Thursday, March 20, 2025

TONY LEVIN: una cátedra de bajo y otros instrumentos en el año 2024

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy echamos un breve vistazo al pasado reciente y nos topamos con el más reciente disco solista del maestro TONY LEVIN, “Bringing It Down To The Bass”, publicado a mediados de setiembre del pasado año 2024. Se trata de su primer trabajo de estudio como solista desde “Stick Man” (2007), aquel disco que originó el ensamble STICK MEN. El sello Flatiron Recordings se encargó de publicar este importante ítem tanto en CD como en vinilo doble de color marrón translúcido con manchas de tinte humo oscuro. Hay una importante miríada de colegas del maestro LEVIN que colaboran a lo largo del repertorio de “Bringing It Down To The Bass”. Ellos son Manu Katché (batería), Dominic Miller (guitarra), Pete Levin (teclados), Chris Pasin (trompeta), Alex Foster (saxo alto), Jay Collins (saxo barítono), Jerry Marotta (batería y percusión), Steve Hunter (guitarra), Larry Fast (teclados), Jeremy Stacey (batería), Markus Reuter (Touch Guitar), Vinnie Colaiuta (batería), Earl Slick (guitarra), Mike Portnoy (batería), Gary Husband (teclados), Joe Caro (guitarra), Steve Gadd (batería), Josh Shpak (trompeta), Chris Pasin (trompeta), Don Mikkelsen (trombón), L. Shankar (violín), Colin Gatwood (oboe y corno inglés), Pat Mastelotto (batería), Robert Fripp (soundscapes de guitarra), David Torn (guitarra) y Linnea Olsson (cello). Mientras tanto, el buen TONY se multiplica en varios bajos eléctricos con y sin trastes, el contrabajo y el cello eléctricos, y cómo no, el Chapman Stick, además de algo de canto y, en la última canción, piano. También son varios los estudios donde tuvieron lugar los registros del material aquí incluido: Jersville Studio, Bert Jansch Studio (Somerset), Dreamland Recording Studios, NRS Recording Studio y Planet Studios (Montreal). El ulterior proceso de masterización tuvo lugar en el estudio Waygate Mastering. 

 
Salvo un puñado de temas contenidos en “Bringing It Down To The Bass” que fueron compuestos por LEVIN a solas, todos los demás fueron coescritos junto a sus compañeros de turno. La pieza homónima ocupa los primeros 5 ½ minutos del repertorio con fluida extroversión. En efecto, ‘Bringing It Down To The Bass’ se revuelve en su propia jovialidad contenida sobre un medio tiempo mientras la saltarina vitalidad de las líneas de bajo y los ricos cromatismos de los saxofones alimentan y capitalizan el motif central. Ya más adelante, el groove se agiliza más explícitamente, siendo así que la coda le da un simpático giro al asunto mientras llega el fade-out. He aquí una cruza perfecta entre los WEATHER REPORT de fines de los 70 y el CHICK COREA eléctrico de los 80 con añadidos matices de aquel proyecto conjunto con Bill Bruford UPPER EXTREMITIES. Un inicio de álbum bastante llamativo, cómo negarlo. ‘Me And My Axe’ sigue a continuación para cambiar de senda expresiva y ponerse a explorar un talante más reflexivo, explayándose en un lirismo sereno y bastante transparente. El comedido peso rockero que aporta la guitarra al bloque sonoro da más contundencia a la magia evocadora de la composición. ‘Road Dogs’ supone un viraje hacia una espiritualidad festiva que coquetea abiertamente con el hard rock clásico mientras preserva algunas estilizaciones sónicas propias del discurso jazz-progresivo. La batería alterna fluidamente entre pasajes machacones y otros más patentemente sincopados mientras los teclados aportan una sobria majestuosidad al desarrollo temático. Las parcas palabras graves que emergen en los últimos minutos añaden humor al ambiente general. Efectiva combinación de gancho y clase en esta pieza así como en la siguiente, ‘Uncle Funkster’, la cual incrementa las dosis de vivacidad y fulgor donde parecen estar bien asentados LEVIN y sus compañeros de turno. La ingeniería sónica de esta pieza es más contundente a pesar de no tener una instrumentación tan nutrida: sólo batería y Stick. 
 
  

La estructura musical de ‘Boston Rocks’ es bipolar: su prólogo se apoya en un lirismo reposado, siendo así que al poco rato se produce una reiteración de la musculatura celebratoria que ya definió al tema precedente, esta vez se hace con una instrumentación más llena y con algunas vocalizaciones entusiastas. El cariz progresivo se refuerza cuando se da una alternancia entre un swing contenido (incluyendo un soliloquio y un breve canto) y el regreso a la electrizante vivacidad del cuerpo anterior. ‘Espressoville’ recapitula el camino musical de la pieza homónima en cuanto a su groove central, pero también se distingue por tener una sofisticación especial en algunos arreglos que encauzan a los vértices expresivos de la musicalidad creada para la ocasión. A través de la conexión entre los arreglos de metales y los ocasionales solos de guitarra se revela una arquitectura tremendamente sólida mientras la dupla rítmica sustenta el evento sónico con prestancia y precisión. ‘Give The Cello Some’, tal como lo indica el propio título, usa el pretexto del prólogo para lucir el cello eléctrico en un efímero arreglo barroco antes de que el ensamble rockero entre a tallar con un travieso empuje. Mientras tanto, los parlamentos de LEVIN mencionan lo productivo que podría resultar tocar el cello de vez en cuando. Pero no por ahora, que Marotta y Tony Levin están codirigiendo el jam central. Todavía puede el cello lucir unas pequeñas líneas antes del golpe final. ¿No será ésta la versión humorística de Esperando a Godot para cello? Como sea, se trató de algo ingeniosamente ameno y ahora es el turno de ‘Side B / Turn It Over’. Todo se centra en un gentil ejercicio coral al estilo de cuarteto de barbería (barbershop quartet) que en algún momento es suavemente interrumpido por una flotante figura de bajo. ‘Beyond the Bass Clef’ recoge este recurso de serenidad y lo eleva a un plano cósmico arropado por tenues vibraciones flotantes donde las capas de teclado, las líneas de violín y las maderas aportan sus propios retazos a este envolvente cuadro impresionista. Una composición exquisitamente hermosa que exuda un cristalino refinamiento por todos sus poros; la intensidad efímeramente elevada para los segundos finales refleja una tensión liberadora. ‘Bungie Bass’ nos lleva, una vez más, por el camino de la extroversión estilizada, y lo hace con la estrategia del avant-jazz-prog de matices Crimsonianos, sin ocultar sus nexos al paradigma de los STICK MEN. El swing de Mastelotto es inconfundible y los matices inquietantes de Torn también.


‘Fire Cross the Sky’ es una crepuscular y relajada balada dedicada a John Lennon, a quien conoció cuando fue convocado para las sesiones de ese emblemático álbum “Double Fantasy”. Ya las primeras líneas son poéticamente evocadoras: “I am sitting in a Westside café that’s seen it all. / I look up and see his picture is like a shrine / Clustered on the dark brick wall. / His glasses so cloudy, / The eyes are so clear, / Maybe that’s what you need / To believe that peace could be near.” Su espiritualidad minimalista sustenta cabalmente el talante reflexivo de esta bonita canción. ‘Floating In Dark Waters’ mantiene las cosas dentro del paisaje intimista, esta vez a un nivel de ambient progresivo con ornamentos telúricos brindados por la juiciosa labor de las percusiones. ‘On The Drums’ es un gracioso malabar multi-vocal que menciona a varios bateristas con cordial jovialidad, algo muy diferente a la continua solemnidad que ha marcado a las tres piezas anteriores bajo diversas modalidades. La coda del álbum se titula precisamente ‘Coda’: básicamente, se trata de un estándar de jazz con un manejo de cámara. Su inmensamente reposada disposición tiene mucho de conmovedora. Toda esta fue la oferta de “Bringing It Down To The Bass”, enésima muestra del genio de TONY LEVIN para crear música, ejecutar sus instrumentos de especialización y conectarse con los colegas adecuados para cada idea particular que surge de su mente compositora. Sería tedioso e inanemente repetitivo hacer un elogio de una leyenda viviente tan consistente e infatigable como es el buen TONY, pero no está de más recomendar a “Bringing It Down To The Bass” en cualquier buena fonoteca de rock ecléctico y jazz-rock. 
 
 
Muestras de “Bringing It Down To The Bass”.-
Bringing It Down To The Bass: https://tonylevin-flatiron.bandcamp.com/track/bringing-it-down-to-the-bass
Road Dogs:  https://tonylevin-flatiron.bandcamp.com/track/road-dogs
Boston Rocks: https://www.youtube.com/watch?v=8mpDW9nb0Ik
Beyond The Bass Clef: https://tonylevin-flatiron.bandcamp.com/track/beyond-the-bass-clef
Bungie Bass: https://tonylevin-flatiron.bandcamp.com/track/bungie-bass

Monday, March 17, 2025

La incombustible creatividad que flota en el espacio musical del maestro BELEDO

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy tenemos la ocasión de reseñar “Flotando En El Vacío”, el nuevo álbum del virtuoso multiinstrumentista y compositor uruguayo-estadounidense JOSÉ PEDRO BELEDO.... o simplemente, BELEDO. En este disco, BELEDO toca las guitarras eléctrica y española, además del piano y el violín, siendo acompañado recurrentemente por Jorge Pardo (flauta y saxo tenor), Carles Benavent (bajo) y Asaf Sirkis (batería). También aparecen ocasionalmente los ilustres invitados Gary Husband (piano eléctrico Fender Rhodes y sintetizador Mini Moog) y Ramón Echegaray (percusión de candombe). “Flotando En El Vacío” fue publicado por el sello MoonJune Records el 19 de setiembre del pasado año 2024, añadiéndose en este mismo año 2025 una edición en doble vinilo verde. BELEDO es el autor exclusivo de cuatro de los temas aquí contenidos, mientras que en otros tres se dio una labor creativa conjunta de Pardo, Benavent, Sirkis, Husband y el propio BELEDO. El material contenido en el disco que ahora reseñamos fue registrado en los días 6 y 7 de setiembre del 2021, en La Casa Murada Studio, Banyeres del Penedes, una locación catalana que últimamente es muy habitual en publicaciones de MoonJune Records. El proceso de mezcla también tuvo lugar allí en los días 6 y 7 de julio del año siguiente, en manos de Jesús Rovira. La ulterior labor de masterización fue realizada por el maestro Mark Wingfield en diciembre del 2023, en el Heron Island Studio, ubicado en la localidad inglesa de Cambridgeshire. Revisemos ahora el repertorio.
 

‘Djelem Djelem’ abre el disco con contundente expresividad y, dicho sea de paso, es la única composición foránea del álbum: se trata de una pieza tradicional de la cultura gitana de los Balcanes que cobra nueva vida aquí. Desde las instancias iniciales de ‘Djelem Djelem’, se advierte esa magia particular que penetra al núcleo central de la pieza mientras la flauta gesta un prólogo ostensiblemente exótico donde opera un talante evocador. Cuando la guitarra acústica entra a tallar como un dialogante discreto, el clamor del motif central se va definiendo más explícitamente, con lo que ya el ensamble entero sabe con qué groove operar. Más adelante, el violín completa el colorido dentro de un vigor colectivo que se muestra de forma razonablemente contenida. ‘Rauleando’ sigue a continuación para agitar un poco las cosas con un swing más suelto y un esquema grupal notablemente más exuberante. El aura de la composición está fuertemente motivada por aires porteños, lo cual obliga a la batería a hacer un masivo uso de síncopas coquetas mientras el ensamble da vueltas al motif central. Una mención aparte merece el estupendo solo de bajo que emerge a mitad de camino para preparar el subsiguiente solo de piano. Al fin y al cabo, es el matrimonio de flauta y guitarra quien guía a los desarrollos melódicos de esta cautivadora exhibición de jazz-prog. Un hermoso tema, para decirlo de manera simple. ‘De Tardecita’ se explaya por un generoso espacio de 11 minutos y pico, siendo así que todo comienza con un tenor un tanto expectante, aunque la batería no tarda mucho en exhibir su inherente fuerza de carácter concretada con perfecta elegancia. Tampoco tarda mucho la guitarra en ocupar el centro protagónico y brindar un electrizante solo... y vendrán más en el camino. El sendero expresivo del tema está bien trazado y la musculatura está adecuadamente suministrada a través de las interconexiones de los músicos. La cuarta pieza del álbum es la titular y también cuenta con una liberal expansión de 10 minutos para decir todo lo que tiene que decir.* En concreto, ‘Flotando En El Vacío’ ostenta un lirismo conmovedor cuyas envolventes vibraciones son manejadas con quirúrgica precisión en base a los cautivadores índices melódicos, algunos de los cuales se sienten aflamencados. La clave está en hacer confluir gracilidad y agilidad bajo un ropaje de majestuosa serenidad. Un cénit fundamental del álbum. 
 
‘Es Prohibeix Blasfemar’ vira radicalmente hacia un área de ingenierías aguerridas y vibraciones neuróticas. En sí misma, la pieza no es particularmente agresiva, pero sí tiene todas las trazas de estar ocultando alguna suerte de ansiedad que es capaz de generar zozobra bajo el increíble groove armado por la batería. En líneas generales, esto nos suena emparentado con el PAT METHENY de los 90 e inicios del nuevo milenio. ‘Candombesque’, tal como lo indica su título, inspecciona una base inspirada en el lenguaje fusionesco uruguayo con raíces afro-sudamericanas, incluyendo algunos arreglos percusivos en la sección epilogar. Eso sí, el proceso de filtro estilizado para el centro melódico es tan meticuloso y sofisticado que los abundantes aires de funk-fusion que se organizan desde el enclave colectivo remodelan todo con convincente naturalidad. Ahora el ensamble pasea por un terreno limítrofe al de los WEATHER REPORT de fines de los 70. ‘From Within’ se revela como un híbrido de los índices expresivos de los temas #2 y #4, añadiéndose una mayor dosis de sofisticación estructural al armazón rítmico. Algunos fraseos de los solos de guirarra regresan a la senda de la fusión flamenca. Por su parte, las florituras de la flauta refuerzan la mágica vivacidad del momento. Siendo el tema más largo del repertorio con sus 16 ¾ minutos de duración, ‘Rodeados’ también está a cargo de cerrarlo. El inicio está marcado por un prolongado ejercicio de free jazz y es recién en la frontera del cuarto minuto y medio que se gesta un groove reconocible. En esta situación, los instrumentistas organizan su comunión a paso firme, estando la batería muy bien afianzada en su rol de ancla del entramado sónico. Un nuevo swing más esparcido surge por un breve rato antes de que todo se descontruya radicalmente dentro de un clima de tensión abstracta. Una vez apaciguador ésta, prontamente emerge un swing liviano, el mismo que permite a los instrumentistas reconectarse por vía de una estrategia más sobria, una situación que aprovecha la batería para instalar unas interesantes virguerías en su groove. Poco a poco, se eleva una algarabía cuyo fulgor asciende al unísono del despliegue del crescendo. La cosa está clara: los ribetes neuróticos del exterior son intrincados reflejos de una alegría sistemática y pulsátil. Excelente cierre del álbum. 


Tenemos claro desde hace bastante tiempo que BELEDO es un maestro que tiene ingenio, inteligencia técnica y energía expresiva a raudales, por lo que nos nos sorprende realmente que la experiencia de escuchar “Flotando En El Vacío” nos haya resultado tremendamente estimulante. Lo que sí podemos añadir dentro de nuestra hermenéutica es que este disco se explaya exitosamente en nuevas áreas del siempre inquieto eclecticismo que caracteriza tanto al espacio musical de BELEDO como al virtuosismo de sus compañeros de viaje; han sido muchos los momentos en los que se ha mostrado un nervio renovado dentro del enfoque estético desarrollado para este álbum. “Flotando En El Vacío” es, sin duda, una joya recomendable en cualquier buena colección de jazz-rock y fusión contemporánea.

* Esta composición data de los años 70 cuando BELEDO era íntegramente del grupo SIDDHARTHA.

Saturday, March 15, 2025

Segundo tumulto musical de los noruegos KOSMODOME



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

En esta ocasión presentamos el segundo disco del grupo noruego KOSMODOME, publicado en el mes de octubre del pasado año 2024 con el título 
“Ad Undas”. El sello Stickman Records se hizo cargo de ello tanto en CD como en vinilo claro transparente. Tres años después de su disco homónimo, el cual recibió una cobertura favorable en las redes de difusión de rock progresivo y psicodélico de todo el mundo, la alineación de KOSMODOME se amplió a quinteto con la vigente alineación de Sturle Sandvik [guitarra, bajo y voz], Erlend Nord [guitarra], Jonas Særsten [teclados], Eirik Marinius Sandvik [bajo y coros] y Severin Sandvik [batería y percusión] para seguir adelante por su senda de rock progresivo pesado con fuertes enclaves de space-rock y psicodelia, además de un enfoque melódico bien delineado. Este proyecto iniciado por los hermanos Sturle y Severin Sandvik ya está tomando forma como un ensamble consistentemente perfilado. El título del disco es una expresión griega que significa a las olas o rumbo por el mar, pero se utiliza en noruego para señalar que algo ha fallado irremediable, algo que se ha ido al cuerno. Bueno, no es éste el caso del disco que hoy reseñamos, pero mejor vamos a los detalles de su repertorio ahora mismo.
 

El álbum comienza con su pieza más extensa, ‘Neophobia’, la cual dura poco menos de 8 ¾ minutos. A lo largo de este tiempo, el ensamble crea unos grooves muy ágiles para la ilación de los índices temáticos que se organizan de una forma muy integral. Los ornamentos de la batería y las ocasionales irrupciones de fulgurosos solos de guitarra aportan un dinamismo muy especial al asunto. También ayuda el hecho de que se usan algunas vibraciones jazz-rockeras en el entramado rítmico central. La sección final da un interesante viraje hacia un recursos de sofisticación que amplía una sensación de majestuosidad rockera. ‘Hyperion’ sigue a continuación para seguir por una senda muy similar a la de la pieza de entrada, esta vez, con un uso más prolijo de los contrastes entre los pasajes más animados y los más sutiles. Se nota que hay algunos elementos de post-rock operando en algunos arreglos de los guitarreos, pero también cabe notar que hay una cierta cercanía al patrón de los ANEKDOTEN de los dos últimos discos y al de la banda compatriota 35 TAPES. La dupla de ‘Obsternasig’ y ‘Dystopia’ sirve para que el grupo siga expandiendo sus recursos sónicos de fuerza de carácter musical. El primero de estos temas mencionados muestra una serenidad expresiva más notoria que la de cualquiera de los dos temas anteriores, pero también hay que advertir que subyace un sutil sentido del dramatismo en la manera en que la atmósfera reflexiva se va plasmando tanto en el entramado instrumental como en el canto. Además, no faltan esos pasajes donde el nervio rockero, a despecho de las constricciones estructurales del momento, se hace notar. Es más, en el último tercio, el ensamble se arroja a una extroversión señorial sobre la base de un razonablemente complejo armazón rítmico. Con un suave acorde de guitarra se cierra este cénit del álbum. Por su parte, ‘Dystopia’ establece una llamativa excursión de en el space-rock con talante ácido, centrando ésta en un jam proncipal que irrumpe tras un tentativo prólogo. Las variables de cadencias preservan el magnetismo inherente al dinamismo propio de la composición. 
 
‘Turmoil’ comienza con una agilidad solvente muy afín a estándares del rock clásico en sus secciones instrumentales, mientras que las partes cantadas se sitúan sobre un swing ceremonioso. A mitad de camino, el ambiente general se torna un poco más sofisticado, apoyándose en un lirismo amable y grácil. El terreno está preparado que el grupo elabore otro trayecto psicodélico contundente. El final del repertorio llega de la mano de ‘Fatigue’, una pieza que condensa solventemente los espíritus sonoros de los temas #1 y #5, empleando un nervio muy semejante al de aquél. La dupla rítmica sustenta cabalmente los grooves que se van sucediendo con perfecta fluidez, permitiendo que este último tema complete coherentemente el paisaje sonoro del álbum. Todo esto fue lo que se nos brindó desde los cuarteles de KOSMODOME con “Ad Undas”, un nuevo ejemplo de lo que ofrece la mentalidad progresiva noruega en su vertiente más robusta al escenario mundial del art-rock.
 
 
Muestras de “Ad Undas”.-
Neophobia: https://kosmodome.bandcamp.com/track/neophobia
Obsternasig: 
Fatigue:  https://kosmodome.bandcamp.com/track/fatigue
 

Wednesday, March 12, 2025

Quinto gesto de amistad progresiva de parte de los estadounidenses PATTERN-SEEKING ANIMALS



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy celebramos la publicación del nuevo disco de PATTERN-SEEKING ANIMALS, el proyecto progresivo estadounidense radicado en Los Ángeles, California, y que fue originado por Ted Leonard [voz principal y guitarras], Dave Meros [bajo], John Boegehold [sintetizadores, mellotrón, guitarras, roncocco, programaciones y coros] y Jimmy Keegan [batería y percusión] a inicios del año 2018. Estos integrantes y colaboradores de la banda nodriza SPOCK’S BEARD ya cuentan con cinco discos en su haber desde el año 2019, siendo “Friend Of All Creatures”, publicado el último 14 de febrero por G.E.P. Records, el que reseñamos en esta ocasión. En este disco, el cuarteto contó con las colaboraciones de la vocalista Diane Boothby y la violinista Eliza James. Frank Rosato se hizo cargo de la ingeniería de sonido en las sesiones grabación del material contenido en “Friend Of All Animals”, y no sólo eso, también realizó las labores de mezcla y masterización del disco en cuestión. En líneas generales, la propuesta de PATTERN-SEEKING ANIMALS se apoya en un híbrido triádico entre el prog sinfónico propio de SPOCK’S BEARD, KANSAS y GENESIS, el así llamado AOR y el (mal llamado) neo-prog al estilo de MARILLION y PENDRAGON de los 90. La edición de “Friend Of All Creatures” se dio tanto en CD como en vinilo rojo.

 
Los dos primeros temas del repertorio son los más extensos del mismo: ‘Future Perfect World’, que dura más de 9 ½ minutos, y ‘Another Holy Grail’, que supera los 12 ¼ minutos de duración. El tema de apertura abre camino a su conmovedora claridad melódica desde los iniciales acordes de guitarra, los mismos que sitúan el punto de partida preciso para el groove del primer cuerpo central. Es el órgano quien lleva la voz cantante tanto en las armonías básicas como en el enclave melódico que se desarrolla sobre el medio tiempo elegido para la ocasión. Así las cosas, el ambiente es propicio para motivar una espiritualidad evocadora, la cual se realza prestamente cuando el swing de la batería torna hacia un 3/4 lento; con esta nueva aureola de solemnidad, la emotividad reinante asume un talante envolvente. Para las instancias finales, surgen unos aires entusiastas que permiten a la canción elevarse hacia un epílogo épico bastante agradable. En cuanto a ‘Another Holy Grail’, su posición se sitúa más próximamente al patrón de los GENESIS de la fase 76-78 con varios ornamentos propios del prog contemporáneo que juegan a doble banda con lo lírico y lo denso (pensamos en un espectro de bandas que van desde THE FLOWER KINGS hasta BRIGHTEYE BRISON, pasando por TRANSATLANTIC y el STEVE HACKETT del nuevo milenio). La prestancia estilizada de los arreglos de teclados y el diseño de una razonablemente sofisticada arquitectura rítmica impulsan relevantemente al canto de Leonard y a los ocasionales solos de guitarra. El último cuarto está muy inserto en el paradigma de SB en lo referente a su ágil cromatismo musical. Tras estas secuencia de dos magníficas y largas canciones, la balada ‘Down The Darkest Road’ tiene la misión de instaurar un subterfugio de matices pastorales arropado por una serie de elegantes orquestaciones. Es como si la gente de KANSAS hubiese hecho un viaje introspectivo bajo la guía de ANTHONY PHILLIPS. ‘In My Dying Days’, por su parte, ostenta un enfoque más asequible en cuanto a guía melódica y estructura rítmica. Los mayores recursos de estilización provienen del violín invitado. 
 

Cuando llega el turno de ‘The Seventh Sleeper’, el grupo regresa a plenitud al camino de la suntuosidad prog-sinfónica articulada con minuciosa elegancia que ya se exploró antes en los dos primeros temas del álbum. Eso sí, el espíritu calmo y la disposición reflexiva marcan el tenor de los arreglos instrumentales y líneas vocales que van emergiendo a lo largo del camino. Transitando de compases usuales a otros inusuales, el groove general es apacible, en muchos parajes, reposado. Bueno, la sección epilogar apuntala una expresividad intensa con ribetes genuinamente dramáticos, gestando un fulgor señorial que funciona muy bien para el cierre del telón. Se reabre dicho telón para que el grupo nos brinde ‘Days We’ll Remember’, otra balada que esta vez opera en el área de encuentro entre la metafísica ceremoniosa de YES y el refinamiento sistemático de TRANSATLANTIC. ‘Words Of Love Evermore’ trae consigo el cierre del álbum. El primer motivo emerge como una balada cuasi-Beatlesca a través del filtro de Steve Morse, y más adelante, las cosas se agilizan un poco tras un breve intermedio de tintes barrocos. Reforzado el motivo central, ahora muestra un poco más de punche mientras el swing permanece con su rumbo sereno, a veces insertando algunos enclaves de 7/8 con bien calculada fluidez. Siendo una canción bastante atractiva de por sí, funciona muy bien como clausura, especialmente cuando entra a tallar un refinado solo de guitarra. Toda esta fue, a fin de cuentas, la experiencia de “Friend Of All Creatures”, una inspección de amables y majestuosas aventuras musicales que el infatigable colectivo de PATTERN-SEEKING ANIMALS nos brinda para este año 2025. Esta banda ha mantenido un público estable y sus dos discos anteriores “Only Passing Through” (2022) y “Spooky Action At A Distance” (2023) han recibido bastantes elogios en especial; lo mismo deberá suceder con éste.
 

Sunday, March 09, 2025

RAINBOW FACE: la cruzada del rock progresivo estadounidense en medio de las ruinas


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
En esta ocasión prestamos atención a la localidad de Portland, Oregón, para toparnos con el grupo estadounidense RAINBOW FACE, cultor de una interesante modalidad de rock progresivo ecléctico y experimental, y autor del álbum “Enjoy This Ruin”, el mismo que fue publicado el 6 de diciembre del pasado año 2024. La alineación de RAINBOW FACE consiste en Jake Rose [guitarras y canto], Salvador Altamirano-Farrell [teclados y sintetizadores], Connor Reilly [batería] y Dominique Reveneau [bajo]. Los orígenes de RAINBOW FACE se remontan al año 2015 y fue recién en el año 2020 que el grupo pudo cncretar su disco de debut “Stars’ Blood”; en aquel entonces, el grupo operaba como un trío que no conseguía tener un baterista permanente. Mirando al tiempo presente, el material contenido en “Enjoy This Ruin” fue grabado en varias sesiones organizadas en el estudio Quartertone Recording, estando el bajista Reveneau y Colin Doherty a cargo de las labores de producción e ingeniería de sonido. El cuadro que ocupa el centro de la portada es de la autoría de Yui Sakamoto, mientras que el propio Altamirano-Farrell se hizo cargo del diseño gráfico. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales del disco en cuestión.
 

Las cosas se inician con ‘Left Behind’, canción que, tras un inicio un tanto denso que coquetea con lo tétrico, revela un cuerpo central razonablemente ágil que refleja un vitalismo grave donde se da una inaudita confluencia entre los paradigmas de BENT KNEE y RESISTOR; también hay algunos elementos extra del ZAPPA de inicios de los 80. A mitad de camino, la pieza da un viraje hacia una parsimonia grisácea donde parece que opera un dramatismo latente; éste va haciéndose explícito mientras avanza el crescendo bajo la doble guía de la batería y la guitarra, gestándose así un epílogo electrizante. ‘Automation’ sigue a continuación para cumplir con la misión de expandir los recursos de sofisticación musical y vivacidad expresiva de la banda, dando como resultado una especie de monstruo ágil que parece sacado de un taller clandestino de los AHLEUCHATISTAS para que sea remodelado por BLACK MIDI tras pasar varias horas escuchando discos de PAK y THE CARDIACS. En el mismo desarrollo de su cuerpo central, la canción se sitúa en un punto intermedio entre lo amenazante y lo jovial, siendo así que un breve interludio de talante sigiloso aporta un interesante recurso de variedad al entramado sónico. También hay un breve swing pseudo-circense que anticipa la extremadamente neurótica coda. El tercer tema del disco se titula ‘Virus’ y es también el más largo del mismo con su espacio de casi 8 ¼ minutos. Tras un prólogo denso y deconstructivo, el ensamble arma un motif reconocible sobre un medio tiempo que permite poner un sólido dramatismo al canto inherentemente solemne. ¿Cómo sería algunas de las composiciones más sofisticadas de los BLACK SABBATH de 1974 si se trastocara en manos de los KING CRIMSON de 1973 y, después de eso, fuese transportada hacia un área de interacción entre los estándares del stoner y del brutal prog del nuevo milenio? Como esta canción, efectivamente. Aunque su complejidad es menos ostentosa que la de la canción anterior, recibe los ecos de su señorío. Dos cénit sucesivos para el repertorio. ‘My Crusade’ es una canción más asertiva que las dos anteriores, manteniendo la garra expresiva mientras aporta un nuevo fulgor al motif central y a las bases melódicas que lo sostienen. Eso sí, el pathos ácido sigue incólume.
 

‘Borders’ parece centrarse un poco más en lo reflexivo y lo melancólico mientras los guitarreos van centrándose en las escalas y riffs y los teclados arman unas orquestaciones de cierto tenor cósmico. La ingeniería rítmica tiene una actitud evocadora que se hace sentir a través de la abundante rabia rockera que caracteriza a la esencia grupal. La dupla rítmica juega varias veces con ingeniosos esquemas sincopados, ya sea en las partes contenidas, ya sea en las más musculares. En algún momento emerge desasosegado solo de teclado que parece querer destruir cualquier trazo de añoranza que le precedió... aunque ésta regresa en los acordes finales de la guitarra. Cuando llega el turno de ‘Ransom’, el grupo ahonda un poco más en esta exploración de áreas reflexivas mientras trabaja con grooves complejos. La arquitectura planteada por la batería y las inteligentes líneas del bajo impulsan al bloque global por un meticulosamente perfilado crescendo que termina conquistando una explosiva cima jazz-progresiva con retoques Crimsonianos. También hay confluencias peculiares con SEVEN IMPALE y ELDER. Otro culmen del repertorio. Durando poco más de 8 minutos, ‘Drown’ es la segunda pieza más extensa del repertorio y también es la encargada de cerrarlo. Su característica principal es que se deja llevar por la faceta más propiamente lírica del ideario estético de la banda, la cual se instala principalmente en las escalas de piano que marcan el centro temático. No faltan los pasajes ostentosos de rigor, pero sí es evidente que el ensamble se acerca más que nunca al estándar de la tradición prog-sinfónica. Esta canción buen pudo ser una composición perdida de ECHOLYN que pasó por el filtro de una pesadez ácida propia de SUN COLORED CHAIR mientras acoge algunos traqueteos Yessianos. No teniendo una intensidad igual que la de cualquiera de las dos canciones precedentes, funciona muy bien como broche final del álbum. 
“Enjoy This Ruin” es el ítem con el que hemos conocido a RAINBOW FACE y nos ha causado tan buena impresión que recomendamos encarecidamente una investigación en todo el material que este excelente joven grupo estadounidense tiene publicado. Por lo pronto, señalamos a este disco como parte de lo mejor que se ha publicado en el área del rock progresivo a fines del año 2024 y lo recomendamos para cualquier buena fonoteca dedicada al rock artístico. 
 
 
Muestras de “Enjoy This Ruin”.-
Automation: https://rainbowface.bandcamp.com/track/automation

Thursday, March 06, 2025

CAUSA SUI: la fuente de inspiración para el álbum de estudio #13



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la ocasión de presentar el nuevo trabajo del grupo danés CAUSA SUI, el cual está conformado por Rasmus Rasmussen [teclados], Jakob Skøtt [batería y percusión], Jonas Munk [guitarras] y Jess Kahr [bajo]. “From The Source” es el disco al que nos estamos refiriendo, siendo el decimotercer trabajo de larga duración de esta banda fundada en la localidad de Odense en el 2004. El Paraiso Records se encargó de publicar este disco tanto en vinilo (formatos negro y verde-amarillo) como en CD, el 28 de junio del pasado año 2024. El propio guitarrista Munk se encargó de la ingeniería de sonido en las sesiones de grabación, además de los ulteriores procesos de mezcla y masterización. El baterista Skøtt, por su parte, es el autor del arte gráfica. La gente de CAUSA SUI apostó por realizar una labor particularmente sofisticada para celebrar su vigésimo aniversario de existencia, en la cual no sólo salieron al mercado 13 trabajos de estudio, sino también algunos discos en vivo y un par de cajas con sesiones improvisadas; pero bueno, concentrémonos ahora en los detalles de este disco del 2024. 


‘Sorcerer’s Disciple’ inicia el rumbo de las cosas con un despliegue de llamativa vivacidad por vía de un ágil jam cuyo groove se sostiene solventemente sobre vibraciones propias del rock clásico, las mismas que cuentan con un substrato jazz-rockero. Lo que suena aquí es algo que muy bien hubiesen elaborado los DEEP PURPLE de 1974-75 si hubiesen contado con el bajista de BLACK SABBATH y con la guía espiritual de HAWKWIND. Hay pasajes estratégicos donde la musculatura grupal aumenta a fin de gestar ciertos clímax bien perfilados mientras el swing sigue cubriendo las bases de la instrumentación colectiva. Sigue a continuación una pieza más reposada titulada ‘Dusk Dwellers’, la cual se asienta sobre un swing de blues eléctrico. La situación es idónea para dejar que los fraseos de la guitarra y las ingeniosas líneas del bajo vayan llenando espacios con sobriedad a medida que el núcleo firme de la composición se vaya reforzando. Una vez más, tenemos el empleo de la estrategia de insuflar momentáneos incrementos de energía rockera que, dentro de la ingeniería temática, ensalzan el vigor grupal antes de que el epílogo aterrice sobre un terreno más introspectivo. La primera mitad del repertorio se cierra con su segundo tema más extenso, el cual se titula ‘The Spot’ y dura alrededor de 9 ½ minutos. El esquema central de esta pieza se enfoca primordialmente en la senda de sofisticación refinadamente muscular que la gente de CAUSA SUI usualmente convierte en su faceta más fastuosa. Eso sí, hay que matizar que el grupo sabe llevar este lado ostentoso con adecuadas dosis de templanza expresiva, dejando que las texturas sean tan importantes como los trazos melódicos dentro de su ingeniería sónica. La sección final ostenta un temple sereno mientras se apoya en un ingenioso juego de síncopas armado por la dupla rítmica. En general, notamos algunas conexiones estilísticas con GILA y el aspecto más relajado de AMON DÜÜL II, aunque no cabe duda que el ensamble sabe estructurar su particular vigor dentro de su armazón de herencias.

  

Toda la segunda mitad – más exactamente, 24 minutos y pico – está ocupada por ‘Visions Of A New Horizon’, ambiciosa suite que consta de siete partes. Desde sus instancias iniciales emerge un prólogo envolvente que parece hacer gala de un embrujo flotante, siendo así que el grupo sabe cómo darle un tenor expectante a su esquema sonoro. Una vez pasado el prólogo, el grupo arma un jam intrépido que nos remite por igual al paradigma de NEKTAR y al de AGITATION FREE con sus oportunas dosis de space-rock: ésta combinan la garra propia de lo lisérgico con el refinamiento esencial del discurso progresivo, estando éste, a su vez, impulsado por las vibraciones jazz-rockeras empleadas por la batería en varias instancias. Alrededor de la frontera del séptimo minuto, las cosas viran notoriamente hacia una ceremoniosidad Floydiana con ciertas afluencias kraut-guitarreras. Ahora estamos en.el terreno de la gravedad señorial pertrechada por una augusta distancia contemplativa, la misma que genera variadas dosis de suntuosidad. Más adelante, el grupo gesta un crescendo psicodélico firmemente impulsado por una batería muy vitalista. El epílogo marca una parsimonia aguerrida y señorial, aterrizando en una coda de guitarra que completa el círculo. Así es como el grupo decide concluir éste, su decimotercer trabajo de estudio. Con una intensiva trayectoria fonográfica de discos de estudio y en vivo desde el año 2005 que el colectivo de CAUSA SUI tiene tras de sí, “From The Source” es el disco del año 2024 que les permite sostenerse con firmeza dentro de la avanzada rockera de su país. Bastante recomendable, sin duda. 


Muestras de “From The Source”.-

Tuesday, March 04, 2025

Un simulacro progresivamente real de los noruegos CLOUD PEOPLE



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy viajamos al escenario rockero escandinavo y nos topamos con el grupo noruego CLOUD PEOPLE, el mismo que ha publicado su disco “Simulacra” en el primer día de marzo del recientemente fenecido año 2024... O sea, hace poco más de un año. La edición se hizo en CD y en vinilo por vía de Apollon Records. Este sexteto conformado por Andreas Sørensen Hauge [bajo y sintetizador bajo], Benjamin Mekki Widerøe [saxofón y teclados], Filip Mekki [teclados], Fredrik Mekki Widerøe [batería, guitarra y teclados] y Morten Olsen [guitarra, guitarra barítono y teclados] practica un híbrido de space-rock, electrónica y jazz-rock dentro de un encuadre progresivo donde conviven la versatilidad y el vigor expresivo. El sello Apollon Records se encargó de publicar este disco de debut de CLOUD PEOPLE en vinilo, pero también está disponible en formato digital desde el blog de Bandcamp del grupo. Cabe indicar que conocemos a algunos de estos músicos por su membrecía en SEVEN IMPALE. Para este disco, el colectivo contó con la colaboración de la cantante Amalie Holt Kleive. El rol de productor de 
“Simulacra” fue cumplido por Njål Paulsberg, mientras que DJ Teebee se hizo cargo de la masterización. Hay monólogos insertados en varios temas, a veces sonando como testimonios personales, otras veces como reportes periodísticos: es un recurso que acentúa el enfoque musical de CLOUD PEOPLE. Bueno, repasemos ahora los detalles del repertorio aquí contenido.    

 
‘Simulation’ inicia el rumbo de las cosas con el ruido de una máquina activándose, una ceremoniosa voz femenina haciendo un anuncio, y finalmente, la instauración de un cuerpo central que se caracteriza por fusionar estándares del nu-jazz y del space-rock progresivo con fundamentos electrónicos. La reinante vivacidad es manejada con un sagaz juego de síncopas mientras la pieza despliega su colorido particular en inspiradas maniobras de soltura melódica. A partir de aquí, emerge la dupla de ‘Chemtrails’ y ‘Area 91’ con el fin de expandir los esquemas de trabajo sónicos del ensamble. El primero de estos temas mencionados sigue activando el dinamismo constante de la pieza inicial a fin de aumentar la dosis de una vivacidad que sigue reinante mientras el esquema grupal alumbra un incrementado señorío. El solo final de saxofón es particularmente hermoso. En el caso de ‘Area 91’, se trata de una sólida exploración jazz-rockera que se amolda muy bien a la estrategia space-rockera diseñada para la ocasión. Los artilugios oníricos son manejados con suma elegancia a través de la bien perfilada gracilidad en curso. Hay un aspecto cinematográficamente trágico en el uso de un monólogo cerca del final. Durando casi 7 minutos, ‘Hollow Moon’ es la segunda pieza más extensa del álbum. Su esquema expresivo se orienta hacia lo ceremonioso mientras arropa la cálida sencillez de su núcleo temático con un aura aristocrática, la cual resulta bastante idónea para persistir en la ambientación general del tema precedente. El rol del saxofón consiste principalmente en guiar la mayor parte de dicho núcleo temático mientras la batería da robustez al groove sereno. El armazón general de la instrumentación guarda un carácter mayormente orgánico en consonancia con la espiritualidad contemplativa de la composición misma. Tenemos aquí un cénit del repertorio. ‘Project Blue Beam’ vira hacia una agilidad frontalmente extrovertida que establece nexos familiares con OZRIC TENTACLES y QUANTUM FANTAY. Las agitaciones luminosas del motif central se sienten muy orgánicas a través de los múltiples usos de teclados digitales, especialmente en el sereno interludio que añade una sana variedad al asunto.
 
‘Pandora’s Hoax’ es el tema más largo del repertorio con su espacio de 8 minutos y pico. Bajo este simpático título emerge una pieza que ensalza y capitaliza el modernismo vivaz ya plasmado en la pieza precedente para elevarlo a una dimensión más fastuosa y muscular. He aquí el encuentro entre aquel mundo de los TANGERINE DREAM de la fase 1978-82 y un híbrido contemporáneo de NECROMONKEY y GHOST TOAST. Las variaciones de groove que tienen lugar ayudan a la ingeniería sónica a incrementar el opulento dinamismo de este otro cénit del álbum. Cuando llega el turno de ‘Element 115’, el grupo regresa de lleno a la lógica jazz-progresiva con fundamentos de nu-jazz, la cual había equipado a la logística sónical primer tema. Poniendo énfasis en lo extrovertido, la aureola celebratoria se mantiene de manera consistente. El cierre del disco lo trae ‘Cover Up’, tema cuya misión principal consiste en transportar la faceta space-rockera del ensamble hacia una exultante magnificencia. La solvente elasticidad de la batería permite que todos los demás instrumentos vayan saltando en perfecta consonancia sin perder el foco melódico. Todo esto fue lo que se nos brindó el año pasado desde los cuarteles de CLOUD PEOPLE; llega un poco tarde esta reseña, pero queda claro que 
“Simulacra” es un trabajo que vale la pena disfrutar en medio de la amplia gama de propuestas musicales que surgen continuamente de la escena vanguardista escandinava. He aquí un simulacro progresivamente real de parte de los noruegos CLOUD PEOPLE. Llega un poco tarde esta reseña, pero todos los elogios que hemos escrito sobre los temas contenidos en “Simulacra” son honestos; este disco es bastante recomendable en cualquier fonoteca dedicada a la vertiente progresiva y otras expresiones eclécticas dentro del inmenso valle del rock contemporáneo.
 
 
Muestras de “Simulacra”.-
Chemtrails: 
https://cloudpeople1.bandcamp.com/track/chemtrails

Saturday, March 01, 2025

La crisálida jazz-progresiva de STEAM THEORY

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy viajamos un poco atrás en el tiempo, al mes de noviembre del pasado año 2024, para toparnos con el más reciente trabajo de STEAM THEORY, el proyecto de rock progresivo y jazz-fusion de la multiinstrumentista y compositora Jessica Denkevitz. El disco en cuestión se titula “Chrysalis” y allí ella se hace cargo de las guitarras, los bajos, los teclados y las programaciones de ritmos, pero también cuenta con los apoyos ocasionales de la guitarrista April Cox y de Ori Boker a los teclados. Hay ocho composiciones nuevas en “Chrysalis” además de nuevas versiones de dos viejos temas originalmente aparecidos en “Enduring Delirium”, el disco de debut del año 2010. Conocimos a Jessica como Jason cuando descubrimos a STEAM THEORY por el disco anterior “Passages” del año 2020, pero ahora es una mujer transgénero. La propuesta musical es la misma de siempre: un esquema de trabajo versátil donde las proyecciones más refinadas del rock y el jazz-rock se expresan bajo liberales pautas progresivas tanto en las ideas compositivas como en los arreglos. Denkevitz se hizo cargo de las labores de mezcla del material contenido en este disco, mientras que el ulterior proceso de masterización estuvo en manos de Maria Triana.

La pieza homónima abre el disco con un sólido despliegue de fulgor sónico. En efecto,  ‘Chrysalis’ se centra en la maquinación de aires exóticos de tenor mesoriental tanto en el centro temático como en el esquema rítmico. Las labores de la guitarra eléctrica brindan un vigor especial a esta manifestación de masivas vibraciones fusionescas: es algo que muy bien podría haber formado parte de un álbum de STEVE HACKETT de los últimos 14 años. Sigue a continuación ‘Journeys’ a continuación y lo hace con una manifestación de estilizadas sonoridades gráciles que se apoyan cómodamente sobre la consistente fluidez del armazón rítmico. El vitalismo de esta pieza se apoya también en un exhaustivo uso de dinamismos exóticos de inspiración asiática, pero esta vez hay una gracilidad más refinada que permite el afloramiento de una mayor dosis de densidad en la exhibición de magia musical. También hay ciertos pasajes donde la garra de los guitarreos y la suntuosidad de los teclados elevan todo a una envolvente majestuosidad. Primer cénit del álbum. ‘Equinox’ se orienta por una senda expresiva más calmada mientras refuerza el factor jazz-rockero de STEAM THEORY. El enfoque sonoro de este tema se sitúa en un punto intermedio entre los DIXIE DREGS de fines de los 70 y LIQUID TENSION EXPERIMENT, siendo así que la exuberancia propia de la ingeniería rítmica ayuda mucho a resaltar el señorío inherente a la composición. Con la dupla de ‘Sol’ y ‘Cosmic’ se nos sigue ofreciendo estrategias musicales variadas. El primero de estos temas mencionados tiene un esquema melódico que gira en torno a las escalas y figuras de la guitarra acústica, estando los teclados a cargo de complementarlas mientras asegura un foco bien definido para las orquestaciones. El ambiente general es ensoñador, incorporando algunos matices de inquietud por vía de ciertos ornamentos sintetizados estratégicamente ubicados. Cuando entra a tallar la guitarra, la fastuosidad progresiva se explicita cordialmente y hace que el bloque instrumental se torne más resplandeciente. ‘Cosmic’, por su parte, exhibe un viaje prog-sinfónico donde el lirismo reinante impone delicadamente su firme gobierno a través de todos los motivos que se van sucediendo. Lo que suena es como un híbrido de YES y HAPPY THE MAN que se manifiesta a través de una traducción de los colores iluminados del mundo en el lenguaje de la música.
 
‘The Djinn’ es un ejercicio de espiritualidad ceremoniosa dentro del discurso jazz-progresivo donde se destaca unos de los más brillantes solos de guitarra de todo el disco. El esquema rítmico ostenta, a través de sus variaciones de swing, un porte radiante, logrando impulsar una creciente fastuosidad con las oportunas dosis de intensidad. ‘Impressions’ es más calmado, conectándose estilísticamente con la primera mitad de ‘Sol’. Las sobrias florituras del bajo sin trastes apuntalan eficazmente los índices temáticos que se van explayando a lo largo del camino. Cuando llega el turno de ‘Something’s In There’, Denkevitz hace una revisión enérgica con amplios matices místicos de una composición que ya había aparecido en el primer disco. La musculatura de los riffs y solos de guitarra realza las augustas vibraciones vertidas por los ornamentos y orquestaciones de los teclados. También hay algunos aires de tenor levemente space-rockero que permiten a la pieza acoger algunos retazos de afable extravagancia. ‘Coterie’ es un moderadamente alegre ejercicio de musicalidades progresivas activadas por ligeros tintes jazz-rockeros. Lo que suena aquí tiene ciertas confluencias con los últimos discos solistas de DARRYL WAY, así como también tiene estrechas conexiones con un NICOLAS MEIER en su faceta más extrovertida. El último tema del repertorio es también el encargado de cerrarlo; se titula ‘Sword Runner’ y dura poco menos de 10 ½ minutos; además, es la segunda revisión de material viejo. Lo percibido aquí es una mesuradamente exuberante exhibición de índices melódicos que son manejados dentro de una peculiar cruza entre los mundos de CAMEL, GORDIAN KNOT y el PAT METHENY GROUP de los 80. A poco de pasada la frontera del séptimo minuto, las cosas se tornan un poco más filuda,  pero las claves melódicas siguen ostentando sus cristalinas policromías. El pasaje epilogar elabora unas vibraciones épicas que, tras un fulguroso vuelo, aterrizan en una zona serena que se evapora en un fade-in. En fin, todo esto fue lo que se nos brindó en “Chrysalis”, una obra magnífica que refuerza la posición del proyecto STEAM THEORY como un importante punto de referencia para la avanzada del rock progresivo estadounidense de nuestros tiempos.

Thursday, February 27, 2025

La segunda caminata de DELVING



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy presentamos a DELVING y su segundo trabajo fonográfico, “All Paths Diverge”, el cual fue publicado el 23 de agosto del pasado año 2024. DELVING es el proyecto del multiinstrumentista estadounidense y residente en Alemania Nick DiSalvo, a quien conocemos de ELDER, WEITE, ELDOVAR  y otras bandas. De hecho, él era la figura central de ELDER, banda que asentó un revelador referente para la psicodelia progresiva estadounidense de última generación y que luego se mudó a tierras germanas. Siendo el prolífico y obsesivo compositor que es, DiSalvo gestó este proyecto donde se hace cargo de tocar las guitarras, el bajo, los teclados y la batería, además de hacer las programaciones, en tiempos de aquella inolvidable pandemia. En julio del 2021 se concretó la publicación de “Hirschbrunnen”, el álbum debut, y tres años después llegó el turno del disco que ahora nos ocupa, “All Paths Diverge”. Aquí aparecen como invitados Fabián De Menou (pianos acústico y eléctrico Fender Rhodes), Michael Risberg (efectos) y Richard Bahrens (efectos). Es un factor muy positivo y también muy admirable que este conjunto de músicos halle diversas maneras de mantener su creatividad musical. De hecho, De Menou recientemente se hizo integrante de WEITE. “All Paths Diverge” se editó en CD y vinilo (formatos negro, naranja y blaco, azul transparente y turquesa), tanto por vía del sello alemán Psychobabble como por el sello estadounidense Blues Funeral Recordings. El antes mencionado Behrens se hizo cargo de la ingeniería de sonido y la mezcla mientras que la masterización estuvo en manos de Carl Saffs.


Ya es hora de centrarnos en el contenido de este álbum de DELVING. Durando poco más de 7 ½ minutos, ‘Sentinel’ abre el repertorio con una encantadora secuencia sintetizada que estimula el presto arribo de adiciones sobrias de guitarra y piano. Una vez que la batería introduce un groove reconocible, el armazón general se sitúa convincentemente en una cruza entre el space-rock y al jazz-prog, y así, el motif central asume una refrescante vivacidad que capitaliza muy eficazmente su inherente gancho. Sigue a continuación ‘Omnipresence’ , pieza que ostenta una luminosidad más envolvente desde la emergencia del dueto de secuencia sintetizada y órgano, siendo así que el bloque sonoro se completa con unas vibraciones razonablemente gentiles. Mientras tanto, el esquema rítmico juega ampliamente con síncopas ingeniosas, estando éstas a cargo de sustentar el señorío multívovo de la instrumentación. ‘Chain Of Mind’ prosigue por esta senda fulgurosa y lo hace con una inspirada combinación de prog y post-rock: lo primero está apoyado en el manejo estilizadamente vigoroso del motif central creado para la ocasión, lo segundo está reflejado en la vitalidad contenida con la que se maneja las proyecciones atmosféricas de los arreglos de guitarra. Posiblemente sea el primero el factor predominante, algo a lo que ayuda mucho la presencia ostensiblemente relevante de las bases armónicas y secuencias básicas de los teclados. El uso de compases complejos en el cuerpo central tiene una eficaz contraparte en el esquema rítmico más relajado que opera en la sección intermedia. ‘New Meridian’ tiene una primera sección centrada en un groove electrónico de tendencia avant-jazz, algo así como una idea perdida de los AGITATION FREE de inicios de los 70 que fue remodelada por los AGITATION FREE de ahora. Una sección siguiente introduce unas capas mágicas de guitarras junto a una muscular labor de la dupla rítmica, acogiendo un aura exultante que, una vez más, goza con ese esplendor sonoro que ya hemos sentido desarrollado en los dos temas precedentes. Una vez más aclarado el paisaje, el entramado instrumental despliega un evocador ejercicio jazz-progresivo que se conecta con lo hecho por bandas como RED KITE y SOFT FFOG. La energía de las minimalistas líneas de la guitarra se compenetran muy bien con los sutiles ornamentos del piano eléctrico mientras la batería mantiene su nervio aguerrido con su relativamente complejo compás. 

La segunda mitad del repertorio se inicia con la pieza más extensa del mismo, durando más de 13 ½ minutos y portando el título es ‘Zodiak’. Desde el mismo punto de partida, el bloque sonoro se dispone dentro de una ubicación extrovertida bajo el ropaje de una atmósfera razonablemente aguerrida y tremendamente luminosa. Estamos presenciando el resultado del triple cruce entre MOTORPSYCHO, los CAUSA SUI de los tres últimos álbumes y los DJAM KARET de los 90. Las alusiones a índices temáticos amables alternan espacios con las expansiones de fortaleza señorial, igualándose a veces en intensidad y longitud. A poco de pasada la frontera del octavo minuto, el paisaje sónico vira drásticamente con la invasión de una neblina onírica que coquetea por igual con los paradigmas de ASH RA TEMPEL (71-73) y TANGERINE DREAM (73-74). Este despliegue de impalpable densidad transita por un ruidismo minimalista y abstracto cuyo oleaje transita entre la ansiedad y la contención, lo cual genera un epílogo tan  sugerente como solipsista. Un gran cénit del álbum. Los dos últimos temas del disco cuentan también con duraciones generosas de 9 ½ minutos y más de 9 ¾ minutos, respectivamente; sus nombres sucesivos son ‘The Ascetic’ y ‘Vanish With Grace’. El primero de estos temas mencionados parece orientarse hacia una remodelación de los aspectos más explícitamente líricos de las dos piezas precedentes dentro de un encuadre space-rockero oportunamente enriquecido con matices post-rockeros. Con la irrupción de la batería, las cosas asumen una magnética agilidad sin punto de retorno; los detalles electrónicos también resultan relevantes para ello. La sección final es, en verdad, apabullantemente embrujadora. En cuanto a ‘Vanish With Grace’, se basa en una retoma sistemática de los vértices más extrovertidos de los dos primeros temas del álbum, lo cual permite a los instrumentos actuantes armar una nueva maraña de exultante dinamismo. ¿A qué sonaría un jam de CAN del año 1975 tras la labor quirúrgica de RED KITE y el proceso de rehabilitación dirigido por HERD OF INSTINCT? A esto mismo, mire usted por dónde. El delicado cierre cibernético brinda una interesante variante de climas cinematográficos tras las últimas explosiones rockeras del cuerpo central: es como si la homogénea cohabitación de estrellas en el sereno manto de la noche pudiera mostrarse una vez finiquitada la absorbente algarabía rockera. El cénit adecuado para salir por la puerta grande con gran prestancia.
 

En fin, todo esto fue lo que se nos ofreció en “All Paths Diverge” desde los cuarteles de DELVING: una muy interesante serie de eclécticas exploraciones de rock psicodélico con ambiciones artísticas y motivaciones eclécticas. La larga extensión de esta caminata musical parece haberse consumido en pocos instantes. DELVING es un estupendo refugio para la hechura de álbumes que terminan ser bastante recomendables en cualquier fonoteca dedicada al prog y otras líneas experimentales del rock de ayer y hoy. 
 
 
Muestras de “All Paths Diverge”.-
Omnipresence: https://delving-music.bandcamp.com/track/omnipresence
Zodiak: https://delving-music.bandcamp.com/track/zodiak
Vanish With Grace: https://delving-music.bandcamp.com/track/vanish-with-grace


* La reseña en este blog sobre el más reciente disco de WEITE aparece en el siguiente enlace: https://autopoietican.blogspot.com/2025/02/segundo-viaje-al-oasis-progresivamente.html


Monday, February 24, 2025

BEARDFISH: el corazón retornado del rock progresivo sueco

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy celebramos el regreso de los maestros suecos de BEARDFISH a la palestra progresiva: en efecto, en el primer día de noviembre del pasado año 2024 se concretó la publicación de “Songs For Beating Hearts”, el noveno disco que terminaba el hiato del grupo desde el año 2015, cuando se publicó “+4626 -Comfortzone”. El ensamble de Rikard Sjöblom [voz, órgano, teclados y algunas guitarras], David Zackrisson [guitarras, efectos y coros], Robert Hansen [bajo y coros] y Magnus Östgren [batería] drums vuelve a la carga con un álbum que engalana su legado progresivo iniciado en las primeras instancias del nuevo milenio. “Songs For Beating Hearts” fue publicado en CD y en vinilo transparente naranja por el sello InsideOut Music en el primer día de noviembre del recientemente fenecido año 2024. Todo un evento fue la salida al mercado de este disco desde que se anunció la reunión de este grupo cuyos orígenes se remontan al año 2001 en la localidad de Gävle. Dos años después, se lanzaba al mercado el disco debut “Från En Plats Du Ej Kan Se...”, comenzando una trayectoria que llamó la atención de varios fans del género progresivo de todo el mundo, especialmente por sus celebrados dos discos del concepto de “Sleeping In Traffic” (de los años 2007 y 2008). Para este disco de retorno, la gente de BERADFISH recibió las ayudas ocasionales de la cantante Amanda Örtenhag, la cellista Anna Dager y la violista Hanna Ekström. El guitarrista Zackrisson se hizo cargo de organizar las sesiones de grabación y la mezcla del álbum en los Sound Society Studios; las ulteriores labores de masterización estuvieron en manos de Stefan Aronsson en el estudio Stupid Dream Records. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales de este álbum.
 

Los primeros 4 ½ minutos del repertorio están ocupados por ‘Ecotone’, canción que empieza con un tenor bucólico marcado por un moderado dramatismo donde la emotividad se pronuncia de forma un tanto agria. No parece sobre el papel un inicio impactante para el disco, pero en sí misma, la canción tiene la virtud de arrojar un aura sobriamente sofisticada sobre un desarrollo melódico relativamente sencillo. Es casi como una semi-balada de PORCUPINE TREE filtrada a través de la influencia de los ANEKDOTEN de los tres últimos álbumes. Luego sigue la maratón musical de ‘Out In The Open’, una suite de 20 ½ minutos cuyas secciones se titulan ‘Overture’, ‘Oblivion’, ‘Hopes And Dreams’, ‘Oblivion (Reprise)’ y ‘Around The Bend’. Como es natural, ya se sitúa el colectivo sueco en un terreno de amplios espacios para la extroversión y la versatilidad patente. Con la triangulación intensa y muscular del piano y la dupla rítmica, los añadidos matices de guitarra y sintetizador completan el paisaje inicial con solvente agilidad, captando recursos afines a los que usualmente operan en los paradigmas de THE TANGENT y SPOCKS BEARD, añadiéndose ciertas tonalidades expresionistas que usualmente asociamos a THE FLOWER KINGS. Con oscilaciones entre variadas dosis de vigor expresivo, el grupo va hilando los motivos y encadenando los diversos grooves con impoluta fluidez, y, claro está, la cantidad de esquemas rítmicos inusuales es lo suficientemente generosa como para mantener el fulgor sónico de forma consistente de acuerdo a las exigencias épicas del largo aliento de la suite. Uno de los pasajes más intensos tiene lugar entre los minutos 6 y 8, tras el cual arriba un total cambio de registro al plantearse una parsimonia ceremoniosa bajo el mando de las sobrias escalas de las guitarras acústicas sobre un trasfondo grave de sintetizador. Es el momento de una balada acústica de carácter introspectivo donde los arreglos vocales emulan el patrón de CROSBY, STILLS & NASH. Cuando las cosas se vuelven a intensificar, regresan los modismos a lo SPOCKS BEARD con algunos toques Emersonianos extra. La sección final ‘Around The Bend’ recoge una sana mezcla de nervio rockero y solemnidad para finiquitar las cosas con inconfundibles vibraciones majestuosas.

  

‘Beating Hearts’, que cuenta con un considerable espacio de 11 minutos, desarrolla otra muestra de las inquietudes más fastuosas del grupo. La sección prologar está marcada por un exquisito arreglo de cuerdas que prepara el terreno para el arribo de una electrizante parsimonia del cuarteto que suena a una pieza perdida de YES del año 1973 que ha sido remodelada por DEEP PURPLE. Una vez que las escalas bucólicas de la guitarra acústica se empalman con los redobles marciales de la batería, entra a tallar el canto para brindar una vivacidad renovada al asunto. El ejercicio de sinfonismo delicado y palaciego delinea con impecable precisión los surcos del desarrollo temático para que éste se muestre asequible a través de su inocultable sofisticación. A poco de pasada la frontera del quinto minuto, aumentan al unísono las dosis de gracilidad y garra rockera, algo que resulta bastante oportuno para el asentamiento de un canto desgarrado que clama un vitalismo situado entre lo vehemente y lo trágico. Un exultante solo de guitarra completa el fuego sónico en curso. Aquí hay mucho músculo a pesar de que no opera una ingeniería rítmica impetuosa. En los últimos minutos, la garra decrece un poco, pero se redondea el centro melódico de forma coherente. ‘In the Autumn’ es una canción más alegre, siendo así que su patente luminosidad temática está eficazmente realzada por la presencia de la voz de Amanda Örtenhag. Existen afinidades con BIG BIG TRAIN y RESISTOR a la hora de dinamizar las texturas melódicas con un nervio especial. La miniatura ‘Ecotone (Reprise)’ instaura un ejercicio de solemnes orquestaciones de teclados. A partir de allí, emerge ‘Torrential Downpour’ trayendo consigo el cierre del repertorio oficial del álbum con un despliegue de pasión rockera que recibe ecos de las canciones #3 y #4. El pasaje final exuda una espiritualidad enérgicamente optimista. Hay un bonus track que es una versión antigua de la canción de apertura, exactamente, del año 1982, incluso durando un minuto y tres cuartos más. Con su logística de tecno-pop al modo de una síntesis entre los OMD de 1981 y los JAPAN del mismo años, la composición exhibe ambiciones prog-sinfónicas e incluye un enigmático solo de guitarra de brotes psicodélicos. ¡Nos gusta más esta versión!


En fin, todo esto fue lo que se nos brindó en “Songs For Beating Hearts”, un manifiesto genuino de la fuerza creativa que hace latir al corazón retornado de BEARDFISH después de tantos años de ausencia. Si se había generado bastante entusiasmo con el anuncio del retorno a la productividad de este grupo que llegó a situarse en la línea de frente de la popularidad internacional de la escena progresiva sueca, ese entusiasmo se justificó con creces por lo mostrado en el repertorio de este disco; lo recomendamos sinceramente para cualquier buena fonoteca de rock artístico de ayer y hoy.
 
 
Muestras de “Songs For Beating Hearts”.-
Beating Hearts: https://www.youtube.com/watch?v=YF6ELoqV_Ao
Out In The Open [en vivo en Uppsala, 25/10/2024]: https://www.youtube.com/watch?v=ZMCRgo9JE-A