Monday, October 14, 2024

Segundo viaje de los SWELL BROTHERS por el cosmos de la vanguardia progresiva estadounidense


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy estamos de plácemes con el flamante segundo disco del dúo SWELL BROTHERS, el cual se llama “Cosmic Swells” y fue publicado el pasado 4 de octubre, hace muy poco. Tal como ya sabemos por su disco del pasado año 2023 “Just A Couple Of Swells”, cuando en los créditos se indica que toda la instrumentación estuvo a cargo de los hermanos Moses y Dewey Swell, ellos realmente son los veteranos Dave Newhouse [saxofones, clarinetes, flauta, teclados y acordeón] y Michael Bass [todos los instrumentos virtuales de batería, percusión tonal y atonal, trompeta, trombón, oboe, guitarra, bajo, violín y cello]. El proceso compositivo está acreditado a los dos músicos dado que la idea iniciada era completada por el otro en un ida y vuelta continuo hasta que coincidían en que la pieza estaba satisfactoriamente completada; fue un proceso de composición compartida mientras se hacían las sobremezclas, una composición en tiempo real diferido y expandido en el sentido de que se compartía información nueva gradualmente hasta considerar que el mensaje final ya estaba bien definido. En cuanto al arte gráfica, ésta es de la autoría de Neil Doherty. Bueno, repasemos ahora los detalles estrictamente musicales de “Cosmic Swells”.
 
‘The Forms Of Space’ abre el repertorio con un despliegue de percusiones y vientos que resuenan como un residuo del universo cinematográfico de James Bond con añadidos toques afro-latinos y una disposición amenamente vanguardista que resuena al patrón Zappiano de la primera mitad de los 70. Acto seguido, llega el turno de ‘The Distance Of The Moon’, una hermosa pieza elaborada sobre el sendero del bebop que se deja ornamentar fluidamente por recursos armónicos controladamente fastuosos donde los arreglos de metales llenan espacios llenados por el clarinete y el saxo. Tan contenido como es, el vitalismo inherente a este tema ostenta recursos que explicitan solventemente el colorido de la composición, especialmente, en un par de pasajes estratégicos donde el fragor sonoro brilla suntuosamente. Con la subsiguiente dupla de ‘The Origin Of The Birds’ y ‘How Much Shall We Bet’, el ensamble dual sigue explorando más esquemas sónicos. El primero de estos temas mencionados se orienta por una plácida languidez que arma un teatro de imágenes evocadoras donde reina una dulce nostalgia. Los armazones armónicos de los teclados impulsan cabalmente a las intervenciones del acordeón y el clarinete. El segundo de ellos, por su parte, gesta un exquisito ejercicio de gráciles efluvios avant-progresivos donde convergen las influencias de los AKSAK MABOUL del primer álbum y el ZAPPA de los 80, añadiéndose algunos trazos de la faceta más ágil de los legendarios HENRY COW. La patente jovialidad ínsita en la espiritualidad expresiva de esta composición tiene algo de turbado a través de su invasiva luminosidad. ‘My Aquatic Uncle’ es la pieza más extensa del disco con sus 6 ¾ minutos de duración y su esquema de trabajo se basa en una inspección de caminos opuestos a los explorados en el tema precedente dentro del mismo bosque avant-progresivo. Ahora todo es más inestable y, con un predominio puesto en lo grisáceo, el talante nervioso que antes estuvo controlado se suelta ahora para exhibir una inquietud renovadora. La inserción de algunos pasajes cósmicos que parecen tener una cierta cualidad neblinosa ayuda a realzar dicha inquietud con elegancia y firmeza. Todo un cénit del disco, no nos cabe duda al respecto. 

A Sign In Space’ regresa de lleno a la suntuosidad cinematográfica con la que operó el tema de entrada, pero esta vez con más musculatura, particularmente, en la imponente presencia de la batería y las percusiones. Con ‘Without Colours’, el dúo vira hacia un área totalmente diferente, signada ésta por un halo crepuscular que se remodela por sublimes capas impresionistas donde se amalgaman diversos instrumentos de viento. Este ejercicio de efluvios introspectivos resulta cautivador y misterioso en simultáneo. ‘The Stone Sky’ instaura, una vez más, un cambio de rumbo, esta vez con un talante relativamente ligero que se encarna en un sobriamente alegre ejercicio de calidez progresiva al modo de una pieza perdida de los primeros años de HAPPY THE MAN que se filtró a través de la faceta más serena de THE MUFFINS. Muy bien aprovechado este espacio de 5 ¾ minutos donde la exuberancia se muestra a sí misma sin aspavientos redundantes, solamente con una gracilidad que nunca deja de sentirse natural a través de la exquisitez melódica en curso. La secuencia de estos tres temas conforma un paisaje musical que sucede muy dignamente al cénit descrito al final del párrafo precedente. ‘All At One Point’ se arma con un ensamble de maderas y cuerdas con las que se desarrolla un mágico ejercicio de chamber-rock encuadrado en un espacio intermedio entre lo reflexivo y lo expectante. El cierre del repertorio llega de la mano de ‘As Long As The Sun Lasts’, el cual utiliza un groove de polka para desarrollar una surrealistamente jubilosa orquestación que inicialmente parece diseñada para acompañar a un acto circense para luego desviarse hacia una atmósfera de teatro del absurdo. La policromía explícita de la primera mitad dará posteriormente paso a la emergencia de una ceremoniosidad inescrutable que utiliza el colorido ya existente para darle un giro sutilmente retorcido. Todo esto fue lo que se nos brindó en los cerca de 40 minutos que dura “Cosmic Swells”, este nuevo disco de los SWELL BROTHERS: se trata de una estupenda obra que nos muestra una de las muchas potencias creativas que se forjan continuamente en el cosmos de la vanguardia progresiva estadounidense. ¡¡Recomendable al 200%!! (Un ciento por cada hermano Swell.)

Saturday, October 12, 2024

DJAM KARET en 1991: el año de los incendios y las suspensiones



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy tenemos en nuestras manos esta retrospectiva sobre un año muy especial en la extensa trayectoria de la veterana banda estadounidense DJAM KARET, un ensamble crucial para la preservación del escenario progresivo de su país desde su reducto californiano. El año de nuestras actuales remembranzas es 1991, siendo en el año indicado que el grupo publicó dos discos muy diferentes entre sí: “Burning The Hard City” y “Suspension & Displacement”, siendo el primero agresivo, suntuoso y ostensiblemente sofisticado, mientras que el segundo es más sosegado y portador de esquemas sónicos orientados al ambient y lo espacial. En el primero de estos discos mencionados. La alineación de DJAM KARET constaba de Gayle Ellett [guitarras eléctricas de 6 y 7 cuerdas, teclados, efectos y percusión], Mike Henderson [guitarras eléctricas de 6 y 12 cuerdas, efectos y teclados], Henry Osborne [bajos de 5 y 4 cuerdas, teclados y percusión] y Chuck Oken, Jr. [baterías acústica y electrónica, sintetizador, programaciones y secuencias rítmicas], En cuanto a “Suspension & Displacement”, la logística instrumental estaba distribuida así: Ellett [guitarras de 6 y 7 cuerdas, guitarra-sintetizador, teclados, efectos y percusión], Henderson [guitarras acústicas y eléctricas de 6 y 12 cuerdas, teclados, efectos y percusión], Osborne [bajo de 5 cuerdas, teclados, efectos y percusión] y Oken, Jr. [baterías acústica y electrónica, teclados, programaciones y secuencias rítmicas]. Ambos fueron publicados por el sello HC Productions en aquel año 1991 (siendo el sello del grupo y otros proyectos colaterales de sus integrantes), para ser más adelante reeditados en el año 2000 por Cuneiform Records. De hecho, en ese año 1991, “Suspension & Displacement” fue publicado unos meses antes que su disco mellizo. Se trataba de las obras cuarta y quinta dentro de la todavía joven discografía de DJAM KARET, la cual había debutado oficialmente en el año 1985 con “No Commercial Potential” (exclusivamente en casete, que era el formato más barato). Las raíces originarias de este grupo se pueden rastrear hasta la existencia de HAPPY CANCER, cuyos integrantes eran el bajista Henry Osbourne, los guitarristas Mike Henderson y John Glass, y los bateristas-percusionistas Chuck Oken, Jr. y Andy Frankel. El grupo llegó a registrar el disco “McMucic For The McMasses” en el 1982 antes de que se disolviera para que de sus cenizas surgiera DJAM KARET. Con cierta veteranía sobre sus espaldas y con el optimismo generado por la buena recepción crítica que obtuvo su álbum de 1989 “Reflections From The Firepool”, el cuarteto sintió una expansiva inyección de creatividad entre julio del 1990 y abril del 1991. Fueron tan masivas las nuevas composiciones, que muy pronto advirtieron estos cuatro señores que daban para más de un disco. La casual situación de que una mitad de ellas se centrara en un rock sofisticado con mucha musculatura y la otra mitad se enfocara en lo atmosférica les llevó a tomar la inteligente decisión de publicar dos discos diferentes, a la par que reconocían su mutua complementariedad. En palabras de los mismos creadores, estos dos discos son “gemelos esquizofrénicos en la sopa musical del tiempo elástico, pero separados al nacer” y que “uno no existe sin el otro”.


Violamos el orden cronológico que dicta la historia y comenzamos esta retrospectiva con el más explosivo de estos dos álbumes, publicado unos días más tarde que el otro. Con ‘At The Mountains of Madness’, el repertorio de “Burning The Hard City” tiene un punto de entrada con altos niveles de ingenio musical, siendo así que el grupo se explaya en una secuencia bien armada de motivos que se desarrollan de manera mágicamente exultante, merced a la fluidez con la que se desarrollan las expansiones temáticas. Tras un relativamente lánguido prólogo, las siguientes secciones se alzan sobre diversos grooves que el dúo de Osborne y Oken Jr. erige en la base del entramado rockero; siendo estos dos señores unos auténticos héroes del ritmo, como es natural, son los riffs, punteos y contrapuntos de las duales guitarras de Ellett y Henderson quienes ocupan el lugar protagónico de la escena. Algunos de estos punteos resultan excitantemente escalofriantes, casi sonando a una especie de lamento de ultratumba. Con ‘Province 19: The Visage of War’ se nos abre un mundo renovado de fiereza casi animal, dosificada a través de un empleo inteligente de riffs bien definidos y una delirante reiteración en aras de crear tensión y oscuridad de una manera efectiva. Siendo un cénit del álbum en sí mismo, parece casi una “contrafáctica” anticipación de la faceta más aguerrida de los KING CRIMSON de 1994-95 con añadidas acentuaciones de prog-metal y stoner a lo BLACK SABBATH. El interludio permite al grupo explorar un ágil swing jazz-progresivo, algo que aprovecha el bajo para hacer unas estupendas virguerías bajo la nueva modalidad, siendo así que todo vuelve al motivo inicial para la última sección: los efectos persistentes de guitarra de la coda erizan la piel con sus absorbentemente tanáticas vibraciones. Todo resultó muy oscurantista y sexy a la vez. A contrapelo con la garra opresiva y despiadada de este segundo tema del disco, ‘Feast Of Ashes’ ofrece una navegación sonora más lánguida y reflexiva, aunque no exenta de tensión, manejando la intensidad expresiva bajo un formato más sutil. La cosa se enfila hacia una cruza entre los AGITATION FREE del segundo álbum, los PINK FLOYD de 1975 y la faceta más onírica del estándar space-rockero del legendario Hillage. Su espacio de más de 10 ¾ minutos está muy bien aprovechado a la hora de persistir en la ambientación grisácea, casi crepuscular, sobre la cual se asienta el cuerpo central.

 

Tras un prólogo signado por una fulgurosamente neurótica secuencia sintetizada, ‘Grooming The Psychosis’ (la segunda pieza más extensa del disco con sus 12 minutos de duración) se explaya en una cadencia jazz-rock-progresiva suntuosamente festiva en un tempo de 7/8 hasta que, a poco de pasada la frontera del cuarto minuto y medio, se desvía por una tangente hard-progresiva para elevar a la persistente festividad a la asunción de un aura más inquietante sobre un nuevo swing. el cual sigue siendo sofisticado. Cuando arriba el tercer momento, el factor jazz-rockero se cruza con el psicodélico a fin de qua la musculatura celebratoria del ensamble no se ahogue en su propia garra inherente, sino que se enfile a paso firme por un luminoso túnel de arrebatado vigor mientras se reviste de aristocrática elegancia. ‘Topanga Safari’, tal como su exótico título parece aludir, remite al estándar del rock-fusion con orientación modernista y celebratoria, algo así como si unos OZRIC TENTACLES se pusieran a experimentar con un jazz-funk robusto mientras invitan a los maestros Jeff Beck y Tony Levin a unirse a la celebración. El lucimiento del bajo es simplemente monumental, prácticamente aflorando continuamente como el instrumento director del motif central. ‘Ten Days To The Sand’ nos remite a una cruza entre las señoriales vibraciones progresivas de ‘At The Mountains Of Madness’ y la trama introspectiva de ‘Feast Of Ashes’, añadiéndosele algo del fragor señorialmente estilizado que signó a ‘Grooming The Psychosis’. El cuarteto se nota totalmente cómodo ampliando su viaje por poco más de 11 minutos. El tema homónimo cierra el disco y dura cerca de 12 ¼ minutos, erigiéndose como el ítem más extenso del Mismo. La estrategia principal consiste en gestar un nuevo incremento de la descarga rockera, pero el esquema de trabajo se inicia con un extenso prólogo marcado por un tenor expectante y ceremonioso de aires cósmicos, algo que permite a la banda explorar, una vez más, sus influencias Floydiana y space-rockera. Una vez instalado un motif preciso, los DK se dejan llevar por un clima flotante de carácter abundantemente ceremonioso. Alrededor de la frontera del séptimo minuto, las cosas se tornan imparablemente incendiarias para ‘Burning The Hard City’, en semejanza con las partes más aguerridas de varias de las piezas anteriores: a veces, da la sensación de que el cuarteto está coqueteando con el legado de los RUSH de la etapa 76-81 con algunos retazos propios del Crimsonismo de los 80 y los 90 (y recordemos que los KC del doble trío aún no existían). Hay algo explosivo y fúnebre a la vez en esta pieza que, por el derecho propio que le da su versatilidad alternada de lobreguez y vitalismo, se sitúa como el broche idóneo para este excelso disco.

 

Como dijimos más arriba, la gente de DJAM KARET no quería limitarse a mostrar al mundo lo que había gestado para “Burning The Hard City”, y, de hecho, tomó la muy inteligente decisión colectiva de separar en dos bloques, uno de complejo y macizo rock progresivo, otro de líneas ambient, la gran cantidad nuevas composiciones que había brotado de sus mentes a inicios de los 90. Una vez decidido que el primer bloque iría al disco que acabamos de revisar, el otro tenía que ir a “Suspension & Displacement”. Tal como dijimos en el primer párrafo del presente texto, el enfoque musical plasmado aquí fue totalmente opuesto al del otro disco: era centrado en climas cinematográficos y texturas cósmicas, dando amplísima prioridad a lo atmosférico sobre lo compositivo. Ocupando un generoso espacio de poco más de 10 ¾ minutos, ‘Dark Clouds, No Rain’ abre el repertorio de “Suspension & Displacement” con una actitud de dejar que algunas capas minimalistas de sintetizador con efectos flotantes basados en notas sostenidas de las guitarras se apoderen de a pocos de los espacios que van creando, esperando a llegar cerca de la frontera del cuarto minuto para que unas percusiones étnicas entren a tallar. Dado este contexto, ya se nota un esquema más definido para el cuerpo central de la pieza, el mismo que se enriquece con la adición de sobrias cortinas de sintetizador y sampleos de flautas indias. ‘8:15 – No Safe Place’ sigue a continuación para elaborar un ejercicio de languidez psicodélica con cualidad ensoñadora que comienza de manera tenue y más adelante se torna moderadamente siniestra. La dupla de ‘Angels Without Wings’ y ‘Consider Figure Three’ permite al grupo continuar sus bien delineadas exploraciones sónicas con soltura. El primero de estos temas mencionados exhibe evocaciones modernistas signadas por una calidez envolvente que tiene mucho que ver con los TANGERINE DREAM de la fase 1975-77 en conjunción con la faceta onírica del paradigma de STEVE HILLAGE. Bajo las densas capas minimalistas de los sintetizadores, los aleteos de las guitarras se sienten a sus anchas. En cuando al segundo, se centra inicialmente en una solemne narración que parece guiarnos en nuestro tránsito por una serie de cavernas; a través de las capas sonoras armadas para la ocasión, la narración recoge sus propios ecos y se torna arcana con matices un tanto inquietantes. En su segunda sección, las escalas de guitarras acústicas aportan un efectivo matiz bucólico a una atmósfera que ha borrado cualquier trazo inquietante de su trayecto anterior.


‘Erosion’ es una extensa aventura de casi 13 minutos que comienza con un drone impulsado por una serie mecanizada de escalas mínimas de guitarra. Poco a poco, ornamentos percusivos y sintetizados se van sumando a la ya bien instalada atmósfera para brindar una persistente aureola de prestancia al asunto. Eso sí, dicha prestancia adquiere aires señoriales cuando emerge un fulgor terso y sedoso que abre campo a unas hermosas florituras de guitarra acústica; ellas logran que sus sedosas emanaciones sustenten el surgimiento de un paisaje de gentil introspección. Los segundos finales sirven para que el breve regreso del motif inicial se haga con una calculada delicadeza que, a fin de cuentas, no borra del todo la calidez inmediatamente anterior. ‘Severed Moon’ comienza con unas escalas serenas de dos guitarras antes de que emerja una invitación percusiva para armar una solitaria danza celebratoria. Una vez detenidos los tambores, unas armonías sencillas de guitarra acústica invitan a la mente a centrarse en una actividad contemplativa bajo un manto nocturno cabalmente ornamentado con luces estelares y proyecciones lunares. ‘The Naked & The Dead’ toma su título de una novela de NORMAN MAILER y comienza con un nuevo drone alimentado por efectos tenebrosos, pero pronto surge una secuencia de guitarras acústicas sobre la cual se poya el entramado sonoro en un viraje sólidamente enfilado hacia un cordial paisaje flotante. Justo cuando vuelven al ruedo esos efectos tenebrosos antes mencionados, la confluencia de percusiones electrónicas y étnicas hace que la pieza termine con una congregación celebratoria que había sido solamente aludida en la pieza precedente. ‘Gordon’s Basement’ tiene un talante muy semejante al aura ceremoniosa del tema #4, pero esta vez hay una suntuosidad más surrealista en el armazón sonoro de los sintetizadores, las guitarras, el bajo y los efectos de consola. Todo culmina con el arribo de ‘A City With Two Tales: Part One Revisited’, que es el tema más largo del disco con su duración de poco menos de 13 ½ minutos. Dicho sea de paso, se trata de una reelaboración de una sección de un tema incluido originalmente en el segundo álbum de estudio de la banda “The Ritual Continues” (del año 1987). Tras una sección prologar tentativa y un tanto grisácea, un efecto de explosión abre camino a un exploración en el área del space-rock cibernético al modo de unos OZRIC TENTACLES severamente trastocados por una coalición de HELDON y ASH RA TEMPEL. El compás hace buen uso de un compás inusual. Las incendiarias exaltaciones de la guitarra-sintetizador resuenan cuales gritos tortuosos, estando los ornamentos percusivos dispuestos a canalizar la energía global del bloque instrumental. La otra guitarra se mueve en áreas Frippianas para remodelar ese fuego expresivo de una manera más etérea hasta el instante final.
 
 

“Burning The Hard City” y “Suspension & Displacement” fueron acabildados en una edición triple del año 2020 bajo la producción y la labor de remezcla de la gente de DJAM KARET por vía de su propio sello HC Productions: un volumen para cada disco y un tercero con bonus tracks en vivo y de estudio (grabaciones hasta ahora inéditas) que datan de aquella época. Se trata de una edición limitada de 450 ejemplares. ‘Gerbal Jammin’’ es lo primero que aparece en este volumen y se trata de una serie aleatoria de inspecciones psicodélicas que, en último término, llevan a una cierta definición. ‘Gong & Sun’ y ‘The Guitar That Stretches’ siguen a continuación para expandir los testimonios de la inspirada creatividad de la que gozaba el colectivo de DJAM KARET en ese tiempo. El primero de estos temas mencionados es un jam animado que se revela como un anticipo de ‘Topanga Safari’, mientras que ‘The Guitar That Stretches’ plantea un esbozo bastante evolucionado de ‘Feast Of Ashes’. Hay tres miniaturas respectivamente tituladas ‘Train Tracks & Citrus Groves’, ‘Elastic Times’ y ‘TAO or DAO?’... que son anuncios radiales y pruebas de sonido. También nos topamos con versiones en vivo de ‘The Red Monk’, ‘Improv / Cities’ y ‘Swamp Of Dreams’, así como maquetas de ‘Province 19: The Visage Of War’ y ‘At The Mountains Of Madness’. En estas últimas, el cuarteto trabaja de manera muy compacta en torno a ideas musicales ya claramente delineadas. En cuanto a los registros en vivo, ‘Improv / Cities’ comienza con capas flotantes de sintetizador para luego explayarse en un enérgico jam en clave space-rockera, mientras que ‘Swamp Of Dreams’ se sustenta sobre una luminosa dinámica jazz-progresiva‘The Red Monk’, pieza procedente del álbum “Reflections From The Firepool”, recibe un tratamiento bastante muscular con su estructura psicodélica. Con esto culmina la documentación musical del momentum que conquistó DJAM KARET en el año 1991: la banda estaba dispuesta a establecer un grandilocuente muestrario de recursos renovadores del ideal del rock progresivo con ambiciosas dosis de majestuosidad, versatilidad y eclecticismo. Con la distancia del tiempo (más de 3 décadas), el legado simultáneo de “Suspension & Displacement” y “Burning The Hard City” debe ser apreciado como una instancia crucial para el desarrollo del rock artístico estadounidense allende las fronteras de las décadas de los 70 y los 80. ¡Qué trabajo tan bordado de Gayle, Mike, Henry y Chuck!


Severed Moon: https://djamkaret.bandcamp.com/track/severed-moon-2
 
Algunos bonus tracks de la edición especial de 2020.-
Swamp Of Dreams (live): https://djamkaret.bandcamp.com/track/improv-cities-live
Improv / Cities (live): https://djamkaret.bandcamp.com/track/improv-cities-live  

Wednesday, October 09, 2024

M’Z: emancipación y dicha de la avanzada progresiva francesa del momento



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
El pasado 20 de setiembre se publicó el nuevo disco del ensamble francés M’Z, cultor de una propuesta progresiva ecléctica bajo el mando del guitarrista y compositor Mathieu Torres. El disco en cuestión, que es el cuarto firmado por 
 M’Z, se llama “Emancipés Du Vide?” y se trata de una obra conceptual que gira en torno a. Torres toca todo aquí: las guitarras, el bajo y los instrumentos computarizados que aportan ritmos y orquestaciones. También se hizo cargo él de los procesos de mezcla y masterización de este disco en el que hoy nos fijamos. Siendo Torres no sólo una persona destacada dentro del arte de la música, sino también una persona muy interesada en la filosofía y la sociología con un enfoque abiertamente cuestionador de las diversas malarias de la modernidad y el mundo tecno-céntrico contemporáneo, no nos debe extrañar que “Emancipés Du Vide?” sea un álbum conceptual centrado en el pensamiento crítico. En este caso específico, la idea guía es una reflexión melancólica sobre la inocencia de vivir que inspira, por un lado, la tentación a dejarse llevar por un nihilismo plácido, y por otro lado, implica una desazón ante la falta de libertad efectivo en medio de tantos discursos institucionales y políticos que hablan del ideal de una libertad que es, al fin y al cabo, falaz. El impulso final de la existencia humana debería ser la recuperación de la ingenuidad más sincera y el aprender a valorar la belleza de vivir en acuerdo con el mundo que se nos revela a través de los sentidos. En cuanto a lo estilístico, “Emancipés Du Vide?” ostenta una línea de trabajo más sutil que la concretada en el álbum anterior “La Civilisation De La Graine” (junio del 2022); aquí hay más espacio para la exhibición de motivos y atmósferas contemplativa, pero mejor es que pasemos a los detalles de su repertorio. 
           
Ocupando un espacio de casi 6 ¼ minutos, ‘La Grâce De La Solitude Ou L’anxiété Sociale’ abre el álbum con una elocuencia sobria y señorial, la cual sabe combinar recursos de fineza y vigor expresivo sobre un groove programado a medio tiempo. Las comedidas armonías de la segunda guitarra y las capas del sintetizador abren un sendero idóneo para un primer solo de guitarra bastante cristalino. Ya más adelante, el groove vira hacia una dimensión más intensa, lo cual repercute en una muscular ascensión de la garra rockera, una estrategia vital para asentar una alternancia entre pasajes sutiles y otros más explícitamente aguerridos. El swing de fondo juega con compases inusuales mientras deja fluir la versátil expresividad de la pieza. Muy buen inicio del álbum. El segundo tema se titula ‘Loxapine Te Ghoste’ y su estrategia sónica consiste en establecer un dinamismo frontalmente extrovertido sobre una ingeniería rítmica más permanente que la del tema inicial del álbum. Su fulgor inherente es manejado con suma elegancia a la hora de organizar y articular la dinámica jazz-rockera en curso mientras le añade algunos ornamentos propios del paradigma space-rockero. ‘DramaKing, Le Plaisir D’être En Rupture’ es la pieza más extensa del disco con sus 7 ½ minutos de duración y su misión es la de seguir la huella jazz-rockera del tema precedente para arroparla con una refrescante sofisticación progresiva. El cuerpo central se sitúa en un terreno híbrido de Holdsworth y Beck con algunos guiños a la faceta más experimental de Vai, lo cual significa que hay una altiva fastuosidad que moviliza los arreglos del motif principal. Para el epílogo emerge una secuencia de dos secciones sucesivas signadas por un hard rock sofisticado, sirviendo la segunda como un efímero epílogo. Todo un cénit del álbum. ‘Illusion De Liberté, Mais Quelque Chose D'autre Doit Changer...’, lo que tiene lugar es una conjunción de los patrones de CAB y BOZZIO LEVIN STEVENS con añadidos toques de Vai, una vez más. El neurótico vitalismo que impulsa a los solos y a los virajes temáticos que se van sucediendo es manejado con el mismo pulso firme que ya se hico a todas luces presente en las secciones más aguerridas de los temas #1 y #3. ‘Comptine Pour Âmes En Peine’ se apoya en un swing particularmente sereno, pero también es el que contiene algunos de los solos de guitarra más intensivos y enérgicos en lo que va del repertorio. Algunos efectos cibernéticos de la guitarra instauran un aura un tanto cósmica al entramado sonoro sin distorsionar su esencia.
 
En buena medida, ‘Serais-je Un Jour Plus Attractif Que Ce Néant?’, el tema siguiente, se erige sobre un swing también sereno, pero esta vez hay unas dosis mayores de preciosismo progresivo y exploraciones de rock pesado en el modo en que se va concretando el desarrollo temático. Da la impresión de que en algún momento las cosas se van a intensificar sistemáticamente... Y, en efecto, esto es lo que se da en algunos pasajes intermedios, lo cual se traduce en un abierto coqueteo con el prog-metal (como muchas veces hace el ensamble connacional MÖRGLBL). Cuando llega el turno de ‘Les Aventures De Neurosix Et Psychosix’, vuelve de lleno el señorío incendiario y ambicioso de la cruza entre el jazz-prog y el discurso progresivo contemporáneo con añadidos aires de space-rock. A pesar de las connotaciones psicopatológicas de su título, es más vivacidad que ansiedad lo que se refleja en el espíritu expresivo de esta composición. En la sección final, el bloque instrumental se enfila por la senda de la electrónica bailable con un enfoque denso, nada complaciente: aquí está la psicosis, en el corazón de una fiesta surrealista que magnetiza al cuerpo mientras la mente no entiende lo que está pasando. ‘La Nuit, La Colline A Du Spleen’ vuelve de lleno a la faceta melancólica de la visión musical de M’Z, siendo así que articula un cautivador boceto melódico para la ocasión. Algunos arreglos del esquema rítmico permiten la emergencia de ciertos recursos de agilización en el swing, pero el talante contemplativo sigue incólume. Eso sí, los solos que van emergiendo tienden a ser más fulgurosos que el anterior. La verdad que su espacio de 3 
½ minutos se siente muy breve, nos deja con ganas de más cuando llega el fade-out. Como sea. el momento del cierre ya llega y lo hace de la mano de ‘Le Naïf Adulte’, una pieza alegre que comienza proyectando vibraciones jazz-progresivas donde se agitan algunos leves coqueteos con el Latin-jazz. La dinámica generada por los solos y armonías de la guitarra nos recuerdan a las secciones menos musculares de los temas #5 y #6. También hay algunos virajes temáticos que abren campo a nuevos ejercicios de jazz-rock versátil al propio estilo del maestro Torres, quien demuestra sentirse muy a gusto en medio de movilidades versátiles y compases inusuales. 

Todo esto fue lo que se nos brindó en “Emancip​é​s Du Vide?” desde los cuarteles de M’Z para este año 2024 que ya se encuentra en su último tercio. Este disco es toda una declaración de principios sobre cómo hacer música experimental y creativa con un aporte ecléctico bastante interesante. Definitivamente, se trata de una de las obras más enérgicas que han emergido de la vanguardia progresiva francesa actual en el presente año 2024 (que ya está a pocos meses de fenecer). ¡¡Totalmente recomendable!!
 
 
Muestras de “Emancip​é​s Du Vide?”.-
La Grâce De La Solitude Ou L’anxiété Sociale: https://www.youtube.com/watch?v=anemj8t2NfU
DramaKing, Le Plaisir D’être En Rupture: https://matzizrecords.bandcamp.com/track/dramaking-le-plaisir-d-tre-en-rupture
Les Aventures De Neurosix Et Psychosix: https://matzizrecords.bandcamp.com/track/les-aventures-de-neurosix-et-psychosix

Sunday, October 06, 2024

El incesante juego progresivo de los noruegos TUSMØRKE


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
El pasado 30 de agosto salió al mercado el nuevo disco del trabajólico grupo noruego TUSMØRKE, el cual se titula “Dawn Of Oberon”. Se trata del duodécimo trabajo de estudio de la banda y se concreta justamente 12 años después de su álbum debut “Underjordisk Tusmørke”. Usando un poco de esoterismo aritmético, la gente de TUSMØRKE presume del hecho de que este disco está signado por la asociación numérica 12-12-12, lo cual le hace el doble de ocultista que el clásico número del Diablo 666. Karisma Records se encargó de la publicación de este ítem tanto en CD como en vinilo (de color blanco leche). También hay una edición en casete producida por el sello Blek Kopi. La alineación del grupo ha variado un poco respecto a la que operó en disco anteriores: el baterista Kusken se unió a Benediktator [bajo, guitarra, sintetizadores, mellotrón, piano eléctrico, flauta dulce, flautín, caja de ritmos, vocoder, percusión, efectos electrónicos, grabaciones de campo y voz], el Krizla [flautas, percusión y voz] y Herjekongen [Pianos clásico y eléctrico, órgano, sintetizadores y mellotrón], dejando pronto su posición a poco de terminarse la publicación de este disco que hoy reseñamos. La suite precisamente llamada ‘Dawn Of Oberon’ comenzó a surgir en las mentes de los músicos desde hace varios años, nunca saliendo de sus iniciales balbuceos fracturados e incompletos. Una vez que el grupo se dispuso a convertirla en una pieza definida y oportunamente expandida con el nuevo baterista a bordo, el grupo se sintió inspirado para concebir otra pieza de largo aliento, ‘Dusk Of Tawblerawn’, con cinco partes que, en su ilación, encarnan una especie de secuela de la otra suite. La idea central de “Dawn Of Oberon” es una celebración del Síndrome de Peter Pan: nunca crezcas, sólo envejece mientras afrontas la vida como un gran juego. El material contenido en “Dawn Of Oberon” fue grabado en el Studio Zet y en Det Ytre Rommet en varias sesiones a lo largo de los años 2022 y 2023, con la ulterior labor de masterización siendo hecha en Tinfoil Audio. Los ingenieros de sonido fueron Benedikt Momray (el verdadero nombre de Benediktator) y Torstein Kvamme Holum. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales del disco, ¿vale?

 
El repertorio del disco comienza con la magnífica suite homónima que mencionamos antes; tiene una ambiciosa duración de más de 17 ¾ minutos. El inicio de ‘Dawn Of Oberon’ indica ya una actitud celebratoria con fuertes índices bucólicos y un gusto por la sofisticación melódica, muy en consonancia con lo que ya hacen otras bandas escandinavas como WOBBLER y 
JORDSJØ. El uso de diversos cambios de tempo permite que el swing armado por la dupla rítmica tenga suficiente fluidez como para mantener con pulso firme y genuina vitalidad los diversos esquemas melódicos que se van sucediendo. Ya halla un canto o no, la flauta se erige como absorbente y cautivadora protagonista de los índices temáticos. Hay una sensación especial de exultante plenitud en la variante melódico que se arma a partir de la frontera del sexto minuto, y poco después de eso, se da un viraje hacia un ambiente más ceremonioso aunque el groove sigue siendo bastante animado. De todas maneras, el colorido inicial no tarda mucho en regresar al frente y lo hace con un vigor incrementado, siendo así que la batería se torna un poco más agresiva y el órgano asume un rol más destacado dentro del encuadre instrumental. Dentro de este nuevo enclave, el esquema de trabajo grupal se vuelve más denso y los arrebatos celebratorios asumen un talante más neurótico. Una vez que la flauta regresa de su descanso, la banda saca provecho de este nuevo efluvio de fortaleza sonora para ascender hacia una cima de señorial solemnidad de tenor prog-psicodélico (no ajeno al paradigma de RING VAN MÖBIUS). Hay algo de actitud exorcista en los arreglos corales que emergen en los minutos 13 y 14 antes de que el jolgorio bucólico consume un nuevo retorno sobre un mágico uso de compases complejos, siendo así que el persistente señorío logra impulsar un clímax absorbente para las instancias finales. ¡Qué suite tan estupenda! Con el irónico título de ‘Born To Be Mild’ emerge la segunda canción del álbum, la primera de las cinco canciones que conforman el concepto de ‘Dusk Of Tawblerawn’. Siendo ágil y portando un gancho directo en su más  sencillo esquema melódico, para nada se trata de una canción simplona: sus aires gozosos se conecta por igual con los JETHRO TULL de 1978 y los RENAISSANCE del mismo año. Su espiritualidad celebratoria converge intensivamente con los aspectos más extrovertidos de la suite.

 
‘Dwarven Lord’ es una bella balada progresiva cuyo encanto se centra, en no poca medida, en la aureola etérea que los teclados insuflan a las orquestaciones y ornamentos con los que se enmarca el desarrollo temático. Su aura evocadora se vincula al estándar de los GENESIS de la etapa 1970-71. ‘Midsommernattsdrøm’ retoma varios de los recursos épicos desarrollados en la suite de apertura a través de su espacio de poco menos de 8 minutos. Incluso añade dinámicas acentuaciones jazzeras a varios pasajes del groove general, lo cual sirve para asegurar una actitud saltarina para varias de las excursiones lideradas mayormente por el órgano. A veces sentimos que hemos vuelto a los tiempos de RARE BIRD y ATOMIC ROOSTER, pero a través de ese filtro de fulgor mágico y misterioso que es provisto por el patrón prog-sinfónico escandinavo. Ello se nota muy bien en el modo en que se arma el epílogo en el transcurso de los dos últimos minutos. ‘People View’ se caracteriza por trasmitir los aires más parsimoniosos del repertorio. Su talante solemne ostenta una gravedad rotunda que empieza en clave ensoñadora y termina con una fastuosidad absorbente y contundente. PROCOL HARUM a través del filtro de BO HANSSON, así suena este hermoso instrumental. El cierre del disco (y del concepto de ‘Dusk Of Tawblerawn’) llega de la mano de ‘Troll Male’, pieza diseñada para que los aires juglares vuelvan al frente por enésima vez, un amanecer muy asertivo y gozoso tras la nocturnidad contemplativa emanada por la pieza precedente. Los ornamentos percusivos enriquecen el groove predominante en algún pasaje estratégico mientras un elegante solo de guitarra realza la vigente alegría. Los reposados instantes finales ilustran el fin del jolgorio. “Dawn Of Oberon” es, a fin de cuentas, un disco que nos demuestra que estos ilustres trabajólicos de TUSMØRKE siguen siendo capaces de brindar obras musicales sólidas para perpetuar el ideal progresivo en la escena musical escandinava de nuestros tiempos. Siempre apelando a temáticas mitológicas y esotéricas para sustentar su visión mágicamente posmoderna del mundo, este grupo noruego sabe encontrar vías de solvente inspiración con cada nueva obra fonográfica que acomete. Al igual que muchas otras que le precedieron, ésta es bastante recomendable.
 
 
Muestras de “Dawn Of Oberon”.-
Dawn Of Oberon: https://tusm-rke.bandcamp.com/track/dawn-of-oberon 

Thursday, October 03, 2024

La senda jazz-progresiva del trío francés KORKOJ


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
En esta ocasión prestamos nuestra atención al trío jazz-progresivo francés KORKOJ, el cual está conformado por el pianista Frédéric Gablin, el baterista Matthieu Noblet y el bajista Ronan Bedo. Su disco “XI” fue publicado el pasado 6 de setiembre – hace muy poco – por el sello Baboon Fish. Formado en la localidad de Brennes (capital del departamento de Ille y Vilaine, región de Bretaña) en el año 2009, el trío se caracterizó por muchos años por operar como un trío de punk-jazz con elementos psicodélicos donde Gablin tocaba la guitarra. Pues bien, ahora con este trabajo “XI” y un Gablin concentrado en el piano, el esquema sonoro de la banda se ha derivado hacia un jazz-prog con dinámicos ornamentos fusionescos y vanguardistas emergiendo en lugares estratégicos. Específicamente, en el disco que hoy nos ocupa, hay puntos de confluencia con las bandas compatriotas LEMMINGS SUICIDE MYTH y DUSTMAN DILEMMA, así como con los japoneses JIZUE, insertándose también algunos estándares de eso que se ha dado por llamar nu-jazz. En líneas generales, la evolución estilística que la gente de KORKOJ plasma en este disco no es tan dramática; la banda sigue dando muestras de garra y un gusto por dinamismos complejos y aguerridos, pero es que el rol predominante del piano le da un aire más aristocrático al bloque triádico. Por otra parte, el bajo tiene más campo de expansión para hacer virguerías y elaborar efectivos recursos armónicos en esos pasajes donde el piano pasa a un segundo plano para hermanarse con la batería en vez de guitar el núcleo temático. Pero mejor pasemos a los detalles del repertorio, ¿vale?
 
‘La Led’ ocupa los primeros 2 ¼ minutos del disco y dice bastante en ese espacio. Su sección prologar exhibe una gracilidad solvente en clave de Latin-jazz antes de regodearse en la sofisticada vivacidad del cuerpo central, el cual une impetuosos efluvios de la batería y el piano. Así las cosas, el terreno está preparado para que la dupla de ‘La Rose Et Le Glaire’ y ‘Quand Harry Rencontre Barry’ abra caminos de expresión cruciales para el grupo. El primero de estos temas mencionados se focaliza en un dinamismo sugerente donde los colores sonoros son más matizados que en el tema de apertura, lo cual lleva a un incremento de los índices preciosistas que siguen operando. Además, el groove se afirma también de forma más permanente, lo cual hace que se sustente una peculiar elegancia en el substrato de la reinante extroversión. Con respecto al segundo de estos temas, se enfoca en una experimentación con síncopas donde el trío decide remodelar su propia fortaleza dentro de una estructura sónica donde se hermanan inteligencia arquitectónica y visceralidad muscular
. Hay algo de sombrío en la ambientación general de esta pieza, pero su peculiar agilidad se traslada a una ingeniería extrañamente vivaz. ‘Varice Des Champs’ desarrolla una aureola crepuscular y solipsista en torno a su sobrio cuerpo central, el cual, siendo estructuralmente sencillo, ostenta una sutil sofisticación capaz de sustentar alusiones a algo sombrío, tornándose inquietante durante la eclosión pulsátil que tiene lugar cerca del final. ‘La Solitude Du Roi’ da un viraje hacia cautivadoras vibraciones melancólicas mientras el trío explora la faceta introvertida de su ideario musical. Cuando este tema detiene abruptamente su clímax conclusivo basado en los oleajes del piano, llega el turno de ‘Camion Benne’, una pieza gestada sobre una cruza entre lo grácil y lo ceremonioso. Ella aporta un aura de nocturnidad que se deja transportar sobre un manto etéreo mientras su esencial espiritualidad contemplativa moldea sólidamente el evocador motif central, que suena como una mezcla de jazz-fusion y math-rock. Pues todo ha estado yendo muy bien todo hasta aquí... ¡Y aún queda más por gozar!
 
Con el hilarante título de ‘Opercule Poirot’ surge una pieza diseñada para retomar la línea de trabajo antes plasmada en el tema #3, siendo así que se añade una dosis extra de vivacidad a la vigente luminosidad encendida con surrealista tensión durante su primera sección. Dado que su estructura compositiva es más versátil, la interacción entre los instrumentos interlocutores maneja la sofisticación melódica del momento con impoluta fluidez. Cuando llega el turno de ‘Korkojazz’, nos topamos con el tema más largo del disco al disponer de 6 ¼ minutos de duración. En ella se condensa buena parte de los factores fulgurosos que ya tuvieron presencia en varios de los temas precedentes, y siendo así que el excelso swing de la batería y las punzantes líneas del bajo se hacen sentir dentro de la ingeniería grupal, también se hace patente la musculatura colectiva a través de sus variantes de groove. Todo un cénit del álbum. ‘Poirot’ es una miniatura crepuscular atravesada por vibraciones nostálgicas que abre el camino para el pronto arribo de ‘Humphrey Bitume’, un tema totalmente distinto que se enfila hacia una espiritualidad celebratoria, ostentando un coqueteo con el Latin jazz. Mientras va avanzando la pieza, su núcleo fusionesco se va enriqueciendo con subterfugios estilizados de tenor progresivo. Hay una prestancia muy especial en los fraseos del piano, como también la hay en ‘La Traversée Du Vide’, la pieza encargada de cerrar el repertorio. Las pulsaciones iniciales del bajo instauran la base sobre la cual el piano deberá iniciar el índice melódico y la batería deberá enrumbar el vitalismo inherente a la composición. La dualidad entre mecanicismo visceral y fineza melódica se da mayormente entre el piano y el bajo, estando la batería a cargo de focalizar la totalidad en un orden reconocible a través de los recovecos multitemáticos. Algunos leves coqueteos con el estándar del Zeuhl hay, sin duda; el abrupto corte conclusivo es muy efectivo. Todo esto fue lo que se nos ofreció en “XI” desde los cuarteles de este trío francés llamado KORKOJ, un muestrario de exquisita música jazz-progresiva. Tratándose de un disco tan lleno de vigor, elegancia y creatividad, resulta totalmente recomendable en cualquier buena fonoteca dedicada a la vanguardia mundial de nuestros tiempos.
 
 
Muestras de “XI”.-
La Rose Et Le Glaire: https://baboonfishlabel.bandcamp.com/track/la-rose-et-le-glaire
Varice Des Champs: https://baboonfishlabel.bandcamp.com/track/varice-des-champs

Monday, September 30, 2024

El nautismo space-rockero de los belgas QUANTUM FANTAY



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el nuevo disco del grupo belga QUANTUM FANTAY, el cual fue publicado el pasado 14 de junio con el título “Oneironauts”; el sello alemán Progressive Promotion Records estuvo a cargo de eso. Para este disco, la alineación de QUANTUM FANTAY está conformada por Pete Mush [sintetizadores, bajo, flautas y percusión], Tom Tee [guitarras], Jaro [bajo] y Jazzper Coulier [batería]. Adicionalmente, hay intervenciones de algunos invitados, como el mismísimo Ed Wynne de los OZRIC TENTACLES, quien toca la guitarra en un tema. Otros son el flautista Charles Sla, el baterista Louis Van Der Linden (en tres temas) y otro baterista Gino Bartolini (en un tema). O sea, todavía estaba presente el baterista que tocó en el álbum anterior “Yemaya Orisha”, que data de 5 años atrás, mientras se estaba gestando este nuevo disco. Pete Mush se hizo cargo de organizar las sesiones de grabación de todo el material contenido en “Oneironauts” desde su propio estudio Pete’s Mushroomland, ubicado en la localidad de Loreken. Allí también realizó las labores de mezcla, estando las de masterización en manos de Frank Van Bogaert (él mismo, dueño de una carrera en la electrónica y el ambient, además de ser ingeniero de sonido). Este disco en cuestión es un álbum conceptual sobre dos amantes que logran crear un espacio de sueños lúcidos donde puedan vivir su pasión compartida de una manera mágica más allá de las experiencias sensoriales cotidianas. Liya Levet es la autora de los cuadros usados para la portada y la contraportada del álbum, siendo dichos cuadros transfigurados digitalmente por Pieter Pan en el proceso del diseño gráfico. 


El repertorio de 63 minutos y pico que se explaya en “Oneironauts” comienza con ‘Flight Into Hive Mind’, que es justamente su tema más extenso con sus poco más de 10 ¼ minutos de duración. Una secuencia sintetizada bastante vivaz, acompañada de florituras cósmicas y sutiles capas de teclado, da inicio al que será un groove predominantemente extrovertido. Sobre el mando ejercido por la doble columna de la batería y el bajo, la omnipresente vivacidad se torna majestuosamente aguerrida merced a la estilizada musculatura de la guitarra. En algunas ocasiones, un teclado o una flauta emerge como sustento melódico, pero la guitarra es la principal guía del desarrollo temático que está muy en línea con lo que llevan haciendo los OZRIC TENTACLES desde inicios del nuevo milenio. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto, se entromete un swing reggae que sirve para abrir algunos espacios etéreos dentro del dinamismo nuclear del jam. Su cénit final comienza a armarse alrededor de la frontera del octavo minuto, dándose una prestancia enérgica realmente inapelable. ‘Wakening’ es el segundo tema y su misión consiste en trasladar el colorido hacia un ensanchamiento más sobrio, explorando un medio tiempo que añada algunas vibraciones ceremoniosas al persistente ambiente de jovialidad. Hay un solo de guitarra que se impone a mitad de camino como uno de los más notables de todos el disco; en cierto modo, se encarga de impulsar el tenor exultante de la sección epilogar. La dupla de las piezas ‘Mnomic Induction Of Lucid Dream’ y ‘Upwards And Onwards’ sirve para que el ensamble siga explorando sus bien definidos esquemas musicales. El primero de estos temas mencionados es el segundo más extenso del disco con su espacio de 9 minutos y pico. Su función es la de penetrar más a fondo en el potencial fusionesco de la línea de trabajo de la banda, por lo que trabaj con una extroversión comedida mientras la ingeniería rítmica se arma con la idea-guía de hacer lo más sofisticado posible el groove sobre el que se apoya el relativamente sencillo compás. El dinamismo caleidoscópico de la pieza se va haciendo más explícito mientras avanzan los minutos. Un momento culminante dentro del repertorio. En cuanto a ‘Upwards And Onwards’, se trata de un tema que retoma parcialmente el swing central de ‘Wakening’ mientras le brinda un renovador y ecléctico nervio que se basa en la pieza de apertura. Eso incluye la inserción de un pasaje reggae. 
 
El quinto tema del disco se titula ‘Oneironautics’ y nos llama la atención que, desde el punto de partida, el grupo se asiente firmemente sobre un compás inusual mientras da un nuevo giro de tuerca a la estrategia de cruzar la futurista exuberancia sonora del space-rock con el dinamismo señorial del discurso jazz-progresivo. Así las cosas, las secuencias sintetizadas que marcan la pauta de la instrumentación global deben tener la suficiente maleabilidad como para que la ilación de los variados índices temáticos que se van sucediendo fluya con impoluta naturalidad. Hasta que nos acercamos a la frontera del cuarto minuto y medio, que es cuando el ensamble decide virar hacia un jam intrépido y pesado que nos remite, simultáneamente, a los OZRIC TENTACLES de fines de los 80 y los VESPERO de la etapa 2010-13. En este nuevo contexto, la guitarra y el sintetizador se alternan en los lucimientos de solos. Más adelante, las cosas se tornan un poco más serenas para que el epílogo traiga consigo un cierto talante contemplativo. Haciendo destacar sus ornamentos progresivos desde el mismo inicio, ‘Scurdy Flurdy’ reitera el preciosismo estructural de la pieza precedente mientras concreta un refrescante lirismo para organizar los esquemas melódicos que se van apoyando sobre el versátil entramado rítmico. Los iniciales diálogos entre sintetizador y flauta son realmente encantadores. En una instancia ulterior, la banda retoma su dinamismo rockero estilizado que ya trazó la senda de varias piezas precedentes. Cuando llega el turno de ‘Solora’, la línea de trabajo ya nos resulta tremendamente familiar, estando el grupo centrado en crear nuevas expresiones luminosas mientras inserta ocasionales pasajes un poco más comedidos, en este caso, para el pasaje epilogar. ‘Orchid Borealis’, que dura cerca de 8 ¾ minutos, trae consigo el cierre del repertorio. Comienza con los climas más etéreos que hallamos en todo el disco, siendo así que éstos se preocupan por llenar espacios con calculada delicadeza antes de que la batería entre a tallar para marcar una pauta definida para el resto de la instrumentación. Dicha pauta se inicia con un enclave relativamente sereno, el cual será predominante. Predominante, que no invasivo, pues en un par de secciones, la banda asume una vivacidad notoria donde la guitarra y el sintetizador hallan espacios para sus respectivas solturas particulares dentro del armazón colectivo. Esta pieza tiene un lirismo semejante al que nos impresionó tan positivamente en ‘Oneironautics’, tema que consideramos como el culmen decisivo del disco como un todo en tanto que marca de forma pertinente a lo que seguirá después mientras hace gala de su propia gama sónica.

Todo esto fue lo que se nos brindó en “Oneironauts” desde el cuartel musical de los belgas QUANTUM FANTAY para el presente año 2024. Suntuosidad y expresionismo constante en este viaje náutico. En líneas generales, nos parece uno de los trabajos más notables dentro de su larga trayectoria musical y su obra fonográfica iniciada en el primer decenio del nuevo milenio. Hoy por hoy, la entidad QUANTUM FANTAY goza de una veteranía bien definida que merece todo el reconocimiento. Muy recomendable este disco. 

Friday, September 27, 2024

Cuarta estación musical de AURORA CLARA

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la muy placentera ocasión de presentar el nuevo disco del grupo español AURORA CLARA, el mismo que se titula precisamente “IV” a mediados del pasado mes de julio. El sello Youkali Music se encargó de publicar este hermoso disco de AURORA CLARA que, desde ya, instaura una nueva cumbre para su propia discografía. El ensamble conformado por Raúl Mannola [guitarras eléctrica, flamenca, acústicas de 6 y 12 cuerdas], Marco Anderson [batería]. Nill Oliveira [bajo], Juan Carlos Aracil [flauta y percusión] y Denis Bilanin [teclados] cuenta con las ayudas ocasionales de Ován Mellén a las percusiones y Paul Austerlitz al clarinete bajo. Mannola y Aracil se encargaron de la producción de “IV” mientras que Fernando Romero fue el ingeniero de grabación en el Estudio FJR en las sesiones que tuvieron lugar entre los días 8 y 12 de enero del presente año 2024, y después, se hizo cargo de las labores de mezcla y masterización.

El disco comienza con su tema más extenso, ‘The Last Candles’, que dura casi 11 ¼ minutos. Su pasaje inicial es impactante con su gran despliegue de lirismo sobre un sobrio tempo en 7/8. Su elegancia envolvente es muy afín a la escuela de CAMEL de su etapa 1978-81, siendo así que cuando ya se instala el cuerpo central, el esquema de trabajo grupal se vuelve más suntuoso al entrar a tallar elementos fusionescos que enriquecen suntuosamente al cuadro prog-sinfónico en curso. También es verdad que en varios pasajes se da un aumento del vigor rockero, especialmente de parte de la guitarra, algo que se hace particularmente notorio en el ecuador de la pieza; pero ella también sabe conceder espacios sucesivos de protagonismo a la flauta y al sintetizador en aras de dar variados recursos de dinamismo a la riqueza melódica. A continuación, sigue ‘Five Sisters’, un tema bastante ágil y jubiloso que se dedica a fortalecer los elementos fusionescos que ya habían hecho acto de presencia en el tema de apertura, sólo que esta vez no operan como estrategias colaterales para el impulso de un esquema melódico ya estructurado, sino como núcleo central de lo que, al fin y al cabo, es un muy inspirado ejercicio de jazz-rock con fuertes factores jazzeros. Es como si, en un universo paralelo, una partitura perdida del segundo disco de GUADALQUIVIR hubiese sido recuperada por los IMÁN CALIFATO INDEPENDIENTE de 1980... pero con la autoría de AURORA CLARA en este universo, por supuesto. La manera tan pulida en que se concreta la hermandad entre la flauta y la guitarra es crucial para el armazón grupal, el mismo que también permite la emergencia de un hermoso solo de piano eléctrico. Con la dupla de ‘Song To John’ y ‘End Of January’, el grupo explora más a fondo sus habituales inquietudes fusionescas. El primero de estos temas es una versión de una composición de STANLEY CLARKE para “Journey To Love”, su tercer álbum solista; el personal de AURORA CLARA ya lo había versionado en “Transformation”, su primer disco (del año 2019). En esta nueva versión, el esquema sonoro se adentra frontalmente en la foresta del flamenco-fusion con una muy inspirada utilización de cadencias bucólicas donde la doble columna de percusiones y guitarras acústicas sostiene al entramado armado para la ocasión. 

En cuanto a ‘End Of January’, se principal misión es la de remodelar el espíritu estético de la pieza #1 en conjunción con el factor jazz-progresivo del tema #2, explayándose en la faceta más contemplativa del grupo; en un interludio, las cosas viran momentáneamente hacia una elevación fulgurosa y vibrante. Los colores aportados por el clarinete bajo son bienvenidos dentro del paisaje sonoro, elevando a esta pieza como un cénit definitorio del álbum como un todo. Cuando llega el turno de ‘Maktub (For Sami And Laura)’, nos recibe un sondeo de atmósferas sugerentes y un tanto misteriosas sobre un flotante trasfondo arábigo, siendo así que el encuadre pastoral de la introducción hace que las florituras comedidas de la flauta asuman una contundente aureola contemplativa. Una vez que la batería y el bajo entran en acción para que se instale el cuerpo central, el tema se convierte en un hermoso ejercicio de sinfonismo con talante melancólico y excelso vigor expresivo: esto último reposa mayormente en el nervio que aplica la guitarra al desarrollo temático, siendo después sucedido por un fabuloso solo de sintetizador que resuena como un eco del paradigma del maestro Jan Hammer. Una vez que vuelve la guitarra al frente, la flauta se le une para realzar los índices líricos de la composición. El cierre del repertorio lo trae ‘One For The Road’, un frenético tema en clave de jazz-rock que se ubica muy cómodamente en una posición intermedia entre los respectivos paradigmas de RETURN TO FOREVER y FOCUS, con algunos toques añadidos de COLOSSEUM II. Siendo tan marchoso como es este tema de cierre, el grupo no se limita a explotar su patente gancho sin más, sino que ornamenta al groove reinante con ocasionales paradas y juegos de síncopas que, al fin y al cabo, generan inteligentes recursos de señorío. En medio de todo esto llega el momento en que, una vez más, se luce el sintetizador con otro solo contundente y virtuoso... ¡Posiblemente es su mejor solo en todo el disco! Bueno, esto fue todo lo que se nos brindó en “IV”.
 
 
Muestras de “IV”.-
The Last Candles: https://www.youtube.com/watch?v=A9PQY5CqrQ8
End Of January: https://www.youtube.com/watch?v=8bAN5sm5Q0Q
One For The Road: https://www.youtube.com/watch?v=wDVrrZZi2i8

Wednesday, September 25, 2024

El ímpetu creativo de la asociación de STEVEN LEAK y OTTMAR SOULIER para el año 2024



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy presentamos “There’s More To Light Than This, un disco de música experimental ecléctica con base electrónica gestado por el dúo del sintetista canadiense STEVEN LEAK y el multiinstrumentista neerlandés OTTMAR SOULIER; este último se encarga de los teclados, las guitarras eléctrica y E-bow, el bajo, las percusiones, la trompeta procesada, los soundscapes y algunos samples, mientras que LEAK incorpora ocasionales ornamentos de sonidos encontrados dentro de su base de datos sonora. Publicado el día 12 de setiembre pasado (hace muy poco), se trata del tercer trabajo fonográfico concretado por este dúo multinacional, sucediendo a 
“On Wave And Air” por dos meses y a “Atoll” por poco más de cuatro. Siendo OTTMAR un compositor muy prolífico y muy atento a armar asociaciones con otra gente, no es de extrañar que con un fetichista compulsivo de la electrónica como LEAK se pueda armar a dos manos una agenda tan intensiva. LEAK cuenta que su primer encuentro con su socio neerlandés se basó en su mutua admiración por el trompetista John Hassell. En el caso del disco que ahora no ocupa, LEAK envió a OTTMAR unos archivos de soundscapes y ambientes cibernéticos dándole carta blanca para que hiciera con ellos lo que quisiera mientras añadía sus propios aportes instrumentales. En los estudios domésticos de cada uno de ellos se fue concretando este diálogo diferido del cual emergió “There’s More To Light Than This”: es hora de revisar los detalles del repertorio contenido en él. 

Durando poco más de 6 ½ minutos, la pieza homónima abre el álbum con solvente magnificencia en clave surrealista con fuertes componentes cósmicos, los cuales son empleados para manejar crecientes niveles de densidad a lo largo de la controlada diversidad de atmósferas. En el desarrollo temático de ‘There’s More To Light Than This’, lo que comienza como una rara calma ensoñadora pronto habrá de ceder espacio a la expansión de una aureola misteriosa, la cual, a su vez, desde el seno de su propia majestuosidad, genera unos recursos de flotante tensión. Estos coquetean un poco con lo tenebroso por unos instantes, pero pronto regresan a las vibraciones arcanas que conformaron el primer clímax expresivo.  ‘Wave.current’ sigue a continuación para gestar un enclave de mesurada extroversión. La sección prologar se toma su tiempo para dejar exhibir su luminosidad nuclear mientras, de a poco, se impone un groove tribal que permite a la pieza gozar de una espiritualidad ciertamente celebratoria. Mientras tanto, los artificios de los teclados y la guitarra E-bow elaboran una contraparte sombríamente solipsista que, a su manera, impone un notable señorío psicodélico. La dupla de ‘Still Held Stance’ y ‘The Shoreless Dark’ sirve para que el dúo siga explorando. El primero de estos temas mencionados empieza situándose en un terreno intermedio entre los TANGERINE DREAM de la fase 1972-73 y los CLUSTER de los dos primeros álbumes mientras añade matices space-rockeros a la ecuación sónica en curso. Una vez definido un compás cibernético, la inicial neblina ornamentada por aleatorios efluvios cibernéticos adopta una ingeniería más reconocible donde la arquitectura electrónica se deja arropar por una singular ambientación onírica. El predominante factor ceremonioso adopta una efectiva cualidad cinematográfica. En cuanto a ‘The Shoreless Dark’, se trata de una reinserción del enclave étnico que antes definió al tema #2. Los notables incrementos de fulgor y vitalidad ayudan a brindar un genuino calor espiritual al entramado sonoro, el mismo que hace lucir su exótico gancho mientras se va expandiendo a través de espacios bien definidos. Ayudan mucho los sobrios índices melódicos que añaden los sintetizadores a lo largo del camino... Ojalá haya durado un poco más este tema.

Pero es que es el turno de los dos últimos temas del disco, que también son los más extensos del mismo: ‘Marsh Bells’ dura cerca de 7 ¾ minutos mientras que ‘Reckoning Figure’ ocupa un espacio de más de 7 ½ minutos. El primero de ellos, permítasenos adelantarlo, nos parece el más bello de todo el repertorio. Los acordes básicos que arman los cimientos de este viaje introspectivo abren campo a una exploración en atmósferas nocturnales donde el misterio de lo oscuro es abordado con una envolvente serenidad que sabe cómo empoderarse de la ingeniería sónica sin aspavientos, a punta de un inteligente uso de la sutileza. Poco antes de atravesar la frontera del tercer minuto irrumpe una secuencia rítmica parsimoniosa que se aprovecha para dar una renovada luminosidad al asunto, una luminosidad mesurada como lo exige la situación. Los flotantes retazos de la guitarra y el leve acrecentamiento de las bases armónicas permiten al dúo establecer conexiones estilísticas con las facetas más etéreas de colectivos consagrados como DJAM KARET y HERD OF INSTINCT. Tal como dijimos antes, toda una belleza de emprendimiento musical. ‘Reckoning Figure’ empieza en un punto de retorno al origen de este trayecto, o sea, un manejo de atmósferas densas con frontal talante cósmico muy semejante al que se realizó en la pieza de apertura. Eso sí, su particularidad está en que parece recibir varios ecos de la introspección sistemáticamente exhibida en el tema precedente, por lo que su cariz contemplativo es más apacible y menos claroscura. Es por ello que la irrupción de una secuencia cibernética que agita las cosas arriba fluidamente como si se tratara de una dinamismo literalmente emergido desde el subsuelo dentro de un orden predeterminado. El empuje de la guitarra eléctrica genera vibraciones aristocráticas dentro de la maquinaria sonora. Si podemos imaginar cómo hubiese sonado la suite del primer disco solista de PETER BAUMANN en manos de cualquier talentoso ensamble space-rockero influido por DJAM KARET y OZRIC TENTACLES, entonces nos hacemos una buena idea de cómo suena esto. El disco ha terminado con sus dos cénit decisivos. Todo esto fue lo que se nos brindó en “There’s More To Light Than This” desde la confluencia de energías creativas de STEVEN LEAK y OTTMAR SOULIER. Hemos disfrutado de una estupenda muestra de prog-ambient generosamente provisto de artilugios electrónicos, inteligentemente armadas atmósferas y bien articuladas variantes expresivas. Muy recomendable.  


Muestras de “There’s More To Light Than This”.-