Sunday, January 31, 2021

El primer tránsito de QÜASSI sobre las mareas musicales del rock progresivo argentino



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy se da la ocasión de presentar a la banda argentina QÜASSI, oriunda de la localidad de Mendoza y cultora de una propuesta progresiva ecléctica donde convergen las pautas de la psicodelia, el jazz-prog, el post-rock y el space-rock. El grupo en cuestión, conformado por el cuarteto de Axel Mattis [guitarras], Matías Restom [bajo], Mariano Fliri [teclados] y Leandro Pascual [batería], ya tiene un disco oficial en su currículum: “Mareas”, publicado digitalmente el 9 de octubre del pasado año 2020. Los orígenes de la banda se remontan a los primeros meses del año 2017, cuando un conglomerado de jóvenes músicos con experiencia en el underground mendocino se asociaron para formar un ensamble de teclista, baterista, bajista y clarinetista, para luego aumentar como quinteto con el ingreso de un guitarrista. El cuarteto actual es el que quedó activo para concretar el disco que ahora reseñamos, pero antes de eso, desde febrero de 2019, los QÜASSI desarrollaron una notable trayectoria sobre los escenarios que les permitió participar en varios festivales y ganarse un público de culto. En uno de los temas de este disco, el grupo contó con la participación invitada de Jona Seuferheld en el sitar. El material contenido en “Mareas” fue grabado en el estudio Espejo De Agua y masterizado en el estudio Páramo. La portada del disco es muy hermosa, congregando estándares del Renacimiento flamenco, el cubismo y el surrealismo para crear un efecto onírico y, a la vez, muy distinguido. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio, ¿vale?

 
La dupla de ‘Intro’ y ‘Vórtice’ da inicio al disco con una clara intención de imponer claramente el discurso estético con el que el grupo diseña su propuesta. ‘Intro’ exhibe un clima ensoñador y cósmico sostenido sobre un groove refinado que permite a los instrumentistas asociarse dentro de un esquema de trabajo bien equilibrado. La sencillez estructural contiene una razonable dosis de colorido. Con ‘Vórtice’, la banda adopta una actitud más filuda y establece un desarrollo temático más sofisticado, instaurando una versátil alternancia entre pasajes de psicodelia pesada y otro de tenor jazz-progresivo, los cuales reciben, en buena medida, influencias de la tradición Canterburyana. Los teclados ocupan un rol innegablemente protagónico dentro del entramado sonoro, dándose varios momentos de lucimiento para el órgano, el sintetizador y el piano eléctrico. Realmente, este tema debió haber durado más de los 4 ½ minutos que el grupo le asignó, pero es que llega el turno de ‘Solitario Spider’. Tomando el relevo de la pieza precedente, este tercer tema del disco capitaliza los ecos de musculatura exquisita y los lleva a un nivel más exigente de majestuosidad y una instancia de incrementada intensidad expresiva. Se nota que la energía es mayor, lo cual motiva al grupo a diseñar un encuadre polivalente de diversos motivos y usar ocasionalmente compases inusuales. Un cénit decisivo del álbum, sin duda. Los 11 siguientes minutos del repertorio están ocupados por la dupla de ‘Trashilvania’ y ‘Marea’, gestada para que el cuarteto siga explorando asertivamente sus diversos recursos musicales. El primero de estos temas mencionados se asienta en un refuerzo de la faceta más aguerrida del esquema sonoro grupal, mientras que el segundo se centra predominantemente en lo sereno y lo contemplativo. Bien es verdad que hay un breve paraje jazz-progresivo a mitad de trayecto de ‘Trashilvania’ que añade variedad al asunto; por su parte, ‘Marea’ también contiene momentos enérgicos que sirven para darle un giro más expresionista al desarrollo temático en curso. La gente de QÜASSI sabe desempeñarse muy bien en estas labores de remodelar sus ideas compositivas con arreglos luminosamente eclécticos.
 
Conectándose con el final de ‘Marea’, ‘Reverbi’ se encarga de enfatizar los aspectos más líricos de aquél, comenzando con el despliegue de una aureola ceremoniosa (a lo post-rock) con un fuerte talante fulguroso (a lo jazz-rock). El swing es envolvente, como envolventes también son los riffs y fraseos de la guitarra, siendo éstos los que aportan el núcleo central para el inagotable vitalismo que aportan los instrumentos. Hay un momento, cerca del final, donde la batería ejercita unas vibraciones contundentes: este recurso realza el carácter flotante del epílogo. ‘Matemáticofrustrado’ se enfila hacia un patrón expresionista más colorido, y esta vez es el teclado quien dirige el trayecto de concreción para el desarrollo temático. El rol de la guitarra es principalmente el de insuflar algo de grisácea magia post-rockera a la maraña sonora. Durando poco más de 8 ¼ minutos, ‘Amapola’ es la pieza más extensa del álbum, y también, de paso, es la encargada de cerrarlo. Desde el mismo preludio marcado por oscuros efectos de sintetizador sobre el cual flotan ensoñadoras y exuberantes notas de sitar, advertimos que el grupo está dispuesto a terminar las cosas a lo grande. Una vez asentado el ensamble entero, la arquitectura de la pieza va instalando una ilación multitemática que comienza en clave psicodélica bajo un manto cósmico notablemente intenso para luego virar hacia un ejercicio de jazz-rock con resabios blueseros, y, a partir de allí, meterse en el terreno del acid folk con raigambre progresiva. Antes de que nos demos cuenta, el grupo varía drásticamente de atmósfera pasando del post-rock al prog psicodélico por vía del aumento de la musculatura sónica. Todas estas secciones se han venido sucediendo con impoluta fluidez antes de que el sitar regrese con el reprise epilogar. El cénit final y fundamental del disco. En fin, todo esto fue lo que el colectivo de QÜASSI nos ha brindado en “Mareas”, y con ello, se ha instalado con paso firme en las mareas musicales del rock progresivo argentino de nuestros días. Su velero artístico está siendo manejado con buen pulso al timón y con las velas agitadas convenientemente para garantizar un buen rumbo. Ojalá tengamos más grabaciones de su parte en el futuro próximo.
 
 
Muestras de “Mareas”.-
Solitario Spider: https://quassi.bandcamp.com/track/solitario-spider
Marea: https://quassi.bandcamp.com/track/marea
Amapola: https://quassi.bandcamp.com/track/amapolas

Friday, January 29, 2021

Segunda aventura jazz-progresiva de los suizos TALC


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy revisamos un disco muy efectivo y refinado: “Talc 2”, tal como indica su título, segundo álbum del grupo suizo TALC. Este trío instrumental asentado en la bella ciudad de Lausana está conformado por el bajista Hervé Baumgartner, el baterista Vincent Verselle y el guitarrista Antonin Wiser, y su línea de trabajo consiste en una combinación de jazz, post-rock, rock pesado y psicodelia, siempre sobre una base de jazz-prog contemporáneo. “Talc 2” fue publicado a inicios de setiembre del pasado año 2020 por el sello francés Musea Parallele, sucediendo por 7 años al álbum debut “Talc” (publicado en marzo de 2013). Este ensamble tiene un particular gusto por alternar sonoridades poderosas con ambientes sutiles dentro de un esquema de trabajo donde los discursos del jazz contemporáneo y del rock se integran dentro de un enfoque progresivo. El hecho de que la productividad de TALC sea tan espaciada se debe a que sus integrantes también forman parte de otros grupos, pero, tal como hemos descubierto en este disco que aquí reseñamos, es todo un evento que los Sres. Wiser, Verselle y Baumgartner se junten para crear y arreglar música. Veamos ahora los detalles del repertorio contenido aquí. 

 
Los primeros 6 ¾ minutos del repertorio están ocupados por ‘Ultramarine’, una pieza grácil y elegantemente serena que absorbe para sí algo de soltura enérgica en dosis comedidas y pasajes estratégicos, al modo de un itinerario post-rockero trazado con tinta jazzera y motivado por un empuje progresivo penetrado por una aura sobria. El bloque temático es, en líneas generales, minimalista, mientras que la mayor parte de la sofisticación performativa corre de parte de la batería; de hecho, es ella la que sostiene adecuadamente los diversos pasajes que se van hilando mientras elabora recursos percusivos muy ingeniosos. Una mención especial va para el electrizante solo de guitarra que dirige a la última sección de esta pieza, la cual corona un climático punto de partida. A continuación, llega el turno de ‘Embuscade’, una pieza vigorosa que se enmarca cómodamente en el discurso del jazz-rock con una alternancia de vibraciones funky y esquemas preciosistas de claro talante progresivo con matices psicodélicos. El nervio desplegado en los pasajes más aguerridos nos remite a semejanzas con otras bandas como FREN y SOFTEN THE GLARE, así como al punche clásico de un Jeff Beck. Con la dupla de ‘Crimson Hour’ y ‘Córdoba’, el trío se dispone a explorar y capitalizar su ingenioso y constructivo eclecticismo. El primero de estos temas se asienta bajo una atmósfera otoñal rebosante de aires reflexivos dentro de un refinado y elegante encuadre jazz-fusionesco. Son las señoriales y complejas líneas de bajo las que apuntalan la sosegada majestuosidad que enfila el desarrollo melódico, erigiéndose dicho instrumento como el perfecto cómplice de la guitarra mientras ésta elabora sus hermosas virguerías con el fin de enriquecer el núcleo melódico. Por su parte, la batería alterna oportunamente momentos de sutileza y otros de vigor rockero. En cuanto a ‘Córdoba’, éste se centra en múltiples guitarras acústicas que gestan hermosos parajes melódicos de claro talante aflamencado, los mismos que ostentan una luminosidad situada a medio camino entre lo introvertido y lo jovial. La línea fusionesca introducida por la pieza precedente adopta un tenor más cristalino; la belleza estilizada que en un tema lucía el fulgor del fuego ahora se encarna en el frescor de un ramalazo de aire primaveral. 

Cuando llega el turno de ‘Amor Fati’, el grupo se dispone a volver al esquema de trabajo expuesto en la pieza de entrada, esta vez con una dosis mayor de gracilidad y, sobre todo, una musculatura rockera más pronunciada. El carácter macizo de los riffs que dominan los momentos más fuertes aseguran un ágil contraste frente a los momentos más contenidos. Ya estamos en terreno afín a los de los legendarios ensambles ATTENTION DEFICIT y BOZZIO LEVIN STEVENS. ‘Spin’ sigue el sendero de nervio rockero trazado por la pieza anterior, pero esta vez con un dinamismo un tanto solemne que se sitúa en el terreno jazz-progresivo. Las ondulantes líneas del bajo llenan el espacio intermedio entre las imponentes intervenciones de la guitarra y la incansablemente labor exuberante de la batería: un STEVE VAI hubiese estado orgulloso de componer esta piza... pero las Musas quisieron que perteneciera a este excelente trío suizo. ‘Chimère’ es la pieza encargada de cerrar el repertorio, y lo hace por vía de una escalada hacia un clima denso y razonablemente corpulento que muchas conexiones tiene con los paradigmas del stoner, el prog psicodélico y del prog-metal. Una encrucijada muy interesante. Todo comienza en clave serena, con un motif que se instala de manera muy sigilosa, pero poco antes de llegar a la frontera del segundo minuto, se empieza a abrir la puerta a un pasaje aguerrido y voraz. Es como si el trío se hubiese arrojado a una catarsis desde la cual se permite investigar en su faceta más agresiva. Para la sección final, se da un viraje hacia una cruza entre lo ensoñador y lo parsimonioso bajo la pauta marcada por los ecos y subterfugios de la guitarra; mientras tanto, la batería y el bajo aportan colores propios de sus respectivas paletas. Siendo así que esta pieza de cierre dura seis minutos y tres cuartos, nos hubiese gustado que durara un poco más, pero las cosas quedaron como quedaron y, a fin de cuentas, resultó ser el cénit definitivo del álbum. Así pues, todo esto fue “Talc 2”, un excelente muestrario de eclecticismo fino y ágilmente versátil de parte de TALC, una banda que merece que se le dé su justa y debida atención dentro del actual escenario del jazz-prog a nivel mundial. Muy recomendable no solo este disco sino también el que le precede: es mejor descubrir a grupos así de buenos tarde que no saber nunca de su existencia. 

  
 
Muestras de “Talc 2”.-
Ultramarine: https://talc.bandcamp.com/track/ultramarine  
Crimson Hour: https://talc.bandcamp.com/track/crimson-hour
Chimère: https://talc.bandcamp.com/track/chim-re

 

Tuesday, January 26, 2021

Nuevos espacios para las contemplaciones musicales mundanas de los OZRIC TENTACLES


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Tenemos hoy el deleite de presentar el más reciente disco de la legendaria y vigente banda británica campeona del space-progresiva por muchos decenios: por supuesto que nos estamos refiriendo a los OZRIC TENTACLES, y el nuevo disco es “Space For The Earth”, el mismo que fue publicado el 9 de octubre del pasado año 2020. El sello encargado de este procedimiento, tanto en CD como en vinilo (ediciones en color negro, verde y turquesa), es Kscope. El material contenido en este disco, compuesto por el perpetuo líder del ensamble Ed Wynne entre la segunda mitad del pasado año 2019 y los primeros meses del 2020, estuvo inspirado en las colinas, valles y playas escocesas que existen en el entorno geográfico donde está situado el estudio de grabación. El lugar en cuestión es el Blue Bubble Studio, ubicado en Fife. El núcleo grupal está integrado por Wynne [guitarras, sintetizadores y bajo], Silas Neptune [sintetizadores] y Balázs Szende [batería]. A lo largo el disco hacen se hacen presentes varios invitados que son amigos de la familia en tanto que son exintegrantes de OZRIC TENTACLES: Joie Hinton (sintetizador), Nick Van Gelder (batería), Champignon (flauta y kaval, que es una flauta balcañera) y Paul Hankin (percusiones). También aparece en algún momento Gre Gracerooms aportando capas de sintetizador: éste es el apodo del músico neerlandés Gregoor Van Der Loo, a quien recordamos de los tiempos de LEMUR VOICE, y que también viene colaborando con Wynne en proyectos musicales colaterales desde hace algunos años. El detalle de la presencia de exintegrantes del colectivo resulta crucial para concretar el enfoque de regresar al esquema sonoro general de los discos de la primera mitad de los 90s de los OZRIC TENTACLES, un enfoque más explícitamente etéreo y afín a la fusión contemporánea que el que se fue desarrollando en los álbumes de Wynne y co. a lo largo del nuevo milenio. Suponemos que también influyó el hecho de que la inspiración para este nuevo repertorio venía de la contemplación de los paisajes de la Madre Patria. Bueno, ya va siendo hora de repasar los detalles de este nuevo repertorio, ¿vale?

 
Durando poco más de 6 ½ minutos, ‘Stripey Clouds’ abre el álbum con una exhibición de gráciles recursos de sintetizador mezclados con un groove razonablemente complejo, lo cual resulta muy oportuno a la hora de explorar y reforzar los celebratorios aires fusionescos que emanan del jam en curso. El hecho de que los aportes rítmicos reposen en algunos pasajes estratégicos realza la luminosidad etérea creada para la ocasión. De paso, ya desde este punto de partida, la guitarra de Wynne elabora algunos de sus solos más notables dentro del álbum, el cual se atreve a comenzar con éste, unos de sus picos expresivos. ‘Blooperdome’ sigue a continuación para ir más a fondo dentro de la faceta explícitamente electrónica que siempre ha sido esencial para la propuesta musical del ensamble. Las secuencias sintetizadas iniciales son realmente absorbentes y contundentes, y el ingreso de la batería sirve principalmente para brindar un foco bien definido a las variantes que irán surgiendo a lo largo del camino. Ostentando una dosis un poco mayor de sofisticación y una musculatura sónica más comedida que el tema inicial, la gente de OZRIC TENTACLES gesta aquí una pieza efectivamente suntuosa. El momento en el que la guitarra acústica se luce en un increíble solo se siente particularmente cálido. Con sus poco menos de 9 minutos de duración, la tercera pieza que responde al título de ‘Humboldt Currant’ se convierte en la más extensa del repertorio. Su swing general es más ligero que el de cualquiera de las dos piezas precedentes, yendo de frente hacia un gancho que resulta tan rotundo como amable. Las cadencias distinguidamente jazz-rockeras que aporta la batería ayudan al ensamble general a asumir una frescura genuina a través de las imprescindibles secuencias sintetizadas que forman parte del entramado sónico. Por su parte, las alternancias en los lucimientos de la guitarra y el sintetizador en los solos son manejadas con cuidadosa fluidez; además, la presencia ocasional de cánticos resulta crucial a la hora de enfatizar la esencia vitalista de la pieza. Otro cénit del álbum. ‘Popscape’ lleva este vitalismo hacia una dimensión más vehemente, no solo en lo referente al carácter intenso del compás y del groove, sino también al filo más agresivo que asumen los ornamentos sintetizados y los solos de guitarra. Esta pieza dura poco menos de 5 minutos pero tiene una urgencia irrefrenable que le permite decir muchas cosas.
 


‘Climbing Plants’ es un tema muy cautivador que se centra en la faceta más explícitamente etérea del ensamble, con esa atmósfera flotante que arropa con su mágico fulgor al evocador motif central desde el cual se van elaborando permutaciones varias: desde parajes con un vigor incrementado hasta otros donde las vibraciones envolventes adquieren la primacía dentro de la ingeniería temática. Tanto la guitarra como la batería incorporan matices jazz-rockeros a sus respectivas intervenciones. Al igual que el tema que le precedió, éste acusa enormemente la influencia del maestro STEVE HILLAGE, mientras que las labores de los sintetizadores reciben claramente ecos de los legados de TIM BLAKE y SYNERGY. Con la dupla de la pieza titular y ‘Harmonic Steps’ se ocupan los últimos 14 minutos y pico del álbum. ‘Space For The Earth’ sigue básicamente el sendero de talante evocador que signó a la pieza anterior, pero esta vez con una suntuosidad más sutil y un manejo más tirado al reggae dentro de la estrategia fusionesca elaborada por la dupla rítmica. A medio camino entre lo contemplativo y lo crepuscular, esta pieza todavía se las arregla muy bien para organizar un colorido extrovertido para ornamentar pertinentemente su jam central. Por su parte, ‘Harmonic Steps’ se encarga principalmente de condensar los recursos de vitalismo y garbo celebratorio que marcaron a las tres primeras piezas del álbum, tal vez teniendo una mayor cercanía con la tercera. Aunque hay pasajes cabalmente arrolladores de parte de la guitarra eléctrica, son los teclados y los aportes ocasionales de la flauta los que aportan los recursos más saltantes del colorido sonoro inherente a esta llamativa pieza de cierre. En fin, todo esto es lo que nos ofrecieron los OZRIC TENTACLES con “Space For The Earth”, una bella aventura space-rock-progresiva que se impone como una certera estrategia para mantener en alto el fulgor de la vigencia de esta banda veterana. No nos cabe duda de que este disco refuerza la importancia de este colectivo dentro de la escena progresiva mundial de las últimas décadas; de paso, fue uno de los más notables lanzamientos progresivos británicos del año 2020.

 
 
Muestras de “Space For The Earth”.-
Stripey Clouds: https://kscopemusic.bandcamp.com/track/stripey-clouds
Humboldt Currant: https://kscopemusic.bandcamp.com/track/humboldt-currant
Climbing Plants: https://kscopemusic.bandcamp.com/track/climbing-plants

 

Saturday, January 23, 2021

MARKUS REUTER OCULUS: sagradas exploraciones progresivas



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy presentamos un disco muy especial, el primero de un proyecto gestado por el maestro alemán Markus Reuter bajo el nombre de MARKUS REUTER OCULUS: el disco en cuestión se titula “Nothing Is Sacred” y fue publicado por el sello MoonJune Records durante la primera semana de agosto del pasado año 2020. El ensamble de MARKUS REUTER OCULUS está conformado por el propio Reuter (Touch Guitars, soundscapes y teclados), David Cross (violín eléctrico y piano eléctrico Fender Rhodes), Fabio Trentini (bajo), Asaf Sirkis (batería y percusión), Mark Wingfield (guitarra eléctrica) y Robert Rich (texturas sintetizadas). Tenemos aquí un colectivo multinacional, más específicamente, un colectivo germano-británico-ítalo-estadounidense; también tenemos aquí un colectivo ampliamente versátil donde se hermanan los mundos del rock progresivo de primera generación, el avant-prog contemporáneo, el jazz de vanguardia y la electrónica. Todas las composiciones aquí contenidas surgieron de la brillante mente de Reuter, y sus no menos brillantes compañeros de viaje concretaron las mismas en el estudio La Casa Murada, el 15 de mayo de 2019. Los cuatro primeros instrumentistas armaron los centros nucleares de las cinco piezas, mientras que Wingfield y Rich hicieron sus aportes en una sobregrabación posterior. Reuter y Trentini estuvieron conjuntamente a cargo del proceso de mezcla, mientras que Lee Marshall se hizo cargo de la masterización. En cuanto a la propuesta musical que Reuter y sus ilustres compinches, ésta se centra en una fluida exhibición de eclecticismos dentro del rock experimental bajo la densa y muscular guía de la psicodelia progresiva. Bueno, vayamos ahora a los detalles del repertorio en cuestión.
 


Los primeros 12 ½ minutos del álbum están ocupados por ‘Nothing is Sacred (Dice II)’, una pieza que empieza con un groove directo y asertivo sobre la base de la asociación de la batería y el piano eléctrico. A partir de ahí, los guitarreos van sentando una serie de diálogos y desafíos alternados que exigen al ensamble virar rápidamente hacia un terreno de formas libres con la doble finalidad de brindar un aire de distinción al incandescente vigor reinante y sostener robustamente la magia avasalladora que se va armando a lo largo del camino. La última instancia de esta estupenda pieza de apertura sirve para liberar la majestuosa tensión que tuvo lugar por vía de un epílogo marcado por un espíritu crepuscular, siendo así que la pulsátil arquitectura rítmica asume un aura etérea en base a la interacción entre la percusión el sintetizador. Luego siguen dos temas que se extienden hasta casi 13 minutos de duración: ‘The Occult (Dice I)’ y ‘Bubble Bubble Bubble Bath (Wink)’. El primero de ellos está palpablemente marcado por un espíritu misterioso y grisáceo que nos remite a una cruza entre las facetas improvisadoras del paradigma Crimsoniano y del estándar de los STICK MEN de los últimos discos. El bajo sabe hacerse notar con sus fraseos ingeniosos mientras la batería desarrolla una labor de pletórica sofisticación con su complejo swing. Los demás instrumentos van trazando y completando sus respectivos planes de vuelo como si estuviesen haciendo surcos autónomamente bajo un mismo cielo, y dichos surcos se van haciendo más gruesos mientras el nivel de fuego expresivo va incrementándose. De todas formas, esta ígnea ascensión es controlada de tal manera que el fulgor nebuloso de la pieza no se trastoque: así es el tema, la manifestación sonora de la invasión y el paso de una densa neblina. El tercer tema del álbum se sumerge en un terreno de perturbadora introspección, apelando a la elaboración y el desarrollo de un clima lánguido donde abiertamente conviven lo misterioso y lo tenebroso. Así las cosas, el plan consiste en permitir a los integrantes del ensamble explorar sus aportes más sobrios y sutiles dentro de la oscuridad inherente a la pieza. Es tan abrumadora la languidez reinante que los espacios vacíos resultan plenamente absorbentes, lo cual permite a la batería exhibir una soltura inaudita a la hora de plasmar su swing.
 
‘Solve Et Coagula (Ghost I)’ sigue por una senda muy similar que la del tema precedente, solo que esta vez, en vez de presentar una modalidad cósmica de chamber-rock, más bien se pone a coquetear con el discurso del post-rock en su faceta más explícitamente inescrutable. El rol de la batería está más automatizado y las capas de teclados son aún más etéreas. Claro está, el enfoque temático está informado por el discurso de la psicodelia experimental. Ahora hemos dejado atrás los meandros y recovecos de un bosque oscuro para dejarnos llevar por la contemplación melancólica mientras observamos un valle solitario. El bajo vuelve a asumir un rol protagónico en medio de los desasosegados espacios vacíos que van emergiendo a lo largo del camino. Los sucesivos solos de guitarra, Touch Guitar y violín, por su parte, ostentan una densidad plañidera muy oportuna para la ocasión. Los últimos 12 minutos y pico del repertorio están ocupados por ‘Bubble Bubble Bubble Song (Sighs)’, una pieza que ahonda aún más en el subsuelo introspectivo y cósmico iniciado en el tercer tema del álbum, esta vez reemplazando a su talante melancólico por otro más abstracto y reflexivo. Esto permite concretamente al bloque instrumental establecer señales de luminosidad en medio de la bruma sónica que va expandiéndose por doquier, a la vez que mantiene sus delicadas y gaseiformes vibraciones. El entramado gestado por los instrumentistas en la secuencia de estos tres temas exhibe una fluidez increíblemente impoluta. “Nothing Is Sacred” es un catálogo de 1 hora y 1 minuto que nos brinda un deleite aventurero muy apropiado para las nuevas búsquedas sonoras que se incentivan dentro del escenario progresivo mundial de nuestros tiempos. Este proyecto llamado MARKUS REUTER OCULUS es un gozada muy peculiar que exige del oyente empático una complicidad especial para la recepción y contemplación de sensaciones intensas: todo aquel que responda a este perfil puede tener en claro que puede apreciar cabalmente las sagradas exploraciones progresivas vertidas en esta obra totalmente recomendable. Este disco nos deja con ganas de más en el futuro cercano.
 
 
Muestras de “Nothing Is Sacred”.-
The Occult (Dice I): https://markus-reuter-moonjune.bandcamp.com/track/the-occult-dice-i
Solve et Coagula (Ghost I): https://markus-reuter-moonjune.bandcamp.com/track/solve-et-coagula-ghost-i


Thursday, January 21, 2021

REUTER MOTZER GROHOWSKI: exploración y creación de nuevas formas para la vanguardia musical contemporánea

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el honor de presentar el disco del proyecto triádico REUTER MOTZER GROHOWSKI que se titula “Shapeshifters”, el cual fue publicado por el sello MoonJune Records a inicios de agosto del pasado año 2020. Los integrantes de este proyecto son MARKUS REUTER [Touch Guitars y efectos electrónicos], TIM MOTZLER [guitarras, bajo y efectos electrónicos] y KENNY GROHOWSKI [batería y percusiones de metal], un maestro alemán y dos estadounidenses. REUTER es principalmente conocido por ser integrante de los STICK MEN, pero también tiene una impresionante trayectoria solista y en diversos proyectos colectivos; MOTZER, por su parte, es un musico y compositor radicado en Filadelfia que ha colaborado con varias luminarias de las vanguardias del rock y del jazz (King Britt, Burnt Friedmann, David Sylvian, Jaki Liebezeit, etc.), y también tiene una interesante discografía solista; en fin, GROHOWSKI es un baterista que se mueve muy bien dentro de las áreas del jazz-fusion, el jazz-rock, el metal y el rock experimental, tal como lo demuestran sus membrecías en BRAND X, IMPERIAL TRIUMPHANT, SIMULACRUM, y, más recientemente, KILTER y TITAN TO TACHYONS. La asociación de estos tres señores se concretó el 18 de agosto de 2019, en un laboratorio sónico donde los músicos en cuestión elaboraron cuatro ejercicios de composición colectiva instantánea. La locación de este evento fue el ShapeShifters Lab de Brooklyn, Nueva York, con público presente en el lugar. REUTER se hizo cargo de los procesos de mezcla y masterización del disco, mientras que MOTZER fue el autor de las pinturas en las que se basa el arte gráfica de este ítem. Vayamos ahora a los detalles de su repertorio. 


‘Dark Sparks’ establece las señales centrales de la línea de trabajo del trío y lo hace a lo grande, pues, de hecho, se trata de la pieza más extensa del álbum con sus 22 minutos y tres cuartos de duración. Desde una visión panorámica, este ítem puede describirse como un sólido e intrigante ejercicio de encrucijadas sonoras entre el free-jazz, la psicodelia de raigambre space-rockera y el paradigma Crimsoniano de los 90s en adelante, con toques añadidos de stoner, y también un gusto por la aventura deconstructiva en algunos pasajes estratégicos. Yendo a los detalles de esta ambiciosa maratón de experimentaciones progresivas multívocas, la pieza comienza con una ambientación sigilosa y oscura, toco comienza con una breve atmósfera cálida que pronto vira hacia otra más densa y amenazante, y es aquí donde el ensamble tripartito elabora un ejercicio de jazz experimental con un fuerte enclave onírico, el cual es producto de la ambientación que abriga al bloque central. He aquí la primera parte del trayecto sonoro, la cual es seguida por otra más notablemente aguerrida, aunque todavía recoge algo de la distinción jazz-rockera de la primera. Las cosas se han puesto más Crimsonianas ahora, de hecho, motivando el empuje de algunos pasajes exultantes. La tercera parte regresa a las atmósferas expectantes del inicio, al modo de una paulatina remodelación de las huellas iniciales cuya meta es la de tantear el registro de un hábitat oscuro donde se pueda visualizar un remanso futuro. Aparte de un breve ejercicio de nervio neurótico, la sutileza es la lógica predominante en esta sección. ‘Transmutation’ sigue a continuación para proyectar un alucinante viaje musical donde se cruzan los caminos de la psicodelia y del free-jazz con un genuino punche rockero, el cual prosigue por el camino de deconstrucciones que la primera pieza ya había asentado de cierta manera. En todo caso, este segundo tema del álbum prosigue por esta estrategia creativa con un mayor ahínco y unas vibraciones más inquietantes. De hecho, esas ebulliciones inquietantes que resultan tan prominentes en la segunda mitad de la pieza ostentan un tenebrismo que coquetea abiertamente con el paradigma del chamber-rock continental (a lo PRESENT, por ejemplo). A poco de pasada la frontera del minuto 12 se gesta un solo de guitarra contundentemente delirante mientras la batería se enfoca en crear un sofisticado pandemonio de redobles para crear un tornado a modo de contrapeso de la erupción sónica gestada por las cuerdas. Pocas veces se pueda notar una claridad tan grande de genialidad creativa manifestada de una manera tan incandescentemente enigmática. 

‘Cyphers’ gesta, exhibe y se deja arropar por una atmósfera más relajada que cualquiera de las que salió a brote en las dos piezas precedentes. Esta vez, el trío despliega su vigor creativo con una actitud contemplativa, tal como lo indica la existencia de diversos espacios vacíos dejados por los guitarreos. En líneas generales, es la batería quien se encarga de elaborar los mayores recursos de sofisticación con sus ingeniosos redobles empleados para la construcción del groove central. A poco de pasada la frontera del noveno minuto, la solitaria guitarra se focaliza en su espectro más grave para motivar un viraje colectivo hacia una atmósfera más ostentosamente densa, lo cual abre camino hacia la edificación de una ambientación más solemne, en cierto sentido emparentada con la del segundo tema, pero con una mayor agilidad. Lo que reina ahora no es propiamente un tenebrismo radical, sino un vitalismo extravagante y desafiante. Tal vez tenemos aquí el cénit definitivo del álbum. ‘Burns To Aether’ cierra el repertorio del álbum como la pieza más breve de la misma: dura poco más de 8 minutos y tres cuartos. Conectándose con el tema precedente, su estrategia consiste en remodelar la aureola misteriosa de algunas secciones del primer tema del álbum y encapsularla dentro de una sólida arquitectura jazz-progresiva con el fin de explorar fehacientemente una modalidad ágil de incendiaria neurosis (no ajena al paradigma Crimsoniano). El diálogo entre los tres músicos fluye libremente mientras traza un surco seguro para el dinamismo en curso, lo cual significa concretamente que toda esta serie de exploraciones sonoras culmina con una actitud asertiva. Todo esto fue lo que el colectivo de REUTER MOTZER GROHOWSKI nos brindó en “Shapeshifters”. Este trío de ases se ha lucido a lo grande a lo largo y ancho de este desafiante repertorio, el mismo que debe ser apreciado, ante todo, como un catálogo de robustas y valientes exploraciones de nuevas formas para la vanguardia progresiva contemporánea. Recomendado al 300% (un 100% por cada músico involucrado).


Monday, January 18, 2021

El confinamiento creativo de FRANÇOIS THOLLOT



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy estamos de plácemes porque es el turno de presentar el nuevo trabajo solista del compositor y multiinstrumentista FRANÇOIS THOLLOT, quien, además de tener una trayectoria solista, es el líder del ensamble avant-progresivo SCHERZOO. El susodicho nuevo disco solista de THOLLOT se llama “Happy Lockdown”, un título que de por sí resulta bastante cínico en su alusión a distanciamiento social sistemático que el mundo está viviendo en estos tiempos. Este trabajo fue publicado el pasado 13 de enero en formato exclusivamente digital a través del blog de Bandcamp de SCHERZOO, y sucede por 9 meses a su anterior disco solista (“Piano Pieces”) y por 4 al más reciente trabajo de SCHERZOO (el excelente “05”, que corona por ahora una gran discografía). Para la grabación del material contenido en “Happy Lockdown”, este joven veterano se hizo cargo de tocar todos los instrumentos, así como de los procesos de mezcla y masterización. Se nota que su línea de trabajo está fuertemente marcada por la línea evolutiva trazada en la secuencia de los dos últimos álbumes de SCHERZOO, esto lo adelantamos, pero mejor es que veamos los detalles del repertorio aquí contenido.
 
Durando casi 5 ¼ minutos, ‘The Flying Postman’ da inicio al álbum con un aire ceremonioso y moderadamente siniestro que se arma y explaya sobre un esquema rítmico sofisticado donde se alternan grooves serenos y cadencias más intensas. Las pautas marcadas por el piano eléctrico son bien puntualizadas por la arquitectónica labor del bajo, mientras que el órgano llena solemnemente algunos espacios abiertos durante ciertos parajes razonablemente animados. Luego sigue ‘Picnic With An Alien’, una pieza un poco más colorida que, aunque no deja los matices siniestros totalmente de lado, sí ostenta un impulso expresionista que permite que la vivacidad sea una gama relevante dentro del sofisticado cromatismo de la pieza. Algunos pasajes cargados de misterio son más misterioso que tétricos de por sí. En el primer tema tuvimos un ejercicio de Zeuhl incitado por grooves jazz-progresivos, mientras que el segundo nos brindó un extrovertido ejercicio de Canterbury matizado por algunos trucos propios del RIO de tradición francófona. Con la dupla de ‘Three Dead Swallows Including Two Alive’ y ‘Positive Squirrel’, el disco sigue mostrando nuevas vías expresivas dentro del amplio e ingenioso ideario progresivo de THOLLOT. El primero de estos temas da evidente prioridad a ambientes ágiles y climas gráciles bajo las pautas del jazz-prog, incluyendo un breve interludio grisáceo de tenor solipsista. Por su parte, el segundo de éstos esta más cabalmente metido dentro del paradigma del Zeuhl (estamos pensando principalmente en los primeros discos de ZAO y ESKATON), pero con una dosis de gentileza que estimula la emergencia de varios pasajes saltarines a cargo del piano. Éste es el instrumento encargado de dirigir el señorial desarrollo temático de la pieza en cuestión, la misma que instaura uno de los momentos culminantes del repertorio. Bajo el significativo título de ‘21st Century’, el quinto tema del álbum establece una capitalización de las atmósferas más vivaces del tema precedente mientras remodela algunos grooves expresionistas que ya hemos apreciado en el tema de apertura. El resultado final se transluce en una sensación de misterioso jolgorio.
 
‘Leave In Time To Walk Around Looking At The Sky’ da muchos espacios a la convivencia entre las pulsaciones del piano eléctrico y la sofisticada ingeniería rítmica de la batería. Se da una extraña mezcla de candidez y tensión a lo largo de las diversas variantes temáticas que se van hilando mientras se va completando la arquitectura musical de esta pieza. La función de ‘The Useless Little Ventriloquist’ consiste principalmente en crear un espíritu de jovial empuje a través de los dinámicos recovecos temáticos que se van expandiendo mientras ostentan graciosamente sus coloridos inherentes. La labor de la dupla rítmica resulta particularmente notable aquí, así como en la pieza que sigue a continuación, la cual se titula ‘Moving Wave’. Por lo demás, lo que esencialmente distingue a este tema del precedente es que porta un aire más notablemente grave a través de la gracilidad claroscura que le define. Con su duración de casi 7 minutos, ‘Variable Geometry Travel’ es la pieza más extensa del álbum, y, de paso, también es la encargada de cerrarlo. Comenzando con un sigiloso preludio de piano de talante impresionista que se extiende por un minuto, las cosas se agilizan cuando entra a tallar la dupla rítmica, y es aquí cuando nos encontramos en terreno Canterburyano. Luego emerge un interludio de piano que vira hacia una espiritualidad más misteriosa, al modo de una etérea niebla que cubre algo inescrutable cuyo misterio debe ser respetado. Algunos juegos con silencios establecen un marco de refinada tensión antes de que surja la tercera y última sección, que es bastante vehemente pues no esconde para nada las vibraciones urgentes que sustentan a su swing central. Más que un pasaje autónomo, se trata de una capitalización concluyente de la tensión que había surgido en la segunda sección. Un gran cierre para el álbum. En fin, todo esto fue “Happy Lockdown”, la obra cuya gestación mantuvo ocupado al joven maestro FRANÇOIS THOLLOT durante estos tiempos inciertos en el mundo; nos ha complacido mucho la existencia de este disco, el cual recoge fielmente la cosecha de los dos últimos discos de SCHERZOO con un aire más delicado. De este confinamiento creativo solo podía emerger un trabajo musical totalmente recomendable como éste.
 
 
Muestras de “Happy Lockdown”.-
The Flying Postman: https://scherzoo.bandcamp.com/track/the-flying-postman
Positive Squirrel: https://scherzoo.bandcamp.com/track/positive-squirrel
Variable Geometry Travel: https://scherzoo.bandcamp.com/track/variable-geometry-travel

Saturday, January 16, 2021

El segundo centelleo de SOFTEN THE GLARE

 


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se nos da la ocasión de presentar al grupo estadounidense SOFTEN THE GLARE, un trío instrumental compuesto por Bon Lozaga [guitarras], Ryan Martinie [bajo] y Mitch Hull [batería y percusión], so pretexto de lo que fue el lanzamiento de su segundo álbum de estudio “Glint”; eso tuvo lugar a inicios de marzo del pasado año 2020, por vía independiente, sucediendo por tres años al álbum debut “Making Faces. Si los nombres de estos músicos nos suenan conocidos de alguna parte, pues hay buenas razones para ello pues el pedigrí de sus integrantes incluye membrecías en GONG, GONGZILLA y MUDVAYNE: o sea, tenemos en sus diversos currículos individuales un amplio espectro en el jazz-prog, el jazz-fusion y el prog-metal experimental. En concreto, la propuesta de SOFTEN THE GLARE se centra en una ágil confluencia de jazz-rock, heavy prog, fusión contemporánea y math-rock. A lo largo del disco, el trío cuenta con la colaboración ocasional de Linda Angel a los teclados, efectos especiales y percusión adicional así como también con las de Gregory Meckley (violín), Cameron MacManus (trombón), Darrion keck (trompeta) y Chris Peebles (saxofones). La misma Angel se encargó de realizar los arreglos de vientos y cuerdas para cada tema que lo exigiera. Ostentando referencias a POINTS NORTH, BOZZIO LEVIN STEVENS, VITAL INFORMATION, MÖRGLBL, los DON CABALLERO de los tres últimos disco y el legado del JEFF BECK GROUP en su dimensión más  sofisticada, este trío organiza una propuesta musical tan distinguida como amena, repleta de gancho sin dejar de lado la garra y el virtuosismo... y claro está, estos dos factores exigen del oyente una escucha atenta a lo que este grupo en cuestión tiene que ofrecer. Esta reseña, obviamente, es un poco tardía, pero adelantamos que cualquier elogio vertido sobre el contenido de “Glint” es genuino: revisémoslo ahora con los detalles específicos.


La miniatura de un cuarto de minuto ‘M.A.P.’ da inicio a las cosas con unos parcos acordes psicodélicos de guitarra sobre el trasfondo de un soliloquio. A partir de allí emerge ‘Palimpsest’, pieza elaborada sobre un medio tiempo que desarrolla un vitalismo contenido mientras se complace en explorar diversos grooves y juegos de síncopas a través del sutilmente complejo esquema rítmico. El motif central suena como una idea abandonada de los KING CRIMSON de los 80s que fue retomada por KAZUMI WATANABE. Sigue a continuación la dupla de ‘Aposematic’ y ‘Because I Love You’, la cual está diseñada para cobijar a la expansión de ideas musicales del trío. El primero de estos temas mencionados se orienta claramente hacia el jazz-rock de corte funky con mucha lealtad a la vieja escuela: se da una especie de cruza entre los paradigmas de JEFF BECK y los WEATHER REPORT de inicios de los 70s. Asumiendo una personalidad aún más jovial que la del tema precedente, sin embargo, su esquema rítmico es más ceremonioso y su swing es un poco más contenido. El segundo de ellos es mucho más versátil, incorporando una interesante ilación de variantes temáticas y rítmicas, transitando del jazz-prog contemplativo y elegante hacia un jazz-rock muscular y autoritario, además de incorporar un interludio misterioso en algún pasaje de la segunda mitad. El epílogo está signado por un retorno al motivo inicial. Un primer cénit decisivo del álbum. ‘Hedonic 7’ se caracteriza por elaborar una aureola de jazz-rock contemporáneo que se sitúa cómodamente a medio camino entre NIACIN y CAB, mostrando una soltura muy fulgurosa sobre su inusual compás; la batería tiene un lucimiento muy especial aquí, lo cual lleva a un breve solo destacado cerca del final. Por ahora, se trata de la pieza más aguerrida del repertorio, y también se destaca como otro de sus momentos culminantes. ‘Cluck’ es una travesura exquisita e inquietante, una pieza que se centra en frenéticos ejercicios de jazz-rock con temática country que nos remite a una versión anfetamínica de los legendarios DIXIE DREGS con trucos añadidos que se inspiran en el dadaísmo de FRANK ZAPPA. Entre ellos se insertan pasajes intermedios que van del jazz-prog al blues-rock a fin de brindar un sólido contrapeso a la algarabía urgente y absorbente de los pasajes más sólidos. 

  

‘The Adventures Of Ed F.’ es la pieza más extensa del álbum con sus poco más de 7 ½ minutos de duración. Durante los primeros minutos, el factor fusionesco es fundamental a la hora de armar el núcleo central de la pieza, combinando el groove llamativo de lo latino con la vitalidad contundente del jazz-rock en su faceta más alegre. Una siguiente sección se dispone a centrarse en un swing un poco más contenido que permite al núcleo temático incorporar aires de psicodelia progresiva al asunto. Poco antes de llega a la frontera del quinto minuto, las cosas se detienen al modo de una maquinaria que llega a su agotamiento final, un truco muy “surrealista” para permitir el ingreso de un nuevo jam que destila un amable lirismo. Las cosas se redondean cabalmente con un retorno al motif latino del inicio, dando cierre a otro cénit del álbum. ‘… And Her Cousin Too’ regresa al sendero de ‘Hedonic 7’ con una actitud más amable y un despliegue más contenido del vigor rockero: la función principal de este tema consiste en mantener algunos estándares de agilidad expresiva aún activos mientras ahonda en recursos de claridad melódica. ‘La Trampa’, por su parte, se centra en la elaboración de una confluencia entre plácidos climas funky-jazzeros y un amable desarrollo temático que exuda imponente elegancia; es un truco muy simpático el insertar pasajes marcados por un dinamismo estilizadamente filudo que se complace en hacer gala de la complejidad rítmica sobre la que se sostiene. Un poco más adelante, ‘9 Reasons’ capitaliza esta misma amabilidad sobre los cimientos de un swing juguetón que a ratos estalla en un fulgor abiertamente extrovertido. Las cadencias básicas no son muy intrépidas, pero sí abren espacios para el lucimiento del bajo en varios momentos, un lucimiento vital para que la pieza vehiculice adecuadamente su expresividad inherente. En medio de estos dos temas se sitúa ‘Nemo’s Travels’, un tema relativamente sencillo que nos muestra la faceta más frontalmente lírica del trío, comenzando y terminando con un groove sereno mientras que, en medio, el trío crea un ejercicio de musculatura comedida en un evidente coqueteo con el hard rock. ‘Storm Trooper Blues’ sirve básicamente como un desahogo para el factor más directamente rockero del grupo, metiéndose un poco en terreno de LED ZEPPELIN a través de los filtros de DON CABALLERO y BOZZIO LEVIN STEVENS. La secuencia de acordes de la primera parte es fiel a la tradición blues-rockera, pero el dinamismo gestado para el arreglo global es decididamente progresivo; por eso, no nos ha de sorprender que, cerca del final del camino, la banda enriquezca el cuerpo central con una intensidad del groove y la inserción de exultantes recursos jazz-rockeros. 



El cierre del repertorio llega de la mano de ‘Above Ground’, otra pieza de abierto tenor lírico, centrada en dar un nuevo giro de tuerca a la faceta más amable del trío, aunque sin ausencia de variantes temáticas en algunos pasajes estratégicos. “Glint” es, ante todo, un disco ameno y extrovertido... pero no solamente eso, también es una inspirada serie de ejercicios de lúcidas y claras musicalidades enérgicas y cautivadoras que hacen a la gente de SOFTEN THE GLARE merecedora de nuestra más cerrada ovación. Este ensamble sabe hacer música sofisticada y señorial sin perder el brío luminoso de lo divertido, y es por ello que su propuesta musical resulta siempre ideal para ponernos de buen humor mientras exige una escucha concentrada de los detalles relevantes. Va nuestro más sincero agradecimiento a los Sres. Lozaga, Martinie y Hull por brindarnos este estupendo disco, este vibrante centelleo convertido en sonido articulado.  




Thursday, January 14, 2021

El lucimiento de los legendarios SOFT MACHINE en el Baked Potato

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy tenemos el honor de presentar – un poco tardíamente – el disco en vivo de los legendarios SOFT MACHINE “Live At The Baked Potato”, el cual fue publicado como CD por el sello MoonJune Records el 10 de junio del pasado año 2020. El aristocrático cuarteto de John Etheridge [guitarra], Theo Travis [saxofón tenor, flauta y piano eléctrico Fender Rhodes], Roy Babbington [bajo] y John Marshall [batería] brindó un muy inspirado recital en el Baked Potato de Los Ángeles el 1 de febrero de 2019: este registro fue publicado en CD después de que se editara una edición limitada de doble vinilo (en formatos transparente, blanco y azul) por vía del sello neerlandés Tonefloat. Dicho concierto fue parte de la gira que la banda hizo para celebrar sus bodas de oro… aunque ninguno de sus actuales integrantes formó parte de alguno de los cuatro primeros álbumes de la banda. Este disco que ahora tenemos en nuestras manos fue registrado por Guillermo Berrino en el local mencionado, siendo posteriormente mezclado y masterizado por Andrew Tulloch en el Blue Studio de Londres. Parece que Travis, el menos viejo de la actual conformación de SOFT MACHINE, ejerce alguna forma de liderazgo porque, además de componer buena parte del nuevo material desde que ingresó en reemplazo de Elton Dean tras su fallecimiento en 2006, se hizo cargo de las principales labores de producción de este ítem fonográfico. Claro está, los otros tres grandes maestros que tocan aquí son figuras genuinas dentro del legado vigente de SOFT MACHINE desde los años 70s, por lo que podemos decir que este grupo es una entidad con vida propia en tanto un conjunto integral de partes. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “Live At The Baked Potato”.
 


La dupla de ‘Out-Bloody-Intro’ y ‘Out-Bloody-Rageous, Part 1’ (referente de ese crucial tercer álbum de la banda) ocupa un espacio de casi 8 minutos y se encarga de calentar el ambiente desde el punto de partida. Todo comienza con unas leves atmósferas ensoñadoras gestadas por el piano eléctrico, las cuales arman con cristalina suavidad los cimientos para el explayamiento del cuerpo central, siempre caracterizado por una mezcla equilibrada de vigor y exquisitez. El groove complejo es manejado con cristalina fluidez mientras los maestros dan la talla íntegramente con su dinamismo arquetípico. ‘Sideburn’ es un excelso solo de batería que ostenta la conveniente dosis de enérgica sofisticación para abrir paso a un clásico absoluto del amplio canon de SOFT MACHINE: ‘Hazard Profile, Part 1’, algo que se anunciaba desde los efectos de campana. Con la logística actual del grupo, la pieza adquiere una musculatura renovadora, la cual naturalmente reposa sobre los hombros de Etheridge. Luego siguen otros enormes clásicos: ‘Kings And Queens’ y ‘The Tale Of Taliesin’, uno del último disco de la banda con la membrecía de Robert Wyatt, el otro, de la época del auge de Karl Jenkins como principal figura creativa. El primero de estos temas nos lleva hacia una dimensión lírica alimentada por una cierta aureola de misterio, lo cual obliga al ensamble a explorar su faceta más delicada: estando la flauta al frente y vigilando la dupla rítmica que el groove se mantenga en una modalidad sutil, la guitarra elabora fraseos adicionales en torno a la flauta. Para la segunda pieza mencionada, el lirismo colectivo se torna contemplativo bajo el arropamiento de una atmósfera crepuscular durante la primera mitad. El delicado armazón de las escalas del piano eléctrico asientan el espectro cromático sobre el que las sobrias líneas de la guitarra habrán de plasmar una espiritualidad abstraída. La segunda mitad se torna frenética y rotunda, ostentando una agilidad muy vivaz para, finalmente aterrizar en un reprise de la primera sección. ¡Este pieza se hace cada vez más bella! 
 


‘Heart Off Guard’ brinda un momento de relax sencillo en un estupendo diálogo entre guitarra y saxo, tras lo cual ‘Broken Hill’ establece un señorial ejercicio de jazz-fusion en clave melancólica. La guitarra elabora uno de sus solos más notables de esta jornada. ‘Fourteen Hour Dream’ vira hacia una atmósfera de colorida extroversión asertivamente edificada sobre un swing alegre y llamativo. Una de las piezas más encantadoras y vibrantes que el grupo ha compuesto desde sus tiempos de SOFT MACHINE LEGACY. ‘The Man Who Waved At Trains’ exhibe un señorío grácil y fulguroso que hace justicia a su versión original de los 70s mientras se expande más allá de su arquitectura primigenia: recibe los ecos de las vibraciones vivarachas de la pieza precedente mientras las traslada a un lugar más sobrio. ‘Life On Bridges’, por su parte, perpetúa este enfoque sobrio y lo remodela con un aura grave, a veces taciturna, marcada por exploraciones abstractas que el ensamble va armando a lo largo del camino. El disco termina con la pieza titular del último álbum de estudio de la banda hasta la fecha: ‘Hidden Details’. El ensamble regresa a los recursos de vigor que ya apreciamos en otras partes del repertorio y les recubre de una elegancia serena que impulsa el potencial llamativo del groove en curso; notemos el especial lucimiento de la batería. Como balance final, “Live At The Baked Potato” es, ante todo, un disco rebosante de clase y distinción de parte de esta asociación de maestros veteranos del Canterbury y el jazz-rock contemporáneo que aún tienen mucha energía que dar a la escena musical de nuestros días. Nada mal cuando se trata de un cuarteto que integra a un señor que recién ha cumplido 73 años (Etheridge) y a otros dos que tienen 79 y 80 años de edad (Marshall y Babbington, respectivamente). Al fin y al cabo, es la edad del espíritu la que cuenta a la hora de crear y ejecutar piezas musicales, y en lo que respecta a este asunto, la gente de SOFT MACHINE todavía sabe lucirse en los escenarios, lo cual mantiene al grupo en un sitial muy alto dentro de la élite de la música contemporánea más de medio siglo después de su debut fonográfico. ¡¡Y que siga adelante!!
 


Monday, January 11, 2021

Cuarta exhibición de voracidad avant-progresiva de parte del dúo LEMMINGS SUICIDE MYTH


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
El pasado 31 de diciembre se publicó una gozada de álbum: el cuarto trabajo de estudio del trío francés LEMMINGS SUICIDE MYTH. ¡Qué Nochevieja progresiva tan tremenda! Este dúo conformado por B [piano y voz] y Philippe Isenmann [batería, glockenspiel y otras percusiones] sigue adelante con su propuesta ecléctica de avant-prog y jazz-prog con las inserciones ocasionales de elementos de fusión, sinfonismo y vanguardia contemporánea para darle un dinamismo explícitamente sofisticado a su esquema de trabajo. El dúo sabe hacerse sentir imponentemente fastuoso con su logística tan escueta. B es el compositor de todo el material de la banda. El disco que ahora reseñamos porta un título parecido a los de los discos homónimo y tercero (de 2015 y 2018, respectivamente), pero ahora el título es exactamente “Lemming Suicide Myth”, con la palabra lemming en singular. Fue grabado en los Downtown Studios bajo la supervisión de Mathieu Pelletier, quien se encargó de las labores de ingeniería de sonido y mezcla. Básicamente, la línea de trabajo plasmada por la gente de LEMMINGS SUICIDE MYTH en este excelente álbum consistió en proseguir en el sendero trazado por el álbum homónimo del año 2018 y trazar un parámetro más fastuoso para el mismo, pero mejor echemos un vistazo detallado a cada uno de los temas contenidos en este álbum.

 
Durando casi 12 ¾ minutos, ‘Les Chiens Ont Dévoré Le Jour’, abre el disco con un fabuloso y exultante ejercicio de majestuosidad musical. Comienza con un prólogo sigiloso basado en sobrios fraseos del piano, siendo así que el ensamble va abriendo gradualmente el camino para la emergencia de un motif extrovertido que se sostiene sobre un complejo compás lleno de señorial vivacidad. El siguiente pasaje es un puente de carácter jazz-fusionesco que sirve para que el siguiente motif desarrolle un cálido dinamismo situado en un cruza entre lo sinfónico y lo cósmico (algo así como un CLEARLIGHT más despojado). A partir de la frontera del sexto minuto y medio, el grupo alterna pasajes flemáticos de talante jazzero con otros más propiamente extrovertidos en los que el dúo utiliza dos recursos diferentes: modismos impresionistas y manieristas en clave sinfónica y tensos recovecos al modo avant-progresivo. El sobrio epílogo nos devuelve brevemente al pasaje inicial. Se trata de un electrizante inicio de álbum que, en buena medida, opera como manifiesto integral de la propuesta del grupo. Acto seguido llega el turno de ‘À Travers Les Terriers’, una pieza que apuesta por una hermosura envolvente y señorial que transita jovialmente por los terrenos de la fase 73-76 de RETURN TO FOREVER, del dúo BRUFORD-MORAZ y del estereotipo prog-sinfónico, con la adición de algunos leves toques de chamber-rock. Estos últimos son utilizados no tanto para meter oscurantismo al asunto como para insuflar una densidad misteriosa en ciertos pasajes estratégicos. Todo desemboca en un hermoso y sutil epílogo de tenor impresionista. ‘Les Métamorphoses Du Vampire’ comienza con una desconcertante muestra de un momento particularmente tenso de una película del género thriller mientras el grupo elabora un cuerpo musical solemne y sombrío; se trata de la película Serie negra de ALAIN CORNEAU. El tenor sombrío de la pieza se acentúa adecuadamente con el posterior soliloquio del teclista, quien recita el paradigmático poema del enorme CHARLES BAUDELAIRE Las flores del mal. El dúo crea un atmósfera noctámbula parecida a la de una enorme mansión que cobija espectros del pasado bajo la tenue luz de unas pocas lámparas encendidas, y lo hace con una convicción fehaciente. 


‘La Mémoire Voyage Parmi Les Serpents De Sable’ es otra pieza de considerable duración con su espacio de casi 12 ½ minutos. Esta vez, el dúo se focaliza explícitamente en su faceta más vivaz, explorando recursos expresionistas en clave sinfónica y polirritmos contundentes. Rotundo y salvajemente luminoso, el desarrollo temático exuda un vitalismo bárbaro a la vez que está signado por la cristalina exquisitez performativa que es innegable marca de la casa. A mitad de camino, un breve interludio vira hacia un remanso contemplativo marcado por un delicioso diálogo entre el piano y el glockenspiel, lo cual permite al grupo darle un aire más refrescante a los nuevos artificios extrovertidos que se habrán de apoderar del esquema musical en curso. ‘Ballerine Brisée’ exhibe un dramatismo especial de talante romántico desde el cual se exhibe una mezcla de melancolía e introspección dentro de la serie de encuadre melódicos que aquí se encapsula. Hay un manto de vulnerabilidad que envuelve a cada una de las notas que forman parte de este hermoso despliegue melódico. Esta pieza establece aires de familia con GOGO PENGUIN mientras ahonda en la estilización lírica propia del estándar prog-sinfónico. Con sus casi 20 minutos de duración, la emergencia de ‘Ville-pieuvre’ nos muestra a la banda dando rienda suelta a sus más meticulosas exploraciones de su propuesta musical. De hecho, para decirlo de manera sintética, sus múltiples desarrollos y esquemas temáticos nos remiten claramente al esplendor alevosamente sofisticado de la pieza #1, la juguetona extroversión del tema #4 y las conmovedoras vibraciones introvertidas de la pieza inmediatamente anterior. Así las cosas, el dúo focaliza sus energías creativas en el afinamiento meticuloso de su siempre lúcida creatividad melódica y su no menos lúcida capacidad para crear atmósferas elocuentes con las que se arropa a los focos melódicos de turno. A poco de pasada la frontera del minuto 12, el piano dirige la gestación de un clima turbulento y árido a través de un breve interludio que deja una huella de otoñal ceremoniosidad para la elaboración de la sección siguiente. Por supuesto, otras secciones ulteriores van transitando desde la calma contemplativa a la vivacidad traviesa, una estrategia con la cual se cerrará esta exquisita maratón avant-jazz-progresiva. Si el primer tema del disco fue un manifiesto, éste instauró la concreción decisiva de la idea. El epílogo del álbum lo trae ‘Au-delà Des Falaises’, el tema más breve del álbum; su enfoque es melancólico e introvertido, aunque la musculatura del piano y el complejo swing de la batería aportan una luminosidad extra al asunto. Un hermoso final del repertorio, sin duda.
 
Todo esto fue “Lemming Suicide Myth”, una obra magna gestada por LEMMINGS SUICIDE MYTH, un ensamble que para nosotros es uno de los más notables que existen actualmente dentro de la provincia vanguardista del gran escenario progresivo. Con un disco tan vorazmente vitalista como éste, el grupo garantiza que la actual avanzada musical francesa (y mundial) se mantenga saludable y fresca. ¡Recomendable al 200%!: un 100% por cada integrante.
 


Friday, January 08, 2021

La fabulosa isla musical de SEAORM



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy nos complace presentar el disco “Olkhon” del colectivo triádico hispano-ruso SEAORM, un proyecto conformado por el guitarrista Ángel Ontalva y la dupla rítmica de Ark e Ivan Fedotov (integrantes de VESPERO y también 2/3 de MAAT LANDER). Al principio, Ontalva estaba trabajando con Ark en un dúo denominado SHAMAN ROCK (creador de un disco de 6 piezas publicado por OctoberXart) donde el susodicho Ark se hacia cargo de los sintetizadores. Pero ahora, con este formato ampliado a trío, el proyecto inicial asumió una energía nueva y capitalizada hacia niveles incrementados de energía expresiva. Las composiciones ya trabajadas recibieron nuevos arreglos y se añadieron otras nuevas: j
unto a la guitarra de Ontalva y a batería de Ivan, Ark añade labores al bajo, los sintetizadores, la caja de ritmos y la máquina de escribir. “Olkhon” ha sido publicado oficialmente el 28 de diciembre del pasado año 2020. Tal como indica el título de este disco, se trata de una obra conceptual inspirada en la Isla de Olkhon, la más grande que hay en el Lago Baikal, ubicado en el sur de Siberia. Ontalva se empapó de la música folclórica de la zona para diseñar las bases compositivas del repertorio de este álbum, además de hacer viajes introspectivos bajo la inspiración del paisaje. Después de que Ontalva completara sus ideas musicales, el grupo en bloque se encargaba de los arreglos finales. En el núcleo central de este álbum, el colectivo tripartito de SEAORM ha apostado por una modalidad sumamente refinada de experimentaciones y exploraciones eclécticas donde conviven el jazz-rock, el space-rock, la fusión contemporánea y la psicodelia. Por supuesto, el sello OctoberXart se encargó de la producción física de este álbum; también por supuesto, Ontalva se hizo cargo de la sensacional arte gráfica del mismo, cosa muy usual en los procesos de realización de ítems fonográficos dentro de este sello. A propósito, el nombre del trío proviene de un tema del primer disco que hizo Ontalva con VESPERO.  

 
Vamos de una buena vez a los detalles del excelente repertorio de “Olkhon”. Éste comienza con ‘Lusud-Khan’, una pieza flotante y enérgica que se reviste de un manto de sobriedad cuyas fibras son de materia cósmica. La rigurosa arquitectura rítmica se acomoda al complejo groove creado para la ocasión mientras los virtuosos fraseos de Ontalva y los relevantes aportes del sintetizador van llenando espacios a placer. Mientras el desarrollo temático avanza, el rol de la batería se torna crecientemente sofisticado, lo cual se traduce en una drástica musculatura que juega a favor de la esencia enérgica de la pieza. Gran momento de inicio para el álbum que es seguido por la dupla de ‘Walking On Water’ y ‘Tail Of The Dragon’, la cual tiene la función de exhibir más recursos sonoros para la propuesta estética del trío. En efecto, el primero de estos temas se centra en una atmósfera jazzera de tenor crepuscular con la inserción de distantes recursos espaciales aportados por el sintetizador al modo de destellos de misterioso esplendor que se dejan entrever en la lejanía del horizonte. Mientras tanto, la guitarra elabora un motivo hermoso y envolvente que encuentra en la dupla rítmica un cómplice generador de aires melancólicos. Por su parte, el segundo de estos temas mencionados vira hacia una extroversión frontalmente luminosa y jovialmente saltarina. La batería es ahora el instrumento dominante la mayor parte del tiempo con sus impecables y trucos percusivos, mientras la guitarra y el bajo dialogan entre sí con un sólido paso a través de la cruza entre el jazz-prog y el post-rock. Un cénit del álbum. Cuando llega el turno de ‘Ice Circles’, pieza que dura poco más de 7 minutos, el trío se dispone a explorar recovecos de señorial gracilidad dentro de un exquisito ardid sónico que nos remite a la faceta más cristalina del discurso arquetípico del space-rock. Hay una mezcla de trazos oníricos y vibraciones contemplativas que funciona muy bien a la hora de enfilar el norte expresivo de esta pieza. Eso sí, para la segunda mitad, el esquema sonoro va adquiriendo de a pocos un nivel incrementado de robustez, aunque sin romper con el espíritu general de la composición. Otro cénit. ‘Demons’ se define como un regreso de lleno al aspecto de jazz contemporáneo en clave atmosférica que el grupo ya había explorado en el segundo tema del álbum. Esta vez, el ambiente general es misterioso e inescrutable, casi rayano con lo tenebroso, y bien alimentado por la actitud deconstructiva de la batería.
  
Cuando emerge ‘Kiss Of Betrayal’, el trío apuesta por cadencias persistentes y atmósferas exóticas, siendo así que el resultado concreto es una combinación preclara e ingeniosa de psicodelia progresiva y jazz-fusión con su oportuna cuota de garra rockera. En algún momento, el trío gesta un interludio relajado que sirve como situación momentánea de reposo previa al genial despliegue de psicodelia space-rockera que ha de marcar a la sección final del tema. Es tal vez el último y más decisivo pasaje culminante del disco. ‘Angara’, como contraparte, nos ofrece un breve ejercicio de vibraciones contemplativas en clave jazzera a través de un meticuloso y elegante motif de guitarra, un poco a lo RAY RUSSELL; mientras tanto, los flotantes efectos de sintetizador vuelven a brindar ese elemento distante que nos interpela desde la lejanía. El disco concluye con la dupla de ‘A Stake In Her Soul’ y ‘Shaman Rock’. El primero de estos temas prosigue por la línea introspectiva, pero esta vez con una dosis mayor de densidad y un empuje rockero explícito: es casi como un ejercicio de space-rock impregnado por etéreos recursos al estilo del krautrock (CLUSTER, TANGERINE DREAM). El tema de cierre, por su parte, exhibe un fulgor optimista centrado en un groove jazz-progresivo que se deja humedecer por ocasionales mareas espaciales en algunos parajes estratégicos. El bajo deja sentir sus sofisticadas y ondeantes líneas a través de los aportes de los sintetizadores y las excelsas virguerías de la guitarra. Si el penúltimo tema del álbum nos dejó un poco con la miel en los labios por no durar más, este tema final sí nos parece que aprovecha apropiadamente su espacio de casi 7 minutos. Todo esto fue “Olkhon”, más de tres cuartos de hora de música progresiva de elevado nivel y rebosante de creatividad ecléctica. El colectivo de SEAORM se ha lucido a lo grande y, gracias a ello, ha generado una nueva fuente de vitalidad para el ideal de vanguardia rockera; lo decimos no solo para la asociación de las escenas española y rusa, sino también para el mundo entero. Totalmente recomendable este disco, la verdad que sí. 



Muestras de “Olkhon”.-
Lusud-Khan: https://octoberxart.bandcamp.com/track/lusud-khan-2
Tail Of The Dragon: https://octoberxart.bandcamp.com/track/tail-of-the-dragon
Kiss Of Betrayal: https://octoberxart.bandcamp.com/track/kiss-of-betrayal