Thursday, March 31, 2011

HÖSTSONATEN celebra el esplendor y colorido estival del progresivo sinfónico













HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.



Ya se nos acaba el mes de marzo y hace una semana que el verano desapareció de los paisajes de la sección latinoamericana de nuestro planeta, pero HÖSTSONATEN se está encargando con su reciente disco “Summereve” de preservar el espíritu estival con un muestrario musical que seriamente amenaza con convertirse en un infaltable de las futuras listas de los mejores discos progresivos del año 2011. “Summereve” completa la serie de discos dedicados a las estaciones que anteriormente dio cabida a “Springsong”, “Autumn Symphony” y “Winterthrough” (amén de un disco recopilatorio de temas inéditos y desechados titulado “Springtides”). El incansable héroe polifacético del progresivo italiano actual Fabio Zuffanti vuelve a contar con la leal complicidad del teclista Luca Scherani (además de ARIES y los últimos tiempos de FINISTERRE) y el baterista-percusionista Maurizio Di Tollo (además de LA MACHERA DI CERA), aparte del recientemente incorporado guitarrista de LA MASCHERA DI CERA Matteo Nahum y varios colaboradores en cuerdas, oboe y percusiones orientales. Scherani ocupa un rol especialmente importante en el bloque sonoro que articula las composiciones de este disco, no solo por la prolija cantidad de teclados que pone a disposición del proyecto, sino además por el rol preferente que da al sintetizador Moog, el piano, el órgano Hammond y el mellotron. “Summereve” es un agasajo total para los sempiternos amantes de esa magia musical que solo puede proporcionar el progresivo sinfónico cuando está en su máxima sazón.



El disco abre con la extensa pieza ‘Season’s Overture’, la cual contiene seis secciones con títulos específicos [Rite Of Summer, In The Rising Sun, The Last Shades Of Winter, A Church Beyond The Lake, La Route Pour Finistére y Springtheme]. Los primeros momentos se concentran en plasmar una atmósfera flotante e irresistiblemente envolvente, para luego pasar a un ritual tribal percusivo que dinamiza la situación con aires abiertamente extrovertidos. Ya cuando la instrumentación global se acopla definitivamente, pasamos a un ejercicio sólido y bien focalizado de musicalidad típicamente sinfónica, leal a las viejas escuelas de CAMEL, GENESIS, PFM y LE ORME, y aún así, portadora de una frescura propia. La guitarra solista, el sintetizador y el mellotron se apoderan del núcleo central del pasaje exultante que viene a continuación, la cual a su vez termina dando paso a otro donde se abre ciertos espacios al órgano y a la flauta en algunos momentos de breve languidez. Los últimos dos minutos sirven para explorar matices bucólicos en medio del permanente imperio de los colores netamente sinfónicos. Tras este despliegue de estilizado esplendor y cautivante luminosidad, llega ‘Glares Of Light’ al modo de una calmada siesta musical, sobre un lento compás de 3/4: su espíritu suave establece un momento de serenidad relajante, del mismo modo que el sol veraniego emite sus primeras luces con delicadeza antes de ejercer su usual majestuosidad. ‘Evening Dance’ sigue a continuación para retomar en parte la colorida fastuosidad tan bien exhibida en el primer tema, aunque su espacio más reducido solo abre campo para un preludio pastoral y un motivo segundo que evoca una gracilidad mantenida en un nivel razonablemente sobrio. ‘On The Sea’, por su parte, regresa al espíritu introspectivo y contemplativo de ‘Glares Of Light’, siendo así que el nivel de serenidad es trabajado con mayor afinamiento. La compenetración entre el piano eléctrico y el oboe es conmovedora, logrando así crear el ambiente idóneo para que los arpegios de las guitarras acústicas que seguidamente abren ‘Under Stars’ exploren un ensueño de delicadeza bucólica que tiene mucho de ANTHONY PHILLIPS, y por qué no, también algo de THE ENID en su faceta más mística. Una vez más, el rol del piano eléctrico es crucial a la hora de dibujar gotas de rocío entre las elegantes líneas de la flauta y el oboe. El momento de ‘Blackmountain’ es uno de regreso hacia ambientes más extrovertidos, aunque esta vez no es el sinfonismo la idea guía sino una forma estilizada de fusión donde se alternan ritmos renacentistas, folclore mediterráneo y retazos cuasi-flamencos: los diálogos entre el violín y la guitarra clásica fluyen perfectamente sobre la base de percusiones y guitarras acústicas. De inmediato, ‘Prelude Of An Elegy’ pasa a un registro totalmente distinto con un compás rockero ágil y accesible: teniendo en cuenta el esquema de la dupla rítmica y la labor del teclista, esta pieza se puede describir como un ejercicio de space-rock sinfónico envuelto en un ropaje elaborado con telas de estilos colindantes con el neo-prog. El sonido de un trueno cierra esta pieza para anunciar el comienzo de ‘Edge Of Summer’, la pieza que culmina este disco. Sembrando un aura de conmovedora calidez en base a la armazón de arpegios de piano, líneas de oboe y texturas de la sección de cuerdas, ‘Edge Of Summer’ no tarda mucho en abrir camino a un fastuoso cuerpo central que se regodea elegantemente en su lenta ceremoniosidad. El guitarreo es totalmente cameliano mientras que las intervenciones de los teclados se sitúan en algún punto entre lo genesiano y lo floydiano. El juego de platillos final evoca el inicio de “Autumn Symphony”, o sea, el lugar del otoño dentro de este magno concepto de las cuatro estaciones.



“Summereve” es un disco hermoso en cuanto a la capacidad evocadora de las ideas melódicas y bien pensados arreglos en torno a éstas, y definitivamente, guarda una adecuada coherencia estilística interna a través de la calculada diversidad de registros que salen a colación a lo largo de sus casi 45 minutos de duración. HÖSTSONATEN parece ser una máquina inagotable de hacer música progresiva de brillante factura: de esta manera, conforma un estupendo complemento para la labor musical que también viene desarrollando LA MASCHERA DI CERA desde inicios del milenio. Pero ante todo, es legítimo concluir a partir de la majestad sonora plasmada en “Summereve” que HÖSTSONATEN es el genuino heredero de la magia progresiva que FINISTERRE había dibujado en el paisaje musical del revival noventero en sus primeros años de trayectoria. HÖSTSONATEN es la reactualización vitalista de los ideales atemporales del sinfonismo progresivo.




Muestras de “Summereve”.-


Sunday, March 27, 2011

ALRIGHT THE CAPTAIN o el math-rock como vitalidad químicamente pura



HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de ALRIGHT THE CAPTAIN, un power trío nor-irlandés que ha venido llamando la atención del público real e internauta amante del math-rock y otras formas de rock experimental marginal desde la edición de su EP debut “123” en 2009. En febrero de 2011, ALRIGHT THE CAPTAIN concretizó la edición de su primer CD de larga duración “Snib” (aunque no dura tanto como el CD promedio). La línea musical de la banda tiene claros referentes hacia el estándar infaltable de DON CABALLERO, y aún así se nota una ferviente motivación por reciclar el modelo del math-rock desde una sonoridad predominantemente agresiva y un manejo natural de los contrastes entre los pasajes extrovertidos y los más calmados. Otras referencias claras de notar son las de BATTLES y UPSILON ACRUX, así como el estándar del noise-rock, pero ninguna de éstas es abrumadora ni absorbente: Marty (a las guitarras), Todd (al bajo) y Ash (a la batería) no conforman una congregación de meros alumnos aplicados, sino un ensamble que está aprendiendo a madurar muy rápidamente su voz propia dentro del gran y variopinto escenario mundial de eso que se dio por llamarse math-rock.


El disco abre con ‘Rostov Could Get It’, una pieza donde la brutalidad y la inteligencia musical se dan la mano y se alternan en la plasmación de atmósferas densas y un dinamismo complejo, siendo así que la ilación de pasajes notoriamente agresivos y otros un poco más contenidos está perfectamente lograda. ‘Neo-Tokyo’ refleja fielmente las influencias del DON CABALLERO post-“American Don” y el UPSILON ACRUX pre-“Radian Futura”, mientras que ‘Mega Mega Drive’ ofrece excitantes maneras de explorar y explotar los filos más neuróticos de la visión artística de la banda. Es conveniente y coherente que ‘Guilt’ y ‘#33’ sean los siguientes temas del repertorio, pues sus respectivas estructuras compositivas resultan ejemplos sólidos de condensación de las de los dos temas precedentes. En el caso específico de ‘#33’, el grupo se complace en ofrecer un paisaje sonoro más contenido, aunque todavía portando auténtica garra rockera e incluyendo pasajes donde el nivel de intensidad asciende… de forma muy crimsoniana, vale decir. Ahora bien, el grupo no tarda mucho en explorar su faceta más directamente muscular al arribar ‘Payoff’ y su contundente primera mitad, una pieza que refleja ciertas afinidades con BATTLES y DON CABALLERO: luego, en la segunda mitad la pieza vira hacia afinidades con EXPLOSIONS IN THE SKY que toman al oyente por sorpresa. ‘Peanut Worm’ tiene un pasajes juguetones al inicio que nos pueden recordar a los momentos más bizarramente brillantes de PRIMUS, pero el tema no tarda mucho en mostrar su filo cuasi-metalero en sólida alternancia con otros pasajes de línea space-rock: una vez más, el grupo prepara una coda introspectiva de orientación post-rockera para cerrar la idea con un inesperado recurso introspectivo. Las dosis de psicodelia y pesadez rockera que han venido ocupando un rol prioritario lo largo del disco se reciclan de forma consistente en ‘Soundtrack Your Death’, pieza que retoma en cierta proporción el elemento PRIMUS en algunos pasajes centrales así como vuelve a recurrir a la idea de usar el post-rock como truco para concluir una idea musical. ‘Honey Badger’ comienza con una apuesta por el hardcore, aunque lejos de cerrarse monotemáticamente en esta referencia, el grupo instala una sucesión de variantes ubicadas en lugares estratégicos, usando la psicodelia en ropajes calmados y otros más ostentosamente explosivos. ‘Clamp’ cierra el disco con una base ampliamente concentrada en un swing llamativo, incluyendo algunos breves pasajes intermedios de calma afines al estándar del post-rock; pero bueno, Marty, Todd y Ash se valen de estos interludios en dosis pequeñas, pues la intensidad rockera es su leit-motiv esencial, y es en este sentido que el extenso jam conclusivo de corte space-rock reflejan más fielmente la ideología musical de la banda. Un broche de oro, sin duda.



Sin llegar siquiera a rozar la barrera temporal de los 40 minutos, “Snib” es un disco que refleja con espíritu fiel y coherente completitud la apuesta particular que ALRIGHT THE CAPTAIN hace por mantener viva la llama del math-rock en uno de los contextos más incendiarios de la vanguardia rockera de nuestros tiempos. El nombre de este trío debe ser tenido en cuenta en las mentes de los coleccionistas y apreciadores de rock experimental.

Muestras de ALRIGHT THE CAPTAIN.-
Rostov Could Get It: http://www.myspace.com/alrightthecaptain/music/songs/rostov-could-get-it-78683412
Soundtrack Your Death: http://www.myspace.com/alrightthecaptain/music/songs/soundtrack-your-death-60462960
Honey Badger: http://www.youtube.com/watch?v=_Z63pRNvcfY

Friday, March 25, 2011

TheRhythmIsOdd - la materia prima del progresivo sueco de nuestros días










HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Después de su disco debut “From Nowhere To Eternity”, del año 2008, y un EP titulado “Subway” y editado el año pasado, el grupo sueco THERHYTHMISODD regresa con su segundo trabajo de larga duración “Raw Material” para hacerse presente en la escena progresiva mundial en 2011. Las influencias y/o confluencias más notorias son ATTENTION DEFICIT, TRIBAL TECH, KING CRIMSON y los senderos más pesados del jazz-rock y el progresivo psicodélico que se han venido desarrollando en las últimas dos décadas. Es realmente impactante cómo las posiciones y desarrollos perpetrados por Bjorn Egelius al bajo, a la batería y Tobbe Johansson a la guitarra se conjugan en una sonoridad tan incenciaria como refinada. Desde su mismo nombre, que usualmente se escribe TheRhythmIsOdd, este grupo ostenta su intención de explotar la dinámica del power-trío con infinita fruición a fin de explorar dimensiones de potencia y polenta a través de jams implacables y diálogos macizos. Otra idea implícita en el nombre del grupo (en español, “El Ritmo Es Inusual”) es el gusto por manejar compases ajenos al 4/4 y 3/4 en sus composiciones, es prácticamente un dogma. En base a estos principios de fortaleza sónica y compleja dinámica rítmica, THERHYTHMISODD sostiene todas sus composiciones en la construcción de timbres y ambientes que dan campo abierto a las improvisaciones y variaciones que vayan emergiendo en el camino.

‘Traveller’ abre el disco con un groove extrovertido muy bien llevado a través de la sólida e impetuosa dinámica sostenida por los tres músicos en clave de 13/8: a pesar de no ser un tema muy extenso, tiene suficiente carácter como para atrapar la atención del oyente empático… y la narración del famoso poema de Machado sobre cómo “se hace camino al andar” en el idioma original resulta un recurso muy simpático. ‘Subway’ se explaya en un espacio de 13 minutos y medio, a través de un dominante tempo de 11/8: el esquema sónico de la pieza establece una electrizante combinación de LED ZEPPELIN, KING CRIMSON y STEVE VAI (en su faceta más bizarra). El trío se complace en expandir el núcleo básico de la composición, permitiendo así que Johansson elabore fabulosos solos en varios momentos, así como que la dupla rítmica trabaje matices renovados del bien asentado compás. Poco antes de pasar la barrera del décimo minuto, el grupo cambia de motivo básico que no de compás: de este modo, se genera un cierre que motiva ideas expectantes en el oyente. ‘Mrs. Hippie’ es un interludio exótico marcado por atmósferas indias en base a las guitarras acústicas y las percusiones manuales, además de algunas frases entre humorísticas y ritualísticas: se trata de algo más del lado del acid-folk que de lo pastoral. ‘Road Less Travelled’ es otra electrizante excursión en clave de jazz-rock psicodélico pesado, esta vez con una duración de 12 minutos y pico y compases que alternan 10/8 y 11/8. Aunque porta un espíritu muy similar al de ‘Subway’, su dinámica interna ofrece al oyente sensaciones de vigor y sofisticación más pulidas y consistentes. Posiblemente se trate de la pieza estrella del álbum junto con el tema de cierre ‘Vision Of Thoughts’. Anteriormente a éste, ‘Marten Trotzig’s Dance Of Decades’ ofrece un momento de reposo reflexivo, una vez más en base a las guitarras acústicas y las percusiones, pasando esta vez a tonalidades arábigas muy intimistas. Cuando llegamos a ‘Vision Of Thoughts’, advertimos que el grupo enfatiza las atmósferas exóticas con las cuales ha venido coqueteando ocasionalmente y las afianza dentro de su complejo lenguaje rockero. Con esta secuencia de dos poderosos jams, uno en 6/4 + 5/4 y el otro en 13/8, el grupo concluye coherentemente su viaje musical, arribando finalmente a un estación que nos devuelve a la realidad cotidiana.

“Raw Material” es un disco contundente y llamativo, una estupenda obra donde los ideales del rock experimental se asientan en torno a sus facetas más filudas – THERHYTHMISODD es un grupo a tener en cuenta dentro de la actual escena mundial del rock vanguardista, corroborando una vez más la posición de Escandinavia como importante proveedora de voces enérgicas para la preservación del género progresivo.

Muestras de THERHYTHMISODD.-
Traveller: http://www.youtube.com/watch?v=1aRN-VySyGc
Subway (extracto): http://www.youtube.com/watch?v=LZFyQitVSqU

Monday, March 21, 2011

KOREKYOJINN o la hipérbole del fuego progresivo de nuestros tiempos


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

En medio de las terribles noticias del reciente tsunami que causó estragos en Japón, también vale la pena señalar que este país asiático se reafirma continuamente como un referente puntero de la vanguardia progresiva de las últimas décadas. Uno de los ítems más intensos es KOREKYOJINN, el genial power-trío conformado por veteranos tan magistrales como el baterista ex-líder de RUINS y líder actual de KOENJIHYAKKEI Yoshida Tatsuya (aparte de ocasional reemplazo de Hase Bruniusson en el SAMLA MAMMAS MANNA del nuevo milenio y muchas otras perlas como solista y como parte de un grupo), el virtuoso guitarrista Kido Natsuki (de BONDAGE FRUIT, P.O.N., THE WORLD HERITAGE, amén de otras yerbas experimentales niponas de solista) y el bajista Nasuno Mitsuru (ocupado sesionista y ex-miembro de ALTERED STATES, GROUND ZERO, THE WORLD HERITAGE, etc.). KOREKYOJINN acaba de lanzar al mercado su nuevo trabajo de estudio titulado “Tundra”, en el que el trío se explaya en su idiosincrasia obsesiva por generar una pauta progresiva lo más compleja posible y afín a los territorios más agresivos y filudos del lenguaje rockero. Merced a la trayectoria y talento de cada miembro individual, su incendiaria mezcla de zeuhl de nueva generación (a lo HAPPY FAMILY), crimsonismo heavy, jazz-rock, psicodelia y sonoridades emparentadas con el rock metalero se siente totalmente natural. Tal como sucede con muchos referentes de la vanguardia rockera japonesa, KOREKYOJINN renuncia a cualquier conexión con los ideales de indulgencia y complacencia propios de las formas más comercializadas de rock: el grupo apuesta por la exploración de los rincones más inquietantes de la mente humana a través del arte del ruido, sacando el jugo a su formato de guitarra-bajo-batería hasta niveles de energía y destreza casi “sobrehumanos”. 


Repasemos ahora los detalles de este disco. ‘Swan Dive’ emerge de frente como una tormenta eléctrica inundada de espíritu celebratorio: en medio del sofisticado frenesí que marca el ambiente general del tema, hay campo para un estupendo solo de guitarra y un simpático interludio en clave blues. Es muy oportuno que el álbum comience con este talante explosivamente extrovertido. La pieza homónima sigue a continuación para mantener e incluso acrecentar el fuego rockero, esta vez con un espíritu más neurótico: la herencia de RUINS es clarísima a miles de leguas, aunque la estructura exclusivamente instrumental anula la posibilidad de introducir aspectos burlones o farsescos al asunto. Natsuki se luce de forma especial aquí, extrayendo increíbles despliegues pirotécnicos cuando no resuelve bizarras y poderosas escalas. ‘Upstream’ baja un poco la polenta pero el vigor y la sofisticación progresiva siguen a la orden del día: la arquitectura dual articulada por la fluida complicidad entre el bajo y la guitarra produce el mayor esplendor de esta pieza, la cual no es ajena en ciertos momentos a la intensidad del estándar del prog-metal técnico. ‘Vanishing Point’ cambia de registro desde el momento de entrada: una introducción de guitarra acústica genera un clima de calmado misterio, aunque el habitual despliegue de músculo empezará a emerger poco antes de los 2 minutos, y es allí donde el cuerpo central exhibirá un cuidadoso ejercicio de vibraciones Crimsonianas con añadidos matices de rock pesado y de jazz-rock a lo MAHAVISHNU ORCHESTRA. Después de la barrera de los 4’40” tenemos la ocasión de disfrutar de otro magistral solo de Natsuki. La coda retoma brevemente el ambiente acústico del inicio. ‘Watershed’ recoge mucho del espíritu de los dos primeros temas, especialmente en lo que se refiere a la vibración juguetona y celebratoria de ‘Swan Dive’, pero el inmenso impacto de la batería del maestro Tatsuya ayuda, por otro lado, a potencializar la neurosis latente. De todas maneras, hay espacio para un interludio de corte space-rock en el cual el grupo explora fronteras más sutiles de su espectro sónico en el sentido de que exploran matices refrescante dentro de su bien definida ingeniería musical.  


La mayor parte de ‘Xenon’ se puede describir como un LED ZEPPELIN a la n-potencia absorbido por un agujero negro Zeuhl y reactivado con letales dosis de densidad metalera. Hay un interludio bastante abstracto marcado por texturas espaciales que sirve como reposo antes de la furiosa explosión final, la misma que, por sí sola, conforma un enclave culminante de todo el repertorio. Tal vez tenga aquí el bajo su momento de mayor lucimiento. Más de 7 ½ minutos de contundencia sonora. ‘Yellow Jacket’ es, en comparación, una pieza más grácil y un poco menos tensa, hasta cierto punto cercana al math-rock. Con ‘Zebra Crossing’, el grupo se burla de sí mismo y se apresta a jugar con el rock’n’roll originario, aunque allí están los indicios habituales del grupo: algún quiebre rítmico en 5/4 durante la segunda mitad, un solo de guitarra espectacular, un manejo bastante lleno de los platillos… y un acorde inesperado al final. El disco se cierra con ‘Abandoned’, una pieza que empieza con una primera mitad basada en un etéreo swing jazzero, para que luego al segunda mitad pase al despliegue de fuego pletórico tan típico de la banda, aunque cabe señalar que hay un cariz razonablemente comedido en este despliegue de fuerza, al menos en comparación con muchas otras piezas del repertorio precedente. La coda de esta pieza retoma el motivo inicial a la par que se hace eco del espíritu enérgico desarrollado en esta segunda mitad. “Tundra” es, en resumen, un disco potente e intenso en el que KOREKYOJINN realiza su oficio valiéndose de sus naturales recursos de vigor, experimentación y refinamiento performativo. Los que hemos estado siguiendo a este súper-trío los estábamos extrañando bastante, y por lo pronto, lo tenemos en este año como una unidad musical vigente. 



Wednesday, March 16, 2011

CUCCI-BAND: crónica de una nostalgia por los viejos tiempos de la vanguardia prog


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos toca hablar de CUCCI-BAND, una "all-star band" de amantes del jazz de avanzada, el Canterbury, el zeuhl y la fusión de los 70s armado bajo el liderazgo y la visión de Cédric Marcucci, un baterista/percusionista francés que también resulta un solvente multi-instrumentista (teclados, guitarra, melódica, etc.) y que cuenta ya con una amplia carrera a sus espaldas trabajando en las áreas del jazz experimental y el progresivo nostálgico inspirado en el Canterbury y el zeuhl. “Bon Debarras!” es el resultado de su asociación con varios músicos unidos a él por su amor a estas instancias añejas de algunas de las vertientes más osadas del género progresivo. Este disco es, ante todo, un tributo a la gloria canterburyana de SOFT MACHINE, MATCHING MOLE y NUCLEUS, el dinamismo cósmico del GONG clásico mezclado con la fusión aventurera del GONG de Pierre Moerlen, el progresivo etéreo de unos CLEARLIGHT, el free-jazz estilizado que tan bien perfeccionó Keith Tippett en la vanguardia londinense, y cómo no, el zeuhl jazzeado de ESKATON y ZAO.


‘Elton dine sous sa tombe et Le Géant Boiteux’ y ‘Magdaleïa’ establecen honestos manifiestos de los cánones recurrentes a ser trabajados y desarrollados en el disco: el primero comienza con un cálido jam a puro Canterbury matchingmoliano en 5/4, virando hacia un motivo más explícitamente complejo y agresivo durante los últimos 2 minutos, sostenido por un repetido juego neurótico de síncopas; el segundo maneja un ambiente cadencioso de forma más consistente, en buena medida inspirado en el GONG post-Allen, y también un poco en la fusión experimental del WEATHER REPORT pre-Pastorius (hay un solo de sintetizador estupendo que yo encuentro afín a los vuelos cósmicos que Zawinul creaba en sus primeras intervenciones al sintetizador). ‘Narcisse’ es una pieza más extensa y portadora de un desarrollo más versátil a través de su firme arquitectura rítmica: sus innegables aires retro nos remiten al SOFT MACHINE del “Six”, a la faceta más propiamente jazzera de los primeros solistas de Robert Wyatt, al aura ensoñadora de los momentos etéreos del GONG clásico y al swing más acogedor de ZAO. ‘Kraöc ou Coralie se balance’ tiene una introducción cósmica que medianamente anticipa un cuerpo central organizado en torno al estándar del jazz-fusión, ocasionalmente arropado bajo sábanas cósmicas que parecen confundir CLEARLIGHT y ESKATON en un único recurso sónico. ‘Ventadour’ porta una atmósfera más aguerrida, en no poca medida sostenida por la confluencia de una batería usada con un pulso voraz, unos guitarreos neuróticos dignos del mejor MAGMA y unos arreglos de metales que magnifican un aire de amenaza pendiente. Por otra parte, el uso de atmósferas exóticas en percusiones y guitarra acústica en un pasaje intermedio ayuda a aportar un momento contemplativo, el mismo que resulta relevante para bajar un poco la garra para el jam jazzero final.

‘P’tit Robert’ recurre a un ágil compás de 7/8 para dinamizar un cuero central que destila un espíritu alegre, cercano a ZAO y al SOFT MACHINE post-Wyatt en distancias equivalentes. Poco antes de la frontera del quinto minuto, se produce un pasaje aleatorio donde lo deconstructivo se utiliza no para motivar inquietud sino una sensación de misterio metafísico. Una vez más, el motivo central precedente es retomado para la coda bajo una modalidad más suavizada. ‘Donne m’en cinq!’ sigue ahondando si cabe en el asunto Canterburyano, esta vez apelando a ambientes más grisáceos en comparación con la pieza anterior. ‘Ballade’, a pesar de su título, es una pieza bastante dinámica y grácil. El asunto principal se siente cercano al entusiasmo cósmico de CLEARLIGHT en comunión con la psicodelia lúdica de GONG y la urgencia pulsátil de MAGMA, mientras que el prístino pulso jazzero de Marcucci se encarga de enraizar el bloque sonoro oportunamente. Pocas veces un título ha sido tan alevosamente engañoso como en este caso. Los últimos cinco minutos y medio del disco están ocupados por ‘Oh joie! La Grande Gnogne est avec nous!’, pieza que capitaliza el ímpetu impulsado por ‘Ballade’ y lo transporta hacia las dimensiones más densas del disco: esto es zeuhl químicamente puro, un equilibrio perfecto entre ESKATON y MAGMA, gloriosamente culminado con un ejercicio de cacofonía tan espectral como incandescente. El efecto final del tornamesa con el brazo automático es una entrañable alusión a los viejos hábitos melómanos.


“Bon Debarras!” es como una obra perdida de los años 70s que ha sido traída a nosotros por un mecanismo de viaje por el tiempo. Merced a sus generosas dosis de creatividad y vigor, Cédric Marcucci y sus selectos compañeros de viaje en CUCCI-BAND han rescatado una serie de legados progresivos sin caer en la clonación mecánica ni en la parodia involuntaria: esto es un homenaje en los sentidos más elevados de la palabra.


Muestra de CUCCI-BAND.-
Magdaleïa: http://www.myspace.com/cedricmarcucci/music/songs/magdale-a-71141238

Sunday, March 13, 2011

ROUGE CIEL - nueva sangre quebequense para el RIO contemporáneo




HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

ROUGE CIEL es el nombre de un ensamble quebequense que desde inicios del milenio lleva aportando cosas muy interesantes para la supervivencia y revitalización de la vanguardia RIO dentro del gran entramado progresivo que aún existe en nuestros días. El esquema sónico esencial de este cuarteto tiene ciertas afinidades con sus compatriotas MIRIODOR (ilustres veteranos aún vigentes), LES GRANULES e INTERFÉRENCE SARDINES: elementos de jazz vanguardista, fusión, cámara contemporánea e inspiraciones folclóricas se combinan en una amalgama que desafía los cánones habituales de melodía y plantea modalidades de exquisitez y complejidad para enriquecer el lenguaje del rock. El disco más reciente de la banda es “Bryologie”, lanzado el año pasado tras una cadena iniciada por el disco debut y continuada por “Veuillez Procéder”. A pesar de que se mencionó a otros grupos quebequenses en este párrafo introductorio, vale aclara cuanto antes que la propuesta musical de ROUGE CIEL goza de estrategias de expresión propias, siendo su núcleo estilístico por lo general menos caótico que LES GRANULES y más aguerrido que el de MIRIODOR. Pasemos ahora a repasar el repertorio de “Bryologie”.

‘Bond Précisionnel 5’ es un ejercicio de improvisación que se vale de su propia falta de enfoque para motivar una inquietud inescrutable en el oyente, una vez que se interrumpe abruptamente esta improvisación, se engarza ‘Imbroglio’ en una exhibición de meticulosa orquestación inicialmente dirigida por la tríada de guitarra, sintetizador y trompeta, la cual prepara el camino para el intenso cuerpo central. El ensamble en pleno desarrolla un frenético ejercicio de tensión y disonancias articuladas que establecen un punto intermedio entre 5UU’s y el estándar de PRESENT. Sin desmerecer para nada la habilidad y talento de cada uno de los músicos del grupo, cabe destacar los sucesivos solos de órgano y violín incluidos en esta pieza. Tras la excitantemente tensa ilación de los dos primeros temas, ‘Agitato’ brinda una buena dosis de calidez melódica al asunto en base a flirteos con cadencias jazzeras en 5/4 dentro de la consistente línea de trabajo RIO esencial a ROUGE CIEL. La densidad grisácea que campea a través del núcleo compositivo de este tema se reviste de cierta nostalgia otoñal a fin de que la tensión sonora se haga lírica y razonablemente envolvente. Para cuando llega el siguiente tema, titulado ‘Tess’, el grupo ahonda más en el lirismo y ahora lo expresa de manera más directa: se trata del tema más sencillo del álbum en cuanto a estructura, casi cercano al colorido Canterbury de unos HATFIELD & THE NORTH, especialmente en referencia a los arreglos de cuerda y metal, pero como la gente de ROUGE CIEL no puede con su genio, el elemento bizarro llega de la mano de efectos cósmicos de sintetizador cuya manera de estorbar estratégicamente el desarrollo del lirismo de la composición resulta importante para transmitir un genuino espíritu experimental. ‘Antimémoire’ es el pretexto perfecto para que ROUGE CIEL explore dentro de un espacio más amplio las aristas más angustiantes de su oferta estética: los coqueteos con las atmósferas grises y vibraciones ominosamente tétricas del chamber-rock francófono (la escuela de UNIVERS ZERO y PRESENT, claro está) es demasiado flagrante como para que se pueda poner un mínimo de sospecha en torno a tamaña “culpabilidad musical”. En todo caso, es de valorar la agilidad tan particular que el grupo utiliza para organizar y arropar la inagotablemente inquietante base compositiva del tema, la cual termina desembocando en un solemnemente lánguido caos empapado de ambientes cósmicos. ‘Antimémoire’ es, entonces, una cúspide crucial dentro del álbum, pero el cénit no se detiene con el final de este tema, sino que el tema homónimo que sigue a continuación desarrolla una densidad sublime que retoma el sentido del horror de la pieza precedente y la torna más comedida y ceremoniosa: esta vez el referente de UNIVERS ZERO se enfila por el lado más sutil (que no menos terrorífico) de su herencia. La ulterior presencia dominante de los sintetizadores impulsa una implosión dentro del esquema sonoro reinante así como un realce de la estilización. Después de más de un cuarto de hora de amenazante oscuridad, ‘Sous Le Vent’ trae la luz del día con una psicodélica remodelación de aires folclóricos y jazz-rock contemporáneo: no se trata de un tema demasiado relajante, pero sí se nota que su misión es la de restablecer colorido y gracilidad en este punto específico del repertorio. Los 9 minutos y pico finales están ocupados por ‘Jubilation Protozoaire’, pieza que se proyecta desde el colorido reinstaurado por la pieza anterior para dinamizar un ejercicio de musicalidad abstracta donde varias parcelas se van sucediendo a medida que avanza la pieza: podemos encontrar algunos resabios del HENRY COW de “Western Culture” así como el uso de ideas orientales en las últimas intervenciones del violín y la batería. Hace rato que se desvaneció la oscuridad: el disco quiere terminar como un estímulo para el intelecto.

Habiéndome familiarizado recientemente con los tres discos que hasta la fecha ha lanzado ROUGE CIEL, puedo atreverme a opinar dentro del gran escenario musical de esta banda que “Bryologie” no llega a igualar el derroche de colorido y polenta que hizo del disco precedente “Veuillez Procéder” un muestrario tan genial de RIO contemporáneo, pero para nada quiero desmerecer la brillantez particular del disco que acabo de reseñar. De hecho, lo recomiendo como punto de partida para el neófito. ROUGE CIEL es sinónimo de que el RIO todavía tiene mucho que dar en el nuevo milenio y su nuevo decenio.

Muestras de ROUGE CIEL.-
Imbroglio: http://www.myspace.com/rougeciel/music/songs/imbroglio-mp3-76883664
Bryologie: http://www.myspace.com/rougeciel/music/songs/bryologie-mp3-76883736

Friday, March 11, 2011

OBSTACLES, la posición danesa para la vanguardia progresiva de hoy en día


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión nos remontamos hacia tierras escandinavas y nos fijamos en OBSTACLES, ensamble danés que practica una de las formas más vigorosas de rock progresivo de nuestros días: sus referentes estilísticos más notables son CANVAS SOLARIS, DON CABALLERO, SPASTIK INK, el KINK CRIMSON post-“Thrak”, BATTLES y la faceta más agresiva de GORDIAN KNOT. La ideología musical de OBSTACLES apunta hacia la comunión de contundencia e inteligencia desde que se fundó cuatro años atrás. La presencia predominante de los guitarreos (casi siempre en múltiples secuencias de grabación) hace que el elemento prog-metalero tenga una presencia apabullante en el sonido grupal, pero también es cierto que la conducta de la dupla rítmica es usualmente más afín a los parámetros del math-rock, además de que los teclados saben hacerse notar en medio del mundanal ruido para aportar pertinentes matice espaciales y psicodélicos. “Dividual”, disco grabado en la primavera y verano de 2010 para ser lanzado en setiembre del mismo año, es un indicio de los caminos más interesantes por los cuales pueden seguir evolucionando las vertientes más filudas del rock ecléctico en el mundo. El grupo está conformado por Morten Clausen (batería y percusión), Thomas Feltheim (guitarras), Niels-Peder Hjøllund (piano eléctrico y sintetizadores) y Jeppe Street Jarlstrøm (bajo).


Los primeros 4 minutos y pico del álbum están ocupados por ‘Twilight Of The Idiots Or, How To Philosophize While Hammering On’: un título nietzscheano para un tema contundente que martillea la mente del oyente mientras que simultáneamente la seduce con sus riffs aguerridos y sus síncopas arquitectónicas. La mezcla de math-rock, prog-metal y esbozos crimsonianos funciona a las mil maravillas en esta potente apertura. El segundo tema se titula ‘Ockham's Razor’: otro título filosófico para un tema que reactiva el factor prog-metal hasta hacerlo predominante, aunque también es de destacar el acento cósmico marcado por el teclista. ‘Procrustean Beds’ también mantiene esta tendencia a dar preponderancia al vigor sofisticado propio del prog-metal, pero se nota también una sensibilidad de corte space-rock que permite a OBSTACLES tender puentes hacia la faceta más agresiva de GORDIAN KNOT. ‘Rorschach’ (ahora tenemos un tema con un título inspirado en la psicología) retoma en buena medida el ambiente general de ‘Ockham's Razor’. ‘Das Unbehagen In Der Kultur’ (no salimos de los títulos académicos, pues éste es el título de uno de los libros más celebrados de Freud) oscila entre el post-rock y el space-rock con suficiente solvencia como para dar un porte genuinamente flotante a los guitarreos y la potente dupla rítmica.


La segunda mitad del disco comienza con ‘Anything Inexplicable’, otra muestra clara y directa de la mezcla de electrizante punche rockero y complejidad progresiva que el grupo tiene como una de sus marcas estilísticas más vitales. ‘Hoaxenhagen: This City Is Still A Desert’, merced a las cadencias exóticas de buna parte de las intervenciones de la batería y la diestra amalgama perpetrada por la guitarra y el sintetizador, se acerca bastante al patrón de GORDIAN KNOT con una mayor presencia de sazones prog-metaleras. ‘V’ nos devuelve al impacto prioritario del math-rock, lo cual permite jugar un poco más con los vacíos y así expandir el campo de acción de los ornamentos de sintetizador. Pasando la barrera de los 3 minutos, el grupo se envuelve en un ejercicio de psicodelia free-form donde se destacan las osadas disonancias de los fraseos de guitarra y los entusiastas quiebres free-jazzeros de la batería. ‘Listening Awry’ riza el rizo del prog-metal infestado de grooves math-rockeros una vez más, antes de que ‘Locomotive’ cierre el disco con un último ejercicio de sofisticación muscular. Se trata de la única pieza cantada del álbum (con el invitado Henrik W. Hald como vocalista), pero la letra no es abundante, por lo que la elaboración instrumental sigue siendo el recurso esencial de la banda. “Dividual” impone una experiencia contundente al oyente, poniéndolo frente a frente con el nervio renovado que OBSTACLES propone para el prog-metal y el math-rock de nuestros días en simultáneo.

Monday, March 07, 2011

El doble reinado musical de ARIES







HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

Hoy sacamos a colación a ARIES, proyecto fundado por el pulpo progresivo italiano Fabio Zuffanti y co-liderado por éste y Simona Angioloni, cuyo segundo disco “Double Reign” salió al mercado en los últimos alientos del año 2010. Habían pasado 5 años desde el homónimo disco debut. El estilo de ARIES está encuadrado dentro de lo que se podría denominar como pop-rock progresivo, que igualmente hereda atmósferas fastuosas del neo-prog 90ero (QUIDAM, COLLAGE, MOSTLY AUTUMN) como ambientes ensoñadores e introspectivos propios de PETER GABRIEL (“Us”, “Up”) y KATE BUSH (“Hounds Of Love”, “The Sensual World”). En “Double Reign”, la secuencia de las canciones se da en un continuum, lo cual refuerza la unidad conceptual del mismo. Aunque Zuffanti se encarga de las guitarras y varios teclados además de su usual bajo, ARIES solicita la ayuda de varios invitados en esta empresa: el variopinto baterista de sesión Davide Guidone, el ex New Trolls Vittorio De Scalzi, el leal teclista Boris Valle y otro teclista de renombre en la actual escena progresiva italiana, Luca Scherani, forman parte de la larga lista de colaboradores.

Con una bucólica entrada de aves, riachuelos y brisa primaveral y una obertura armada al modo de un PORCUPINE TREE “suavizado” se nos introduce al cuerpo central de ‘The Return’, el cual nos devela una musicalidad noble y preciosista que suena a un híbrido de QUIDAM y el GABRIEL de “Up”. La sección final, marcada por percusiones exóticas, violín y capas de sintetizador, prepara el camino para la solemne languidez de ‘Alone’, el cual suena a una especie de PORTISHEAD reciclado a través de un esquema romántico. Un mención especial debe ir a las atmósferas provistas por las florituras del piano eléctrico Wurlitzer (a cargo del invitado Luca Scherani), las cuales realzan eficazmente la esencia evocativa de la canción. La constante cercanía al pop-rock de parte de ARIES se concretiza en ‘Deep Inside’ de forma directa y en solo 3 ½ minutos de duración. ‘The House Is Burning’ da espacio al ensamble de cuerdas para que Simona explore matices afectados de su estilo vocal, lo cual la acerca un poco a KATE BUSH, sin dejar atrás esos aires de familia con la inolvidable Emila Derkowska del primer QUIDAM. ‘Voices’ persevera en el factor KATE BUSH mientras combina la solemnidad estilizada de la canción anterior y el gancho popero de ‘Deep Inside’. A continuación siguen dos interludios: ‘See Through Me’, un breve balada en clave post-rock, y ‘A Dream Within A Dream’, una hermosa sonata donde el ensamble de cuerdas dibuja plácidos colores con bastante nervio impresionista. Tras esta secuencia de matices variados en torno a la idea de ensimismamiento, ‘Space’ regresa confiadamente a las arenas del neo 90ero (su espíritu es similar al del MARILLION de “Marbles”), con un colorido romántico envolvente y un uso moderado de la pomposidad propia del sinfonismo en su aspecto más pletórico.

‘I Will Sleep Among The Waves’ ahonda en el romanticismo a la par que desarrolla una sonoridad un poco más etérea, casi a lo PORTISHEAD: los flotantes acordes de piano y las cautivadoras líneas de flauta aportan colores relevantes para la armazón básica sostenida por las capas de sintetizador, el bajo y la caja de ritmos. Similarmente etérea pero con una robustez mucho más pronunciada merced a la cadencia tribal de la batería, ‘Falling Down’ nos devuelve atmósferas semejantes a las de la canción de apertura, incluyendo algunos matices de inspiración arábiga, y acto seguido, ‘The Moon Rises Again’ retoma frontalmente el elemento pop-rock. Con esto último, podemos prepararnos para la densidad preciosista a ser desarrollada en el tema de cierre ‘Flow’, el cual suena a un híbrido entre el último TALK TALK, el patrón floydiano modernizado de bandas como RPWL o MOSTLY AUTUMN, y una remodelación melódica del post-rock. El esplendor emocional derrochado por esta canción se cierra con unos bombásticos arreglos de cuerdas, los que a su vez dejan paso finalmente a los ruidos de aves y riachuelos que permite cerrar el círculo del concepto de “Double Reign”, un trabajo que expone una alternativa seria y atractiva en el art-rock de nuestros días. ARIES merece la atención de los coleccionistas, especialmente de aquellos que aprecian los diversos y multivalentes proyectos de Fabio Zuffanti.

Tuesday, March 01, 2011

PALLAS y el retorno del centinela progresivo con "XXV"











HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión tratamos con PALLAS, una de las leyendas vivientes de la nueva ola de rock progresivo británico de los primeros 80s (neo-prog para los amigos y enemigos), y el motivo es el reciente lanzamiento al mercado de “XXV”, su sexto larga duración en una larga trayectoria iniciada durante la segunda mitad de los 70s, comenzando con una buena cantidad de maxi-singles y casetes antes del debut oficial con “The Sentinel” (1984), además de un hiato entre 1988 y el tercer disco de estudio “Beat The Drum” (1998, ya en la era digital). “XXV” perpetúa parcialmente el aura magnífica y pomposa desarrollada en sus dos discos previos “The Cross & The Crucible” y “The Dreams Of Men”, aunque también se notan alusiones claras hacia el sonido 80ero cultivado en “The Sentinel”. Esto tiene sentido en tanto que el nuevo disco es un disco conceptual en el que PALLAS desarrolla una secuela de su también conceptual disco debut “The Sentinel”, el cual reformulaba en clave de ciencia-ficción el mito de la Atlántida con miras a un mensaje pacifista en medio de la entonces existente Guerra Fría. Otra modalidad nueva es que este PALLAS explora más fehacientemente que nunca antes su aprecio consistente por el hard rock melódico, y ciertamente se puede decir que en ningún otro disco de PALLAS se ha dado tanto campo de expansión para guitarreos poderosos. Esta fuerza contrasta con los aires de incertidumbre y caos que acaecieron sobre la banda durante la etapa de preparación del disco: Alan Reed, el vocalista desde 1985, fue despedido a inicios de 2010 por sus compañeros arguyendo que él no mostraba indicios de compromiso real con el futuro nuevo disco de la banda. Este conflicto causó revuelo entre los fans en su momento, pero ahora es un hecho que la banda se siente cómoda y bien instalada con la formación actual: los miembros originales Niall Matthewson (guitarras y guitarra sintetizada), Graeme Murray (bajos, pedales bajos y coros) y Ronnie Brown (teclados y coros), más el baterista desde los tiempos de “Beat The Drum” Colin Fraser y el nuevo vocalista Paul Mackie.

‘Falling Down’ abre el disco con un breve momento de emisiones radiofónicas donde se escucha a reporteros anunciar que algo extraño emerge de los mares, mientras que unas cortas líneas de sintetizador preparan el camino para la poderosa entrada del ensamble instrumental íntegro: a partir de aquí y a través del cuerpo central que se desarrolla principalmente en un tempo de 7/8, estamos con la sensación de estar escuchando a un híbrido de THRESHOLD, VANDEN PLAS y el ARENA post-“The Visitor”, pero claro, con el sello de PALLAS. Se nota que Mackie le da un reforzado carácter al departamento vocal, haciendo que los coros en registro alto de Murray no se sientan tan intrusivos como en las épocas de Alan Reed o Euan Lowson. Si ‘Falling Down’ instalaba un inicio poderoso para el disco, ‘Crash And Burn’ lleva el asunto a niveles incendiarios, haciendo que la fastuosidad reinante se alimente de una impetuosidad bárbara a la par que conserva un sano sentido de la sofisticación típicamente progresiva. Realmente se extrañaba esos tiempos de la primera mitad de los 80s cuando PALLAS se destacaba entre todos los exponentes de la escena neo-progresiva por ostentar una cercanía especial con las sonoridades del rock duro y el metal: bien, ¡esos tiempos han regresado! ‘Something In The Deep’ entra a tallar para aportar un momento de calma contemplativa, centrada en torno a las solemnes capas de sintetizador. En casi toda su estructura porta una atmósfera cósmica y reflexiva, hasta que la coda revela un giro hacia una sobria orquestación de corte neoclásico – un momento clave en los aportes especiales que Ronnie Brown siempre da al sonido de PALLAS. ‘Monster’ y ‘The Alien Messiah’ cumplen con su misión de refrescar el ambiente: el primero tiene un esquema rítmico a medio tiempo y una base compositiva moderadamente pomposa (propio de los tres discos precedentes), mientras que el segundo adopta un aire estilizadamente siniestro en aras de capitalizar el aura pomposa del tema precedente. Particularmente en ‘The Alien Messiah’ se nota lo bien que funciona la dupla vocal de Mackie y Murray, y una vez más, la vibración bombástica que tuvo tanta presencia en “The Dreams Of Men” (el hito definitivo de la era Reed).

La primera parte de ‘XXV’, subtitulada ‘Twenty Five Good Honest Men’: su base rítmica y clima contundente la convierten en una suerte de confluencia entre los espíritus de ‘Monster’ y ‘The Alien Messiah’, con un aura menos oscura que esta última. Cuando emerge ‘Young God’, los recursos de afinidad con varios estándares del prog-metal regresan de una sola vez, aunque el grupo se dispone a no borrar un ápice de su esencia sinfónica, y sobre todo, a no abandonar el tono amenazante que ya ha inundado a las tres canciones precedentes. Se nota que la historia desarrollada en este disco no apunta a una esperanza de redención sino a un conflicto entre lo que la humanidad ve en sí misma y lo que necesita nuestro planeta para persistir. Como nota curiosa, hay una pequeña cita de un fraseo de guitarra contenido en el cántico pacifista de ‘Atlantis’. ‘Sacrifice’ anima las cosas por el momento a partir de un acento más rockero en buena parte de los guitarreos y la incorporación de tonos AOR en el motivo central. La dupla de ‘Blackwood’ y ‘Violet Sky’ resulta muy bien lograda: ‘Blackwood’ es un esbozo etéreo adornado con flotantes colores célticos, el cual nos introduce fluidamente hacia la melancolía grisácea que desde ‘Violet Sky’ proyecta un lamento por un género humano que ha perdido su derecho a seguir regulando el mundo. Los arpegios de la guitarra clásica fluyen como un continuum de contenida densidad emocional, mientras que el solo de piano final evoca imágenes de una serena tristeza: la idea general de esta dupla es efectivamente conmovedora sin necesidad de hacerse ostentosa. El disco cierra con la segunda parte de ‘XXV’, subtitulada ‘The Unmakers Awake’: aquí se cierra el concepto del álbum con un destino apocalíptico para la humanidad que, a su vez, conlleva la esperanza de un Planeta Tierra mejor equilibrado en un futuro post-humano. El lamentoso canto final de Mackey, el intenso solo de guitarra de Matthewson y los coros angelicales sintetizados del cierre son suficientemente expresivos en torno al tono elegíaco de este clímax final, emparentado con el de ‘Rise & Fall’.

“XXV” implica como obra musical el renacimiento del mito del Centinela de la Atlántida así como la remodelación del poder creativo de PALLAS. Esta banda sabe cómo hacer buen uso de su veteranía para mantener su vitalidad artística intacta y con la llama a plena luz.

Muestras de “XXV”.-
XXV (Part 1: Twenty Five Good Honest Men): http://www.youtube.com/watch?v=yP2DjjGweiM
Monster: http://www.youtube.com/watch?v=EyynGhu3HXk
Young God: http://www.myspace.com/pallasofficial/music/songs/1-06-l06-young-god-mp3-73497925