Sunday, July 07, 2024

SEAORM: tercera hoja de ruta para una nave hispano-rusa de música prog-psicodélica


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy traemos a colación la muy grata circunstancia de que ya está trazada la hoja de ruta del tercer trayecto de SEAORM, esa talentosa asociación hispano-rusa de música prog-psicodélica en clave ecléctica. Su nuevo disco, titulado “Nekyia”, fue publicado en la segunda mitad del pasado mes de abril por vía del sello OctoberXart Records, contando con el apoyo de producción ejecutiva de Francisco Macías. El ensamble conformado por Víctor Rodríguez [teclados], Ark Fedotov [bajo, sintetizadores y sampler], Ivan Fedotov [batería] y Ángel Ontalva [guitarra] se luce enormemente en éste, su tercer disco, el segundo gestado con la presente alineación de cuarteto. En líneas generales, adelantamos que “Nekyia” realiza una especie de síntesis entre el colorido intensivo de su antecesor “Forgotten Shrines” (2021) y la garra exquisita del disco de debut “Olkohn” (2020), mientras va añadiendo renovadores recursos sonoros a un esquema de trabajo, a estas alturas, bien definido. Lo que suena en el disco que ahora reseñamos fue compuesto colectivamente. Los procesos de mezcla y masterización estuvieron a cargo de Ontalva, como también lo estuvo el arte gráfica… como siempre y con la genialidad de siempre. La palabra que da título a este disco se refiere a lo que también se suele llamar necuia, un rito de evocación a los espíritus de los muertos para que nos muestren el futuro o nos faciliten algún contacto momentáneo con seres queridos; dentro del ideario poético de SEAORM, los músicos bajaron al inframundo para emerger épicamente por vía de un millón de encantos alquímicos. 

 
El repertorio de “Nekyia” se abre con ‘The Martyrdom Of Metals’ y lo hace a lo grande. Comenzando con una aureola de expectativa que mucho tiene de urgencia, pronto facilita la instauración del nervio comunal del ensamble sobre una base rítmica bien delineada en su aseverativa parsimonia. Conviven aquí la extravagante exuberancia de los HENRY COW de 1974, el vitalismo exquisito de los AGITATION FREE del primer álbum y el oscurantismo aristocrático de los KING CRIMSON de la fase 1973-74, lo cual se traduce en una exitosa concreción de la majestuosidad prog-psicodélica diseñada para la ocasión. Es de notar que las florituras de la batería que van emergiendo desde el segundo tercio amplían el potencial de vigor expresivo  de la composición, dejando la dirección de este vigor renovado al criterio de las interacciones entre la guitarra y los teclados. Qué gran inicio de álbum, por Dios. Acto seguido, llega el turno de ‘Mercurial Fountain’, una maratón de casi 20 minutos de duración cuyos aleatorios pasajes iniciales se emparentan fluidamente con los viejos paradigmas de ASH RA TEMPEL y TANGERINE DREAM, al menos, en lo que respecta a la gestación de climas flotantes donde lo onírico y lo arcano se fusionan en una sola fuerza expresiva. Una vez que el ensamble íntegro se pone a establecer sus fuerzas internamente unidas en un jam primordial, los músicos articulan con preciso garbo una mezcla de psicodelia y jazz-rock que, tras pasar por un groove ceremonioso semejante al que signó a la pieza inicial, pronto asume una vitalidad más explícita. Mientras se va explayando el jam, las ligeras variantes que van surgiendo a lo largo del camino enriquecen los matices lisérgicos y las fluctuaciones del swing. De hecho, a poco de pasada la frontera del undécimo minuto, el ensamble vira hacia los sinuosos senderos del free jazz, pasando después de eso a una estrategia de tentativas reconstrucciones líricas. A partir de aquí, se siembra el terreno para la emergencia de un clímax expresivo abundantemente fulguroso donde el jazz-prog y el avant-prog se conectan grácilmente. Las instancias finales que están trazadas por intensos golpes de la batería son ingeniosamente determinantes. Si alguien se quiso imaginar alguna vez cómo sonaría una asociación de músicos de EMBRYO y AGITATION FREE que decide entrar clandestinamente en el ideario cósmico de SUN RA mientras recibe alguna asistencia adicional de parte de los integrantes del FRED FRITH TRIO, pues lo que suena en este tema es la respuesta concreta a esa pregunta (sin importar cuán estrambótica suene).   

‘Proserpina’ – que también goza de una generosa duración de poco menos de 12 ¼ minutos – tiene la complicada misión de suceder a la magnificencia de ‘Mercurial Fountain’, pero la cumple con cabal eficacia. El enfoque de expresividad espiritual de esta pieza nos lleva hacia una zona crepuscular y meditabunda, siendo así que la guitarra inicia el camino de exploraciones sónicas donde los integrantes buscan, en momentos sucesivos, lugares de encuentro y espacios para la incitación convergente. Una vea asegurado el swing con el que la batería ha de sugerir la ingeniería común para los otros instrumentos, la banda logra instaurar una refulgencia especial para que los aspectos crepusculares puedan apropiarse de una agilidad razonablemente contenida. Esto es lo más lírico que existe en el disco que estamos reseñando y, dicho sea de paso, nos recuerda un poco a los aspectos más majestuosos de ese primer disco de la asociación de Ontalva con VESPERO (“Carta Marina”, del año 2016). Una mención especial va para la rutilante vivacidad del bajo, la cual es muy funcional a los varios trazos de sofisticación que usa la batería durante el desarrollo del esquema de trabajo colectivo. La sección epilogar cierra el círculo otrora abierto por el prólogo. ‘Salamandra’ cierra el disco con una prestancia hechicera que persiste en el encanto misterioso del tema precedente, pero con una inicial proyección hacia una mayor dosis de frescura merced al uso de un swing fusionesco. A contrapelo de esta tentación de crear un peregrinaje hacia la calidez, los guitarreos gestan líneas centradas en una tensión robusta, un factor que al poco rato obligará a la batería a elaborar recursos de hercúlea exuberancia durante un buen tramo de la pieza. Los últimos minutos están marcados por una parsimonia creciente cuya adustez se deja arropar por retazos de color, una evocación de luces y neblinas que brota y se difuminan efímeramente a través del arte del sonido. Un cierre misterioso para el tema y el álbum. 

 
En fin, 50 minutos o casi de grandeza musical para la creación progreaiva ecléctica de nuestros tiempos son los que se nos han brindado en “Nekyia” desde los cuarteles del ensamble SEAORM. Muchas gracias a Ángel, Ivan, Ark y Víctor por unir fuerzas para gestar este aventurero y embrujador trabajo fonográfico, uno de los más notables que han emergido desde la escena del rock vanguardista europeo en el presente año 2024. Otra serie de excelentes golpes de timón para la navegación en esta tercera hoja de ruta de SEAORM. ¡¡Recomendable al 400%!! (Un ciento por cada músico involucrado.) 
 
 
Muestra de “Nekyia”.-

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