Sunday, October 27, 2024

Segundo acto de la utopía vanguardista de MALDITO WASABI



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión volvemos a visitar la escena vanguardista de Argentina y nos topamos con el nuevo disco del colectivo MALDITO WASABI, el cual se titula “Utopía Sessions” y fue publicado hace muy poco, el 6 de octubre, para ser más específicos. El trío de guitarra-bajo-batería que había gestado el disco homónimo del pasado año 2023 ahora se metamorfosea en una alineación aumentada y un poco distinta: Jorge Falcón [guitarra y efectos], Fernando Bruno [bajo y efectos], Juan Miguel Nogara [Korg Minilogue XD con pedalera de multiefectos Boss ME-80], Abigaíl Barrabán [violoncello] y Agustín Arnau [Kaossilator con Logic Pro y Korg Nanopad]. Lo que aparece en este álbum es justamente lo aludido en su título mismo: lo hecho en un concierto que tuvo lugar en el Centro Cultural La Utopía y el Divisadero, en Dolores, Provincia de Buenos Aires, en setiembre de este año 2024. Este lugar utópico se convirtió en un albergue de anarquismo inteligente merced al hecho de que lo que hacían estos cinco músicos era directamente producto de la composición colectiva espontánea en tiempo real, siendo así que lo que emergía espontáneamente pronto hallaba un foco en base a las interacciones del momento. El registro fue realizado por Eduardo Cortés en multitrack para A17, siendo así que él y Jorge Falcón realizaron la ulterior labor de mezcla. Teniendo en cuenta que los tres temas del homónimo álbum de debut tenían títulos de Actos numerados, el primero de este segundo álbum se llama ‘Acto 4’ y así van titulándose los otros cuatro temas: veamos ahora sus detalles específicos. 

‘Acto 4’ se explaya por un espacio de cerca de 10 ½ minutos. Comienza con un vitalismo mecanicista cuyas vibraciones mecanicistas hallan su complemento idóneo en los retazos emanados por el cello. Mientras el ensamble se va acercando a la frontera del cuarto minuto, su ingeniería sonora va cobrando un vigor de a pocos definido, llegando a gestar un vértice solemne donde se conjugan las vibraciones cibernéticas del (mal llamado) krautrock electrónico y la sombría espiritualidad del post-rock a través de un filtro psicodélico. Así las cosas, el ensamble está preparado para intensificar la situación sónica con la edificación de un epílogo desestructurado donde la potencialidad posmoderna se concreta a paso firme. A continuación llega el turno de ‘Acto 5’, que dura casi 18 minutos y es la pieza más extensa del disco. Dada la maratónica duración de este viaje musical, el ensamble se da el lujo de abordar sus facetas más grandilocuentes durante sus diversas transiciones desde las abstracciones cibernéticas hacia una modalidad contemporánea de ácida garra Crimsoniana, y de allí a un poderoso jam donde se conjugan la energía del space-rock y la garra muscular del punk-jazz. Mientras se arma un efectivo contrapeso mutuo entre el vigor de la triangulación de guitarra, batería y cello y el esquematismo modernista de los recursos computarizados, nos damos cuenta de que tiene lugar una exquisita proyección avant-progresiva donde los recursos eclécticos que están a disposición de los músicos son aprovechados con un fulgor muy peculiar. El vitalismo operante se prolonga por una generosa cantidad de minutos, logrando reforzar a cada instante la patente algarabía del momento. Poco antes de llegar a la frontera del noveno minuto, las cosas se calman para virar hacia una introspección misteriosa que, de manera gradual, asume aires ceremoniosos que algo tienen de estilizado a pesar de la situación de espontaneidad en la que emergen. A lo largo de una zona de transición donde parece que son conjurados los fantasmas de TANGERINE DREAM y ASH RA TEMPEL, se siembra el camino para otro próximo jam space-rockero, esta vez gestado con un groove más contenido y una prevalencia de índices cinematográficos. Éstos son patentemente etéreos, pero con un persistente filo tenso e incendiario. Todo un cénit del evento, un culmen de inspiradas exhortaciones musicales.

‘Acto 6’ pone más énfasis en la lógica de las exploraciones cibernéticas, jugando no ya a la deconstrucción, sino a la contemplación de una vaga infinitud donde los brotes sonoros que se llevan a cabo no aspiran a convertirse posteriormente en cascadad esquemáticas o efluvios. Nada de eso, son brotes en sí mismos y así van sucediéndose hasta el instante final. ‘Acto 7’ también ocupa un espacio bastante generoso, esta vez de poco más de 12 ¼ minutos y es la antítesis total del Acto precedente. Muy pronto halla esta exploración musical un foco y un swing en aras de motivar un jam space-rockero con impulsos prog-psicodélicos al modo de una cruza entre HAWKWIND y la faceta industrial de JOHN ZORN a través del filtro de CLUSTER. En una segunda instancia, el ensamble se deja arropar por una neblina un tanto amenazante que, hasta cierto punto, nos retrotrae al paradigma de UNIVERS ZERO y otras grandes figuras del chamber-rock francófono de los 70 y los 80. El imperio de lo minimalista acrecienta esa aura siniestra que no tarda mucho en erigirse como motif; en este contexto, el violoncello se convierte en el centro nuclear del desarrollo temático que ha de plasmar un paisaje introspectivo para el cautivador epílogo. Otro cénit del evento. Trae el cierre del repertorio ‘Acto 8’, pieza diseñada para remodelar algunas de las vibraciones fulgurosas que signaron el groove central del Acto anterior, un nuevo amanecer que sucede a la nocturnidad inmediatamente precedente y cancela el evento con inspiradores centelleos. Los cuasi-Frippianos fraseos de la guitarra ayudan bastante a aportar una visceralidad penetrante al bloque global a contrapelo del mecanicismo rítmico que entra a tallar en buena parte del tema. El delirante diálogo entre bajo y violoncello que marca a la sección final es una nueva modalidad de agitada extroversión dentro de esta trama. He aquí, a fin de cuentas, un muy inspirado acto de expresiones sónicas dentro de la real utopía vanguardista del ensamble MALDITO WASABI. Lo que se nos ha mostrado en “Utopía Sessions” es el testimonio de una vivacidad única que pertenece a una entidad muy propia dentro de la vanguardia rockera actual de Argentina; su nombre es MALDITO WASABI y merece un lugar de preferencia en nuestra agenda de descubrimientos melómanos dentro de las áreas más arriesgadas del rock artístico de Sudamérica y el mundo entero.

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