picos del disco.

Tenemos ahora una perspectiva completa de lo que nos ofrece “Rites At Dawn”: una celebración y nostalgia de los parámetros del viejo prog sinfónico de los 70s, lo cual redunda en el reforzamiento de WOBBLER como punto de referencia importante para las orientaciones de la escena retro-prog durante los últimos años.

Muestra de “Rites At Dawn”.-
Lucid / La Bealtaine: http://www.youtube.com/watch?v=16wTNsK7FUc
In Orbit: http://www.youtube.com/watch?v=RQz9X3u8A0I

Friday, May 20, 2011

Un tiempo nuevo para PÄR LINDH PROJECT


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Diez años después de su último disco de estudio y poco menos de tres años tras el fallecimiento de la vocalista Magdalena Hagberg, PÄR LINDH PROJECT vuelve al ruedo progresivo contemporáneo para seguir plasmando y explorando su sinfonismo retro fastuoso en base a la intensiva labor que el señor Pär Lindh hace con su arsenal de teclados: órganos, pianos de cola, sintetizadores análogos y un par de digitales, clavicordio, mellotrón, todos ellos tienen sus espacios para aportar notables coloridos a las composiciones que se articulan a través de cada una de las piezas del repertorio de este nuevo disco titulado “Time Mirror”. Aparte de un nuevo vocalista llamado Al Lewis (de registro tenor alto), también es de destacar la presencia del bajista William Kopecky en la concisa lista de colaboradores de Pär Lindh en esta fase de su proyecto: de hecho, Kopecky hace sentir su presencia de tal modo que sobresale por encima de la batería a la hora de armar las columnas vertebrales de los motivos melódicos y ambientes que conforman cada tema – cuatro en total.


El disco comienza con una proyección de ambiciones sinfónicas muy habituales en una inmensa mayoría de discos dedicados al género: una extensa suite, y en este caso, la suite lleva el mismo título del álbum y dura poco más de 17 minutos. Una fanfarria sintetizada - un tanto emparejada con la que realiza Emerson en el “In Concert” de ELP - abre el camino para un desarrollo melódico ágil y cálido que torna hacia ambientes wakemanianos. El registro tenor del vocalista Al Lewis se sitúa a medio camino entre Jon Anderson y Terry Luttrell (de STARCASTLE): así pues, el espíritu afín al legado yessiano se acrecienta, aunque PLP se cuida muy bien de mantener una sonoridad adecuada al sinfonismo retro de nuestros tiempos, por lo que tampoco está de más notar una afinidad con los mejores discos de GLASS HAMMER. Antes de llegar a la barrera del sexto minuto, volvemos a una parafernalia instrumental que incluye viajes de órgano Hammond y sintetizador (los cuales tienen más de la pomposidad contenida de un Jürgen Fritz que de la abiertamente florida de un Keith Emerson), así como un simpático solo de piano al estilo cabaretero. No faltan tampoco los aires barrocos a cargo sucesivamente del órgano de fuelles y el clavicordio eléctrico, ni tampoco algunos momentos marcados por una agilidad melódica efectiva al estilo de TRACE. Después de 7 minutos de variados repasos de modalidades articuladas para el lucimiento de Lindh, volvemos a una sección cantada donde la patente solemnidad del vocalista se condice perfectamente con el consistente boato que ha venido marcando el esquema instrumental. Tras el reprise de un anterior motivo centrado en el órgano Hammond, se arma la sección cantada (otro reprise, a su vez) destinada a signar el cierre de la suite, la cual ampliamente evidencia alusiones al estándar de las cantatas religiosas de Haendel. ‘Waltz Street’ se focaliza en un híbrido de frivolidad Triumvirat-Beatlesca (para las vivaces partes cantadas) y la solemnidad del TRACE del primer álbum (para el interludio dirigido por el órgano Hammond, demasiado breve en mi humilde opinión): el carácter de sátira social es evidente en esta amena canción que tampoco hubiera estado fuera de lugar en algunas de las secciones humorísticas que también hallamos en algunos discos del maestro Wakeman. El Sr. Lindh asume también el rol de baterista en esta canción.


Los siguientes 10 minutos del álbum están ocupados por ‘With Death Unreconciled’, pieza cuya orientación orquestal se impone desde los golpes de tímpano iniciales y el diálogo manierista entre el piano y el violín, para que luego el ensamble reunido, bajo la incansable e omnipotente de Lindh, desarrolle un efectivo ejercicio de rock barroco que nos suena a un campo intermedio entre TRACE y el Wakeman de álbumes como “Sir John” y “Out There”. La imponente aureola lírica en curso y la importante presencia de momentos irrefrenablemente ceremoniosos generan tremendos niveles de parentesco con ‘Time Mirror’, no como un hermano mellizo, pero sí como un hermano menor que se le parece mucho. La serie de solos y motivos que tiene lugar a partir de pasada la barrera de los 7’30” es un deleite para el perpetuo amante del sinfonismo wakemaniano-fritziano-vanderlindeniano-emersoniano. Para esta canción, el vocalista fue también el baterista de turno. El último tema del disco es el instrumental ‘Sky Door’, el cual ofrece por única vez una prioridad para el desarrollo de momentos musicales motivadores de relax mental y serenidad espiritual. La pieza comienza sobre la base de un contenido compás rock-funky, afín a varios pasajes del clásico wakemaniano “Journey To The Center Of The Earth”, lo cual permite a Lindh explayarse en solos de sintetizador marcados por el realce de atmósferas evocativas y un realce del lirismo. El swing del bajista William Kopecky (tan virtuoso como inteligente) resulta fundamental para el armado integral de este viaje musical, pues su instrumento sujeto a recursos de distorsión se permite destacar como un efectivo lugarteniente para los teclados del “dueño del circo”; de hecho, hay un interludio donde la batería se detiene y Kopecky elabora un bien armado solo sobre las capas cósmicas del teclado, logrando así reformular el aura relajada que Lindh había iniciado. Al volver la batería a su función original, Lindh retoma su posición de líder y hace que sus solos y bases armónicas se destaquen más que en el primer momento, llegando así hasta el final con un plena exhibición de soltura.

Atrás quedó la prestancia majestuosamente inquieta de “Gothic Impressions” así como la gracilidad intensamente magnificente de “Mundus Incompertus”, por lo que “Time Mirror” no sale ganando en las comparaciones con los primeros registros de PÄR LINDH PROJECT, los habitualmente más celebrados – con todo, no hay nada que desmerecer a “Time Mirror”, que es un catálogo de ideas excitantes y llamativas dentro del inmortal parámetro del rock sinfónico centrado en los teclados. Pär Lindh y sus secuaces del momento han vuelto al ruedo progresivo con todas las ganas del mundo.


Muestras de "Time Mirror".-
With Death Unreconciled: http://www.youtube.com/watch?v=ym9qRwQeCeI
Sky Door: http://www.youtube.com/watch?v=12GI7hB9Cvc


[Un muy especial agradecimiento a mi hermano progresivo Joal Paiva, a quien dedico esta reseña por haberla hecho posible]

Monday, May 16, 2011

AND SO I WATCH YOU FROM AFAR, una nueva tormenta de rock experimental















HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Dos o tres meses después de comentar el disco debut de ALRIGHT THE CAPTAIN titulado “SNIB”, vuelvo a sacar a colación a otra banda norirlandesa dedicada a esto de expandir los horizontes actuales de la vertiente rockera experimental denominada math-rock. La banda de ahora responde al largo nombre de AND SO I WATCH YOU FROM AFAR, y nos ofrece un excitante muestrario de rock vanguardista y enérgico para el año 2011: “Gangs”. Después de pasar su primer par de años cultivando una hinchada de culto en Belfast y los alrededores, el año 2009 supuso el primer afianzamiento de la banda con su homónimo primer disco de estudio (aparte de EP editado poco antes), el cual robusteció el entusiasmo de los fans y llamó la atención de los conocedores en cuanto al math-rock que se practicaba fuera del área estadounidense. “Gangs” tiene ahora la difícil misión de suceder a un primer disco llamativo. La estrategia que ha usado ASIWYFA para gestar y desarrollar este nuevo repertorio se focalizó en explotar los recursos de su inherente fortaleza rockera de manera más consistente: la diversidad sonora es menos pronunciada que en el disco debut pero sigue presente, ahora bajo una ingeniería más explícitamente articulada. El mayor refinamiento de la producción de sonido y la realización de un enfoque más cohesivo para el repertorio en tanto propuesta integral permiten revelar a un cuarteto más sólido y compacto que nunca: nada más claro que esto para afirmar que el grupo ha alcanzado una madurez como unidad de creatividad artística en el seno de la experimentación rockera de nuestros días.

El tema de apertura se llama ‘BEAUTIFULUNIVERSEMASTERCHAMPION’: bajo este magnífico título se desarrolla un viaje extrovertido donde conviven las vivencias estéticas de ISIS, el KING CRIMSON 90ero y el DON CABALLERO de la etapa de “American Don”. La complejidad no está tanto en las pirotecnias del esquema instrumental, y mucho menos en la elaboración de sofisticaciones tímbricas o rítmicas, sino más bien en la plasmación de equilibradas variantes de ambiente, pasando de una extroversión juguetona a una introversión macizamente robusta de una manera impecablemente fluida, sin grietas, manteniendo siempre la compacidad. ‘Gang (Starting Never Stopping)’ sí porta una patente labor de sofisticación: se explaya en contundentes sonoridades pletóricas de intrépido salvajismo rockero, generando así una arrolladora sensación de incombustible vitalidad a despecho del carácter patentemente ordenado de cada riff, cada redoble y cada juego armónico de las guitarras duales. Los momentos finales de calma lánguidamente somnolienta impactan por dar la perfecta impresión de cierre inesperado. ‘Search:Party:Animal’ es una manifestación de puro fuego rockero que asciende y se retuerce a través de escalas neuróticas y timbres cósmicos que emanan una garra tan espectacular como hipnótica: ASIWYFA se pone aquí en plan de descarado coqueteo con el lenguaje stoner, valiéndose de ciertos trucos sonoros de origen prog-metalero para ello. La contundencia es letal, la incandescencia es atroz, la exquisita agresividad del enfoque instrumental es… simplemente maravillosa. Es hora de cambiar de registro notoriamente con el ingreso de ‘7 Billion People All Alive At Once’, pieza que explora matices un poco más reflexivos de la ideología musical de la banda, estableciendo puentes con RED SPAROWES y EXPLOSIONS IN THE SKY, aunque manteniendo ese filo tan propio que le permite mantener su aporte tan filudo a la actual tradición del math-rock, y eso se nota en el estupendo crescendo que se expande hasta segundos antes de la barrera de los 5 minutos. La coda de esta pieza se basa en breves climas aleatorios de tenor reposado que, a su vez, abren la puerta para ‘Think:Breathe:Destroy’, pieza que retoma el math-rock macizo de la casa, confluyente con estándares originados desde los cuarteles de DON CABALLERO, UPSILON ACRUX y CANVAS SOLARIS. Es imposible para el oyente no advertir el entusiasmo y el carisma vertidos en la creación y ejecución de esta pieza, la cual concluye también con una coda peculiar de raigambre cósmica.

Los temas 6 y 7 conforman sendas partes del concepto ‘Homes’. ‘Homes - Ghost Parlor KA-6 To…’, la primera entrega, perpetúa el acento cósmico de la coda de ‘Think:Breathe:Destroy’ y lo traduce en clave de space-rock-reggae, algo así como un Ozric Tentacles sin sintetizadores. La segunda parte se titula ‘Homes - … Samara To Belfast’ y dura casi 10 minutos. El grupo aprovecha a la perfección este espectro temporal para afinar y reafirmar su capacidad para mezclar la tensión juguetona del math y los ambientes espirituales del post con una fluidez tan cautivante como dinámica. Transitando por los parajes de la densidad y los de la tensión traviesa con la misma impoluta naturalidad con que el grupo concretiza sus ilaciones entre secciones filudamente agresivas y otras que se basan en manifestaciones más elaboradas de energía rockera. La intensa letanía que se arma cerca del final saca el jugo a su estructura repetitiva para motivar invocaciones de fortaleza emocional sin palabras. Los últimos cinco minutos del disco están ocupados por ‘Lifeproof’, pieza que logra plasmar una cadencia mecánica al motivo central de los primeros 2’45”, casi a lo SONIC YOUTH-con-ISIS-con-NEU!. Tal como había sucedido con el clímax de la pieza anterior, la monotonía formal, en lugar de atosigar, motiva una actitud contemplativa en el oyente. Para el resto de la pieza, el espíritu positivo se impone, por lo que la expectativa inicial da paso a la celebración y la euforia, incluso apelando a arreglos percusivos descaradamente inspirados en aires de carnaval brasileño en los momentos finales. Así concluye “Gangs”, un nuevo manifiesto de la sólida contribución que hace AND SO I WATCH YOU FROM AFAR a la vanguardia rockera alrededor del mundo.

Muestras de “Gangs”.-
‘Gang (Starting Never Stopping)’: http://www.youtube.com/watch?v=E0fZRo0AU7Y
‘7 Billion People All Alive At Once’’: http://www.youtube.com/watch?v=jV-bqF10pus
‘Homes - … Samara To Belfast’: http://www.youtube.com/watch?v=zH5JxQ3XnyM

Saturday, May 14, 2011

Una nueva era en la foresta musical de ALDO PINELLI











HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Llegó el día para comentar el nuevo trabajo solista de ALDO PINELLI La Era De Melania: Mujeres, Lugares Y Momentos”, o “La Era De Melania” para nombrarlo de forma más resumida. Un año después de que el grupo HÁBITAT editara el que hasta ahora es su mejor trabajo fonográfico, “Tratando De Respirar En La Furia” (de hecho, uno de los mejores discos de prog sinfónico que ha producido la escena argentina en los últimos años), su líder ALDO PINELLI regresa a su propia visión focalizada en sonoridades coloridas de base acústica, a veces introspectivas, a veces animadas, a veces en alguna posición intermedia, pero siempre bien articuladas a través de desarrollos melódicos claramente delineados y elegantemente dibujados. Las influencias de ANTHONY PHILLIPS, el lado folk de MIKE OLDFIELD y la faceta acústica de STEVE HACKETT son obvias, así como los intereses por los legados del Renacimiento, el Barroco, la trova estilizada y el folklore celta: toda esta amalgama de recursos evidencia que PINELLI es capaz de dejarse llevar por sus intereses progresivos incluso en empresas musicales como ésta.

El disco comienza con ‘Estudio 3’, un hermoso ejercicio de música de cámara que sirve de preparación del terreno para la sólida solemnidad de ‘Para Silvia’, un portento de confluencia entre brillante romanticismo y grisáceo misterio. Tras la sencilla placidez de ‘El Vuelo De Los Patos Salvajes’ y la cristalina elegancia de ‘La Olla, En La Cumbrecita’, llega la brumosa aura de ‘Pasaje Seis’, una oportunidad de explorar terrenos un poco más áridos de la espiritualidad humana a punta de un delicado manejo de disonancias y síncopas, un poco al modo de una bossa nova empapada de aires concretos. ‘Etel, Mi Mamá’ y ‘Rocío Sobre Las Hojas’ se sumergen en calmas aguas pastorales cuales líricos riachuelos dibujados en un paisaje renacentista de primavera: el primero tiene un tenor más solemne debido a la prominencia de los teclados, mientras que el segundo se funda en el grácil diálogo entre la guitarra y la flauta. Por su parte, ‘Canción De Francesca’ evoca un reposado momento de pura introspección detenida en el aprecio de un sentimiento que, con todo lo conmovedor que parece ser en base a las envolventes capas de teclado en el trasfondo, se manifiesta con la sobriedad provista por la secuencia melódica desarrollada en la dupla de guitarras acústicas. No es extraño sentir ciertas afinidades con el Anthony Phillips inquieto por explorar las insospechadas afinidades de las cuerdas acústicas que se esconden tras su superficial simplicidad. Con ‘Llegó El Viento’ y ‘Mientras El Mar Moja La Arena’ pasamos a un terreno muy parecido a ese matiz tan propio del sinfonismo italiano donde se conjugan el fluido dinamismo del manierismo y la calma relajada de las sonoridades bucólicas mediterráneas (LE ORME, PFM, CELESTE), con ciertos toques del OLDFIELD compenetrado con los aires acústicos de los paisajes celtas. Estos temas encapsulan, junto con el largo tema de cierre, lo más propiamente cercano a la tradición del rock progresivo que hay en el disco. ‘Danza IV: Española’ es una danza palaciega típica del incansable interés de PINELLI por sonidos y aires ancestrales.

‘Niebla’ instaura un aire muy nuevo al transcurso musical del disco: aquí tenemos una pieza basada en teclados, muy movida por atmósferas etéreas que se sitúan a medio camino entre la ceremoniosidad refinada del new age y el aspecto más reposado del sinfonismo de orientación romántica. ‘Unos Días En El Bosque’ parece encaminarse por una dirección similar por lo que se atisba en su breve prólogo, pero pronto se devela un cuerpo central pastoral muy a lo renacentista, haciéndose eco de una de las estrategias estilísticas más usuales de PINELLI. ‘Enmendando Para Resarcir’, ‘Melania’ y ‘Sendero Secreto’ completan una trilogía de cándidos viajes acústicos alevosamente marcados por la inocencia: el primero se sumerge en solemnes aires célticos principalmente definidos por la gaita sintetizada y la gaita, el segundo establece un recurso de cálida introspección bajo una aureola infantil y el tercero perpetúa la introspección en un tenor de relajada contemplación. ‘Bahía De Ushuaia’ ocupa los últimos 13 minutos del disco, suponiendo una cúspide creativa dentro de toda la carrera de PINELLI. Este tema, inspirado en la ciudad capital de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, abre con una envolvente capa de teclado que permanece en el trasfondo mientras que la dupla de guitarra clásica y flauta evocan melodías contemplativas. Poco a poco, especialmente con el ingreso del cello, el asunto se pone más ceremonioso, lo cual ayuda a abrir la puerta a un hermoso motivo sinfónico poco después de pasada la barrera del cuarto minuto y medio: dicho motivo suena casi a lo THE ENID, y a pesar de su brevedad, deja un impacto para el realce del siguiente motivo, más largo, el cual desarrolla un ambiente grisáceo aunque no inquietante, algo coincidente con el primer disco del dúo alemán FÜHRS & FRÖHLING, así como con el OLDIFELD de “Hergest Ridge”. Los últimos dos minutos se focalizan en una retoma del motivo inicial, realzando su aureola envolvente y tornándolo más parco y reposado, para finalmente desvanecerse bajo etéreos sonidos de truenos y campanas de iglesia. De este modo concluye “La Era De Melania”, un disco hermoso que en muchos sentidos supone un punto culminante para ALDO PINELLI en tanto espíritu individual.

Muestras de “La Era De Melania”.-
Mientras el mar moja la arena: http://www.myspace.com/aldopinelli/music/songs/mientras-el-mar-moja-la-arena-wav-80325126
Unos días en el bosque: http://www.myspace.com/aldopinelli/music/songs/unos-d-as-en-el-bosque-wav-80325883

Thursday, May 05, 2011

EXPLOSIONS IN THE SKY cuida muy bien de su sitial líder en el post-rock actual





















HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy traigo a colación a la banda estadounidense EXPLOSIONS IN THE SKY, un cuarteto instrumental proveniente de Austin, Texas, que solo presume de hacer música rock pero que desde hace varios años reina como una de las referencias indiscutibles del desarrollo e instalación del post-rock norteamericano. El grupo empezó a llamar seriamente la atención de la crítica y del público amante del rock vanguardista de su país con su segundo disco “Those Who Tell The Truth Shall Die, Those WhoTell The Truth Shall Live Forever” en 2001 (pocas semanas antes de los fatídicos eventos del 11-S), y con sus siguientes dos trabajos “The Earth Is Not A Cold Dead Place” y “All Of a Sudden, I Miss Everyone”, EXPLOSIONS IN THE SKY solidificó notablemente su presencia en la escena rockera de su país y del mundo, llegando incluso a adentrarse en el mainstream (indicios indudables de ello son las utilizaciones de varios de sus temas en series de televisión, así como su ejecución de la banda sonora de la serie “Friday Night Lights”). Pues bien, ahora estamos en el año 2011 y parece que EXPLOSIONS IN THE SKY tiene todavía energía y creatividad suficientes como para seguir asumiendo su posición puntera en el patrón del post-rock de nuestros días: “Take Care, Take Care. Take Care” es el disco encargado de justificar esta noción. Este disco que fue lanzado al mercado europeo el día 18 de abril (y un poco más tarde a su propio mercado norteamericano) porta una frescura innegable en medio del aferramiento que ejerce el grupo a su recurrente esencia sónica.

El tema inicial ‘Last Known Surroundings’ comienza con 3 minutos y pico de texturas espaciales alimentadas de un nervio controlado y un aura extrovertida aunque no por ello menos misteriosa de lo que suele ser esta banda en sus exploraciones sónicas: el poder evocativo de algunos punteos psicodélicos son lo suficientemente efectivos como para marcar claramente siluetas de inquietud en medio de la vibración optimista que se destila de la triangulación armada entre la batería, las secuencias de acordes de los guitarreos rítmicos y las precisas líneas del bajo. La segunda sección mantiene la aureola extrovertida pero esta vez con una atmósfera un poco más reflexiva, la cual llena de ensoñadora calidez el filo rockero patentemente exhibido por el ensamble. Durando 8 minutos y pico al igual que la pieza de apertura, ‘Human Qualities’ parte del cósmico loop con el que terminaba ‘Last Known Surroundings’ para desarrollar una ambientación flotante tremendamente emparentada con el espíritu de estilizada melancolía que había marcado la esencia predominante de “The Earth Is Not A Cold Dead Place” y “All Of A Sudden I Miss Everyone”: por supuesto, el truco está en el clímax que provee de espíritu incendiario la actitud contemplativa reflejada en los rasgueos y armonías repetitivas. ‘Trembling Hands’ exhibe una agilización llamativa, suficientemente explorada en un espectro temporal de 3 ½ minutos: de esta manera, se concretiza la intensidad rockera con la cual había concluido ‘Human Qualities’ para reforzarla a partir de una dinámica más extrovertida, de hecho, la más extrovertida de todo el álbum. Ante esta situación, ‘Be Comfortable, Creature’ ofrece un retorno a atmósferas introspectivas y evocaciones meditativas: tenemos aquí un sólido ejercicio de post-rock estandarizado, con el interés extra de tener a una dupla rítmica que genera un groove casi jazz-rockero al asunto, lo cual ayuda a la melancolía a sostenerse como una fuerza motivadora y no como un simple abandono del alma en su ensimismamiento. Durante el momentum central, las texturas de la guitarra solista emiten una magia cautivadora mientras que los riffs van adoptando nuevas capas a medida que avanza el viaje musical. La coda retoma la tranquilidad hipnótica del inicio, lo cual a su vez se engarza fluidamente con el inicio del siguiente tema, ‘Postcard From 1952’, el cual establece el usual tránsito de una inicial calma tentativa hacia un clímax intensivo y marcado por un manejo de envolvente polenta rockera. A lo largo de todo este tránsito y su lánguida culminación, el ensamble mantiene un lirismo limpio y afable. Los últimos 10 minutos del disco están ocupados por ‘Let Me Back In’. El extrañamente mágico sonido de cánticos de angelicales sirenas abre el camino para la instauración de capas de guitarreos y el afianzamiento de armonías recurrentes en un jam donde la solidez rockera se arma con cuidadosamente dosificadas manifestaciones de energía emocional. Reflexivo sin resultar oscuro, nostálgico sin rozar siquiera lo depresivo, ‘Let Me Back In’ reitera en buena medida el aura romántica que ya hallamos en “The World Is Not a Cold Dead Place”. Durante el trascurso del quinto minuto, el clímax arde como una hoguera cuyas llamas son pensamientos exultantes, y justamente después sigue un pasaje sumamente calmado que permite avizorar la nueva aparición de esos cánticos mágicos del inicio. Este final evoca imágenes de un dulce retorno a un lugar originario después de haber conocido la luz y la niebla de lugares foráneos – un estupendo final.

En conclusión: EXPLOSIONS IN THE SKY confirma su posición de portavoz privilegiado de una forma de hacer rock experimental, siendo así que “Take Care Take Care Take Care” supone una excelente iniciativa de su parte para reforzar la columna de la vanguardia post-rockera en el segundo decenio del nuevo milenio. Y eso que, repetimos, EITS se visualiza a sí mismo como una banda de simple y llano rock...

Muestras de “Take Care, Take Care, Take Care”.-
Last known surroundings: http://www.youtube.com/watch?v=w3_UI08UwFI
Be comfortable, creature: http://www.youtube.com/watch?v=20GtVTZE9Wk
Let me back in: http://www.youtube.com/watch?v=QxE4kJmAp84

Sunday, May 01, 2011

PHIDEAUX - manteniendo viva la llama de la antorcha progresiva

















HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy comienza el mes de mayo, y en medio del relax contemplativo motivado por el espíritu de este domingo que también es Día Internacional del Trabajo, sacamos a colación a PHIDEAUX, grupo estadounidense que una vez más causa revuelo en los corazones y espíritus de buena parte del público progresivo contemporáneo, siendo el motivo de ello la reciente edición de su nuevo disco “Snowtorch”. Una cosa que se resalta fácilmente desde la primera escucha ante los oídos de quienes están familiarizados con entregas fonográficas previas de Phideaux Xavier y sus colaboradores es que las ideas compositivas suelen ser más osadas en este nuevo repertorio… y no solo eso, el bloque sonoro de la banda tiende a ser más agresivo y más explosivo, no perdiendo sino reformulando su perpetuo olfato por la musicalidad bien definida. Hay varios pasajes donde se nota el realce de la participación de la guitarra eléctrica, así como otros varios pasajes donde el rol de los teclados se sitúa bajo coordenadas de robustez y polenta (como si Kerry Minnear y Peter Bardens ensayaran un dueto con teclados preparados y programados para que Rick Wakeman y Keith Emerson más tarde se engarcen en una competición de teclistas). La espina dorsal de este nuevo disco es la suite homónima de casi 36 minutos de duración, dividida en dos bloques: el primero de estos bloques me resulta la pieza más destacada del disco, pero el mérito artístico de “Snowtorch” se debe asignar justamente al modo en que todo el repertorio integral del disco funciona como un congregador bien hilado de melodías, arreglos y ornamentos sonoros.

La primera entrega de la suite homónima, que a su vez consta de cuatro partes con un título autónomo para cada una [‘Star Of Light’, ‘Retrograde’. ‘Fox On The Rocks’ y ‘Celestine’], ocupa los casi 20 minutos primeros del álbum, con la clara intención de revelar frontalmente las nuevas ideas cocinadas en la mente de Phideaux Xavier. Una intimista sección inicial nos pone frente a frente con un ambiente introspectivo, aunque no siempre suave, pues hay ciertos arreglos controladamente dramáticos, bien dispuestos en algunos momentos clave que culminan en el inicio de un primer momento fastuoso a partir de la frontera del segundo minuto, un momento muy a lo YES-con-HAPPY THE MAN-con-GENTLE GIANT. Este pasaje se sostiene sobre un motivo recurrente que nunca se desgasta, pues el esquema armónico y los adornos ocasionales generan una arquitectura muy sólida y una musicalidad innegablemente magnética. Una vez pasada la barrera de los 7 minutos, pasamos a una sección de abierta nostalgia sinfónica que nos puede hacer evocar un híbrido entre el WAKEMAN 70ero y THE ENID, con una hermosa combinación de aires renacentistas, florituras manieristas y pasajes baladísticos dirigidos por el piano (con alternados cantos femeninos y masculinos). Más adelante tenemos un breve interludio cósmico marcado por la etérea dupla de piano y sintetizador, el cual tiende un puente hacia el explosivo viaje progresivo que tiene lugar en los últimos cinco minutos de ‘Snowtorch - Part One’, un cierre que incluye reducidas revisiones de un par de motivos precedentes. Las herencias de Yes y Genesis se fusionan fluidamente con las confluencias con referentes más contemporáneos del retro-prog como SPOCK’S BEARD, THE TANGENT (los dos primeros discos) y BEARDFISH, siendo así que los teclados ocupan un protagonismo absorbente. Con un espacio de desarrollo más conciso de casi 6 minutos, ‘Helix’ aporta una modalidad de grandilocuencia un poco más concentrada. La canción en cuestión se concentra mayormente en la estructura típica de power-ballad, donde la voz líder femenina y las intervenciones de la guitarra despliegan energía sólida, y también se puede constatar un unos inteligente de leves variables rítmicas que permiten mantener una consistencia compacta a la composición básica. La coda es un breve viaje musical de 55 segundos basado en atmósferas juguetonas semejantes a algunas que tuvieron lugar en ‘Snowtorch - Part 1’. A continuación sigue la segunda entrega de la suite ‘Snowtorch’, que instaura una nueva oportunidad para que el ensamble de PHIDEAUX dé rienda suelta a sus ambiciones sónicas, poco más de 16 minutos de puro derroche musical repartidos en tres sub-secciones consecutivas [‘Blowtorch Snowjob’, ‘Fox Rock’ y ‘Coronal Mass Ejection’] . Esta maratón comienza con lo que parece un preludio pastoral guiado por coquetos rasgueos de guitarra y un contagioso groove de batería, pero pronto interfieren en la escena unos adornos muy extraños que aportan una inesperada instancia de psicodelia agresiva y oscura, una atmósfera caótica que nos invita a pasar la página directamente hacia la nueva sección, la cual revela una poco común faceta agresiva y oscura de PHIDEAUX. Hay un hibridismo emersoniano-crimsoniano en este asunto que hace que la experiencia de escucha resulte intrigante y motivadora. Con el ingreso del canto (otra vez femenino) se normaliza un poco el ambiente por medio del retorno de un sinfonismo sanamente nostálgico, aplicadamente retro. Alrededor del minuto 10’30”, el canto masculino asume el protagonismo sobre un motivo ceremonioso de fuertes cargas genesianas: el motivo en sí no es muy largo, pero sí ejerce un impacto suficiente en el esquema melódico global como para asentar las bases para el siguiente motivo sinfónico, el cual desarrolla y asienta un estupendo ejercicio de pomposidad que nunca se sale de control. “…”, así se titula la conclusión del disco, la cual es básicamente la retoma del motivo que cerró ‘Helix’ aunque con una acentuación en arreglos célticos.

No son pocos los comentaristas internautas que prestamente han otorgado a “Snowtorch” el galardón de “mejor disco de PHIDEAUX hasta la fecha”, y de hecho, quien esto escribe se suma prestamente a este coro elogioso. También es verdad que hay muchos seguidores y fans de la banda que siguen dando prioridad a “Doomsday Afternoon” o “Number Seven” en base a la legítima idea que cualquiera de estos discos ha asentado las bases de la genuina voz musical de PHIDEAUX. En todo caso, más allá de estos debates sobre ideas tan imprecisas como las que involucran la apreciación estética y los gustos personales, queda claro con “Snowtorch” que PHIDEAUX se mantiene fuerte como una referencia vital para el retro-prog de los últimos años, sobre todo por su capacidad de remodelar y revitalizar su creatividad enraizada en una propuesta artística bien definida.

Muestras de “Snowtorch”.-
Snowtorch - Part 1: http://www.youtube.com/watch?v=JFj-Jwk3j1o + http://www.youtube.com/watch?v=Czyk-nZzwwY