Thursday, December 30, 2021

Seis andanzas musicales del ingenioso hidalgo argentino MACHY MADCO-LOCOCO

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de presentar el nuevo trabajo de uno de los más ilustres veteranos de la movida progresiva argentina del nuevo milenio: nos referimos a MACHY MADCO-LOCOCO (o como le llaman muchos, simplemente MACHY MADCO) y su disco “Caballero Negro”, el décimo de su discografía. Publicado en formato únicamente digital por el sello Viajero Inmóvil, “Caballero Negro” es casi íntegramente un trabajo conceptual inspirado en el satélite Caballero Negro que orbita la Tierra desde hace miles de años. Decimos que está casi íntegramente inspirado en la mencionada temática porque el primer ítem está dedicado a la memoria de quienes se hundieron en el submarino ARA San Juan S-42. MADCO, quien toca el Touch Bass de 8 cuerdas González, los bajos de 4 cuerdas Williams y 5 cuerdas Paletta, y el sintetizador Korg Triton, se hace acompañar habitualmente por el teclista Mariano Toziano y el baterista Ramiro Vargas. También hay una pieza a dúo con el Stickista Diego Souto (MADCO también ha colaborado en varias piezas de algunos discos de Souto). El material aquí recogido fue grabado entre mayo y setiembre de 2021 en el estudio casero de MADCO Tigre, ubicado en Buenos Aires; la publicación digital tuvo lugar el subsiguiente 24 de noviembre.

El repertorio de este disco se abre con ‘ARA San Juan’, una pieza serena y gentil que se mueve dentro del terreno del jazz-rock en una cálida confluencia entre el patrón de los dos primeros discos de SPINETTA JADE y la faceta más introvertida de un PAT METHENY. Todo es como una suave brisa que envuelve al oyente empático con una sutil majestuosidad; de hecho, el breve solo de teclado que irrumpe a medio camino sirve para realzar la susodicha calidez. Acto seguido llega el turno de ‘Semana 1’, tema que está a cargo de agitar un poco más las cosas e instaurar una luminosidad extrovertida donde el factor jazzero se mezcla fluidamente con el estándar prog-sinfónico. La elegante vivacidad que atraviesa al desarrollo temático prácticamente se puede palpar mientras el entramado de los aportes de los instrumentos crea una integralidad tan rotunda como delicada. Definitivamente, tenemos aquí un cénit del disco. ‘Agosto’ vira hacia una dimensión más abstracta que emite vibraciones contemplativas sobre un trasfondo moderadamente denso: el dúo de Touch Bass y Stick (este último, a cargo de Souto) arma una maraña futurista con una cristalina espiritualidad cósmica. El ítem más extenso del álbum se titula ‘Raconto, Partes 1, 2 y 3’ y ocupa un espacio de casi 11 minutos y cuarto. Las parte reciben los sucesivos títulos de ‘Estamos Redi’, ‘Resolución’ y ‘Sintaxis’. Todo comienza con un despliegue de vitalismo muy en línea con el patrón histórico del jazz-fusion de RETURN TO FOREVER y WEATHER REPORT. El aura cromáticamente festiva está muy bien lograda a lo largo del reinante esplendor sonoro. En un segundo momento, todo se enfila hacia un ejercicio de prog sinfónico instalado sobre una impetuosa y ágil arquitectura rítmica (a medio camino entre HAPPY THE MAN y los CAMEL de la fase 76-78); así las cosas, lo festivo se acrecienta con inapelable soltura. Para la tercera sección, MADCO y sus compinches regresan al sendero del jazz-fusion con una mayor dosis de sofisticación, incluyendo un mayor lucimiento de la batería; también se da importancia a los cambios de ritmo y ambiente a lo largo del trayecto remanente. Todo esto garantiza un cierre épico para la presente suite, la cual ha exhibido un dinamismo tremendamente consistente: otro cénit indiscutible del álbum.   

‘Semana 2’ recoge los ecos del tema #2 con un enfoque más decidido hacia el terreno del jazz-rock, siendo así que las capas cósmicas de sintetizador sirven como un adecuado contrapeso a la jovialidad esencial de la pieza. El epílogo Crimsoniano nos toma de sorpresa con su manera de añadir una grácil tensión al esquema sonoro como terminando de atar los lazos de un paquete. El final del repertorio llega de la mano de ‘El Deck’, una pieza signada por una espiritualidad serena, casi crepuscular, centra en un desarrollo temático donde lo evocador es el talante central. Los ornamentos iniciales de Touch Bass y las ulteriores capas de teclado arman el núcleo central, dejando campo abierto para que unos solos de sintetizador estratégicamente posicionados añadan un porte señorial al asunto. Todo esto es lo que se nos ha brindado desde el cuartel de MACHY MADCO-LOCOCO con “Caballero Negro”, un catálogo de seis andanzas musicales de este ingenioso hidalgo argentino: un disco hermoso y dinámico que recomendamos totalmente. 


Monday, December 27, 2021

Una nueva serie de paisajes mundanos desde la óptica folk-progresiva de AMAROK

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Tenemos hoy la muy agradable ocasión de presentar el nuevo disco del colectivo folk-progresivo español AMAROK “El Ojo Del Mundo”, el cual sucede por seis años al doble álbum “Hayät Yolundă” y fue publicado por el sello mexicano Azafrán Media a inicios de junio pasado. El concepto general de “El Ojo Del Mundo” se le ocurrió al líder de la banda, Robert Santamaría, en base a un sueño que tuvo donde nuestro planeta tiene un gran ojo que mira con horror y pesadumbre la hecatombe ambiental y social que estamos ahondando sin parar en nuestros tiempos modernos. Santamaría tiene un prolijo arsenal instrumental en sus manos: teclados, guitarra de 12 cuerdas, kanun, saz, santur, arpa, acordeón y percusiones. En este disco, el ensamble de AMAROK se completa con Marta Segura [canto], Manuel Mayol [flauta y didgeridoo], Pau Zañartu [batería y hang electrónico], Miguel Arce [bajo], Marc Egea [zanfona] y Tarik Smith [trompeta]. También aparecen en este disco los invitados ocasionales Víctor Estrada [Theremín], Coloma Bertran [violín] y Núria Martínez [palmas]. Casi toda la música fue compuesta por Santamaría, mientras que Segura hizo casi todas las letras, además de los arreglos vocales. La excepción está en la tercera pieza del disco, que procede de una composición original del maestro turco Göskel Baktagir, a la cual el tándem de Santamaría y Segura hicieron una remodelación apta para la esencia estética de AMAROK, mientras que Llucieta Canya le ponía letra. Bueno, repasemos ahora los detalles del repertorio contenido en “El Ojo Del Mundo”, el cual (adelantamos) nos parece uno de los discos más hermosos de la producción progresiva mundial en el presente año 2021 (ya a punto de irse). Dicho sea de paso, la serie de 8 temas encapsulada en el álbum se encadena en un continuum.


Durando poco menos de 4 minutos, ‘Sota La Pluja’ abre el álbum con un esplendor cautivador que ostenta un talante ceremonioso. Tras el ruido de una tormenta, emerge una sólida fiesta de cuerdas y percusiones étnicas a las que el violín y el canto añaden sus colores propios. ‘Saraswati’ es la primera composición ambiciosa del álbum con sus casi 9 ¼ minutos de espacio y su estructuración de tres secciones, sucesivamente tituladas ‘La Diosa Del Conocimiento’, ‘Khumb Mela’ y ‘El Río Subterráneo’. Los aires arabescos y mediterráneos se funden en una sola fuerza expresiva sobre un exultante tempo de 5/4 para la primera sección, mientras que la segunda adopta un talante más solemne donde las líneas de zanfona y los ornamentos de sintetizador se congregan para armar un irresistible sortilegio. La última sección recoge la siembra de la anterior para gestar un crescendo de mágico señorío, siendo así que los instrumentos actuantes van armando una armonización mutua a lo largo y ancho de su propio universo líquido. A continuación, llega la dupla de ‘Cançó d’Amor’ y ‘El Vals De Las Libélulas’, diseñada para seguir explorando gráciles colores musicales. El primero de estos temas es gentil y apasionado, y se apoya en el encanto inherente a su desarrollo melódico mientras los arreglos instrumentales gestan un exquisito telar sonoro. En cuanto al segundo, éste es aún más gentil, llegando a hacerse genuinamente etéreo a través de las proyecciones éticas que son expresadas sucesivamente por la flauta, las capas de sintetizador, la percusión tonal y las cuerdas. Por su parte, la dupla rítmica, cuando entra en acción, aporta unas delicadas vibraciones fusionescas. ‘Luna Y Sal’ es una canción evocadora que sintetiza los espíritus de las piezas #1 y #3, aunque con un manejo más comedido de la pasión expresiva. Su espacio de poco más de 6 minutos está meticulosamente aprovechado para que el suave embrujo propio de la canción opere con total efectividad.
 

El ítem más extenso del álbum es la suite de 17 ½ minutos titulada ‘La Sexta Extinción’, conteniendo las siete secciones ‘Insectos Y Aves’, ‘Plantas’, ‘Reptiles’, ‘Peces Y Anfibios’, ‘Mamíferos’, ‘Primates’ y ‘Homo Sapiens’. Esta increíble maratón folk-progresiva comienza con un pasaje sostenido sobre un groove complejo y suntuosamente alimentado por juegos disonantes (casi a lo RIO). Luego emerge un pasaje más relajado, marcado por una relativamente parca interacción entre cuerdas, flauta y percusiones tonales; si bien el aura inicial es misteriosa, poco a poco va acogiéndose un esplendor etéreo que se enfila gradualmente hacia una afabilidad envolvente. Alrededor de la frontera del octavo minuto y medio se da una amalgama de cuerdas étnicas, capas cibernéticas y didgeridoo, la misma que se asienta firmemente en una cruza entre lo etéreo y lo ensoñador. Una vez que entra a tallar la dupla rítmica, la suite adquiere un vigor renovador y convincente, pues su groove fusionesco permite a los instrumentos interactuar dentro de un encuadre extrovertido que resulta tan sofisticado como magnético. Más adelante, las cosas viran por un rato hacia una extraña mezcla de avant-prog y sinfonismo: la suite está ahora enfocada en sacar de sus entrañas su mayor potencial de majestuosidad. La última sección encauza una mezcla entre lo tribal y lo cósmico que se deja arropar por una aureola cinematográfica, logrando de esta manra plasmar un inequívoco aire dramático. Luego llega el turno de ‘Gibra’ara 2021’, nueva versión de una canción originalmente incluida en el disco del mismo nombre (1998). Este nuevo arreglo se centra en matices más reposados, usando cadencias más sobrias en comparación. La pieza homónima, que dura poco más de 11 ½ minutos, se encarga de cerrar el álbum con absolutista y absorbente esplendor. En efecto, ‘El Ojo Del Mundo’ combina muy inspiradamente el colorido versátil del folk, la exuberancia estilizada del prog sinfónico y las acentuaciones sofisticadas del jazz-fusion contemporáneo. Se da un interesante contraste entre el carácter pesimista de la letra y el esplendor expansivo del fastuoso bloque instrumental en curso. Santamaría y sus compañeros de viaje retoman el legado de “Mujer Luna” con el filtro de “Sol De Medianoche”.


Hay que ver cómo se ha lucido el personal de AMAROK con “El Ojo Del Mundo”, otra belleza monumental y mágica que engrosa su ya de por sí impresionante currículum fonográfico. Esta nueva serie de paisajes mundanos (externos e internos) traducidos al lenguaje sonoro del folk-progresivo se apunta como uno de los aportes más notables de España al mundo progresivo del año 2021, tal como adelantamos en el primer párrafo de la presente reseña. Totalmente recomendable. 


Saturday, December 25, 2021

La exultante cabalgata avant-progresiva de BLACK MIDI

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el disco “Cavalcade” del grupo londinense BLACK MIDI, uno de los grupos más sólidos dentro de la nueva generación avant-progresiva de Gran Bretaña. De por sí, el susodicho disco ha sido uno de los más elogiados en las redes difusoras de rock progresivo y experimental, y con toda justicia. Tras registrar un álbum de debut como cuarteto bajo el título de “Schagenheim” en junio de 2019, este nuevo álbum “Cavalcade”, publicado a inicios de agosto pasado por vía del sello Rough Trade, fue gestado por el trío de Geordie Greep [guitarras, teclados, acordeón y voz], Cameron Picton [bajo, teclados, flauta, flautín, marxófono, guitarra, efectos y voz] y Morgan Simpson [batería y percusiones], aunque todavía se acredita al exintegrante Matt Kwasniewski-Kelvin como coautor de un par de temas. Invitados del trío en el disco que ahora reseñamos son el Kaidi Akinnibi (saxofón), Seth Evans (teclados) y Jerskin Fendrix (violín). Rough Trade ha publicado este disco en formatos de CD, vinilo y casete, además de una edición de CD y vinilo y otra de vinilo con un single flexi de color rojo. Haciendo un poco de historia, BLACK MIDI inició sus días en 2016 cuando unos estudiantes de la BRIT School de artes creativas y performativas de Croydon se conocieron y planificaron la gestación de un grupo de rock ecléctico donde se entrecruzaran elementos de prog psicodélico, punk jazz y math rock. Al año siguiente tuvo su primera actuación en vivo, y no solo tuvieron el deleite de estrenar su discografía un par de años después, sino que, antes de eso, tuvieron el privilegio de fungir como banda acompañante del legendario DAMO SUZUKI en un concierto en el Windmill Brixton. Realmente tenemos aquí unos jóvenes talentosos (el baterista obtuvo en 2014 un galardón como el Joven Baterista del Año). Todavía jóvenes pero más curtidos dentro de los avatares de la industria musical del underground británico, los integrantes de BLACK MIDI nos brindan un disco tan monumental como “Cavalcade”, en cuyos detalles entraremos a continuación. 


Durando poco menos de 5 ¼ minutos, ‘John L’ abre el álbum con contundente convicción e incandescente intensidad, estableciendo un vitalismo al modo de una cruza entre los legendarios MASSACRE y los PRIMUS de los tres primeros discos sobre un groove tan urgente como sofisticado. El violín realza el filo de la guitarra y los ornamentos de teclado se unen a los soliloquios para añadir un toque Zappiano al asunto. Alrededor de la frontera del tercer minuto, se arma un viraje hacia un paraje mutante donde el vitalismo reinante asume aires adicionales de RIO, los mismo que brindan un recurso de variedad al asunto. Sigue a continuación la pieza que porta el simpático título de ‘Marlene Dietrich’, la cual se sostiene sobre un swing suave al modo de una suave balada de cabaret filtrada a través de un híbrido de BENT KNEE y el ZAPPA de la etapa 74-76. Hay un aura envolvente en esta canción que, a pesar de ser rotunda, no esconde su espiritualidad humorística. ‘Chondromalacia Patella’ cumple con el rol de retrotraernos a la intensidad compleja del primer tema con mayores dosis de neurosis expresiva y de versatilidad. Hallamos aquí momentos de calidez jazz-rockera, exhibiciones de vigor oscurantista y explosiones surrealistas al modo de los KING CRIMSON de la etapa del doble trío. Cuando llega el turno de ‘Slow’, el grupo se encarga de que las cosas sigan bien acomodadas mientras transitan por el cauce trazado por las coordenadas más extrovertidas que han signado a la pieza de entrada. Algunos guitarreos de inspiración Crimsoniana y algunos vuelos extravagantes a lo CHROME HOOF se alternan a la hora de construir el variado perfil central de esta pieza, la misma que instaura un cénit decisivo dentro del repertorio del disco. ‘Diamond Stuff’ sirve para que el grupo explore elementos gráciles y atmosferas etéreas dentro de su logística, y, en estas circunstancias, ello se traduce en una exploración en ambientes crepusculares con matices solipsistas que se sitúan a medio camino entre lo intangible y lo tétrico. Respecto a este detalle específico, el trío tiende puentes con la banda francesa DUSTMAN DILEMMA. Dos puntos culminantes seguidos del álbum son estos temas #4 y #5, dos ejemplos de la vitalidad peculiar y contundente que el ensamble sustenta como su posición dentro de la vanguardia rockera del momento.
 
Sigamos recorriendo el repertorio. ‘Dethroned’ emerge para instaurar otro momento genial del disco, esta vez con una excursión jazz-progresiva que toma la atmósfera flotante de la canción precedente y lo transforma en un despliegue de fuego cósmico cuyas agitaciones internas manifiestan la influencia del tercer tema del álbum. La extroversión renovada del grupo no solo establece un momento particularmente señorial dentro del disco, sino también un espíritu de júbilo dadaísta. ‘Hogwash And Balderdash’ es el tema más breve del repertorio con sus 2 ½ minutos de duración, siendo su función la de engancharse con las vibraciones finales de la pieza precedente para elaborar otro flujo de travesuras de corte Zappiano con un filo aguerrido propio del RIO contemporáneo. Por su parte, ‘Ascending Forth’ es el tema más extenso con sus más de 9 ¾ minutos de duración, encargándose, además, de cerrar el repertorio. Su amplio espacio es aprovechado por el ensamble para explayarse mayormente en su faceta ceremoniosa, comenzando con un solitario dúo de guitarra y canto. Algo que solo apareció muy ocasionalmente en algunos breves pasajes de un par de canciones precedentes se convierte ahora en el núcleo central de la musicalidad organizada para la ocasión. Así que éste es el prototipo de balada progresiva dentro del universo musical de los BLACK MIDI. Tras viajar sesudamente por algunas variantes temáticas, el clímax conclusivo se deja cubrir por una aureola exultante en base a un crescendo muy emotivo. Todo esto fue lo que el personal de BLACK MIDI nos brindó con “Cavalcade”, una de las obras avant-rockeras más impactantes del año 2021 que ya se nos va. ¡¡Totalmente recomendable!!
 
 
Muestras de “Cavalcade”.-
John L: https://bmblackmidi.bandcamp.com/track/john-l
Chondromalacia Patella: https://bmblackmidi.bandcamp.com/track/chondromalacia-patella
Slow: https://bmblackmidi.bandcamp.com/track/slow


Friday, December 24, 2021

FELIZ NAVIDAD Y UN PRÓSPERO AÑO 2022

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Ya se acaba el año 2021 y se nos viene encima un nuevo año 2022 lleno de los mismos desafíos especiales y urgentes que advinieron a nuestra especie humana desde fines del año 2019. Estos irregulares pero persistentes embates de la pandemia mundial no solo condicionaron y trastocaron nuestras vidas en todas sus facetas, sino que plantearon serios cuestionamientos a los modos de funcionar de los colectivos humanos en asuntos relativos a la salud, el bienestar, la solidaridad y demás elementos esenciales de la sociedad humana como un todo que existe y se explaya más allá de las banderas y las fronteras.

 
De todas formas, con o sin situaciones anómalas, algunas canciones navideñas portan un hálito de nostalgia en lo referente a la añoranza por las personas que están lejos o que se fueron por el sendero sin retorno que lleva hacia el más allá. Añoranza es la emoción predominante en la canción del grupo británico FLASH ‘Manhattan Morning (Christmas ‘72)’, incluido en su tercer y último álbum de estudio “Out Of Our Hands”. Este disco publicado en 1973 por el sello Sovereign (pequeño subsidiario de EMI y asociado con Capitol Records) fue gestado por la alineación de Peter Banks [guitarras eléctrica y acústica, banjo, sintetizadores Moog y ARP, y coros], Ray Bennett [bajo, mellotrón, sintetizador ARP, piano, clavinet, coros y primera voz adicional], Colin Carter [primera voz, coros y percusión] y Mike Hough [batería y percusión]. Las sesiones de grabación de “Out Of Our Hands” se repartieron entre los Advision Studios y los Morgan Studios. La mayor parte del repertorio de este álbum está ocupado por una serie de canciones conceptualmente centradas en un paralelo entre el juego de ajedrez y la búsqueda de paz espiritual en contacto con el cosmos, una idea de Bennett. Aunque no se trata de lo mejor de FLASH, no se le puede negar sus méritos artísticos. La canción que hoy nos ocupa fue compuesta por Colin Carter y ocupa el penúltimo lugar de este disco; tal como indica su título, evoca la estancia en Manhattan durante el Día de Navidad, habida cuenta que el grupo se encontraba entonces en los EE.UU. cumpliendo con una mini-gira promocional de su segundo álbum “In The Can”. No sería la última vez que harían giras allí: de hecho, el grupo tocaba más en escenarios estadounidenses que en su Inglaterra natal o en Europa Continental.
 
Esta canción fue concebida en un tiempo en que el grupo estaba empezando a padecer los primeros indicios de tensiones internas que llevarían a su disolución no muchos meses después, así que suponemos que eso también influyó en el carácter reflexivo y melancólico de la letra escrita por Carter, junto al hecho obvio de estar geográficamente lejos de sus familiares. Banks siempre fue una persona difícil, alternando momentos de cándida camaradería y temperamento díscolo con quienes estuviesen a su lado en ese momento, pero lo más difícil de digerir para sus compañeros de banda es que dedicara cada vez menos tiempo al grupo que él mismo fundó para concentrarse en su primer álbum solista (“Two Sides Of Peter Banks”). De hecho, el colectivo de FLASH se disolvió en Albuquerque, Nuevo México, en noviembre de 1973, tras una última discusión bastante agria entre Banks y los otros tres. ¡Y todavía les faltaba tocar 4 conciertos más para completar la temporada de promoción de su nuevo álbum de entonces “Out Of Our Hands”! Mientras los Sres. Bennett, Carter y Hough regresaron a Inglaterra, el Sr. Banks se quedó unos días más anunciando a los promotores que se tenía que cancelar los conciertos restantes, y, de paso, sopesar lo que podía hacer para retomar su carrera musical al retornar a Inglaterra. Volvamos a la canción que hoy no ocupa. En cuanto a su esquema musical, ‘Manhattan Morning (Christmas ‘72)’ dista mucho de ser una canción lánguida y triste. Tras un preludio signado por un swing jazzero a lo Canterbury, el cuerpo central se centran en un groove directo a medio tiempo al modo de la faceta más directa del prog sinfónico (un poco a lo CRESSIDA con algo del primer YES). El bajo se luce enormemente en las primeras instancias, pero, una vez instalado el motivo vocal, la guitarra se escurre por aquí y por allá para emitir virtuosos fraseos con la debida discreción. De este modo, anticipa el fabuloso solo que se emergerá y se desarrollará durante el último minuto hasta que el momento en que termina el fade-out de la canción. Esta atmósfera refleja el aire adormilado que tiene una gran ciudad después de agitadas jornadas de compras masivas de regalos navideños y largas horas nocturnas de cenas de Nochebuena.  
 

Aquí hay un enlace para disfrutar de esta canción: https://www.youtube.com/watch?v=8JBzCyvMPeU
 
 
¡¡FELIZ NAVIDAD Y UN PRÓSPERO AÑO 2022
PARA TODO EL MUNDO!!



Wednesday, December 22, 2021

CANVAS SOLARIS: himnos a la capa solar desde la palestra del prog-metal



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

El mundo del prog-metal experimental recibe actualmente un empuje muy especial con la resurrección de la banda estadounidense CANVAS SOLARIS, la cual está actualmente conformada por Nathan Sapp [guitarras y sintetizadores], Chris Rushing [guitarras], Gael Pirlot [bajo] y Hunter Ginn [batería]. Dichas resurrección llega con algo muy concreto, un nuevo álbum titulado “Chromosphere” que fue publicado por el sello Divebomb Records el 14 de mayo pasado. El proceso de creación, gestación, producción y publicación del presente disco ha sido, de hecho, bastante largo. Todo comenzó con el reagrupamiento de CANVAS SOLARIS como el actual cuarteto en el año 2014, a 4 años de su separación, la cual no se sabía si iba a ser momentánea o definitiva. Hasta ese fatal año 2010 y desde el año 1999, cuando se formó en la localidad de Statesboro, Georgia, el grupo opero mayormente como el trío de Sapp, Ginn y Ben Simpkins, desarrollando una admirable discografía de prog-metal experimental que incluía a discos tan poderosos como “Penumbra Diffuse” y “Cortical Tectonics”. En el último periodo de esa primera etapa, el grupo se había incrementado como quinteto y coqueteaba con el space-rock. Con el nuevo cuarteto aquí presente, el grupo estuvo en actividad inconstante entre 2014 y 2016, y solo a partir de 2016 pudieron los Sres. Sapp, Ginn, Rushing y Pirlot establecer una agenda de trabajo realmente coordinada, la cual consistía en una secuencia de procesos separados de grabación para los diversos instrumentos presente entre los años 2017 y 2019. En el verano de 2019 comenzaron los lentos y pacientes procesos de mezcla y masterización en el Jamie King Studio. Tras pensar por un tiempo en publicar “Chromosphere” de forma independiente, al final los CANVAS SOLARIS decidieron firmar con el antes mencionado sello Divebomb Records, lo cual tiene un significado histórico para la banda dado que el sello matriz de Divebomb es Tribunal Records, el mismo que publicó los dos primeros trabajos del grupo. Sapp y Ginn, como era de esperarse, fueron los principales impulsores de esta resurrección de CANVAS SOLARIS, y focalizaron el trabajo creativo de este nuevo álbum volviendo a sus viejas inspiraciones de los 80s e inicios de los 90s (WATCHTOWER, TOXIK, BELIEVER, ANACRUSIS, etc.), metal progresivo y thrash con fuerte apego melódico. Claro está, este resucitado CANVAS SOLARIS tiene una personalidad propia forjada a puro fuego a lo largo de sus momentos más notables y explosivos de su primera etapa. Bueno, veamos ahora los detalles de este repertorio. 


Los dos temas más extensos del álbum son el primero y el tercero: aquél se titula ‘Extrasolar Biosignature’ y dura casi 11 minutos, éste se titula ‘Zero Point Field’ y dura poco menos de 13 ½ minutos. El primero de estos temas mencionados comienza con un prólogo de tenor cósmico donde las irrupciones de golpes ocasionales de la batería anuncia el esplendor aguerrido y voraz con el que se explayarán los magníficos recovecos del cuerpo central. A través de un vitalismo sistemático sustentado cabalmente por mil y un recursos técnicos tanto en la rotativa ingeniería rítmica y los absorbentes despliegues metálicos, el colectivo logra armar un puzle prog-metalero convincente cuyo fulgor esencial se revela orgulloso de su batalladora sofisticación. La claridad melódica que se exhibe en algunos pasajes aporta algo de calidez al asunto, siendo así que lo más cálido emerge en el epílogo, cuando el cuarteto se enfoca en un breve ejercicio de rock-fusion antes de armar una coda ceremoniosa redondeada por una traviesa clausura de talante thrash-metal. En cuanto a ‘Zero Point Field’, alterna pasajes musculares con otros más reflexivos por vía de un pulso preciso empapado por un señorío progresivamente exquisito. En comparación con la pieza de entrada, el esplendor melódico se siente más meticuloso a través de las innumerables variantes temáticas que tienen lugar; hay una opulencia que se amolda equitativamente a todos los diversos niveles de suntuosidad rockera que se van hilando a través de una impoluta fluidez. Son dos cúlmenes de expresión creativa dentro del disco. En medio de ambos temas se sitúa ‘Hidden Sector’, tema que exhibe una agilidad asertivamente agresiva mientras se adentra en una compleja ingeniería metalera que abre algún que otro espacio para facilitar la irrupción de algún interludio acústico, así como el armado de algunos pasajes líricos que ostentan un carácter envolvente. Definitivamente, esta pieza asume una sensación mayor de urgencia que las dos primeras que hemos descrito en vista a que debe articular su propia diversidad de recursos expresivos dentro de un espacio más compacto. ‘Black Drop Effect’ (el tema más breve del álbum con sus poco menos de 4 minutos y medio de duración) cumple con la función de organizar una fiesta metalera con imponente empuje y grácil sofisticación. 
 
Nos acercamos al final del álbum cuando llega el turno de ‘Renormalization’, pieza cuya sección inicial va a contrapelo del espíritu incendiario de la pieza precedente. A poco de pasada la frontera del medio minuto, se despliega un complicado y serpentino cuerpo central donde se refleja todo lo contrario: una demostración de diversos recursos de fiereza y vivacidad, los cuales se conectan dentro de un todo signado por una marca de fuego metalero de dimensiones estratosféricas. Algunos quiebres rítmicos y contrastes que surgen en algunos pasajes estratégicos ostentan incluso una cercanía a estándares math-rockeros. ‘False Vacuum’ ocupa los últimos 8 ¼ minutos del álbum, siendo su principal función la de moldear y establecer una significativa síntesis de los enfoques melódicos y estrategias musculares de los tres primeros temas del álbum. De hecho, nos parece que la tesitura melódica plasmada en la mayor parte de sus secciones lo emparenta con 
‘Zero Point Field’ de manera muy cercana. A mitad de camino emerge un flotante interludio cósmico de tenor cuasi-krautrockero, algo que nos toma por sorpresa y que es bien recibido. En conclusión, tenemos en “Chromosphere” el testimonio decisivo e inapelable de que CANVAS SOLARIS volvió al ruedo a lo grande con una espiritualidad renovadamente asertiva, remodelando su propia fastuosidad históricamente esencial con un nuevo encuadre para su virtuosa estética dentro del discurso prog-metalero. Este disco, de hecho, representa un cénit total para esta vertiente progresiva en este año 2021 que ya se nos está yendo.

Monday, December 20, 2021

El testamento progresivo de LA COMPAGNIA DIGITALE

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da una ocasión especial de repasar una de las páginas perdidas del movimiento progresivo italiano desarrollado durante la década de los 70s: esa página pertenece al quinteto LA COMPAGNIA DIGITALE, efímero ensamble de San Remo que estuvo conformado por Ciro Perrino [sintetizadores Mini-Moog, ARP 2600 y Omni-2, Synthi EMS/AKS, Eminent y secuenciador ARP], Roberto “Roby” Rossi [bajo], Marco Tudini [batería], Alex Magazzino [guitarra y canto] y Lady Mantide [piano eléctrico Fender Rhodes]. Lo único que quedó registrado de esta breve aventura fue un concierto publicado bajo el simple título de “La Compagnia Digitale” en el año 1992 por el sello Mellow Records. Pues bien, este ítem ha sido reeditado en vinilo rojo mármol con tintes ámbar y con funda abierta por el ya mencionado sello Mellow Records en asociación con el maestro Perrino; también hay una edición especial de viniclo con el CD acompañante. Antes de revisar los detalles del disco en sí, hagamos algo de historia. Tras la desintegración de ST. TROPEZ, el grupo de space-rock progresivo que fundó Perrino tras la disolución del legendario ensamble CELESTE, el mencionado Ciro Perrino quería proseguir por esta línea de trabajo, por lo que Lady Mantide y Alex Magazzino siguieron estando a su lado en esta nueva aventura. De todas maneras, lo más complicado que tuvo el proyecto de ST. TROPEZ durante sus 12 meses de duración fue el asegurarse una dupla rítmica estable. En el caso de la naciente LA COMPAGNIA DIGITALE, el colectivo logró acoger una dupla rítmica estable con los ya mencionados Marco Tudini (integrante original de CELESTE que emigró a Inglaterra para estudiar diversos instrumentos como la flauta, los saxofones, el piano, la batería y la guitarra, y que ya estaba nuevamente instalado en su ciudad natal) y Roberto Rossi (músico de otra banda que Perrino conocía desde 1975). La idea inicial era la de ensayar piezas de ST. TROPEZ mientras el grupo buscaba oportunidades para tocar en vivo, pero pronto la idea cambió a la de preparar nuevas composiciones de Perrino, las cuales tendían a ser épicas y extensas. Llegó el mes de agosto de 1979 y con él la oportunidad concreta de que LA COMPAGNIA DIGITALE pudiese presentarse en público. Esa oportunidad llegó de la mano de un viejo colega de Perrino en CELESTE, Mariano Schiavolini, quien estaba organizando un festival musical. El grupo se preparó intensivamente para dicha presentación, la cual tuvo lugar en agosto de 1979 y fue registrada para la posteridad: solo estas tres piezas compuestas por Perrino, y eso que habían otras, pero éstas ya se hundieron en el mar del olvido. Esta presentación no estuvo exenta de problemas técnicos generados desde la consola de los ingenieros de sonido, por lo que el buen Ciro tuvo que crear algunos vuelos cósmicos improvisados entre las piezas para entretener al público mientras el resto de los músicos y los ingenieros se aseguraban de que todos los instrumentos estaban listos para sonar como debían. Al poco tiempo de esta presentación en vivo, LA COMPAGNIA DIGITALE se disolvió y Perrino se volcó entusiastamente a una carrera solista encaminada hacia la electrónica bajo el nombre de SOLARE.* 


Veamos ahora el repertorio de “La Compagnia Digitale”. La primera mitad del álbum está ocupada por la dupla del tema que se llama igual que la banda y el disco, y otro titulado ‘La Fonte Del Ritmo’. Todo comienza a lo grande con ‘La Compagnia Digitale’, cuando la combinación de secuencia tímbrica de sintetizador, ocasionalmente acompañada por golpes percusivos y retazos de guitarra, abre camino a un refinadamente grácil motif central que se ubica cómodamente en una encrucijada entre GONG, KLAUS SCHULZE y HARMONIA, la cual pronto se enriquecerá con matices Floydianos al estilo de ELOY en ciertos pasajes intermedios donde el asunto se torna un poco más solemne. El aura psicodélico-electrónica de los sintetizadores halla un creativo contrapeso en la agilidad jazz-rockera promovida por la triangulación de batería, bajo y piano eléctrico. La guitarra, por su parte, establece perpetuamente solos y bases bajo la obvia inspiración del maestro STEVE HILLAGE. Las parcas e imponentes orquestaciones de sintetizador que dirigen la pauta para el epílogo se apoderan de los espacios centrales del sonido grupal con el empuje recibido de parte de la dupla rítmica. Cuando llega el turno de ‘La Fonte Del Ritmo’, el ensamble explicita su faceta más juguetona, asentando inicialmente un ejercicio de vibraciones space-rockeras de talante melódico sobre un groove de tenor reggae (ocasionalmente interrumpidas por un par de efímeros interludios prog-sinfónicos). El sintetizador solista, cuyo colorido es más cercano al patrón de un VANGELIS que al de un TIM BLAKE, se encarga de darle una prestancia debida al bloque musical en curso. En una segunda instancia, la banda vira hacia un groove funky-rockero que va muy en línea con el HILLAGE de la fase 77-78; así las cosas, el espíritu travieso de la primera parte es reemplazado por otro más sensual, por así decirlo, aunque también es verdad que los ornamentos cósmicos de los sintetizadores brindan un vigor especial al bloque sonoro. Desde aquí, todo transita naturalmente hacia el enérgico golpe final. 


Durando más de 21 ½ minutos, ‘La Penetrazione Della Forza’ cierra este documento y lo hace a lo grande, explayándose a través de secciones diversas. La primera se ubica en un bien perfilado asentamiento space-rockero cuya calidez expresionista se deja ornamentar fluidamente por las vibraciones jazz-rockeras provistas por la dupla rítmica. Luego siguen dos secciones en las que predomina la polenta rockera, siendo así que los riffs, bases armónicas y solos de guitarra ejercen un rol protagónico dentro del entramado colectivo, aunque también cabe decir que el impulso de la batería facilita el dinamismo general de una manera determinante. A pocos instantes de traspasar la frontera del octavo minuto, una secuencia sintetizada a lo VANGELIS emerge con su vivacidad cósmica a fin de abrir camino a un impetuoso jam a lo HAWKWIND. La majestuosidad de LA COMPAGNIA DIGITALE está a todo dar en este momento, manejando con virtuosa soltura la combinación de acidez rockera y ambientes futuristas. Una vez concluido este jam, nos topamos con una amalgama particularmente absorbente de ornamentos cibernéticos que muy pronto se deja acompañar por efectos de guitarra: un momento de abstracción onírica penetrada por inquietantes matices, los mismos que son momentáneamente reforzados por intervenciones aleatorias de la batería. Para los últimos cuatro minutos y medio, el ensamble regresa al sendero del space-rock, siendo así que éste se deja llevar por mareas vibrantes de corte jazz-rockero con ligeras inclinaciones funky: una vez más, este brío permite a la banda preparar el terreno para un eficaz golpe final. El cénit definitivo de este testimonio musical, no nos cabe duda alguna al respecto. En fin, todo esto es el legado de LA COMPAGNIA DIGITALE, uno que merece ser revalorado dentro del gran escenario de la primera generación de música progresiva italiana como un aporte interesante al ideal del space-rock; a pesar de su efímera existencia, esta entidad musical merece un lugar dentro de cualquier fonoteca que rinde homenaje a la música progresiva de aquellos años 70s de cualquier parte del mundo.   


Muestra de “La Compagnia Digitale”.-
La Penetrazione Della Forza: https://ciroperrino.bandcamp.com/track/la-penetrazione-della-forza



Friday, December 17, 2021

La décima odisea avant-rockera de KAYO DOT

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tomamos un paseo por el universo musical del brillante multiinstrumentista y compositor vanguardista estadounidense Toby Driver para presentar el nuevo trabajo del que es su proyecto más duradero: KAYO DOT. El disco en cuestión se titula “Moss Grew On The Swords And The Plowshares Alike”, el mismo que fue publicado tanto en CD como en doble vinilo (en versiones negra y verde) el pasado 29 de octubre; el sello responsable de todo esto es Prophecy Productions. Sucediendo al álbum precedente “Blasphemy” por un poco más de dos años, “Moss Grew On The Swords And The Plowshares Alike” se enfila notoria y muscularmente hacia un avant-metal que juega con diversos climas a lo largo de su ambicioso repertorio: pesados, luminosos, oscuros, lánguidos, huracanados, metafísicos... Todo eso. Entre el tiempo del mencionado disco precedente y el que ahora reseñamos, Driver ha estado ocupado en la realización de discos de otros proyectos como PHOS, OIXISHA y ALORA CRUCIBLE, desafiando etiquetas mientras juega con ellas con absoluta liberalidad estética. Ninguna de estas ocupaciones a afectado al versátil y ecléctico vitalismo que KAYO DOT ha sabido convertir en marca de la casa desde el inicio de su discografía, en aquel ya lejano año 2003. Driver se hizo cargo del arte gráfica de este disco, y claro, también de cantar y tocar casi todos los instrumentos (guitarra, bajo, sintetizadores, programaciones y percusión), pero le acompañan dos grandes amigos de los tiempos de MAUDLIN OF THE WELL: Greg Massi a la guitarra y Jason Byron a las letras. Este detalle es sumamente importante para entender la esencia estética del álbum, y es por eso que ahora pasaremos sin mayor demora a los detalles específicos de “Moss Grew On The Swords And The Plowshares Alike”.

Con la dupla inicial de ‘The Knight Errant’ y ‘Brethren Of The Cross’ (dos ítems que duran poco más 8 minutos y cuarto), se plasman algunos de los delineamientos generales de su esquema de trabajo. El tema de apertura comienza con un complejo y ágil juego de cadencias sobre el que flotan unas rutilantes implosiones de guitarra en clave post-rockera; esas cadencias utilizan los espacios vacíos inteligentemente para darle un cariz metafísico a la claroscura incandescencia rockera en curso. Mientras tanto, el canto irrumpe con una furia inclemente que se sitúa a medio camino entre lo terrorífico y lo hechicero. Ya para la sección final, la incandescencia reinante se recubre con un aura ceremoniosa, lo cual se traduce en una parsimonia surrealista efectivamente envolvente. Por su parte, ‘Brethren Of The Cross’ ahonda en el factor misterioso presente en el tema anterior y le brinda una oportuna dosis de sofisticación progresiva centrada en una remodelación del núcleo central de los dos primeros álbumes de KAYO DOT a través de un filtro híbrido de PAK y SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM, añadiéndose algunas sazones Crimsonianas en algunos parajes. El canto ostenta una sensación de urgencia más notoria mientras el entramado instrumental se orienta haca un lirismo endemoniado y gigantesco. Tenemos aquí un muy eficaz cénit del álbum. ‘Void In Virgo (The Nature Of Sacrifice)’ exhibe un talante frontalmente señorial que, en cierto sentido, nos remite a atmósferas propias del paradigma general del goth-rock, así como a vibraciones nebulosas bien ajustadas al patrón del post-rock a lo MOGWAI. Menos compleja en cuanto a estructura musical que las dos piezas precedentes, ésta se centra enérgica y asertivamente en una espiritualidad introvertida, y, mientras tanto, explorando una musculatura más contenida junto a unos ornamentos estilizados de sintetizador. Con el arribo del tema que porta el oximorónico título de ‘Spectrum Of One Colour’ nos topamos con algo muy distinto: un ejercicio de rock vigoroso que resuena como un híbrido de space-rock y avant-metal con controlados aderezos de pesadez al estilo del brutal prog. Tiene un gancho muy peculiar que se define claramente a través de sus casi 5 minutos de duración, además de un atractivo epílogo en clave de metal industrial. 

‘Get Out Of The Tower’ exhibe unas muy intensas vibraciones que nos hacen evocar tanto a los dos primeros álbumes de MAUDLIN OF THE WELL como al primero de KAYO DOT. Eso sí, esta intensidad que signa la esencia de este tema en cuestión se asienta y extiende cómodamente sobre una arquitectura rítmica ostentosamente solemne. Este cariz misterioso adoptado por el groove contrasta radicalmente con el carácter sobrecogedoramente airado del canto. Varios de los guitarreos repiten trepidaciones expresivas que ya hemos advertido en el tema de apertura; mientras tanto, el bajo hace sentir su peso relevante dentro del puzle musical en curso. Cuando llega el turno de ‘The Necklace’, el ensamblaje sonoro se enfoca en una síntesis entre la fiereza frontal del tema #4 y el señorío exultante del tema #2, siendo así que complementa perfectamente al nervio furioso y angustiado de la canción precedente. Su compleja vitalidad se sostiene claramente en la compleja labor de la batería. Todo culmina con la pieza más extensa, titulada ‘Epipsychidion’, la misma que ocupa un espacio de casi 13 minutos y cuarto. Su estrategia consiste en una sistemática profundización en la fiereza punzante y majestuosa que ha marcado a varios momentos del repertorio anterior, y siendo así que tiene una duración ambiciosa, el enmarañamiento de los guitarreos y la autoritaria sofisticación de los diversos grooves que van hilándose a lo largo y ancho de la ingeniería rítmica se conjugan en una tormenta de caos controlado, un huracán de expresionismo exultante sólidamente apuntalado por una combinación de brutal prog y una remodelación metalera del RIO francófono. Una vez más, los fantasmas de los primeros discos de MAUDLIN OF THE WELL nos acechan en un hechizo lacerante y contundente... Y así se redondea el esquema de trabajo desarrollado en el presente álbum. “Moss Grew On The Swords And The Plowshares Alike” es un disco osado y formidable que representa una momento culminante dentro de la faceta más aguerrida de la polivalente tradición de KAYO DOT. Muchas gracias al maestro Toby Driver y sus compañeros en esta nueva odisea avant-rockera que resulta ser un disco muy recomendable para cualquier fonoteca dedicada al rock experimental de nuestros días.


Muestras de “Moss Grew On The Swords And Plowshares Alike”.-
Brethren Of The Cross: https://kayodot.bandcamp.com/track/brethren-of-the-cross     
Get Out Of The Tower: https://kayodot.bandcamp.com/track/get-out-of-the-tower
Epipsychidion: https://kayodot.bandcamp.com/track/epipsychidion


Tuesday, December 14, 2021

Los dramas de nuestro tiempo a través de la mirada progresiva de FUFLUNS

 



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno del colectivo italiano FUFLUNS y su nuevo disco de estudio “Refusés”, el mismo que fue publicado el pasado 28 de junio por vía del sello Ma.Ra.Cash Records, tanto en CD como en vinilo azul (con dos temas menos). Conformado por Simone Cecchini [voz, guitarra acústica y charango], Alfio Costa [piano, sintetizadores Mini-Moog, Moog Sub 37 y Roli Seaboard, Mellotrón y órgano Hammond], Guglielmo Mariotti [bajo, guitarras eléctricas de 12 cuerdas, pedales bajos, mandolina y mandola eléctrica], Simone Coloretti [guitarras eléctricas, acústica y clásica] y Marco Freddi [batería y percusión], el grupo FUFLUNS nos brinda un exultante sucesor de su primer álbum “Spaventapasseri”, el cual data de cinco años atrás. Coloretti ocupa ahora el rol otrora perteneciente a Stefano Piazzi. Los integrantes de FUFLUNS se han mantenido ocupados en otros grupos como DAAL, IL BACIO DELLA MEDUSA, PROWLERS, TAPROBAN, TILION, THE WATCH y EGOBAND. Este ensamble, recordemos, se formó en 2009 con la idea de operar no tanto como un grupo permanente sino como una agrupación alternativa a las otras bandas de las que formaban y siguen formando parte. El año 2016 fue el de la publicación de su ya mencionado álbum de debut, aunque la gente de FUFLUNS también compuso material para el proyecto multi-grupal “Decameron - Ten Days In 100 Novellas” en el año 2017... y bueno, ahora les tenemos aquí con “Refusés”, un disco conceptual sobre los marginados, los expulsados, los refugiados, los inmigrantes ilegales, todas esas multitudes perdidas entre un mundo del que huyen y otro que los recibe solamente a medias, por decirlo de alguna manera, esa gente atrapada en las grietas del mundo contemporáneo. Las estatuas de Beppe Corna que ornamentan la portada inspiraron las letras hechas por Cecchini, Dentro del entramado sonoro de la banda, se nota que el enfoque estilístico de FUFLUNS se centra en una cruza entre el delirio apasionado expresionista y la claridad melódica propia de la tradición prog-sinfónica, incorporando algunos recursos eclécticos de inspiración psicodélica o hard rockera en ciertas ocasiones. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio aquí contenido, ¿vale? 
   
‘Sierra Leone’ (a la sazón, la canción más extensa del repertorio con sus casi 9 ¼ minutos de duración) abre el álbum con un crucial ímpetu expresivo que se abre con una solitaria secuencia de piano para luego abrir paso a un cuerpo central tan denso como llamativo, sostenido sobre un medio tiempo que se enriquece bastante con el filo macizo que la guitarra y el bajo apuntalan con convicción. Una vez que entra a tallar el canto de Cecchini, el desarrollo temático va ganando en sofisticación mientras preserva su persistente y explícita densidad. Pensemos en unos LA MASCHERA DI CERA hibridizados con IL BACIO DELLA MEDUSA con un toque livianamente Zeppeliniano. El epílogo nos devuelve al clima introspectivo con el que se había iniciado la canción. ‘Martirio D’un Falegname’ ostenta un dramatismo más triste y oscuro, un espíritu bien delineado que recibe la oportuna ayuda de los ornamentos de los teclados tanto en la sección prologar como más adelante con el propósito de realzarse. Tampoco falta un pasaje intermedio bien fijado sobre un compás inusual para añadir una interesante variedad al asunto. ‘Canzone Per Iris’ exhibe una aureola Genesiana de una manera parcialmente pastoral, pero con una robustez activada por lo que parecería ser un entramado de ALPHATAURUS Y MUSEO ROSENBACH en un universo paralelo. Cuando llega el turno de ‘Desaparecido Italiano’, el disco alcanza un cénit especial. El dinamismo y el músculo sonoros portan un gancho inapelable en las primeras instancias de esta cuarta pieza del repertorio, transitando un poco más tarde hacia un pasaje más notoriamente ceremonioso. La garra no desfallece ni surge espontáneamente, solo va mostrando sucesivamente sus múltiples facetas a lo largo del camino. A poco de pasada la frontera del tercer minuto y medio, un intermedio cósmico abre camino a un pasaje etéreo razonablemente enriquecido por exóticos colores mediterráneos; se trata de un momento de cálida calma antes del surgimiento de un pasaje vorazmente aguerrido, el mismo que impulsa un final inquietante. ‘Il Tuffatore Dello Stari Most’ es una balada progresiva alimentada con algunos acentos étnicos; estos últimos aportan algo interesante para el realce del ambiente introvertido en curso.
 
‘Rosa Del Deserto’ se centra en un enfoque pastoral mucho más directo que la pieza precedente, algo bastante emparentado con el paradigma de LE ORME, pero filtrado a través de los patrones estilísticos de IL BACIO DELLA MEDUSA y de UNREAL CITY. El foco temático es relativamente sencillo, pero a mitad de camino, el encuadre instrumental se enfila hacia una sofisticación incrementada merced a un inteligente arreglo de piano y guitarra eléctrica sostenido sobre un complejo swing. Con la emergencia de la dupla de ‘Blu Oltremare’ y ‘Telefonata A Putin’, el ensamble sigue elaborando recursos musicales sistemáticamente intensos. En el caso del primero de estos temas mencionados, tenemos un cándido preludio de mandolinas y guitarras acústicas que abre camino a una suntuosa balada progresiva dirigida por el piano, un poco al estilo de GENESIS pero con aristas rockeras más crudas que, en lugar de quebrar el señorío reinante, lo que hacen es solidificarlo con una urgencia expedita. Tras un breve interludio expectante, el motivo central se transforma en un ejercicio de suntuosidad claroscura dirigida por el sintetizador antes de que el piano regrese al primer plano para la coda (con la compañía de la primera guitarra). Por su parte, ‘Telefonata A Putin’ establece una inspirada síntesis de las canciones #1 y #3, o sea, un despliegue de musculatura rockera sabiamente penetrada por una ambientación progresiva merced al uso de variantes temáticas en clave introspectiva serena en algún paraje intermedio. El final del repertorio llega de la mano de ‘Canto Dei Bambini Senza Voce’, canción de casi 9 minutos de duración. Dado que cumple con la misión de cerrar el álbum, no nos ha de extrañar que buena parte de su desarrollo temático y de sus atmósferas constitutivas se enfoquen en el perfil más estrictamente ceremonioso del álbum. Esto se nota desde el mismo punto de arranque, con esa conjunción de fraseos de piano y orquestaciones de mellotrón que dirigen el armazón del preludio. Con la emergencia del canto, el cual exhibe por enésima vez un dramatismo suntuoso, el esquema instrumental se torna más arquitectónico, adoptando una actitud recia y transitando por una serie de grooves robustos. A poco de pasada la frontera del quinto minuto, la pieza regresa a la ceremoniosidad inicial, y ésta habrá de quedarse para guiar el camino hacia el final. El espíritu expuesto en este pasaje final tiene un tinte amargo y elegíaco, casi rayano con la más ardiente desesperación: un cierre adecuado para el disco.   
 
Todo esto fue lo que se nos brindó en el disco “Refusés” desde los cuarteles de FUFLUNS, un estupendo aporte de la escena italiana para el gran teatro del mundo progresivo internacional. Música apasionada y refinada que mantiene vigente el ideal del rock artístico. Ojalá salgan más cosas de FUFLUNS en el futuro cercano a despecho de la salida de Costa, anunciada hace muy poco en la página de Facebook del grupo.
 
 
Muestras de “Refusés”.-
Sierra Leone: https://maracashrecords.bandcamp.com/track/sierra-leone
Desaparecido Italiano: https://maracashrecords.bandcamp.com/track/desaparecido-italiano
Canto Dei Bambini Senza Voce: https://maracashrecords.bandcamp.com/track/canto-dei-bambini-senza-voce


Saturday, December 11, 2021

DREAM THEATER y su decimoquinta instalación en la cima del mundo

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de hablar sobre el veterano grupo estadounidense DREAM THEATER, el cual siempre está en la cresta de la ola (o en la cima del mundo) en la prensa virtual y blogs dedicados a los géneros progresivo y metalero a cada rato, ya sea un año en que publiquen un disco o no. Bueno, el 22 de octubre del presente año 2021, el quinteto conformado por James LaBrie [voz], John Petrucci [guitarras], Jordan Rudess [teclados], John Myung [bajo] y Mike Mangini [batería] publicó su nuevo trabajo de estudio “A View From The Top Of The World” (dos años y medio después de su anterior disco de estudio “Distance Over Time”) por vía del sello Inside Out Music. Se trata de su disco #15 y el primer álbum que el grupo grabó en su propio estudio de Long Island DTHQ (Dream Theater Head Quarters). A diferencia del mencionado disco anterior, que dura menos de una hora, este nuevo álbum dura más de 70 minutos; el quinteto regresa al formato de un extenso repertorio con toda la confianza del mundo, a la par que reaviva el impulso creativo plasmado en “Distance Over Time”. La edición de “A View From The Top Of The World” se ha realizado en CD y en doble vinilo (colores verde olivo, gris y marrón) con el correspondiente CD acompañante. La dirección artística y el diseño gráfico del disco estuvo a cargo, como es habitual, de Hugh Syme, siendo así que en la portada se tomó como base una imagen del muy popular bloque rocoso Kjeragbolten, situado en la montaña noruega de Kjerag. Petrucci se hizo cargo de la producción del disco, mientras que Andy Sneap se hizo cargo de las labores de mezcla (al igual que hizo con el segundo disco solista del propio Petrucci “Terminal Velocity”). Bueno, vayamos ahora a los detalles de este nuevo repertorio de los gigantes DREAM THEATER.


Los dos primeros temas del álbum son ‘The Alien’ y ‘Answering The Call’, y tienen como común denominador que las letras fueron hechas por LaBrie: juntas, ocupan un total de 17 minutos y pico. ‘The Alien’ pone muchas cartas sobre la mesa: esquemas rítmicos trepidantes y sofisticados, riffs salvajes que se dejan domar por la fluidez temática en curso, bien organizadas ilaciones entre diversos motivos, rotundas virguerías de la guitarra por aquí y del sintetizador por allí. Todo es manejado con buen pulso, desde lo más fiero hasta lo más ceremonioso. Claro está, una mención especial debe ir para la secuencia del intermedio instrumental y el último estribillo, la cual articula una envolvente estrategia melódica para un cierre tan contundente como emocionante. ‘Answering The Call’, por su parte, apuesta por presentar una mayor musculatura que la pieza de entrada sobre un groove menos impetuoso, una combinación que nos remite, en cierta medida a un híbrido entre los tiempos de “Awake” y los de “Octavarium”: la garra oscurantista de aquél, la robustez estilizada de éste. En algún momento surge un duelo muy atractivo entre Petrucci y Rudess; algunos de los mejores solos del buen Jordan están precisamente aquí. También se da un particular lucimiento de Mangini. Definitivamente, en lo referente al enfoque lírico del desarrollo temático, aquí opera un núcleo central más definido. Comienza muy bien el álbum, brindándonos nuevas cosas creativas dentro de un patrón vigente desde hace muchísimos años. El tercer tema del álbum se llama ‘Invisible Monster’ y su esquema de trabajo resulta, en general, más llevadero que en cualquiera de las dos canciones precedentes, aunque siempre hay espacio para las ocasionales irrupciones de tempos inusuales, las cuales cumplen con la función de dar más profundidad al dinamismo esencial de la pieza. Hay un cierto cariz siniestro en el núcleo melódico, siendo éste manejado con un preciosismo adecuado al persistente gancho de la canción. ‘Sleeping Giant’, que dura poco más de 10 minutos, nos brinda la instancia más fastuosa del repertorio hasta el momento, en buena medida, recogiendo los ecos de sofisticación progresiva de las dos primeras canciones en una síntesis efectiva. Las orquestaciones de los teclados suelen contraponerse a los riffs de guitarra con miras a sacar buen provecho a la patente pomposidad palaciega. Hay un pasaje muy ameno signado por el piano de bar que mete algo de gracilidad en medio de tanto boato (un excelente boato, vale enfatizarlo).


‘Transcending Time’ instaura el que tal vez sea el momento más emotivo del álbum, pues el predomino del estándar prog-sinfónico regula una expresividad bien delineada que se concreta con la activación de despliegues melódicos tremendamente refinados. Esto suena a un híbrido entre los RUSH de la fase 80-82 y el paradigma de YES que se apoya sobre un trasfondo donde se congregan los siempre añorados fantasmas de aquel DREAM THEATER de 1992 y esos otros del FATES WARNING de la fase 89-94. A propósito, a mitad de camino tenemos un electrizante solo de Petrucci, tal vez su mejor exhibición en todo el álbum. Cuando llega el turno de ‘Awaken The Master’ (canción con letra de Myung), el grupo comienza diseñando un monstruo recio y vigoroso donde la pesadez hace valer su predominio, sin por ello renunciar al beneficio que tiene el impacto melódico de un pasaje ornamental. Es todo un festín sonoro el que crea el bloque instrumental hasta que LaBrie, poco antes de llegar a la frontera del tercer minuto, empiece a cantar; es aquí que se da un equilibrio entre lo aguerrido y lo cristalino. Posiblemente tenemos aquí a la pieza hermana rival de ‘Answering The Call’, con una furia más explícita e iguales dosis de luminosa opulencia. La ambiciosa suite de casi 20 minutos y medio es la que justamente da título al álbum; ‘A View From The Top Of The World’ contiene tres secciones autónomamente tituladas ‘The Crowning Glory’, ‘Rapture Of The Deep’ ‘The Driving Force’. Todo comienza con un compás marcial recubierto por una orquestación de teclados provista de colores cinematográficos, y ya cuando se va armando de a pocos el primer cuerpo central, todo se acomoda gradualmente hacia una espiritualidad sinfónica filtrada a través del infatigable paradigma grupal. La arquitectura rítmica se revela prístinamente a través de su versátil sofisticación, lo cual ayuda a que se capitalice el impacto de todos los aportantes al bloque sonoro; por su parte, la claridad melódica de los diversos pasajes hace valer su espléndido fulgor en cada escalón de este épico torreón musical. Alrededor de la frontera del minuto 9 emerge una sección introspectiva, casi ensoñadora, la misma que se torna ceremoniosa cuando entra en acción el canto de LaBrie. Una sección trepidante sigue a continuación para que se origine un titánico duelo entre Petrucci y Rudess, instaurando un lucimiento tormentoso antes del regreso a la palaciega ceremoniosidad precedente. Este retorno tiene algo nuevo, algo más imponente, lo cual viene muy bien como anticipo de la excelsa fosforescencia sonora con la cual se ha de armar el epílogo de la suite. 
  

Todo esto fue lo que el colectivo de DREAM THEATER nos brindó con “A View From The Top Of The World”, un disco que no está diseñado para reinventar las ruedas del paradigma prog-metalero de la banda, pero sí para mantener la maquinaria creativa bien aceitada, así como lo notamos también en su celebrado álbum precedente “Distance Over Time”; aunque no nos entusiasma tanto como éste, nos parece otra muestra bastante solvente de esa mezcla de poder, magia musical y excitante virtuosismo que los DREAM THEATER dominan con agudeza e ingenio supremos cuando están bastante inspirados. Claro está, la veteranía también cuenta como un factor relevante a la hora de manejar los momentos de mayor inspiración durante cualquier temporada de gestación de un disco. En fin, nos parece que tenemos aquí otra obra destacada dentro de la retahíla de discos que DREAM THEATER ha venido gestado a lo largo del nuevo milenio. 


Muestras de “A View From The Top Of The World”.-
The Alien: https://www.youtube.com/watch?v=V462IsOV3js
Awaken The Master: https://www.youtube.com/watch?v=zeOkeoXyt-4
A View From The Top Of The World: https://www.youtube.com/watch?v=8DeiV0ryQDY