Saturday, July 29, 2023

TUSMØRKE: evocación progresiva de antiguos rituales de sacrificio

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Con bastante retraso, pero, al fin y al cabo, con la misma convicción que tuvimos hace algún tiempo de que estábamos ante un estupendo trabajo de música progresiva, publicamos la reseña de este disco de estudio de la banda noruega TUSMØRKE que se llama “Nordisk Krim”. Éste fue publicado a fines de febrero del año 2021, tanto en doble CD como en doble vinilo (de color magenta), por el sello Karisma Records. El colectivo conformado por Benedikt “Benediktator” Momrak [bajo, guitarras eléctrica y acústica, sintetizadores MiniMoog, Roland y Waldorf Streichfett String, mellotrón, vocoder, percusión, glockenspiel, saz, zambomba, flautines, caja de ritmos Roland, grabaciones de campo y voz], Kristoffer “Krizla” Momrak [flauta, sintetizador Buchla Music Easel y voz], Martin “HlewagastiR Nordrum [batería y percusión] y Haugebonden Gode Gullstein [órgano, piano eléctrico, sintetizadores MiniMoog y Roland, y mellotrón], recibió el apoyo ocasional de parte de la invitada Åsa Ree al violín, así como del canto de Aya Arabella y Dunya Aurora. Este álbum es una obra conceptual sobre los bog bodies (tales como el Hombre de Tollund en Dinamarca, el Hombre de Gallagh en Irlanday el Hombre de Rendswühren en Alemania), momias naturalmente preservadas en zonas húmedas de personas ofrecidas en sacrificio en rituales religiosos. Cuando se descubrió estas momias, lo primero que se pensó es que eran restos de víctimas de algún criminal, pero, en realidad, el verdadero crimen consistió en alterar los lugares de reposo de estas ofrendas a las viejas divinidades, pues (en palabras de los propios TUSMØRKE) hay que celebrar y respetar la voluntad de estas víctimas de los antiguos ritos porque sus almas están conectadas con las estrellas. En fin... Las sesiones de grabación del material recogido en “Nordisk Krim” tuvieron a Benediktator fungiendo como organizador de la ingeniería de sonido, mientras que Jens Petter Nilsen se hizo cargo del ulterior proceso de masterización. El arte gráfica es de Anne Margrete Sjøflot, mientras que el diseño es del propio Krizla. Buen, veamos ahora los detalles de este disco de TUSMØRKE. 
 

‘Ride The Whimbrel’ abre el álbum con convincente ímpetu sobre inteligentes armazones rítmicos, ostentando un vigor progresivamente rockero que oscila entre lo fulguroso y lo oscuro con bien lograda fluidez: lo segundo está particularmente realzado por el contenido tanático de las letras y el modo de cantarlas. En líneas generales, opera aquí una cruza entre los estándares de GENESIS (etapa 1970-71), el BO HANSSON de los dos primeros discos, ELK y BLACK WIDOW, tanto en el esquema sonoro integral como en los ambientes consistentemente armados desde los teclados para impactar al resto de los aportes instrumentales. ‘Age Of Iron Man’ sigue a continuación para explayarse grácilmente a través de saltarinas agitaciones folk-rockeras con machaconas vibraciones psicodélicas. Los aportes del violín añaden un señorío muy peculiar al entramado sonoro. ‘Mumia’ sigue adelante con la prestancia folk-rockera pero con una dosis añadida de musculatura expresionista y una acentuación más robusta de las líneas de bajo que ornamentan el esquema rítmico. Con la dupla de ‘Cauldron Bog’ y ‘Dog’s Flesh’, el grupo se dispone a reforzar las pautas estilísticas centrales del álbum. El primero de estos temas mencionados regresa a la calidez altiva del primer tema mientras prosigue su andadura por la senda folk-progresiva del tema precedente, abriendo, además, una ventana a estructuras sónicas un poco densas. Ahora se realiza una cruza entre VAN DER GRAAF GENERATOR, ELK y JETHRO TULL. En lo referente a ‘Dog’s Flesh’, se trata de un instrumental centrado en un motif repetitivo de instrumentos de cuerda sobre el cual se asientan capas y ornamentos de múltiples teclados mientras los punzantes ornamentos percusivos añaden tensión al asunto. Acid-folk progresivamente misterioso. Luego, hay una exploración aleatoria de climas lúgubremente abstractos, muy al estilo krautrockero (una mezcla de ASH RA TEMPEL y CLUSTER), la misma que va invadiendo espacios con un empuje absolutista que le lleva a armar la ingeniería íntegra del epílogo con una espiritualidad tétrica e inquietante. ¡Qué trayecto musical tan genial!
 

Los dos temas siguientes son particularmente extensos, uno que dura 14 ¾ minutos y otro que dura 12 ¼ minutos: respectivamente, ‘Moss Goddess’ y ‘Black Incubation’. El primero de ellos cierra el primer volumen del doble vinilo mientras que el otro abre el segundo volumen. ‘Moss Goddess’ exhibe lo que se le exige prácticamente de forma explícita: una síntesis de los aspectos más densos y etéreos que ya salieron a relucir en los temas anteriores para poder arroparlos bajo una atmósfera particularmente versátil. El aura solemne que inunda a los diversos motifs que se suceden nos remite a los patrones de VDGG (1970-71), GRACIOUS! y ELOY (1973-76). Ya para la sección epilogar, el grupo exhibe unos traqueteos festivos que, aunque no borran realmente las vibraciones ominosas que han predominando a lo largo y ancho de los diversos desarrollos temáticos, le da una extraña jovialidad al asunto, algo así como una celebración distante bajo un ropaje nocturno. ‘Black Incubation’, por su parte, se explaya en una variación más pronunciada de atmósferas y grooves, transitando de lo contenido a la vivacidad y, de allí, a la solemnidad. Sin duda, hay una teatralidad afectada y sentenciosa en algunos pasajes que nos hacen recordar al modelo de ARTHUR BROWN’S KINGDOM COME, así como hay otros pasajes hermanados con los aspectos más suntuosos de la suite precedente. Eso sí, en líneas generales, hay menos densidad: es como si tras la dinámica de ácidos sortilegios que nos trajo el tema anterior haya abierto paso a unas reflexiones posteriores que, ora celebran el fulgor de sus ideas, ora se apartan hacia una nebulosidad para contemplar las cosas en perspectiva. La intensidad aristocrática del epílogo. ‘Et Moselik’ y ‘Heksejakt’ son las dos únicas canciones cantadas en el idioma noruego. La primera de ellas se adentra en una ceremoniosidad un tanto grisácea, pertrechada en una gélida soledad. Los ornamentos simultáneos de la flauta y los sintetizadores son quienes brindan una gama interesante al esquema melódico. La segunda de ellas vuelve de lleno a la intensa jovialidad que signó a la segunda canción del repertorio (y a buena parte de la que lo abrió). 


El último tema del álbum es el más largo del mismo con su espacio de 17 ¾ minutos, y su título es ‘(The Marvellous and Murderous) Mysteries Of Sacrifice’... Un título que señala con inequívoca sinceridad la posición de añoranza moral por las viejas cosmovisiones que, según parece, los ojos de la gente de TUSMØRKE contemplan como una perspectiva dramáticamente constructiva sobre el contacto del ser humano con el más allá. Básicamente, aquí tenemos una ilación de varios jams que se regodean grácilmente en sus variados grooves mientras los aportes de los diversos instrumentos se van engarzando en la gestación de paisajes y esbozos musicales bajo el poderoso sustento brindado por la batería. La voz interviene mayormente para las recitaciones. Los diversos bloques instrumentales vuelven a apelar a influencias recibidas de VDGG, BO HANSSON, KINGDOM COME y JETHRO TULL, haciendo que los niveles de exuberancia explícita vayan acomodándose a las atmósferas que se van sucediendo. La sección iniciada alrededor de la frontera del undécimo minuto es particularmente penetrante, y, de hecho, marca una especie de pauta para otros parajes explosivos que irán surgiendo más adelante. Eso sí, el último de ellos tiene un talante más festivo, afín a la espiritualidad de los tres primeros temas del álbum, cumpliendo con la misión de darle una conclusión mágicamente tortuosa al repertorio. Todo esto fue “Nordisk Krim”, un disco de exquisita factura que confirma a TUSMØRKE como una figura muy importante dentro del escenario retro-progresivo escandinavo. La banda ha seguido activa en estos últimos años, tal como lo demuestra la existencia de “Intetnett” (un álbum conceptual del año 2022 centrado en el pensamiento mágico infantil para hacer una crítica de la sociedad moderna desde allí), así como lo hace la pronta salida al mercado de su nuevo disco “Hestehoven” (programada para la segunda mitad de agosto). Por lo pronto, siempre vale la pena tener en mente a este trabajo fonográfico debido a la majestuosidad tanto de sus estrategias musicales como de su concepto unitario. 

 
Muestras de “Nordisk Krim”.-  

Friday, July 28, 2023

Un viaje a los tiempos de las divinidades andinas bajo la guía del trío peruano SATÁNICOS MARIHUANOS


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de echar un vistazo atrás en el tiempo cuando era el 11 de junio del año 2019. En aquel entonces, el trío peruano de rock stoner-psicodélico con talante doom SATÁNICOS MARIHUANOS presentó su segundo álbum, titulado “Inmerso En El Ande”, publicado de forma virtual en la fecha antes mencionada y, más tarde, en el mes de julio del año 2022, en formato de vinilo por vía del sello Necio Records. De hecho, se armó un festival en la noche del 16 de julio de ese año para celebrar la presentación de esta edición en vinilo. con las participaciones de PARAHELIO, ARCADA y CHOLO VISCERAL. El ensamble de SATÁNICOS MARIHUANOS, conformado por el guitarrista Gabriel Carcelén, el bajista Andrés Silva y el baterista Renato Sauri, contó en este álbum con unos cuantos colaboradores que hacen sentir bien sus respectivas presencias: Daniel López Gutiérrez (sí, el mismo de ACTITUD MODULADA) tocando sintetizadores en casi todos los temas del disco; Alejandro Cornejo, aportando sonidos ambientales; Úrsula Inga, a la voz en un tema, y; Tania Duarte, a la voz en cuatro. Formado en el año 2013, el grupo publicó en abril del 2017 su homónimo disco de debut, un disco bastante interesante que les permitió llamar la atención a lo grande dentro del circuito underground de su país. Con el segundo disco “Inmerso En El Ande”, el trío dio un paso de gigante en su evolución estilística, dándole una mayor versatilidad y un colorido capitalizado a su siempre robusto enfoque sonoro, logrando incorporar elementos de heavy metal, space-rock y post-metal a su estrategia sónica. La gente de SATÁNICOS MARIHUANOS sabe manejar su formato tripartito, pero las proyecciones hacia donde se expanden las nuevas ideas diseñadas para éste, su segundo disco, estaban pensadas para una logística sónica más amplia. Se trata, sin duda, de uno de los ítems más importantes realizados en el presente año 2019 por un grupo de la nueva hornada peruana del rock experimental. El disco en cuestión tuvo, de hecho, un largo proceso de grabación y posproducción, siendo así que el grupo publicó en su blog de Bandcamp una versión de premezcla tres meses antes de esta edición definitiva. Aquí están los detalles técnicos: Joao Orosco se hizo cargo de la producción y la mezcla; la masterización, por su parte, estuvo en manos de Carlos Flores en Fónica Studios. 

“Inmerso En El Ande” es un disco conceptual cuya narrativa apela a la mística, la tensión y el misterio inherentes al vínculo entre el ser humano y la Madre Naturaleza a través de diversas imágenes simbólicas andinas. En un viaje de autoexploración cuya meta es lograr aceptar y amar los propios demonios interiores, el trayecto nos lleva a unos bosques de piedra cuya oscuridad nos cobija, llegando posteriormente a encontrarnos con Amaru, la gran serpiente que reina con su inmensa sabiduría en el inframundo, el hábitat de los muertos. La visita por este inframundo, cuya ganancia es el aprendizaje de esa sabiduría, culmina con el arribo al lugar donde tendrá habrá de ocurrir la última batalla ante los demonios interiores de vidas pasadas y la presente, culminando todo con un reposo victorioso junto a un río, cobijado por los Apus subyacentes al entorno natural. El primero de los seis temas que conforman este álbum es el que le da título y dura 7 ¾ minutos: ‘Inmerso En El Ande’ se mete de lleno en una dinámica cósmica con una actitud feroz que alimenta eficazmente las vibraciones parsimoniosas del groove escogido, siendo así que la atmósfera densa que se va robusteciendo con el paso de los minutos se beneficia de la exposición frontal de la tensión telúrica que brota desde sus mismas entrañas. Tras este impactante inicio emerge ‘Bosque De Piedras’, una pieza que eleva al esquema sonoro esencial del grupo hacia un señorío muy especial. En efecto, su enfoque musical se centra básicamente en inteligentes alternancias entre pletóricos de pesadez contundente y otros signados por una sutileza empoderada por los espacios vacíos que deja calculadamente a su paso. El pasaje donde entran a tallar vuelos espaciales del sintetizador activa lo que al poco rato será un rotundo ejercicio de fiereza rockera, la misma que se acentuará con arrollador dramatismo al incluirse exacerbadas vocalizaciones de ultratumba, las cuales realizan una mezcla de evocación y exorcismo. ‘Amaru’ se hace cargo de explorar la dimensión más reflexiva de la musculatura rockera del grupo, incluyendo un breve solo de batería que mucho tiene de ritualístico. También hay unas orquestaciones de teclado en el intermedio que aportan un matiz Crimsoniano a través de un filtro gótico. Tras un llamativo solo de guitarra que se impone con impetuosa majestuosidad se arma un jam frenético donde la furia predominante en los temas precedentes es reemplazada por un espíritu de jolgorio. Un cénit decisivo del álbum.

 ‘Catacumba’ abre la segunda mitad del repertorio con sonidos de unos pasos que se adentran a través de cavernas muy peculiares, lo cual abre camino a una inicial exhibición de mágica y pesada parsimonia que porta muchas afinidades con el tema de apertura. Más adelante, todo vira hacia un frenesí absorbente y electrizante que tiene algunos tintes Sabbathianos para, más tarde, desviarse hacia una ceremoniosidad oscurantista desplegada con aguerrido nervio. ‘La Sombra De Más Allá Del Tiempo’ es, con sus 9 ¾ minutos de duración, el tema más extenso del disco, y de paso, uno que sintetiza bravamente varios de los índices más señoriales expuestos en varias piezas anteriores. El solo de guitarra que emerge en el intermedio tiene una exquisitez única, mientras que el solemne puente que surge inmediatamente después revela unas ingeniosas texturas oníricas antes de que un nuevo jam rockero se vuelva a focalizar en enérgicos traqueteos que se ubican entre lo metafísico y lo tanático. Otro cénit fundamental del repertorio. Todo concluye con ‘Yukai’, pieza conectada con la anterior por unos efectos de la vida natural, y cuya propuesta se centra en grooves relajados de talante post-rockero que, a ratos, parecen acercarse a la psicodelia progresiva. Es el momento del remanso conquistado tras largas pugnas afrontadas a lo largo de sinuosos caminos. A fin de cuentas, la experiencia de “Inmerso En El Ande” ha sido exquisitamente brutal y poderosamente esplendorosa, un ítem genuinamente revelador de lo mucho que aporta el colectivo de SATÁNICOS MARIHUANOS al underground peruano de estos años. Este trío cuenta ya con una buena reputación dentro de la avanzada rockera de su país y esperamos más novedades fonográficas de su parte en el futuro próximo. ¡Muy buena labor!


Muestras de “Inmerso En El Ande”.-

Thursday, July 27, 2023

La implosión eclécticamente psicodélica de BÚHO ERMITAÑO

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Tenemos hoy la que posiblemente sea la mejor noticia emergida desde la avanzada rockera de la psicodelia peruana contemporánea: la publicación del segundo disco (muy esperado disco) de BÚHO ERMITAÑO, banda actualmente conformada por Leo Pando [sintetizadores, Theremín, bajo y guitarra eléctrica], Frank Núñez [guitarra eléctrica, flauta, bajo, sintetizador y coros], Irving Fuentes [charango, bajo, guitarra talk box y canto gutural], Diego Pando [guitarra eléctrica, bajo, voz principal y gritos], Ale Borea [percusiones, loops, zither y efectos] y Juan Camba [batería, percusiones y flautas]. El disco en cuestión se llama “Implosiones” y fue publicado el pasado 23 de junio por el sello Buh Records como descarga digital y en formato de vinilo (edición limitada de 300 ejemplares). Este grupo formado en 2008 nos sorprendió muy gratamente con su disco debut “Horizontes” del año 2014, y ya con tantos años de hiato, hacía falta algo más de parte de su taller de hacer buen rock ecléctico... Y vaya si se lució este ensamble con “Implosiones”, que es una joya: lo decimos ahora para adelantarnos a posteriores descripciones. Yendo a los detalles técnicos del nuevo disco, éste fue producido por Camilo Uriarte y la propia banda, siendo así que las sesiones de grabación tuvieron lugar en Eco Estudio, MCA Studios y el estudio doméstico del baterista-percusionista Juan Camba. El proceso de mezcla fue realizado en el primero de estos estudios mencionados, mientras que el de masterización se repartió entre el Garden Lab Studio y el Eco Studio (a cargo de Alberto Cendra y Camilo Uriarte, respectivamente). About Studio se hizo cargo del arte gráfica. 


Los seis primeros minutos del repertorio de “Implosiones” están ocupados por ‘Herbie’, una pieza patentemente movida por cadencias telúricas que se mueven bien arropada por una ambientación etno-psicodélica tamizada por aires de jazz-fusion con raigambre afro-tropical. El vitalismo señorial emanado de la confluencia entre batería y percusión anima oportunamente las intervenciones de las guitarras, así como el sofisticado groove del bajo. Un gran inicio de las cosas que viene sucedido por ‘Explosiones’, una pieza enfilada hacia una cruza entre space-rock y post-rock con algunos retazos krautrockeros (algo así como si se recibiera la herencia de AGITATION FREE a través del filtro de unos CAUSA SUI o unos VESPERO). El talante ceremonioso del pasaje inicial abre de a pocos camino para la ulterior irrupción de un cuerpo central que se enfila hacia sonoridades punzantes que saben expresara su nervio esencial con una oportuna elegancia progresiva. Hay varios pasajes donde los aportes cósmicos del sintetizador trascienden a lo ornamental y se sitúan en el mismo frente que los guitarreos. Es muy valiente iniciar el disco con dos piezas sucesivas que tienen tanta fuerza de carácter. ‘Preludio’ se centra básicamente en una sobriedad intimista que mucho tiene de ensueño en medio de los sonidos de aves que se despliegan en el trasfondo. Las escalas se explayan cristalinamente sobre un valle de serenidad del cual ha de emerger ‘Ingrávita’, un tema que reitera una amplia dimensión de la espiritualidad central de ‘Preludio’, pero con un esquema sonoro más robusto y una incrementada aureola de ensoñación, yendo esta última a la par con el desarrollo del enfoque post-rockero pautado para la ocasión. El lirismo reinante es manejado con soltura en medio de una ingeniería sónica muy meticulosamente armada para no malograr la misteriosa calidez que caracteriza al tema. La adición del zither añade texturas cristalinas a la presencia de las cuerdas dentro del amable esquema melódico que se explaya cómodamente bajo un clima que, en muchos momentos, emana una aura cinematográfica. 


La segunda mitad del repertorio se inicia con su pieza más extensa: ‘Buarabino’, que dura poco más de 8 ½ minutos, exhibiendo trazos de acid-folk y jazz-rock donde dialogan lo asiático, lo andino y lo afro-arábigo en una fusión fraternal. Se tiende puentes entre DZYAN y AMON DÜÜL II. Las transiciones de lo solemne a lo aguerrido y de allí a lo suntuoso se hilan fluidamente bajo una atmósfera mística. Hay un genuino gozo metafísico que se exuda en los pasajes más intensos, especialmente en la sección epilogar. Un cénit decisivo y definitorio del álbum. ‘Entre Los Cerros’ cumple con la misión de explorar fehacientemente la faceta más fulgurosa del ideario estético del ensamble, apelando a ciertas conexiones con el legado de los GONG de la etapa 1971-74 con una óptica enraizada en la psicodelia rockera contemporánea. El álbum llega a su fin con su segundo ítem más largo, que se titula ‘Renacer’ y dura poco menos de 7 ½ minutos. Bajo este título tan peculiar para un tema que cierra un disco se exhibe una muestra señorial de rock-fusión andino con una amplia lucidez psicodélica que, en su mayor parte, se sostiene sobre el engarce entre los elocuentes fraseos de las guitarras y el dinamismo contundente de la tríada rítmica. La musculatura va aumentando mientras el diálogo entre los instrumentos actuantes avanza; incluso el charango encuentra espacios para hacer notar su presencia dentro del fragor colectivo. La convergencia de capas cibernéticas y pulsaciones percusivas marca una excelente coda para este excelso ritual progresivo de exquisita factura. Un gran cierre para el tema y uno portador del fulgor conclusivo que un álbum como éste merece. Todo esto fue lo que nos brindó el ensamble BÚHO ERMITAÑO con “Implosiones”. He aquí un grupo que es uno de los más creativos y versátiles dentro de la actual vanguardia rockera peruana; he aquí un álbum que promete situarse en la cima de la producción peruana de rock experimental del año 2023 una vez que éste llegue a su fin. ¡¡Totalmente recomendable!!


Tuesday, July 25, 2023

THE FILIBUSTER SALOON: un ensamble estadounidense bien enfocado en la temática progresiva

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos a un ensamble estadounidense muy creativo que se llama THE FILIBUSTER SALOON; asentado en la ciudad de Nueva York, THE FILIBUSTER SALOON está conformado por Ben Coniguliaro [batería, percusión y guitarra eléctrica], Quinn Coniguliaro [bajo] y Zachary Detrick [pianos acústico y eléctrico, acordeón y programaciones de MIDI]. “Going Off Topic” es el título de su disco publicado el pasado 28 de junio en su blog de Bandcamp. Conocemos a los hermanos Coniguliaro por los grupos SUN COLORED CHAIR, WYXZ y EYELESS OWL, siendo así que Detrick fue, con ellos, parte del trío nuclear de este último grupo mencionado. Por iniciativa del mismo Detrick, quien es el autor de todo el material aquí contenido, se armó este proyecto en el cual nos fijamos ahora. Hay una larga lista de colaboradores en este disco: Jake Borden (marimba), Harrison Honor (percusión), A. J. Hudson (percusión), Hannah Ishikazi (violín), Nikolai Klotchkov (violín), Joey Lavanas (fagot), Emily Mantone (cello), K. J. McDonald (violín), Jack McGuire (contrabajo), Lucas Sem (marimba), Sonia Susi (violín) y Diego Zavaleta (xilófono). La existencia de este ensamble y de este disco es toda una sorpresa dentro de la provincia estadounidense del universo progresivo activo en el presente año 20233... ¡Y vaya si no es una estupenda sorpresa! Para aclararnos, repasemos los detalles del repertorio contenido en “Going Off Topic”.

La dupla inicial de ‘Sven Svengridsson Uses A Telephone’ y ‘Waltz Of The Toast Fairy’ instaura fehacientemente la declaración de principios estéticos del ensamble. El primero de estos temas mencionados se enfila por una llamativa cruza entre los enclaves de vivaz colorido de HAPPY THE MAN y NATIONAL HEALTH con algunas trazas añadidas del paradigma de GENTLE GIANT. El piano asume un convincente rol líder para la concreción colectiva del desarrollo temático, mientras que las orquestaciones de violín y madera completan el caleidoscópico planificado. En cuanto a ‘Waltz Of The Toast Fairy’, todos esos aires Canterburyanos asumen un aura un poco más sosegada merced a la operabilidad de un enfoque prog-sinfónico en la articulación del esquema melódico. Las interacciones y amalgamas de los instrumentos actuantes fluyen con una delicada muy bien perfilada, incluso cuando emergen algunos breves interludios tensos (algo muy a lo ZAPPA, en verdad). El tercer tema ostenta el estrambótico título de ‘ScorpionCrabFish’ y su esquema sonoro se centra en un ejercicio de frontal vitalismo sobre un groove que, a pesar de su patente sofisticación, es manejado con fulgurosa soltura. Esto suena bastante cercano a una cruza entre BUBBLEMATH, ECHOLYN y FROGG CAFÉ... y sería más cercano si no se diera un tan obvio predominio del piano en la guía melódica del entramado grupal. Admitimos que se trata de una de nuestras piezas preferidas del álbum. ‘Pinball Is For Truckers’ resulta ser la pieza más extensa del álbum con sus 4 ¾ minutos de duración (lo cual no significa realmente mucho con un repertorio de 8 temas que dura, en conjunto, poco más de media hora). Su vitalismo sistemático tiende puentes con la luminosa jovialidad del tema de apertura al modo de un CARAVAN remozado con algunos ornamentos Zappianos en las intervenciones de las percusiones tonales y las maderas. El hecho de que el esquema rítmico sea relativamente sencillo no debe llevarnos a engaño: aquí hay una sofisticada expresión de vibraciones patentemente festivas. 

Dando un giro importante a la cosas, ‘Dale Takes A Walk At 3am’ se mete de lleno en el terreno del chamber-rock caleidoscópico. La actitud celebratoria permite al grupo, en su asociación con el acompañante ensamble de cuerdas, tender puentes simultáneos con SKE y STOP MOTION ORCHESTRA; además, los aportes percusivos realzan muy eficazmente la agilidad esencial de la composición. ‘Ponderosa Pine Sol’ es una grácil y cautivadora pieza que nos vuelve a remitir a los paradigmas de HAPPY THE MAN y NATIONAL HEALTH con una dosis extra de sofisticación ensalzada en la arquitectura rítmica, la cual nos recuerda bastante a las empleadas en los temas #1 y #3. ‘New Haven Left-Handed Jamboree’ establece una cruza entre el preciosismo clasicista del tema #5 y la calidez señorial del tema #2, mientras que el tema que cierra el álbum, titulado ‘JFK Jr. (aka Elvis Presley)’, regresa de lleno a la exploración de influencias Zappianas dentro de un esquema sonoro emparentado con FROGG CAFÉ. La amalgama grupal sabe transitar fluidamente a través de los exigentes (y hasta casi imposibles) meandros del laberinto musical creado para esta instancia final del álbum. La amable coda de piano brinda una relajada suavidad al asunto, al modo de una despedida discreta tras un exquisito jaleo. De este modo termina “Going Off Topic”, el primer testimonio de larga duración de esta emergente entidad progresiva estadounidense que es THE FILIBUSTER SALOON. Este ensamble ha requerido de poco más de media hora para dar cabal muestra de cuán bien enfocada está su temática musical progresiva para beneplácito de la avanzada rockera de su país y del mundo entero. Totalmente recomendable... ¡Y a esperar más cosas de ellos!
 
 
Muestras de “Going Off Topic”.-

Saturday, July 22, 2023

RHÙN: nueva aserción desde el universo avant-progresivo en clave Zeuhl

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Echamos una mirada a la escena avant-progresiva francesa, la cual siempre ha sido particularmente fértil y lo sigue siendo en lo que va de este milenio no tan nuevo. Notamos ahora que hay una gran razón para sentirnos de plácemes: el colectivo RHÙN, conformado por Captain Flapattak [batería y voz], Retsim Käh [bajo y voz], Charlotte Pace [violín], Chfab Kaouenn [teclados y voz], Jean Bonëth [saxofones alto y barítono] y Ludal Le Chacal [teclados y voz principal], ha publicado su nuevo álbum “Tozïh” el pasado 23 de junio (hace muy poco). El sello encargado de la edición y la distribución de este disco es Baboon Fish. El material recogido en “Tozïh” fue grabado en el estudio Paul Le Flem School (ubicado en Servon sur Vilaine), siendo después mezclado por Kevin Brosse y masterizado por Christophne Menanteau. 
Benoît Favière fue el encargado de realizar el arte gráfica. En líneas generales, adelantamos que en “Tozïh” se encapsula un fabuloso muestrario de Zeuhl revitalizado para nuestros tiempos a través de un meticuloso filtro jazz-progresivo, lo cual significa una exitosa concreción de la cosecha sembrada en anteriores registros, particularmente, su disco de hace 10 años “Fanfare Du Chaos”. Ese álbum nos dejó con ganas de más y tuvimos que esperar un decenio entero para tener nuevas noticias de la gente de RHÙN. Bueno, la espera ya terminó, así que pasemos ahora a celebrar la existencia de este disco. El asunto incluso pinta mejor si es que advertimos que el material recogido y grabado en las sesiones aludidas más arriba daba para un doble álbum, pero con miras a dar una debida experiencia de apreciación y descanso a la audiencia, se decidió dividirlo en dos discos distintos con diferentes fechas de publicación. He aquí el primer disco gestado en estas sesiones y vamos ahora a los detalles de su repertorio específico.


“Toz​ï​h” comienza con la monumental suite de 21 ½ minutos titulada ‘Ehm​ë​t Um Rh​ë​t Sam’. Tras unos minutos iniciales muy calmadamente minimalistas que parecen conjurar una lóbrega fatalidad cuyos preparativos se están justamente ocultando, la sostenidamente creciente densidad se rehúsa a explorar una esperada explosión y prefiere aterrizar en un aterciopelado groove jazz-progresivo que despliega notables confluencias con los paradigmas de MAGMA, ZAO y ESKATON. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto y medio, entra recién en acción el canto, y es allí donde el ensamble se dispone a mostrar parte de su artillería pesada, gestando con ello un aquelarre grisáceamente intenso, un poco amenazante, nunca desbordado. Los motivos se van sucediendo bajo una estrategia de solidez mágicamente oscurantista que sabe alternar diferentes dosis de extroversión: están los pasajes donde los hermanamientos de vientos y violín dirigen aparatosas iniciativas orquestales sobre un swing razonablemente animado, otros momentos sutiles que manifiestan un relax engañador, y también hay varios en los que los arreglos corales salen al frente para anunciar alguna ceremoniosa hecatombe del espíritu humano ante la inmensidad inasible del cosmos. Se da una muy cuidada armonización entre los dos teclados actuantes mientras el bajo mide sigilosamente en qué pasajes viene bien lucir sus cortantes pulsaciones (a veces, Käh parece un discípulo del maestro 
Thierry Zaboïtzeff). En el transcurso de los cinco últimos minutos de la suite, el ensamble se concentra en reforzar algunos motivos centrales y apuntalar su propia posición dentro del paradigma del Zeuhl, añadiendo algunos aspectos del RIO oscurantista a lo UNIVERS ZÉRO. Sorpresivamente, la coda se enfila hacia una exaltación luminosa que nos toma por sorpresa, una jovialidad en dos partes que nos obliga a repensar lo que hemos escuchado hasta entonces. ¿No será que todo esto fue como el diario de una búsqueda que podía conducirnos a algo potencialmente atroz y que terminó siendo constructivo y liberador? ¿Todo lo anterior fue el testimonio de un conflicto que, finalmente, llevó a una victoria que hay que celebrar?

Lo que sabemos es que el segundo ítem del disco, ‘S​é​dalg Rhëvé (incl​.​Ygahpoporhtna Lrig)’, que dura poco menos de 11 ¾ minutos, tiene unas instancias iniciales que recogen la vitalidad jovial con la que concluyó ‘Ehm​ë​t Um Rh​ë​t Sam’ para trabajar con ella de una manera muy sesuda. La fehaciente labor del saxofón y el constante ingenio de la batería permiten que los aires del free jazz se prodiguen en la focalización del entramado sonoro en curso. Así las cosas, parece ser que la incertidumbre crepuscular que marcó a la suite precedente en su mayor parte es reemplazada por una algarabía surrealista, pero no tardan mucho en emerger recursos de inquiero deconstructivismo para trastocar el escenario sónico y apelar a una solemnidad voluminosa. Tras ello surge otro pasaje vivazmente arquitectónico que se siente un poco travieso y bastante farsesco, el cual, a su vez, sirve como un puente para el reprise final del pasaje solemne. Siendo el tema más breve del álbum con su espacio de 5 minutos y pico, ‘Eripme Cirtcele’ pone fin a las cosas con una enérgica recapitulación de grooves y motivos que ya se hicieron presentes en algunos momentos precedentes del álbum. Se nota que aquí está planteado asentar y formar una holgura climática donde el dinamismo inherente a la ingeniería rítmica está organizado para evocar imágenes embrujadoramente lúdicas dentro de un circo cimbreante que tiene algo de diabólico en sus agitaciones. El golpe final brinda un oportuno cierre súbito al asunto... Bueno, a dos asuntos, el tema y el disco. Todo esto fue lo que se gestó en los cuarteles de RHÙN con “Tozïh”, un disco realmente sensacional que, en menos de 40 minutos, dice algo tremendamente sustancial para la perenne preservación del ideal de la vanguardia progresiva francesa. ¡¡Totalmente recomendable!!
 
 
Muestras de “Tozïh”.-
Ehmët Um Rhët Sam: https://rhunmusic.bandcamp.com/track/ehm-t-um-rh-t-sam

Wednesday, July 19, 2023

Una nueva puerta se abre para la leyenda viviente de SOFT MACHINE



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy tenemos en nuestras manos un disco muy especial: “Other Doors”, la nueva obra fonográfica de la legendaria y aún vigente banda inglesa SOFT MACHINE, abanderada de la vertiente Canterbury con sus viajes de ida y vuelta por los discursos del jazz-prog, el jazz-rock y el jazz-fusion desde aquellos inicios en la segunda mitad de los 60 en medio de la oleada psicodélica británica. Este disco publicado en el último día del pasado mes de junio tiene un significado muy importante porque es el testimonio definitivo del retiro del brillante baterista-percusionista John Marshall, quien abandona su larga trayectoria musical a la edad de 81 años; esto deja a John Etheridge como el único integrante remanente de la multivalente época setentera del grupo. Los otros dos integrantes efectivos de SOFT MACHINE son el ya veterano maquinista” Theo Travis [saxofones tenor y soprano, flautas, piano eléctrico Fender Rhodes y efectos electrónicos] y Fred Thelonius Baker [bajo sin trastes]. Este último, que cuenta con un importante currículum como miembro de IN CAHOOTS (proyecto del desaparecido maestro Phil Miller) y como líder de su propia banda, reemplaza a otro músico histórico de SOFT MACHINE, Roy Babbington: de todas maneras, este último sale momentáneamente de su jubilación para aparecer en dos de los trece temas contenidos en este CD, no reemplazando a Baker, sino cooperando con él (más detalles, después). El material contenido en este disco publicado en el último día del pasado mes de junio fue grabado en los Temple Music Studios entre julio y agosto del año 2022; ese local era adueñado por quien en vida fue el maestro Jon Hiseman, el campeón del jazz-rock-progresivo británico que formó grandes grupos como COLOSSEUM, TEMPEST y COLOSSEUM II. Los ulteriores procesos de mezcla y masterización tuvieron lugar en The Blue Studio en manos de Andrew Tulloch. Etheridge y Travis no sólo son los principales compositores, sino que también fungen como productores de “Other Doors”. Repasemos ahora los detalles de su repertorio.


‘Careless Eyes’ inicia las cosas con un despliegue de etéreas atmósferas y gráciles grooves en un espacio de casi 2 ½ minutos: no dura mucho, pero, sin duda, instaura una ambientación evocadora que se siente bastante oportuna y agradable para el punto de arranque, algo así como un plácido amanecer que anuncia suavemente algunos destellos expresivos a lo largo del nuevo día. Acto seguido, el ensamble retoma un clásico: ‘Penny Hitch’, composición del legendario Karl Jenkins para el álbum de 1974 “Seven”. Con la presente conformación, la pieza en cuestión se convierte en un ejercicio de texturas que se dejan llevar por su propia ingeniería interior, bien estructurada desde el reposado swing básico mientras deja espacios para que el bajo, el saxo y la guitarra ornamenten adecuadamente el esquema temático. La pieza homónima, que dura poco más de 4 ¾ minutos, es un clímax del álbum: ‘Other Doors’ tiene una sección inicial signada por una agilidad cuya prestancia se sustenta en la fluida amalgama de los instrumentos en torno a un muy vivaz motif. Los fabulosos solos sucesivos de guitarra y saxofón que surgen en el más sosegado intermedio gestan cautivadoras brisas de extroversión. A continuación, llega el turno de ‘Crocked Usage’, la pieza más larga del repertorio con sus poco menos de 8 ½ minutos de duración. El colectivo se explaya en su potencial expresionista en base a un esquema melódico bastante sobrio que parece tender puentes con el estándar de los legendarios NUCLEUS y aquella generación de SOFT MACHINE del quinto disco. A partir de allí, el dúo rítmico emplea algunas cadencias deconstructivas a lo free jazz para dejar que los aportes del saxo, la guitarra y la flauta se dejen envolver por una exaltada aureola mística. Nos toma por sorpresa la inclusión de Joy Of A Toy’, otra conexión con el pasado inmortal de SOFT MACHINE: esta composición de Kevin Ayers y Mike Ratledge para ese primer álbum publicado en diciembre de 1968 emerge como una exaltación de alegre calidez donde los bajos (Baker y Babbington en simultáneo) hayan bastantes espacios para el lucimiento de sus imparables diálogos. Los golpes finales son razonablemente incandescentes. ‘A Flock Of Holes’ elabora un paisaje nebuloso que opera como un contrapunto frente a la flotante altivez de la pieza que abrió el álbum. Los ornamentos percusivos que se suman al soundscape central añaden una sutil tensión al asunto.

  
 
La miniatura ‘Whisper Back’ ofrece un momento de reflexión contemplativa en base a los diáfanos fraseos que emanan de la guitarra de Etheridge: un reflejo de la luz del atardecer sobre las tranquilas aguas de una fuente. A partir de allí, ‘The Stars Apart’ surge con un colorido bien puntualizado dentro de un terso y sedoso lirismo que tiene mucho de encantador. Los mesurados ornamentos del bajo para el tranquilo swing ayudan a esta hermosa composición a conquistar su propia fuerza de carácter. En algunos parajes, Etheridge parece estar hermanando su estilo con el del inolvidable Phil Miller. Bajo el asertivo título de ‘Now! Is The Time’ late una pieza muy especial... Muy especial porque es coescrita por los bajistas Baker y Babbington, siendo el segundo tema del repertorio donde ambos comparten un espacio dialogante dentro de un sendero temático tan ceremonioso como flexible. Ensamblaje perfecto de la elegancia de cool jazz y las cadencias típicas del blues. ‘Fell To Earth’ recoge en parte las huellas del groove del jam precedente y las eleva a un plano más señorial mientras las envuelve bajo un dinamismo particularmente electrizante. De hecho, este último factor sirve como una palanca para que el vuelo instrumental llene espacios por doquier con un vigor traviesamente dadaísta. Otro punto álgido del disco, muy en línea con el avant-jazz de las cinco últimas décadas. ‘The Visitors At The Window’ lleva esta línea de trabajo vanguardista a un terreno más plácido, algo muy otoñal con suaves retazos de inquietud que, de todas formas, llega a aterrizar en un lugar melódicamente acogedor. ‘Maybe Never’ se sumerge en un futurismo casi minimalista, lo cual significa que hay un paseo breve por rincones más oscuros que los mostrados en el tema precedente. El repertorio oficial del CD culmina con el segundo tema más extenso del mismo, que se llama ‘Back In Season’ y dura alrededor de 7 ¼ minutos. Su enfoque consiste en un regreso contundente a la faceta más colorida de la actual ingeniería sónica del cuarteto para darle un moderado dinamismo a la misma. La guía impuesta por las bases de teclado y las exquisitas líneas de flauta pronto encuentran en la autoridad flotante de los guitarreos una fuerza expresiva compinche para la focalización de la cautivadora ingeniería melódica. El aspecto más palaciego del Canterbury vuelve en todo su esplendor, exorcizando, en simultáneo, los fantasmas de SOFT HEAP, NATIONAL HEALTH y los SOFT MACHINE de 1976.

  

‘Back In Season’ es un cénit decisivo del disco, pero que conste que todavía hay más que disfrutar en forma de bonus tracks de descarga: uno de estos es un medley de dos clásicos de SOFT MACHINE, ‘Backwards’ y ‘Noisette’ (un estándar que era muy común en aquellos conciertos de la banda entre 1970 y 1973). El ensamble realza creativamente la exquisitez ínsita a estos estándares con una capitalización de atmósferas crepusculares que gestan una pureza cristalina para los esquemas melódicos, los cuales se tornan más vibrantes en la segunda mitad. Yendo a los otros bonus, tenemos la composición de Travis ‘When Frost Melts’, la cual exhibe una espiritualidad meditabunda absorbida por un hálito ensoñador que tiene algunos retazos surrealistas. El venerable Marshall aporta un solo de batería llamado ‘Alice Clar’, el mismo que ostenta la misma actitud exploratoria de otros grandes solos que grabó en discos clásicos de SOFT MACHINE, tanto de estudio como en vivo. ‘Look You Know’ y ‘Out Of Interest’ son los dos bonus restantes, teniendo en común que son composiciones colectivas de Baker, Etheridge y Travis. También tienen en común un enfoque sonoro centrado en lo abstracto con una cierta tendencia a lo punzante, para lo cual ayuda la naturaleza aguerrida de las intervenciones del bajo y la guitarra. El saxo también hace lo suyo en el segundo. Y así termina la experiencia de este nuevo disco de SOFT MACHINE, “Other Doors”, el cual se revela como una nueva puerta que se abre dentro del amplio y ancho sendero de esa leyenda viviente que es SOFT MACHINE, un sendero que parece tener muchos tramos en el horizonte abierto. Nos complace mucho que el renovado colectivo de SOFT MACHINE, que tiene en sus filas al magistral Asaf Sirkis como su nuevo baterista, siga mirando hacia adelante con creatividad y convicción. ¡¡¡¡Totalmente recomendable!!!!
 
 
Muestras de “Other Doors”.-

Sunday, July 16, 2023

El ensamble británico DAS RAD ahora transita en un 4X4

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos un disco muy especial que presentar: el cuarto trabajo del ensamble avant-jazz-progresivo británico DAS RAD, el primero como cuarteto. El disco en cuestión se titula “Veer” y fue publicado – como es habitual – por el sello Discus Music el pasado 26 de mayo. Los integrantes de la aumentada alineación de DAS RAD son Nick Robinson [guitarras y teclados], Martin Archer [vientos, armónica y teclados], Jon Short [bajo] y Steve Dinsdale [batería y teclados]. Tras dos discos producidos durante la época de pandemia (
“Adios Al Futuro” y “Laik Tors”, de los años 2020 y 2021, respectivamente) en los que los músicos trabajaron en sus propios estudios individuales, el grupo volvió a trabajar como en su álbum homónimo de debut del año 2018: trabajando con una buena cantidad de pistas tocadas en vivo en el estudio y creando piezas adicionales a lo largo del camino. El ingreso de Short ayudó al grupo a remodelar su musculatura expresiva, lo cual dio buenos resultados para la refrescante interacción que tenía planificada para este nuevo álbum. Peter Rophone aporta voces ocasionalmente.
 
De los cuatro primeros temas del álbum, tres de ellos duran poco menos o poco más de 8 ¾ minutos: ‘Lutraphobia’, ‘Confiture’ y ‘We Too Shall Rule’. El primero de estos temas mencionados abre el repertorio con un groove vivaz y un swing frontalmente arquitectónico que sirve para focalizar los aportes de vientos y guitarra llamados a ornamentar el esquema musical en curso. Es como si se hubiese recuperado un jam perdido de NEU! (etapa de los dos primeros álbumes) y se le hubiese hecho una cirugía radical con artilugios procedentes del paradigma Gongiano y otros procedentes del taller sónico de HENRY COW. Algunos breves interludios ralentizados se insertan para azuzar las chiribitas deconstructivas latentes en el tema. En cuanto a ‘Confiture’, el ensamble se dispone a explorar atmósferas deconstructivas en medio de una atmósfera situada entre lo noctámbulo y lo taciturno, coqueteando con lo lóbrego, pero, a fin de cuentas, asentándose en lo arcano. Alrededor de la frontera del quinto minuto, las cosas se iluminan un poco, pero con el fulgor también aumenta la densidad expresiva. ‘We Too Shall Rule’ entabla un cuadro sonoro de señorial parsimonia donde el discurso del jazz-rock recibe algunas dosis de oscurantismo propios de la tradición del RIO francófono. En medio de ellos se sitúa ‘Bergen Cross’ (más específicamente, se trata del segundo tema del repertorio). Su enfoque avant-progresivo es manejado con la incorporación de generosas dosis de magia psicodélica al estilo de una cruza entre KING CRIMSON y SOFT WORKS, añadiéndose matices propios de la vanguardia psicodélica de vieja usanza (un poco de AGITATION FREE, otro poco de ASH RA TEMPEL). Hay un solo de teclado realmente fabuloso cerca del final, el cual estimula la gestación del clímax final; también cabe destacar el consistentemente sofisticado swing armado por la batería, un ancla esencial para el efectivo llenado de espacios que concreta el esquema compositivo. ‘Farfalla’ es una pieza afable a la vez de bizarra, teniendo como foco central una calidez lírica que no hubiese estado fuera de lugar en un álbum de HAPPY THE MAN o HOWEVER. A su vez, hay ornamentos surrealistas persistentes que, en última instancia, terminan disolviendo todo en una bruma onírica que donde confluyen lo místico y lo inquietante. Un remanso etéreo con aristas pasmosamente nerviosas. 

La sexta pieza se llama justamente ‘Veer’ y se caracteriza por retomar parcialmente la jovialidad del tema que abrió el álbum y permutarla en algo más tenso por vía de dos estrategias sucesivas: una aspereza más pronunciada en los riffs de guitarra y la inserción de arreglos majestuosos de teclados. También hay un electrizante solo de saxofón que ayuda crucialmente a la concreción de este vigor renovador. ‘Kingdom Fall’ es como un reggae psicodélico filtrado a través de aires krautrockeros bajo un ropaje elaborado en el telar del nu-jazz. Las líneas de los vientos flotan por ahí mientras los gentiles fraseos de la guitarra acústica brindan recursos de contemplativa sobriedad. ‘Expergefactor’ es el título de la suite de poco más de 25 ¼ minutos de duración que cierra el disco, siendo sus seis partes respectivamente tituladas ‘Meadow Hell’, ‘The Void Above’, ‘Brabble’, ‘Evian’, ‘Island Of Stability’ y ‘Expergefactor’. Todo comienza con un caos entusiastamente neurótico que, de alguna manera, se da maña para mostrar más alegría que angustia, pero que se complace en regodearse en sus propias vibraciones chocantes. Lo siguiente que emerge es un ejercicio de matices impresionistas revestidos de chamber-rock bajo la dirección de una estrategia avant-jazzera que se focaliza en tonalidades expandidas de forma libre, con total serenidad, como una luz mesuradamente encendida que se interna en un bosque otoñal para encontrar algo valioso que no quiere seguir escondido. En las últimas instancias, se nota un comedido aumento de exuberancia en las intervenciones de los vientos y la batería, lo cual anuncia el arribo de una tercera sección tremendamente ceremoniosa. Ésta juega con un tempo lento para sustentar una musculatura contenida donde reina el jazz-rock con orientación progresivamente psicodélica. La soltura descontrolada de la primera sección es ya una memoria distante; ahora opera aquí una maraña ceremoniosamente ingenieril absorta en sus propias agitaciones brotadas bajo una vigilancia marcial. Una nueva sección centrada en un minimalismo sereno nos trae de vuelta lo ensoñador, esta vez, bajo un atavío bucólico. El sosiego evocador es un oasis anticipatorio de la vitalista gentileza transmitida por buena parte de la siguiente sección: su augusto preludio al estilo de una cruza entre los KING CRIMSON de la fase 1969-70 y los TANGERINE DREAM de la fase 1973-75 no permite adivinar el despliegue de jovial agilidad que se instaura como núcleo central de la nueva sección. Eso sí, hay un extenso intermedio marcado por una enigmática nebulosidad que marca un amplio contraste frente al cuerpo central. La sección final homónima se centra en una capitalización sintetizada de los aspectos más misteriosos de la suite, la cual se activa con una arquitectura señorial que hace que la densidad patente no se desborde mientras impone la pauta sónica. Una mención especial va para el magnífico (aunque breve) solo de guitarra del final.

Todo esto fue “Veer”, uno de los aportes más notables para la producción avant-progresiva del año 2023 desde Gran Bretaña. La gente de DAS RAD se ha lucido una barbaridad con esta nueva configuración de su logística instrumental: ha hecho muy bien en continuar con su trayecto de peculiar creatividad en un vehículo 4X4. ¡¡Recomendado al 400%!!

Thursday, July 13, 2023

El espectacular carnaval progresivo de ALAKAZAM

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy se da el turno del ensamble estadounidense ALAKAZAM y su disco publicado a fines del pasado mes de abril, el mismo que se titula “Carnival Dawn” y fue publicado el pasado 28 de abril de forma independiente. La premisa temática de este álbum es que, en algún momento de inicios del siglo XX, en una pequeña localidad del Medio Oeste, un circo apareció de forma misteriosa y repentina, y hasta el día de hoy, se dice que en algunos atardeceres de los cálidos días de agosto se puede escuchar tímidamente el ruido de niños danzando con la música de violines. Este colectivo asentado en Baltimore, Maryland, está conformado por Mike Potter [saxos, flauta, teclados y coros], Tony del Giudice [guitarras y voz], Patrick McLaughlin [guitarras y coros], Todd Bonner [bajo, violín y coros] y Jim Harold Hammen [batería, percusión y coros]. Formado en el año 2006, la banda de la que ahora hablamos debutó con un disco homónimo al año siguiente; el disco que ahora reseñamos es el cuarto dentro de su discografía. El material contenido en “Carnival Dawn” fue mezclado por Joe Tracey.  
 

La miniatura ‘Dark Calling’ abre el álbum como una expresión de ceremonioso misterio que no oculta sus resabios siniestros, tras lo cual llega el turno de ‘Big Shot’, una pieza ostensiblemente signada por una atmósfera solemne, la misma que se proyecta a través de ambientes serenamente líricos y otros más densamente melancólicos. Es en estos últimos donde el ensamble elabora algunas vibraciones rockeras cuya aparente parsimonia se alimenta de la extraña agilidad pertrechada por la comedidamente sofisticada ingeniería rítmica. El canto teatral y los movilizadores solos de guitarra hacen que esta apertura del telón resulte bastante efectiva. ‘Elephant Dance’ acoge liberalmente las vibraciones densamente expresionistas de la pieza precedente y le añade una mayor dosis de tensión rockera que no es ajena al paradigma Crimsoniano ni tampoco al avant-prog de unos DAI KAHT o unos HÖYRY-KONE. Esta pieza en cuestión sabe mostrar su genuino vitalismo a través de las máscaras grisáceas y oscurantistas que se agolpan tanto en su constreñido groove como en los arreglos de ventos y teclado que ornamentan varios parajes del núcleo temático. Cuando llega el turno de ‘Happy Clown’, las cosas se agitan un poco más para que se pongan al servicio de una farsa surrealista salpicada de inquietudes claroscuras. Es como si se hubiese perpetrado una cruza entre los paradigmas de los SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM del primer álbum y el FRANK ZAPPA de fines de los 70s bajo la vigilancia de SAMLA MAMMAS MANNA. La sección final opera con un clima de vals arropado por un swing blues-rockero, siendo así que su atmósfera crepuscular parece anunciar algo oscuro que sucede tras la parafernalia jovial del protagonista del título. ‘Opera Singer’ refleja un momento de particular exaltación progresiva que se inicia con un despliegue de flotantes matices fusionescos y pronto pasa a centrarse en masivas tonalidades de talante pesado. Así las cosas, el cuerpo central se dispone a coquetear abiertamente con el patrón histórico del stoner mientras los arreglos de guitarra van transitando entre conexiones con KING CRIMSON y otras con los primeros álbumes del maestro STEVE HILLAGE. Los colores aportados ocasionalmente por el sintetizador le da un cariz señorial al asunto, logrando que todo este vigor haga sentir su majestuoso fulgor.  

Ahora estamos con la secuencia de las dos piezas más extensas del álbum: ‘Something Wicked’, que dura poco más de 8 minutos, y ‘Bearded Fat Lady’, que dura poco más de 7 ¼ minutos. El primero de estos temas mencionados se inicia con cadencias de vals circense que se explayan por bastante tiempo mientras asumen agitaciones rockeras de forma creciente. Poco a poco, se arma un clímax aparentemente caótico donde, en realidad, funciona una lógica surrealista que delimita los contornos de su propio desborde. La banda juega muy inteligentemente con la frontera entre lo arquitectónico y lo vertiginoso mientras dura este afilado intermedio, el mismo que termina aterrizando en un regreso al clima inicial. Los ecos distantes con los que termina la canción aportan un nuevo recurso de oscuridad fantasmal. En cuanto a ‘Bearded Fat Lady’, tenemos aquí un refrescante ejercicio de vivacidad que va oscilando entre lo lúdico y lo apasionado. En varios sentidos, funciona aquí una síntesis entre los espíritus predominantes de ‘Happy Clown’ y ‘Elephant Dance’, siendo así que el grupo aprovecha oportunamente el espacio con el que cuenta para darle al esquema sónico en curso una magnificencia especial. La teatralidad es manejada con soltura, pero sin dilataciones delirantes. Hay un fabuloso solo a lo JEFF BECK que emerge durante las últimas instancias de la canción, que en ese momento se apoya sobre un swing blues-rockero. En general, hay vasos comunicantes con la banda connacional INNER EAR BRIGADE. Cuando llega el turno de ‘The Ringmaster’, el ensamble se dispone a capitalizar sus fantasmas Zappianos a través de un exorcismo musical que, a pesar de comenzar jugando con algunos aires alegres, termina arrojándose a una penumbra nocturna donde el comando está en manos de una parsimonia perturbadora. Así las cosas, las alusiones tétricas emanadas de las bases de teclado y varios fraseos de guitarra amplifican su potestas evocadora. Cierra el álbum ‘3-Eyed Barker’, una canción que se refugia en un clima más afable que el que signó a la canción precedente. El soliloquio asume un aura más narrativa, no tanto exorcista. Poco antes de llegar a la frontera del segundo minuto y medio, el bloque instrumental empieza a tornarse más ácido para armar un momentum tenso antes de volver a las cadencias iniciales. Nos damos cuenta ahora de que el bloque sonoro no está situado en un ámbito terrenal sino en el otro lado de la puerta del transmundo... ¿Es un espectro quien nos habla? ¿O lo es el oyente a quien él se dirige? Con esta pregunta abierta termina el disco. 

Todo esto fue “Carnival Dawn”, un disco tan desafiante como cautivador, una obra que sabe manejar diversos matices de lo siniestro y lo inquietante hasta el punto de resultar genuinamente fulguroso en varias instancias. El colectivo de ALAKAZAM se ha lucido a lo grande con este trabajo y sólo nos queda recomendarlo totalmente para cualquier buena colección de vanguardia progresiva y otras líneas musicales afines. De lo más aguerrido que se ha publicado en los EE.UU. en lo que va del año 2023. 
 
 
Muestras de “Carnival Dawn”.-
Happy Clown: 
https://alakazam1.bandcamp.com/track/happy-clown

Monday, July 10, 2023

La gran aventura progresivamente otoñal de PASKINEL

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos un disco muy especial que se llama “Maraude Automnale” y cuya publicación data de hace poco, el pasado 9 de junio. Es el debut solista de Patrick “Paskinel” Dufour, integrante de la excelente banda ALCO FRISBASS. De todas maneras, en este disco, Dafour es el autor de todo el material y toca los teclados, además de programar las secuencias rítmicas. Aparece también el nombre de su colega en la susodicha banda Frédéric “Tourneriff” Chaput como colaborador constante a la guitarra eléctrica y el bajo, una circunstancia muy especial que le hace merecedor de aparecer en las fotos junto al protagonista de este festín musical (esto nos recuerda al primer disco solista de ANTHONY PHILLIPS “The Geese & The Ghost”, que era, de facto, un trabajo a dúo con su viejo colega de GENESIS MICHAEL RUTHERFORD). Otros colaboradores más ocasionales son Jacques Bon (fagot), Fabrice Chouette (órgano), Dag-Z (flauta), Franck Dehaut (guitarras eléctrica y lap steel), Mickael Fellmann (saxofón) y Jun Gui Kwon (violín). El material contenido en “Maraude Automnale” fue mezclado por el propio Chaput y, después de eso, masterizado por Thierry Payssan (de los legendarios MINIMUM VITAL). El diseño gráfico de la portada y del logo son de Paskinel, mientras que la foto es de Bertrand Fauconnier. Bueno, veamos ahora los detalles de este catálogo progresivamente otoñal que nos han brindado PASKINEL y sus compañeros de merodeos musicales.


Los primeros 12 ¾ minutos del repertorio están ocupados por la dupla de ‘La Danse Des Feux Follets’ y ‘Tartempion’, piezas que se focalizan en varios de los aspectos determinantes del repertorio íntegro: específicamente, nos referimos a una cruza entre los legados de GENTLE GIANT y del Canterbury en su faceta más suntuosa (pensemos en la faceta más fulgurosa de NATIONAL HEALTH) a través de los filtros simultáneos de BIG HOGG y DELUGE GRANDER. Además, se añaden ciertos matices Crimsonianos al asunto, especialmente, en algunos guitarreos y capas de teclado. Entrando en más detalles, el tema de apertura se mueve con solvente gracilidad a través de los diversos recovecos de su desarrollo multitemático, ostentando un fulgor muy peculiar donde también entran a tallar, de manera ocasional, ciertos pasajes calculadamente tensos. La ilación de los diversos motivos está sustentada por una ingeniería bastante sofisticada que siempre deja que se muestre liberalmente su inherente dinamismo. Por su parte, ‘Tartempion’ se explaya en una estructura un poco más compleja mientras recoge buena parte de la siembra del señorío expresivo del impresionante tema de entrada. El factor jazz-progresivo está más pronunciado, lo cual permite al esquema instrumental jugar más sesudamente con el cariz más cristalino del ideario progresivo en curso. Notamos aquí confluencias directas con SCHERZOO (y, por extensión con su líder FRANÇOIS THOLLOT), así como con los propios ALCO FRISBASS del tercer álbum. Cuando llega el turno de ‘Bille En Tête’, el ensamble sigue la esplendorosa inercia del tema #2 para regodearse solventemente en el discurso fusionesco con matices Zeuhl (algo no ajeno a los legados de ZAO y POTEMKINE). Las percusiones marcan las vibraciones básicas de la pieza de principio a fin, incluso si la dupla de batería y bajo comienza con un talante un tanto sigiloso. La cuarta pieza del álbum es justamente la homónima, y su misión consiste en trazar una atmósfera que se ubica en una cruza inaudita entre lo sereno y lo inquietante, bien situada ella en un posicionamiento mientras las proyecciones disonantes de las bases armónicas coquetean mesuradamente con lo grisáceo. La cadencia general comienza con un perfil ceremonioso hasta que, a poco de cruzar la frontera del tercer minuto, ella se torna inapelablemente ágil; en esta nueva situación, el enfoque expresivo de la pieza adquiere una gracilidad refrescante que trastoca los constantes matices grisáceos para darles una extraña elegancia. ‘Marauda Automnale’ es un cénit del álbum al que titula.

‘One O’clock’ emerge para avivar las cosas con un despliegue de grooves y ambientes tremendamente ágiles que permite a las cadencias, orquestaciones y esquemas melódicos de los teclados llenar espacios con infatigable soltura. Los ornamentos emanados de los solos de guitarra añaden un poco de musculatura al asunto. He aquí una muestra de explosividad jovial que ayuda notablemente a brindar una variedad interesante al disco como un todo. Los tres temas que quedan del álbum duran entre poco menos de 7 minutos y poco más de 7 ¼ minutos: este último es el caso de ‘Cristal Qui Songe’, el antepenúltimo ítem cuya función consiste esencialmente en sintetizar los espíritus meticulosamente sofisticados de los dos primeros temas. Tenemos aquí una versión preciosista de los tesoros más coloridos del patrón estilístico del Canterbury a través de un filtro Zeuhl. ‘L’écho Noir’ comienza centrándose en unas vibraciones parsimoniosas, pero una vez que llega al cuerpo central, regresa al terreno jazz-progresivo e incorpora en él algunos modismos tensos propios de la tradición del avant-prog francófono, algo así como un espacio intermedio entre PRESENT y los ZAO de los dos primeros álbumes. En fin, todo llega a su final con ‘Au Forum Des Commérages’, una pieza diseñada para hacer aflorar de manera rotunda los matices y tonos más líricos del esquema de trabajo plasmado en este álbum. Aquí opera una sedosa y refinada combinación de prog sinfónico y jazz-prog a lo Canterbury que arma la arquitectura sobre la cual se explayan los motivos creados para la ocasión. El entramado melódico se da maña para ser bastante fluido a lo largo y ancho de su opulenta complejidad, patentemente enrumbada por una senda de majestuosa calidez. Todo esto fue lo que se gestó desde los cuarteles de PASKINEL (el maestro Patrick Dufour) para completar y publicar este disco titulado “Maraude Automnale”, una obra extrañamente cautivadora que dignifica grandemente a la siempre ocupada escena progresiva francesa. Realmente recomendable para cualquier fonoteca progresiva que quiera mantenerse actualizada y quiera presumir de ser mínimamente buena.