Friday, July 26, 2024

La legendaria banda FOCUS y el número de los meses del año



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

En esta ocasión se presenta el vínculo entre la legendaria banda neerlandesa FOCUS y el número de los meses del año. O sea, tenemos aquí lo nuevo del legendario grupo neerlandés FOCUS, “Focus 12”, el mismo que fue publicado el pasado 5 de julio. La publicación se hizo por vía de la triple asociación de In And Out Of Focus Records, Cherry Red y Spirit Of Unicorn Music. Al igual que en los últimos lanzamientos fonográficos, la alineación vigente de FOCUS está conformada por Thijs Van Leer [órgano, piano, flauta y sintetizadores], Pierre Van Der Linden [batería], Menno Gootjes [guitarras, piano y sintetizadores] y Udo Pannekeet [bajos, sintetizadores y programaciónes]. Estos dos últimos, los más jóvenes de la banda, realizaron la producción de este nuevo disco. También es de destacar que el maestro Roger Dean vuelve a hacerse cargo de la portada. Como se ve en la instrumentación, hay una ampliación logística en el potencial de exuberancia melódica y armónica en el rol de los teclados, pero, por otra parte, lo que elabora aquí la gente de FOCUS es una nueva órbita alrededor de su sol musical que ya tiene más de medio siglo de vigencia. Cabe señalar que, aunque el disco nuevo de FOCUS se llama 
“Focus 12”, no existe en su repertorio un tema llamado ‘Focus 12’, sino ‘Focus 13’. Eso sí, existe ‘Focus 12’: se trata de una pieza difundida por el grupo en las redes sociales y en el CD+DVD “Focus 50: Live In Rio – Completely Focussed”, y se trata de una composición sobriamente melancólica donde el piano guía los sutiles efluvios que se arman en complicidad con la guitarra acústica en ciertos momentos. Una muy hermosa composición en un ítem fonográfico infaltable en cualquier buena fonoteca progresiva, pero bueno, ya es hora de concentrarnos en los detalles del repertorio contenido en el álbum “Focus 12”.

 
Durando poco menos de 4 ½ minutos, ‘Fjord Focus’ abre el disco con un despliegue de extroversión muy típico del paradigma histórico de la banda. El asunto se mueve con convincente vivacidad dentro del paradigma de unos PAT METHENY GROUP a través del filtro histórico de los propios FOCUS en su particular manera de orientarse po la senda jazz-progresiva. El groove es llamativo de por sí y la robusta precisión del veterano Van der Linden lo hace aún más llamativo, y todo el fulgor se acrecienta con la emergencia de un fabuloso solo de guitarra a mitad de camino. Con una sección final dirigida por un hermoso solo de flauta, el vigor se calma un poco para cerrar el asunto con cristalina elegancia. Estupendo inicio del álbum Sigue a continuación ‘Focus 13’ (que ya sabemos que no se puede llamar ‘Focus 12’), como es de esperar, una composición introvertida con raíces románticas y ciertos matices impresionistas añadidos en el realce de la base armónica. La pieza saca buen provecho a su espacio de 5 minutos y pico (es, de hecho, la más larga del álbum). 
El hermanamiento de órgano y guitarra discurre naturalmente a través de la espiritualidad serena de la primera parte de la composición mientras el bajo hace algunos prudentes ornamentos. A mitad de camino, las cosas se agilizan con un rotundo dinamismo que se remonta a la vertiente más extrovertida de esa inolvidable fase de 1971-73, algo que permite a la guitarra lucirse en un solo electrizante y contundente. El clímax colectivo es realmente impactante. algo que encuentra su oportuno contrapeso en los evocadores fraseos del piano que dan inicio a ‘Béla’, el siguiente tema de álbum. Se trata de una estupenda balada progresiva cuyos ribetes expresivos que se sitúan a medio camino entre el blues tradicional y el jazz-fusion de los 70 le dan una riqueza especial cuando entra en acción el ensamble entero. La composición colectiva ‘Meta Indefinita’ se mete de lleno en el área del jazz-rock con su dosis oportuna de refinamiento estructural. Los retazos de la guitarra, alternando momentos de sutileza con otros de expansión frontal, dialogan fluidamente con los bien perfilados vuelos de la flauta mientras la dupla rítmica gesta una ingeniería señorial que vemos muy recurrentemente en obras clásicas de LARRY CORYELL y TERJE RYPDAL. Es como si el carácter contemplativo de ‘Béla’ se hubiera dejado arropar por mantos majestuosos que, simultáneamente, aluden al esplendor y al misterio.

‘All Aboard’ (compuesto por Pannekeet) se centra en un excelso groove fusionesco cuya gracilidad impulsa al magnetismo intrínseco a la composición; el hecho de que la flauta sea el primer instrumento protagónico ayuda bastante a reforzar lo que habrá de ser la atmósfera central de la pieza. A instantes de atravesar la frontera del tercer minuto, el grupo se eleva hacia un ejercicio de agilidades y vivacidades en base a un jam estructurado sobre un tempo inusual. ¡Hay que ver cómo se luce una vez más el maestro Van der Linden! Se concreta aquí una de las más coloridas y sofisticadas labores de composición que se haya gestado en el taller de FOCUS desde su vuelta al ruedo en el 2002. Definitivamente, en su espacio de 4 ½ minutos dice mucho este tema que se erige como el cénit de este disco... aunque todavía hay más por disfrutar. ‘Born To Be You’ es una miniatura centrada en el dueto de piano y guitarra cuyas tonalidades impresionistas nos hacen regresar a los parajes introspectivos y misteriosos de la visión musical del maestro Van Leer; los ornamentos de sintetizador que emergen en la segunda mitad brindan un instante de intrigante luminosidad. A partir de aquí emerge ‘Nura’, una pieza de casi 4 minutos de duración cuyo prólogo está marcado por un nuevo ejercicio de de lirismo cristalino y reposado, derivándose pronto hacia una alternancia con pasajes signados por una jovialidad mesurada en clave jazz-progresiva. Cuando llega el turno del tema curiosamente titulado ‘Bowie’, el piano elabora una sonata bastante elocuente donde convergen romanticismo y barroco, algo muy idóneo para un homenaje póstumo al versátil Camaleón del Rock. ‘Positano’, llamado así por una comuna italiana que cuenta con un hermoso balneario, comienza con un sereno prólogo de piano antes de que se instale un groove extrovertido cuyas atmósferas y retazos centrales se asemejan a los del tema #4. ‘Gaia’ trae consigo el cierre del repertorio, plasmando en un inicio una firme continuidad con los aspectos más introvertidos del repertorio precedente, incorporando una suntuosidad peculiar a dicha labor. Ésta aflora más intensamente cuando el desarrollo temático vira a un agradable viaje fusionesco donde el trípode de guitarra, flauta y bajo exhibe un coqueto esquema melódico cuyo impulso adicional está movilizado por el sofisticado swing de la batería. El fade-out nos deja con ganas de más, pero ya es hora de decir adiós al disco.

Como balance final, “Focus 12” puede ser el más notable de todos los discos gestados por la alineación de los Sres. Van Leer,  Gootjes, Pannekeet y Van der Linden, la misma que ha estado llevando la legendaria antorcha olímpica de FOCUS con vigor, dignidad y creatividad auténticas. Nos parece optimista y entrañable que esta banda se mantenga en pie de esta forma tan convincente: definitivamente, este disco apunta a ser uno de los más notables de la cosecha del rock artístico a lo largo de los 12 meses del presente año 2024. Por lo pronto, nos parece la obra más notable del catálogo de FOCUS en esta etapa de resurrección que se inició a principios del nuevo milenio. 


Muestras de “Focus 12”.-

Además...

Tuesday, July 23, 2024

GRECO BASTIÁN y las amistades continuadas en el paraíso progresivo mexicano



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Tenemos buenas noticias desde el paraíso avant-progresivo mexicano: hace poco se ha publicado en el blog de Bandcamp del compositor GRECO BASTIÁN la nueva obra fonográfica producida por el susodicho artista. Ya se está  preparando la edición física correspondiente por vía del sello Azafrán Media. Al igual que su disco precedente 
“With A Little Hell From My Friends”, publicado en octubre de 2022, su realización se hizo posible gracias a la incorporación de aportes de diversos colegas igualmente comprometidos con el ideal de la experimentación más radical de la música progresiva. Es por eso que este nuevo disco porta el título de “With A Little Hell From MORE Friends”Hay una pléyade de excelentes músicos colaborando a lo largo y ancho de este disco: Matt Hollenberg (guitarra), Markus Reuter (Warr Guitar), Ben Spees (guitarra), Oliver Campbell (bajo), Connor Reilly (batería), Marc Ducret (guitarra), Patrick Gauthier (teclados), Paolo Botta (teclados y efectos), Bernard Falaise (guitarras), Alan Benjamin (guitarra), Anthony Beard (guitarra), Rémi Leclerc (batería y percusión), Sterbus (bajo), Craig Walkner (batería), Ed Rosenberg III (saxofón), Håkan Almkvist (guitarra), Ivan Rozmainsky (teclados y efectos), Shawn Pessinger (guitarra), Vincent Sicot-Vantalon (teclados y efectos), Salvador Govea (teclados), Jonathan Piña-Duluc (saxofón), Armando Lagarda (guitarra), Antonio Garcidueñas (batería), Juan Belda, Joe Lester (bajo), Steve Marek (bajo), Samo Šalamon (guitarra), Gerardo Ramlop (xilofón), Alonzo Arjona (batería), Hey Figueroa (batería) y Miguel Saenger (batería). En esta larga lista hay gente que conocemos por sus ilustres trayectorias solistas y/o por sus membrecías en STICK MEN, MAGMA, WEIDORJE, YUGEN, MIRIODOR, ADVENT, NI, SCHERZOO, ENSEMBLE NIMBUS, ROZ VITALIS, FAR CORNER, BOUD DEUN, GOVEA, THE MERCURY TREE, etc. 

Todos estos nuevos amigos de BASTIÁN aportaron sus grabaciones en sus respectivos estudios a partir de las partituras que les enviaba el susodicho GRECO en formato de mp3 o midi. Las ulteriores labores de mezcla y masterización se realizaron en México. En líneas generales, se puede advertir que hay mayores dosis de garra y de tensión en el repertorio contenido en “With A Little Hell From MORE Friends” que en el del disco precedente, por lo que podemos aseverar que aquí se produjo una especie de ascensión estética. Vayamos a los detalles para concretar este diagnóstico previo. Como dijimos más arriba, el sello Azafrán Media se está haciendo cargo del proceso de edición física del disco que ahora reseñamos. El repertorio de “With A Little Hell From MORE Friends” se inicia con la dupla de ‘Kobaïan Call To War (Part 1)’ y ‘4009, The Mezking’. El primero de estos temas dura poco más de 2 ½ minutos y sirve para establecer un clima siniestro y denso sobre un esquema rítmico parsimoniosamente machacón. Es como una ósmosis de los legendarios PRESENT junto a los ART ZOYD de los 80. Su fijación en un motif repetitivo realza su carácter de introducción. Acto seguido, ‘4009, The Mezking’ se dispone a establecer recursos de tensa vitalidad y surrealista jovialidad a través de la guía dual de dos columnas: una, armada por la confluencia de los desarrollos temáticos de los teclados y la guitarra; la otra, conformada por la ágil dupla rítmica. Lo que antes fue siniestro ahora es convulso bajo un encantamiento extraño que no se oculta bajo la manifestación de exaltado frenesí que provoca. A mitad de camino, el groove se intensifica con su consecuente incremento de agitación avant-progresiva que, hasta cierto punto, asume una aureola Magmiana. ‘Extitled’ es la segunda pieza más extensa del disco con su espacio un poco mayor de 7 ¼ minutos, siendo su estrategia la de insuflar aires jazz-progresivos al ideario posmoderno predominante en el álbum. Con un esquema sonoro que traza vasos comunicantes entre los UNIVERS ZERO de 1987, el paradigma de SIMON STEENSLAND y el de AMYGDALA, los músicos actuantes edifican una arquitectura señorialmente lóbrega con una pomposidad surrealista totalmente idónea para la activación orquestal del ensamble. La sucesión de los diversos swings es manejada con impoluta soltura. Todo un cénit del álbum. 

‘Retitled’ emerge con la misión de instaurar una vertiente más jovial de las tensiones musicales heredadas de las dos piezas precedentes, siendo así que la extravagante jovialidad deja atrás al oscurantismo metódico de ‘Extitled’ para focalizarse en la intensidad de un fulgor sónico bastante saltarín... Un poco a lo RUINS en lo que concierne a las agitaciones definitorias del núcleo central. A propósito, el solo de saxofón que se destaca a mitad de camino es simplemente fabuloso. ‘Blacamán, The Bad One’ es otro momento culminante del disco. Sus frenéticos tornados festivos se ubican en un enclave de tormentosos desarrollos disonantes que van surcando y transformando sus caminos al andar. Es como una mezcla de esteroides Zappianos y delirios Crimsonianos informados por la mirada tortuosa de DR. NERVE. Durando más de 7 ½ minutos, ‘Cosmetology’ se erige como el tema más extenso del repertorio. El solemne preludio anuncia lo que será un despliegue de parsimonias oscurantistas, aunque algunas de ellas se dejarán llevar por un swing grácil en algunos pasajes estratégicos. Esto se transformará más adelante en una pequeña danza espectral antes de que la coda retome el cuerpo central. Lo que básicamente sucede en ‘Clownnecticut’ es un refuerzo de los dinamismos peculiares de los temas #2 y #3 a través de una señorial síntesis que exuda tensión por todos sus poros sónicos. El cierre del disco llega de la mano de ‘Kobaïan Call To War (Part 2)’, epílogo y culminación de la pieza de apertura, elevándola a una fastuosidad absorbente y arrolladora. Todo esto fue lo que surgió de la mente de GRECO BASTIÁN para el material contenido en “With A Little Hell From MORE Friends” y es así de grandiosa la concreción de estas ideas en manos de los nuevos camaradas del compositor mexicano. Es bueno saber que el ideal de la vanguardia progresiva radical sigue siendo capaz de inspirar obras tan llenas de músculo y esplendor como ésta, la cual es totalmente recomendable para cualquier buena fonoteca dedicada al género. Un gran punto a favor también de la escena hispanoamericana ante el mundo entero. Concluimos la presente reseña con el manifiesto de BASTIÁN: Gracias a cada uno (de mis colaboradores) por creer en esta locura, porque no sé nada, pero sé que no sé, y eso es más hermoso y, a veces, más poderoso que realmente saber...

Saturday, July 20, 2024

Tercera travesía del ensamble peruano ACTITUD MODULADA

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el inmenso agrado de presentar la tercera travesía fonográfica de estudio del excelente ensamble peruano ACTITUD MODULADA. El disco en cuestión se titula “Uno Con El Mar” y fue publicado a inicios de la segunda mitad de junio de este año 2024 en las redes virtuales. La edición física de parte del sello mexicano Azafrán Media siguió poco después. Se trata de un disco muy especial pues la banda estrena alguna novedad en su alineación: Daniel López Gutiérrez [sintetizadores digitales y Minimoog, y percusión menor], Jorge Durand [batería y percusión menor], Diego Sue [bajos con y sin trastes, y coros], Alejandro Susti [voz, guitarras eléctrica, electroacústica de 6 y 12 cuerdas, y pedal steel], Guillermo Saldaña [guitarras eléctrica y electroacústica, y mandolina eléctrica] y David Cabrejos [saxofones tenor y soprano]. Este último también es experto en otros instrumentos de viento, pero en esta alineación se limita a los saxos. Tras la salida del veterano multiinstrumentista Octavio Castillo, la flauta ausente deja paso a un nuevo tipo de texturas para las intervenciones de los vientos que se ubican estratégicamente en cada una de estas nuevas canciones que están ahora a cargo de los saxos, mientras que Susti se hace cargo de las parte de guitarra pedal steel. La exuberancia esencial del colectivo se adueña de nuevos y más refinados colores para su paisaje sonoro. El año 2024 es muy especial para ACTITUD MODULADA como entidad musical pues cumple su emblemático décimo aniversario, además de que presenta este nuevo disco con una vorágine de actuaciones en escenarios nacionales y extranjeros (incluyendo su participación en en la edición de agosto de 2024 del FestivAlterNativo de Querétaro, México). El disco se grabó en el Estudio La Guarida Records y el Estudio de A.M. en TRANSMISOR, estando Lalo Williams a cargo de la mezcla y la producción musical, además varios arreglos vocales e instrumentales. La labor de masterización etuvo en manos de Juan carlos Estremadoyro, mientras que la hermosa portada es de la autoría de Clara Alejandra Susti. Bueno, veamos ahora los detalles de las canciones contenidas en “Uno Con El Mar”. 

‘Lima Siempre’ da el puntapié inicial a las cosas con una vivacidad impregnada de un muy bien perfilado lirismo, siendo así que la agilidad estructural de la canción se enriquece con los ornamentos que emanan del intensivo swing de la batería. El gancho inherente al núcleo temático adquiere una oportuna dosis de sofisticación con la inserción de un interludio en 7/8 y, en su instancia final, por un sublime solo de guitarra. Algo que sobre el papel se contrasta con la actitud pesimista de la letra, inspirada en el soliloquio con que el personaje Zavalita da inicio a la genial novela de MARIO VARGAS LLOSA Conversación en La Catedral y proyectada hacia los perpetuamente convulsos tiempos de Lima en las últimas décadas. En segundo lugar, llega el turno de ‘Mi País’, una canción cuya letra está inspirada en un poema de SEBASTIÁN SALAZAR BONDY y se articula en torno a una elegante mezcla de jazz-rock y delicadas texturas prog-sinfónicas sobre una base de fusión contemporánea con raigambre afroperuana. Hay una majestuosidad especial en el modo en que se desarrollan los motivos, aterrizando todo en un epílogo signado por una cautivadora delicadeza con la que se manifiesta su cadencioso fulgor. Un decisivo cénit del álbum. La dupla de ‘Muelles’ y ‘Angelina / Uno Con El Mar’ permite a la banda seguir explorando a paso firme las versátiles estratagemas de su visión musical. El primero de estos temas mencionados se enfila por un vitalismo lírico cuya claridad melódica se deja llevar por una mezcla de exaltación y melancolía. El fluido manejo de los complejos esquemas rítmicas y la impoluta ilación de los diversos motivos que se van sucediendo se enmarcan ingeniosamente dentro de una estructura prog-sinfónica que recoge lo más estilizado del estándar Genesiano y lo más evocador del Yessiano, planteando algunas confluencias con la faceta más sofisticada de los PFM del segundo álbum. Definitivamente, se trata de otro momento climático de este nuevo repertorio. En cuanto a ‘Angelina / Uno Con El Mar’ (la pieza más extensa del disco con sus cerca de 7 ¾ minutos de duración), empieza con una atmósfera cinematográfica marcada por una placidez ensoñadora y nostálgica, hasta un poco triste, donde los oleajes del mar y la corriente de libres evocaciones se hermanan en una única pulsión. El cuerpo central abre paso a una balada bucólica que refuerza el aura nostálgica del preludio con un esquema melódico sencillo y bien definido.  

‘Arenas Del Tiempo’ carga con parte de las vibraciones nostálgicas de la canción precedente, pero asume una luminosidad un poco más pronunciada tanto en el groove general como en los arreglos del mismo que se van desplegando mientras va avanzando la canción. A mitad del camino, un hermoso interludio en clave de vals circense inserta un recurso de sofisticación progresiva que se erige como un oportuno epílogo marcado por un colorido intenso. Dicho epílogo incluye unos concisos solos de sintetizador que elevan el renovado y definitivo esplendor melódico que brota cual brisa primaveral. Nos parecen particularmente impactantes estas líneas: “Y así vas, juntando las ilusiones de un nuevo día. / Y así vas, silbando una tonada casi olvidada.” ‘Tambopata’ trae consigo el cierre del álbum y lo hace con inapelable magnificencia en clave de fusión contemporánea, una vez más, con bases afroperuanas. Si la letra de ‘Arenas Del Tiempo’ tenía una carga introspectiva, la de ‘Tambopata’ expresa un sentido de urgencia e inconformismo que ejerce un eficaz contrapelo a las cadencias patentemente alegres del esquema rítmico. (“Bosque sagrado, un pedazo de tu alma hoy se está muriendo / Por la codicia y la absurda indiferencia de nosotros. / Hoy lloran tus ojos lágrimas de plata que se posan / Sobre la piel de tus hojas.”) El solo final de saxofón es quizás el más notable de todos los que hacen acto de presencia a lo largo del álbum. En fin, todo esto es lo que se nos ofrece desde los cuarteles del colectivo peruano ACTITUD MODULADA con “Uno Con El Mar”; este nuevo disco necesita menos de 40 minutos para dar indicios claros del deseo de explorar rumbos renovadores en la que es una de las travesías más elegantes dentro de la actual escena progresiva de Sudamérica. Totalmente recomendable: con este grupo siempre hay victorias artísticas. 


Muestras de “Uno Con El Mar”.-

Thursday, July 18, 2024

ALEJANDRO MATOS: un carnaval muy particular dentro de la escena progresiva argentina


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Aquí tenemos el nuevo disco del argentino ALEJANDRO MATOS, el cual se titula “Carnaval De Las Víctimas” y fue publicado el 26 de febrero último. Se trata de un disco conceptual centrado en la denuncia política y la amarga sátira social frente a la coyuntura argentina de estos últimos años. El material contenido en “Carnaval De Las Víctimas” fue grabado en el estudio Ruido Sagrado entre 2020 y 2023, con la particularidad de que las intervenciones de la batería fueron grabadas en enero de 2022 en el estudio Yagüar House. La mezcla fue realizada por el propio MATOS en Ruido Sagrado, octubre de 2023, mientras que la masterización estuvo a cargo de Conrado Silvela en el estudio Casa Rara, entre los meses de octubre y diciembre de 2023. ALEJANDRO MATOS es el autor de la música y la letra de las 9 canciones del álbum, así como de los arreglos y la producción; por supuesto, también se hizo cargo de las guitarras, el canto, el bajo, los teclados, las programaciones y los efectos. También suenan aquí los aportes del baterista Javier García Atencio, el saxofonista Wim Forstman y el contrabajista Damián Perrotta. También hay una narración de Ulises Matos. Daniel Avinceta es el autor del impresionante arte gráfica de la portada. “Carnaval De Las Víctimas” tiene una base conceptual centrada en una aguda y desencantada observación de la sociedad y la clase política argentinas de los últimos años, poniendo énfasis en las incongruencias, egoísmos y nula conciencia cívica que MATOS observa en la polarizada opinión pública que salta al primer plano en los momentos de elecciones presidenciales. Hambre de solidaridad y sed de democracia son esas fuerzas inspiradoras de la letra y la música de este nuevo trabajo que, en parte, sigue por la línea de fresca robustez expresiva sistemáticamente desarrollada en 
“La Potestad” (su disco anterior del año 2015), pero con una energía más oscura y un manejo más exhaustivo de climas densos. Mejor es que veamos de una vez los detalles específicos del repertorio contenido en el disco que hoy reseñamos.
 
‘Bautismo De Vidrio’ abre el álbum ocupando un razonablemente generoso espacio de casi 7 ¾ minutos, iniciándose con una lenta y parsimoniosa escala de piano que pronto abre paso a un magnífico despliegue rockero donde la lentitud sustenta una pesadez elocuente, la misma que se deja envolver por una atmósfera controladamente fúnebre. Tal como dijimos, hay un concepto crítico en el disco y desde el punto de partida hay una manifestación señorial de ese espíritu crítico, dándose un destello intenso en el modo en que se engarzan las partes de guitarra y de teclado en el entorno donde MATOS da rienda suelta a su canto airado. ‘Un Millón De Moscas’ sigue a continuación para elevar ese señorío hacia un esquema sonoro más denso que se deja arropar por una atmósfera gótica. Lo que suena se sitúa en una ingeniosa cruza entre los KAYO DOT de 2014-16, la faceta más aguerrida de INVISIBLE y los PINK FLOYD de 1977. El hecho de que el esquema rítmico ostente una razonable sofisticación ayuda a realzar la majestuosidad operativa, y cómo no, el entrelazamiento de las capas de teclado y el solo de guitarra gestan un epílogo estructurado por una suntuosidad crepuscular. Primer cénit del repertorio. La miniatura 
Crisis De Alegría’ gesta unos efluvios orquestales que se sitúan a medio camino entre lo espectral y lo etéreo. A partir de allí emerge ‘Terror A Los Despertares’, una canción relativamente serena que se apoya sobre un grácil compás mientras revela un talante contemplativo bajo la mirada de las flotantemente punzantes líneas de guitarra. La presencia del piano casi es un recurso de lirismo en medio de la densidad predominante, lirismo que abre camino a unos tentativos aires tangueros en la sección epilogar hasta que emerge un convincente ejercicio de psicodelia progresiva. ‘Los Alieanados’ es la canción más extensa del álbum con sus casi 11 minutos de duración; adelantamos que se nos viene otro cénit del repertorio. Comenzando con una secuencia sintetizada sobre la que se proyecta una narración, el cuerpo central no tarda en instalarse con su sofisticada ingeniería rítmica y su ceremonioso dramatismo. Es como si la atmósfera y la espiritualidad de la primera canción hubiesen resurgido con un vigor nuevo y un fulgor más robusto. Hay un giro temático que emerge poco después de la frontera del sexto minuto y medio para reforzar un aura reflexiva al estilo Spinettiano. Esta misma se torna un poco más aguerrida en el tramo final, volviéndose un poco afín al estándar Genesiano (tal vez, involuntariamente).  
 
Con los ritualísticos golpes percusivos que cierran la canción precedente se anuncia el turno de ‘El Espejo De Los Monstruos’, canción que se focaliza en una languidez dramática donde el esquema melódico creado para la ocasión refleja un oscurantismo teatral con inocultables matices burlones. 
Muy elocuente este retrato de los monstruos del título: “Cambiando sin fin, de tema y lugar se abrazarán a lo infame, / Con odio y rencor se resignarán / A lo inexpugnable. / Unos buscarán / Tan solo escapar / Y otros no podrán / Dejar de mirar.” El solo de saxofón que irrumpe a mitad de camino enfatiza el mordazmente sombrío núcleo expresivo, el mismo que se perfila a través de los ecos recibidos de las dos primeras canciones del álbum. La segunda canción más larga del disco es ‘La Máquina De Leer Idiotas’, la misma que dura cerca de 9 ¾ minutos. Su cuerpo central se explaya en una amplia ensoñación Floydiano marcada por una aún mayor audacia airada en la letra, mientras que el encuadre instrumental se centra en una reactivación de la visión solista del Roger Waters de 1992 a través del filtro del ya clásico álbum de STEVEN WILSON “Grace For Drowning”. Con la inserción de un interludio explosivo y, antes de él, un fastuoso solo de guitarra, la canción gana en prestancia progresiva, abriendo prístinas vías de furiosa catarsis hasta que llega el momento de la majestuosa coda. La dupla de ‘Pintoresque’ y ‘Secuela’ cierra el repertorio, siendo así que el primero de estos temas ocupa un espacio de casi 3 minutos para exhibir una demostración de surrealista y grisácea algarabía circense a partir de un motif que emergía desde los últimos instantes de ‘La Máquina De Leer Idiotas’. La misión de ‘Secuela’ es la de prolongar los aires fúnebres que ya se hicieron presentes en un par de canciones anteriores por un rato más. El veredicto de MATOS es implacable: “A cada víctima le tocará / Una cabeza por cortar. /A cercan sus despojos y se van / A compartir su sequedad.” Todo esto fue lo que extrajo y modeló el maestro ALEJANDRO MATOS de su razón y su corazón para convertirlo en nueva música para este año 2024: “Carnaval De Las Víctimas” es un disco enérgico y refinado que brinda un brío muy particular para la escena progresiva argentina al modo de un reflejo de la sociedad donde el cristal del espejo está hecho con música.
 
 
Muestras de “Carnaval De Las Víctimas”.-
Un Millón De Moscas:
https://www.youtube.com/watch?v=lBSKAywzdYc 
Terror A Los Despertares: https://www.youtube.com/watch?v=_UUhdSQyqRc 

Monday, July 15, 2024

El retorno coral de los australianos MILDLIFE



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la muy agradable ocasión de presentar el nuevo disco del cuarteto australiano MILDLIFE, el cual cultiva un elegante híbrido de jazz-fusion, space-rock y prog con una generosa presencia de ingredientes y atmósferas electrónicas que se sienten muy contemporáneas. El nombre de este disco es “Chorus” y fue publicado en el primer día de marzo último, tanto en CD como en vinilo.El cuarteto conformado por Tom Shanahan [bajo y canto], Jim Rindfleish [batería, percusión y canto], Adam Halliwell [guitarras, sintetizador, percusión adicional y canto] y Kevin McDowell [sintetizadores, vocoder y canto] se encargó no sólo de componer todo el material contenido en “Chorus” íntegramente, sino que también produjo el disco. La ingeniería de sonido estuvo parametrada por Rindfleish, mientras que los ulteriores procesos de mezcla y remasterización estuvieron a cargo de Tim Buchen y Dave Cooley, respectivamente. El bajista Shanahan hizo parte del arte gráfica. Craig Shanahan aportó labores a las congas y otras percusiones en varios temas de este disco.

 
‘Forever’ ocupa los primeros 5 ½ minutos del repertorio y lo hace plasmando un intenso fraternizado de batería, percusión y bajo. Los gentiles cantos se van asentando mientras se prepara el terreno para los prontos arribo de los teclados y la guitarra. Una vez dispuesto el entramado sonoro íntegro, el cuerpo central completa su vitalismo fusionesco con raigambre funky. ‘Yourself’ sigue a continuación cumpliendo con la misión de llevar la vivacidad fundamental del grupo hacia una senda más señorial que se enlaza con los patrones del HERBIE HANCOCK de fines de los 70 y el JAN HAMMER de los 80 con algunos factores añadidos de parte del jazz-prog melódico que se ha venido desarrollando en el nuevo milenio (como sucede con bandas como LA BATTERIA y TAUK). Los enclaves sedosos de la guitarra y el sintetizador están suficientemente perfilados como para permitir que la estructura melódica creada para la ocasión se luzca fluidamente. ‘Sunrise’ baja la intensidad para elaborar un groove un poco más ceremonioso, aunque el colorido sereno y plácido sigue afianzándose dentro del modus operandi del disco. Las elegantes florituras del bajo y los estilizados solo de sintetizador son los principales recursos de preciosismo jazzero que permiten al cuerpo central explayarse en su encanto inherente. ‘Musica’ es el sugerente título del tema que introduce elementos frontalmente space-rockeros en una línea de trabajo eminentemente jazz-funky; es como si la faceta más ligera de HIDRIA SPACEFOLK hubiese contaminado traviesamente el estándar de los PASSPORT de inicios de los 80 con algunos toques extra de los TANGERINE DREAM de 1983-86. La pieza homónima abre la segunda mitad del álbum y es la segunda más extensa del mismo con sus 9 minutos y pico de duración. ‘Chorus’ recoge generosamente los ecos del tema precedente y se sumerge en la psicodelia con base en los paradigmas de SNARKY PUPPY y de los OZRIC TENTACLES del nuevo millenio. En una mezcla de grácil solemnidad y sutiles vibraciones crepusculares, el grupo elabora una remodelación prog-ambient de un subterfugio de modalidad nu-jazz. La percusión programada marca la pauta semi-tribal para la ingeniería grupal a fin de que ésta brinde un firme punto de referencia para las continuas irrupciones de retazos y señales melódicas destinadas a enriquecer el jam central. A poco de pasado el ecuador, el jam asume un cierto incremento del vigor expresivo, pero pronto vuelven las aguas a su cauce inicial con la mira puesta en generar un epílogo ensoñador. Un cénit del álbum. 

  
 
‘Future Life’ establece un híbrido entre la elegancia ceremoniosa del tema #3 y la calidez lírica del tema #2, pero también se nota aquí algún eco de las vibraciones mágicas que habían atravesado a la pieza titular de cabo a rabo. ‘Return To Centaurus’ no solo es el tema más extenso del disco con su espacio de más de 9 ½ minutos, sino que también se encarga de darle cierre, erigiéndose como su cénit conclusivo. Su esquema de trabajo se centra en la misión de sintetizar lo más estilizado que se ha venido haciendo a lo largo de la secuencia de los 6 temas precedentes: estilizada ingeniería melódica, grooves jazz-fusionescos elegantes con altas cuotas de funk, ornamentos de teclado que oscilan entre el prog y el space-rock, fluidos e impolutos enmarañamientos entre los instrumentos partícipes. El canto con vocoder es usado con sedosa frescura, en oposición a su usual opción de apelar a sonoridades robóticas, lo cual le permite funcionar como un  recurso más de cristalino lirismo junto a la guitarra y los teclados. Esto nos lleva a evocar nuevamente el referente de SNARKY PUPPY. Como balance general, se destaca en “Chorus” los derroches de elegancia y preciosismo que hay en las composiciones y los arreglos de los temas en él contenidos, por lo que sólo nos queda, a fin de cuentas, elogiar al grupo MILDLIFE por haber concretado este muy buen disco. Ojalá no pase mucho tiempo en el futuro próximo para su siguiente obra fonográfica.
 
 
Muestras de “Chorus”.-
Yourself: https://mildlife.bandcamp.com/track/yourself-2
Chorus: https://mildlife.bandcamp.com/track/chorus-2
Return To Centaurus: https://mildlife.bandcamp.com/track/return-to-centaurus-3


[Dedicamos esta reseña a Paquito, Humberto y Gustavo por haber difundido alguna vez la música de MILDLIFE en su excelente programa radial Expansiones (una extensión de Progresiva 70s). Un brindis melómano y fraterno hacia La Plata, Argentina.]

Saturday, July 13, 2024

ISLAND: el legado de una pinacoteca progresiva suiza de 1977

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy viajamos en el tiempo hacia la escena progresiva suiza de los 70 y nos topamos con el cuarteto ISLAND, el cual estuvo conformado por Benjamin Jäger [primera voz y percusión], Peter Scherer [teclados, pedales bajos, crótalos y coros], René Fisch [saxofón, flauta, clarinete, triángulo y coros] y Güge Jürg Meier [batería, gong y otras percusiones]; su legado fue un único disco titulado “Pictures” que fue publicado en 1977. El disco en cuestión no fue grabado el propio país de la banda, sino en Italia, más exactamente, en los Dischi-Ricordi Studios de Milán, entre el 24 de julio y el 3 de agosto de 1977; la públicación sí estuvo a cargo de un sello suizo, a la sazón, Round Records. Para entonces, el grupo ya tenía más de tres años de existencia, pues se formó en 1974 en la localidad de Raat en torno al trío nuclear de Jäger, Cherer y Meier: el primero de ellos estuvo en el primer disco de TOAD mientras que el último fue integrante de DEAF, así que no estamos hablando de unos novicios. La conformación original de ISLAND no contenía a un saxofonista, pero sí al guitarrista Dani Rühle (también ex-integrante de DEAF) y al bajista Egon Eggler; un poco más adelante, el quinteto se modificó con el abandono de la baza de guitarra para que ingresara el vientista Fisch, pero se mantuvo por un tiempo más la posición del bajo cuando entró Alfio Sacco en lugar del también desertor Eggler. Sabemos esto gracias a la publicación póstuma de “Phyrro” en 2005 por vía del sello suizo Z-Records. Este doble CD recoge una suite progresiva inspirada en el filósofo Pirrón de Elis, pionero del escepticismo en dos versiones: una registrada en un estudio casero de Windlach, Raat, en 1975 por el quinteto con guitarrista; la otra, tomada de un concierto en el local Africana St. Gallen donde el quinteto con vientista tocó el 12 de abril de 1976. De todas formas, cuando llegó el turno de realizar el disco de estudio con un apropiado contrato de grabación, la gente de ISLAND preparó nuevo material. La mayor parte del material contenido en “Pictures” es de la autoría del teclista Scherer. Los ingenieros de sonido que trabajaron en los Ricordi Studios para el disco que hoy revisamos fueron Carlo Martenet, Ezio De Rosa y Mario Carulli, estando estos dos últimos a cargo de la mezcla final. El estilo de la portada del disco es inconfundible: la presencia de ese gigante alienígena que asoma su amenazador gesto al coastado de una puerta de metal gótico-futurista sólo puede ser de la autoría del maestro suizo Hans Rudolf Giger, quien también hizo portadas para EMERSON, LAKE & PALMER, FLOH DE COLOGNE y MAGMA. Ahora vamos a lo concreto, las canciones contenidas en el disco que hoy revisamos.  


El puntapié inicial de “Pictures” lo da un doble vuelo instrumental de ‘Introduction’ (que dura casi minuto y medio) y ‘Zero’. Las instancias iniciales asumen un aura expectante con toques siniestros donde enclaves minimalistas de teclado y efectos percusivos envuelven a murmullos que pronto se elevan a vocalizaciones neuróticas, las mismas que impulsan un frenético crescendo intenso en el entramado instrumental. Éste sigue siendo amorfo, aunque ya se hace dueño de un fulgor afín al paradigma académico de LIGETI, siendo así que el arribo de ‘Zero’ supondrá la conquista de una estructura. Ella se basa en una confluencia de traviesas estrategias disonantes a lo GENTLE GIANT, densidad extrovertida a lo VAN DER GRAAF GENERATOR (tanto de la fase 1970-71 como de la fase 1975-76), excursiones oscurantistas el estilo del avant-jazz-prog de unos ZAO y, de manera más discreta, ágiles recursos jazz-progresivos al modo de HATFIELD AND THE NORTH y los SOFT MACHINE de 1970-72. Se nota que los diálogos centrales se dan entre el arsenal de teclados y el de batería y percusiones, siendo así que el saxo realiza las florituras adecuadas para realzar los índices temáticos que se van sucediendo. Muy representativo este ecléctico inicio de álbum. La mayor expansión individual del repertorio se encarna en la intensa maratón homónima: de hecho, ‘Pictures’ dura más de 16 ¾ minutos. Unos golpes de gong anuncian la fastuosa celebración progresiva que, en su fase inicial, se centra en un mecanizado juego de diversas percusiones sobre las cuales se explaya una sugerente armonía de sintetizador y pianet. Por una buena cantidad de minutos, el cuarteto mantiene constreñida su patente energía expresiva a fin de que se manifieste un talante contemplativo, pero a poco de pasada la frontera del cuarto minuto y medio, la arquitectura grupal empieza a ser más explícita, siendo así que los claroscuros iniciales son reemplazados por un fulgor envolvente. Éste se va reforzando mientras la ingeniería multitemática va mostrando, paso a paso, su sistemática sofisticación; en este aspecto, hay que hacer una mención especial al sortilegio motivado por un maravilloso solo de saxo que, con su generosa extensión, va guiando el acrecentamiento bien fijado del dinamismo colectivo. Cerca de la frontera del décimo minuto, la banda conquista un nuevo culmen de señorío progresivo, estando el complejo groove de la batería a cargo de sostener las exigentes nuevas vibraciones en curso. Con la irrupción de la última sección, el grupo regresa al motif ceremonioso del prólogo, esta vez con un nuevo colorido que tiene algo de cósmico en medio de su ingeniosa cruza de sinfonismo y avant-garde. 


Tras el gran viaje musical que supuso la suite homónima, es hora que las dos piezas que ocupan la segunda mitad del álbum permitan a la banda seguir explorando los senderos de suntuosidad plasmados en la misma. Ambas duran alrededor de 12 ¼ minutos y sus títulos respectivos son ‘Herold And King / Dloreh’ y ‘Here And Now’. La primera comienza con un prólogo de piano solitario inmerso en misteriosas introspecciones impresionistas, el mismo que termina dejando que el eco de la última nota se difumine antes de que el grupo entre en acción; al hacerlo, la pieza asume una posición vanguardista donde se cruzan los universos de VDGG y ZAPPA tras un breve preludio que falsamente amenazaba con llevarnos a un área tétrica... pero no, es más bien surrealista. La manera en que la batería se asienta sobre un tempo inusual con vibraciones jazz-rockeras permite a la amalgama instrumental articular ingeniosamente sus traqueteos expresionistas; de paso, se nos regala un par de estupendos solos de sintetizador que aportan una ornamentación etérea a los esquemas en curso. Más adelante, las cosas bajan un poco en trepidación, aunque las sensaciones surrealistas siguen reglamentando los arreglos con los que los instrumentos actuantes van afianzando su armazón común, llegando a coquetear abiertamente con el vigor oscurantista del paradigma Crimsoniano de 1973. Finalmente, todo se disuelve en el éter sobre el manto de las capas minimalistas de órgano. ‘Here And Now’ tiene un punto de partido más vehemente, y desde el punto de partida hace claras sus intenciones de situar los arreglos de su desarrollo multitemático en un área intermedia entre lo denso y lo lúgubre. Tentando muchas veces el pasearse por áreas de oscura languidez, la labor asertiva de la batería y los explayamientos hermanados de saxo y teclados muestran a una banda todavía dispuesta a abrir espacios a los aspectos más explosivos de su visión musical. Eso sí, alrededor de la frontera del quinto minuto, emerge un extenso paraje musical donde la banda explora su faceta más oscura, siendo ostensiblemente arcana mientras parece aludir indirectamente a cierta situación vagamente lóbrego. El canto es inicialmente exorcizador, pero mientras se va tornando más consistente en sus flexiones, los teclados arman una base lírica desde la cual se replantea los aspectos arcanos ahora reconstruidos. La confluencia de órgano, mellotrón y pedales bajos gesta un clima de solemnidad que, con la participación de la flauta, recibe añadidos matices pastorales. A partir de aquí, se abren las puertas a una estupenda coda que nos remite a las agitaciones pletórica del tema #2: los elementos líricos que tímidamente aparecieron en alguna instancia anterior son ahora los dueños de la escena. la espiritualidad pletórica con la que concluye ‘Here And Now’ es una genuina celebración.

 

La primera edición en CD de “Pictures”, organizada entre fines de 1995 e inicios de 1996 al alimón por el sello japonés Belle Antique y el sello estadounidense The Laser’s Edge, incluye el extenso bonus track ‘Empty Bottles’, el mismo que dura alrededor de 23 ½ minutos. El origen de esta pieza es desconocido, pero se nota que hay un bajista tocando dentro del ensamble. La línea de trabajo plasmada en esta larga canción está muy centrada en el jazz-prog, estableciendo conexiones simultáneas con ZAO, SOFT MACHINE, WEATHER REPORT y MOVING GELATINE PLATES. Hay varios jams sucediéndose que, como denominador común, se explayan cómodamente sobre los refinados y complejos swings de la batería; uno de ellos, armado sobre un compás de 7/8, establece los cimientos para uno de los momentos más pletóricos de este amplio viaje musical. También hay un evocador pasaje basado en el piano eléctrico a mitad del camino, siendo así que la posterior irrupción del clarinete empuja a una creciente sofisticación que, a su vez, prepara el terreno para un electrizante clímax cuya garra suena a un cruce entre el swing de los SOFT MACHINE de 1970-71y una gracilidad a lo SUPERSISTER-con-MOBING GELATINE PLATES. Hasta aquí llega el legado de “Pictures” y más allá. En el primer párrafo de la presente retrospectiva mencionamos al doble CD “Phyrro”, el cual registraba un concepto musical de ISLAND anterior a su etapa de madurez definitiva: posiblemente podemos definir, en general, a ‘Empty Bottles’ como una especie de regreso a esas raíces jazz-progresivas con añadidas fortalezas en el armado de sólidos jamsDe todos los integrantes de ISLAND, Peter Scherer es el que más se ha destacado en el negocio fonográfico posteriormanete haciendo varios discos de ambient electrónico en los 90 y componiendo música para bandas sonoras de películas y documentales; más adelante, pasó a la cátedra en el Departamento de Música y Medios Artísticos de la Universidad de Berna. Meier y Fisch pasaron a ser músicoa de sesión. En suma, centrándonos específicamente en “Pictures”, este disco es una pinacoteca de poderosas imágenes en clave musical donde la primera generación del rock progresivo suizo conquistó uno de sus más elevados enclaves de esa época. Gracias a los integrantes del cuarteto de ISLAND por ello.


Muestras de “Pictures”.- 

Wednesday, July 10, 2024

PRESENT: un presente sin final para la intemporal vanguardia progresiva de Bélgica

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos “This Is NOT The End”, el disco que marca el punto final, y a la vez, la instauración de la intemporalidad para PRESENT, el grupo belga que surgió de UNIVERS ZERO para plantear una visión más aguerrida de vanguardia progresiva con un enfoque más propiamente rockero; o sea, darle un poco más de rock al chamber-rock. El guitarrista-teclista Roger Trigaux inició esta escisión a fines de los 70, aunque todavía mantenía puntos de contacto con la banda matriz, la cual siguió adelante bajo el mando del baterista-percusionista Daniel Denis. Éste tocó en los primeros discos de PRESENT, de hecho, mientras que la recién nacida banda tocaba alguna composición de Trigaux para el catálogo temprano de UNIVERS ZERO. Como sea, los años pasaron y pasaron y, a pesar de cautivar a un público de culto, no pudo sobrevivir a la poca repercusión comercial que tuvo la propuesta del grupo. El futuro tenía mejores augurios para PRESENT, pues el proyecto se resucitó a inicios de los 90 como un dúo de Roger Trigaux y su hijo Reginald, el cual publicó en 1993 el disco “C.O.D. Performance”, continuando a partir de 1998 con un ensamble más completo a partir de la publicación del disco “Certitudes” en 1998. Roger Trigaux, además de componer todo el material aquí contenido, se encargó de tocar el sintetizador y hacer algunbas vocalizaciones. El ensamble se completa con François Mignot [guitarra], Pierre Chevalier [piano, sintetizadores y canto], Dave Kerman [percusión], Keith Macksoud [bajo], Kurt Budé [saxo, clarinete y clarinete bajo], Liesbeth Lambrecht [violín] y Udi Koomran [manipulaciones sonoras]. La publicación de 
“This Is NOT The End” por vía del sello Cuneiform Records tuvo lugar a fines de marzo pasado, 3 años y medio después del fallecimiento del crack Roger Trigaux a los 69 años de edad, quien venía padeciendo desde hace varios años una terrible enfermedad degenerativa. Para entonces, la concepción de este disco, el noveno de estudio de PRESENT, ya estaba bien encaminada hacia su compleción. Hasta ahora, la última oferta de estudio de PRESENT había sido el disco de 2009 “Barbaro (Ma Non Troppo)”, el cual incluía un DVD con los registros en vivo de las actuaciones del ensamble en el Rock In Opposition Festival de 2007 y el Gouveia Art Rock Festival de 2006. La mayor parte de lo que suerna en el repertorio de “This Is NOT The End” se grabó en el Studio Simmones de Rhode-Saint-Genèse, Bélgica, bajo la dirección de Udi Koomran en la ingeniería de sonido, aunque las partes de violín tuvieron a David Minjauw en ese rol. Las partes de piano, por su parte, fueron registradas en el estudio doméstico de Raphaël Terlinden, ubicado en Bruselas. Los ulteriores procesos de mezcla y masterización estuvieron en manos de Koomran y Pierre Chavelier en The Pergola, Holon, Israel. El propio trigaux y Gaël Pecho realizaron el diseño gráfico en base a fotos de Pecho y Sébastien Pifre. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales de esta gran obra. 
 

‘Contre’ inicia el repertorio con un despliegue de nervio frontalmente oscurantista que se sostiene convincentenente sobre un ceremonioso juego de síncopas. El canto neuróticamente abrasivo (con letra del poeta y pintor belga HENRI MICHAUX) imprime una ferocidad muy particular al de por sí furioso mecanicismo que se proyecta en el entramado  instrumental. Cerca del final surge un breve pasaje flotante cuyos retazos minimalistas permiten que entre cierto relax en la ahora reducida infraestructura sonora, pero, claro está, su función principal no es tanto la de gestar un pasajero recurso de contraste frente a lo antes hecho como para tender un puente hacia un impulso decisivo para la explosión conclusiva con que se arma la coda. Tras este estupendo inicio de álbum emerge ‘This Is Not The End, Part 2’. ¿Y dónde está la Parte 1 de la suite homónima? Pues resulta que ella ocupa un total de 26 ½ minutos y cierra el álbum. Seguimos, pues, con ‘This Is Not The End, Part 2’. Desde el punto de partida, se nota que opera aquí un señorío sofisticado donde reina lo atmosférico,  siendo así que el imperio de lo denso y lo sombrío asume un aura desafiantemente majestuosa mientras muestra sus fauces siniestras bajo un revestimiento de aristocrática neblina. Los vientos y el violín ocupan un rol destacado dentro del bloque sonoro, lo cual obliga a la fuerza vital del ensamble dejar atrás la furia flamante que había imperado en la pieza inicial para situarse en un paisaje surrealista donde se alternan parajes contemplativos con otros más extrovertidos, ambos coincidiendo en fungir como mensajeros de un impresionismo siniestro. El rol del piano se proyecta mayormente hacia la acentuación de síncopas, lo cual influye positivamente en la creación de espacios para las texturas de guitarra, las capas de violín y las meticulosas líneas de los vientos. Lo que suena aquí es como un hermanamiento entre los PRESENT de los dos primeros discos y los UNIVERS ZERO de 1981, lo cual se traduce a una convivencia fluida de filuda aridez rockera con magnífica prestancia orquestal al modo de una cruza entre los paradigmas de STRAVINSKY y SCHÖNBERG.

 

‘This Is Not The End, Part 1’ saca buen provecho de su ambiciosa extensión para enfilar las expansiones sónicas del ensamble por una senda de tortuosa pomposidad; de paso, cabe señalar que las partes con letra proceden del célebre relato El corazón delator del enorme EDGAR ALLAN POE, usando la traducción al francés que en su momento hizo otro enorme, CHARLES BAUDELAIRE. El vitalismo con el que se organizan las diversas interacciones instrumentales opera como una excursión por varias áreas de un castillo siniestro mientras tiene lugar un magno banquete macabro: todo comienza con búsquedas de ajustes y entrelazamientos de las percusiones, los teclados y los vientos, mientras las partes de guitarra, bajo y violín van buscando su lugar dentro de la edificación de esta tremenda ciudadela sónica. Los pasajes más danzantes ostentan su natural dinamismo con gloriosas agitaciones siniestras, las mismas que llenan espacios por doquier a la hora de concretar sus diversos clímax terroríficos en los lugares estratégicos asignados. Los más ceremoniosos se orientan hacia el delineamiento de los entramados instrumentales que se ubican, ya en la lógica del paseo contemplativo, ya la estructuración de los preparativos para el arribo de un clímax subsiguiente. La sección epilogar asienta cómodamente sus tensas vibraciones sobre un groove que mucho tiene de marcial. Los persistentes latidos graves del piano y el bajo, seguidos por una ambientación etérea, arman la coda perfecta para esta suite. “This Is NOT The End” es el genial testamento conclusivo de una música sin final para una atemporal visión de la vanguardia progresiva que se inició hace más de 40 años. Hasta aquí llegó la visión del maestro Roger Trigaux y agradecemos a su iniciativa así como a los empujes creativos aportados por sus compañeros de viaje a lo largo de estas décadas que hicieron de PRESENT una referencia de impoluta excelencia para el rock de avant-garde y la etiqueta del chamber-rock. Gracias a toda esa gente por hacer realidad tanta cantidad de buena música con un panorama contundentemente aventurero. Tal como se lee en los créditos del disco: “Merci à toi, Roger. Ton soleil noir continuera de briller dans ta musique et nos cœurs.” In memoriam Roger Trigaux (26 de octubre de 1951 - 10 de marzo de 2021).
 

Muestras de “This Is NOT The End”.-

Sunday, July 07, 2024

SEAORM: tercera hoja de ruta para una nave hispano-rusa de música prog-psicodélica


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy traemos a colación la muy grata circunstancia de que ya está trazada la hoja de ruta del tercer trayecto de SEAORM, esa talentosa asociación hispano-rusa de música prog-psicodélica en clave ecléctica. Su nuevo disco, titulado “Nekyia”, fue publicado en la segunda mitad del pasado mes de abril por vía del sello OctoberXart Records, contando con el apoyo de producción ejecutiva de Francisco Macías. El ensamble conformado por Víctor Rodríguez [teclados], Ark Fedotov [bajo, sintetizadores y sampler], Ivan Fedotov [batería] y Ángel Ontalva [guitarra] se luce enormemente en éste, su tercer disco, el segundo gestado con la presente alineación de cuarteto. En líneas generales, adelantamos que “Nekyia” realiza una especie de síntesis entre el colorido intensivo de su antecesor “Forgotten Shrines” (2021) y la garra exquisita del disco de debut “Olkohn” (2020), mientras va añadiendo renovadores recursos sonoros a un esquema de trabajo, a estas alturas, bien definido. Lo que suena en el disco que ahora reseñamos fue compuesto colectivamente. Los procesos de mezcla y masterización estuvieron a cargo de Ontalva, como también lo estuvo el arte gráfica… como siempre y con la genialidad de siempre. La palabra que da título a este disco se refiere a lo que también se suele llamar necuia, un rito de evocación a los espíritus de los muertos para que nos muestren el futuro o nos faciliten algún contacto momentáneo con seres queridos; dentro del ideario poético de SEAORM, los músicos bajaron al inframundo para emerger épicamente por vía de un millón de encantos alquímicos. 

 
El repertorio de “Nekyia” se abre con ‘The Martyrdom Of Metals’ y lo hace a lo grande. Comenzando con una aureola de expectativa que mucho tiene de urgencia, pronto facilita la instauración del nervio comunal del ensamble sobre una base rítmica bien delineada en su aseverativa parsimonia. Conviven aquí la extravagante exuberancia de los HENRY COW de 1974, el vitalismo exquisito de los AGITATION FREE del primer álbum y el oscurantismo aristocrático de los KING CRIMSON de la fase 1973-74, lo cual se traduce en una exitosa concreción de la majestuosidad prog-psicodélica diseñada para la ocasión. Es de notar que las florituras de la batería que van emergiendo desde el segundo tercio amplían el potencial de vigor expresivo  de la composición, dejando la dirección de este vigor renovado al criterio de las interacciones entre la guitarra y los teclados. Qué gran inicio de álbum, por Dios. Acto seguido, llega el turno de ‘Mercurial Fountain’, una maratón de casi 20 minutos de duración cuyos aleatorios pasajes iniciales se emparentan fluidamente con los viejos paradigmas de ASH RA TEMPEL y TANGERINE DREAM, al menos, en lo que respecta a la gestación de climas flotantes donde lo onírico y lo arcano se fusionan en una sola fuerza expresiva. Una vez que el ensamble íntegro se pone a establecer sus fuerzas internamente unidas en un jam primordial, los músicos articulan con preciso garbo una mezcla de psicodelia y jazz-rock que, tras pasar por un groove ceremonioso semejante al que signó a la pieza inicial, pronto asume una vitalidad más explícita. Mientras se va explayando el jam, las ligeras variantes que van surgiendo a lo largo del camino enriquecen los matices lisérgicos y las fluctuaciones del swing. De hecho, a poco de pasada la frontera del undécimo minuto, el ensamble vira hacia los sinuosos senderos del free jazz, pasando después de eso a una estrategia de tentativas reconstrucciones líricas. A partir de aquí, se siembra el terreno para la emergencia de un clímax expresivo abundantemente fulguroso donde el jazz-prog y el avant-prog se conectan grácilmente. Las instancias finales que están trazadas por intensos golpes de la batería son ingeniosamente determinantes. Si alguien se quiso imaginar alguna vez cómo sonaría una asociación de músicos de EMBRYO y AGITATION FREE que decide entrar clandestinamente en el ideario cósmico de SUN RA mientras recibe alguna asistencia adicional de parte de los integrantes del FRED FRITH TRIO, pues lo que suena en este tema es la respuesta concreta a esa pregunta (sin importar cuán estrambótica suene).   

‘Proserpina’ – que también goza de una generosa duración de poco menos de 12 ¼ minutos – tiene la complicada misión de suceder a la magnificencia de ‘Mercurial Fountain’, pero la cumple con cabal eficacia. El enfoque de expresividad espiritual de esta pieza nos lleva hacia una zona crepuscular y meditabunda, siendo así que la guitarra inicia el camino de exploraciones sónicas donde los integrantes buscan, en momentos sucesivos, lugares de encuentro y espacios para la incitación convergente. Una vea asegurado el swing con el que la batería ha de sugerir la ingeniería común para los otros instrumentos, la banda logra instaurar una refulgencia especial para que los aspectos crepusculares puedan apropiarse de una agilidad razonablemente contenida. Esto es lo más lírico que existe en el disco que estamos reseñando y, dicho sea de paso, nos recuerda un poco a los aspectos más majestuosos de ese primer disco de la asociación de Ontalva con VESPERO (“Carta Marina”, del año 2016). Una mención especial va para la rutilante vivacidad del bajo, la cual es muy funcional a los varios trazos de sofisticación que usa la batería durante el desarrollo del esquema de trabajo colectivo. La sección epilogar cierra el círculo otrora abierto por el prólogo. ‘Salamandra’ cierra el disco con una prestancia hechicera que persiste en el encanto misterioso del tema precedente, pero con una inicial proyección hacia una mayor dosis de frescura merced al uso de un swing fusionesco. A contrapelo de esta tentación de crear un peregrinaje hacia la calidez, los guitarreos gestan líneas centradas en una tensión robusta, un factor que al poco rato obligará a la batería a elaborar recursos de hercúlea exuberancia durante un buen tramo de la pieza. Los últimos minutos están marcados por una parsimonia creciente cuya adustez se deja arropar por retazos de color, una evocación de luces y neblinas que brota y se difuminan efímeramente a través del arte del sonido. Un cierre misterioso para el tema y el álbum. 

 
En fin, 50 minutos o casi de grandeza musical para la creación progreaiva ecléctica de nuestros tiempos son los que se nos han brindado en “Nekyia” desde los cuarteles del ensamble SEAORM. Muchas gracias a Ángel, Ivan, Ark y Víctor por unir fuerzas para gestar este aventurero y embrujador trabajo fonográfico, uno de los más notables que han emergido desde la escena del rock vanguardista europeo en el presente año 2024. Otra serie de excelentes golpes de timón para la navegación en esta tercera hoja de ruta de SEAORM. ¡¡Recomendable al 400%!! (Un ciento por cada músico involucrado.) 
 
 
Muestra de “Nekyia”.-

Thursday, July 04, 2024

El juramento de los japoneses MONO para seguir honrando al arte en el año 2024



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Tenemos la muy grata noticia de que el cuarteto japonés MONO tiene un nuevo disco en el mercado desde el pasado 14 de junio. “Oath” es el título de este acontecimiento fonográfico que, por vía del sello Temporary Residence Limited (en colaboración con Pelagic Records), ha sido publicado en CD y en doble vinilo con varios colores (negro, dorado, azul/blanco, con imagen de un cielo con nubes)“Oath” es el decimosegundo trabajo de larga duración de este ensamble que ya goza de un cuarto de siglo de existencia. El colectivo conformado por los guitarristas Takaakira “Taka” Goto y Yoda, la bajista-teclista Tamaki y el baterista Dahm hacen gala nuevamente de su inmensa habilidad para crear rock experimental conectado con el prog, el post-rock y la psicodelia de base ambient con creativa majestuosidad. Es verdad que para concretar esto en algunos pasajes del álbum que hoy comentamos, fue concluyente la participación de un ensamble de cuerdas (las violinistas Susan Voelz, Andra Kulans, Jennifer Dunne y Vannia Phillips, y los cellistas Timothy Archbold, Melissa Bach, Nora Barton y Molly Rife) y la de otro ensamble de bronces (Chad McCullough a la trompeta, Ryan Shultz a la trompeta bajo, Catie Hickey al trombón y al trombón bajo, y Matthew Oliphant al corno francés).* Las labores de producción de estuvieron repartidas entre “Taka”, Steve Albini (con quien la gente de MONO ya tiene varios años trabajando) y Jeremy DeVine. Albini también se hizo cargo de la ingeniería de sonido y la mezcla, mientras que el ulterior proceso de masterización estuvo en manos de Bob Weston. 

La trilogía inicial de ‘Us, Then’, la pieza homónima y ‘Then, Us’ sirve para instalar eficazmente una atmósfera significativa para la mayor del repertorio que sigue. Todo comienza con una manifestación de llovizna posmoderna que va expandiéndose con cristalina delicadeza bajo un manto de flotante misticismo. Al unísono de la irrupción de los arreglos de cuerdas y bronces, ‘Oath’ entra a tallar con la inserción de climas cinematográficos que transportan el misticismo inicial hacia una aureola de serena contemplación. La precisión del swing de la batería lleva al esquema sonora a un área más terrenal, la cual se va solidificando gradualmente con el transcurso de los segundos. Es así que poco antes de llegar a la frontera del tercer minuto, los guitarreos dirigen un nuevo ímpetu para el bloque grupal. El tercer tema es un reprise ligeramente más suntuoso del primero, una elegante cosecha de la siembra enmarcada en la pieza titular. Al toparnos con ‘Run On’, se nos revela la pieza más extensa del álbum con sus 9 ¼ minutos de duración. Su estrategia sonora comienza con un lirismo sereno y cauteloso basado en el hermanamiento de las armonías marcadas por las dos guitarras, un prólogo que espera el ingreso de la batería para empezar a crear un esplendor creciente desde el cual se articula una mágica mezcla de misterio y densidad. El núcleo central exhibe un talante luminoso, pero siempre están esos matices nebulosos que se resisten a abandonar el paisaje sónico general: de este modo, se provoca una efusividad gloriosa y contundente donde la musculatura de los MONO de 2021 y su prestancia de la fase 2006-12 se fusionan compacta y convincentemente. ‘Reflection’ aprovecha los ecos del cénit expresivo del tema precedente para dar un viraje un poco más melancólico a esa prestancia mientras elabora nuevos recursos de suntuosidad progresiva. El moto perpetuo del piano se deja ornamentar por algunos grooves cuasi-jazzeros de la batería mientras la oscilante intensidad de la muralla de guitarreos brinda una flotante sofisticación al entramado sonoro (tangencialmente Crimsoniano con su toque adicional de MOGWAI). ‘Hear The Wind Sing’ emerge como una brisa de aire otoñal en el quieto amanecer del alma. La postura impresionista del centro compositivo va floreciendo a ritmo sostenido sobre un groove calculadamente ceremonioso. El crescendo que signa a la segunda mitad de la pieza es típica de esa majestuosidad etérea que es marca de la casa.

Cuando llega el turno de Hourglass’, la banda decide ahondarse más aún en la senda introspectiva con un realce de sus procesos impresionistas. El inicio impulsado por un teclado solitario es muy propio del estándar minimalista de BRIAN ENO, mas el ingreso de las elegantes y parcas líneas de la guitarra en compañía del ensamble de cuerdas convierte la senda musical en una señorial reflexión crepuscular. Los tres temas que se suceden a partir de ahora duran entre 7 ¼ minutos y casi 8 minutos, portando los respectivos títulos de Moonlight DrawingHoly Winter y We All Shine. El primero de estos temas mencionados perpetúa las vibraciones cinematográficas que signaron a la ingeniería de la pieza precedente y las eleva hacia un nuevo ejercicio de magnificencia envolvente y sublime, siendo así que la patente densidad es utilizada para recrear el aspecto más hercúleo del paradigma histórico de MONO. Esto se nota particularmente en las acentuaciones tribales de la batería, las mismas que después se tornan más aguerridas, pero es cierto que este vitalismo funciona sistemáticamente en todos los recursos instrumentales presentes. Las capas de cuerdas finales arman el epílogo perfecto. En lo referente a Holy Winter’, se centra en una nueva excursión en la faceta más evocadora del ideario musical del cuarteto, siendo así que hay efluvios románticos que emanan tanto del núcleo melódico como de los tratamientos de guitarras, piano y percusión con el que se dirige la logística. Una vez ingresado al armazón grupal, la batería instaura un compás lento cuyos ornamentos razonables invitan a la exhalación posterior de un nervio incrementado y, otra vez, unos cautivadores arreglos orquestales. Así las cosas, We All Shine tiene la misión de restaurar en parte la vivacidad de los pasajes más extrovertidos que se hicieron presentes en algunos temas previos del repertorio, una vez pasada la sección prologar que continuaba el impacto del sosiego contemplativo sobre el que se apoyó el tema precedente. Time Goes By es la segunda pieza más extensa del álbum con sus 9 minutos y pico de duración y también es la que lo cierra. Tras un preludio de cariz cibernéticamente minimalista, su cuerpo central establece una síntesis de los aspectos más etéreos del repertorio anterior sobre un compás de 6/8, siendo así que poco antes de atravesar la frontera del cuarto minuto, el dinamismo se enriquece mientras los guitarreos aumentan su poderío y el ensamble de cuerdas va añadiendo imponentes texturas. Para el epílogo, se reitera la atmósfera inicial con una dosis aumentada de ceremoniosa placidez. La calculada languidez del parsimonioso fade-out es bastante efectiva. 

Con su ambiciosa duración de más  de 71 minutos, Oath imponse su autoridad estética como un álbum donde se nos muestra inequívocamente la ostentación que el colectivo de MONO hace de su empuje creativo masivo y renovador para este momento de su larga carrera. Hasta ahora, el grupo ha mantenido una buena reputación como una entidad grupal experta en crear climas atmosféricos de diverso talante dentro del mundo del rock experimental y Oath” no es la excepción, precisamente. Los despliegues de ingenio, fuerza de carácter y elegancia que se aplican al repertorio de este discoc verifican que el personal de MONO sigue honrando al rock como arte en este año 2024. ¡¡Totalmente recomendable!!


Muestras de “Oath”.-


* Adicionalmente, Susan Voelz escribió los arreglos de cuerdas mientras que Chad McCullough hizo lo propio con los arreglos de bronces.