Tuesday, July 28, 2009

Las evocaciones sonoras de SENOGUL - una gema metaprogresiva del año 2009







HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

Ahora que se va acabando julio, regreso a este blog para hablarles de “Concierto De Evocación Sonora Para Conjunto Instrumental”, segunda obra fonográfica de SENOGUL, banda española que encarna una de las propuestas más sólidas de progresivo contemporáneo. Después de ofrecernos con su homónimo disco debut de 2007 un catálogo de exquisito eclecticismo donde convivían el sinfonismo, la fusión y la psicodelia, “Concierto De Evocación Sonora Para Conjunto Instrumental” surge en 2009 como todo un deleite de magnífica envergadura; un disco portador de una magia peculiar donde el grupo luce tanto su lucidez perceptiva de las raíces sónicas más íntimas como su sapiencia arquitectónica sobre la articulación musical.

El hecho de que el quinteto haya contado con una cantidad enorme de colaboradores y que no haya seguido una pauta estructural común en todos los temas de repertorio sirve para dar forma definitiva al rico viaje sonoro que el grupo había proyectado para este segundo disco. Elementos de World-music, fusión y ambient son los más recurrentes en esta magistral ejercitación de evocaciones sonoras que ora se muestran envolventes, ora se tornan sugerentes, ora se explayan en recursos oníricos y surreales. ‘Itamaracá’ abre el disco con una cálida candidez apoyada en el acordeón y el saxo barítono, siendo así que un reprise del mismo tema con solo de acordeón habrá de cerrarlo. En el ínterin, nos encontramos con estupendos despliegues multicolores. Hay temas de talante predominantemente percusivo en los que se exploran inquietudes ritualísticas y celebratorias, como en ‘Siete Lunas (La Canción del Nómada)’ y ‘Terra–Terreiro’. También tenemos un tema como ‘Swaranjali (Sangama Mantra)’, cuyo prólogo y epílogo se focalizan en un motivo de cítara, mientras que buena parte de su cuerpo central está ocupada por un lento motivo psicodélico en el que unas guitarras sutilmente crimsonianas aportan un eficaz aire de grisácea densidad, nada chocante. 'De Nooijer' comienza con un ambiente etéreo, portador de una melancolía espacial que finalmente aterriza en un clímax sinfónico calmo y envolvente. ‘En Permanente Estado de Vigilia’ y ‘Lughnassad’ prácticamente son encarnaciones puras de lo ensoñador, la suave y misteriosa liviandad del flujo pensante humano al servicio del sonido, recursos musicales vanguardistas dispuestos como telas de sábanas que arropan nuestras mentes en ese inescrutable limbo que llamamos mundo.

“Concierto De Evocación Sonora Para Conjunto Instrumental” es un disco hermoso y misterioso, una exhibición sónica frente a la que las palabras son vanas, y con eso incluyo a esta misma reseña que escribe un servidor. Como sea, espero a lo sumo haber llamado un poco la atención de los lectores para así manifestar mi total aprecio por SENOGUL y su obra. ¡¡Totalmente recomendado!!

Sunday, July 12, 2009

"Ouroboros" - exquisito bestiario progresivo de KOTEBEL






  












HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

La banda hispano-venezolana KOTEBEL sigue adelante con su más reciente lanzamiento “Ouroboros”, un disco conceptual sobre figuras mitológicas – en base al “Libro De Seres Imaginarios” de Jorge Luis Borges –, y realmente resulta una obra notable para este año 2009. En un hermoso formato de digipack con dibujos donde predominan suaves coloridos ocres expandidos en tonalidades suavemente nebulosas, KOTEBEL nos ofrece una muestra más de su pulcra e ingeniosa manera de revitalizar el sinfonismo para nuestros tiempos. A pesar de la ausencia de la flauta y la voz femenina, ítems relevantes para el sonido de KOTEBEL en discos anteriores como “Mysticae Visiones” y “Omphalos”, lo cierto es que el grupo demuestra que sabe mantenerse en su habitual grandilocuente magnificencia con el formato netamente instrumental. ‘Amphisbaena’ abre el disco con una breve introducción tenue antes de que el ensamble entero se enfrasque vigorosamente en una deliciosa arquitectura sinfónica generosamente adornada con elementos de corte fusionesco y otros más tirados hacia el estándar de GENTLE GIANT. Bien efectivo es el recurso de los dos Plaza de enfatizar sus masivos aportes duales de teclado para complementar y/o rodear y/o acompañar a los variopintos aportes del guitarrista César García Forero. Siendo éste un músico que se siente igualmente cómodo en la fineza sinfónica, las texturas jazzeras y la polenta rockera, se alza como una figura crucial a la hora de sostener el sonido grupal. Los pasajes dominados por el piano durante el último tercio del tema crean una oportuna expectativa para el dinamismo parcialmente etéreo que se va armando camino al fin. La suite ‘Ouroboros’ sigue a continuación, exhibiendo una intensa travesía progresiva donde no hay decaimiento alguno – en realidad, los motivos básicos son precisos y concisos, siendo así que el desarrollo de la suite misma se sostiene sobre un balanceado juego de variantes y recovecos donde la ilación se conserva fluyendo de manera bastante natural. El factor jazzero, con ciertas tendencias chamber-rock sabiamente matizadas, está bastante patente en una buena cantidad de pasajes, mostrando una especial vitalidad en ‘Variation II’. ‘Variation IV’ cabalga más bien en atmósferas flotantes que nos remiten un tanto al MIKE OLDFIELD de “Incantations” inicialmente, pero al arribar los tambores y la guitarra el asunto adquiere una ambientación un poco más bizarra para anunciar la ‘Variation V’. Más adelante, en la siguiente ‘Variation’, el grupo baja el nivel de intensidad y transita más decididamente por senderos más evocativos, comenzando con un solo de piano, continuando con una exhibición de calidez sinfónica, para luego a partir de aquí elaborar un clímax bien definido. El swing tan marchoso de la ‘Variation VII’ sostiene un pasaje particularmente vibrante, logrando que los motivos recurrentes nunca se hagan tediosos ni caprichosamente cargosos. Hay una sensación de ascenso que se va enarbolando de manera tremendamente cuidadosa. La ‘Coda’ resuelve la conclusión de la suite en un tono un tanto melancólico, aunque no por ello exento de energía.


‘Satyrs’ cumple solventemente con la difícil tarea de seguir detrás de la suite; la estrategia de ir por un camino muy diferente resulta efectiva. Tenemos aquí una pieza donde la guitarra ocupa una esfera predominante, contando además con un manejo más ligero de la complejidad rítmica a través del siempre exigente desarrollo compositivo. El uso de ciertos trucos “tangueros” en algunos momentos es una ocasión bastante curiosa, pero más me llama la atención ese pasaje lento en clave de psicodelia pesada que antecede al cierre, pues su espíritu misteriosamente denso resulta una sorpresa bien instalada en medio de la colorida vorágine instrumental. ‘Simurgh’ se embarca plenamente dentro de las coordenadas sinfónicas, exhibiendo una fastuosidad exquisita y elegante: la utilización de pasajes al estilo Latin jazz no pretende crear contraste sino guiar el desarrollo de la inspiración compositiva hacia un enfoque razonablemente ecléctico. ‘Behemoth’ se orienta por un sendero un poco más grisáceo, apoyado en un tempo semi-lento y densas cortinas de sintetizadores “mellotronizados” que edifican un bloque sonoro suntuoso, bastante afín al esquema crimsoniano de los 70s. Con los disonantes fraseos de la guitarra solista y las mágicamente cósmicas líneas de sintetizador, esta estilizada densidad adquiere un aura envolvente. ‘Legal Identity V’ cierra el repertorio oficial de “Ouroboros” con una manifestación pletórica de bombástica explosividad progresiva, donde los instrumentos se amalgaman perfectamente en un frenesí común.

Lo último que realmente escuchamos del disco es la ejecución de extracto de la suite ‘Mysticae Visiones’ (del álbum del mismo nombre) en el contexto del festival Gouveia Art 2007. Esta versión en vivo tiene realmente más polenta que la de estudio, y es una pena que no haya más espacio para mostrar más de esta excelente actuación. Pero bueno, la razón de ser de este disco está en los seis temas de estudio, los cuales suponen un nuevo cénit musical para KOTEBEL. Parte del disco se puede escuchar en el enlace http://www.myspace.com/kotebel

“Ouroboros” es un bestiario progresivo que recomiendo a ojos (y oídos) cerrados.

Saturday, July 11, 2009

La nueva frecuencia de IQ, la vieja maestría de siempre


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

“Frequency” es el nombre de la nueva oferta fonográfica de IQ, veterano ensamble que formó una parte importante de la nueva ola del rock progresivo en la primera mitad de los 80s, y que ahora, casi 30 años más tarde, todavía tiene suficientes dosis de ingenio y energía como para seguir creando música progresiva de primera categoría. Para este disco, el cual tiene la función de suceder al universalmente aclamado “Dark Matter” (2004), nos muestra a un IQ con dos nuevos miembros – el baterista Andy Edwards y el teclista Mark Westworth. Ellos se unen a Peter Nicholls (canto), Mike Holmes (guitarras) y John Jowitt (bajos), siendo así que la inconstancia inherente a todo recambio no fracturó para nada la cohesiva fortaleza de la propuesta sonora de IQ.

El tema homónimo abre el disco con iniciales emisiones radiales de la Segunda Guerra Mundial, las mismas que abren camino para un contundente motivo que suena a un híbrido de ‘Kashmir’ y ‘Fly on the Windshield’. Esta impresionante vía de entrada se complementa muy bien con la subsiguiente sección cantada (sobre una base de piano eléctrico) y el posterior frenético motivo en 7/8. Este último motivo desarrolla un impresionante clímax que aterriza en un breve reprise del antes mencionado motivo zeppeliniano-genesiano. ‘Life Support’ sigue a continuación, ostentando un esquema afín a algunas canciones viejas de la banda, como si se mezclaran ‘Guiding Light’ y ‘Fading Senses’: con un enérgico solo de sintetizador y unas atmósferas que reflejan muy bien la imagen de máquinas que sostienen una vida que se va marchitando poco a poco, la pieza evoluciona hacia un adecuado ambiente de claros ribetes cósmicos. ‘Stronger Than Friction’ (¡qué adorable ingenio hay en el título!) ocupa un espacio de 10 ½ minutos: el motivo central desarrolla un esquema melódico limpio y ágil, casi fronterizo con el AOR. La sección en 7/8 que signa la conclusión expansiva de la pieza muestra otra sólida exhibición del fuego sinfónico del estilo IQ. La balada ‘One Fatal Mistake’ es hermosa y refinada, apoyada en una atmósfera sencilla y razonablemente etérea, apropiada para que Nicholls de cuenta de esa vibración particularmente evocativa que él sabe imprimir a las melodías más vulnerables de IQ. Las cortinas espaciales de sintetizador y los retazos de mellotron coral indican el final de esta canción y el puente de transición hacia el siguiente, ‘Ryker Skies’. Ésta es otra canción extensa, la cual aporta un aire refrescante de agresividad rockera, a la par que retoma la vibración y las cadencias de ‘Frequency’. De hecho, en algún momento se inserta un par de citas de la susodicha canción. ‘The Province’ es la pieza épica por excelencia del disco. Heredando en gran medida la pomposidad perfectamente estilizada que había sido predominante en “Dark Matter”, ‘The Province’ exhibe un espectacular despliegue de variantes de atmósfera, compases inusuales y una instrumentación sólida que llena espacios con innegable contundencia (dicho sea de paso, también toma prestados algunos fragmentos de un tema precedente, en este caso, 'Life Support'). El viaje progresivo que tiene lugar refleja un articulado juego de desarrollos melódicos y ambientes pletóricos de potencia y colorido. El solo de sintetizador que tiene lugar tras el minuto 8 es tal vez el mejor de todo el disco. Los últimos 8 minutos del disco están ocupados por ‘Closer’, una atractiva semi-balada progresiva donde se destaca un efectivo interludio en 7/8, el cual genera un momentum envolvente que anima el motivo central.

A fin de cuentas, esta nueva frecuencia musical de IQ resulta otra notable muestra de la recurrente maestría que IQ ha ejercitado por más de un cuarto de siglo para la supervivencia y mantenimiento del rock progresivo – “Frequency” es un ítem muy valioso para este año 2009.

Thursday, July 02, 2009

"Part the Second", cuarta aventura sónica de maudlin of the Well


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

MAUDLIN OF THE WELL, así se llama un ensamble estadounidense de progresivo vanguardista que, en realidad, es uno de tantos proyectos dirigidos por el multi-instrumentista (principalmente guitarrista) Toby Driver. Habiendo gestado una obra preciosa dentro de KAYO DOT el año pasado con “Blue Lambency Downward”, ahora como parte del quinteto MAUDLIN OF THE WELL nos entrega “Part the Second” a fin de aportar una etérea y multicolor prestancia al rock artístico del 2009. Como al grupo le gusta poner en minúscula la letra inicial de la primera palabra, a veces se usa el diminutivo mofW para designar a este ensamble en cuestión. La presente formación está compuesta por el antes mencionado Toby Driver (guitarra, guitarra barítona, bajo, cello, voz), Sam Gutterman (batería, percusión, bajo, voz), Terran Olson (flauta, saxos, piano, órgano, sinteizadores), y los guitarristas Greg Massi y Josh-Seipp Williams. La fuerte presencia de instrumentos de cuerdas entre los aportes ocasionales de invitados (incluyendo a la violinista de KAYO DOT Mia Matsumiya) implica un vital enriquecimiento de un espectro sonoro que apunta a mantener siempre altas dosis de exquisitez, no tendiendo realmente a boatos magnificentes ni pomposidades patentes sino más bien a juegos ingeniosos de texturas y atmósferas de corte otoñal, casi surreal.

Con una carrera fonográfica iniciada en 1996 y tras pasar un hiato producto del desbande ocurrido en 2003, “Part the Second” resulta el cuarto disco oficial del grupo (que también ha editado varios demos anteriormente), y se puede descargar directamente de la página web de motW en varios formatos – para más detalles, sírvanse consultar el enlace http://www.maudlinofthewell.net/downloads.html

‘Excerpt from 6, 000, 000, 000, 000 Miles Before the First (Revisitation of the Blue Ghost)’ abre el disco con casi 11 minutos de deleite etéreo donde la luminosidad opaca del atardecer inicial y la bruma inapelable que precede al latente anochecer se alternan y/o combinan de manera totalmente fluida. El ambiente intimista queda debidamente reforzado por los arreglos de cuerdas y el hermoso solo de guitarra acústica, haciendo así al adusto canto susurrante que emerge en varios pasajes. Al llegar al quinto minuto y medio, los instrumentistas se engarzan en un crescendo bien sostenido cuyo clímax no dura demasiado, en verdad, pero que abre la puerta para la retoma del motivo central con un toque extra de psicodelia lisérgica, muy a lo "indie". ‘Another Excerpt – Keep Light Near You, Even When Dying’ comienza como un ensueño distante llevado conjurado por la arquitectura de violín saxo barítono y caja musical sintetizada, antes de que el arribo de la batería haga que el ensamble entero ofrezca una cadencia jazz-rock para el desarrollo de un motivo mayestático, casi sinfónico. El solo de guitarra es poderoso, logrando lucirse debidamente antes de la emergencia de una alternancia entre motivos sincopados y otros más constreñidos. La coda resulta en un despliegue de melancolía mística. 'Rose Quartz Turning to Glass' suena como una combinación de chamber-rock y fusión, explotando inteligentemente el lado más amable del R.I.O. A pesar de ser solo una invitada, Mia Mtsumiya se prodiga mucho en sus intervenciones al violín. Las partes finales se focalizan en una exhibición no demasiado compleja pero sí patentemente ágil de rock progresivo alimentado de vibraciones modernas. Aunque pueda no parecer obvio al comienzo, el siguiente tema ‘Clover Garland Island’ aplica bastante espacio para mantener el momentum heredado del tema precedente. La presencia de un interludio basado en espartanos acordes de guitarra y flotantes cuerdas aporta un importante espacio introspectivo, antes de que la batería ingrese para intensificar las cosas por un rato, aunque el núcleo conclusivo de la pieza permanezca sólidamente nostálgico. En fin, los últimos 11 minutos y pico del álbum están ocupados por ‘Laboratories of the Invisible World’, tema fácilmente designable como el pináculo indudable del mismo. Comenzando bajo parámetros rítmicos lentos, la pieza no tarda mucho en expandirse en un giro hacia atmósferas explícitas y desarrollos rítmicos versátiles. La densidad bombástica logra expresar una suerte de rabia mística, que se siente tan cósmica como robusta. La coda se resuelve al modo de un MOGWAI o un TORTOISE enfrascado en una banda sonora para un filme de David Lynch, pero ciertamente se nota que estamos disfrutando del estilo propio de motW. Los hermosos pasajes de piano de cola con que culminan este tema y el álbum nos despiden con un aura de inmaculada distinción.

Escuchar “Part the Second” es una experiencia totalmente recomendable para cualquier melómano exigente, y especialmente para todo melómano progresivamente obsesivo como quien esto escribe. MAUDLIN OF THE WELL es una banda a descubrir, si es que no se ha hecho eso todavía.