HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Echamos una mirada al 23 de octubre del pasado año 2024 y nos topamos con la más reciente excursión del veterano ensamble japonés ASTURIAS con el formato de cámara denominado ACOUSTIC ASTURIAS: “Somewhere Not Here” es el título del disco donde se plasma esta iniciativa. La alineación operativa en este disco consta de Yoh Ohyama a la guitarra acústica (el líder de siempre), Saori Hoshino al violín, Mayumi Sano al cello y, turnándose al piano, Towa Kitagawa y Taishi Sekiguchi. Algo anecdótico es que se trata de la primera obra fonográfica de este ensamble con un cello en su logística instrumental. Tras dos discos del enclave ELECTRIC ASTURIAS (“Trinity” y “Dimensions”, de los años 2019 y 2023, respectivamente) y a 14 años del último disco con formato acústico (“Legend Of Gold Wind”), se nos vuelve a brindar un exquisito catálogo de cristalinos viajes líricos que ostentan una fuerza de carácter muy peculiar y con un convincente talante evocador. La mayor parte de las composiciones contenidas en este disco surge de la pluma de Ohyama, pero también hay creaciones de Hoshino y de Kitagawa. El material de “Somewhere Not Here” se registró en el Nakatoh Studio, realizándose después las labores de mezcla y masterización en el Studio Manor House. Veamos ahora los detalles estrictamente musicales del disco.
‘Heliocentrism’
causa una muy buena primera impresión del repertorio con su extrovertido despliegue de cristalinos fulgores sónicos. Los exultantes efluvios del piano y los marcajes del cello completan los llamativos cauces melódicos por los que, con total fluidez, transitam los partícipes del ensamble. Sigue a continuación ‘Shinyomawari’ y aquí el grupo se enfila por una senda expresiva más ceremoniosa, incluso un poco más grave, aunque indudablemente todavía persiste el refinado esplendor que antes marcó a la pieza inaugural. Los vuelos del violín ostentan una aristocrática prestancia que ensalzan la gallardía inherente a la composición de una modo decisivo. Cuando llega el turno de ‘Midsommarstång’, es el momento para explorar climas razonablemente solemnes bajo el mano de una espiritualidad tan intensa como reflexiva. El groove armado por las primeras notas del cello anuncian sin ambigüedad que el enfoque expresivo central de la pieza se habrá de orientar hacia la prevalencia de una agilidad saltarina donde lo contemplativo se asoma sin mucho disimulo. Algunos ornamentos del piano realzan lo saltarín con la frontal complicidad del piano mientras el cello mantiene un pulso arquitectónicamente preciso. Durando 9 minutos y pico, ‘Time
Traveller’ es la pieza más extensa del álbum. Los índices temáticos de sus diversos bloques melódicos retoman buena parte de las vibraciones fulgurosas que ya habían inundado a la pieza inaugural. Además, el ensamble juega con diversos grooves y esquemas rítmicos con una liberalidad bien aprovechada desde el largo tiempo asignado. Estando las bases armónicas del piano y la guitarra tan bien definidas como lo están, el contubernio de violín y cello tiene el cielo en sus manos para volar según el plan trazado por la meticulosa ingeniería melódica, la misma que bebe tanto del romanticismo como del expresionismo. La sección epilogar destila un imparable entusiasmo, completando este cénit definitivo del álbum.
‘Rhythmus’ juega con las cadencias armonizadas de cello y violín para impulsar el núcleo central en torno a un nuevo ejercicio de musicalidades saltarinas. Eso sí, ahora no tenemos una celebración de resplandores primaverales o incandescencias estivales, sino una neurosis aristocrática que, hasta cierto punto, nos remite al paradigma de Philip Glass a través del filtro de Rachmaninoff. ‘Ricochet’ enuncia unos aires fusionescos en su groove central que se asemejan un poco al estándar tanguero. La neurosis sistemática de la pieza precedente cede el paso a una asertividad vivaz que sabe arroparse bajo un manto de distinción. Tal vez tengamos aquí el solo de violín más impresionante de todo el álbum; también está uno de esos pocos momentos en los que la guitarra sale al frente para destacarse en un solo cautivador. ‘Snowy
Landscape’ se calma un poco para permitir al ensamble volver a explorar su faceta más ceremoniosa, siendo así que la solemnidad sistemática de su esquema melódico es manejada con una oportuna dosis de gracilidad. El penúltimo tema del disco es una versión del clásico de CREAM ‘White
Room’ (legendaria composición de Jack Bruce y Pete Brown). El ensamble preserva esa magia esotérica con refinada musculatura que es la esencia original de la canción mientras le insufla de vibraciones estilizadas que son tan propias de la logística sónica a su disposición. ‘D’où Venons-nous Que Sommes-nous Où Allons-nous’ cierra el repertorio con el rastreo final de la dimensión contemplativa del ensamble. Todo comienza con el tenor más sereno de todo el álbum antes de que un nuevo paisaje suntuoso emerja ante nuestros oídos y espíritus, siendo así que el cuarteto se dispone, básicamente a hacer una síntesis entre la suntuosidad de ‘Snowy Landscape’ y el embrujo palaciego de ‘Shinyomawari’. La mayor parte de la labor de cello consiste en precisar los opulentos efluvios que dibuja el violín mientras dirige el desarrollo temático. Ya en las últimas instancias, ocupa un rol más primordial mientras el tema busca aterrizar en un área de crepuscular remanso. A fin de cuentas, ha sido muy estimulante tener esta experiencia melómana con ASTURIAS a través de su faceta de ACOUSTIC ASTURIAS. La experiencia de “Somewhere Not Here” ha sido, en líneas generales, colorida y sugerente, lo suficientemente llena de ingenio creativo como para considerarlo un disco muy recomendable para cualquier buena fonoteca de música progresiva.
Muestras de “Somewhere Not Here”.-
Heliocentrism: https://asturias.bandcamp.com/track/heliocentrism
Time Traveller: https://asturias.bandcamp.com/track/time-traveller
D’où Venons-nous Que Sommes-nous Où Allons-nous: https://asturias.bandcamp.com/track/do-venons-nous-que-sommes-nous-o-allons-nous

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