Wednesday, April 29, 2020

Los pasajes y reflexiones musicales de STEAM THEORY



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de presentar “Passages”. el hermoso nuevo disco de STEAM THEORY, publicado durante la segunda mitad del pasado mes de marzo. Se trata del cuarto trabajo fonográfico (el primero fue “Enduring Delirium”, del año 2010) de este proyecto creado y dirigido por el músico estadounidense Jason Denkevitz, radicado en Baltimore, Maryland. Denkevitz se reparte en las múltiples labores a los teclados, las guitarras, los bajos con y sin trastes, la guitarra-sintetizador, la mandolina, el bouzouki, algunos arreglos vocales y la programación de ritmos. Como es de suponer, él también se hace cargo de dirigir la grabación del material contenidos en este disco, junto a las ulteriores labores de mezcla y masterización. Ocasionalmente, el buen Jason ha recibido aportes de parte del baterista Chris Mack, el bajista Oliver Unger, el teclista Ori Boker y la violinista Anna Koropchak. La línea de trabajo de STEAM THEORY se centra en el sendero del jazz-prog con clara presencia de elementos sinfónicos en parte de los arreglos y en los desarrollos temáticos, además de generosas dosis de otros elementos propios del jazz-fusion y la así denominada World Music. La claridad melódica y la elaboración de grooves llamativos son las prioridades a la hora de crear y arreglar las ideas concebidas para las composiciones; veamos ahora los detalles de cada una de ellas.

‘Amorous’ abre el álbum con una actitud plácida y una espiritualidad contemplativa, llevando a un motif sencillo sobre un tempo de 3/4 a abrirse, gradualmente, hacia una flotante densidad que nos remite tanto al legado de los WEATHER REPORT de fines de los 70s como al paradigma de TORTOISE. Con la dupla de ‘Aspirations’ y ‘Enochian’, se abren nuevos trazos sonoros para el álbum, y de paso, se expande recursos de expresividad notoriamente más extrovertida que la elaborada en la pieza de apertura. El primero de estos temas mencionados establece un vitalismo genuino dentro de un esquema de trabajo controlado: tenemos aquí una cruza entre la CHICK COREA ELEKTRIC BAND y la banda de BILL BRUFORD, con un estilo en las partes de los teclados que nos remite al hermoso legado de los inolvidables HAPPY THE MAN. Los guitarreos, más bien, nos llevan al terreno de JEFF BECK mientras abre lentamente el camino hacia el fade-out. Este maravilloso caleidoscopio jazz-progresivo se erige como un primer cénit del álbum. ‘Enochian’, por su parte, establece un gentil sendero de colores fusionescos que, en buena medida, se apoyan en el rol protagónico que ocupan conjuntamente la mandolina y la guitarra acústica. Más bien parece que las intervenciones de la guitarra eléctrica y del sintetizador están al servicio del incremento de las texturas aludidas en el desarrollo temático. La magnificencia amable del prog con tendencia pastoril y el jazz-fusión de talante celebratorio se conjugan aquí con extraordinario fulgor. Los dos siguientes temas, ‘Findelin’ y ‘Solace’, temas duran 7 ½ minutos y 7 ¾ minutos, respectivamente. ‘Findelin’ cumple con la función de establecer referencias rockeras patentes y rotundas para un exquisitamente complejo viaje musical que nos lleva a una encrucijada entre HAPPY THE MAN y NATIONAL HEALTH, con retazos añadidos de GENTLE GIANT. Con la inserción de breves interludios barrocos guiados por la guitarra acústica, el cuadro progresivo se completa fehacientemente. Otro punto culminante del disco. ‘Solace’, tal como indica su título, es una pieza calmada e introspectiva, bien encuadrada dentro de una ingeniería flotante para el asentamiento de las bases armónicas de teclado. En algunas ocasiones en las que entra a tallar un solo de guitarra el groove se intensifica, lo cual da pie a que la arquitectura instrumental se torne más suntuosa. Los ecos de HAPPY THE MAN siguen allí.

Durando poco más de 11 ½ minutos, la pieza homónima se erige como la más extensa del repertorio, y como tal, está dispuesta para que llame la atención de una manera especial. Lo primero que se nos revela es un hermoso pasaje de piano que nos remite a un híbrido entre JAN HAMMER y THE ENID debido a su mezcla de impresionismo y romanticismo. Una vez instalados el bloque rítmico y las capas orquestales, todo va derivando hacia una fastuosidad comedida que se acerca al paradigma de la primera etapa de WEATHER REPORT, pero todo cambia poco antes de llegar a la frontera del cuarto minuto y medio cuando el factor de sinfonismo mezclado con Canterbury (CAMEL con GILGAMESH) entra a tallar en una crucial variante temática. Aunque se trata de un paraje breve, tiene suficiente impacto como para hacer que el resto de la pieza transite a paso firme en una alternancia fluida entre episodios cautelosos y otros luminosamente ágiles. Como un todo, esta pieza ‘Passages’ funciona muy bien al instaurar un cénit decisivo para el disco. ‘Reflections’ vuelve de lleno a la evocación de los aires de HAPPY THE MAN, y mientras lo hace, también incorpora elementos melódicos propios de las vibraciones melódicas de los primeros álbumes de RETURN TO FOREVER. Cuando llega el turno de ‘Fronts’, el aspecto progresivo vuelve a ser predominante y contundente, usando una especie de síntesis entre los enfoques de los temas tercero y cuarto en la articulación temática de la tercera pieza del álbum, pero metiendo más punche al asunto. La clave está en el equilibrio entre la guitarra acústica y la confraternidad de guitarra eléctrica y sintetizador, así como en la creación de mayores variables en la estructuración melódica. Se nota la influencia Yessiana en varios momentos del desarrollo temático. Una mención especial va para los ocasionales colores que añade el violín en ciertos momentos de la primera mitad. Este ítem es realmente climático, como lo es también el que sigue a continuación, ‘Empyrean’. Éste exhibe otro momento culminante del álbum recogiendo buena parte de la cosecha de exultante colorido dejada por ‘Fronts’ para instaurar una parafernalia progresiva que derrocha cordial fulgor a través de una persistente e inquieta espiritualidad extrovertida. Aunque el esquema rítmico es relativamente sosegado, no renuncia a la sofisticación durante su tratamiento; mientras tanto, la guitarra y los teclados crear espacios con impoluta fluidez. A poco de pasada la frontera del segundo minutos emerge uno de los mejores solos de guitarra eléctrica del álbum. También hay otros pasajes hermosos donde el violín completa las texturas elaboradas por las orquestaciones de teclado. 

‘Hierophant’ reitera aspectos jazz-fusionescos bajo un manto de amable lirismo y sobre la base de un saltarín esquema rítmico. Algunos retazos arábigos salen a colación durante el desarrollo temático. Para los dos últimos minutos, la pieza intensifica su groove, logrando con ello soltar todo el colorido latente y reforzar la vivacidad que desde antes estaba operando en primera línea. ‘Return Passage’ es la miniatura de minuto y medio que cierra el álbum, y básicamente consiste en un reprise de uno de los momentos más suntuosos de la pieza titular; de este modo, el álbum tiene un cierre solemne que va muy acorde con la idea de que el repertorio de este disco fue un constante viaje a través de diversas comarcas dentro de un área unificadora. Como conclusión, “Passages” es uno de los discos más hermosos que se nos ha brindado en lo que va del año 2020, tanto si lo apreciamos desde lo jazz-progresivo como desde lo prog-sinfónico. STEAM THEORY ha escrito su nombre como una huella rotunda dentro de la agenda musical de nuestro año vigente. Recomendable al 100%.


Muestras de “Passages”.-


Sunday, April 26, 2020

La siembra de un nuevo triunfo artístico en los parques y jardines de 2112


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Tenemos más buenas noticias desde el escenario prog-metalero argentino, y éstas vienen de la mano del trío 2112 con su nuevo disco bajo el brazo: “Nuestro Mejor Fracaso”. Publicado a inicios de marzo pasado, este ítem conforma el quinto trabajo de estudio de esta veterana y aún firme personalidad de la escena rockera del país de Cortázar y Sábato... bueno, y el país de Benedetti también, pues el bajista de los dos últimos discos es de origen uruguayo. Juan Tambussi [guitarras], Sergio Moscatelli [batería] y Gabriel Costa Ferraro [bajo y voz] se hicieron esperar con esta nueva entrega tras los 8 años que pasaron desde la publicación del álbum precedente, el excelente “El Maravilloso Circo De Los Hermanos Lombardi”. Pues bueno, resulta que la espera valió la pena pues “Nuestro Mejor Fracaso” nos vuelve a agitar con el acostumbrado paradigma de combinación de fuerza y exquisitez de 2112, a la par que se van añadiendo matices frescos al asunto. Nos podemos atrever tal vez a afirmar que incluso supera al disco antes mencionado en cuanto al despliegue de riqueza musical, pero mejor dejamos este veredicto para todos los que vayan escuchando el disco mientras avanza el tiempo. Si en el mencionado disco anterior, el grupo operó como cuarteto con un integrante a cargo del canto, ahora es Gabriel Costa quien se hace cargo de esta función junto a su inseparable bajo colgado de sus hombros, por lo que el grupo regresa a su clásico formato de trío sin ningún inconveniente. Eso sí, para el último tema del disco, Martín Núñez aportó intervenciones vocales adicionales. Norberto Villagra dirigió los procesos de grabación, mezcla y masterización de “Nuestro Mejor Fracaso”, las cuales tuvieron lugar entre agosto de 2017 y mediados de 2018; por su parte, Javier Iglesias y el propio Moscatelli se hicieron cargo de la parte gráfica, tomando como parte de su inspiración la obra del maestro Delesio Antonio Berni. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio de este disco, ¿vale? 



Los tres primeros temas del disco duran cada uno entre 7 y 7 ½ minutos, coincidiendo en ser de autoría exclusiva de Tambussi (más adelante hay temas con letras de Costa, Moscatelli y Carlos Tambussi). ‘Los Caminos Del Diligente’ da inicio a las cosas con un punche rotundo y una convincente claridad melódica, siendo así que esta última sabe revestirse de estilizada elegancia durante su desarrollo temático, así como en la elaboración de su swing. Es así como la alternancia entre los pasajes aguerridos y los serenos se encadenan en un flujo impolutamente encuadrado. La cosa suena a un híbrido entre los RUSH de los tres primeros álbumes y los LED ZEPPELIN de la fase 75-76, más algunos coqueteos insospechados con el paradigma clásico de GENESIS en el interludio instrumental que precede a la coda. ¡Qué buen inicio del álbum! ‘Un Perro Que Decidió Volar’ emerge con la misión de capitalizar la herencia de la faceta aguerrida de la canción de apertura para llevarla hacia un escalón más alto de sofisticación prog-metalera. El trío afianza su solidez esencial en medio de la suntuosa vitalidad esencial de la canción, logrando así que el fuego expresivo grupal incremente el fragor de sus llamas. ‘El Jardín De Mi Casa’ tiene un esquema rítmico más sosegado pero el nervio rockero con el que se arma el desarrollo temático claramente acoge, en líneas generales, los ecos de vigor y sofisticación de la canción precedente. La emotividad de algunas letras está a flor de piel: “Sin iglesia donde llorar, apuesto a un dios bueno / Y espero me esperes al final.” / “Aún esperando el momento. / Es un huracán que todo arrasa.” Con estos primeros 21 ¾ minutos (o casi) de música ya tenemos bastante para disfrutar de “Nuestro Mejor Fracaso”, y, de hecho, podemos decir que la secuencia de las canciones segunda y tercera conforma un primer cénit del álbum… pero todavía queda más buena música en lo que resta del álbum y no es para nada justo pasarla por alto. Tenemos a una pieza como ‘Hace Mil Años’, cuya atmósfera general de ceremoniosidad reflexiva se siente tan intensa como amable. Encontramos aquí una cruza excelente entre los RUSH de inicios de los 90s, el paradigma de FATES WARNING y las tradiciones de INVISIBLE y PESCADO RABIOSO: la comedida sofisticación de los primeros se mezcla fluidamente con el lirismo mágico y peculiar de los dos últimos, y en manos de los 2112, esto se transporta hacia un ejercicio de lúcida sensibilidad melódica dentro de un contexto patentemente energético. Podemos decir que esta canción marca un momento especial dentro de la tónica general del álbum, además de erigirse en otro cénit del mismo.



‘Frío Y Distante Robot Metálico’ es la canción con letra de autoría de Costa, asumiendo una mirada existencialista sobre el afianzamiento de la autodeterminación a través de los vaivenes de la vida (“Llegó el momento de ascender, / Al propio destino vencer: ser feliz. / Llegó el momento de crear, / Mi propio camino encontrar – para seguir.”). Creando conexiones con los paradigmas de DREAM THEATER y BOZZIO LEVIN STEVENS para darle un aire fresco al patrón de robustez señorial que es marca de los 2112, esta canción estipula una nueva muestra de vigor sonoro mientras establece recursos de acogedor lirismo en su esquema melódico. Hay un pasaje muy inspirado donde la guitarra acústica realiza un solo sutil mientras el bajo realiza unas hermosas florituras con el apoyo del swing jazz-rockero que crea Moscatelli para la ocasión. Definitivamente, aquí tiene lugar una resurrección de las aureolas incendiarias de las canciones #2 y #3 con la adición de matices nuevos, y con ello, se gesta otra pieza particularmente destacada dentro del disco. Mención especial para el solo final de guitarra eléctrica que impulsa el armazón del majestuoso epílogo. La breve pieza instrumental ‘El Mejor Lechón Del Mundo’ consiste en una serie de efectos repetidos de acordes de guitarra que aportan un aire de minimalismo mecanicista al disco. Un elemento nuevo que sirve para crear un breve paisaje abstracto y etéreo antes del arribo del último tema del disco, titulado ‘Parque Recreativo Para Zombis Buenos’, y que es el más incendiario del mismo. Con una fuerza metalera contundente y una dosis razonable de versatilidad en el manejo del ambiente general de la canción, el terreno está bien asentado para la instalación de la más voraz explosión rockera: eso incluye algunos aportes vocales de growling, diseñados para capitalizar esta fiereza dominante. En fin, todo esto fue lo que se nos brindó en “Nuestro Mejor Fracaso”, el nuevo triunfo artístico de unos 2112 que demuestran la persistencia de su siembra creativa y su cosecha musical dentro de la vanguardia rockera argentina. Sin duda, un disco muy recomendable que perpetúa el gran nombre de esta banda fundada a fines de los 80s, banda legendaria y vigente a la vez.    


Muestras de “Nuestro Mejor Fracaso”.-

Friday, April 24, 2020

Segunda vuelta al ruedo neo-progresivo de los italianos ARCADELT



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.


Hoy tenemos en nuestras manos el disco “Arc8” del grupo italiano ARCADEL, disco que fue publicado el 20 de mayo pasado por el sello Lizard Records. Un poco tarde llega esta reseña, es cierto, pero cualesquiera elogios vertidos en ella son genuinos de nuestra parte pues, permítasenos adelantarlo, este disco que ahora tenemos en nuestras manos contiene altas dosis de magia estética en los esquemas melódicos y las gentiles atmósferas que se gestaron para cada uno de los ocho temas contenidos en él. El quinteto que realizó este disco, el segundo de la banda, está conformado por Pierfrancesco Drago [voz], Fabio Cifani [bajo], Sandro Piras [batería y percusión], Fabrizio Verzaschi [guitarras] y Giacomo Vitullo [teclados, piano y programaciones], y su línea de trabajo va por un neo-prog obedientemente enfilado hacia el paradigma de los MARILLION de los 80s y el estándar general de PENDRAGON (especialmente, su etapa 1993-2001). Las letras son casi siempre en inglés. ARCADELT inició sus días en el año 1992 (¡hace casi 20 años!). llegando a grabar y publicar su disco de debut en el año 1994, bajo el título de “Enjoy”. Aunque los ARCADELT se desintegraron en 1997 tras varios años de incesantes mini-giras y aún contando con algunos temas compuestos que quedaban por grabarse en un siguiente disco, éste no fue el fin de su historia pues, efectivamente, en el año 2005, se reformaron. Mucho tiempo les tomó completar este segundo álbum “Arc8”, pero bueno, la cosa es que está hecho y ahora nos complace repasar (por fin) los detalles de su repertorio. 



Durando 8 minutos clavados, ‘Behind The Curtain’ abre el disco instaurando una garra y un gancho atrapantes, cautivando con su plena claridad melódica mientras el llamativo groove se llena fehacientemente con las virtuosas florituras de la primera guitarra (hibridizando los paradigmas de Howe y de Latimer) y las variadas bases establecidas por los teclados. Ya más adelante, mientras se asienta el esquema de la segunda mitad de la canción, los pasajes más calmados van dominando la situación, siempre bajo la guía de los ornamentos y orquestaciones de los teclados (abundantes, que no absorbentes); es aquí cuando la ceremoniosidad Genesiano-Marillionesca sale a relucir con todo a través del entramado melódico. Con la secuencia de ‘The Heartbeat’ y ‘Dogs In Chains’, el grupo sigue explorando su dinámica melódica. El primero de estos temas retoma la faceta más extrovertida del muy bonito tema de entrada y lo capitaliza con una dosis mayor de complejidad en los arreglos musicales, aunque siempre preservando un swing llevadero. En algunos pasajes, nos parece que el grupo se proyecta hacia una mayor cercanía respecto al paradigma de los CITIZEN CAIN pre-1997. En cuanto al segundo, el asunto se proyecta hacia un sonido más modernizado (incluyendo una secuencia sintetizada) donde los guitarreos pueden hacer sentir más su punche dentro del esquema instrumental global. ‘Caledonia (The Inn Of Happiness)’ – la canción más larga del disco con sus más de 8 ¼ minutos de duración – instaura un cénit decisivo dentro del álbum. Comenzando con un solemnemente jovial soliloquio apoyado sobre un ambiente de música circense sustentado por el teclado que emula al armonio, el desarrollo temático organiza un recurso de vitalismo coqueto donde lo ensoñador y lo grandilocuente se hermanan y fusionan dentro de una única estructura sonora expresionista. Ahora sí se puede decir que los teclados asumen un posicionamiento orquestal tremendamente gravitante para el entramado común de los instrumentistas, así como para la espiritualidad pomposa que transmite el cantante. Hay suficiente diversidad de variantes temáticas durante el desarrollo de esta canción como para garantizar que los arquetípicos aires de esplendor prog-sinfónico se cumplan cabalmente en esta canción. Dicho sea de paso, en sus instancias finales está el solo de sintetizador más explosivo de todo el álbum. 



La balada ‘Assenze’ implica un serio viraje introspectivo en base a la interacción de la voz y el piano, siendo así que el Euterpe Quartet añadió un trasfondo de cuerdas al esquema melódico de esta canción. Hay una emotividad suelta y grácil que se siente vibrante, pero, a la vez, contenida, un detalle importante que permite que el evidente dramatismo aquí operante no llegue a una fastuosidad innecesaria. Teniendo cierto parentesco con la tercera canción del álbum, ‘Blood On’ emerge para hacer que el punche rockero vuelva al frente, no solo en lo referente a los riffs y solos aguerridos que articula la guitarra, sino también al nervio ensalzador que la dupla rítmica crea mientras la canción se explaya en su espacio de casi 4 minutos. Creemos que esta situación está muy bien aprovechada y que la canción dice todo lo que tiene que decir en este lapso. Todo termina oficialmente con ‘The Blue Side’, pieza que dura poco más de 8 minutos y que establece una efectiva síntesis entre el lirismo envolvente del primer tema y el ágil garbo del segundo, mientras dinamiza con el mayor despliegue de garra rockera la estupenda claridad melódica con la cual se arma la ambiciosa ilación de motivos. Esta canción no solo pone el momento final sino que también instaura el cénit definitivo para la estructura general del disco. Pero, en realidad, aún hay algo más, una canción escondida que se titula ‘Sotto I Ponti’, la cual procede del homónimo disco debut de la banda PIERROT LUNAIRE (un clásico del año 1974). Para este ítem, el grupo acogió a Fabio Ferri como baterista invitado: el resultado final es un viaje profundamente lírico con un manejo etéreo de los teclados, lo cual da buena cuenta del ingenio propio que concretó la banda a la hora de acercarse a esta pieza del puzzle del prog italiano de los 70s. En fin, lo que nos brindaron ARCADELT con “Arc8” fue un trabajo refinado, genuinamente apasionado y bastante equilibrado dentro de los estándares de su línea de trabajo neo-progresiva. Por muy tardías que resulten estas palabras de elogio, son honestas. Ojalá tengamos pronto noticias nuevas desde los cuarteles de este quinteto. 


Muestras de “Arc8”.-
Caledonia (The Inn Of Happiness): https://www.youtube.com/watch?v=PT3zvd2xqs8

Wednesday, April 22, 2020

En la órbita prog-sinfónica de CONQUEROR



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos al grupo italiano CONQUEROR por motivo de su disco “In Orbita”, el sexto de su discografía (iniciada en el año 2003 con la publicación de “Istinto”): la publicación de este disco fue realizada por el sello Ma.Ra.Cash Records a fines de marzo del pasado año 2019. Esta reseña resulta, entonces, bastante tardía de nuestra parte, pero los elogios que se verán vertidos en ella son tan honestos e inmediatos como si la estuviésemos publicando a pocos meses de su salida al mercado. Repasemos primeramente los orígenes de este grupo, el cual comenzó como cuarteto, y que opera como quinteto desde los tiempos de su segundo álbum “Storie Fuore Dal Tempo” (2005); su gestación se remonta al año 1994, en la localidad siciliana de Santa Teresa di Riva. El colectivo de CONQUEROR está conformado actualmente por Simona Rigano [voz, teclados y sintetizadores], Tino Nastasi [guitarras], Sofia Ferraro [flauta, saxos y EWI 5000], Edoardo Ragunì [bajo, pedales bajos y coros] y Natale Russo [batería y percusión]. O sea, Rigano y Russo son los únicos integrantes permanentes dentro de la carrera fonográfica de este ensamble. Su línea de trabajo es prog-sinfónica, focalizado en un equlibrio entre el desarrollo de sonoridades modernizadas para este enfoque y estrategias para delinear sonoridades más en línea con el retro-sinfonismo. Cabe destacar que en algunos pasajes de “In Orbita” colabora el violinista Giovanni Alibrandi, lo cual ayuda a intensificar el lirismo de algunas ideas creadas para la ocasión. Este disco gira conceptualmente en torno a la vida y milagros del famoso astronauta ruso Yuri Alekséyevich Gagarin: veamos ahora los detalles musicales del mismo.


Durando 6 ½ minutos, ‘Fino Al Limite’ abre el álbum proyectando un inicial clima introspectivo y sumamente sereno, para luego transportar esa misma serenidad – poco antes de traspasar l frontera del tercer minuto – por un groove más suelto y luminoso. Lo que comenzó como algo muy a lo PINK FLOYD de la fase 87-92 derivó hacia una cruza de PREMIATA FORNERIA MARCONI y LE ORME. Sigue a continuación ‘In Cerca d'Ali’, una canción con un talante muy alegre que apunta hacia el estándar del sinfonismo moderno con algunos matices pastoriles aportados por la flauta. Podemos describir a esta pieza como una canción perdida del segundo disco de PFM que fue remodelada por los GENESIS de la época 76-78. Una mención especial va para el solo de sintetizador que domina el foco del intermedio instrumental, que es realmente fabuloso. Con la dupla de ‘Verso Un Nuovo Mondo’ y ‘Kedr’ tenemos casi 19 ½ minutos de esplendor melódico donde se honra solventemente al ideal de la música progresiva sinfónica. hemos disfrutado de dos momentos culminantes sucesivos del disco. ‘Verso Un Nuovo Mondo’ explora un dinamismo mucho más versátil y vivaz que el de cualquiera de los dos temas precedentes pues su esquema melódico, sin abandonar la esencia sinfónica, abre amplios espacios a swings y factores jazz-rockeros con enfoque fusionesco. Una ocasión así es aprovechada por los saxos, que asumen un rol muy notorio dentro del entramado instrumental. Poco antes de cruzar la frontera del sexto minuto, el grupo vira de registro y se adentra en un interludio evocador que suena a la vez dulce y nostálgica: comenzando en clave sosegada y terminando con un ímpetu fastuoso que permite un mayor lucimiento de la guitarra, este interludio termina apoderándose del esquema de la sección epilogar tras un breve retorno del motif inicial. En su prólogo, ‘Kedr’ también juega con la impregnación de tratamientos jazz-rockeros dentro de lo prog-sinfónico, pero esta vez lo hace con una dosis mayor de gracilidad en el armazón rítmico mientras el órgano se encarga de guiar el punche a ser completado por los instrumentos restantes. Luego, la sección cantada, centro neurálgico de la canción, se explaya a través de un centro melódico sereno y etéreo, que despliega una cálida espiritualidad contemplativa sobre un tempo recurrente de 5/4. Las cosas se intensifican cuando emerge un entusiasta interludio instrumental, un momento de exultante brillantez para el dinamismo compartido por el sintetizador y la batería, el cual catapulta a los recursos expresivos a ser provistos por los demás instrumentos. Una vez terminada esta serie doble de piezas progresivas, advertimos que hemos disfrutado de dos momentos culminantes sucesivos del disco.


  

‘Un Disegno Perfetto’ establece una especie de síntesis entre la estilización sinfónica de la primera canción y el esplendor dinámico de ‘Kedr’. Tras una primera sección motivada por un espíritu vivaracho que ese desarrolla sobre un groove llamativo, emerge el cuerpo central de la canción con la actitud de querer desplegar una cristalina claridad melódica, primero en clave serena y luego con un reprise de la primera sección cantada. El epílogo es un motif bucólico guitado por la flauta con un patente cariz reflexivo, en el punto intermedio entre CELESTE y los GENESIS de la época 70-71. En muchos sentidos, esta canción supone una cosecha exitosa de la siembra climática encarnada en las dos canciones precedentes. Con la secuencia de la miniatura ‘09.07 a.m.’ y la pieza ‘Star On The Moon’ concluye el repertorio de “In Orbita”. ‘09.07 a.m.’, que dura poco menos de minutos y medio, exhibe un clima flotante en su hermanamiento de sintetizador, saxo y violín. Por su parte, ‘Star On The Moon’ se encuadra claramente en un sencillo esquema de base neo con algunos nexos con lo que hemos escuchado en varios de los últimos discos de PFM. El saxo se encarga de añadir algunos aires de jazz-pop al asunto. La misión de esta canción parece ser la de brindar una conclusión optimista y ágil al disco sin pretensiones de alto vuelo en los arreglos, solo la idea de mantener la estructura central de un motivo melódico agradable y con gancho razonable. Fueron casi 48 minutos de pródigas sonoridades estilizadas dentro del sempiterno ideario prog-sinfónico los que se nos brindaron a lo largo del repertorio de “In Orbita”, un catálogo de recursos melódicos que se sitúan claramente en una cruza entre la tradición mediterránea de los 70s y el así denominado paradigma neo-progresivo. Definitivamente, si no se le puede atribuir a la gente de CONQUEROR el proponer un nicho sonoro muy particular dentro del escenario prog-sinfónico italiano del nuevo milenio, sí es de toda justicia recomendar a “In Orbita” como un disco motivador de bellas emociones melómanas. Su estilización melódica perfectamente perfilada es la mayor fuente de energía de su órbita musical, y por eso nos parece uno de los discos prog-sinfónicos más agradables y consistentes del pasado año 2019.


Muestras de “In Orbita”.-
Un Disegno Perfetto [en vivo en Giardini Naxos, 29 de agosto del 2018]: https://www.youtube.com/watch?v=zkQz5JJryN8

Sunday, April 19, 2020

ZOPP: asociación anglo-italiana para la renovación del discurso progresivo actual



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

En esta ocasión tenemos el placer de presentar al proyecto musical ZOPP y su disco homónimo, publicado durante la primera mitad del presente mes de abril, o sea, hace muy poco. Se trata de un disco que nos ha impresionado mucho pues la línea retro-jazz-progresiva de fuerte tendencia Canterbury está trabajada con mucha clase y muy convincente intensidad. De hecho, las influencias de EGG, HATFIELD AND THE NORTH y los SOFT MACHINE pre-1971 son bastante fuertes en el esquema sonoro ya la dinámica predominantes en el repertorio de este disco, un disco muy hermoso, permítasenos adelantar. También hay elementos de sinfonismo y avant-prog que se infiltran en momentos estratégicos de este disco; ya entraremos en más detalles al respecto. Todo este material recogido en “Zopp” es el resultado de una labor de 10 años que el líder de ZOPP, el británico Ryan Stevenson, afincado en Nottingham, ha invertido en la composición y la producción del ítem que ahora reseñamos. Con la adición permanente del baterista-percusionista italiano Andrea Moneta (del grupo neo-prog LEVIATHAN), el proyecto adquirió una proyección anglo-italiana. Stevenson, por su parte, se hace cargo de los teclados, el mellotrón, los órganos Hammond y Korg CX-3, el piano, el pianet Hohner, los sintetizadores análogos Arturia y Nord Electro 5d, el bajo, la guitarra eléctrica, las grabaciones de campo y algo de percusión adicional. Además, el dúo se beneficia de las ocasionales colaboraciones de Andy Tillison (sí, el mismo de THE TANGENT) a los teclados, Theo Travis (sí, el mismo de SOFT MACHINE) a la flauta, Mike Benson al saxofón tenor y Carolyn Joy Clarke al canto. Tillison no solo colaboró como instrumentista en algunos temas, sino que también realizó labores de masterización para el disco entero, además de co-producirlo junto a Stevenson. Moneta, por su parte, fue más allá de lo meramente performativo y se hizo cargo de la ingeniería de sonido para sus propios aportes de batería y percusiones.



Yendo a los detalles concretos del disco, lo primero con lo que nos topamos es la dupla de la miniatura ‘Swedish Love’ y ‘Before The Light’. Aquélla tiene como función instaurar un prólogo psicodélico de tenor moderadamente suntuoso donde una fanfarria inicial de teclados culmina con una capa minimalista de sintetizador de tenor cósmico, la misma que anuncia el arribo del colorido y el groove centrales de ‘Before The Light’. Aquí tenemos una brillante expansión de coloridos melódicos y vibrantes tonalidades que se mueven a través de una compleja ingeniería rítmica (mayormente usando compases de 6/8 y 5/4). Los riffs y ocasionales ornamentos de guitarra sirven para realzar oportunamente varios pasajes guiados por el órgano y el piano, todo ello mientras la batería se encarga de elaborar recursos vigorosos para el vitalismo general. ¡Qué buena manera de iniciar el álbum! ‘Eternal Return’ sigue, en buena medida, la senda trazada por el tema precedente en lo referente al explayamiento de la claridad melódica, pero esta vez el swing es más contenido y la atmósfera se sitúa en un área extraña entre lo solemne y lo sombrío. Ahora el rol de la guitarra es más notorio dentro del desarrollo temático. El asunto suena un tanto emparentado con el legado de HAPPY THE MAN con el añadido de un cierto parentesco con la banda compatriota LOST CROWNS. ‘Sanger’ es una pieza que se traslada a través de una ambientación un poco más calmada que las de las dos anteriores mientras explora más a fondo los recursos de densidad ya presentes en ‘Eternal Return’. De todas formas, a pesar de que la idea-guía en la estructuración del desarrollo temático y la atmósfera se apartan un poco del abierto expresionismo plasmado en piezas precedentes, todavía notamos que hay algunos pasajes donde los ornamentos rítmicos exhiben un vigor intenso. Una pieza bella y extravagante, para nosotros, un cénit del álbum. Quizás pudo beneficiarse de una expansión un poco mayor de los poco más de 3 ¼ minutos que el grupo le ha concedido, pero es que ahora llega el turno de ‘Sellanrå’. Este quinto tema del álbum es una exploración de atmósferas misteriosas que, en ocasiones, rayan con lo tenebrista. Las parcas escalas de piano trazan el núcleo temático mientras las capas de teclados y los retazos de guitarra arman una envolvente aura de intrigante solipsismo.

‘V’ emerge con toda la intención de recuperar a lo grande los aspectos más extrovertidos del patrón estético de ZOPP, especialmente en lo referente a los legados de los temas #2 (en cuanto al esplendor melódico) y #3 (en cuanto a la prioridad de grooves contenidos dentro del armazón rítmico). Algunos ornamentos de flauta entran a tallar para realzar eficazmente ciertas partes del arsenal de teclados, el cual dirige el complejo y cautivador desarrollo temático. Esto suena a un híbrido entre HAPPY THE MAN y los NATIONAL HEALTH del primer álbum, con algunas reminiscencias de A TRIGGERING MYTH. Otro estupendo cénit del álbum. Con la dupla de ‘Being And Time’ y ‘Zero’, el ensamble se dispone a seguir expandiendo su paleta sonora mientras refuerza sus líneas básicas de creatividad progresiva: a propósito, resulta muy heideggeriano el título del primero de estos temas mencionados. ‘Being And Time’ ostenta una solemnidad tensa y categórica que permite al grupo tantear cierto coqueteo con la faceta más fastuosa del así llamado rock-in-opposition; de hecho, notamos aquí ciertas confluencias con el patrón estético de los italianos SKE y de los estadounidenses RASCAL REPORTERS en lo referente al manejo etéreo de esquemas disonantes y la intervención de algunos interludios abiertamente siniestros. De todas maneras, también hay algunos pasajes de tenor cálido desde los cuales se extienden lazos de familia con lo hecho antes en ‘Sanger’. Justo a algo así nos referíamos cuando decíamos que deseábamos que ´Sanger’ fuese más extenso: ‘Being And Time’ cumple ese deseo nuestro y se erige como otro momento culminante de este repertorio. Por su parte, ‘Zero’ le da al colorido habitual de la banda una garra renovadora, siendo así que en varias instancias del desarrollo temático, el dúo establece un andamiaje bien afilado, lleno de nervio expresivo. Eso sí, este nervio no es utilizado para manifestar tensión sino para manifestar una pasión celebratoria con una muy ampulosa estilización. Volvemos al terreno de A TRIGGERING MYTH con huellas de NATIONAL HEALTH. 



Ocupando un espacio de poco más de 9 ¼ minutos, ‘The Noble Shirker’ cierra el álbum con distinguido fulgor, algo totalmente idóneo para el tema más extenso del repertorio. La misión principal de esta pieza es la de dar prioridad al paradigma del prog sinfónico para atenuar relativamente el rol del Canterbury remodelado que ha sido el ingrediente principal dentro de este exquisito menú musical. La sección inicial suena mucho a EGG pero, tras un interludio signado por un compás marcial envuelto en una atmósfera sobriamente densa, el asunto vira hacia el estándar prog-sinfónico. De hecho, mientras que algunos solos y bases de teclado cuentan con esa prestancia elegante y sobria propia de Bardens, casi todos los solos de guitarra se insertan claramente en el paradigma Hackettiano. Los colores añadidos por el saxo invitado para el clímax epilogar añaden bastante vivacidad al asunto. Por último, la coda sintetizada aporta una interesante variante cósmica al reposo que necesariamente ha de seguir tras el espléndido ejercicio de suntuosidades progresivas plasmadas a lo largo de los bien delineados recovecos de esta pieza. Un gran final para un gran disco. El nombre del disco “Zopp” y el del ensamble ZOPP deben ser anotados en un lugar destacado dentro de nuestra lista de apreciaciones preferentes dentro del escenario actual del rock artístico. Definitivamente, tenemos aquí uno de los ítems más hermosos de la producción progresiva del presente año 2020, el cual hace poco terminó su primer trimestre. ¡Recomendable al 200%!


Muestras de “Zopp”.-

Friday, April 17, 2020

PRAXIS: memorias de una grandeza efímera de la historia del prog mexicano

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HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy echamos un vistazo a la historia de la pujante y entusiasta escena progresiva mexicana de los 80s, deteniendo nuestra mirada en el grupo PRAXIS y su único trabajo registrado, titulado “La Eternidad De Lo Efímero” y publicado en el año 1988 por el sello independiente Rosenbach Records, para ser reeditado por Phoenix Records un año más tarde. Los orígenes de PRAXIS tuvieron lugar en la capital de México en 1985, bajo las iniciativas conjuntas del bajista Ricardo Anaya y el guitarrista Héctor Hernández, uniéndoseles poco después el teclista Ricardo Moreno y el baterista-percusionista Héctor Rosas. El primero de ellos aprovechó la ocasión para explorar un enfoque más aguerrido y electrizante al paradigma de la música progresiva que el que existía dentro de ICONOCLASTA, del cual era miembro. La labor creativa de este colectivo fue rápida pero no tuvo ninguna cabida dentro de la gran industria musical, así que “La Eternidad De Lo Efímero” tuvo que producirse y publicarse de forma independiente, dos años después de la formación del grupo. eso sí, el cuarteto se ganó pronto un público de culto, lo cual posiblemente contó a su favor la antes mencionada conexión con ICONOCLASTA. De todas formas, se notaba a leguas que la propuesta de PRAXIS tenía su intensidad y frescura particulares, principalmente sostenidas por el atractivo de las interacciones virtuosas entre Hernández y Moreno; cómo no, la dupla rítmica hizo buena gala de agilidad y pulso para moverse eficazmente a través de los recovecos melódicos y ambiciosos arreglos de las composiciones. Este disco es generalmente considerado como un clásico del prog mexicano de los 80s con justa razón, pero este triunfo artístico no vino acompañado de un apoyo merecido de parte de la industria, así que el grupo se desvaneció poco tiempo después de la primera publicación del álbum, su única herencia fonográfica. Moreno no solo continuó integrando las filas de ICONOCLASTA sino que posibilitó que Hernández entrara allí. Por su parte, Anaya siguió adelante con otros proyectos, al igual que Rosas. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en “La Eternidad De Lo Efímero”.



De los cinco temas contenidos en este álbum, tres son de autoría de Moreno, y los dos restantes son escritos por Anaya, Hernández y Moreno. ‘Al Filo Del Abismo’ abre el repertorio con un fulgor llamativo en base a un sólido empleo de todos los recursos que tiene la banda a su disposición: bien amalgamadas orquestaciones de teclado, ágiles fraseos de guitarra y sintetizador, vigorosa labor de la dupla rítmica. A despecho del título, el grupo asienta su voz musical sobre tierra firme con una convicción inexorable. Así las cosas, la energía no puede sino ascender, y eso se nota claramente en la siguiente pieza titulada como la banda misma. Lo que apreciamos en ‘Praxis’ es una articulación más focalizada en el motif central mientras se ornamenta con medidos ejercicios de destreza técnica. También advertimos que el empleo de un groove más frenético ayuda al grupo a capitalizar con rotunda musculatura la luminosidad vitalista que tan bien se había plasmado en la pieza de entrada, y ahora también late una incandescencia a flor de piel. Hay un enfoque central en las influencias de YES con elementos añadidos de la grandilocuencia de EMERSON, LAKE & PALMER. Con el arribo de ‘No Sé Quién Soy Desde Que Sé Quién Eres’, la gente de PRAXIS se apresta a seguir ahondando en el esquema sonoro claramente impuesto en la ilación de los dos primeros temas del disco, pero esta vez se concede cierto espacio a la elaboración de algún pasaje reposado; se aprovecha muy bien su expansión de poco menos de 7 ½ minutos. En esta pieza se realza particularmente la labor de los teclados pues sobre ellos se asientan el despliegue de esquemas barrocos en el desarrollo temático y el encuadre de los matices atmosféricos que entran a tallar estratégicamente en la sección epilogar. 

La segunda mitad del disco se inicia con ‘Equinoccio’, tema que empieza con un tenor relativamente sereno, apoyado en un groove contenido que nos recuerda al CAMEL del “Moonmadness” (y tal vez también a la faceta más relajada de los GENESIS de fines de la segunda mitad de los 70s): bajo esta pauta se desarrolla ampliamente el cuerpo central de la pieza en cuestión, hasta que la coda vira hacia una nueva muestra del vitalismo urgente muy propio del cuarteto. La pieza homónima del disco es la que ocupa los últimos 11 ¾ minutos del mismo. La ocasión se da para que la banda explore los picos épicos de su particular visión del sinfonismo y no la desaprovecha: la idea es hacer una especie de síntesis de lo desarrollado en los cuatro temas precedentes. Articulándose en torno a la secuencia de dos motivos distintos, la pieza es sostenida robustamente por los instrumentistas, siendo así que se añaden algunos elementos cósmicos a los ricos ornamentos y orquestaciones de los teclados mientras la dupla rítmica juega con un vigor dosificado en sus variaciones a la hora de armar sus polivalentes grooves. En relación con este factor, lo que suena aquí nos recuerda un poco al espíritu de los dos primeros discos de ICONOCLASTA, siempre a través de un filtro Yessiano. Vaya una mención especial al fabuloso solo de guitarra que se erige en el centro de la sección final, muy a lo Steve Howe-con-Jeff Beck. Las excursiones ágilmente solemnes que signan al epílogo de esta magna pieza tienen algunos acentos cósmicos, a la vez que preservan las vibraciones líricas que ya hemos percibido en los pasajes más calmados del repertorio precedente. Un excelso final para el tema homónimo y para la estructura general del disco en sí. Aunque “La Eternidad De Lo Efímero” encarnó solo un momento efímero dentro de la tradición del rock progresivo mexicano, todavía pudo hacerse presente en la era digital mediante el sello italiano Mellow Records, el cual produjo su edición en CD en el año 1994. En conclusión, PRAXIS es una banda que merece ser recordada con admiración y gratitud, y como tal, estar presente en cualquier buena colección de música progresiva.


Muestras de “La Eternidad De Lo Efímero”.-
La Eternidad De Lo Efímero:  https://www.youtube.com/watch?v=fmu-g-Rat18

Wednesday, April 15, 2020

KAYO DOT: una blasfemia en el templo de la vanguardia rockera estadounidense



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión (bastante tardía, por cierto) de comentar el más reciente trabajo del grupo KAYO DOT, ecléctico e impredecible ensamble que lleva asumiendo un rol sumamente destacado dentro de la vanguardia estadounidense durante estas últimas décadas. El disco en cuestión se titula “Blasphemy” y fue publicado a inicios de setiembre del pasado año 2019. Bajo la guía del líder y compositor Toby Driver [guitarra, bajo, sintetizadores, voz, percusión y efectos electrónicos], el grupo se completa con el guitarrista Ron Varod y la dupla de bateristas conformada por Leonardo Didkovsky y Phillip Price. El uso permanente de dos bateristas es toda una novedad dentro del heraclíteo río musical de KAYO DOT. Es un disco conceptual que utiliza letras de Jason Byron (un frecuente colaborador de Driver desde sus días en MAUDLIN OF THE WELL y, cómo no, en algunos discos de KAYO DOT), y su narrativa analiza la codicia y el espíritu de destrucción que anidan en el ser humano y la absorbente sociedad moderna, situando simbólicamente esta inspección en la historia de tres personas que luchan por encontrar un tesoro que irremediablemente les llevará a su perdición: el tesoro en cuestión es una niña dormida que tiene poderes sobrehumanos terribles y que justamente tiene el nombre de Blasfemia. ¿Es la blasfemia el único camino para la liberación del espíritu y la vida de los cánones de avaricia, megalomanía y mecanicismo que signan a nuestra sociedad moderna? ¿O es esta blasfemia, más bien, una añoranza del niño interior que quiere gozar del flujo de la vida aparte de las miserias y tensiones creadas por las diversas maquinarias del desarrollo? Tal vez sea éste o aquél el mensaje central de la parábola que provee a este disco de su concepto integral. Por lo pronto, veamos ahora los detalles musicales de “Blasphemy”, los cuales generalmente se ubican en un enmarañamiento de lo enérgico y lo etéreo. 


Durando casi 4 minutos, ‘Ocean Cumulonimbus’ abre el álbum con un aire dramático (aunque no patético) que se maneja muy bien dentro del juego de síncopas que arman las dos baterías en su conjunción sobre un medio tiempo. Las iniciales escalas arquitectónicas de guitarra pronto abren paso a un despliegue fastuoso de riffs y orquestaciones de sintetizador que se sitúan a medio camino entre lo airado y lo tenebroso: el canto se torna furioso aunque sin renunciar al uso de cadencias más delicadas, las mismas que parecen diseñadas para realzar los predominantes aires de rabioso denuedo. ‘The Something Opal’ sigue a continuación para desplegar una atmósfera más grácil, la misma que encapsula un muy inspirado ejercicio de psicodelia progresiva melódica que coquetea levemente con el metal experimental, todo ello a través de una ingeniería rítmica elegante y compleja. Ya tenemos un cénit del disco y todavía falta mucho para disfrutar. Con la dupla de ‘Lost Souls On Lonesome’s Way’ y ‘Vanishing Act In Blinding Gray’, el ensamble se dedica a explorar matices renovadores dentro de su bien delineado esquema de trabajo. El primero de estos temas mencionados sigue, en buena medida, la pista de ‘The Something Opal’, con una dosis extra de frescura. En cuanto a ‘Vanishing Act In Blinding Gray’ – la pieza más extensa del repertorio con sus 8 minutos y pico de duración –, ésta comienza con un talante lánguido y reflexivo, el cual está apropiadamente acentuado por el carácter atmosférico del desarrollo temático. Más adelante, con el acrecentamiento de la musculatura del armazón rítmico y el ingreso de gruesas amalgamas de guitarras y teclados, los músicos gestan un clímax expresivo grisáceo y, a la vez, majestuoso. Dicho clímax no es solamente el punto de llegada de la creciente intensidad elaborada desde el punto de arranque, sino también el núcleo central para la expansión de vibraciones neuróticas que han de trazar la senda sonora de los dos últimos tercios de la canción. Otro cénit del álbum. 

‘Turbine, Hook, And Haul’ es un tema para el cual el cuarteto cuenta con la participación del trompetista Tim Byrnes (integrante o colaborador de FRIENDLY BEAR, MR. BUNGLE, PAK, etc.). Esta canción sirve para que los aires tenebristas de tendencia goth-rock, ya presentes en varios pasajes de las canciones precedentes, salgan a la luz de una manera más explícita, aunque siempre bajo un manto de exquisitez propio del art-rock. Algo así como un cruce entre COCTEAU TWINS, los TALK TALK de la fase 88-91 y el proyecto de FRIPP & SYLVIAN, más algunos matices post-rockeros a lo DO MAKE SAY THINK. ‘Midnight Mystic Rise And Fall’ regresa parcialmente a la densidad cadenciosa y las vibraciones crepusculares que disfrutamos en las canciones segunda y tercera, pero con una parsimonia imponente que signa la elaboración del clima envolvente que arropa y guía las interacciones entre los instrumentistas. Más bien, se puede decir que la melodía está solo en el canto mientras que el esquema temático es la atmósfera misma. Para el pasaje final, el grupo crea un aumento del nervio expresivo a fin de soltar toda (o casi toda) la tensión interna con la que se ha estado explayando el motif central. Los últimos 9 ½ minutos del disco están ocupados por la secuencia de ‘An Eye For A Lie’ y ‘Blasphemy: A Prophecy’. ‘An Eye For A Lie’ establece un inesperado registro de encrucijadas entre los estándares del post-rock y del free jazz, mientras los imposibles juegos de síncopas establecidos por las dos baterías proporciona un espesor cósmico al desarrollo temático. Así las cosas, el terreno está preparado para que se exhiba una garra visceral propia de un inquietante ensueño: ¿Será que por un rato estamos volviendo a aquellos tiempos de “Stained Glass” y “Gamma Knife”? En cuanto a ‘Blasphemy: A Prophecy’, tenemos una pieza ágil que parece portar algunas leves auras de serenidad en medio de las apasionantes vibraciones tribales establecidas por el bloque rítmico. Una vez más, el goth-rock parece ser el factor prioritario dentro del esquema sonoro. El final abrupto acentúa cabalmente la reinante ceremoniosidad de la canción, la cual se basta con un espacio de poco más de 4 minutos para culminar el disco con un glorioso fulgor (no exento de ciertas tonalidades afligidas). Un gran cierre de álbum, no nos cabe duda.
           

Todo esto es lo que nos brindó el remozado personal de KAYO DOT con “Blasphemy” durante el último tercio de 2019, un disco que exhibe un balance apropiado entre la línea de trabajo de los dos primeros discos – más exactamente, la faceta lírica de “Choirs Of The Eye” y “Dowsing Anemone With Copper Tongue” – y el vitalismo colorido de “Coffins In Io”. Este experimento de trabajar con dobles baterías ha funcionado muy bien a la hora de permitir a KAYO DOT dar un nuevo paso adelante en su evolución musical bajo la idea-guía de recuperar el vigor y la energía oscurantista de tiempos atrás mientras proporciona un grosor reflorecido a los enfoques sonoros explorados desde el año 2014 en adelante. 


Muestras de “Blasphemy”.-

Sunday, April 12, 2020

HUSBAND & REUTER: experimentos con el tiempo de la música


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión se da el turno de presentar una obra muy especial creada por un dúo muy especial: “Music Of Our Times” de GARY HUSBAND & MARKUS REUTER. Grabado en el NK Sound Studio de la capital japonesa de Tokio el 3 de marzo pasado, una vez clausurada la gira de STICK MEN con GARY HUSBAND tras un solo concierto por causa de la pandemia del coronavirus, Leonardo Pavkovic y los dos músicos aquí presentes organizaron rápidamente una sesión de grabación en el estudio mencionado antes de tener que volar de regreso a sus respectivos hogares. El resultado de esta sesión está plasmado en este ítem fonográfico, el #101 del muy bien reputado sello MoonJune Records. Para la creación espontánea del material de este disco, HUSBAND utilizó el piano de cola Fazioli F212 que estaba en el estudio, mientras que REUTER se hizo cargo de sus Touch Guitars y su equipo de efectos electrónicos. Tras contar con los servicios del personal del NK Sound Studio para las labores de ingeniería de sonido, REUTER se hizo cargo posteriormente de los procesos de mezcla y masterización del material aquí recogido. El 26 de marzo pasado fue la fecha oficial de publicación de “Music Of Our Times” a través del blog de Bandcamp del sello MoonJune Records. Veamos ahora los detalles de su repertorio, ¿vale?



Ocupando los primeros 10 ½ minutos del disco, ‘Colour Of Sorrow’ (a la sazón, el ítem más extenso del disco) exhibe un paisaje sonoro abiertamente melancólico donde las vibraciones introspectivas se encargan de plasmar los retazos con los que se ha de completar dicho paisaje. El inteligente uso de vacíos por parte del piano permite a la pieza no solo crear una ambientación envolvente sino preservar un lirismo amable en medio de la melancolía reinante (a veces, incluso opresiva). Reuter se toma su tiempo para intervenir, como si estuviese esperando el momento en que una cierta cadencia reconocible terminara de armarse… y así los retazos se van enriqueciendo sin perder su cualidad vaporosa. Después de que el primer tema se cierra con una vuelta a su solipsismo inicial, sigue ‘Across The Azure Blue’, una pieza dedicada a llevar aquel intimismo etéreo heredado hacia una dimensión misteriosa que a veces raya con lo sombrío. Esta vez, el espíritu minimalista se refuerza con la misma convicción que usan las nieblas de la noche para borrar todas las huellas de luz que dejó tras de sí el sol. Sí, esta pieza reemplaza a la melancolía por un espíritu de nocturnidad contemplativa, y con una presencia más poderosa de la Touch Guitar en algunos parajes, ella adquiere la dosis idónea de vigor como para imponer una fuerza de carácter en medio de la neblina sonora. La tercera pieza del disco es la más breve del mismo con sus poco más de 6 ½ minutos de duración, y también es la que le da título. ‘Music Of Our Times’ tiene un talante patentemente más vivaz que cualquiera de los dos temas precedentes, siendo así que el piano dibuja efectivos oleajes mientras REUTER edifica sonidos cósmicos al modo del cielo que se explaya como el techo bajo el cual la marea cabalga libremente. Un tema hermoso y jovial al cual sucede ‘A Veiled Path’, pieza diseñada para replicar el aura melancólica del tema inicial del álbum. Teniendo en cuenta que la Touch Guitar está más presente en el desarrollo temático, esa melancolía retornada hace gala de matices renovadores. Tras el clímax encarnado por la secuencia de los temas #2 y #3, no viene nada mal un regreso a la solemnidad otoñal con la que comenzó el repertorio. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto y medio, la pieza vira hacia un talante expresionista que permite el explayamiento de un colorido inesperado y bienvenido, el mismo que traza el camino íntegro del epílogo. Una interesante sorpresa.



La dupla de ‘White Horses (For Allan)’ e ‘Illuminated Heart’ se encarga de cerrar el álbum. Se ve por su título que el primero de estos temas está inspirado en la memoria del maestro ALLAN HOLDSWORTH, y de hecho, es fácil de notar el tenor elegíaco de esta composición a través de todas su secciones. La primera sección es vaporosa y sigilosa, al modo de un lamento discreto que prefiere ocultarse de su entorno inmediato; la parsimonia en curso es, en efecto, manifestación de una pasión velada. Poco a poco, algunos matices filudos de la Touch Guitar empujan al piano a arraigar sus fraseos en un área un poco más densa, aunque de manera muy controlada para que el asunto no se torne demasiado sombrío. Para los dos últimos minutos, esa misma densidad asume unos ciertos aires tensos bajo un ropaje abstracto que le da un garbo renovador a la reinante parsimonia. Más o menos, el conjunto íntegro de esta pieza suena a algo así como una cruza entre ERIK SATIE y KEITH JARRETT. En fin, ‘Illuminated Heart’ retoma parte de los recursos de reflexión y espiritualidad nocturna anteriormente plasmados en ‘Across The Azure Blue’, impulsándolos hacia un lirismo mágico y grácil, llegando a veces a configurar instancias de sutil luminosidad... sutil, pero patentemente efectiva. El perfecto entramado entre los cristalinos fraseos del piano y las capas flotantes de la Touch Guitar concreta el final perfecto para el álbum: evocador, cósmico, lleno de garra procesada a través de una exquisita y delicada elegancia. Un final grandioso y exquisito para este hermoso álbum que nos ha brindado el dúo de GARY HUSBAND y MARKUS REUTER. Con su confluencia de jazz vanguardista y rock experimental dentro de un entramado atmosférico y reflexivo, “Music Of Our Times” es un disco que no se inserta en ninguna de esas dos líneas mientras bebe abundantemente de sus manatiales sónicos. Con este disco, los Sres. HUSBAND y REUTER han demostrado que la música de enfoque etéreo también es capaz de exhibir genuinas muestras de nervio y temple. ¡Totalmente recomendable!


Muestras de “Music Of Our Times”.-
Illuminated Heart: https://markus-reuter-moonjune.bandcamp.com/track/illuminated-heart